LA IMPRONTA DEL GENERAL VILLALOBOS EN LA “OPERACIÓN HURACÁN”
Las tres reuniones en las que Bruno Villalobos respaldó las pericias de Smith
23.02.2018
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LA IMPRONTA DEL GENERAL VILLALOBOS EN LA “OPERACIÓN HURACÁN”
23.02.2018
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La tarde del 10 de agosto de 2017 fue la primera vez que el general director de Carabineros, Bruno Villalobos Krumm, le habló a los fiscales de La Araucanía sobre evidencias que ayudarían a combatir los atentados incendiarios en la zona. Esas evidencias eran tan precisas que les anticipó que un día después se produciría un nuevo atentado en la Ruta 5 Sur. Les dijo que se trataba de información de Inteligencia, y que él mismo había entregado los antecedentes al Ministerio del Interior y a la Fiscalía Nacional. A esa reunión con la Fiscalía Regional de Temuco, Villalobos llegó escoltado por el coronel Marcelo Teuber y por el mayor Patricio Marín Lazo, dos estrechos colaboradores a quienes seis meses después llamaría a retiro por su eventual responsabilidad en la instalación de pruebas falsas en los celulares de comuneros mapuche.
Según han declarado funcionarios de Inteligencia de Carabineros, en agosto de 2017 el software“Antorcha” ya estaba operativo. Ellos han dicho que ese software es capaz de interceptar mensajería electrónica y que, por esa vía, descubrieron una mega organización violentista en el sur del país que se dedicaba a quemar camiones, y que mezclaba a las distintas corrientes políticas del movimiento mapuche. Los mismos funcionarios también aseguraron que Álex Smith –el perito contratado por Carabineros, quien sería el padre de los software innovadores de la policía-, era un experto informático capaz de capturar mensajería electrónica de forma remota.
A juzgar por lo que planteó Bruno Villalobos en las reuniones que sostuvo con los fiscales de La Araucanía, el general estaba exultante con las innovaciones informáticas logradas en su unidad de Inteligencia de Temuco. Una repartición creada en 2013 con el objetivo de mejorar los resultados de la persecución a los atentados en el sur del país. Un grupo especializado que no solo se dedicaba a investigar a comunidades mapuche: durante todo 2017 realizó pericias para identificar a quienes difundían información negativa sobre Villalobos y también noticias falsas sobre la Presidenta Michelle Bachelet.
Pero hoy la situación es distinta. Han pasado seis meses de esa reunión de Bruno Villalobos con los fiscales, y hoy el general ya no está tan contento. Tuvo que llamar a retiro a cuatro de sus hombres, y las inconsistencias de los supuestos software creados por Álex Smith se ventilan masivamente por la prensa y son motivo de burla en redes sociales. En audiencias desarrolladas en juzgados de garantía, persecutores afirman que esas aplicaciones de la unidad de Inteligencia son falsas, y el Consejo de Defensa del Estado (CDE) se suma a esa tesis ingresando como querellante a la causa que indaga la eventual inoculación de pruebas para inculpar a dirigentes mapuche de los atentados.
Todo mal para el general Villalobos. Sus hombres son el hazme reír nacional.
No ha sido un verano fácil para el general director. Cuando las irregularidades de la “Operación Huracán” comenzaban a salir a flote, tuvo la idea de salir del país, de vacaciones según se informó. El 27 de enero partió a Miami en un vuelo de American Airlines. Su plan era regresar recién el 26 de febrero. Pero se frustró, tuvo que volver a Chile a los pocos días. La paciencia del gobierno comenzaba a agotarse y la subsecretaría del Interior difundió un comunicado público donde ordenaba su vuelta inmediata al país.
Los cuestionamientos a la “Operación Huracán” (que culminó con la detención de ocho comuneros mapuche a los que acusó de formar una asociación ilícita terrorista usando como evidencia chats electrónicos) se acrecentaban. Hasta que llegó el misil: el Ministerio Público denunció a funcionarios de Inteligencia policial de falsificar pruebas para inculpar a comuneros mapuche.
Un panorama muy distinto era el que se vivía el 30 de agosto del año pasado, en pleno desarrollo de la “Operación Huracán”, cuando Bruno Villalobos llegó por segunda vez en menos de un mes a la Fiscalía Regional de La Araucanía, para poner al tanto a los fiscales de las evidencias obtenidas por su unidad de Inteligencia de Temuco. Esa vez también concurrió acompañado por el entonces coronel Marcelo Teuber, quien participó en la cita junto a los fiscales Luis Arroyo, Alberto Chifelle y Roberto Garrido.
El fiscal Luis Arroyo entregó detalles de esa reunión en su declaración en la indagatoria abierta por las irregularidades de la “Operación Huracán”:
“En esta reunión el general Villalobos nos informó a los concurrentes que poseía importante información de inteligencia sobre los sujetos que habrían participado de los últimos atentados incendiarios de Transportes Calafquen, en Metrenco , y en San José de la Mariquina, que había ocurrido dos días antes. Quería conocer los canales a través de los cuales nos podía entregar la información para que fuera útil en las investigaciones y se pudiera utilizar”.
Esos dos atentados incendiarios (Calafquen y San José de la Mariquina) estaban en el núcleo de la “Operación Huracán”. Los comuneros inculpados de haberlos provocado habían sido identificados gracias a los software creados por Álex Smith. Se trataba de chat de Whatsapp y Telegram donde los dirigentes mapuche lucían su coordinación y se revelaban como autores al felicitarse por el éxito de los ataques.
Arroyo afirmó en esa misma declaración, que el general Villalobos Krumm les informó que todos esos datos se los había hecho llegar a La Moneda. No hubo ninguna duda en sus palabras sobre la veracidad de esa evidencia.
Una semana después Villalobos retornó a la Fiscalía Regional. El miércoles 6 de septiembre llegó al edificio ubicado a los pies del Cerro Ñielol, en Temuco, junto al director nacional de Inteligencia de Carabineros, el general Gonzalo Blu. Ambos entraron a la sala de reuniones del Fiscal Regional, Cristián Paredes, quien los esperaba junto a los fiscales Roberto Garrido, Luis Arroyo y al jefe de la unidad jurídica de esa fiscalía, Felipe Mardones.
En la misma declaración que hizo Luis Arroyo en la causa por las irregularidades de la “Operación Huracán”, relató los detalles de esa tercera cita:
“Esta vez, el general Villalobos nos mencionó que tenía información concreta sobre los autores de los últimos atentados incendiarios para entregárnosla; consultó sobre la posibilidad de pedir órdenes de detención en contra de estos sujetos si se nos entregaban dichos antecedentes”.
En su versión, Arroyo dice que los fiscales le respondieron que la información debía canalizarse por las vías formales. “Fue en esta reunión que el Fiscal Regional me instruyó oficiar de coordinador de la entrega del informe que se iba a elaborar por Carabineros y que a la postre se trató del ya tantas veces mencionado oficio N° 130”.
El Informe 130 fue el que finiquitó la “Operación Huracán”. Allí se presentaron los supuesto chats de los dirigentes mapuche coordinando atentados, financiamiento para sus acciones y se identificó a los supuestos responsables de los mismos. Todas las conversaciones electrónicas contenidas en dicho informe hoy están bajo sospecha, y los responsables directos de su “interceptación” llamados a retiro.
Quienes se mantienen en Carabineros son los dos generales que le presentaron esos antecedentes al Ministerio Público: el general jefe nacional de Inteligencia, Gonzalo Blu, y el general director de la institución, Bruno Villalobos. Blu, de hecho, firmó el Informe 130 y avaló públicamente su contenido. Cuando la Fiscalía denunció un montaje, él respondió que “la situación planteada por el Ministerio Público no hace más que amparar a aquellas personas que se han dedicado a causar el miedo en regiones del sur del país”. Esta semana Gonzalo Blu solicitó días administrativos a Carabineros.
El general director, Bruno Villalobos, ya declaró ante el fiscal de Aysén, Carlos Palma, por la indagatoria judicial sobre el supuesto montaje contra comuneros mapuche. Quienes conocen los detalles de esa declaración, señalan que Villalobos afirmó que no conoció los detalles de los chats que habría capturado el software ‘Antorcha’, y que en la mayor parte de su declaración “descansó” en Gonzalo Blu, señalándolo como quien manejaba las minucias de esas maniobras. Las mismas fuentes agregan que Villalobos no profundizó en los supuestos software creados por Álex Smith: “Antorcha” y “Tubicación”.
Bruno Villalobos fue dos veces director de Inteligencia de Carabineros. Desde 2008 a 2012, cuando debió enfrentar el derrumbe del Caso Bombas por pruebas inconsistentes, y entre septiembre de 2014 y agosto de 2015, cuando estuvo a cargo de la reestructurada Dirección de Inteligencia, Drogas e Investigación Criminal.
Entre esos dos periodos se creó la Unidad de Inteligencia Operativa Especializada (UIOE) de La Araucanía. Una decisión de la policía uniformada que buscaba mayor efectividad en el control del conflicto con las comunidades mapuche. El ofició que selló su nacimiento es la Orden General N° 2173 del 27 de febrero de 2013 y quedó bajo la dependencia directa de la Dipolcar, cuyo jefe es Gonzalo Blu.
En 2016, con Villalobos instalado como general director, la UIOE fue reforzada. La resolución N° 01 del 20 de enero de 2016 creó un “equipo multidisciplinario de investigación” al interior de la unidad de Inteligencia, al que se le entregaron recursos humanos y logísticos de los departamentos OS-9 (investigación de organizaciones criminales), OS-7 (drogas) y del SEBV (Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos).
Hoy la UIOE funciona en una casa de la calle Pablo Neruda, en Temuco, y su dotación llega a 45 hombres, los que se dividen entre “operativos” y “analistas”. Está a cargo de un jefe superior (hasta 2017 fue Marcelo Teuber) y un jefe de operaciones (hasta ahora era Patricio Marín Lazo). Cuenta con una oficina de análisis y varias patrullas operativas a cargo de “oficiales de caso” (encargados de reclutar “fuentes vivas”). También funciona allí una oficina de partes y otra de operaciones. Al menos desde agosto de 2017 opera allí además la “Oficina Informática Forense”.
Es precisamente en esa “Oficina Informática Forense” donde desarrollaba sus peritajes Álex Smith, quien decía tener el título de analista programador. Su jefe era Leonardo Osses, el capitán de Carabineros que fue llamado a retiro por Villalobos. Un tercer integrante de esa oficina era el cabo Héctor Olave, quien según la versión de Smith, era el encargado de recoger los reportes diarios de “Antorcha”, el software que interceptaba Whatsapp. El cabo Olave fue quién le relató a los fiscales cómo funcionaba esa oficina.
Olave declaró que se integró a la UIOE en mayo de 2014, pocos meses después de que fuera creada: “Esta unidad se avoca a recabar información, especialmente respecto de temas de conflicto mapuche, y asesora al mando de Carabineros; sin embargo, es también una Unidad Operativa, es decir, cumple órdenes judiciales emanadas de la Fiscalía de Alta Complejidad y realiza estudios de seguridad”.
Cuando le pidieron al cabo Olave que explicara el funcionamiento de la Oficina Informática Forense, a la que se incorporó el 23 de agosto de 2017, sus palabras se tornaron cautas: “Debo aclarar que esa oficina funcionaba con tal hermetismo que yo no podría señalar cuál era su objetivo preciso o cómo funcionaba. Yo tengo claro lo que me correspondía realizar a mí, pero no sé lo que realizaban los demás integrantes de la misma”.
Aseguró, además, que no conoce la aplicación “Antorcha”, que nunca escuchó hablar de ella y que su trabajo consistía solo en copiar de la bandeja de entrada de un email el texto que allí aparecía a un archivo Word. Y que todo ello era supervisado por el capitán Leonardo Osses.
Olave también declaró que su trabajo en esa Oficina Informática Forense consistía en revisar una sola cuenta de correo: contactos@airs.cl. Pero la indagación de CIPER indica que esa oficina utilizaba al menos otras cuatro cuentas de correos electrónicos para enviarse información entre sus integrantes.
La indagación de CIPER también arroja que a fines de 2016 la UIOE comenzó a reestructurarse. Acicateados por una demanda desde Santiago de mayores resultados, la Inteligencia de Carabineros en la zona ejecutó cambios, entre ellos estaría la contratación de Álex Smith.
Un cambio importante del cual también debió tomar nota el fiscal Luis Arroyo, quien hasta antes de “Huracán” era el persecutor recurrente de las causas de violencia rural. A fines de 2016 –declaró Arroyo- cambió la relación oficial que tenía con Carabineros. Ya no hubo más reuniones de coordinación de los equipos de trabajo de la UIOE con el fiscal, ahora su interlocución era solo con el mayor Patricio Marín Lazo, quien por esos días aterrizó en Temuco como nuevo mando operativo de la UIOE. Y fue Marín Lazo, hoy llamado a retiro por Villalobos, quien separó dos líneas de acción de la UIOE: Inteligencia de la Operativa. En la versión de Arroyo, con la llegada de Marín Lazo la UIOE ganó en autonomía, pero perdió en coordinación con la Fiscalía.
Los cambios incluyeron la incorporación del nuevo “asesor civil”, quien dice haber empezado a “colaborar” con la unidad en enero de 2017. Álex Smith prometía romper las barreras de la seguridad informática.
La defensa que ha hecho Gonzalo Blu del polémico Informe N°130 que se entregó al Ministerio Público, no es solo porque lo firmó, lo que le correspondía como jefe máximo de todas las unidades de Inteligencia del país. Tanto Blu como Bruno Villalobos forman parte del núcleo selecto de los hombres de Inteligencia de la policía, y han forjado gran parte de su carrera y ascensos en esas lides. Ambos generales se han preocupado de tejer confianzas y complicidades con los mandos a su cargo en esa área. Siguen la tradición de la institución: históricamente han sabido cuidar espaldas y secretos a través de sucesiones cuidadosamente ejecutadas.
En esa línea, descabezar en estos momentos la Dirección Nacional de Inteligencia, es una decisión que tendría un alto costo. Más aún cuando todos ellos saben que en pocos días más, apenas asuma Sebastián Piñera, el nuevo gobierno tomará medidas.
Pero esa es otra historia que en estos precisos días se teje en la trastienda.
Que La Moneda no le hubiera pedido al general Villalobos dar un paso al costado con el escándalo del millonario fraude en esa institución, ya era extraño. Lo que resulta inconcebible es que no lo haya hecho ahora, después que se develara la madeja de las operaciones “Huracán” y “Andes”, donde quedó grabada la impronta de Villalobos.
En la documentación de la UIOE que revisó CIPER aparecen varios archivos relacionados con Bruno Villalobos. Como dato anecdótico, está la evidencia de que cada vez que alguien insultaba al general director en las redes sociales, el capitán Leonardo Osses le ordenaba a Smith seguir la huella de ese mensaje por Twitter, Facebook o Whatsapp.
El 13 de julio de 2017, en medio del escándalo por el fraude en Carabineros, desde uno de los emails utilizados por la UIOE – extracciondatosinfo@gmail.com-, se reportó a otra de sus cuentas electrónicas –ANALISISFORENCE.ARAUCANIA@gmail.com–, un diálogo supuestamente capturado por ellos entre dos personas -“Esteban” y “Claudio”-, que encendió las alarmas:
Esteban: Necesito información de sobre sueldos de Villalobos…
Claudio: cambiaron de jefe deja ver
Esteban: solo sobre sueldos
Claudio: documento.pdf
Esteban: los últimos 10 años será posible?
Claudio: entendido
Esteban: GIF
Claudio: documento.pdf
Esteban: GIF
Eso quería decir que el llamado “Claudio” tendría acceso a supuestos sobre sueldos del general director. En el archivo revisado por CIPER no se ahonda más en el asunto, pero sí queda claro que se siguió trabajando con ese chat, porque el 2 de agosto de 2017 fue reenviado desde ANÁLISIS INFORMÁTICO (analisisforence.araucania@gmail.com) a la cuenta Hotmail del “profesor” Álex Smith.
El 23 de marzo de 2017 hay una pericia que Smith presentó en la UIOE que revela cómo seguían lo que sucedía con Villalobos en las redes sociales. Es un análisis de una cuenta de Facebook de Juan Del Valle, en cuya foto de perfil aparece Villalobos con una X roja sobre la cara y el texto ¡¡VERGÜENZA NACIONAL!! ¡¡RENUNCIA GENERAL!!
La presentación preparada por Smith es como casi todas las que él hacía: geolocalizó el servidor de Facebook en San José, California (dice que extrajo esa información de la web www.elhacker.net), identificó el email tras la cuenta, sacó pantallazos de sus otras publicaciones, fotografías y amistades; e individualizó a quienes le dieron un like a los posteos de esa cuenta llamando a Villalobos a renunciar.
Dos meses antes, el 20 de mayo de 2017, Álex Smith le había entregado a Osses otra pericia. Esta vez le seguía la pista a un panfleto de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), entregado en una manifestación frente a la dirección general policial (Alameda, a pocos pasos de La Moneda), increpando a la institución por el millonario fraude descubierto.
Junto al rostro de Bruno Villalobos se lee en el panfleto estudiantil: “Con su robo y corrupción nos dejan sin educación”. Lo que hizo Smith fue periciar la cuenta de Twitter de la ACES: enumeró a los usuarios que más veces habían retuiteado, sacó pantallazos de sus publicaciones, enlistó las aplicaciones de celular utilizadas para gestionar la cuenta, precisó las horas más frecuentes en que posteaban y supuestamente geolocalizó dos direcciones desde donde tuiteaban: barrio Toesca y las cercanías del metro Pedro de Valdivia (ambas en Santiago). En ese último lugar fijó a la supuesta autora del panfleto: Sara Robles, la vocera nacional de la ACES en 2017 (no explica cómo llegó a esa conclusión).
Parte de los recursos destinados a la UIOE se ocupaban en hacer seguimiento a estas cuentas de internet. El mismo 20 de mayo del reporte del panfleto de la ACES, Smith hizo entrega de otro archivo al capitán Osses: el análisis de un video que por entonces circulaba masivamente en redes y que con sorna se refería al fraude en Carabineros: “Universidad del paco chileno” (SIC).
Luego de identificar al supuesto autor de la pieza audiovisual, el periodista Leo Piagneri, Smith dice en su informe que usó la base de datos de Carabineros para conocer su edad, estado civil y dirección particular, además de geolocalizar el lugar desde donde se habría viralizado el video: La Red TV. Un cálculo extraño incluyó en ese informe: precisó en 125.789 las veces que ese video habría sido reenviado por Whatsapp.
Las indagaciones de Smith no dejaban fuera a los propios miembros de Carabineros. El 21 de abril de 2017 el “profesor” le entregó al capitán Osses un reporte sobre el seguimiento hecho a un llamado interno de Carabineros a paralizar actividades el 1 de mayo para exigir que les pagaran el “bono riesgo”. La imagen se compartía vía Whatsapp. En su informe, Smith aseguró que la geolocalización lo llevó a la subcomisaria El Castillo (La Pintana) y su autor sería el “Stgo. González”.
Al correo de Smith llegaban las alertas cuando alguien intentaba vulnerar una cuenta de correo electrónica que él protegía. Es lo que sucedió el 16 de septiembre de 2017, con un correo enviado desde la casilla electrónica huracan@airs.cl. Y que llegó a la cuenta de Smith. El asunto: “Fwd: REPORT ALERT BVILLALOBOSK@HOTMAIL.COM”. Al parecer “el profesor” Smith protegía una cuenta de correo no institucional del general director.
Varios de los encargos que recibió Álex Smith en la UIOE en 2017 estaban relacionados con noticias falsas sobre la Presidenta Michelle Bachelet y su familia. En concreto, se le pedía identificar al autor.
Eso hizo “el profesor” en mayo de 2017, cuando el capitán Osses –a pedido del “1”- le encargó seguir la huella de una noticia publicada en el sitio efecto2017.com, con declaraciones falsas de Sofía, la hija menor de Bachelet: “Falta de respeto, hija de Michelle Bachelet insulta fuertemente a los chilenos: Son unos muertos de hambre miserables”, se titulaba la paparrucha.
El 3 de mayo Smith entregó su peritaje. Su conclusión no fue muy elaborada: había sido publicada el 28 de abril y su autora era una tal “Katiusca”. El sitio efecto2017.com se dedicaba a difundir noticias mentirosas de autoridades políticas de toda Latinoamérica.
Smith puso como ejemplo otra noticia falsa difundida por el mismo sitio también sobre la hija menor de Bachelet. “Alto escándalo, hija de Bachelet: ‘Me voy aquí hay pura gente de mierda’ (+ Video)”. A diferencia del anterior informe, esta vez Smith dijo haber identificado a quien habría enviado la noticia falsa a “Katiusca”: Carlos José Vial Ochagavía, quien en Twitter mantendría la cuenta “100% pinochetista”.
Un tercer informe de Smith relacionado con Bachelet y que CIPER revisó está fechado el 28 de mayo. Ahora la paparrucha era otra: “Última hora, hija de Bachelet es internada por sobredosis de droga, la presidenta pretende censurar la noticia”. Fue publicada en efectonoticia.com, otra web de noticias falsas.
La pericia que Smith dijo haber utilizado le permitió identificar al autor: la cuenta de Twitter @fuera_bachelet, pero no encontró al dueño. En cambio, con otra cuenta desde la que se atacaba recurrentemente a Bachelet -@pago_de_chile– Smith afirmó haber llegado hasta su autor: Veronica Nieto Infante, de quien entrega en su reporte estado civil, domicilio particular, causas judiciales, y los bienes que tiene junto a su marido. El informe agrega que la gran mayoría de los tuits se publican desde la sede de la UDI en Santiago (Suecia 286), donde ella se desempeñaría como secretaria.
CIPER quiso confirmar con el general Bruno Villalobos su asistencia a las tres reuniones con la Fiscalía Regional de La Araucanía, realizadas entre agosto y septiembre de 2017, en pleno desarrollo de la “Operación Huracán” y que aparecen aquí relatadas.
“El general director (Bruno Villalobos) concurrió a dichas reuniones. La primera de ellas en el mes de marzo del año pasado, donde se limitó a efectuar las coordinaciones generales y presentaciones de los equipos de trabajo con los fiscales respectivos”, fue la respuesta que envió el Departamento de Comunicaciones de Carabineros y que lleva la firma del jefe de Comunicación Social, el teniente coronel Álex Chavan.