JUAN SUTIL Y EMBAJADOR SCHMIDT REVELAN CÓMO SE ADQUIRIERON EQUIPOS CLAVE PARA LA RED DE SALUD
Los secretos del “far west” de la compra de ventiladores de la CPC en China: especuladores corruptos, mercado negro y maletas de billetes
18.05.2020
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JUAN SUTIL Y EMBAJADOR SCHMIDT REVELAN CÓMO SE ADQUIRIERON EQUIPOS CLAVE PARA LA RED DE SALUD
18.05.2020
Si hoy Chile cuenta con una reserva de 526 ventiladores disponibles, es en parte por los equipos que la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) adquirió en China. De los 500 que compró, 295 ya llegaron. El timonel de la CPC, Juan Sutil, y el embajador en China, Luis Schmidt, cuentan cómo los consiguieron cuando en ese país ya estaba cerrado el mercado por la pandemia. Tratos con revendedores abastecidos por operadores corruptos, subastas informales, mercado negro y maletas con billetes, se mezclan en la historia. Si esta compra la hubiesen hecho funcionarios públicos, dice Sutil, la prensa “los hace pedazos” y los habría acusado de corrupción. El ministro Mañalich reconoce que para entonces ya sabían que los proveedores contratados por el Minsal no cumplirían con las entregas. La esperanza era la compra de la CPC.
La mañana del jueves 9 de abril el Presidente Sebastián Piñera sostuvo una videoconferencia con emprendedores para comunicarle los detalles del “Plan Económico de Emergencia” para enfrentar la crisis económica provocada por el Covid-19. “Hasta ahora Chile ha sido un país que yo creo que está enfrentando bien la crisis por la pandemia del coronavirus, porque estamos haciendo muchos test, estamos identificando a los pacientes o a los contagiados tempranamente, estamos prestando la atención médica que requieren”, dijo con una calma que distaba de ser real.
Esa fue una de las jornadas más duras para el Mandatario desde que comenzó la crisis por la pandemia: se habían cerrado las tres posibilidades que exploraba el Gobierno para importar ventiladores mecánicos. El stock, de no incorporarse nuevos aparatos, iba a ser insuficiente. Esa información, que se había mantenido en reserva, tenía alarmada a las autoridades. Si no se revertía rápido el escenario, las consecuencias serían fatales. Al inicio de la pandemia, según información entregada por el Ministerio de Salud a CIPER, el país contaba con 1.229 ventiladores y entre el 85% y el 90% de ellos ya eran usados por pacientes con otras patologías respiratorias habituales o estacionarias. El restante no daría abasto con la proyección de contagios. A esa fecha, el promedio era de 300 personas conectadas a un respirador artificial por Coronavirus.
El anuncio del 19 de marzo del ministro de Salud, Jaime Mañalich, respecto de la donación acordada “con el embajador de China” de “más de mil ventiladores mecánicos adicionales” -cifra que posteriormente situó en 500- se había caído tras la fuerte presión internacional por obtener estos insumos claves. La intención, consignan quienes estuvieron al tanto de la situación, existió: industrias chinas -no el gobierno directamente- podrían haber allegado esa cantidad de respiradores, pero finalmente se privilegió a otras naciones y Chile evitó escalar un incidente diplomático asumiendo que había existido un error en la información. El ministro de Salud, Jaime Mañalich, nunca aclaró qué había ocurrido en realidad. No podía hacerlo porque, de todas formas, había que acudir a la nación asiática para buscar una salida.
El 8 de abril, CIPER publicó que los principales proveedores de los 1.477 ventiladores mecánicos que figuraban en Mercado Público como adquiridos por Chile reconocían que era imposible fijar una fecha de arribo para los aparatos. En privado, sí existía un eventual plazo de aterrizaje: con suerte, octubre a diciembre de este año, muy lejos del peak de contagios estimado para mayo. La esperanza estaba fijada en las gestiones que, en reserva, estaba realizando el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Juan Sutil, quien el 31 de marzo había anunciado que los grandes empresarios de Chile, agrupados en la entidad, habían creado un Fondo Privado de Emergencia, para colaborar y ayudar a distintas organizaciones, públicas y privadas.
Sutil cuenta que a esas alturas ya había pasado un par de noches en vela intentando cerrar alguna negociación con revendedores y especuladores en China. Estaba dispuesto, admite, a partir con una maleta cargada de dinero en efectivo a realizar las transacciones. Sin embargo, hasta ese jueves no había tenido éxito y ese antecedente, y su gravedad, estaba en conocimiento de Piñera. Eran horas críticas.
Donald Trump había invocado una antigua ley de la Guerra de Corea para obligar a varias empresas estadounidenses proveedoras de insumos a no exportar sus productos y priorizar la demanda local. Incluso, se bloqueó el despegue de un avión con 600 ventiladores mecánicos que había adquirido Brasil y que fueron requisados en el aeropuerto de Miami; Turquía había requisado material comprado por España.
El mundo se había convertido en un “far west” en que el Fisco chileno ya no tenía cabida. Había que negociar, en muchas ocasiones, con intermediarios corruptos y pagar el doble para obtener un ventilador. Ese jueves 9 de abril fue un día oscuro para el país y así lo reconoció el ministro Mañalich ante la consulta de CIPER.
-Esta pandemia que ya lleva tres meses en Chile ha tenido ese y otros momentos de incertidumbre y zozobra. Ese fue uno de esos. Los proveedores nacionales, por orden de sus casas matrices, señalaron que no podían cumplir oportunamente con determinados intereses. El gobierno chino como tal ofreció una donación que llegó hace poco de 60 respiradores y ofreció colaboración con industrias chinas para vender a precio justo a la CPC. Nunca hubo oferta directa del gobierno, sino que a través de empresas chinas, de una donación más amplia. Pero dado el requerimiento del mundo de respiradores, esa posibilidad, que se exploró en algún momento, no se materializó como una oferta concreta, como dijo el embajador en su momento.
El gobierno no estaba en condiciones de competir a través de las compras públicas en esta crisis. La apuesta por los proveedores habituales había sido tardía. Aunque Piñera ha recalcado que el país estaba preparado desde enero, las compras se ordenaron recién en marzo y esa fecha ya fue tarde para la respuesta de los canales normales. El Fisco estaba, en los hechos, impedido de negociar con “fajos” de billetes sobre la mesa como estaba ocurriendo en el resto del mundo. Sutil y la CPC sí podían hacerlo.
-Tuvimos que entrar a negociar con revendedores, especuladores. También pudimos comprarles directamente a las fábricas. Entonces le comprábamos a fábricas y también comprábamos a revendedores. Yo estuve a punto de irme con una maleta de billetes. Y no me permitieron hacerlo porque llegó un momento en que las fábricas le entregaban a estos revendedores, fruto de la corrupción china, que es bien violenta, porque cuando es partido único, sin democracia, la corrupción tú sabes cómo es. Y resulta que las fábricas les entregaban a estos corruptos que probablemente les pagaban a los empleados, comunistas. Y salían poco menos que a una subasta pública, como quien sale a subastar un caballo a un remate. Y para eso hay que ir con billete.
El embajador de Chile en China, Luis Schmidt, asumió la tarea de coordinar con Sutil la adquisición de ventiladores “como fuera”.
Amigos desde hace años, cercanos en el mundo empresarial, ambos coinciden en que el terreno de los privados admite ciertas prácticas que para los fondos fiscales están vetadas. La compra de equipos que ayudan a los enfermos seguir respirando cuando su salud se deteriora, y que son claves para frenar la mortalidad del Coronavirus, fue una especie de trinchera. Se llegó, efectivamente, a las fábricas, pero mediante el mercado negro. Así lo cuenta Schmidt:
-El mercado negro es acá igual que el mercado negro en todo el mundo. El Gobierno chino trata de controlarlo, pero es imposible. A Juan Sutil yo le decía “me están pidiendo ver si tienes la plata”. Y él me decía “claro, yo te mando un certificado del banco”. No, le decía, quieres que hagas un video con fecha y hora mostrando que tienes la plata. A ese nivel llegamos. Hubo gente que me decía: “si usted quiere ver donde yo tengo los ventiladores, usted me tiene que pagar US$300 mil”. Ah, le decía yo, y cómo usted me asegura que me los va a entregar a mí. No, me respondían, usted tiene que confiar. O fui a una bodega donde tenían estos ventiladores y estaban, y cuando íbamos a hacer el negocio, ya no. Te metes en una jungla que no conoces.
El riesgo de que los aparatos fueran requisados era alto. Schmidt recalca que por eso se usó la embajada como centro de acopio.
-Eso está siempre vigente. Lo que hice, y eso descolocó primero a las autoridades chinas y a todos los relacionados con esto, es ocupar la embajada que es territorio chileno, o sea, es inviolable. Entonces, que yo acumulara acá era por la seguridad. Acá andan una cantidad de países en esto y claro cualquier cosa que puedas hacer, te los pueden incautar. Yo no me atrevo a decir, “sabe qué, yo voy a hacer un sistema planificado y mandar a Shanghai, que es zona de libre comercio, y es mucho más abierto que Beijing, donde vivo yo, pero no me atrevo porque para allá son 2.200, 2.500 kilómetros, un viaje de dos días sin control absoluto de mi parte. Me paran el camión y me lo requisan y me bajan los ventiladores, la grande que se arma. Esa amenaza está. Mis desplazamientos son con discreción, mando cosas al aeropuerto a distintas horas del día.
Fuentes que conocieron el proceso aseguraron a CIPER que la decisión de mantener el material en la sede diplomática generó un incidente con las autoridades chinas. Pero, desde la Cancillería descartaron algún roce y consignan que el que “las autoridades chinas permitieran la salida de estos insumos demuestra que la coordinación realizada con ese país transcurrió por los canales normales y fue transparente. Cada producto que se encuentra en nuestra Embajada cumple con todas las leyes de ese país. De no haber sido así, China jamás habría permitido la salida de la primera partida de estos insumos. Las empresas a las cuales la CPC adquirió los respiradores mecánicos que fueron acopiados en nuestra Embajada, como asimismo de los productos donados, se encuentran certificadas en el Registro de Exportadores de China y cuentan con todas las resoluciones sanitarias al día”.
Otros inconvenientes si son reconocidos por Schmidt. Previo a las compras de CPC de los 500 ventiladores comprometidos, el embajador consiguió que empresas chinas con vínculos con Chile le donaran algunos equipos.
-Fue terrible. La aduana china reacciona de manera muy estricta después de los problemas que hubo con los test que se mandaron a España y no está permitiendo que salga cualquier cosa. El ministerio de comercio tiene una listado de empresas que sí están certificadas, y ya redujo las empresas, para que no pueda haber que los acusen de que los equipos no son muy buenos. Entonces cuando yo llegué con las donaciones me dijeron “muy bien”, pero entregue todos los papeles, cuáles son los certificados de origen, de exportación, de calidad. Y por supuesto, yo no tenía ninguno. Yo llamaba a las empresas y me decían “déjame ver, si te puedo conseguir algo”. Y no llegaba nada.
Durante semanas se gestionó la salida de esos aparatos que finalmente fueron incluidos en los vuelos a Chile.
“Hoy estamos recibiendo 117 ventiladores mecánicos adicionales, de un número que puede llegar a 500. Y quiero agradecer a Juan Sutil, a las empresas, a los empresarios, a todos aquellos que han permitido crear un fondo de más de $94 mil millones, para ir a ayudar a más de 300 mil familias vulnerables y vamos a llegar a más de 500 mil personas vulnerables”. Esas fueron las palabras del Presidente Piñera el 1 de mayo, cuando recibió el vuelo de la FACh proveniente de China en que llegó la primera partida de los ventiladores donados por la CPC. La ruta de este envío y de los posteriores no se da a conocer con antelación por temor a que otros países se apoderen en los aeropuertos de los ventiladores.
En esa recepción, el gobernante dio, más de una vez, las gracias por las gestiones. Desde el Gobierno admiten que tras la fallida negociación con los proveedores, el Estado quedó de “manos atadas”: si los privados no hubieran intervenido, habría sido casi imposible obtener los respiradores y la saturación del sistema se habría adelantado. El viernes, se sumaron otros 218 equipos, 178 de la CPC, y otros 40 comprados por el Gobierno, traídos desde China y Holanda. Y aún quedan otros dos vuelos. En paralelo, se han donado 200 mil test PCR y 600 mil test rápidos.
Según el último informe de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva hoy la disponibilidad de ventiladores mecánicos asciende a 1.931. Un 62% están ocupados: hay 790 pacientes Covid confirmados ventilados y 77 sometidos a este tratamiento a la espera de confirmación. El stock aumentó en un momento crítico gracias a la compra hecha por los privados. El último reporte diario del Minsal, el 18 de mayo, informó que aún hay 526 ventiladores disponibles.
-Para nosotros la dificultad fundamental es más bien operativa y es que todas estas ventas tienen que ser pago adelantado y en el caso del sistema de compras chilenos eso es ilegal. No se puede pagar algo sin haber tenido la recepción del objeto. Nosotros no tenemos ni una posibilidad de hacer un anticipo del pago como pedían muchos de los proveedores con los que la CPC se relacionó-, indica Mañalich.
El ministro acota que “en un momento se desató una guerra por los ventiladores, como la nombré yo. Esta guerra en concreto significó que algunos países pusieron restricciones, en otros países hubo requisaciones de respiradores que iban en vuelo a lugares determinados y la situación del mercado negro. A través de la relación con la embajada en China, que es muy intensa, se ofreció puertas abiertas, no del gobierno de China, sino de industrias chinas en que el gobierno tiene participación, para colaborar con Chile y eso significa que una parte importante de los ventiladores se compraron directamente a las fábricas chinas y una parte, entiendo, porque estos no son dineros públicos y yo no tengo detalle de lo que se pagaron, a… ‘intermediarios’ los voy a llamar, que tenían bodegados respiradores que la CPC adquirió y donó al Estado”.
Schmidt plantea que “el Estado intentó (comprar), pero también lo clavaron. Y esto es como el far west, entonces yo andaba poco menos que con un maletín lleno de billetes, cosa que el Estado no puede hacer. Me retaban de Cancillería, que ese no era mi papel, que qué pasaba si me engañaban. También he comprado cosas para Cenabast, con un sistema mucho más difícil. El empresariado es mucho más de acción. El Servicio Público está amarrado a reglamentación y es muy difícil para estas crisis”.
Sutil es más drástico en su apreciación:
-Tuvimos que ir y usar todas las capacidades que permite el empresariado, porque, no se te olvide que en Chile el Estado y el gobierno tiene una situación que es muy clara: pueden hacer sólo lo que la ley les permite. Y en la empresa privada podemos hacer todo, salvo lo que la ley nos prohíbe. Entonces, salimos con todas las fuerzas a hacernos cargo de este problema que veíamos que venía, que era un problema serio, que el gobierno tenía problemas, que habían dimes y diretes que no sabemos los pormenores, porque yo no los sé si eran 1000, si eran 500 (los que iba a donar China), qué es lo que habían ofrecido y qué no. Salimos en un momento, en que el mundo se estaba cayendo a pedazos, en que la gente se moría, en que si no teníamos los ventiladores se iban a morir los chilenos. Había que hacerlo. Y yo decía “bueno, ¿a quién le mando la plata?”.
-Hubiese sido más difícil para el Estado una negociación así, con revendedores, con precios inflados.
-Imagínate. Tú lo hubieras hecho pedazos, tú, como periodista los haces pedazos. Dirías que son corruptos, que se han robado plata. La prensa es muy dura en eso. Probablemente, los hubieran metido presos. ¿Tú crees que el Frente Amplio no los hubieran hecho pedazos? ¿O tú crees que les hubieran dicho ‘oye, qué bien, se jugaron por todos los chilenos para que nadie se muera’?