La investigación realizada por la ministra Jessica González cerró con dureza la historia del sacerdote Fernando Karadima, el hombre que amaba ser llamado «santo». Las denuncias de abusos sexuales y de abuso psicológico, dijo la jueza en un detallado fallo de 82 páginas, eran ciertas y reiteradas, pero aquellas que fueron comprobadas habían ocurrido en un tiempo que estaban fuera del alcance del brazo de la justicia, por lo tanto estaban prescritas.
La sensación de impunidad que creó la resolución, no obstante la acuciosa investigación de la ministra, acrecentó el malestar con la ley vigente que sanciona los abusos sexuales y puso en la mira nuevamente al ex arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, la principal autoridad de la Iglesia Católica durante todo el periodo en que se hicieron las denuncias en contra del ex párroco de El Bosque. Denuncias que se recibieron y que no fueron investigadas durante años.
Los testimonios recopilados por la jueza y también por CIPER, revelan capítulos desconocidos de cómo el cardenal Errázuriz frustró una investigación que podría haber sacado a Karadima mucho antes de esa parroquia en la que, según su propio testimonio judicial, pasaron por su conducción religiosa “unos 500 mil jóvenes”.
Francisco Javier Errázuriz debió responder a los cuestionamientos que se acumularon en el expediente el 13 de julio de 2011, día en que compareció ante la ministra González. En su declaración, el cardenal adjuntó una relación de hechos en la que trató de explicar por qué si desde 2003 tenía testimonios de los abusos cometidos por el sacerdote, suspendió la investigación y por qué le hizo saber a Fernando Karadima que lo estaba investigando. (Ver declaración del cardenal Francisco Javier Errázuriz)
EL ORIGEN
La investigación de la jueza González corrobora que la primera denuncia formal de lo que ocurría detrás de los muros de El Bosque la hizo José Andrés Murillo, en 2003. Tal como lo afirmó desde un comienzo públicamente, Murillo contó que en esa época le reveló su experiencia al sacerdote jesuita Juan Díaz, quien por su cargo de vicario de la Educación del Arzobispado, se reunía semanalmente con Errázuriz. Díaz se reunió con el cardenal en privado, le contó la historia de Murillo y le dijo que le parecía creíble. También le entregó una carta en la que José Murillo narraba el eje de su denuncia: que Karadima había intentado abusar de él cuando acudió a su pieza en El Bosque para confesarse. Esta secuencia de hechos fue la que declaró Díaz ante la ministra González.
Con CIPER el sacerdote ahondó sobre este encuentro: «El cardenal leyó la carta con atención delante de mí. Se mostró sorprendido. Tuve la impresión de que tomaba con seriedad la denuncia. No reaccionó en defensa de Karadima; por el contrario, dijo que iba a estudiar esa carta con seriedad». Fue entonces que Errázuriz le envió un mensaje a Murillo: «Voy a rezar por él». A la larga esa fue durante mucho tiempo la única respuesta de la Iglesia. (Ver reportaje: Habla primer investigador eclesiástico de Karadima: “El caso me daba asco”).
Al ver Murillo que pasaban las semanas, los meses, y no ocurría nada, decidió volver a hablar con Juan Díaz, quien abordó por segunda vez el tema con el cardenal. «No recuerdo la fecha de esa conversación pero pude advertir que seguía considerando el tema. Sin embargo, no deseaba entrevistarse con Murillo. Lo noté complicado. Yo fui vicario hasta 2005 y no volví a tocar el tema con él», declaró Díaz a la ministra González. Ante esa actitud del cardenal, Díaz se juntó con Murillo y le explicó que “no podía hacer más y que el asunto estaba en las manos de monseñor Errázuriz”.
En los tribunales, el cardenal Errázuriz reconoció la gestión del sacerdote Díaz. Dijo, sin embargo, que no recordaba qué hizo con la carta de José Murillo. Y lo que resulta claro en la investigación judicial es que ese primer testimonio conocido, y que data de 2003, no dio origen a ninguna investigación de parte de la Iglesia.
El primer esbozo de indagación, muy somero y pasivo, se inició un año después, en junio de 2004, cuando la doctora Verónica Miranda, esposa de James Hamilton, después de golpear varias puertas, contó ante un procurador de Justicia del Arzobispado, la historia de su marido. Ella se había enterado de todo el 25 de enero de ese año, cuando James se confesó con ella y le dijo que llevaba años siendo abusado sexualmente por Karadima.
Verónica, que a partir de entonces vio derrumbarse su matrimonio y las certezas con que había construido su vida, se armó de valor y decidió contar todo a la Iglesia. Lo que buscaba era impedir que Karadima siguiera perpetrando los mismos abusos que había ejercido sobre su marido, con los otros jóvenes –laicos y sacerdotes-, a los que ella bien conocía y que pasaban la mayor parte de su vida en torno al párroco de El Bosque.
Para ello Verónica Miranda recurrió al sacerdote Adolfo García Fuenzalida, ex capellán naval, quién estimó de máxima gravedad lo que ella le relataba y habló personalmente con el cardenal Errázuriz para que la recibiera. El cardenal no quiso recibirla, pero instruyó para que su testimonio fuera recogido por un sacerdote investigador de la Iglesia, el promotor de Justicia, Eliseo Escudero.
La declaración de la entonces esposa de James Hamilton, hecha el 5 de junio de 2004, fue estremecedora y precisa. Aunque hablaba sólo sobre lo que le había ocurrido a su marido, el cuadro que describió, en cuanto al abuso sicológico sobre laicos y sacerdotes, ha sido corroborado punto por punto por el fallo de la ministra González.
Tras su declaración pasaron los meses y tal como le había ocurrido a Murillo, Verónica Miranda no recibió ninguna señal de que la Iglesia haría algo con su denuncia. Le preguntó varias veces al sacerdote Adolfo García y éste le contestó: «El arzobispo Errázuriz está viendo el tema personalmente». Hasta que Verónica se dio cuenta de que García ya había hecho todo lo que podía.
Pasaron los meses y nuevamente la única respuesta que recibieron los acusadores fue silencio. A fines de 2005, y sin que hasta ese momento supiera nada de lo que por su lado estaba haciendo Verónica Miranda, José Murillo intentó nuevamente ser oído por la Iglesia. Esta vez sus gestiones apuntaron a Ricardo Ezzati, por entonces obispo auxiliar. A través de un amigo sacerdote, consiguió que éste lo recibiera y lo oyera. El obispo habló luego con el cardenal Errázuriz sobre esta denuncia y tras eso envió al promotor de Justicia Eliseo Escudero una denuncia escrita por Murillo y una carta de su puño y letra corroborando la autenticidad del testimonio.
A fines de 2005, entonces, había en poder de la Iglesia dos testimonios con graves acusaciones. Ambos le parecían a Eliseo Escudero “creíbles y coherentes”, según declaró el promotor de Justicia del arzobispado en tribunales. Una opinión compartida por el sacerdote Juan Díaz, respecto del testimonio de Murillo; y por el ex capellán de la Armada, Adolfo García, respecto de la acusación de Verónica Miranda.
El cardenal Errázuriz, sin embargo, no creyó. Tampoco tuvo la suficiente duda como para instruir una investigación más proactiva, en la que se indagara y se llamara a testigos. Con los dos testimonios en sus manos, Eliseo Escudero le entregó al cardenal Errázuriz su informe y esperó instrucciones. Aún cuando en su declaración Verónica Miranda decía que temía por la integridad de jóvenes y de matrimonios a los que Karadima manipulaba en forma cotidiana, nada se hizo.
El siguiente testimonio en el expediente, demoró su tiempo: fue el del doctor James Hamilton. Y llegó sólo gracias a la persistencia de Verónica Miranda, quien al ver que nada ocurría con su declaración ante Eliseo Escudero, recurrió a otros familiares quienes la contactaron esta vez con el obispo auxiliar de Santiago, Cristián Contreras.
Ante Contreras Verónica volvió a relatar su historia. Contreras quedó indignado, según él mismo contó a CIPER. Al punto que el obispo habló con el cardenal Errázuriz «ipso facto», según declaró ante la ministra González.
Verónica se sintió acogida por Contreras y por ello, cuando el prelado le dijo que era necesario que James Hamilton declarara, ella lo convenció. James en ese momento pensaba que hablar significaba el fin de su vida profesional, lo único que aún estaba en pie, tras la destrucción de su vida familiar y de su autoestima. Finalmente Hamilton dio el paso y en enero de 2006, narró su historia ante Eliseo Escudero. Su testimonio corroboró todo lo dicho por Verónica y también las acusaciones de José Murillo.
LA HORA CLAVE
Para Eliseo Escudero ese fue un momento clave pues se formaba un cuadro claro: «Por los relatos me di cuenta que se estaba frente a un caso en el que a los abusos sexuales se agregaba mucho desorden de platas, en cuyo uso claramente estaban involucrados víctimas y victimarios. Me refiero a que eran platas que se usaban, por ejemplo, para viajes a Estados Unidos, Europa, donde los propios acusadores habían sido beneficiados, invitados a estos viajes que ellos no podían pagarse. A mí me parecía que se debía tomar muy seriamente este problema. Por esta razón yo recomendé: En caso que se tome la decisión de sacar al sacerdote involucrado en estos hechos -que a mí me parecían muy creíbles- se debe hacer una auditoría muy seria del uso de las platas de la parroquia y el uso que se dio a estas en favor de estos hechos».
Esa fue la recomendación que el promotor de Justicia del Arzobispado le dio por escrito al cardenal Errázuriz. Pero una vez que James Hamilton hubo declarado, la Iglesia nuevamente respondió con silencio a los denunciantes. No se les dijo nada. Por ello, pese a haber iniciado acciones ante el mismo investigador, Murillo y James vinieron a tomar contacto recién en 2009, cuando Hamilton decidió iniciar la anulación de su matrimonio religioso.
Habían transcurrido seis años desde la primera denuncia de José Murillo. Y durante todo ese tiempo tanto James Hamilton, José Murillo y luego Juan Carlos Cruz, quien también hizo su denuncia en 2009, estuvieron convencidos de que los abusos que habían experimentado por parte de Karadima y que tanto les había costado verbalizar ante la Iglesia, sólo les había pasado a ellos.
Lo que ninguno sospechaba era que el silencio y la ausencia total de una señal que indicara que al menos sus denuncias estaban siendo atendidas, tenían una razón: el cardenal Francisco Javier Errázuriz había decidido paralizar la investigación poco después de que Eliseo Escudero recibiera el testimonio de James Hamilton.
“Yo tenía dudas acerca de la verosimilitud de los hechos expuestos”, se justificó el cardenal ante la ministra Jessica González. Y dijo también que esas dudas habían sido alimentadas por las opiniones que recibió del obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga Manieu, uno de los más cercanos seguidores de Karadima y cabeza de la Unión Sacerdotal, entidad que también controlaba el párroco acusado.
El rol de Errázuriz no se limitó a escuchar a Arteaga. Según consta en los testimonios de los principales involucrados, Errázuriz le pidió al promotor de justicia Eliseo Escudero que recibiera dos documentos de Arteaga en los que desacreditaba a José Murillo y a James Hamilton. A los dos los conocía por haber compartido con ambos en El Bosque. Con esa suerte de empate la investigación se detuvo.
«El receso del procedimiento administrativo entre los años 2006 y 2009 es de mi responsabilidad y fue una decisión que tomé luego de haber oído el testimonio de monseñor Andrés Arteaga respecto de los denunciantes”, admitió el cardenal Errázuriz ante la ministra.
La investigación de la ministra González permitió constatar que el rol de Francisco Javier Errázuriz en esta historia fue más lejos. Además de pedirle su opinión a Arteaga, el cardenal le contó de la investigación de la que era objeto Karadima al sacerdote Rodrigo Polanco, otro de sus seguidores más fieles. Y lo hizo a sabiendas que los códigos que manejaban los sacerdotes formados en El Bosque y que eran dirigidos espiritualmente por Karadima, no admitían secretos para con su líder. Y así fue, Polanco le refirió de inmediato la información a su mentor espiritual.
Según declaró Francisco Javier Errázuriz, tanto esa conversación con Polanco como su decisión de pedirle a Karadima que dejara de ser párroco de El Bosque, lo que hizo en una reunión que sostuvieron en agosto de 2006, formaban parte de una estrategia para neutralizar a Karadima: “Pensé que al separarlo de su cargo de párroco y al conocer de las denuncias en su contra que yo le había hecho saber a sus cercanos y que sin duda éstos le habían hecho saber a él, sus conductas iban a cesar”.
La estrategia del cardenal sintetiza varios de los elementos que ayudan a esclarecer algunas filtraciones y situaciones inexplicables por años para los denunciantes, que agregado al silencio que obtenían como respuesta de la Iglesia, los dejaban desesperanzados y también indignados. Lo primero es que, mientras a ellos nunca se les dijo ni una palabra sobre lo que se haría con sus testimonios -al punto que Verónica Miranda, Hamilton y Murillo pasaron años sin saber si exponer su intimidad sirvió para algo-, al acusado de graves delitos se lo puso sobre aviso.
Lo segundo y más delicado: el cardenal Errázuriz declaró que tomando ciertas medidas pensaba que las conductas de Karadima iban a cesar. ¿Cuáles conductas? En esa declaración parece admitir que tuvo certezas sobre la culpabilidad de Karadima. Y a pesar de ello, decidió no indagar. Así, el cardenal habría seguido el mismo camino que normalmente hacía la Iglesia Católica, y que se ha conocido en los últimos años en Chile y en otros países con algunos casos de abusos: sacar al sacerdote acusado de su cargo y convencer a las víctimas de que no dijeran nada. Es decir, que aquello que presumiblemente pasaba, no siguiera pasando. La verdad y la integridad de las víctimas parece no haber sido el motor de su preocupación.
Los datos disponibles indican, además, que Karadima no se calmó ni se amedrentó. A su misa de despedida como párroco de El Bosque, con la iglesia llena y una parafernalia inédita, asistieron la mayor parte de los sacerdotes formados por él, más los cuatro obispos de la misma cantera: Andrés Arteaga, Tomislav Koljiatic, Horacio Valenzuela y Juan Barros. Karadima concelebró con ellos. Su salida en ningún caso pudo leerse como un castigo, sino como un homenaje. Porque Karadima no abandonó El Bosque y siguió controlando todos los movimientos financieros y religiosos de la parroquia además de los de la Unión Sacerdotal. Y ello porque el arzobispo Errázuriz lo dejó seguir viviendo allí y además, elegir a su sucesor: el sacerdote Juan Esteban Morales, su predilecto y hombre de mayor confianza.
Según le contó Karadima al abogado Hernán Arrieta, poner a Morales de párroco fue «quebrarle la mano al cardenal porque con eso se aseguraba de que en El Bosque todo iba a seguir igual». Así lo declaró Arrieta ante la ministra Jessica González. Y todos los testimonios recogidos de lo que ocurrió en El Bosque a partir de 2006, lo corroboran.
La ministra González afirmó en su resolución del 14 de noviembre que no encontró testimonios de abusos sexuales posteriores a 1995. Pero nadie sabe en qué momento esas prácticas que se ejercieron por décadas, como lo grafica el fallo de El Vaticano que lo condenó, desaparecieron de las rutinas de El Bosque. Porque hasta que debió abandonar la parroquia a fines de 2010, Karadima siguió ejerciendo abuso sicológico, controlando hasta en el mínimo detalle a los sacerdotes formados por él y haciendo su voluntad dentro de buena parte de la Iglesia chilena.
En 2007, por ejemplo, hizo la feroz operación contra Cristóbal Lira, (uno de los sacerdotes formados a su alero y con el que se enemistó) difundiendo que Lira era homosexual. Para ello, según testimonios reunidos por la ministra González, usó a Jaime Tocornal y a Juan Esteban Morales.
En 2008 Karadima despojó de un departamento en Viña del Mar a uno de sus sacerdotes cercanos de la Unión Sacerdotal, Andrés Ariztía, capellán de la Fundación Las Rosas. El departamento está ubicado en la Avenida San Martín 1020, N° 126, en una torre gemela a aquella donde está situado el departamento donde Karadima abusó de James Hamilton la primera vez. Y en 2009 se dedicó a la compra de departamentos con los recursos de la Unión Sacerdotal, transformando esa organización en una suerte de inmobiliaria.
Todo aquello, más los viajes que siguió realizando a Europa cada año con sus favoritos y los dineros que más tarde distribuyó entre los empleados que conocían sus secretos, indican que Karadima se sentía impune. Es probable que cuando supo que el cardenal Errázuriz había paralizado la investigación por los abusos de los que se le acusaba, haya sentido que el arzobispo no se atrevía a tocarlo.
En 2006, por ejemplo, viajó 37 días a Europa: desde el 16 de Enero al 22 de febrero, saliendo hacia España y regresando desde Francia. En el verano de 2007, partió a Inglaterra y regresó desde España: 36 días en total, desde el 9 de enero al 15 de febrero. En el año 2008 viajó dos veces: 15 días en septiembre a Francia y 35 días a España durante el verano.
LA NULIDAD
En septiembre de 2009 Francisco Javier Errázuriz le advirtió a Karadima que iba a reactivar la investigación judicial en su contra y que podría estallar un escándalo. Para entonces el director espiritual de la comunidad de El Bosque ya tenía antecedentes de que el horizonte estaba sembrado de nubes de tormenta. A comienzos de ese año James Hamilton había iniciado su proceso de nulidad matrimonial y como causal de separación alegaba que Karadima había abusado sexual y sicológicamente de él, anulando su voluntad y discernimiento. No había sido libre al tomar la decisión de casarse pues había sido el propio Karadima quien lo persuadió.
La Iglesia siempre maneja con absoluta reserva estos procesos, y esta fue una excepción: Karadima sabía todo lo que Hamilton había declarado, pues uno de sus seguidores era el presidente del Tribunal Eclesiástico, el sacerdote Francisco Walker.
Apenas Walker leyó el testimonio de Hamilton, fue a poner sobre aviso a Juan Esteban Morales. De inmediato, el sacerdote Morales hizo dos cosas: le contó a Karadima y partió a buscar a James Hamilton para intentar persuadirlo de retirar su acusación.
El denunciante, escandalizado por la filtración de su alegato, pidió de inmediato una audiencia con el arzobispo Errázuriz. Las redes de El Bosque nuevamente entraron a jugar y apenas Francisco Walker se enteró de que James Hamilton quería hablar con el arzobispo, le insistió a Juan Esteban Morales que ellos debían hacerlo primero. Lo cierto es que el cardenal Errázuriz rechazó la audiencia con James Hamilton, pero sí recibió a Francisco Walker.
Sobre esa reunión Francisco Walker declaró en tribunales: «El cardenal sabía de la nulidad y me hizo ver que lo que yo había hecho era una falta a la confidencialidad del Tribunal». Francisco Walker recordó ante la jueza que el cardenal tenía dudas respecto al caso, y que dijo si no sería todo «un cuento que James se terminó creyendo», según la expresión que habría usado el propio Errázuriz.
Francisco Walker debió abandonar el Tribunal. En su reemplazo, el arzobispo Errázuriz designó a Eugenio Zúñiga, sacerdote del Opus Dei. Años más tarde, cuando James Hamilton, sumando todos estos hechos y otros que ocurrieron luego, acusó al arzobispo Errázuriz de encubrir los delitos de Karadima, el cardenal se justificó diciendo que el nombramiento de este juez imparcial mostraba su disposición a investigar. Fue una débil defensa frente a todo lo que ocurrió en esos meses en este juicio.
Para detener el proceso de nulidad religiosa del matrimonio de Hamilton, o al menos neutralizar la causal invocada por Hamilton y también por Verónica Miranda, Karadima desplegó a sus sacerdotes. El obispo Andrés Arteaga se ofreció a declarar en esa causa. No fue aceptado. Entonces el mismo Arteaga ofreció el testimonio del sacerdote Juan Esteban Morales, quien ocupó su espació para desacreditar la credibilidad de James Hamilton y también las de José Murillo y Juan Carlos Cruz, quienes ya habían declarado como testigos.
El sacerdote Francisco García De Vinuesa, abogado de Hamilton en ese juicio de nulidad, declaró ante la ministra González que la inclusión de Morales además de ser improcedente en este tipo de juicios, constituyó «una verdadera presión». No fue la única.
Antes del fallo de ese tribunal, García De Vinuesa recibió una carta del presidente del Tribunal Eclesiástico, Eugenio Zúñiga, redactada en primera persona, para que James Hamilton la firmara reconociendo que se confesaba con Karadima.
García de Vinuesa le dijo a James que ese documento era una trampa, pues si lo firmaba, no se podría investigar ninguna acusación suya en contra de Karadima pues estaba amparada bajo el secreto de confesión. A pesar de la insistencia del juez de que Hamilton firmara, lo que consta en los correos electrónicos que se agregaron al expediente, éste no firmó.
La artimaña involucraba la utilización de un sacramento -la confesión-, una de las piezas más significativas para quienes profesan el credo católico.
Vista la concatenación de hechos que ha dejado al descubierto el expediente de la ministra Jessica González ocurridos entre 2003 y 2010, período en que la máxima autoridad de la Iglesia en Santiago era el cardenal Francisco Javier Errázuriz, pocos dudan de que el cardenal no haya estado enterado de estos movimientos tendientes a paralizar la investigación anulando a sus acusadores.
Hasta ahora la única explicación que ha ofrecido este hombre de fe es que no creyó. Y cuando lo hizo, cuando finalmente en junio de 2010 envió los antecedentes a Roma, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya era demasiado tarde.
En la última quincena de septiembre de 2009, figura el último viaje de placer que registra la bitácora de Fernando Karadima: 15 días en Francia. Fue poco después de su regreso, que el arzobispo Francisco Javier Errázuriz le avisó que reactivaría la investigación en su contra y que era probable que estallara algún escándalo. Karadima ese verano, por primera vez en décadas, no pasó gran parte de la temporada en Europa. Y debió vivir el terremoto de febrero de 2010 en Chile. Su verdadero terremoto, sin embargo empezó meses más tarde, cuando Fernando Batlle, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Murillo hicieron la primera denuncia ante la fiscalía, denuncia que terminó con el fallo de este lunes 14 de noviembre firmado por la ministra Jessica González.
es una verdadera tristeza pero es la realidad...de DIOS nadie se burla sea quien sea, ni los obispos, ni el papa, absolutamente nadie. DIOS todo lo ve y todo lo puede. JESUS dice antes de que llegue el pensamiento a nuestra mente el ya lo sabe todo. Los obispos estan obligados a aclarar todo y tambien el papa francisco....hay que hacer una cadena de oracion para que se le haga justicia a todas las victimas, que le pasa al papa el no es dueño de la iglesia y tampoco es dueño de los sacramentos........
jose orellana | 20.05.2015
dios sabe;. karadima lo sabe,la paz interior  se le acaboÂ
eso lo matara,mancho el sacerdocio,debe morir en vida,
MANUEL | 18.07.2012
Jorge Oyanedel yo no sé por donde le encuentra cara de "tierno niño bueno" a Errazuriz...
JORGE OYANEDEL GILI | 05.04.2012
SI ESTE ES UN SANTO,COMO SERA EL DIABLO....
JORGE OYANEDEL GILI | 05.04.2012
LA TIERNA CARA DE UN NIÑO BUENO.....
Pablo | 18.12.2011
Me parece impresentable toda esta maquinación por parte de la Iglesia Católica, con su maximo referente don Francisco Javier Errazuriz , todos sabian lo que estaba pasando y no hicieron nada, nada, absolutamente nada.Como creyentes en Dios tendrán que rendir cuentas ante él. Cuanto daño, cuantos años haciendo estas perversiones sexuales y ningún sacerdote puso a Dios por sobre todo y encaró al Cardenal para que esto se investigara.
Mal todo mal, ahora la credibilidad de la Iglesia está por el suelo, quiera Dios que nuevos sacerdotes cambien este proceder y no amparen esta lacra cancerígena, sacandola de inmediato de sus filas. Ahora estos viajes, departamentos, dineros que van y vienen. Pucha que vida de sacrificio tienen los sacerdotes. Por eso todos los dineros entregados a las instituciones sin fines de lucro o de caridad deben ser con auditoria pública.
Me parece que deben aprender del Padre Alberto Hurtado y no farrearse la plata. Yo soy de la Iglesia para afuera no para adentro ocultando las cosas transparentar y los sacerdotes mañosos para afuera...........
CarlosL | 30.11.2011
Insisto, el Cardenal tiene la responsabilidad del cargo en las malas tomas de decisiones y sí debería responder, pero no podemos personalizar todo sólo en él y olvidarnos de quienes, en las sombras y a luz del día, complotaron, intrigaron, desprestigiaron, desinformaron al Cardenal, abusaron de la confianza de él y presionaron con el falso principio de autoridad y sucio poder que ante numerosas autoridades de la Iglesia Chilena, del Vaticano y de laicos, había construido Karadima en su soberbio autobeneficio. Todos ellos están hoy pasando libres y en silencio, sólo con el peso de sus conciencias si es que las tienen honestas, y aún siguen ejerciendo y homenajeados en sus designaciones de obispos, párrocos, vicarios, académicos, etc. sin ningún indicio que serán sancionados como hombres y sacerdotes por todo el dolor que provocaron también ellos en las víctimas, también por toda la maldad de su asociación y de sus procedimientos para proteger a Karadima, su ídolo podrido, frente al cual, y en su obsesión, no les fueron suficientes ni las palabras ni los testimonios integrales y exigentes de Jesús el Cristo. ¿A quiénes y a cuántos fieles a la Iglesia y no a un hombre tan pecador como su ídolo, estarán hoy deformando?
Manutara | 29.11.2011
Alguna opcion de llevar a Errazuriz a juicio y/o carcel por encubrimiento de delito? Tiene algun tipo de fuero inremovible que no veo que ocurra nada contra el?
Nicolas | 28.11.2011
la verdad, ahora comprendo tantas cosas y situaciones...cuando quise ser sacerdote para servir a Jesucristo y hacer carne su evangelio, quise seguir el ejemplo de hombres como Don Raul Silva H. En el año 1987, despues de por lo menos 3 años de pertenecer a la pastoral vocacional, ver como algunos estudiantes eramos aislados y mirados como poco obedientes a la jerarquia porque nuestra formacion pastoral era de parroquias distintas a la de El Bosque. Yo no estudie en colegio catolico. Mi vocacion nació del pueblo sufriente.
Anita M. | 25.11.2011
Gracias Carlosl, pero sigo pensando que la mayor parte fue efectivamente un reciclado. De todas formas aprovecho de decirte lo de acuerdo que estoy contigo respecto de la presencia entre nosotros de muchos curas que viven su servicio muy evangélicamente.
MANUEL | 24.11.2011
André: ¿De que hablas? Arteaga no está en España estudiando. Está trabajando en el arzobispado como si no hubiese pasado nada....
CarlosL | 24.11.2011
Anita M. Si revisas el texto, te darás cuenta que artículo está redactado sobre la base del veredicto de la jueza, es decir, es muy válido y correcto pues nos permite revisar lo que ya sabemos gracias a Ciper, ahora a la luz de lo ya resuelto por la justicia chilena: clara culpabilidad de Karadima, sólo libre porque legalmente lo favorece la prescripción, mas castigado de por vida por el Vaticano. Justo castigo en vida para quien con soberbia infinita y en forma diabólica se hacía homenajear como el nuevo santo chileno. Inmensa sanción para quien después de triunfar haciendo tanto mal, ya sabe y siente que toda su construcción maligna se desmoronó y que para la eternidad en la Iglesia su nombre será sinónimo de sacerdote anticristiano y anticatólico. No deja de dar un poco de lástima esa proyección. Ahora sólo falta la sanción para los cómplices, ya tan conocidos a partir de sus ocultamientos, debilidad, fanatismo e intrigas.Â
Anita M. | 24.11.2011
Me da lata ver un artículo como éste, ya que uno se había acostumbrado al buen nivel de Ciper; sin embargo, este artículo no es más que un puro reciclado de otros anteriores. Da la impresión de que Ciper se pone a veces como esas revistas para niñas adolescentes que saben que mientras más ponen a Justin Bibier en la portada, más ejemplares se compran.
PD- Antonie Paiare: Nos estai leseando, verdad???
paty | 24.11.2011
Pienso que falta mucho por decir aún.
donato | 24.11.2011
Antoine Paiare nov.23: Ud. debe ser "out of your mind".
andré | 24.11.2011
ME LASTIMA PROFUNDAMENTE LA ACTITUD DE ANDRES ARTEAGA, ORGULLOSO, SOBERBIO, LOS POBRES NO TENIAN OPCION DE CONFESIÓN, LOS OTROS LO TENIAN TODO, IGUAL QUE BARROS, MIRADOR EN MENOS, DESPRECIABA A LOS DESPOSEIDOS, LOS RICOS SENTADOS EN LOS PRIMEROS PUESTOS, EL RESTO QUE IMPORTA, NUNCA APRENDIO A RESPONDER UN SALUDO DE BUENOS DIAS, PERO SI APRENDIO A CIRCULAR HASTA ALTAS HORAS DE LA NOCHE EN LAS CASAS Y AUTOS DE LOS RICOS. POR SUERTE UNO QUIZAS DONDE EL OTRO EN ESPAÑA ..... ESTUDIANDO.
carlos | 24.11.2011
A la luz de estos antecedentes, no hay que ser muy agudo para inferir que Errà zuriz tiene el tejado de vidrio.
MANUEL | 23.11.2011
...Hay algunos que en serio sienten que el Vaticano y justicia chilena se equivocaron... y eso es lo que deja más perplejo aún... Yo me pregunto, estas personas, que seguro son del entorno muy cercano del sujeto enferno y soberbio que es Karadima, deben ser personas sin capacidad ya de mirar, ni pensar en lo viven junto a ese depravado. Está claro que aún siguen, sin problema ni obstáculo alguno, en contanto permanente con el que en "sólo teoria" ha de llevar una vida de penitencia y oración.
Sí, y es verdad que hay que rezar mucho, por los que aún viven bajo su total control y dominio. Por lo que aún no pueden asumir la realidad producto de los años que han vivido bajo la mentira. Por aquellos a quienes Karadima y sus secuaces les predicaron un Cristo y un cristianismo falso, deshumanizado, lleno de miedos y coacciones que remitían al infierno, sin luz y sin misericordia, que clasificaba al prójimo en escalones sociales muy lejos del mensaje de las Bienaventuranzas, que obtuvo "vocaciones" manipulando, a través de la dirección espiritual y confesión, a jóvenes y sus padres, de modo que no existieran para ellos otras opciones salvo "la" que el "santo" decía....y por todos aquellos que vivieron los abusos ya conocidos (y también los que nunca se sabrán), cuyas heridas ahora compartimos todos los que amamos la Iglesia.
No es odio...es un inmenso dolor, un dolor que muerde, un dolor que huele a traición, a mentira, que deja como cosecha la duda, la rabia, la impotencia, y que pide a gritos coherencia, un cambio y una renovación en la verdad, en la humanidad y en Jesucristo.
Hace falta mucha humildad en la Iglesia para que pueda parar esto. ¿Con cuántos casos más tendremos que pagar, llorar y esperar para que se realicen cambios? Porque habría que estar aún más ciegos e indolentes que quienes defienden a Karadima, para no aceptar que aquí y ahora se requiere un gran cambio en la Iglesia.
Señor Jesús invoco Tú Santo Espíritu, para no sólo renueves faz de la tierra, sino que también Tú Iglesia, la jerarquía y tus sacerdotes, y a toda la feligresía católica. Amén.
SABRA | 23.11.2011
A mí en lo personal no me extraña estas actitudes, complicidades e inmundicias de estos sacerdotes llamados "cristianos". ELLOS SON APOSTATAS DEL VERDADERO EVANGELIO DE JESUCRISTO. tergiversaron, adulteraron y cambiaron PRINCIPIOS VERDADEROS.
Rescato de esta iglesia, hijas o hijos de Dios, como Sor Teresa, Raúl Silva Henriquez y otros curas y monjas de fiel servicio y vocación.
Antoine Paiare | 23.11.2011
Queridos hermanos Chilenos quisiera repetirles una vez mas mis palabras respecto a mi peticion de Piedad Cristiana, el Padre Fernando ESTA SUFRIENDO el peor martirio de su vida. Esto se los digo porque LO SE EN FORMA ABSOLUTA. El Padre Fernando Karadima es un hombre Bueno, es un Santo. Todo el LODO que se le ha lanzado no es mas que Agua y Barro. Su rostro y SU ALMA estan limpios de Maldad. DEJEN EN PAZ POR FAVOR AL PADRE FERNANDO; Dejemosle tranquile en estos momentos de tanta tristeza. Dejemosle que pueda seguir en en paz ese contacto cotidiano que El tiene con Dios. No hay las TALES victimas que ustedes suponen. Solo hay algunos PERVERSOS que no soportaron haber perdido la confianza del Padre Fernando. En estos momentos de Odio y de Envidia Infinita, unamonos en la cordura y asi la paz llegara a nuestros corazones. Con esa Paz que tanto nos hace falta, con ella lograremos ver y disfrutar de la verdad.
XEXI | 22.11.2011
Con todo respeto a la opinión diversa,pero  Karadima no es Padre, es un monstruo con sotana, que se creyó enviado de Dios.
donato | 22.11.2011
Sr.Antoine Paiara, ...dejen tranquilo al padre Karadima...
Que piense Ud. de los victimas de verdad ? Tranquilos también ? Señor, dios, fe christiana, virgen, este sr. K. no cree en nada, solo poder y dinero, nada más !
Juan Cornejo | 22.11.2011
Yo estoy seguro que Mariano  Puga, sabia también de estas situaciones de la Iglesia y muchos, que esperamos hiciera algo, tampoco hizo nada.
CarlosL | 21.11.2011
En momentos de crisis, es bueno también mirar a los muchos sacerdotes que hacen bien a sus comunidades tanto en los planos espirituales como sociales. Anoche en noticiario de Canal 13 salió el tan ejemplar padre Mariano Puga. Hoy se encuentra haciendo el bien en Chiloé, luego de optar y trabajar con y por los pobres en poblaciones modestas de Santiago, viviendo como uno más de ellos y ellas. Y eso que en el momento de su opción vocacional gozaba de un nivel de vida de verdad superior (al cual Karadima siempre aspiró en forma anticristiana y terminó haciendo negocios para ello). Como un dato, la familia del padre Mariano vivía en una de las casonas que aún existen frente al Teatro Municipal. Tremenda opción la suya de nueva vida, tremenda felicidad en vivir su vocación y de sentirse pleno siguiendo en plenitud a Cristo. Excepcional su cristiano liderazgo y desarrollado en plenitud.Él es uno de los muchos sacerdotes que, en todo Chile, creen, viven y asumen de verdad la palabra y el modelo de Jesús y que aseguran que la Iglesia podrá superar los terribles errores de una minoría de sus servidores del Pueblo de Dios (tal vez la soberbia de esa minoría parte con no aceptar que son servidores, sino que siguen sintiéndose por sobre los fieles). Vale la pena conocer a los reales y verdaderos sacerdotes pues serán demostración concreta que de todo dolor se puede salir fortalecido y que si los equivocados quisieran, con humildad, podrían aceptarlos como otros de sus modelos inmediatos para así cambiar y asumir sus roles con lealtad, esperanza y verdad.
enrivalle | 21.11.2011
y por qué Monica Gonzalez no dijo ni una sola palabra de Precht??? donde está él ahora?? MMMM??????
Leonardo Abascal | 21.11.2011
Que horrible como sigue este caso, sobre todos por quienes dieron la cara y actuaron como verdaderos cristianos que denunciaron esto: James Hamilton, José Murillo y Juan Carlos Cruz, por el bien de todos que su trauma no se volviera a repetir a otros hermanos. Pero lo triste es que no fue así, porque se encontraron con la Jerarquía de la Iglesia y un laicado que protege a estos dementes que son los coordinadores de las CEB. Que es un mundo donde todos se defienden ya que nuestra Iglesia es jerárquica y *patriarcal (*donde un grupo de laicos ignorante gobierna dentro de la iglesia con familia y amigos llevan entre 10 y 30 años en el mismo cargo donde todos los saldos van a sus casas y los párrocos se callan esos son sus protectores) , donde si tu denuncias algo grave a un sacerdote, párroco u obispo solo te dirá “El que mas conoce a Dios es el diablo, el conocimiento no asegura el amorâ€, no darán soluciones y dirán estarás en mis oraciones vete en paz. Me compadezco de ellos por toda mierda que han conocido.
El problema de los curas de El Bosque es que son esquizofrénicos religiosos donde todas las soluciones las tiene un rosario porque es mágico. Pero Don Ricardo Ezzati no ha hecho mucho no ha intervenido las comunidades donde están estos curas y párrocos, destruyendo la sociedad manipulando a los jóvenes tal como ocurre en la Parroquia San Luis Beltrán y sus capillas distorsionadas, porque aquí en Pudahuel también tenemos un Bosque II pero chanta. Donde Jaime Tocornal, Pablo Arteaga y la hermana Katherina y sus secuaces del consejo juvenil parroquial, que son puros entupidos hijos de padres coordinadores y sus amigos este grupo de gente sigue manipulando a niños y a jóvenes este grupo. Esto es un ejemplo del ambiente distorsionado que hay en las Iglesias de los sacerdotes de El Bosque y nadie hace nada con esa red de protección cualquier persona normal se retira de La Iglesia obvio.
El próximo 4 de diciembre se iniciará la visita canónica a la Pía Unión Sacerdotal de la parroquia de El Bosque, que era dirigida por el padre Karadima, el arzobispado esta distrayendo la atención con la Parroquia El Bosque y el mediocre plan pastoral 2012, que será año de los laicos y jóvenes pero sin ellos ojala esa visita también incluya las parroquias dirigidas por estos megalomanía, que incluso para ser criticado ni cuestionados, han dejado a las comunidades sin encargado de catequesis y menos profesores de religión. esto es el colmo.
Pablo | 20.11.2011
El ex mal llamado Cardenal Errázuriz, hermano de Juan Eduardo Errázuruz, uno de los más imporantes empresarios en Chile, presidente del holding Sigdo Koppers, es sin lugar a dudas COMPLICE de los abusos cometidos por el depravado Karadima. Lo que sucede es que es intocable y ahora no hace más que esconderse como lo hacen los delincuentes. La conciencia, si algo le queda, no lo dejará morir tranquilo.
Marcos Sepúlveda | 20.11.2011
La Iglesia católica permite y facilita esconder delitos sexuales y financieros: Karadima cometió distintos actos de perversión sexual con los jóvenes y empleó dinero de dádivas para su propio provecho, como también para el de sus cómplices de sotanas. La Iglesia católica ampara el encubrimiento, el ocultamiento, la complicidad en esos delitos cometidos por curas, además de practicar manipulaciones de dilación legal de las denuncias para que prescriban esos delitos y los culpable de sotanas no sean catigados.
Todo esto ocurre en nombre de Dios y es aceptado silenciosamente por fieles también manipulados en sus conciencias y bolsillos.
jorge | 19.11.2011
Quién hará la "limpieza" de la Iglesia ... con el desarrollo de los medios (Ciper, El Mostrador, The Clinic, El Ciudadano y otros) y las redes sociales (Facebook, Twitter y otras) los sacerdotes, obispos y cardenales no podrán esconder sus delitos. Impresionante la actitud del "Cardenal" Errazuriz y con razón al escucharlo sonaba "hueco" "falso" e hipócrita. Y sigue tan tranquilo (como si no hubiera pasado nada) y si es necesario votara para elegir a un nuevo Papa. Prefiero mil veces un laico comprometido en apoyo espiritual para no correr el riesgo de ser aconsejado por un cura (en el mejor de los casos) "pajero". Â Â
CarlosL | 19.11.2011
En parte para Jorge: Me parece que en su comentario ha equivocado el nombre de quien sería "lumbrera según algunos" y le pide "sea inteligente para defender a los más desposeídos". Arteaga es uno de los obispos nombrado sólo por influencia de Karadima, es uno de sus obispos, uno de sus más cercanos, uno de los que siguieron su ejemplo para privilegiar con su atención sólo a los que más les convenía en término de poder y el que más lo justificó y defendió con cobardes argumentos ante el cardenal Errázuriz, engañando en forma mísera a éste y uniéndose a los otros en las sucias intrigas contra las víctimas a quienes denostaba junto con sus cómplices. Todo tan bien presentado en el reportaje a partir de la investigación de la jueza González. Los lectores no podemos olvidar que todo lo expuesto es producto de una investigación muy seria que incluso satisfizo a las víctimas. No creo que en los periodistas de Ciper haya interés por destruir a la Iglesia como dicen alguno, quienes sí la pusieron en mayor riesgo fueron Karadima y todos los de su grupo, quienes como vemos actuaron como verdadera mafia para ellos sí destruir a hermanos laicos en la fe y así no perder las granjerías que obtenían estando bien cerca de su "santito" y ocultando locamente todas sus barbaridades. Ojalá no perdamos el enfoque y sí leamos con atención este reportaje y todos los anteriores, en esta forma nos acercaremos a la verdad a la cual tanto costó llegar y con tanto dolor y pérdidas para las víctimas. Sería interesante saber qué pasó con Valdivieso, el primer juez que rechazó todas las acusaciones en brevísimo plazo y sin investigar nada. Espero no siga en el Poder Judicial. Lo otro que espero es que el Vaticano también asuma sus errores en las designaciones obispales (escándalo para el pueblo de Dios y aún mayor de quienes están en sus diócesis) y rectifique reasignándolos, como por ejemplo llamándolos a otras responsabilidades fuera del país o sólo administrativas si se quedan en Chile. ¿Pensarán alguna vez todos los sacerdotes involucrados en tamaño pecado contra hermanos, con toda su soberbia y cobardía a cuestas, y si es que creen de verdad en Dios, pensarán en el castigo eterno que deberían tener una vez muertos por haber actuado en forma tan sucia, agravada por su condición de sacerdotes, discípulos de Jesucristo y servidores del pueblo de Dios? ¿Y qué sentirán cada vez que deben celebrar misa o predicar sobre la palabra de Jesús o aparecer en la TV con mensajes de amor a Dios? ¿Se sentirán verdaderos, limpios, dignos de quien debería haber sido siempre su único y absoluto Maestro, tan distinto a su ídolo Karadima? ¿Y cómo lo hacen cuando deben dar la absolución a quienes se confiesan con ellos? Por mucho menos, otros profesionales o personas de diversos quehaceres en bien de personas estaríamos inhabilitados para ejercer. Pobres todos ellos, pero aún falta que se haga justicia con y por sus tremendos errores y pecados.Â
douglas | 19.11.2011
Mi mamá me enseñó a conocer y amar a Dios, ella me llevó a la Iglesia y me enseñó a rezar y también me advirtiò que hay que seguir a Jesucristo y no a los curas y menos a los obispos. - Mi mamá tenía toda la razón.
donato | 19.11.2011
Que hipocresía tremendo ! Y los srs. Errázuriz, Arteaga y otros duermen tranquilamente ?
Marcelino Aliaga | 19.11.2011
Cabe meditar qué son de verdad los sacerdotes católicos. Siervos e intermediarios de Dios, como hacen creer a los feligreses, o simplemente personas que mayoritariamente padecen anomalías sexuales y mentales que esconden tras sotanas y el crucifijo, con el conocimiento y resplado de una jerarquía con iguales características. De no serlo, acabarían con los curas corruptos. Son demasiados los casos de depravaciones y escándalos del último año que involucran a sacerdotes de renombre y que parecían en camino directo a la santidad. Entender que el sacerdocio es para muchos una fachada para practicar la homosexualidad enmascarada de religiosidad o, lo que es peor, una vía directa al sexo delictual con menores indefensos, amparados por la Iglesia católica y por el temor de las víctimas, hacen de esa religión un nido delictual que actúa al margen de la sociedad. Los curas depravados que son importantes para la Iglesia no van a la cárcel, son liberados por distintas vías, incluída la complicidad de quienes tienen por deber castigar la delincuencia, especialmente si afecta de por vida a menores ingenuos, obedientes, con fe ciega e indefensos.
Esta es la realidad de muchos canónigos que causan espanto con sus conductas cómplices, encubridoras y partícipes de delitos sexuales: viven con privilegios, son respetados por la comunidad religiosa y la justicia ordinaria no los toca.
Luis Grial | 19.11.2011
Lo que más lamento es que existan sorprendidos con estos hechos, o que dicen estarlo, en circunstancias que existe copiosa evidencia de que la iglesia ha amparado latrocinios y crueldades, a vista y paciencia de sus feligreses, del dolor de los y las afectadas y a lo largo de su triste historia. Más aún, a sabiendas de tan despiadados hechos no dejo de pensar que, incluso, más que desidia intelectual de parte de los sorprendidos, desliza un afán de encubrimiento.
Sancho | 19.11.2011
Me parece que la iglesia católica se apoxima a un trance que no va a ser nada fácil. Si bien es posible identificar en personas específicas la responsabilidad de estas situaciones, y que sin lugar a dudas la tienen, creo que ellas responden a un estructura que lo permite y lo fomenta. La subordinación y obediencia interna, reforzada por la existencia de la práctica de los guías espiriuales, que suele generar un tipo de dependencia psicológica con una gran potencial para la manipulaciión de las conciencias y todo esto completado por el acto de la confesión, elevado al carácter de sacramento, configura un micromundo religioso en que el dominio y control de uno sobre otros, sin contrapeso alguno, se convierta en el campo de cultivo para que inescrupulosos, insensatos, iluminados, desviados, ansiosos de poder y prestigio utilicen herramientas tan poderosas como el manejo de las conciencias y del espíritu. A lo anterior, si se agrega , lo que hasta el momento ha sido una doctrina, el sacrificar la individuo por salvar la institución, se cierra el círculo y estamos ante una institución pétra, hermética. Esto ocurrió con Maciel, ha ocurrido en Europa en USA, Irlanda, Bélgica, Portugal y también en Chile. Es el más brutal abuso de poder, por el carácter de quienes son los causantes, por la fragilidad de sus víctimas y por los efectos provocados. La iglesia, si quiere sobrevivir debe revisar y cuestionarse su estructura más profunda.
Abel | 19.11.2011
Es lamentable y penoso comprobar otra vez que la clase dominante de este país enquistada en la iglesia, en las fuerzas armadas, en la banca, en la industria, dueños de la tierra y también en la política de apellidos vinosos como Errazuriz, Larrain y otros que antes en sus campos disponían de todas las mujeres de su hacienda sean estas solteras o casadas, acostumbrados sus antepasados a esas practicas, de estos señores yo no podría esperar otra cosa que la que finalmente hizo este Arzobispo, alguien esperaría que siquiera iba a escuchar a Hamilton, Cruz, o Murillo, por supuesto que no, la palabra que vale es solo la de su propia casta los Arteaga, los Karadima, los demás somos seres inferiores que no tenemos credibilidad, como no vamos a echar de menos a un arzobispo de verdad como Silva Henriquez, esto no hubiese pasado con el.       Â
RAUL | 18.11.2011
LOS ARCHIVOS DEL "OTRO CARDENAL"
Soub | 18.11.2011
El artículo realmente no dice nada sobre cual encubrimiento se hizo. Los afectados siempre pudieron ir a la justicia ¿o no lo hicieron a petición de alguien? ¿Por qué los mismos decidieron mantener las cosas al interior de la iglesia, sabiendo que la iglesia no tiene los poderes que la justicia posee para castigar a sus miembros?. ¿Sabían los afectados que la iglesia no puede privar de libertad a Karadima? ¿y que la misma estaba "infiltrada" por gente bajo el control de él y que quizás también son victimas del mismo? Resulta obvio que al interior de una institucición habría quienes creen y quienes no, entonces: ¿Por qué continuar en la misma dirección? Es una asimetría enorme. En definitiva, las instituciones no tienen forma de revisarse a sí mismas, se necesitan otras intervenciones. Esta caza de brujas se enfoca en destruir una institución, mas que comprender como "desarmar" a los Karadima que siguen en circulación.
Eduardo J. | 18.11.2011
Esto no termina, es solo preambulo para seguir sacando la mugre milenaria de una de las instituciones teocraticas mas antigua donde el unico dogma es aprovechense de la ingnorancia, incultura del ser humano, eduquemoslo, segun nuestras conveniencias, hagamos de estos creyentes nuestros proselitos incondicionales, que nuestras avaricias, enrequicimiento, degeneraciones, inmoralidades y perverciones, crean que son de origen divino, que el jefe del cartel es un enviado celestial, infalible y santo. De esto tampoco se escapan las muchas otras cofradias teocraticas, que se han tomado y arrogado derechos a la igual a los antes mencionados derechos, en que lo unico que estan haciendo es someter a los individuos con mucha falta de todo y necesidades espirituales para espiar sus miserables conductas, de sus andrajosas vidas.
Da risa escucharlos exigiendo respeto, como autoridades, que por lo demas siempre han estado enquistado en el poder economico y politico ayudando a hacer leyes a sus medidas en desmedro de sus propios feligreses. Sus delitos que los paguen igual que todos los mortales y como son representantes de instituciones corporativas sus corporaciones que paguen las idemnizaciones correspondientes a las victimas por algo son los entes mas multimillonarios que existen en el planeta, que les da una vida que el resto de los terricolas no tienen.
Jorge | 18.11.2011
Como catolico siento una profunda vergûenza al ver como un alto miembro de la iglesia haya causado tanto daño, no solo a las victimas, sino tambien a la iglesia al ser tan mediocre e irresponsable. Afortunadamente la santa Sede exige que deje su cargo de arzobispo metropolitano no antes sin resolver el problema de karadima. Sera para la historia un antecedente que al designar un arzobispo tenga caracter al enfrentar problemas elevados, iguales o superiores al de Karadima, que tenga la valentia en decir no a los abusos por parte de sus pares. La cobardia es para los debiles que no saben enfrentar una situacion. Ojala que no hayan mas cardenales Errazuriz en mi iglesia, que sean cobardes. Ojala que haya un arzobispo dispuesto a luchar por nosotros, las ovejas del rebaño que se le haya encomendado. Asi como el obispo Arteaga es una lumbrera, segun algunos, sea inteligente en defender a los mas desposeidos, algo que hasta ahora no lo ha hecho. Espero que Karadima encuentre la paz interior y vea realmente el Rostro del Señor y cuando muera acepte la voluntad del Creador.
david | 18.11.2011
Me uno a las felicitaciones y reconocimiento del forista anterior por la calidad de la investigación periodística que permanentemente ha exhibido este medio. Sobre el tema del reportaje en particular, choca brutalmente la conducta que ciertas entidades se esmeran por mostrar públicamente con la aplastante realidad del comportamiento individual de sus integrantes. Llama la atención la maldad y degradación del "cristiano" personaje, el cual para denostar a sus enemigos - y llevando el cinismo a su más elevada expresión - utiliza como arma la naturaleza de su propio sentimiento homosexual. Lo que es él en su oculta realidad, pretende que en los demás sea motivo de escarnio y condena. En resumen, un personaje asqueroso y repugnante.
CarlosL | 18.11.2011
Como siempre excelente reportaje sintetizando este proceso que tanto ha conmovido a la Iglesia chilena.
Hoy existe la tendencia a culpar sólo al cardenal Errázuriz, y en parte tienen razón por la responsabilidad del cargo, pero no debe dejarse de lado a quienes sabiendo de primera fuente, y tal vez sufriendo, la verdad de los escándalos denunciados, armaron una verdadera maraña de defensa y protección para hechos tan sucios. Si para ellos Karadima no es un pecador y hechor de pecados mortales, no entiendo como pueden confesar a católicos que siguen participando con ellos. Obviamente ya no tienen autoridad moral para ejercer sus funciones pues ellos intentaron culpar a víctimas para esconder a su ídolo, a quien extrañamente amaban tanto. Les importó nada el dolor de hombres y mujeres afectados. Hoy esos cómplices en procedimientos que avergüenzan a los verdaderos católicos, continúan en sus cargos con toda tranquilidad, como por ejemplo Arteaga que sigue en la UC, escribiendo en El Mercurio dominical y como obispo auxiliar de Santiago. Con qué cara. Los otros obispos, nombrados sólo por las influencias de Karadima, de otros dos en el Vaticano, y para nada por inspiración en el Papa del Espíritu Santo, también siguen siendo homenajeados en sus injustas designaciones. No son Obispos con mayúsculas, sólo administrativos y por malas artes. La propia Iglesia debería abrir investigación contra todos ellos y también contra todos los sacerdotes mencionados en la investigación. Ninguno de ellos es digno de ser servidor de Jesucristo por los pecados premeditados y acordados que cometieron en contra de hermanos laicos más débiles. No son sacerdotes de verdad, son sólo hombres de mundo que descubrieron el gusto del poder y que no saben hacer otra cosa que cumplir con rituales sin tener que ganarse la vida, y viviendo en sectores que les siguen asegurando buen pasar. Aparte, espero que las valientes víctimas demanden ahora a todos esos cómplices de Karadima, buscando también sean sancionados y definidos ante la sociedad, pero que además deban todos pagar en dinero. Cuántas otras víctimas habrá que no se han atrevido a hablar, y por qué no, otras víctimas ahora de esos mismos sacerdotes ya deformados por Karadima, de quien quizás aprendieron sus mismas mañas. Nuevos juicios podrían descubrir nuevos pecados por doloroso que ello sea.
La Iglesia debe aprender y crecer con toda esta suciedad, desprendiéndose de todas esas manzanas podridas. Cuán postergados han sido excelentes y verdaderos sacerdotes que conocemos en su misión diaria e incansable, por esa camarilla!
A Jesús el Cristo, Karadima y sus deformados discípulos lo expulsaron de sus vidas, lo desterraron como opción y modelo integral. Se transformaron en funcionarios de la Iglesia dispuestos a destruir con soberbia a todo el que se les pusiera por delante, tal como lo hacía su mentor e ídolo. Y lo terrible es que han logrado lo que querían: siguen intocados en sus tristes cargos y vidas.
Tal vez como paliativo a su dificultad para seguir de verdad a Jesús, se han hecho muy marianos, les quedaron grandes los desafíos de Jesucristo, los de su vida y de su palabra. Así, optando por la Madre de Jesús como modelo más fácil para sus débiles caracteres, parecen "buenitos" y más si sólo miran al cielo, sólo hablan de oración, se consiguen cargos sólo en lugares "gratos" y se mueven con las manos juntas, tal como su ídolo.
El Cardenal Errázuriz tiene inmensa responsabilidad, pero no es menor la de todos estos, capaces de envolver, complotar y engañar a tantos. Sería otra injusticia seguir acusando e investigando sólo al Cardenal, ahora que Karadima ya está condenado por el Vaticano y por la Justicia Chilena. También se debe investigar a todos los cómplices, tanto por parte de la Iglesia como de la Prensa. Y mejor si son demandados por las víctimas, hoy triunfantes con y en su verdad.
Manuel Antonio Martin | 18.11.2011
Para los que somos católicos esto es una gran decepción sobre nuestros pastores, no tanto por la secta de poder y perversión que funcionó en la parroquia del Bosque bajo el amparo de la jerarquía de la iglesia católica, que ya es gravísimo, si no, principalmente por el silencio cómplice y permisivo de un cardenal, es decir de un "príncipe de la iglesia católica", de la "reserva moral" de la cristiandad.
Lo triste es que además de una indefensión civil y decepción política que vivimos los chilenos, también estamos viviendo una indefensión moral y religiosa, puestos que unos y otros líderes nos han defraudado y traicionado con su inconsecuencia al permitir, participar, aceptar o fomentar actos contrarios a sus propios deberes y compromisos, reñidos estos a la moral de cualquier persona como es el abuso de poder, del poder económico y abuso sexual, uno o ambos, tanto así que podemos pensar con propiedad que en ambos casos líderes políticos y líderes religiosos se coluden respectivamente con los abusadores.
Todo lo anterior según mi opinión nos confirma a los cristianos que donde el hombre se relaciona con el poder está presente también procediendo de su propia imperfección y mediocridad espiritual, la tentación y el pecado, por lo mismo es que no seguimos a personas, sino que seguimos a nuestro Líder, Maestro, Dios y Señor, Jesucristo, algunos orientados por la iglesia católica y otros por otras iglesias, donde a pesar de los errores que se cometen y han cometido, también han hecho mucho bien, Es en estos casos donde se muestra mas claramente la acción del Espíritu Santo, limpiando la iglesia al salir a la Luz lo oculto, lo sucio, lo corrupto lo que aleja a las personas de la fe y que hace tanto daño, y a pesar de lo feo y fétido que sea, siempre será para mejor, puesto que en algún momento quedará solo lo que tenga que quedar pero limpio, sano, puro y transparente, por lo tanto cada vez que se sabe algo escandaloso en la iglesia como en cualquier institución es muestra de su proceso de mejoría, o de su muerte, pero siempre y gracias a Dios será para mejor y si viene de Dios perdurará.
Para mí esto es motivo de alegría y esperanza, tanto por las víctimas que aunque no hayan visto una justicia terrenal, sin duda de alguna, sus personas han sido honradas al sacarse esta inmundicia de adentro y contar con el respeto y admiración de todos nosotros los chilenos, y por la misma iglesia Católica puesto que hoy día hay unos abusadores y degenarados menos y es un poquito mejor y mas limpia que ayer o anteayer y a pesar de mis propias mediocridades sigo diciendo con orgullo que soy Cristiano Católico Apostólico Romano.
Arturo Aguilera | 18.11.2011
Atención cineastas, guionistas, aquí tienen material para una serie, película etc. una suerte de "Padrino", aunque la iglesia siempre ha mostrado la hilacha en el curso de la historia uno nunca deja de soprprenderse, recomiendo leer "Los Borgia" obra postuma de Mario Puzzio.
Maria gracia | 17.11.2011
Que vergüenza esta jerarquía , puede seguir denominandose como tal esta cofradía de impunidad, falta de respeto y demás valores humanos y cristianos !
Y para peor esta cofradía sigue mintiendonpublucamente, sin asco, sin vergüenza , NO se está cumpliendo la condena Vaticana, lleno de privilegios, atenciones, visitas, me constan.,El CAPO máximo debo sacarlo de la Proteccion de las mujeres, es un espacio que se dedica a señoras que pagan para ser atendidas ! SEÑORAS queda claro ! Ciper investigue por favor
josé tomás reveco valenzuela | 17.11.2011
Felicito a mis rigurosos colegas de CIPER por su valentía y acuciosidad en la completa cobertura del caso. Y por el estilo preciso e impersonal de sus reportajes. CIPER es un orgullo para todo el gremio profesional.
Con CIPER el sacerdote ahondó sobre este encuentro: «El cardenal leyó la carta con atención delante de mí. Se mostró sorprendido. Tuve la impresión de que tomaba con seriedad la denuncia. No reaccionó en defensa de Karadima; por el contrario, dijo que iba a estudiar esa carta con seriedad». Fue entonces que Errázuriz le envió un mensaje a Murillo: «Voy a rezar por él». A la larga esa fue durante mucho tiempo la única respuesta de la Iglesia. (Ver reportaje: Habla primer investigador eclesiástico de Karadima: “El caso me daba asco”).
Pasaron los meses y nuevamente la única respuesta que recibieron los acusadores fue silencio. A fines de 2005, y sin que hasta ese momento supiera nada de lo que por su lado estaba haciendo Verónica Miranda, José Murillo intentó nuevamente ser oído por la Iglesia. Esta vez sus gestiones apuntaron a Ricardo Ezzati, por entonces obispo auxiliar. A través de un amigo sacerdote, consiguió que éste lo recibiera y lo oyera. El obispo habló luego con el cardenal Errázuriz sobre esta denuncia y tras eso envió al promotor de Justicia Eliseo Escudero una denuncia escrita por Murillo y una carta de su puño y letra corroborando la autenticidad del testimonio.
Esa fue la recomendación que el promotor de Justicia del Arzobispado le dio por escrito al cardenal Errázuriz. Pero una vez que James Hamilton hubo declarado, la Iglesia nuevamente respondió con silencio a los denunciantes. No se les dijo nada. Por ello, pese a haber iniciado acciones ante el mismo investigador, Murillo y James vinieron a tomar contacto recién en 2009, cuando Hamilton decidió iniciar la anulación de su matrimonio religioso.
La estrategia del cardenal sintetiza varios de los elementos que ayudan a esclarecer algunas filtraciones y situaciones inexplicables por años para los denunciantes, que agregado al silencio que obtenían como respuesta de la Iglesia, los dejaban desesperanzados y también indignados. Lo primero es que, mientras a ellos nunca se les dijo ni una palabra sobre lo que se haría con sus testimonios -al punto que Verónica Miranda, Hamilton y Murillo pasaron años sin saber si exponer su intimidad sirvió para algo-, al acusado de graves delitos se lo puso sobre aviso.
El acto fue un desafío directo a la autoridad del arzobispo Errázuriz, pues esta campaña se inició cuando el arzobispo nombró a Cristóbal Lira párroco de la Iglesia Santa Rosa de Lo Barnechea, reemplazando a un favorito de Karadima, Jaime Tocornal. (Ver reportaje Las operaciones secretas que ordenaba Karadima para aniquilar a su competencia).
Sobre esa reunión Francisco Walker declaró en tribunales: «El cardenal sabía de la nulidad y me hizo ver que lo que yo había hecho era una falta a la confidencialidad del Tribunal». Francisco Walker recordó ante la jueza que el cardenal tenía dudas respecto al caso, y que dijo si no sería todo «un cuento que James se terminó creyendo», según la expresión que habría usado el propio Errázuriz.
