CIPER revisó documentos del proceso 2010
Las reveladoras actas de acreditación de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica
13.10.2011
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
CIPER revisó documentos del proceso 2010
13.10.2011
Vea además: Así opera el escandaloso sistema de acreditación de las universidades
“Ven a ser más”. Ese es el eslogan del Centro de Formación Técnica Barros Arana, de Concepción, plantel que para el 2010 tenía 226 alumnos matriculados en cuatro carreras: Técnico Jurídico, Técnico en Podología, Técnico en Enfermería y Técnico en Educación Parvularia. El 24 de febrero de ese año, a tres días del terremoto, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), encargada de garantizar la calidad de la educación superior, le otorgó por primera vez al CFT Barros Arana un año de acreditación, lo mínimo que permite la ley.
A causa del sismo, la casa central del establecimiento penquista se desmoronó. Por eso, en agosto del 2010 la CNA accedió a extender por seis meses la acreditación (hasta agosto de 2011). Una prorroga que de otro modo el CFT Barros Arana no habría tenido, debido a los serios problemas que presenta en gestión institucional y docencia de pregrado, dos áreas en las que toda universidad, CFT o instituto profesional (IP) que desee acreditarse debe demostrar competencias básicas. Pero, los problemas del CFT Barros Arana no surgieron con el terremoto. Ambos habían sido advertidos previamente por la CNA, como lo comprobó la investigación de CIPER, por lo que resulta sorprendente que se le haya concedido la acreditación.
Mediante la Ley de Transparencia, CIPER solicitó a la CNA las actas de las sesiones del 2010 en las que esta Comisión acreditó a entidades que imparten en su mayoría educación superior técnica: los IP y CFT (vea las actas). La revisión de esos documentos dejó en evidencia que varios de estos planteles fueron acreditados aún cuando entre los consejeros persistían dudas por deficiencias detectados en ellos. Entre estos casos se cuentan reconocidas instituciones, como los institutos AIEP, Los Leones, Santo Tomás, Instituto de Estudios Bancarios Guillermo Subercaseaux, Instituto Carlos Casanueva y el CFT de la Cámara de Comercio e.
En algunos casos se había formulado observaciones por conflictos de interés debido a que personeros del establecimiento examinado al mismo tiempo eran socios de la agencia acreditadora de carreras impartidas por ese instituto. En otros, se puso de relieve la falta de infraestructura, especialmente en el área de bibliotecas y la escasez de textos básicos necesarios para la enseñanza de las carreras. Finalmente, una crítica que afectó a la mayoría de los candidatos a la acreditación: la contratación indiscriminada de docentes por hora, los llamados “profesores taxi”.
Las debilidades que deja de manifiesto el proceso de acreditación no son patrimonio exclusivo de planteles pequeños, como el penquista Barros Arana. Uno de los gigantes de la educación técnica, como lo es el Instituto AIEP, también integra la nómina. Desde el 2010 que AIEP es el segundo instituto más grande del país después del DUOC, que el año pasado contaba con 50 mil estudiantes. AIEP alcanzó los 36 mil alumnos matriculados en las 14 sedes que tiene desde Calama a Puerto Montt. En su página web se publicitan 68 carreras (22 profesionales y 46 técnicas) que forman un arco que contiene desde Construcción Civil hasta Masoterapia o Personal Trainer. La variedad es uno de los ganchos de este instituto que desde 2003 es propiedad de la empresa norteamericana Laureate Internacional Universities. La misma que es dueña de de la U. de las Américas, la U. Andrés Bello y el IP Escuela Moderna de Música.
Durante la sesión del 20 de octubre del 2010 donde la CNA le otorgó la acreditación institucional a AIEP, tres miembros del Comisión faltaron: Luis Horacio Rojas, Sergio Martinic y Pedro Corona. Mientras que Eugenio Díaz, el presidente interino de la CNA se inhabilitó de la discusión y también de la votación. Por ese entonces, Díaz se desempeñaba como asesor de la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad de la Universidad Andrés Bello (UNAB), de los mismos dueños de AIEP. Así, con sólo siete miembros presentes (de un total de 11), AIEP consiguió por “unanimidad” un periodo de cuatro años de acreditación; dos años más de los que había obtenido la primera vez que se sometió al procedimiento, en mayo de 2008.
En hora y media, los miembros de la Comisión determinaron que el instituto había sorteado las observaciones de trámites anteriores, a pesar de las grandes debilidades que se le habían detectado durante el mismo 2010. Para la CNA era un problema que AIEP se estuviera convirtiendo en un gigante. El propio instituto informa en su página web que han triplicado el número de matriculados en los últimos cinco años. Mientras que la infraestructura ha crecido 2,7 veces el número de metros cuadrados. Los miembros de la Comisión estimaban probable que este crecimiento fuera insuficiente: “Resulta preocupante el aumento sostenido de la matrícula, el cual debiera ir acompañado de un plan formal de incremento de la infraestructura y de una sistematización de límite al cual pretenden llegar”. (Ver acta 361, página 2).
Además, la CNA sumó una observación sobre la calidad de las carreras. En este punto, la Comisión valora positivamente que AIEP haya logrado una alta tasa de contratación de sus titulados, pero destaca que ninguna de las carreras impartidas por el instituto al 2010 estaba acreditada. Un hecho que a la CNA le inquieta: “Resulta preocupante que, pese a declarar entre sus objetivos el compromiso con la calidad, no han presentado sus carreras al proceso de acreditación”.
Sobre las razones del porqué AIEP no había acreditado sus carreras hasta el 2010, el instituto no quiso contestar a CIPER. Actualmente, en la página web se informa que cinco carreras del instituto están en proceso de acreditación Técnico en Enfermería c/mención: Geriatría; Ginecobstetricia; Pediatría y Urgencia, además de Construcción Civil, Técnico en Contabilidad General, Trabajo Social y Técnico en Peluquería.
Probablemente la luz verde a su acreditación por un año, debió ser recibida como una fiesta por los dueños del CFT Barros Arana. Ese “sello de calidad” permite a los establecimientos de educación superior matricular a alumnos que cuentan con el Crédito con Aval del Estado (CAE), lo que los convierte en un negocio seguro, pues si el estudiante no paga, opera la garantía estatal. El problema es que si una institución como el CFT Barros Arana no subsana sus problemas, la acreditación no se renueva y la institución no puede recibir nuevos estudiantes con CAE, mientras que los estudiantes que ya hicieron un año de estudios con CAE mantienen el acceso a ese crédito y pueden cambiarse de plantel, pero si optan por seguir en el que no se reacreditó pierden la inversión, al tener que estudiar en una institución que no certifica calidad (con un año o varios de deuda, además).
Cuando los miembros del CNA discutieron el caso del CFT Barros Arana en febrero de 2010, no era la primera vez en que debatían sobre las debilidades manifiestas de ese plantel. Ya habían abordado sus insoslayables problemas de gestión y docencia al rechazarle el 17 de diciembre de 2009 la acreditación institucional. En su acuerdo Nº 74, firmado por el entonces presidente de la CNA, Emilio Rodríguez, se cuestiona que “los recursos (del CFT Barros Arana) son generados casi exclusivamente por los aranceles y no se verifica la realización de inversiones que den sustento a las expectativas de crecimiento de la institución”. (Ver acuerdo Nº 74, página 4).
En el plano académico, el acuerdo Nº 74 hace hincapié en que la dotación completa de profesores del CFT Barros Arana está contratada a honorarios y a tiempo parcial; y que existe una insuficiencia de material bibliográfico y de computadores. Pero el cuestionamiento más grave es que tanto en el Plan de Desarrollo 2008-2010 como en el 2011-2013, la institución ofrece nuevos programas, respecto de los cuales el CNA opina que “resulta preocupante que una serie de carreras ofrecidas en base a dichos mecanismos no se dicten por no contar con el número de estudiantes mínimos que las hagan sustentables. Esto implica una debilidad importante en los mecanismos de aseguramiento de la calidad de la oferta académica ofrecida por la Institución”. (Ver acuerdo Nº 74, página 6).
Los cuestionamientos de la CNA fueron replicados por el CFT Barros Arana en un recurso de reposición que sería analizado por la Comisión el 24 de febrero de 2010, sesión que terminó acreditando al plantel penquista por el exiguo lapso de un año.
El análisis de los descargos del CFT Barros Arana se extendió por dos horas y media. Sobre la falta de inversión, el CFT desestimó la observación de la CNA diciendo que durante el período 2008-2010 hubo una inversión de “un total de 210 millones de pesos, lo que representa un 41, 2% sobre los ingresos para el trienio y que permite garantizar la viabilidad financiera académica y administrativa de la institución”. Además, mencionó que para el 2011-2013 la inversión proyectada sería de 319 millones de pesos, de los cuales 65 millones irían al mejoramiento de computadores y biblioteca. Esta última ya contaba- según el CFT- con el 89, 8% de los textos exigidos en las carreras impartidas mientras que se disponía de un laboratorio de 30 PC para atender a 200 alumnos en jornada diurna y 25 en vespertina. En cuanto a la docencia, el CFT argumentó que para el 2010 se iniciaría la contratación de profesores en jornada parcial. (Ver sesión 267, página 5).
Estos argumentos fueron suficientes para que la CNA acogiera el recurso. En el acta se señala la valoración que se hace de la decisión de invertir el 40% de los ingresos, lo que significa que se acepta como absolutamente normal que quede un vacío sobre el uso del otro 60%. Y ello, a pesar de que el mismo CFT decidió no abrir carreras que ya tenía proyectadas y anunciadas porque responsabilizó, según sus descargos, al “escenario de economía en crisis para la zona y el país” y a la oferta de carreras de otras universidades -que tenían acceso a alumnos con CAE- y que decidieron incursionar en la educación técnica superior.
En un lenguaje sorprendentemente claro el CFT Barros Arana señaló que no le era rentable abrir nuevas carreras. La CNA cuestionó duramente ese criterio de oferta-demanda para gestionar una entidad educacional, pero de igual forma le otorgó la acreditación. “La apertura de carreras (del CFT Barros Arana) utiliza como criterio la demanda, lo que no se condice con un sistema de calidad; no obstante, dado que es un Centro de Formación Técnica, es posible que tenga fines de lucro y que pretenda aumentar sus ingresos a través de los aranceles”. (Ver acta 267, página 6).
Así, sólo dos meses después de haber votado por el rechazo, los integrantes de la CNA cambiaron de parecer y le otorgaron el preciado certificado que le permitió a 25 estudiantes del CFT Barros Arana matricularse con CAE el 2011. Lo cual- según la información de Ingresa, la institución que otorga el CAE- equivale a 19 millones de pesos recibidos por el CFT.
El CFT Barros Arana no fue la única institución de educación superior que en el verano de 2010 fue beneficiada por la Comisión con un año de acreditación, lapso que aunque sea el mínimo permitido, igualmente abre las puertas al negocio del CAE. También obtuvieron su acreditación por el mismo escaso periodo las universidades Pedro de Valdivia (UPV) y Tecnológica Metropolitana (UTEM). Las tres entidades se fueron con un certificado que aseguró que durante 365 días cumplirían con lo establecido en la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, por lo que el Estado podía invertir recursos en ellas a través del CAE.
Entre los diez Institutos Profesionales (IP) acreditados en 2010 se cuenta el Instituto Los Leones. Un conocido plantel dirigido a la clase media-baja que funciona desde los años 90 y que este 4 de marzo realizó una fiesta de “matrículas nocturnas” en su sede de la calle Arturo Prat, evento en que ofreció a los alumnos nuevos “música, cóctel, descuentos en la primera cuota del arancel y entradas dobles al cine para empezar con ánimo este año académico 2011”. En la información sobre este evento que difunde la web del instituto no hay espacio para eufemismos y derechamente le llaman “venta nocturna”.
La ingeniosa fórmula para captar alumnos se materializó luego de que el 15 de diciembre del 2010 la CNA les otorgará a Los Leones cuatro años de acreditación institucional, un año más de lo que habían logrado el 2007. Los datos del registro histórico de Ingresa indican que durante la primera acreditación un total de 2.799 alumnos del IP Los Leones -entre estudiantes nuevos y antiguos- se matricularon con Crédito con Aval del Estado (CAE). El 2011, gracias a la segunda acreditación, se sumaron 1.321 alumnos; lo que equivale a $1.176 millones de pesos que recibió el IP Los Leones este año.
La mayoría de los estudiantes que se matricularon el 2010 en el IP Los Leones- según las estadísticas del Ministerio de Educación- provienen de colegios subvencionados (67,5%) y municipalizados (31,6%). De ahí que en el acta de la sesión 389 los miembros de la CNA hagan referencia al “carácter social” del instituto. Precisamente, por eso preocupó a la CNA observar una insuficiencia de textos en la biblioteca para cubrir la demanda estudiantil.
El instituto informó el año pasado al Consejo Nacional de Educación (CNED) que contaba con una sola biblioteca que tenía 5.395 títulos y 8.210 volúmenes en estante, además de una suscripción a 11 revistas especializadas y sólo a tres revistas de actualidad. Todo para un total de estudiantes que ese año alcanzaba los 11.746 alumnos, según la cifra entregada por el propio instituto a la base de datos del CNED. Mientras que en las estadísticas del Ministerio de Educación, el mismo instituto informó que durante el año pasado el total de matriculados eran 10.882 estudiantes.
La CNA le recomendó al IP Los Leones acelerar las mejoras en este tema: optimizar la biblioteca virtual y consolidar la intranet, además del número de salas con proyectores. Al no hacerlo de forma rápida y en la cantidad requerida, los miembros de la Comisión advirtieron lo evidente: se vería afectada “la fluidez de la gestión docente”. Un punto crucial. Sobre todo cuando la calidad de las carreras en el IP Los Leones no ha sido del todo evaluada. De las 11 carreras profesionales que imparte, sólo Educación de Párvulos está acreditada. El “sello de calidad” a esa carrera –otorgado por tres años, a partir de diciembre de 2009– lo entregó la agencia acreditadora privada Akredita Q.A. Y entre los accionistas de Acredita Q.A. se cuenta a los ex rectores de la Universidad de Chile, Luis Riveros, y de la Universidad de Santiago, Ubaldo Zúñiga. Ambos integraban además el Consejo Académico Asesor del IP Los Leones.
El ex rector y actual gran maestro de la masonería, Luis Riveros Cornejo, llevaba cinco años como miembro del Consejo Académico Asesor del IP Los Leones cuando la carrera de Educación de Párvulos fue acreditada por su agencia. Pero recién en agosto del 2010 ese conflicto de intereses fue denunciado por la ciudadana Maria Torres al Ministerio de Educación. Según Luis Patricio Riveros, hijo del ex rector y director de Akredita Q.A, la denunciante es una antigua funcionaria del IP Los Leones que fue desvinculada de esa entidad. Más allá del motivo que tuvo María Torres para concretar la acusación, lo cierto es que en septiembre de ese año la CNA acogió la denuncia y notificó en noviembre a la agencia Akredita Q.A de los cargos.
De inmediato, la agencia presentó un “escrito de descargos”, argumentando que apenas fue notificada de esta denuncia se formalizó la salida de Luis Riveros del Consejo Asesor del IP Los Leones; que desde el 2007 la participación de Riveros en el Consejo del instituto era mínima; que como agencia reconocían un “descuido” y, por último, puntualizó que el procedimiento de la CNA tenía ribetes inconstitucionales. Así se lee en la páginas 2 y 3 de la sanción que la CNA le aplicó finalmente a Akredita Q.A: “Señala (la agencia) que la Constitución garantiza el derecho a que ninguna clase de trabajo sea prohibida, salvo que se cumpla con ciertos requisitos y que la regulación de las actividades económicas debe efectuarse por una norma de rango legal. Añade que, no obstante lo anterior, ninguna de las disposiciones de la ley Nº 20.129 habilita a la CNA para establecer prohibiciones o inhabilidades para ejercer una actividad económica o para desarrollar la libertad de trabajo”.
Todo el episodio Riveros-Akredita Q.A. coincidió con el proceso de acreditación institucional del IP Los Leones. Sin embargo, en el acta 389 donde la CNA resolvió acreditar por cuatro años a este instituto, los miembros de la Comisión reparan en que el funcionamiento del Consejo Asesor del IP Los Leones funciona “como una Junta Directiva” y que dos de sus miembros pertenecen a la misma agencia de acreditación que ha garantizado la calidad de una carrera del instituto. Y ante ese cuadro, la CNA estima “aconsejable que se separen dichas instancias”. Pero nada se menciona sobre los cargos contra Riveros.
El otro miembro del Consejo Asesor del IP Los Leones al que se refiere la CNA es Ubaldo Zúñiga, ex rector de la Universidad de Santiago y socio de Akredita Q.A. que fue formalizado por fraude al fisco en 2009 debido a irregularidades en la licitación de la plataforma informática del Registro Civil. Al ser consultado por CIPER sobre la acreditación de Educación de Párvulos en el instituto, Zúñiga dijo que cuando aquello ocurrió él ya no formaba parte del directorio de Akredita Q.A.
-Yo me sentía tranquilo respecto de eso porque en junio del 2009 dejé de ser parte de ese directorio. Y como accionista uno no tiene injerencia en nada -dice Zúñiga, quien además aclara que ya no participa del Consejo Asesor de Los Leones y que durante el tiempo que estuvo ahí recibió un pago “irrisorio, muy bajo. El propósito nuestro era apoyar al Instituto Los Leones que es uno de los que tiene los aranceles más bajos. Nos interesaba brindar una labor de ayuda social”.
Sobre el pago que recibía Luis Riveros en el Consejo Asesor del IP Los Leones, la agencia Akredita Q.A mencionó a la CNA que se trataba de 100 mil pesos por asistencia a las reuniones (ver sanción, página 9) Finalmente, en julio de este año la CNA multó a la agencia Akredita Q.A con 100 UTM (unos $ 3,8 millones) tras constatar que Riveros, director y accionista de Akredita Q.A “se desempeñaba, de manera simultánea, como miembro del Consejo Académico Asesor del Instituto Profesional Los Leones mientras se llevó a cabo por parte de la Agencia el proceso de acreditación de la carrera de Educación Parvularia impartida por dicha Casa de Estudios, y que permaneció en tal calidad hasta que le fueron notificados los cargos del presente proceso”.
El IP Los Leones no contestó las preguntas de CIPER. Mientras que Luis Patricio Riveros dijo que aún no han pagado la multa. En primera instancia, apelaron al CNED y en septiembre solicitaron a la Contraloría que se pronunciara respecto de la constitucionalidad y legalidad del reglamento de la CNA, sobre el funcionamiento de las agencias de acreditación y sobre la potestad sancionadora de la Comisión. Sin embargo, el 22 de septiembre la Controlaría respondió que se abstendría de emitir un pronunciamiento. Por eso, Riveros hijo decidió desistir de la apelación ante el CNED, para intentar nuevamente en Controlaría con nuevos antecedentes.
Luis Patricio Riveros aseguró que su padre ya no pertenece al Consejo Asesor del IP Los Leones, pero admitió que aún hace charlas en el instituto en su calidad de académico.
En la mayoría de las actas de acreditación revisadas por CIPER, hay múltiples observaciones realizadas por los miembros de la CNA respecto a la calidad de la docencia. Una de las principales críticas durante el 2010 fue la inestabilidad horaria de los profesores; una deficiencia que aparece en instituciones como el CFT de la Cámara de Comercio, que tiene dos años de acreditación, hasta en algunas mejor evaluadas, como el Instituto Profesional Guillermo Subercaseaux, que logró cuatro años de acreditación.
A mediados de los años 90, la Cámara de Comercio de Santiago creó el CFT del mismo nombre con la idea de “entregar servicios de formación técnica de calidad a los trabajadores de las empresas chilenas” como aparece en su página web. En el sitio ofrecen una amplia gama de carreras, entre ellas, Técnico en Contabilidad General, Técnico en Finanzas y Técnico en Supervisión de Retail. Y a diferencia de otros CFT, en éste no sólo hay un lema para entusiasmar a los potenciales estudiantes, sino que un dato estadístico de peso: “94% de los estudiantes está trabajando”.
En la ficha del CFT Cámara de Comercio elaborada por el Consejo Nacional de Educación, se informa que en 2010 la institución contaba con 77 profesores, todos contratados por “jornada hora” (hasta 19 horas semanales). Si bien en el acta de la sesión 384 de CNA, donde se acreditó este CFT, se destaca que es una institución que cuenta con “adecuados mecanismos para asegurar calidad en la gestión de recursos docentes”, se agrega que a pesar de que el modelo educativo requiere de profesores que estén trabajando en su área, al sumar la contratación por jornada hora con la dedicación parcial de los coordinadores de carrera se “limita la conformación de un cuerpo docente con la dedicación horaria que contribuya al desarrollo de dicho modelo, basado en competencias”. (Ver acta 384, página 8).
El mismo problema se replica en el Instituto Profesional de Estudios Bancarios Guillermo Subercaseaux (IEB), uno de los más antiguos, fundado en 1929 por el directorio del Banco Central de Chile. Actualmente, es una corporación de derecho privado sin fines de lucro “cuyos socios son bancos privados y públicos, cooperativas de ahorro y crédito y otras empresas ligadas al sector financiero”, según explica su pro-rectora, Lucía Pardo. Hoy quienes presiden el directorio del IEB son Hernán Sommerville, ex presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), además de Carlos Budnevich Le-Fort, actual superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.
Al 2010- según la ficha del Consejo de Educación Superior- la matricula del IEB sumó 2.200 alumnos, de los cuales 747 estaban en su primer año. La mayoría provenía de colegios municipales y subvencionados. En el acta de la sesión 390, los miembros de la Comisión hacen hincapié en la “prevalencia de los contratos por horas” de los profesores. El año pasado- según la ficha del CNED- el IP Guillermo Subercaseaux tenía sólo cuatro profesores contratados por jornada completa (más de 32 horas), mientras que 253 estaban contratados por jornada hora. Al respecto, se lee en el acta de la CNA:
-La planta de profesores contratados por jornadas de trabajo es muy baja y no se tiene a la vista un plan de mejoramiento en este sentido consistente con el modelo educativo declarado. Prácticamente, sólo los directivos de las unidades docentes son de jornada completa. (Ver sesión 390, páginas 2 y 3)
Similar es lo que pasa con el IP Santo Tomás, que es una de las instituciones del holding educacional que creó el fallecido empresario Gerardo Rocha y que desde 2009 pertenece a Juan Hurtado y al fondo de inversión Linzor Capital. Se trata de uno de los institutos más grandes, que tiene además de la sede de Santiago otras 18 en regiones y un total de 10.190 alumnos en 2010 (ver ficha en el CNED). El instituto desde sus inicios ha tenido profesores contratados en tres modalidades: jornada completa, media jornada y jornada hora. Sin embargo, esta última modalidad siempre ha sido el plato fuerte y con los años ha ido en aumento.
Según informa la ficha del IP Santo Tomás del Consejo Nacional de Educación, de los 1.022 profesores contratados por jornada hora en el 2007, se aumentó a 1.152 en el 2010. Mientras que de los 104 profesores contratados por jornada completa en el 2007, se bajó a 84 en el 2010. En el acta de la sesión 379 de la CNA -donde se discutió la acreditación de este instituto-, se observó que esta disminución de académicos de jornada completa o media corresponde “a 6 puntos porcentuales en el período 2007-2010”. El IP Santo Tomás no atribuye esta baja a un criterio de despreocupación por la calidad, sino más bien a que la disminución de profesores se produce por la política que se tiene de privilegiar “la mantención de la vinculación de los docentes con el medio productivo”. (Ver acta 379, página 3).
La cantidad de docentes que existe en un establecimiento educacional es muy relevante. Sin la suficiente asignación horaria es poco lo que los profesores pueden hacer en términos de “planificación, coordinación, análisis y evaluación de los procesos formativos”, tal como lo indica la CNA en el acta de la sesión 389 donde fue acreditado por tres años el IP Escuela Moderna de Música. Un establecimiento, que según la CNA, tiene profesores comprometidos, pero con pocas horas asignadas.
Algo que también ocurre en el Instituto Carlos Casanueva, una institución que el año pasado tenía 726 alumnos como informan las estadísticas del Ministerio de Educación. Allí los estudiantes cursan carreras como Técnico en Bibliotecología, Técnico en Estética Integral y Naturopatía, que es una disciplina de salud alternativa que se basa en el uso de hierbas. Por primera vez, el 10 de diciembre del año pasado, este instituto fue acreditado. A la reunión sólo asistieron siete de los 11 miembros de la CNA con derecho a voto.
Dos años de acreditación le otorgó la CNA a este instituto. Una decisión que contrasta con las observaciones que recibió en esa misma sesión respecto de su área de docencia, quizás las más críticas que se puede leer en las actas de la Comisión sobre esta materia: “No se evidencian mecanismos formales de reclutamiento, selección, evaluación, renovación, mantención y perfeccionamiento del personal docente”, dice el acta de la sesión 387, en su página 3. Y en la misma sesión la CNA concluyó que al 2010 “el instituto no dispone de una planta académica de jornada mínima permanente en número para cubrir la docencia de las asignaturas obligatorias y básicas”.