MINEDUC INICIÓ PESQUISA TRAS RECIBIR ALERTA DESDE LA CNA
Universidad Mayor califica para gratuidad mientras es investigada por posible lucro
23.12.2015
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MINEDUC INICIÓ PESQUISA TRAS RECIBIR ALERTA DESDE LA CNA
23.12.2015
Según la Ley Corta que el Congreso aprobó este miércoles 23 para dar la partida a la gratuidad en la educación universitaria en 2016, la Universidad Mayor, cumple con los requisitos para ingresar al club de planteles que podrían recibir fondos públicos que financien los estudios de sus alumnos más vulnerables: es controlada por personas naturales y tiene más de cuatro años de acreditación.
Ello a pesar de que está en curso una investigación en el Ministerio de Educación (Mineduc) por posible lucro en ese establecimiento. La alarma la encendió la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) en junio pasado, cuando envió un oficio al Mineduc ante la existencia de operaciones financieras sospechosas protagonizadas por la Universidad Mayor. En lo fundamental, se trata del rol que jugó el plantel como fiador y codeudor solidario de una serie de contratos leaseback firmados por sociedades relacionadas con instituciones financieras (ver oficio). Cabe recordar que por vacíos legales, el hecho de que una universidad lucre no es impedimento para que obtenga la acreditación.
La resolución de acreditación que dio origen a ese oficio puso sobre la mesa, por ejemplo, el hecho de que un 15,5% de la infraestructura que utiliza la universidad pertenece a empresas relacionadas a los socios del establecimiento –Rubén Covarrubias Giordano y Erich Villaseñor Maldonado–, entre ellas la Inmobiliaria e Inversiones Río Manso S.A. También puso el foco en la disminución de las ganancias obtenidas por la universidad en los últimos años –en 2013 cayeron 70% en relación a 2011–, en contraposición al aumento de sus costos operacionales (entre los que se cuentan el arriendo de infraestructura a sociedades relacionadas). Todo esto, estimó la CNA, refleja “una menor disponibilidad de recursos frescos para la cobertura de gastos e inversión”. Y si bien señala que su estructura financiera le permite sustentar la viabilidad de su proyecto educacional, hace hincapié en que las inversiones futuras “requerirán necesariamente de la disponibilidad oportuna de fuentes de endeudamiento”.
A raíz del informe enviado por los comisionados, el Mineduc inició una investigación en contra del plantel por posible lucro. Así lo confirmaron a CIPER desde el interior de la cartera comandada por la ministra Adriana Delpiano, aunque no especificaron la fecha en que comenzaron las indagaciones. Dato relevante, pues según la información recogida por CIPER el oficio enviado al Mineduc el 8 de junio, habría permanecido archivado durante varias semanas, luego de que la funcionaria de la División de Educación Superior que lo recibió lo guardara en un cajón sin que la División Jurídica del ministerio se enterara de su existencia.
Cuando el equipo jurídico de la cartera conoció el informe de la CNA y ofició a la universidad, ésta inmediatamente envió las respuestas y aclaraciones a cada una de las alertas contenidas en el documento. La situación generó un manto de dudas al interior del ministerio. Se sospecha que mientras el documento estuvo guardado en el cajón fuera de la órbita de quienes deben fiscalizar, algún funcionario con contactos en la administración del plantel de educación superior lo filtró.
La revisión de CIPER de los movimientos societarios y financieros de la Universidad Mayor y de varias de las sociedades ligadas directa o indirectamente a sus fundadores, es concordante con las sospechas que se incubaron en la CNA y que ahora fueron acogidas por el Mineduc. Una de estas operaciones es el contrato –que CIPER revisó en el Archivo Judicial– por más de $42 millones mensuales (UF 1.650) que la universidad firmó en julio de 2010 con la sociedad relacionada Río Manso por una propiedad en Las Condes. En ese inmueble hasta hace poco funcionaron la rectoría, el conservatorio de música y las dependencias administrativas de la universidad.
Otra operación que llama la atención es el contrato que la universidad firmó en 2007 con una segunda sociedad relacionada, Agrícola Valle Morado, para el arriendo por 178 meses ($715 millones en 14,8 años) de un terreno de 100 hectáreas en la Región de la Araucanía. Ese acuerdo terminó con la universidad indemnizando a la agrícola por $40 millones por “término anticipado de contrato” (la escritura que dio término a este contrato también fue revisada por CIPER en el Archivo Judicial).
Estos movimientos se producen dentro de un complejo entramado de sociedades levantado desde la creación de la universidad en 1988. A las maniobras ya descritas, se suman continuas reingenierías en el esquema de sociedades; múltiples acrobacias financieras para afrontar deudas que las propias empresas del grupo mantienen con la universidad o con otras sociedades ligadas; y al menos seis suculentos contratos que la universidad mantiene con empresas agrícolas, de logística, transporte y construcción, entre otras, todas constituidas por sus socios fundadores o por familiares directos de éstos.
Su rector, Rubén Covarrubias, ha sido uno de los más reticentes a la fiscalización sobre los planteles privados, y uno de los que se ha mostrado más incómodo frente a la ola transformadora del sistema educativo. En una entrevista con La Tercera, el 19 de enero de 2014, manifestó que la CNA se había transformado “en un organismo fiscalizador más que acreditador y eso no es sano”.
La trayectoria de la Universidad Mayor, fundada el 10 de febrero de 1988 con un capital de $50 millones (ver escritura), está íntimamente ligada a los últimos años de la dictadura y tuvo como punto de partida el propio Ministerio de Educación. En esa cartera, Rubén Covarrubias Giordano –su fundador y actual rector– había ocupado el cargo de director de Educación Superior; allí también, Erich Villaseñor Maldonado –otro de los fundadores y actual vicerrector de Desarrollo–, se había desempeñado como un alto asesor. En la escritura de constitución de la Universidad Mayor aparece un tercer socio: el profesor Francisco Beltrán Herrera, fundador del Instituto Diego Portales, quien no tendría mayor participación en los otros múltiples emprendimientos que Covarrubias y Villaseñor realizaron con posterioridad a la creación de la universidad.
Los resabios de ese pasado que vio nacer a la Universidad Mayor en los estertores de la dictadura marcaron la impronta del establecimiento. Actualmente, entre sus autoridades administrativas y académicas, figuran personalidades que ocuparon altos cargos en el gobierno del general Augusto Pinochet. Entre ellos, el ex ministro de Educación (1989-1990) y hoy vicerrector Académico y de Aseguramiento de la Calidad, René Salamé Martín (la Ley Orgánica Constitucional de Educación que fue derogada tras el movimiento de los “pingüinos” llevaba su firma); el ex ministro del Interior (1985- 1987) y de Relaciones Exteriores (1987-1988), Ricardo García Rodríguez; y los ex ministros de Agricultura y de Planificación, Jorge Prado Aránguiz y Sergio Melnick Israel, respectivamente.
Ese 10 de febrero de 1988, Covarrubias y Villaseñor –quien desde un inicio tomó la responsabilidad de elaborar el proyecto de factibilidad económica y financiera de esta nueva corporación de derecho privado sin fines de lucro– dieron vida al primero de muchos emprendimientos que más tarde cristalizarían en una extensa red de empresas con intereses en diversos negocios: desde el educacional, pasando por el agrícola, el de transportes y el de salud, hasta el inmobiliario. La mayoría de ellas, directa o indirectamente vinculadas con la Universidad Mayor.
En julio de 1994 y con un capital de $2 millones, nació la empresa de transportes La Pirámide S.A., creada por Miguel Cuitiñoy en la que también participó Inversiones Río Viejo S.A., ligada a Erich Villaseñor Maldonado. De acuerdo a la escritura de constitución de La Pirámide, su directorio quedó integrado por Rubén Covarrubias Giordano, Erich Villaseñor y Miguel Cuitiño Maturana. La presencia de los fundadores de la Universidad Mayor en esa sociedad no era casual: con el tiempo La Pirámide se convertiría en uno de los principales contratistas del plantel de educación superior, encargada del traslado de sus alumnos y funcionarios desde y hacia sus establecimientos.
Dos años más tarde, en julio de 1996, irrumpió una nueva sociedad en la incipiente red de empresas de los controladores de la Universidad Mayor: Domus S.A. Creada con un capital de $2 millones por el contador Juan Amador Bettiz Mariño, un nombre que se repite en las escrituras de constitución de varias de las empresas del “holding” ligado a los propietarios de la Mayor. Según su escritura de constitución, Domus contaba entre sus directores fundadores al hoy rector Rubén Covarrubias Giordano.
Fue a partir de Domus, dedicada al rubro de las comunicaciones y la publicidad, y de Inversiones Río Viejo, ligada al hoy vicerrector de Desarrollo, Erich Villaseñor, que en 2001 nació la empresa más importante de todas las que hasta la fecha han creado los controladores de la Universidad Mayor: Inmobiliaria e Inversiones Río Manso S.A.
En la primera junta de accionistas de Río Manso, el 16 de abril de 2001, aparecen como directores Rubén Covarrubias, Erich Villaseñor, y quien hasta hace algunos años se desempeñara como secretario del directorio del plantel, José Armando Castro González.
Río Manso se transformó rápidamente en el vehículo de inversión de Covarrubias y Villaseñor y, con el tiempo, en propietaria de manera directa o indirecta de una larga lista de bienes raíces: edificios, departamentos, oficinas y estacionamientos en distintas comunas de Santiago. Estos inmuebles están avaluados en varios miles de millones. Algunos de ellos los vendió hace algunos meses y el resto actualmente son ocupados por la universidad.
Desde su creación, la propiedad de Río Manso ha sido objeto de sucesivas reestructuraciones. La primera reingeniería tuvo lugar en septiembre de 2001, cuando dos sociedades recién creadas tomaron su control: Inversiones Río Puelo S.A. e Inversiones Tronador S.A. Detrás de estas empresas aparecen como socios constituyentes Arturo Venegas Palacios y René España Godoy, los que también figuran como representantes de Agrícola Valle Morado, empresa creada paralelamente a Río Puelo e Inversiones Tronador y que arrienda inmuebles a la Universidad Mayor.
A la creación de Río Manso, protagonista de los negocios más suculentos entre la Universidad Mayor y las sociedades relacionadas con sus dueños, le anteceden y le suceden una serie de otras sociedades con vínculos con el plantel, y en las que las huellas de Covarrubias y Villaseñor, juntos o por separado, también están presentes.
Casi cuatro años antes de la creación de la sociedad Inmobiliaria e Inversiones Río Manso, en octubre de 1997, Juan Amador Bettiz Mariño –representante de varias de las empresas creadas por Covarrubias y por Villaseñor–, junto a su esposa, Silvia Barreda Morales, constituyeron la sociedad Clínica Veterinaria Mayor S.A., dedicada a “crear, mantener y explotar clínicas y centros de atención veterinaria”, entre otras actividades.
Dos años después, en agosto de 1998, la Clínica Veterinaria Mayor y la sociedad Colegios Mayores S.A., constituida entre otros por Francisco Varela Noguera, actual miembro del directorio de la Universidad Mayor, crearon el Centro Médico y Odontológico Universitario S.A. Esta última sociedad, que en 2005 era representada por Rubén Covarrubias Giordano, tiene como actividad la “instalación mantenimiento y explotación comercial de establecimientos destinados a la actividad médica, odontológica, veterinaria, universitaria y educacional”.
Fue la Clínica Veterinaria Mayor, ahora en sociedad con el Centro Médico y Odontológico Universitario, la que en agosto de 1999 tomó el control de una nueva empresa: Veterinaria y Peluquería Alemana Limitada. Tras el ingreso de ambas sociedades a su propiedad, Covarrubias y Villaseñor quedaron como apoderados titulares para actuar en representación de ella.
A fines de abril de 2005, el Centro Médico Odontológico se retiraría de la propiedad de Peluquería Alemana, cediendo sus derechos a las sociedades de inversión Río Puelo y Tronador, las mismas que ya para entonces controlaban Río Manso, el brazo de inversiones de los fundadores de la universidad. La Clínica Veterinaria Mayor quedó como la controladora de Peluquería Alemana, con el 99% de las acciones que en 2008 equivalían a $350 millones.
Fue en medio de ese ambiente de buenos resultados que los propietarios de la Universidad Mayor emprendieron nuevos negocios. En septiembre de 2005 Río Puelo y Tronador crearon Montesur Consultores S.A. –empresa que ha firmado contratos con distintas municipalidades de la Región Metropolitana para la prestación de servicios de capacitación, marketing y difusión, entre otros–, y dos nuevas inmobiliarias: Adaced Limitada (agosto de 2007) y Badajoz Limitada (junio de 2008).
Casi paralelamente a la creación de Badajoz, que quedó bajo el paraguas de las sociedades Río Puelo y Tronador, se constituyó Innova Learning Chile, dedicada a la creación de plataformas educativas y también a la inversión en bienes raíces. A partir de diciembre de 2013 la Universidad Mayor figura como socio y principal controlador de Innova Learning. Para entonces su capital inicial había aumentado de $6 millones a $4.600 millones.
Además de las empresas creadas a través de Río Puelo y Tronador, los controladores de la Universidad Mayor crearon otras fundamentalmente vinculadas al ámbito educacional (aunque luego fueron absorbidas por la universidad) y que tienen origen en otras dos sociedades de inversión: La Matriz Limitada e Inversiones Río Viejo Limitada. La primera está ligada al rector Rubén Covarrubias y Villaseñor ingresaría a ella en 2007. En la segunda participa desde su inicio el mismo Villaseñor.
Una de las empresas fruto de esta asociación es Colegios Mayores S.A., constituida en 1994 y dedicada a la “explotación de establecimientos educacionales de nivel pre-básico, básico, medio y superior”. Los colegios particulares manejados por los dueños de la universidad (en Puente Alto y Peñalolén) son otro jugoso negocio: la cuota de incorporación en el recinto de Peñalolen, por ejemplo, asciende a $500 mil y la mensualidad a $233 mil, y cada uno tiene cuatro cursos por nivel, de pre kínder a cuarto medio.
Colegios Mayores creó en junio de 2005 y en asociación con Cecum S.A. (sociedad ligada a la Universidad Mayor y constituida en diciembre de 2000 por Juan Amador Bettiz Mariño), el Centro de Formación Técnica Eurotec S.A. Sería Eurotec, en sociedad con Cecum la que en agosto de 2007 crearía con un capital de $100 millones el Centro de Formación Técnica (CFT) Magnos –controlado más tarde por la Universidad Mayor– y que imparte enseñanza en Santiago y Temuco en las áreas de salud, informática, agropecuaria, de administración y minera. A diciembre de 2012, el capital de Magnos superaba los $3.300 millones.
Además, Colegios Mayores participaría de la creación de dos nuevas sociedades: el Instituto Profesional Innova College, constituido en diciembre de 2010 en sociedad con Cecum y con un capital de $100 millones, y de la sociedad Gesta Mayor, incubadora de negocios que hoy pertenece en un 99% a la universidad. En la creación de Gesta Mayor, con $150 millones de capital inicial, Erich Villaseñor estuvo en ambas veredas: actuó como representante de Universidad Mayor y, al mismo tiempo, como representante de Colegios Mayores.
Otras cinco sociedades, en su mayoría creadas directamente por la Universidad Mayor completan el cuadro principal de empresas vinculadas al establecimiento: Empretec SpA (julio de 2009); Genoma Mayor SpA (agosto de 2010); el Hospital Clínico Universidad Mayor (2006 y en el que la universidad posee el 25% de las acciones); el Hospital Docente Universitario Mayor SpA (enero de 2011); y el Centro Fonoaudiológico Universidad Mayor SpA (julio de 2007).
La Universidad Mayor mantiene una curiosa estructura inmobiliaria que hace que varios de sus campus hoy estén en poder de los bancos. Ello gracias a una serie de leaseback firmados por sociedades relacionadas con la misma universidad que le permiten a sus dueños transferir recursos mediante intrincadas maniobras. CIPER confirmó estos vínculos en notarías, donde revisó las escrituras de estos contratos, y cruzó esos datos con la información disponible en el Servicio de Impuestos Internos, el Conservador de Bienes Raíces de Santiago y los estados financieros del plantel de educación superior.
Una operación de leaseback le permite a una sociedad obtener dineros frescos al traspasar la propiedad de un inmueble a un banco que se lo compra a cambio de un pago mensual y con la posibilidad de recomprarlo a futuro. Es una forma de obtener recursos a la que normalmente recurren empresas en apuros financieros, una alternativa onerosa que curiosamente los dueños de la Universidad Mayor han ocupado sin freno.
El 14 de julio de 2010 Inmobiliaria e Inversiones Río Manso firmó un contrato de leaseback con Metlife, mediante el cual le traspasó la propiedad de siete inmuebles que componían el recinto ubicado en Américo Vespucio Sur, en Las Condes, donde funcionaron hasta julio de este año la rectoría, el conservatorio y todas las dependencias administrativas de la universidad. Pero fue una entrega con elástico. Si bien el nuevo propietario de esos inmuebles era Metlife, en el contrato se dejó establecido que solo se le entregaban esos inmuebles para que los arrendara a Río Manso por una suma de UF 1.063 mensuales ($27,2 millones actuales). A la propia universidad, la sociedad inmobiliaria le subarrendó esos inmuebles por UF 1.650 ($42,5 millones), es decir casi $15 millones (UF 600) por sobre lo que le pagaba al banco.
Con ese mismo recinto los controladores del plantel concretaron otro millonario negocio cinco años después. El 14 de julio de 2015 Río Manso firmó una compraventa con la Inmobiliaria Nueva El Golf SpA –constituida por el abogado Max Correa Tagle–, por la totalidad de las propiedades que integraban el recinto ubicado en Américo Vespucio Sur.
La transacción por las siete propiedades incluidas en el recinto alcanzó los $18.900 millones (UF 738.100). El mismo día que Río Manso vendió las propiedades a Nueva El Golf, las había recomprado a Metlife, proceso en que desembolsó $398,6 millones (UF 159.365) que se sumaron a las 60 cuotas del leaseback ya canceladas.
La casa de estudios ha sido fiadora y codeudora solidaria (tal como se menciona en el informe de la CNA donde se alerta sobre su estructura económica) en varios contratos que Río Manso mantiene con bancos y aseguradoras. Según consta en los estados financieros del plantel correspondientes a 2014, el 31 de diciembre de ese año fueron alzadas las fianzas que mantenía con sociedades relacionadas.
El actual Campus República de la Universidad, ubicado en Alameda 2240, que hasta hace poco funcionaba como sede del CFT Magnos, está desde febrero de 2012 bajo un contrato leaseback con Corpbanca. En el documento revisado por CIPER se establece que ese banco compró el recinto con el único objeto de arrendarlo a Río Manso, acuerdo que se mantendrá vigente hasta el 5 de febrero de 2024. En el recinto funciona ahora la Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor. El contrato entre Corpbanca y Río Manso detalla que se deberán pagar 139 rentas: 138 pagos mensuales por UF 520 y una última cuota –la que permite la opción de recompra del inmueble– de UF 43.400. En el mismo documento se establece que Río Manso mantiene abierta la opción de sub arrendar el recinto.
Los Estados Financieros 2012 y 2013 de la Universidad Mayor confirman que desde el 13 de febrero de 2013 existe un contrato de sub arriendo por el campus de Alameda 2240. Pero no se clarifica a cuánto asciende ese alquiler ni si es la universidad la que lo paga.
El Estadio Mayor –ubicado en Avenida Sánchez Fontecilla 13010, Peñalolén–, es mencionado en la página web de la universidad como uno de sus campus. Esa propiedad, cuyo avalúo fiscal asciende a $4.500 millones, que cuenta con más de 35.000 metros cuadrados, y que está equipado con dos gimnasios, una piscina semi olímpica, dos pistas atléticas, tres canchas de tenis, dos multicanchas, entre otras instalaciones, funciona como lugar de entrenamiento de los estudiantes de Educación Física del plantel.
Según los registros revisados por CIPER, la Inmobiliaria Río Manso, que es su dueña, ha suscrito varios contratos leaseback con bancos por la propiedad donde opera el estadio. El 8 de agosto de 2011 se produjo un doble traspaso del inmueble. El Banco BBVA, que lo había comprado vía leaseback el 24 de octubre de 2005 a Río Manso, se lo devolvió a la misma inmobiliaria a cambio de UF 76.250 ($135,8 millones de la época). El mismo día Río Manso lo entregó, también vía leaseback, a Corpbanca por UF 85.893 ($153 millones de entonces).
Pocos meses después la inmobiliaria realizó otra doble operación en un mismo día con la propiedad del estadio. Se lo recompró a Corpbanca en UF 78.456 ($139,8 millones), pero solo para volverlo a vender a ese mismo banco en UF 133.870 ($238,5 millones). Entre ambas operaciones hubo una diferencia de casi $100 millones. El nuevo contrato de arrendamiento con Corpbanca se fijó hasta 2024, y la Universidad Mayor, el CFT Magnos y la sociedad Colegios Mayores, aparecen como fiadores y co-deudores solidarios. En el documento se menciona que Río Manso podrá sub arrendar el recinto. No hay claridad si la Universidad Mayor le paga a Río Manso por la utilización que hace de esas instalaciones. Los colegios asociados a este grupo –ligados a la sociedad relacionada Colegios Mayores– también lo ocupan.
Parte de las oficinas ubicadas en Alonso de Córdova 5495, donde funciona la Dirección de Postgrado de la universidad, también aparecen bajo la propiedad de Río Manso, al igual que los 51 estacionamientos ocupados por el plantel en ese mismo inmueble. Se desconoce el monto que paga la universidad a Río Manso por ocupar estas instalaciones.
Inmobiliaria Río Manso también es propietaria de un campo ubicado en la Región de La Araucanía –avalúo fiscal de $355 millones–, el que opera como recinto deportivo para los alumnos que estudian en la sede de Temuco de la Universidad Mayor. No se conoce públicamente lo que paga la casa de estudios superiores por ocupar esas instalaciones. Río Manso también es dueña del recinto donde funciona el Colegio Mayor de Peñalolén, ubicado en Valle del Aconcagua 8031.
El registro público del Servicio de Impuestos Internos señala que la Facultad de Odontología de la casa de estudios superiores –ubicada en Alameda 2013, a pocos pasos de la Avenida Brasil–, hoy está en manos del Banco BBVA. El rastreo realizado por CIPER da cuenta de que en 1998 esas dependencias pertenecían a la Sociedad Centro Médico Odontológico Universitario, pero luego fueron adquiridas por la Universidad Mayor, la que ha firmado contratos leaseback con el BBVA. Otras propiedades en manos del plantel que también han firmado contratos con bancos son las ubicadas en la Avenida Portugal 351 –inmueble comprado a CEMA Chile (ver reportaje de CIPER)–; Manuel Montt 367; y Camino La Pirámide 3750.
Varias de las sociedades creadas por Covarrubias y Villaseñor a través de inversiones Río Puelo y Tronador han sufrido modificaciones tanto o más complejas como aquellas que registran las sucesivas acrobacias financieras recién descritas.
Las reestructuraciones más profundas de las empresas del grupo se han producido en los últimos cinco años y su punto de partida coincide con el fuerte cuestionamiento al modelo administrativo y económico de las universidades privadas, proceso gatillado por las movilizaciones estudiantiles de 2011 y cuyo principal hito fue la debacle de la Universidad del Mar.
Ya desatada la crisis, el 28 octubre de 2011 tuvo lugar una junta extraordinaria de directorio de Río Manso. A ella concurrieron Erich Villaseñor, Mario Moraga Guerrero –quien se ha desempeñado como gerente general de la sociedad Colegios Mayores– y el abogado Gastón Gallegos Pincheira. Tanto Moraga como Gallegos han sido representantes de distintas sociedades ligadas a los fundadores de la Universidad Mayor.
En la reunión de octubre de 2011 los asistentes acordaron traspasar casi la totalidad del capital y de los bienes inmuebles que hasta la fecha estaban en manos de Clínica Veterinaria Mayor (hoy de propiedad de la universidad en un 99,6%) a dos nuevas sociedades especialmente creadas para esos efectos: Inmobiliaria Mayor S.A. y Agrícola Codegua S.A.
Inmobiliaria Mayor quedó constituida con un capital de $311 millones y entre sus primeros directores figura el ex ministro de Salud del ex Presidente Ricardo Lagos, Pedro García Aspillaga (DC). También se le transfirió un enorme patrimonio consistente en 57 bienes raíces (entre ellos tres oficinas y un local), todos ubicados en Alonso de Córdova, donde opera la Dirección de Postgrado de la Universidad Mayor. A Agrícola Codegua, en tanto, se le transfirieron dos predios en la Sexta Región que totalizan cerca de 33 hectáreas.
Las dos nuevas sociedades quedaron bajo el control de Río Manso, la que no solo recibió un millonario patrimonio. También deudas. Al momento de la división, la Clínica Veterinaria Mayor contaba con pasivos por sobre los $1.000 millones. Todas las acreencias correspondían a cuentas por pagar a sociedades relacionadas al grupo: Colegios Mayores, Cecum y la Veterinaria y Peluquería Alemana, entre otras.
Casi un año después de esta primera reestructuración, en diciembre de 2012, los accionistas de Inmobiliaria Mayor, decidieron ponerle fin a esa sociedad, siendo absorbida por Río Manso.
Seis meses más tarde, en junio de 2013, un nuevo accionista ingresó a Río Manso: el Fondo de Inversión Privado Montesur, sociedad constituida en diciembre de 2012 por uno de los representantes de Tronador y Río Puelo, Mario Moraga Guerrero. Según el registro de la junta extraordinaria de accionistas que selló esta operación, Río Manso requería de un fuerte aumento de capital para afrontar el pago de una deuda de casi $2.500 millones al CFT Magnos. El ingreso del FIP Montesur significó un aumento de capital de Río Manso por una cantidad idéntica a la deuda. El domicilio de Montesur quedó fijado en Alameda 2240, la misma dirección donde funciona la sede República de la Universidad Mayor.
A fines de ese mismo año 2013, los socios de Río Manso, que ya contaba con un capital de $4.000 millones, volvieron a crear la misma sociedad –Inmobiliaria Mayor– que habían disuelto un año atrás. A esta “nueva” Inmobiliaria Mayor se le traspasaron el Estadio Mayor y 11 departamentos –todos en proceso de adquisición por parte de Río Manso vía leaseback–, ubicados en Alameda 2240 (el campus República). A dos semanas de concluido el traspaso de estos bienes a la resucitada Inmobiliaria Mayor, el FIP Montesur transfirió la totalidad de las acciones que tenía en esa inmobiliaria –más de $2.800 millones– a Río Manso.
Seis meses después, en mayo de 2014, Inmobiliaria Mayor cambió de nombre a Inmobiliaria Llanada Sur S.A., y en enero de este año terminó por desaparecer, absorbida nuevamente por Río Manso.
Llanada, la ex Inmobiliaria Mayor, no fue la única sociedad que desapareció por fusión con Río Manso en enero pasado. Lo mismo ocurrió con Río Puelo y Tronador, que por casi 15 años operaron como controladoras de Río Manso. Lo propio sucedió con las inmobiliarias Badajoz y Adaced.
Los estados financieros de la Universidad Mayor correspondientes a 2014 registran una serie de operaciones con empresas relacionadas, entre las que destacan la Clínica Veterinaria Mayor, Genoma Mayor, Empretec, Gesta Mayor, Innova Learning y el CFT Magnos. Son las mismas sociedades que la universidad declara como “filiales y coligadas” en su página web (ver listado). Algunas de ellas tuvieron origen en sociedades no relacionadas directamente a la universidad, sino que a sus propietarios, pero actualmente la Universidad Mayor –salvo en el caso de Clínica Mayor, en la que tiene el 25% de las acciones– controla al menos el 90% de la propiedad de cada una de ellas.
Según los estados financieros de la universidad correspondientes a 2014, las transacciones entre el plantel de educación superior y empresas “directa o indirectamente” relacionadas a éste, sumaron más de $3.600 millones.
Pero el cúmulo de empresas que exhiben los mismos estados financieros, no agotan la lista de sociedades “directa o indirectamente” ligadas con el establecimiento de educación superior. Una serie de otras sociedades tienen actualmente millonarios contratos con la universidad y no aparecen entre las “filiales o coligadas” declaradas por el establecimiento. Sí aparecen, en cambio, en la nómina de los “principales contratos con terceros” que mantiene vigentes la universidad y que publica en su página web (ver listado). Y aquí se abre una nueva ventana para el lucro: de las 23 sociedades que allí aparecen, al menos seis de ellas tienen o han tenido relación directa con los socios fundadores de la universidad, Erich Villaseñor y Rubén Covarrubias, o con sus familiares directos.
Estas seis sociedades son: Río Manso, Agrícola Valle Morado, La Pirámide. Constructora V2, Vía Austral y Agrícola Teno.
Agrícola Valle Morado S.A. le arrienda bienes muebles e inmuebles a la universidad, fue creada en agosto de 2001 y según el registro de ese año consignado en el Diario Oficial su representantes eran dos hombres de confianza de los socios fundadores del plantel: Mario Moraga Guerrero y Gastón Gallegos Pincheira, ambos vinculados a las sociedades Río Puelo, Tronador y Río Manso. En un documento del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) aparece también como miembro del directorio de esta empresa Francisco Villaseñor Maldonado, hermano del vicerrector de Desarrollo (ver aquí).
En 2005, la universidad suscribió un contrato con Valle Morado para el arriendo de 100 hectáreas en Vilcún (Región de la Araucanía), localidad donde actualmente funciona su Escuela de Medicina Veterinaria. El contrato estipulaba un plazo de arriendo por cuatro años y por UF 250 mensuales ($5 millones de la época). Cumplido el plazo de arriendo, en 2007 se firmó un segundo contrato por 178 meses. La extensión vino aparejada de una oferta: Valle Morado le ofreció a la universidad pagar por adelantado y de una vez el arriendo por los 178 meses a cambio de un descuento. El precio quedó fijado en UF 35.717 ($715 millones de la época).
Cuatro años después, sin embargo el panorama cambió. Las “partes” acordaron poner término anticipado el contrato, lo que significó que la Universidad Mayor tuviera que indemnizar “por perjuicios” a su sociedad relacionada, Agrícola Valle Morado, con UF 1.795 ($40 millones de la época).
Otra de las sociedades que aparecen en la lista de “principales contratos con terceros” de la universidad, es la empresa de transportes La Pirámide S.A., creada en 2001 por Juan Amador Bettiz Mariño, con la concurrencia de Erich Villaseñor y Rubén Covarrubias, rector y vicerrector de Desarrollo de la Mayor. También figura Agrícola Teno Limitada, que le presta “servicios agrícolas” a la universidad y que fue constituida en diciembre de 2002 por Erich Villaseñor Maldonado y su hijo, Erich Villaseñor Sánchez.
La Constructora V2 Limitada es la encargada de las “mejoras, construcciones y mantenciones de las sedes” de la universidad, según la información desplegada en la web de la casa de estudios. Y la sociedad Vía Austral SpA, aparece como responsable del “almacenamiento, transporte, retiro, envío y reingreso de cajas con documentos, de su clasificación y digitalización”. La primera fue creada en noviembre de 2009 por dos sociedades de los hijos de Villaseñor: Erich Villaseñor Sánchez Asesorías y Álvaro Andrés Villaseñor Sánchez Asesorías, ambas con domicilio en Alameda 2240 (campus República). La segunda, Vía Austral, fue creada en enero de 2012 por el contador Juan Amador Bettiz Mariño, histórico socio de Covarrubias y Villaseñor en varios de sus emprendimientos.
CIPER intentó contactarse por teléfono y correo electrónico con el rector, Rubén Covarrubias, y con el vicerrector de Desarrollo, Erich Villaseñor, para consultarles si aún mantenían los vínculos con todas estas sociedades que aparecen en los registros del Diario Oficial, pero no fue posible. La última respuesta que dieron desde el despacho del rector fue que ambos no regresarían a la universidad hasta la próxima semana.