MARIHUANA Y COCAÍNA SON LAS MÁS CONSUMIDAS
Radiografía al consumo de drogas en las Fuerzas Armadas y las policías
12.02.2020
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MARIHUANA Y COCAÍNA SON LAS MÁS CONSUMIDAS
12.02.2020
Entre 2015 y 2019 más de 1.000 test de drogas aplicados a personal militar y policial dieron positivos para marihuana y cocaína. A pesar de que se trata de una cifra marginal para el total de exámenes realizados, CIPER halló una serie de irregularidades: según la información que ellas mismas entregaron vía Ley de Transparencia, Carabineros solo sanciona a suboficiales, la PDI disminuyó el número de test aplicados en 2018 y 2019, y en el Ejército se triplicó el número de casos positivos en medio del estallido social. También hay zonas grises en las sanciones aplicadas a los efectivos detectados como consumidores.
No existe un protocolo común en las Fuerzas Armadas y de orden para la aplicación de test que midan el consumo de drogas en sus filas. Cada institución define cómo fiscaliza que sus integrantes no se droguen. Según la Ley 20.000 (que regula el tráfico ilícito de estupefacientes), los uniformados del Ejército, la FACh, la Armada y Carabineros podrán ser sancionados penalmente solo por el hecho de consumir alguna droga ilícita.
CIPER analizó la información entregada vía Ley de Transparencia por las tres ramas de las Fuerzas Armadas, además de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI), al periodista José Joaquín Suzuki, y se percató de que hay diferencias notorias respecto del número de test realizados cada año.
La solicitud de Transparencia incluyó información de exámenes de drogas realizados entre 2015 y el 11 de noviembre de 2019, y sus resultados. En ese periodo de tiempo el Ejército aplicó 42.228 test; la Armada 30.690; la FACh 2.335; Carabineros 169.182; y la PDI solo 847. De ese universo, los casos positivos nunca superaron el 1,18% del total: la PDI fue la institución que registró el mayor número de efectivos detectados consumiendo drogas por la vía de los exámenes de control.
A pesar del detalle contenido en cada una de las respuestas elaboradas por las instituciones armadas, hay zonas grises: en el Ejército señalan que de los 471 efectivos que dieron positivo al examen, existe un número indeterminado que no accedió a realizarse una contramuestra, por lo que no se pudo confirmar si habían o no consumido drogas. De todas formas, en la institución castrense aseguraron que cuando un miembro de sus filas no accede a realizarse un segundo test para comprobar el resultado positivo del primero, se le inicia de inmediato un proceso sancionatorio.
Donde también hay diferencias es en las sanciones aplicadas a los uniformados y policías que dieron positivo a un test de drogas. Mientras la Armada sancionó al 94,4% de los efectivos que consumieron sustancias ilícitas, en Carabineros no hay claridad de por qué no se sancionó a tres oficiales que dieron positivo al examen de consumo de cocaína.
La información entregada por las Fuerzas Armadas y por las policías vía Ley de Transparencia incluye datos recabados por las propias instituciones. No existe un control civil de los procedimientos para detectar el consumo de drogas, así lo indicaron a CIPER en el Ministerio de Defensa (a cargo de las Fuerzas Armadas) y en el Ministerio del Interior (encargado de supervisar a Carabineros y a la PDI). Aunque en este último precisaron que la modernización de las policías debiera incluir “manuales de exámenes de confianza y modelos de prevención de conductas indebidas”.
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En el periodo analizado Carabineros es la institución que tiene la mayor cantidad de controles (169.182) y, al mismo tiempo, la con menor porcentaje de casos positivos: 0,09%, correspondiente a 150 efectivos consumidores de algún tipo de droga. Entre enero y noviembre del 2019 se realizaron 15.370 exámenes, la menor cantidad en los últimos cinco años. Ese año hubo 51 uniformados que dieron positivo al consumo de drogas en la contra muestra, siendo la cifra más alta del periodo analizado: 0,33%.
Carabineros señaló que en noviembre de 2019, en pleno estallido social, no realizaron exámenes: “En atención a la gran demanda horaria y de personal que requirió dicha contingencia sufrida, lo que demandó extensas jornadas de trabajo que no permitieron contar con la disponibilidad necesaria que requiere este tipo de procesos”, se señala en la carta adjunta en la respuesta por Transparencia, firmada por el Coronel Juan Rodríguez Huerta, jefe del Departamento de Información Pública y Lobby (vea aquí la respuesta de Carabineros).
Al comparar las cifras entregadas por Carabineros respecto de los casos confirmados de consumo de drogas, con la que detalla el número de sancionados, llama la atención que 2 tenientes y un capitán que dieron positivo para cocaína no aparecen en el listado de funcionarios dados de baja.
El coronel Marcelo Aburto, jefe del Departamento de Control de Drogas responde así: “El proceso administrativo que sigan cada uno de los casos que existan, es ajeno a este Departamento de Control de Drogas, debido a que la función del departamento es efectuar el examen e informar el resultado para dar inicio al proceso administrativo respectivo”.
Es decir, según la propia respuesta de Carabineros vía Ley de Transparencia, solo suboficiales habrían sido sancionados por dar positivo al examen de consumo de drogas.
Según la institución, las tomas de muestras se realizan de manera aleatoria y sorpresiva. El coronel Aburto aseguró que entre las drogas que se testean están la cocaína, la marihuana, los opiáceos, las anfetaminas y el éxtasis: “El examen se realiza a todo el personal uniformado y civil contratado por la institución”.
Al igual que otras instituciones armadas, en Carabineros consideran como positivo el resultado del examen si el uniformado estudiado se niega a enviar sus muestras a un laboratorio para que se chequeen los resultados.
Actualmente el laboratorio encargado de analizar las contra muestras es Corthorn Health, el que fue elegido por la institución mediante licitación pública.
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Durante los últimos cinco años, el Ejército realizó 41.228 exámenes de los cuales 471 dieron positivos en primera instancia. De ese total, a 47 uniformados se le confirmó el consumo de drogas luego de que se les aplicara una contra muestra. No todos los efectivos que marcaron positivo en su primer examen accedieron a realizarse un nuevo estudio. Es por esto que es difícil saber la cifra exacta de quienes consumieron drogas entre 2015 y 2019.
Al Ejército también se le consultó sobre el número de uniformados sancionados en el mismo periodo de tiempo por haber consumido drogas. La respuesta oficial señaló que no había antecedentes sistematizados para los años 2015 y 2016, pero que entre 2017 y noviembre de 2019 los sancionados llegaron a 228.
Si consideramos solo los años donde hay datos completos (2017, 2018 y 2019), al menos el 0,89% de los uniformados a los que se les aplicó el test fueron sancionados por haber consumido drogas. Esa cifra es mayor, pues el Ejército no considera como sancionados a quienes solicitan el retiro de la institución luego de dar positivo al primer examen de drogas, y tampoco suma en esa categoría a quienes apelaron a la sanción impuesta, y cuyo proceso está en curso.
Al analizar las cifras de quienes dieron positivo al primer test aplicado resulta que, en total entre 2015 y 2019, hubo 314 que dieron positivo a consumo de marihuana; 105 a cocaína y otros 52 que habrían consumido ambas drogas (vea aquí la información entregada por el Ejército vía Transparencia).
El Ejército envió a CIPER la actualización de esas cifras, incluyendo los test realizados entre el 11 de noviembre y el 31 de diciembre de 2019 (periodo no considerado en la solicitud vía Ley de Transparencia). Durante ese mes y medio se realizaron otros 1.153 exámenes, de los cuales 40 resultaron positivos. Eso implica que en ese periodo, justo después de que efectivos del Ejército salieran a las calles para resguardar el orden público, el 3,46% de los militares medidos habría consumido algún tipo de droga, lo que implica un alza importante respecto a mediciones anteriores.
Sobre si existen registros de consumo de otras drogas distintas a la marihuana y la cocaína, el área de comunicaciones de la institución afirmó mediante una carta que “el análisis de las muestras biológicas es de responsabilidad del Laboratorio Clínico del Hospital Militar de Santiago”, siendo las muestras positivas derivadas al Laboratorio Antidoping de la Universidad de Chile. Ambos laboratorios detectan todo tipo de droga, pero a la fecha, “solo la cocaína y la marihuana han sido detectadas, y en algunas oportunidades anfetaminas, las cuales han sido consumidas por orden y receta médica”, por tanto no son consideradas como positivas.
Respecto a la forma en la que son tomadas las muestras, el Ejército afirma que se realizan de forma aleatoria, considerando como mínimo al 20% de la totalidad de las distintas categorías, tanto civiles como militares. La misma institución afirma que “de las 121 muestras positivas del 2019, en comparación con la cantidad de hombres y mujeres que integran el Ejército, corresponden a un porcentaje inferior al 0,4% en relación al universo total de la institución”.
Aunque esa comparación es mañosa, ya que la cifra de positivos debe contrastarse con el total de uniformados a los que se les aplicó el test (8.577 en 2019). Al hacer ese ejercicio, el porcentaje de positivos en 2019 llega a 1,41% (vea aquí la respuesta enviada por el Ejército a las consultas hechas por CIPER).
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La PDI fue la institución que entregó la información más vaga respecto del consumo de drogas al interior de sus filas. Según el detalle que entregaron vía Transparencia, en 2018 no hubo ningún examen realizado. Cuando CIPER le consultó sobre esta anomalía al subprefecto Javier González, director (s) de Comunicaciones, quien señaló que lo anterior se trató de un error, ya que en 2018 sí se realizaron test: 85, de los cuales uno dio positivo para consumo de drogas.
Sobre los otros años comprendidos en el periodo 2015 – 2019, el documento enviado por Transparencia indica que han realizado un total de 847 exámenes, de los cuales 10 resultaron positivos, un 1,18% de los casos: seis por marihuana y cuatro por cocaína (vea aquí la respuesta de la PDI vía Transparencia).
De los 10 casos positivos que informaron, dos presentaron su renuncia voluntaria al resultar sus exámenes positivos para cocaína (un subinspector y un detective), y otros tres fueron sometidos a la medida de “retiro temporal voluntario”: un asistente policial (cocaína), un técnico a contrata (marihuana), y un asistente policial (cocaína). La institución no informó, en su respuesta por Transparencia, sobre las medidas sancionatorias tomadas para los otros cinco casos que dieron positivo en el test de drogas.
CIPER le consultó al respecto al subprefecto Javier González, quien aclaró que la respuesta enviada por Transparencia alude a tecnicismos, ya que todos los efectivos a quienes se les confirmó el consumo de drogas fueron expulsados de la institución.
Llama la atención que la PDI haya disminuido en 2018 y 2019 el número de procesos realizados para detectar el consumo de drogas en sus filas. Si en 2016 se aplicaron 354 exámenes y 195 en 2017, en 2018 esa cifra disminuyó hasta los 85, y entre enero y noviembre de 2019 la cifra solo llegó a los 59 test realizados.
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En la Armada se realizaron un total de 30.690 exámenes entre 2015 y 2019. Solo el 0.47% del total fueron positivos, equivalentes a 144 contramuestras analizadas en laboratorio: 113 por marihuana y 31 por cocaína. Esta institución es la que presenta los mayores niveles de sanción, con un 94.44% de los casos castigados a través del reglamento de la ley N°20.000 (vea aquí la respuesta de la Armada vía Transparencia).
Al respecto, el Capitán de Navío y director de comunicaciones de la institución, Leonardo Chávez, afirma que los casos positivos son sancionados mediante la expulsión de acuerdo a su reglamento interno de disciplina. Sin embargo, en los documentos entregados por la misma institución, se detallan como sanciones la “separación de curso”, el “licenciamiento del servicio” y el “término de periodo de convocatoria”. La Armada no se refirió a dichas sanciones específicas, como tampoco a cuál laboratorio externo envían las muestras para realizar un segundo chequeo en caso de dudas.
Lo que sí señaló el capitán Chávez es que tras confirmar el consumo, se informa al Juez Naval para que se instruya una causa judicial por infracción al Artículo 14 de la Ley de drogas, el cual detalla que el personal militar que consuma, guarde o porte alguna de las sustancias indicadas en dicha ley, incurren en un delito y serán castigados con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio (ver ley).
Según el reglamento de la Armada para el control del consumo de drogas y estupefacientes (ver aquí), las muestras de orina para el primer examen y para la contramuestra se toman el mismo día. Si un miembro de la institución da positivo en el examen de chequeo, se considerará como una “falta gravísima a la disciplina”. Lo mismo si quien dio positivo al screening (primer examen) se niega a autorizar el análisis de la contramuestra.
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La Fuerza Aérea (FACh) es de las instituciones armadas que menos exámenes realiza: solo 2.335 en el periodo del 1 de enero de 2015 al 11 de noviembre de 2019. Aunque también es de las que tiene menos efectivos a su cargo (unos 12.000).
Durante los cinco años analizados, 59 efectivos dieron positivo al primer examen realizado. De ese universo, llaman la atención 25 personas que aparecieron como consumidores de metanfetamina y otros dos de benzodiazepina. Todos esos casos fueron desestimados por las contramuestras, las que solo confirmaron 20 efectivos que consumieron marihuana y cocaína. Eso implica que el 0,86% del personal analizado consumió algún tipo de droga.
De los 20 casos positivos, 13 fueron sancionados. O sea, una tasa de castigo que solo llega al 65% ¿Cómo se explica? En la información enviada vía Ley de Transparencia, la institución señala que en los cinco casos positivos detectados en 2019 (tres por cocaína y dos por marihuana) las sanciones se encuentran “en proceso”, mientras que no se entrega información sobre dos efectivos que dieron positivo al examen en 2018 (vea aquí la respuesta de la FACh por Ley de Transparencia).
La FACh también explica que “los controles al personal de la institución se aplican de forma aleatoria, imprevista, reservada y sistemática, de acuerdo a una planificación anual confidencial elaborada por la División de Sanidad”. Los 26 casos en donde se detectaron drogas distintas a la marihuana y la cocaína fueron identificados por ellos como “medicamentos con adecuada y comprobada prescripción médica”.
La Fuerza Aérea afirma que anualmente eligen a través de una licitación pública al laboratorio que deberá estudiar las muestras, a diferencia del resto de las instituciones, las cuales tienen su propio laboratorio y que, en caso de dudas, envían las muestras a un ente externo.
Además cuentan con más detalles sobre el personal seleccionado para examinar: un 10% por año corresponde a personal de tropa profesional, un 8% anual a personal del cuadro permanente y un 6% anual a cadetes y alumnos de las escuelas matrices.
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Los integrantes de las policías y fuerzas armadas son la única población en Chile a la cual se le penaliza el consumo de drogas por la ley 20.000. Las sanciones establecidas en el artículo 14 de la citada norma establece que quien consuma “será castigado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio. No obstante, si consumieren tales sustancias en los lugares o situaciones mencionados en el artículo 5º, Nº 3º, del Código de Justicia Militar (recintos militares y policiales), la sanción será presidio menor en sus grados medio a máximo”. (ver Ley)
Sumando las cifras de las cinco instituciones, y considerando los primeros resultados de las muestras, la droga que más positivos arrojó en los resultados fue la marihuana con un total de 642 casos, seguida por la cocaína con 225, ambas juntas con 58, y un caso de cocaína con éxtasis. En Carabineros aparecieron cuatro casos de anfetaminas, tres de opiáceos y cuatro de éxtasis, que luego serían desestimados por la contra muestra. Estos se suman a los 25 casos de metanfetaminas y dos de benzodiazepina de la Fuerza Aérea, que también fueron desestimados.
Los resultados de las contra muestras dentro de estas cinco instituciones evidencian variaciones importantes con los primeros exámenes. De acuerdo a los datos a los que accedió CIPER, los resultados del primer examen dieron 1.004 positivos y 371 en la contra muestra, lo que representa una disminución del 63.05%. Para Mariano Montenegro, psiquiatra y ex director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), es “poco usual” que existan grandes diferencias entre ambas cifras. “Eso es curioso, porque en general la detección es muy sensible. Es muy raro que sean muchos falsos positivos”. Además, agrega que “como es la misma muestra, tendría que salir positivo si es una máquina de detección correcta”.
“Después de marcar positivo, es un especialista el que debería determinar qué relación tiene con la droga. Realizar una evaluación clínica para saber si es un consumidor ocasional, habitual o problemático”, aseguró. El mismo profesional agrega que “ser positivo no significa ser consumidor problemático” pero sí menciona que existen varios factores que pueden incidir en el consumo de drogas dentro de las fuerzas armadas y policiales. El estallido social sería uno de ellos.
En cuanto a programas de prevención del consumo de drogas, en 2019 la subsecretaría de las FF.AA concretó un acuerdo con el Senda para reforzar las campañas en esta materia al interior de las instituciones castrenses. Todo en el marco del programa nacional “Elige vivir sin drogas”.
A través de una respuesta oficial, el Ejército informó que cuenta con un programa para “Oficiales y Clases Instructores”, quienes son capacitados como monitores para que sean ellos los que enseñen y ayuden a los soldados más jóvenes que pertenecen al “sector de mayor riesgo”.
En la Armada explican que “desarrollamos un programa de prevención de consumo de drogas, el cual cuenta con talleres, conferencias y controles aleatorios a los alumnos de las Escuelas Matrices y a los miembros de la institución”, responde el director de comunicaciones sobre el protocolo interno.
Sobre medidas preventivas, la FACh explica que desde el año 2002 tienen un programa de prevención, en convenio con el Senda. “En dicho programa se consideran exposiciones, talleres, jornadas de capacitación, entrega de dípticos, entre otras medidas, a fin de entregar información acerca de los daños que origina el consumo de drogas ilícitas, alcohol y tabaco”.
Sobre lo mismo, Carabineros señaló que “existen programas educativos a nivel institucional que se realizan para la prevención del consumo de sustancias ilícitas, las que incluyen aspectos legales y administrativos que pueden afectar al funcionario en cuanto a su carrera profesional al momento del consumo de alguna sustancia ilícita”.
Puedes escuchar esta investigación aquí:
*Audio realizado por CarolinaPereira.de