INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA INTERNACIONAL “TRANSNACIONALES DE LA FE”:
Líderes evangélicos amparados por la Casa Blanca exportan agenda fundamentalista a América Latina
13.08.2019
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INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA INTERNACIONAL “TRANSNACIONALES DE LA FE”:
13.08.2019
Un grupo de líderes evangélicos fundamentalistas vinculados a la Casa Blanca han extendido sus ministerios a varios países latinoamericanos y han establecido relaciones con cuestionados presidentes, como Daniel Ortega en Nicaragua, Jimmy Morales en Guatemala y Juan Orlando Hernández en Honduras. Columbia Journalism Investigations (CJI), el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y 15 medios de investigación –entre ellos CIPER– también documentaron cómo estos líderes han influenciado mandatarios y políticas en varios países de la región.
Vea los reportajes de CIPER para Transnacionales de la Fe: “Radiografía a la red que impulsa la arremetida política de los evangélicos en Chile” y “El desconocido rol estelar de J.A. Kast en la ‘guerra santa’ contra la OEA”
Vea la publicación original de este reportaje en el sitio del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP). Revise en el sitio de “Transnacionales de la Fe» todas las notas elaboradas por los 16 medios que integraron la red de investigación.
Una tormenta de críticas contra el presidente Donald Trump por su política de separar a familias migrantes en la frontera estaba en su pico más alto cuando el presidente del segundo país que expulsa más migrantes desde Centroamérica hacia Estados Unidos, el hondureño Juan Orlando Hernández, fue recibido como aliado estratégico en la Casa Blanca, en junio del año pasado.
Los comunicados oficiales de esa visita documentaron reuniones con el vicepresidente estadounidense Mike Pence y con el secretario de Estado, Mike Pompeo, en las que discutieron, una y otra vez, la crisis migratoria y la situación de los hondureños indocumentados.
Ninguno de los recuentos oficiales ventiló las conversaciones paralelas que Pence, Pompeo y un pequeño grupo de líderes evangélicos fundamentalistas tenían coordinadas para Hernández, y que pretendían persuadirlo de tomar decisiones de Estado basadas en sus interpretaciones literales de la Biblia.
Por un lado, Pence y Pompeo -ambos cristianos evangélicos- aprovecharon la visita oficial para convencer a Hernández de instaurar, en Honduras, los estudios bíblicos liderados por Capitol Ministries, una organización religiosa que los dos altos funcionarios del gobierno Trump patrocinan desde la Casa Blanca y que se dedica a evangelizar a “líderes políticos del mundo” con el fin de que legislen según sus principios bíblicos.
La efectividad de esa influencia se destaca en un comunicado que el mismo Capitol Ministries publicó cuando su fundador Ralph Kim Drollinger inauguró los estudios bíblicos en el Congreso de Honduras junto con Hernández, cinco meses después de la visita del presidente hondureño a Washington (Ver nota de Honduras publicado por Contracorriente). Otro documento de Capital Ministries confirma que ambos miembros del gabinete estadounidense le “sugirieron al presidente Hernández que iniciara un ministerio como el que ambos atienden todas las semanas y el Presidente Hernández tomó en serio la sugerencia”.
Drollinger, mentor espiritual de Pence y Pompeo, lidera los estudios bíblicos en la Casa Blanca desde que el vicepresidente Pence lo invitó a instalarse allí, a inicios de la administración de Donald Trump.
Durante la misma visita a Washington el presidente Hernández también se reunió con cinco influyentes líderes evangélicos estadounidenses que forman parte de la Oficina de la Fe y la Oportunidad de la Casa Blanca (OFCB). El propósito de la reunión era persuadir al presidente hondureño de que cambiara la embajada de su país de la capital israelí de Tel Aviv a Jerusalén, disputado como el centro de la vida religiosa en Israel. Ese propósito, que incluía reconocer a Jerusalén como el centro de gobierno de Israel, fue confirmado por el organizador de la reunión Mario Bramnick en entrevista con Columbia Journalism Investigations (CJI).
Mario Bramnick es un pastor estadounidense de origen cubano y fundador de Latino Coalition for Israel (LCI), una organización cristiana sionista, con sede en Miami, que moviliza a líderes políticos y religiosos latinoamericanos para apoyar el reconocimiento de Jerusalén como el centro de la actividad política y religiosa de Israel.
Desde 1947, las Naciones Unidas ha emitido numerosas resoluciones, adoptadas por la mayoría de los países del mundo, que reconocen el estatus internacional de la ciudad de Jerusalén y la necesidad de crear dos estados separados para israelíes y palestinos, quienes mantienen un conflicto por el control del territorio. Por eso, todos los países del mundo tenían sus embajadas ante Israel en Tel Aviv, una tradición que duró hasta que Trump pasó la sede de Estados Unidos a Jerusalén, en mayo del 2018.
La reubicación de la embajada estadounidense había sido una promesa de campaña que Trump les hizo a los líderes evangélicos ya en su campaña presidencial de 2016, según Bramnick. “El presidente Trump nos lo prometió y lo cumplió”, dijo.
El pastor asegura que durante la campaña trabajó directamente con el enviado de la Casa Blanca para el Medio Oriente, Jason Greenblatt, y el actual embajador de Estados Unidos ante Israel, David Freedman, para definir la política exterior estadounidense frente a Israel. “Desde que los nombraron, yo me reuní con ellos y empezamos a trabajar el tema de la plataforma republicana para Israel”, dijo.
Para los líderes evangélicos, afirma Bramnick, el trabajo que realizan está inspirado en principios espirituales. “Lidiamos con gobiernos al punto de que el mundo lo ve como si estamos controlando la política, pero para nosotros es espiritual, no político. La Biblia dice que el que bendiga a Israel será bendecido y el que maldiga a Israel será maldecido, y nosotros leemos la Biblia literalmente. La Biblia dice que Jerusalén es la capital eterna de Israel y que Dios le dio esa tierra a Abraham, Isaac y Jacob”, agregó.
Los encuentros de los religiosos rindieron frutos. En marzo el presidente Juan Orlando Hernández anunció el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y el traslado de su oficina comercial a esa ciudad.
Bramnick y los cuatro líderes evangélicos que participaron en la reunión con Hernández son miembros de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca, un despacho creado por Donald Trump mediante un decreto ejecutivo de mayo del año pasado.
Bramnick confirmó ser miembro de esta oficina y añadió: “La Oficina de la Fe en la Casa Blanca invita a líderes de fe nacionales para que participen en diferentes eventos como cenas, reuniones, oraciones y briefings con el presidente Trump o el vicepresidente Pence, según los temas”, explicó el pastor.
El pastor insistió en que el encuentro con el presidente hondureño lo organizó en su capacidad de presidente de Latino Coalition for Israel y no en nombre de la Casa Blanca, pero el día de la reunión publicó una foto con el presidente Hernández, en su perfil de Facebook, en la que identificó a la delegación que lideraba como patrocinada por la Casa Blanca (el texto original fue borrado de su publicación en Facebook después de la entrevista con CJI, pero CJI guardó una copia de su versión original).
El 16 de mayo de 2018, 55 palestinos murieron en las protestas en Gaza, mientras que la hija y el yerno de Trump, Ivanka Trump y Jared Kushner, lideraban la acelerada inauguración de la sede diplomática estadounidense en Jerusalén. Los acompañaban el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, líderes de la Oficina de la Fe y de la Oportunidad de la Casa Blanca y sus esposas.
Desde la creación de la Oficina de la Fe en la Casa Blanca, Trump y los líderes evangélicos han mantenido la iniciativa en un perfil muy bajo y se han negado a responder consultas de la prensa y organizaciones civiles sobre su operación, presupuesto y nombramientos.
Esta investigación colaborativa revisó publicaciones en redes sociales, vídeos y boletines informativos de los líderes que integraban el comité asesor evangélico de Donald Trump durante su campaña electoral y de sus organizaciones. Al menos 18 de ellos, todos evangélicos, se han identificado a sí mismos como miembros de la Oficina de la Fe y la Oportunidad de la Casa Blanca desde mayo pasado durante múltiples eventos públicos en diferentes partes del mundo. El evangelismo representa solo a una minoría entre el abanico de creencias que se practican en Estados Unidos y que la primera enmienda de la Constitución defiende.
El grupo representa distintas corrientes dentro de la comunidad evangélica, aunque algunos de sus miembros pertenecen a más de una de ellas. Unos predican la “teología de la prosperidad”, que ve el crecimiento económico y el buen estado de salud como bendiciones que Dios otorga si el creyente se comporta de acuerdo a las normas y paga el diezmo. Otros son evangélicos sionistas que creen en las profecías apocalípticas del retorno de Jesús a la Tierra en Israel; y un tercer grupo representa a líderes de la Convención Bautista del Sur, que aglutina a más de 50.000 iglesias bautistas en Estados Unidos. Esa congregación se opone firmemente al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Capitol Ministries, la Oficina de la Fe de la Casa Blanca y otros influyentes líderes evangélicos estadounidenses, de acuerdo con los católicos más conservadores, han cultivado estrechas alianzas con líderes políticos en países con grandes poblaciones de la fe evangélica, como Guatemala, Honduras y Brasil. Esas alianzas se extienden a políticos locales que han logrado conquistar significativas cuotas de poder y de influencia política en sus países.
Para entender esas alianzas y sus efectos, Columbia Journalism Investigations (CJI), el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y 15 medios latinoamericanos, investigaron las actividades del grupo de líderes y cómo han conseguido un respaldo particularmente fuerte de organizaciones evangélicas vinculadas a la administración Trump para promover legislación y políticas fundamentalistas cristianas en los más altos círculos de poder político en Latinoamérica.
«Él (Trump) es el presidente más –según mucha gente ha dicho– más amigo de la fe que han conocido en su vida”, dijo Paula White, la consejera espiritual personal de Trump y líder de la Oficina de la Fe y Oportunidad de la Casa Blanca al Christian Broadcasting Network durante la inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén.
Los líderes evangélicos comprometieron su apoyo político a Trump desde el inicio de la campaña presidencial del 2016, a cambio de promesas de favores políticos como nombramientos de jueces conservadores en la Corte Suprema de Justicia estadounidense, políticas públicas contra el aborto y los derechos LGBTIQ y una gran influencia en la definición de la política exterior estadounidense con respecto a Israel.
Gracias a sus lazos con la Casa Blanca algunos de estos líderes también han logrado expandir sus ministerios en Latinoamérica y construir alianzas con presidentes con pasados lejos de ser perfectos.
Uno de ellos es el presidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien no ha sido acusado pero fue investigado por la agencia estadounidense antidrogas (DEA) por los delitos de tráfico internacional de cocaína “a gran escala” y lavado de dinero, según figura en un documento del 2015 recientemente desclasificado.
El pasado 2 de agosto, una Corte federal en Nueva York publicó otro documento que identifica al presidente hondureño Juan Orlando Hernández como cómplice en un caso de tráfico de drogas internacional contra su hermano Tony Hernández. El mandatario no figura como acusado en el caso, pero los fiscales dijeron que $1,5 millones de dólares de utilidades del negocio de la droga se usaron para ayudar a elegirlo en 2013. En un comunicado de prensa la presidencia hondureña dijo que el presidente es enemigo de los traficantes, que buscan cobrar venganza en su contra.
La exportación de misiones fundamentalistas estadounidenses a Latinoamérica, con la bendición del gobierno federal, viola los principios de separación de Estado e Iglesia establecida en la Constitución de Estados Unidos, según confirmó Katherine Franke, profesora de derecho y estudios sobre género y sexualidad en la Universidad de Columbia en Nueva York. Franke dirige el Centro de Género y Sexualidad de la Universidad y es la directora de la Facultad del Proyecto de Ley, derecho y religión.
Franke afirmó que estas actividades violan la Constitución al patrocinar oficialmente una religión y promover creencias particulares: “El gobierno está promoviendo religión como un proyecto oficial del gobierno y eso claramente viola una de las cláusulas de la Constitución”, dijo. “Aún más que eso, el gobierno está promoviendo una visión particular de la religión, sin hacerlo de manera imparcial, y ese es un segundo tipo de violación”, dijo la experta.
“Usando dinero público y con el nombre de los Estados Unidos detrás, el gobierno ha emprendido una promoción particular de la religión y eso es una clara violación de la cláusula de establecimiento”, dijo Franke.
Los líderes religiosos también han apoyado a presidentes ultra conservadores como Jair Bolsonaro en Brasil, quien recientemente criticó una decisión de la Corte Suprema de Brasil que criminalizó la homofobia. La Corte dictaminó en junio que la homofobia es un delito equiparable al racismo. El presidente Bolsonaro dijo que la Corte está “completamente equivocada”. En declaraciones a Agencia Brasil -la agencia de noticias del Estado-, el presidente dijo que el dictamen va a perjudicar a los homosexuales porque “un empresario va a pensarlo dos veces para contratarlos por temor a ser llevado a la Corte por hacer una broma”.
Bolsonaro añadió que “si hubiera habido un juez evangélico en la Corte la decisión no hubiera pasado”.
Solo en São Paulo, Brasil, los crímenes contra personas homosexuales o transgénero se incrementaron en un 75% entre agosto y octubre de 2018 durante la campaña electoral de Bolsonaro, según reportó el diario Folha de São Paulo con base en registros de la policía del estado.
El pasado 31 de julio, CJI envió diversos correos con preguntas para este reportaje a Pence, Pompeo, Drollinger y el presidente Juan Orlando Hernández. Ninguno de ellos respondió.
Capitol Ministries era una organización en total decadencia en el verano del 2009. Cinco de los miembros de su junta directiva habían renunciado a sus puestos y acusaban al fundador de la organización, Ralph Drollinger, de actitudes antiéticas, de liderazgo “autocrático”, de irregularidades financieras y de “utilizar pasajes de la Biblia fuera de contexto para justificar sus posiciones”.
Los alegatos son parte de un proceso legal por uso ilegal de marca comercial interpuesto en 2011 contra Capitol Ministries ante la Corte del Distrito Federal en el Distrito Este de Carolina del Norte por la organización Capitol Commission, fundada por los antiguos directores de Capitol Ministries. Los exdirectores alegaban que Capitol Ministries estaba haciendo uso ilegal de su marca. El caso se resolvió en un acuerdo privado en el 2014.
Drollinger no respondió a un cuestionario que CJI le envió sobre el litigio, pero durante el proceso negó los cargos en contra de su organización e incluso acusó a sus excolaboradores de haber tenido acceso ilegal a sus comunicaciones personales.
Luego de una investigación interna de 2009 Drollinger fue expulsado de su propia iglesia, la Grace Community Church en Sun Valley California. Treinta líderes de la iglesia concluyeron que Drollinger está “descalificado espiritualmente para liderar un ministerio” y unánimemente retiraron su apoyo y afiliación a Capitol Ministries.
El golpe más significativo vino cuando 16 de sus 19 directores regionales se distanciaron de él y también renunciaron a inicios de octubre del 2009 para luego fundar Capitol Commission.
Debilitado por la debacle interna, Drollinger viajó a Argentina en noviembre del 2009 para abrir su primer ministerio en el exterior, desde donde reclutó a líderes de otros ocho países latinoamericanos. El proyecto no funcionó y el grupo se independizó del pastor estadounidense.
Pero la suerte de Drollinger estaba a punto de cambiar en el 2016 con la llegada de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Jeff Sessions, quien pronto sería nombrado fiscal general de Estados Unidos y quien había sido su pupilo espiritual en el Senado, presentó por correo a Drollinger con el entonces candidato republicano Donald Trump y el pastor empezó a enviarle sus estudios de Biblia al actual presidente. “El ha estado escribiéndome notas de vuelta desde entonces, en una forma muy positiva. A él le gusta la lealtad. Yo lo apoyé desde inicios de su campaña”, recordó Drollinger en una entrevista con el medio alemán Die Welt, en el 2017.
Un día después de que Trump ganó la elección primaria como candidato republicano, en julio del 2016, Drollinger llamó a los evangélicos estadounidenses a votar por él en un programa de radio en California. “Creo que Dios debe de estar respondiendo a nuestras oraciones y levantando a un gran líder en Donald Trump. Lo estamos eligiendo a él para que sea el líder del Estado, no de la iglesia”, dijo Drollinger después de minimizar los deslices sexuales del presidente.
Drollinger y su esposa Danielle asistieron como invitados de Trump a su inauguración como presidente e inmediatamente empezaron a trabajar para instaurar los estudios bíblicos en el seno de la Casa Blanca.
El resto de la historia la explicó mejor el mismo Drollinger en febrero de este año, cuando alardeó sobre su expansión actual en un reporte de su ministerio publicado en CM en agosto de año pasado: “Capitol Ministries estableció los estudios bíblicos semanales justo después de que la actual administración empezó a hacer sus primeros nombramientos, a inicios del 2017. Eso volcó el foco de la atención mundial al trabajo y a la misión de Capitol Ministries”.
“De acuerdo con Sus designios, esa oportunidad le ha garantizado una enorme credibilidad a Capitol Ministries y le ha abierto puertas en el mundo entero y en un periodo muy corto. Yo no tenía idea, hace dos años, de qué tan rápida iba a ser nuestra expansión internacional como resultado de todo esto”, dijo Drollinger.
En los estudios que él mismo escribe y que se traducen a seis idiomas, Drollinger sustenta con pasajes bíblicos que el ambientalismo radical es una “religión falsa”, que criminalizar a los inmigrantes ilegales y la pena de muerte tienen sustento bíblico y que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un asunto que “despierta la ira de Dios”.
Con la ayuda del Instituto de Religión, Cultura y Vida Pública de la Universidad de Columbia, CJI buscó una interpretación profesional sobre los estudios de Capitol Ministries.
James S. Bielo, antropólogo profesor de la Universidad de Miami y experto en cristianismo global, analizó los textos de Capitol Ministries con la misión de entender sus orígenes y la teología que representan.
“Sus elementos discursivos claramente los marcan como protestantes fundamentalistas -explicó Bielo-. Ellos arguyen que la Biblia debe interpretarse literalmente y que debemos de derivar los principios para gobernarnos de acuerdo con esa lectura literal”, dijo Bielo.
Según Bielo, el argumento va aún más allá: “creen que cualquiera que vaya en contra de esos principios es su enemigo teológico y un enemigo político, confundido por el liberalismo moderno o por una lectura hereje y no literal de las escrituras”, agregó.
Uno de los elementos más característicos de los estudios, según Bielo, es que busca promover un discurso alrededor del temor, de la lectura literal de la Biblia y de la creación de términos como “los humanistas seculares” o los “cristianos liberales” a quienes piden a sus seguidores oponer.
Drollinger no respondió las preguntas que se le enviaron para conocer su opinión sobre las creencias que predica.
En mayo del 2017, tres meses después de asumir como pastor de los estudios bíblicos de la Casa Blanca, Drollinger nombró al peruano Óscar Zamora como director de Capitol Ministries para América Latina y creó una versión en español de sus estudios bíblicos en su página web.
Desde entonces, Capitol Ministries ha abierto ministerios en ocho países de la región: México, Honduras, Brasil, Perú, Uruguay, Ecuador, Paraguay y Costa Rica y anunció la apertura de Panamá en octubre. El mismo Drollinger viajó a algunos de estos países para inaugurar oficialmente su operación y reunirse con líderes políticos locales (lea las notas de que los aliados en México, Brasil, Honduras, Costa Rica y Paraguay escribieron sobre el trabajo que Capitol Ministries desarrolla en cada país).
Su más reciente anuncio de expansión es, sin duda, el más inusual. El pasado 18 de julio, Drollinger viajó a Nicaragua tras ser invitado personalmente por el presidente Daniel Ortega y por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para que instaure un ministerio en su gobierno en Managua. La pareja presidencial también invitó a Drollinger para que compartiera escenario con ellos en la celebración del 40 aniversario de la Revolución Sandinista.
En un comunicado de prensa, Capitol Ministries explicó que fue Ortega quien envió una carta a Drollinger invitándolo a abrir un ministerio en su gobierno. En la carta publicada por CM, Ortega declaró: “sabemos que si las personas a quienes Dios ha confiado el destino de una nación nacen de nuevo, nuestros diputados legislarán de acuerdo con la biblia”.
Mientras Ortega profesaba su fe, un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que «la acción represiva del Estado en Nicaragua«, había dejado «hasta junio de 2018, al menos, 212 personas muertas, 1.337 personas heridas y 507 personas privadas de la libertad«. Para agosto de ese año, el conteo de la CIDH ya iba en 322 muertos, la mayoría de ellos jóvenes que estaban protestando por los abusos y la corrupción del gobierno. Ortega criticó duramente a la Comisión por este informe, pero reconoció 128 personas caídas en las protestas ciudadanas.
A pesar de este récord en violaciones a los derechos humanos, Drollinger aceptó la invitación de Ortega con entusiasmo, sin hacer mención de la crisis de derechos humanos. En el acto de conmemoración de la revolución sandinista dijo: “Queremos agradecer al Presidente y a la Vicepresidente por esta oportunidad que nos abre para ver la posibilidad de también sembrar la palabra de Dios aquí, y empezar sembrando este Ministerio de Capitol en medio de la comunidad de los políticos”. Cerró recordándoles a los presentes su cercanía con el alto gobierno estadounidense:
“En nombre de los estudiantes de estudios bíblicos de la Casa Blanca, en nombre de los estudiantes de Biblia del Senado de Estados Unidos, en nombre de los Representantes de la Cámara Baja que estudian la Biblia, traemos a ustedes nuestra paz y nuestra bendición”.
Usando el nombre de la Casa Blanca en sus intervenciones públicas, Capitol Ministries también ha expandido el nivel de su influencia política. CM está presente en siete parlamentos latinoamericanos y en marzo de este año inauguró su primer ministerio dentro de un gabinete presidencial, en Honduras. La organización anunció que también tendrá un ministerio en el gabinete presidencial en Managua.
El Congreso hondureño inauguró su ministerio desde noviembre pasado en un acto con el presidente Hernández y su esposa. Durante la ceremonia, Óscar Zamora, el director latinoamericano de CM, recordó el origen de la iniciativa. “El presidente Hernández estaba tan impresionado de la consistencia entre las creencias y los principios bíblicos de los estudios de Capitol Ministries -en la Casa Blanca- que pidió tener un estudio idéntico para su gabinete (que se inauguró en marzo). Como yo siempre digo, ¡esto solo se hace a través de Dios! ¡Alabado sea el Señor que sigue abriendo puertas para Capitol Ministries en América Latina!”, dijo.
Honduras es el segundo país centroamericano que más migrantes expulsa a Estados Unidos y se estima que el 41% de su población cree en el cristianismo evangélico (la tasa más alta de la región junto con Guatemala). El presidente Hernández acogió el ministerio de Drollinger a pesar de que el pastor estadounidense afirma que “a Dios se le frunce el ceño con los inmigrantes ilegales”, que los inmigrantes ilegales “merecen ser arrestados y enfrentar todo el peso de la ley” y ser excluidos de las escuelas públicas en Estados Unidos.
CJI y el medio hondureño independiente Contracorriente entrevistaron al pastor Miguel Muñoz, quien fue escogido por Zamora para dirigir el ministerio en Honduras. Consultado sobre cómo concilia el sufrimiento de sus compatriotas migrantes con las creencias de la organización que representa el pastor, respondió: “Es que todavía no me ha tocado llegar a ese estudio, porque vamos por semanas, y aún no lo he leído”.
Mientras Capitol Ministries expandía sus ministerios en los parlamentos latinoamericanos, los miembros de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca trabajaban activamente para alinear a políticos de la región con la agenda de Trump y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para el Medio Oriente.
Bramnick y otros miembros de la OFCB iniciaron su recorrido en Latinoamérica con una visita a Guatemala, en enero de 2018. La misión consistía en honrar y premiar al presidente de ese país, Jimmy Morales, por haber anunciado un mes antes su decisión de trasladar la embajada de su país a Jerusalén.
El Latino Coalition for Israel (LCI) cuyo fundador es Bramnick, trasladó a Guatemala a 23 de sus miembros directivos. “Esa noche yo pude ver cómo en los Estados Unidos, el señor está usando a la iglesia en un rol muy importante”, recordó. El pastor se refería al “testimonio” que escuchó, de primera mano, sobre cómo el presidente Morales tomó la decisión, a última hora, de trasladar la sede diplomática después de una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en diciembre.
Según Bramnick, Morales había coordinado una llamada con Netanyahu y le pidió a una pastora local que le sirviera de traductora del inglés. El presidente, explicó, había decidido de antemano rechazar la solicitud de Netanyahu para mover la sede y así se lo había comunicado al todo su equipo de gobierno que se encontraba en la sala.
“La llamada viene y se corta, viene y se corta”, dijo Bramnick y que mientras esperaban, la pastora leyó unas citas bíblicas con él y le dijo al presidente: “si Dios te puso en esta oficina es para cambiar la historia de Guatemala”. Al final de la llamada, según Bramnick, Morales había cambiado de opinión y había decidido mover la embajada y convertirse en el segundo país en hacerlo, después de Estados Unidos. Ambas sedes se trasladaron a Jerusalén en mayo del 2018, con dos días de diferencia.
Justo un año después del homenaje de los líderes evangélicos, Jimmy Morales dio por finalizado el acuerdo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de las Naciones Unidas, que había sido creada por un acuerdo de la ONU y del gobierno de ese país en 2006, originalmente para desvertebrar cuerpos ilegales de seguridad y aparatos criminales que cometen delitos y afectan los derechos humanos. El mandato de la CICIG, que desbarató varias estructuras criminales ligadas a las más alta esferas del poder, fue prorrogado varias veces, la última por petición del mismo Morales en septiembre de 2017.
Pero para enero de este año, el presidente guatemalteco había cambiado de opinión. Le dio un plazo de 24 horas al personal de la Comisión que todavía permanecía en el país para abandonar el territorio.
Desde agosto, Morales había declarado persona non-grata al comisionado colombiano Iván Velásquez, quien aún dirige la CICIG desde el extranjero y prepara su cierre definitivo en septiembre. Morales anunció la medida en televisión y rodeado de militares, mientras jeeps militares cercaron las instalaciones de la CICIG en la ciudad.
La CICIG había investigado al presidente Morales por financiamiento ilegal electoral. También abrió investigaciones contra su hijo y su hermano, quienes están acusados de haber estafado al Estado creando y remunerando empleados fantasmas en el Registro General de la Propiedad.
En agosto del 2017, la Fiscalía guatemalteca y la CICIG cerraron su primera investigación contra el presidente Morales y su partido por presunta financiación ilegal de la campaña. Los fiscales estimaron que Morales y su partido político omitieron declarar Q15 millones -unos $2 millones– en contribuciones a su campaña política.
El 25 de agosto, los fiscales y la CICIG presentaron ante el Congreso guatemalteco el primero de varios antejuicios contra Morales y solicitaron que se le removiera su inmunidad para continuar las investigaciones penales contra el mandatario, con el fin de obligarlo a comparecer y seguir indagando sobre su involucramiento en los presuntos crímenes. Las causas fueron archivadas en octubre del año pasado luego de que el Congreso votó en tres oportunidades en favor de mantener intacta la inmunidad de Morales. En relación con los cargos, el presidente Morales respondió con una frase que fue también su eslogan en campaña: “ni corrupto, ni ladrón”.
El gobierno de Barack Obama, y de todos los presidentes anteriores, habían apoyado incondicionalmente a la CICIG y la habían defendido en tiempos de ataques. La administración Trump inició garantizándole total apoyo, pero gradualmente adoptó un perfil más bajo y un discurso alineado al de Morales, de apoyar a una CICIG “reformada”.
En julio del 2018, la cadena de periódicos Maclatchy publicó una historia en la que citó a una fuente estadounidense “con conocimiento directo de las conversaciones” sobre la CICIG en Washington DC. “La única razón por la que Estados Unidos hace esto (dejar de apoyar la labor de la CICIG) es porque está feliz de que Guatemala haya trasladado su embajada a Jerusalén. Sólo porque el presidente (Morales) está molesto de que la CICIG investigue a algunos de sus familiares toma la decisión (de mudar la embajada a Jerusalén) para destacarse ante el gobierno de Trump, y entonces la dice a Trump: ‘Ayúdeme con la CICIG’”.
La publicación no fue desmentida ni confirmada por la Casa Blanca y el Departamento de Estado estadounidense.
CJI, CLIP y los aliados periodísticos Nómada y Plaza Pública en Guatemala entrevistaron a dos fuentes con acceso al gobierno guatemalteco quienes coinciden con la fuente citada por el diario estadounidense. Según ellos, el presidente Morales vio la oportunidad perfecta para conseguir apoyo de los estadounidenses y sacar a la CICIG de Guatemala, a cambio del traslado de la embajada.
Luego del viaje a Guatemala, cinco líderes de la OFCB se reunieron con el presidente de Honduras durante su visita a Washington en junio del 2018. En esa reunión, explicó Bramnick, “le preguntamos al presidente cómo podíamos ayudarle a guiar su decisión -sobre la embajada- y nos volvimos a reunir con él dos veces más en los siguientes meses”.
Además de Bramnick, otra líder de la Oficina de la Fe ha tenido protagonismo en encuentros con políticos en Latinoamérica. Michele Bachmann, excongresista estadounidense y fundadora de la Camarilla del Tea Party en la Cámara de Representantes, es una de las más activas en la OFCB y una de las dos únicas mujeres que forman parte del masculino grupo.
Es, también, la más conectada. Integra la junta directiva de Capitol Ministries y dirige personalmente un ministerio en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, desde donde evangeliza a líderes mundiales y promueve una visión de Israel según el Antiguo Testamento.
En agosto del año pasado, dos meses antes de la elección en Brasil, la excandidata a la presidencia de Estados Unidos grabó un video instando a los brasileños a votar por un candidato que esté dispuesto a trasladar la embajada de Brasil a Jerusalén. Bolsonaro prometió mudar la sede diplomática durante su campaña electoral. Bachmann no mencionó el nombre de Bolsonaro y se identificó como ex congresista y ex candidata presidencial en Estados Unidos.
“Por 3.500 años Dios ha designado a Jerusalén como la capital de Israel, es un hecho (…) Queremos que Brasil sea bendecida, queremos que prospere, así que asegúrese de votar por un candidato que mueva la embajada de Brasil a Jerusalén”, dijo Bachmann.
Días antes, Bachmann y Mario Bramnick habían participado en la celebración de los 70 años de la creación del estado de Israel, en una mega iglesia en Belo Horizonte, Brasil, en donde Bramnick aseguró que el próximo presidente brasileño movería la embajada del país a Jerusalén, sin mencionar el nombre de Bolsonaro. El evento, donde estuvo presente el hijo del presidente Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, terminó convertido en un acto de apoyo al entonces candidato presidencial, según reportó el aliado periodístico en Brasil, Agência Publica (Ver nota publicada por Agência Publica). La legislación brasileña prohíbe a los religiosos hacer propaganda electoral y también prohíbe a los extranjeros inmiscuirse en asuntos electorales. Ni Bramnick ni Bachmann mencionaron explícitamente el nombre de Bolsonaro durante sus intervenciones públicas.
Según confirmó Jane Silva, la pastora organizadora de la celebración, a Agência Publica, el ex tesorero de la campaña de Bolsonaro ayudó a pagar la celebración. La iglesia que celebró el culto es la misma a la que pertenece la ministra brasileña de Derechos Humanos y de las Mujeres, Damares Alves, quien ha dicho que las mujeres deben usar ropa rosa y los hombres azul.
Bramnick volvió a Brasil en diciembre, junto con otra delegación de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca. Allí también se reunió de nuevo con Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente y congresista y quien ha sido anunciado como el próximo embajador de Brasil en Washington. “Eduardo Bolsonaro me invitó a traer una delegación más pequeña a Río -de Janeiro- para hablar con el papá, el presidente Bolsonaro, sobre el tema de mover la embajada”, recordó el pastor, quien también asistió a la toma de posesión del presidente brasileño.
A finales de marzo pasado, el presidente Bolsonaro anunció que mudará una oficina de negocios a Jerusalén, en vez de la sede diplomática, como había prometido en campaña. “Él todavía sigue abierto a mover la embajada, obviamente esa decisión no era nada fácil”, dijo Bramnick.
Eduardo Bolsonaro también había prometido a la pastora Jane Silva que el gobierno de su padre mudaría la embajada a Jerusalén. En una reunión en noviembre de 2018 Silva dijo que trató del tema con Jared Kushner y dijo a la prensa que el yerno de Trump ayudaría a planear el cambio de la embajada.
El presidente Bolsonaro, quien recientemente convocó a las fuerzas armadas para celebrar el aniversario del inicio de la dictadura militar que gobernó el país por 21 años, no respondió a las preguntas que CJI le envió el 31 de julio pasado en relación con este artículo.
Los acercamientos de los líderes de la Oficina de la Fe son cada vez más estratégicos. En mayo pasado, Bramnick se reunió con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, antes de que asumiera el poder (Vea la nota publicada por El Faro). “La semana del 22 de julio vamos de nuevo para El Salvador para reunirnos otra vez con el presidente Bukele y lanzar una reunión de pastores de la nación y de ahí viajaremos a Honduras para honrar al presidente Hernández por su decisión de mover la oficina diplomática”, adelantó el pastor, quien también incluyó a Costa Rica en la gira.
Consultado sobre cómo tiene acceso a tantos líderes mundiales, el líder religioso explicó que depende del país. “Si no es alguien en el gobierno, es un pastor con relaciones o un congresista, o el asesor de un congresista”.
En relación con el discurso que presentan ante los líderes, Bramnick explicó que también depende del líder. “Si son cristianos, y entienden el ámbito espiritual, les hablamos de una forma y, si no, les hablamos de uno de los puntos más importantes para nosotros. Ahora hay un proyecto, desde Israel y Estados Unidos y los países árabes, para ayudarles financieramente a los palestinos, trayendo dinero y negocios, pero fuera de la Autoridad Palestina, que es corrupta”.
El pastor se refiere al plan Paz y Prosperidad que promueve el asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner, en el Medio Oriente y que presentó en Bahrain el 25 de junio pasado. La propuesta, a la que Trump llamó “el negocio del siglo”, evade mencionar la creación de un estado palestino y se centra en recaudar 50 mil millones de dólares para proyectos de desarrollo en Gaza.
Bramnick explicó que los líderes de la fe también se reúnen con empresarios e inversionistas para promover el proyecto de Kushner. “Nosotros les presentamos lo que está sucediendo ahora a los presidentes y les decimos que no es solamente bendecir a Israel y a los judíos, como dice la Biblia, pero también a los árabes y a los hijos de Israel con los proyectos que ya se están trabajando ahora”.
Esta investigación colaborativa desveló que los líderes de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca no solo viajan en grupos para influir a presidentes latinoamericanos. También encontró que entre diciembre del 2017 y finales del 2018, numerosas delegaciones de sus miembros han tenido acceso a líderes mundiales cercanos a la administración Trump, como el príncipe de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, a quien visitaron un mes después del asesinato del periodista Jamal Ahmad Khashoggi para hablar de libertad religiosa. El pasado 19 de junio las Naciones Unidas publicaron un informe del Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, que concluía que existen pruebas contundentes y merecedoras de ulteriores investigaciones, en contra de funcionarios de alto nivel sin acusaciones penales actuales, en especial Saud al-Qahtani y el príncipe Mohamed bin Salmán. No se ha llegado a ninguna conclusión sobre su culpabilidad.
También han discutido asuntos relativos al Medio Oriente con el príncipe de Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed Al Nahyan y con el rey de Jordania, Abdullah II.
El primer ministro Netanyahu, también investigado por corrupción, es sin duda el más agradecido con el trabajo de los evangélicos, con quienes se reúne frecuentemente para coordinar a “cuáles países evangélicos” influenciar para que apoyen la expansión del estado de Israel en Jerusalén, según cuentan los mismos asesores de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca.
En marzo pasado, según el diario israelí Haaretz, Netanyahu le dijo a uno de sus asesores: “Ya no necesitamos a AIPAC” -Comité de Asuntos Públicos Americano Israelí- “En Estados Unidos tenemos suficiente apoyo con los evangélicos”. AIPAC es una poderosa organización que invierte millones de dólares en cabildeo a favor de Israel en Estados Unidos.
Trump, Netanyahu, Bolsonaro y los presidentes latinoamericanos que negocian apoyo electoral y político con los grupos cristianos son parte de una tendencia global de inmiscuir a la religión en asuntos públicos.
La estrategia no es nueva, pero la versión documentada por esta colaboración periodística pone a la luz redes transfronterizas que, mientras defienden la moral cristiana, optan por aliarse públicamente con gobiernos sobre los que pesan serios cuestionamientos morales.
Este reportaje es parte del proyecto Trasnacionales de la Fe, una colaboración de 16 medios latinoamericanos, bajo el liderazgo de Columbia Journalism Investigations de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y los siguientes socios latinoamericanos son: Agencia Pública (Brasil); El País (Uruguay); CIPER (Chile); El Surtidor (Paraguay); La República (Perú); Armando.info (Venezuela); El Tiempo (Colombia); La Voz de Guanacaste y Semanario Universidad (Costa Rica); El Faro (El Salvador); Nómada y Plaza Pública (Guatemala); Contracorriente (Honduras); Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (México); el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP); y Univisión (Estados Unidos).