AL DISCUTIR LA NORMA SUS DETRACTORES DIJERON QUE ESTA CAUSAL ENCUBRIRÍA EL ABORTO LIBRE
La violación es la causal menos invocada para la interrupción del embarazo en siete años de vigencia de la ley
14.01.2025
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AL DISCUTIR LA NORMA SUS DETRACTORES DIJERON QUE ESTA CAUSAL ENCUBRIRÍA EL ABORTO LIBRE
14.01.2025
Durante los dos años que se discutió en el Congreso la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, conocida como ley de aborto en tres causales, el principal argumento de los grupos conservadores para rechazarla fue que la tercera causal -la de violación- abriría la puerta al aborto libre. Durante el debate parlamentario se dijo que habría mujeres que mentirían, simulando haber sido violadas, con tal de acceder a la interrupción. CIPER analizó las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud, verificando que no se cumplieron esos augurios y que, sistemáticamente, la tercera causal ha sido la menos invocada en los siete años de vigencia de la Ley 21.030.
En las últimas semanas el gobierno decidió aplazar la presentación de su proyecto de “aborto legal” hasta que terminen de tramitarse los cambios al reglamento de la ley de aborto en tres causales, los que buscan asegurar que se cumplan en tiempo y forma los derechos que estableció esa norma, vigente desde 2017. La decisión de retrasar el proyecto que podría permitir la interrupción del embarazo sin necesidad de una causal, solo con la voluntad de la mujer, volvió a encender las críticas de quienes rechazan el aborto.
El gobierno decidió asegurar primero el reglamento que dé acceso efectivo a las mujeres a los derechos consagrados en la ley de aborto en tres causales, antes que iniciar la discusión legislativa del aborto sin expresión de causa. Esto, debido a los temores del progresismo de que en un futuro gobierno de centroderecha se intente desmantelar la norma aprobada en 2017.
Efectivamente, muchos dirigentes y parlamentarios de la actual oposición se opusieron a la ley de aborto en tres causales, argumentando que sería “una puerta” para el aborto libre. De hecho, afirmaban que la tercera causal -la de violación- encubría al aborto libre y haría masivas las interrupciones de embarazos. Pero, tras siete años de vigencia de la ley, las estadísticas oficiales muestran que estaban equivocados: la causal de violación es la menos invocada de las tres (las otra son inviabilidad fetal de carácter letal y peligro de muerte para la madre).
El 13 de julio de 2017 El Mercurio publicó una carta del cantautor Alberto Plaza, quien manifestaba su posición frente a la discusión para aprobar la Ley de Interrupción del Embarazo (IVE), conocida popularmente como ley de aborto en tres causales. Su argumento central iba dirigido hacia la tercera de éstas, la de violación. Textualmente, señaló: “Así como el Estado le impone a la mujer violada la prohibición de matar a su agresor, de igual forma le puede impedir quitarle la vida al ser humano que se haya gestado producto de ese hecho contrario a su voluntad (…). La falta de precisión en este punto abrirá la puerta a que muchas mujeres que queden embarazadas sin ser forzadas, vayan a hacerse un aborto argumentando que lo fueron. Imposible demostrar lo contrario. En ese caso, la única prueba sería la palabra de la mujer, lo que parece insuficiente”.
Este argumento fue utilizado profusamente durante el debate legislativo por representantes de la derecha. Desde que Michelle Bachelet presentó el 31 de agosto de 2015 su proyecto de ley para reponer el aborto terapéutico, hasta su publicación en el Diario Oficial el 23 de septiembre de 2017, la posición de los sectores conservadores fue más dispersa en relación a las dos primeras causales, pero pétrea en cuanto a la tercera. No estaban dispuestos a apoyarla y así se expresó en la votación final.
Durante la discusión general en la Cámara Baja, el 16 de marzo de 2016 el entonces diputado Juan Luis Castro (PS), expresidente del Colegio Médico, indicó que “a diferencia de lo que algunos han dicho, este proyecto de ley no busca pavimentar el camino para el aborto libre. Hay quienes han querido hacer terrorismo con esta iniciativa al señalar que tiene por finalidad facilitar el aborto libre”.
La respuesta del UDI Jorge Ulloa fue categórica: “Nadie puede negar -se darán muchos argumentos sobre el particular a lo largo de esta discusión- que cuando se habla de violación, aquí el punto central -no me cabe ninguna duda de ello- es lograr, a través de la redacción del articulado del proyecto, que efectivamente exista aborto libre”.
Según la entonces diputada Marcela Sabat, de Renovación Nacional, de aprobarse el proyecto “existen grandes posibilidades de que esta sea una puerta amplia al aborto sin expresión de causa (…). Más aun, no queda clara la forma en que se acredita la violación, lo que en ocasiones permitiría, junto a las escasas herramientas de la fiscalía, que embarazos no deseados que no tienen necesariamente su origen en una violación sean interrumpidos por esta causal”.
En la misma sesión, el RN Gonzalo Fuenzalida se preguntó: “¿Qué pasará si se investiga y se determina finalmente que no hubo violación? ¿Se va a reversar el aborto? ¡El aborto ya se realizó! Entonces, con ello se abre otra ventana para hacer denuncias falsas y, con ello, practicar abortos en casos en que no hubo realmente una violación”.
El senador UDI Alejandro García-Huidobro fue más allá: “Y ojo con el tema de las posibles violaciones, porque, ¿cuándo se va a comprobar si una mujer efectivamente fue violada? Muchas veces puede tratarse de situaciones acordadas. Pongámonos en todos los casos”.
Baldo Prokurika, entonces diputado RN, sacó a colación que “hay ejemplos -por el tiempo no voy a alcanzar a mencionarlos todos-, como el de España, donde los abortos después de aprobar una ley como esta, por las tres causales, no disminuyeron, sino que aumentaron, y no hubo ninguna señal para resguardar la vida de esos seres humanos”.
Las estadísticas, solicitadas por CIPER al Ministerio de Salud (Minsal), muestran que esos argumentos estaban equivocados
Los registros del Minsal sobre la aplicación de norma indican que, en sus siete años de vigencia, la Ley 21.030 ha sido invocada en 5.370 oportunidades y en el 84,79% de los casos se optó por la interrupción del embarazo. Vale decir, se realizaron 4.553 abortos.
Los números demuestran que, pese a lo que anticipaban los grupos conservadores, la tercera causal, de violación, ha sido la menos invocada. La que se aplica por inviabilidad fetal de carácter letal es la que concentra la mayor cantidad de casos, con el 46,2%. En segundo lugar, está la causal de peligro de muerte de la madre, con el 30,05%. Mientras que la causal de violación tiene un 23,6%. No representó, por lo tanto, una “avalancha”, como habían anticipado.
Cabe señalar que la sola invocación de la ley no implica que se interrumpa el embarazo. Como se aprecia en el cuadro 1, en promedio casi en un 15% de las ocasiones las madres deciden continuar con la gestación. Sin embargo, de las tres causales la tercera es la que tiene menos porcentaje de decisiones de no continuarlo: 8,21%.
Según los datos entregados por el Ministerio de Salud, hasta 2021 la aplicación de la causal de violación se mantuvo en números más o menos parejos (entre 124 en 2018 y 154 en 2020). Pero, desde 2022 a la fecha la cifra ha ido creciendo paulatinamente. Y los 176 casos con que cerró el primer semestre de 2024 auguran que este año el alza se mantendrá.
Consultada por CIPER, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, señaló que “efectivamente, tenemos un alza importante que se encuentra asociada a otra iniciativa de nuestro gobierno, que fue el ingreso de las agresiones sexuales agudas al sistema de Garantías Explícitas de Salud, lo que garantiza una atención oportuna, integral y un seguimiento en estos casos, facilitando el acceso por la causal de violación. De hecho, si comparamos el primer semestre de cada año, el periodo inmediatamente posterior a que comenzó a regir el GES 86, se duplicó el acceso, lo que se ha sostenido este primer semestre”.
La secretaria de Estado agregó que “este dato da cuenta de lo importante que es la información y atención integral para las mujeres y niñas que tienen derecho a acceder a una interrupción voluntaria, para que puedan decidir informadas, y por eso es tan importante el reglamento. Otro dato muy relevante es que el 92% de las mujeres que tiene derecho a un aborto por la causal de violación, decide hacerlo. Por eso insistimos, esta discusión se trata de garantizar que las mujeres puedan decidir”.
Orellana sostiene que, a siete años de la entrada en vigencia de la ley, el apoyo ciudadano ha terminado legitimándola. “De acuerdo al estudio del CEP de 2023, la opción por aborto en tres causales cuenta actualmente con apoyo transversal. Supera el 50% tanto en hombres como mujeres, en el rango etario de 18 a 59 años y en todos los niveles de educación. También de acuerdo a esta encuesta, esta alternativa es apoyada por católicos (58%), evangélicos (49%) y otras religiones (50%), frente a la prohibición, en cualquier caso. Asimismo, la aplicación de esta ley ha permitido al Estado ir avanzando en materia de capacitación y regulación, permitiéndonos hacernos cargo de los importantes desafíos que se han presentado en su implementación”.
En cuanto al trabajo prelegislativo de la cartera que encabeza para un proyecto de “aborto legal”, como lo definió el Presidente Gabriel Boric en su cuenta de junio recién pasado, la secretaria de Estado apuesta a que la discusión abra la posibilidad de transformar la iniciativa en ley: “Estamos recogiendo la opinión de personas con experiencia en el tema, junto con la revisión de las recomendaciones internacionales y experiencia comparada. Nuestra invitación será a debatir, pero poniendo siempre por delante la experiencia y los derechos de las mujeres. La ley de aborto en tres causales es un buen ejemplo de que, cuando se piensa en las mujeres y su poder de decisión, se puede llegar a consensos”.
(*) En el reporteo para este artículo participaron las estudiantes de periodismo Anaiz Morales y Josefina Rochna.