TERAPIAS COMPLEMENTARIAS QUE SE OFRECEN EN LA RED PÚBLICA DE SALUD NO ESTÁN NORMADAS
Nueva política del Minsal pretende normar al menos 25 terapias complementarias reconocidas por ese ministerio que no están reguladas
10.01.2025
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
TERAPIAS COMPLEMENTARIAS QUE SE OFRECEN EN LA RED PÚBLICA DE SALUD NO ESTÁN NORMADAS
10.01.2025
Tras el lanzamiento de la Política de Medicina Complementaria del Minsal, en octubre pasado, quedó en evidencia que hay 25 terapias complementarias que son reconocidas por esa cartera y que se ofrecen en la red de salud pública, pero que aún no están reguladas. Desde la publicación de un decreto en 2005, que reglamenta la medicina alternativa, solamente tres terapias han sido normadas: acupuntura, homeopatía y naturopatía. Según el ministerio, el 77,89 % de las atenciones individuales y el 100 % de las prestaciones grupales realizadas con terapias complementarias correspondieron a modalidades no reguladas. Las prestaciones por terapias complementarias en el sector público son miles por año, e instituciones como el cuestionado policlínico de Iquique en que se ofrecía sanación cuántica, son realidad en diversos servicios de salud del país. Este reportaje fue realizado por el nuevo sitio de periodismo Pixel25 y CIPER lo pone a disposición de sus lectores.
Vea acá la versión original de este artículo difundida por Pixel25
En enero del 2024, el Servicio de Salud de Tarapacá compartió en sus redes sociales la inauguración de un policlínico en el Hospital Dr. Ernesto Torres Galdames, de Iquique. En las fotos del evento, el pendón que promocionaba el policlínico enlistaba sanación cuántica entre sus servicios, junto a Reiki, aromaterapia, yoga, tai chi, terapia de sonido, sanación pránica e hipnoterapia.
La inauguración del policlínico gatilló una controversia por la incorporación de la sanación cuántica, que no está en el listado de terapias complementarias del Minsal. Dos parlamentarios de la región, Renzo Trisotti (UDI) y Matías Ramírez (PC), oficiaron a la ministra de Salud, Ximena Aguilera (ver oficios 1 y 2). Ambos solicitaban estudios que dieran respaldo científico a esta terapia, la que el diputado Ramírez calificó como un conjunto de “ideas pseudocientíficas”. Hasta el cierre de este reportaje, los oficios no habían sido respondidos por el Minsal.
En octubre de 2024, cerca de diez meses después de la polémica causada por la sanación cuántica en Iquique, el Ministerio de Salud lanzó la Política de Medicina Complementaria y Prácticas de Bienestar de la Salud. El documento (ver aquí) oficializa lo que registra la cartera de salud desde el 2018 a la fecha: 25 terapias complementarias reconocidas por el Minsal que aún no se encuentran reguladas, pero que se ofrecen en la red de salud pública; 12 de ellas de tipo individual y 13 grupales.
Hace cerca de 20 años, el decreto 42 de 2005 del Minsal prometía reglamentar la medicina alternativa y complementaria. Sin embargo, hasta ahora sólo tres terapias han sido normadas: acupuntura, homeopatía y naturopatía. Según el ministerio, el 77,89 % de las atenciones individuales con terapias alternativas correspondieron a modalidades no reguladas y el 100 % de las prestaciones entregadas en forma grupal se realizaron con terapias no reguladas.
Utilizando los datos abiertos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Minsal (DEIS), Pixel25 determinó que las atenciones por terapias complementarias en la red de salud pública alcanzaron las 176.279 en 2023, por lo que la polémica sanación cuántica del policlínico de Iquique es la punta de un iceberg de regulaciones pendientes, prestaciones establecidas a lo largo de Chile y documentos oficiales del Minsal que validan terapias complementarias. Pixel25 indagó en la naturaleza de estos tres aspectos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó en 2018 que un 88% de sus miembros (170 Estados) reconoce el uso de medicina tradicional y complementaria. El documento informó que Chile no sólo tiene una política nacional, sino que también cuenta con un programa nacional, una oficina nacional, un comité de expertos y posee regulaciones y leyes al respecto. Una de estas es el decreto N°42 del Minsal, que regularía las prácticas médicas alternativas y complementarias, es decir toda actividad que ayude al bienestar físico y mental de las personas, mediante procedimientos diferentes a los de la medicina oficial, excluyendo de esta regulación a la medicina popular-tradicional chilena y de pueblos originarios.
Promulgado en 2005, el decreto dictaminó que el reconocimiento y regulación seria gradual y según las prioridades específicas del Minsal, pero a la fecha sólo la acupuntura, la homeopatía y la naturopatía, se encuentran reguladas. El decreto 123, publicado en 2008, reguló la acupuntura (ver aquí); en 2010 el decreto 19 reguló la homeopatía (ver aquí), y en 2013 el decreto 5 reguló la naturopatía (ver aquí).
Existen otras 25 terapias que hasta el momento no se encuentran reguladas y que se ofrecen en la red de salud. Hay 12 terapias de tipo individual: apiterapia, aurículoterapia, biomagnetismo, fitoterapia, masoterapia, medicina antroposófica, quiropraxia, reiki, sanación pránica, sintergética, terapia floral y terapia neural. Y otras 13 terapias de tipo grupal: arte terapia, biodanza, constelaciones familiares, círculos de escucha, danzaterapia, dramaterapia, huertos medicinales o alimenticio/medicinales, meditación, musicoterapia, qi gong, sonoterapia, tai chi y yoga.
Los resúmenes estadísticos mensuales (REM) del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), informaron que entre los años 2018 a 2022, se reportaron un total de 620.869 prestaciones con Medicina Complementaria (MC) y Prácticas de Bienestar de la Salud (PBS).
La política de medicina complementaria del Minsal explicó que los estudios realizados en los últimos años indican “el importante uso de algunas terapias no reguladas y que, por los eventuales riesgos de sus procedimientos de administración, su demanda poblacional, su eficacia terapéutica, (…) se sustenta su normalización y requiere de reconocimiento y regulación”. Esto, con el fin de superar la brecha regulatoria.
El documento entrega otro dato: de las terapias entregadas en forma individual, el 77,89 % de las atenciones se realizó con terapias no reguladas. En tanto, el 100% de las prestaciones entregadas en forma grupal se realizó con terapias no reguladas.
El doctor en Salud Pública y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Cristián Rebolledo, explicó a CIPER que hay un espacio de libertad para que, por ejemplo, las administraciones municipales incorporen terapias que, luego, se vuelven prestaciones en establecimientos asistenciales.
“En la medida en que exista demanda de estas terapias, la autoridad sanitaria se tiene que hacer cargo de lo que tiene que ver con la regulación, la fiscalización. Cuando se incorporan [terapias] dentro de la cartera de prestaciones por vías amparadas en la libertad que tienen las administraciones municipales, hay que regularlo. Por eso la regulación aparece como reactiva”, señaló Rebolledo, quien además es jefe del Programa Políticas, Sistemas y Gestión en Salud, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
La política publicada por el Minsal señaló, además, que existe un gran vacío de información en el sector privado, especialmente en la atención de Medicina Complementaria y Prácticas de Bienestar de la Salud no regulada. Respecto de este dato, Rebolledo aseguró que, frente a la proliferación de estas terapias, “la gente se empieza a construir culturalmente que es una prestación de salud”, por lo que, a su juicio, es necesario regularlas.
Para este reportaje se consultó, vía Ley de Transparencia, a los servicios de salud del país sobre el financiamiento de las terapias complementarias en el sistema público. La mayor parte aseguró que no hay presupuestos asignados, debido a que no hay destinación de recursos desde el nivel central para estos fines.
Por ejemplo, el Servicio de Salud de Aconcagua respondió a CIPER que las medicinas complementarias no son una prestación institucionalizada ni sistematizada, por lo que no tienen presupuesto asignado para ser distribuido por los servicios de salud. No obstante, señaló que “las municipalidades podrían indicar si en establecimientos de su dependencia se destinan recursos para realizar las prestaciones sobre esta estrategia, las que debieran estar directamente relacionadas a la infraestructura disponible y el recurso humano autocapacitado”.
El exjefe de la División de Gestión de la Red Asistencial del Minsal, Héctor Fuenzalida, clarificaba esta realidad en 2019 a Radio Pauta al declarar que no conocía el monto específico de los recursos públicos que se invierten en terapias complementarias, porque “no es una línea presupuestaria, está dentro de los gastos generales de cada servicio de Salud y cada hospital”. La exautoridad agregó que cada director de hospital autogestionado “tiene la autonomía para tomar decisiones y todos evalúan justamente la efectividad y seguridad. No es que cualquier iniciativa se realice: pasa los filtros de los comités de ética y comité de seguridad de los pacientes y calidad de la atención”.
Cuando a comienzos de año se instaló la controversia por la oferta de sanación cuántica en el policlínico iquiqueño, el oficio enviado por el diputado Trisotti pedía a la ministra “los estudios que se efectuaron para su instauración, el respaldo científico con que cuenta este tipo de medicina”. Por su parte, el oficio del diputado Ramírez fue categórico al describir que “la denominada sanación cuántica no constituye una ciencia ni es reconocida por la medicina como una rama de la misma. Al contrario, se trata de ideas seudocientíficas”.
Ramírez también extendió su oficio a la directora del Servicio de Salud Tarapacá (ver acá), María Paz Iturriaga, quien el 13 de enero de 2024 indicó a Radio Paulina que “sanación Cuántica y otras; son herramientas que nos sirven para elevar el bienestar espiritual de las personas que acceden a la red pública de salud”.
El día después de la polémica, un comunicado de prensa del Minsal mencionó que la sanación cuántica “no es una práctica de medicina complementaria que esté regulada ni respaldada por el ministerio” y clarificó que “no está dentro de la cartera de prestaciones del policlínico” (revisar acá); sin embargo, a fines de enero representantes de la Fundación Haldein, que imparte sanación cuántica en Santiago, se reunieron con la directora Iturriaga y otras autoridades de salud de Iquique con el fin de “establecer líneas de trabajo en conjunto con servicios de salud para el desarrollo de la sanación cuántica en las redes asistenciales”.
En febrero, Iturriaga respondió al oficio del diputado Ramírez señalando que “no se incurre en gastos de recursos públicos, ya que esto considera la utilización de la Unidad de Salud del Trabajador en horario inhábil, los días sábados” y con terapeutas que hacen voluntariado.
Siete años antes, en 2017, el Hospital San Juan de Dios de San Fernando reportaba que llevaba un año utilizando medicina cuántica y reiki en servicios de maternidad, neonatología y pediatría, y otras terapias como el biomagnetismo, la sanación pránica y la terapia floral, a través de la Unidad de Medicinas Complementarias. Ese año, en esa unidad trabajaban tres terapeutas en medicina cuántica.
La entonces directora del hospital, María Margarita Henríquez, expuso en una nota institucional del Hospital de San Fernando que creyó necesario implementar la unidad de Medicinas Complementarias en 2016, que contó inicialmente con un grupo de nueve profesionales que atendieron, ad honorem, en un policlínico de enfermedades psicosomáticas a nivel pediátrico.
En el misma nota de la web institucional Henríquez señaló que “debido a que siendo neonatóloga y pediatra, conozco de estudios en neonatos de una recuperación más rápida a través del reiki; experiencias personales de vida me llevaron a [ser] reikista (tercer nivel) y efectivamente es un complemento de ayuda a muchas dolencias; si como seres humanos somos energía, existe la integración mente-cuerpo y cuando vemos que en ciertos lugares de Chile se respeta el manejo de terapias ancestrales, uno debe ser respetuosa de esta complementariedad con la medicina tradicional”.
En ese momento la unidad contaba con terapeutas en sintergética, sanación pránica, reiki, terapia floral, naturopatía, Programación Neuro Lingüística (PNL), biomagnetismo, osteopatía, medicina cuántica, yoga (que se realizaba también a funcionarios durante dos días a la semana), reflexoterapia y auriculoterapia. En octubre de 2024 anunciaron que contarían con nuevos boxes de atención en 2025.
Así como la Unidad de Medicinas Complementarias del Hospital de San Fernando publicó que impartía medicina cuántica en pediatría, prensa del Minsal y de centros de salud informaron sobre otros casos asociados a la red de salud pública.
En 2019, por ejemplo, una nota institucional del Minsal señaló que “las terapias complementarias más aplicadas [en la Red Asistencial de Los Ríos] son la auriculoterapia, terapia floral, reiki, masoterapia, acupuntura, homeopatía y sanación pránica, las que se entregan en el Hospital de Río Bueno, Cecosf de Malalhue y Cesfam Lautaro Caro de Paillaco y en el Cesfam de Las Ánimas”.
En 2020, la Unidad de Salud del Personal (USO) en el Hospital de Coronel comenzó a tratar con Flores de Bach a funcionarios del recinto gracias a su experiencia previa “ya que desde 1987 se aplica en el Programa de Salud Mental Infantil”, expuso una nota institucional de dicho hospital.
De acuerdo con la Corporación Municipal de Ancud, la terapia floral también es utilizada por usuarios de Salud Mental en el Hospital de Puerto Octay. En el Hospital de Achao, según prensa del Minsal del 2017, kinesiólogos, nutricionistas, enfermeras y técnicos paramédicos, se han capacitado para entregar Reiki, yoga, fitoterapia y terapia neural. La cartera de salud reporta que estas terapias también son realizadas en el Hospital Augusto Riffart de Castro, como apoyo a quimio, radio y psicoterapia, desde 2017.
Dos décadas de vida posee la Unidad de Medicina Integrativa del Hospital Regional de Arica Dr. Juan Noé, la que, según prensa del mismo hospital, imparte Reiki, biomagnetismo y terapia floral en la junta vecinal Juan Noé.
Un explícito control de calidad interno es el que utiliza la Unidad de Medicina Integrativa (UMI) del Hospital Dr. Sótero del Río, como lo explicó la jefa de la unidad, Soledad Gutiérrez, en su presentación en el “seminario contribuyendo al desarrollo de la medicina complementaria y sus prácticas de bienestar de la salud: secretarías regionales ministeriales y servicios de salud”, el pasado 2021.
Inaugurada en 2015, la unidad señalada posee tres criterios con los cuales ha seleccionado terapias complementarias: el grado de evidencia y beneficio (yoga, meditación), que estén reguladas por el Minsal (acupuntura y naturopatía) y, si no tienen evidencias, que sean inocuas (sanación pránica, healing touch, Reiki).
Para implementar una política pública, el ministerio dispone de departamentos que producen información, acorde a la evidencia científica, destinada a evaluar su eficacia. En 2016, el Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Salud Basada en Evidencia (ETESA/SBE) del Minsal presentó el informe «¿Cuál es el impacto de incorporar Medicinas Complementarias y Alternativas (MCA) sobre la atención de salud y la calidad de vida de la población?», declarando que la calidad de la evidencia no permitió extraer conclusiones.
“No está claro el efecto de las medicinas complementarias y alternativas en hospitales sobre la calidad de vida global de las personas. La certeza de la evidencia es muy baja”, estableció el documento.
A la fecha, según el repositorio de Medicinas Complementarias del Minsal, este departamento no ha presentado nueva documentación de evidencia del beneficio de terapias complementarias, pero la realidad nacional es que 28 terapias complementarias son aplicadas en el sistema de salud pública y solamente tres son reguladas.
En el repositorio del Minsal también se encuentra disponible un documento del Centro de Estudios de Opinión Ciudadana de la Universidad de Talca que en 2010 elaboró el “Diagnóstico situacional de las medicinas complementarias/alternativas en el país”. Para confeccionarlo se contactó a casi 2.000 practicantes de terapias complementarias en Chile. De las personas encuestadas, 28 realizaban healing touch, otras 17 practicaban bioenergética y 11 sanación cuántica. Adicionalmente, hay mención literal a la «imposición de manos» e incluso a la “sanación crística”. Sobre esta última existe registro público en la Unidad de Medicina Integrativa del Hospital de Arica (ver acá).
En 2013, en el “Estudio para Validar un Protocolo de Implementación de Terapias Complementarias/Alternativas en la Red Asistencial”, la Subsecretaría de Salud Pública concluyó que era importante avanzar en el reconocimiento por parte de Fonasa de estas terapias o, al menos, de las que ya están reconocidas por el ministerio. En el mismo documento se registra un anexo en que se establecen relaciones entre terminología de ciencias naturales, como “energía”, “física cuántica”, “órganos”, “virus”, “vibraciones” y aspectos emocionales y espirituales.
En una línea similar, la documentación titulada “Medicina complementaria y prácticas de bienestar de la salud en Atención Primaria”, publicada en 2021 y que “estuvo a cargo de una comisión de carácter ministerial”, expone fundamentación teórica de “terapias energéticas”, como la sanación cuántica de Iquique.
En el documento, que pretende proporcionar orientación técnica a equipos de salud, se muestra un cuerpo humano con cuatro cubiertas y siete puntos de diferentes colores ubicados en su cara, cuello, pecho, vientre, cerca del ombligo e ingle. Se destacan su cuerpo físico y sus cuerpos etérico (en rojo), emocional (naranjo), mental (amarillo) y espiritual (rosado).
Se menciona la mecánica cuántica de Planck y la relatividad de Einstein para hablar de «aspectos emocionales, mentales y espirituales del ser humano«, y se expone un modelo en el que destacan cinco “fases del proceso de bienestar y sanción” (experimentar, racionalizar, crear, tomar conciencia y estabilizar el cambio) que constituyen un espiral ascendente/descendente de aprendizaje “donde la persona cuenta cada vez con un mayor autoconocimiento, que le permite cambiar el paradigma de la creencia que lo limita en su autosanación”.
El Minsal menciona en este documento que “en sus primeros estadios, cuando [los consultantes] solicitan ayuda, [están] muy desconectados de su enfermedad, no observando que son parte del problema y de la solución, para ellos es inviable creer que tienen un poder de auto sanación y por lo general no tienen hábitos de introspección”.
Prosigue el documento señalando que “el acceso al cuerpo energético es difícil por el bloqueo del estrés. El terapeuta lo guiará con la palabra y con herramientas de la medicina complementaria a subir su estado vibracional, para desvincularlo de las emociones y pensamientos negativos y de sus creencias de no ser capaz. Puede utilizar diversas prestaciones de medicina complementaria y de sus prácticas de bienestar de la salud para lograr que la persona escale las etapas de autorreconocimiento, autorresponsabilidad, para lograr la capacidad de control de sí mismo, despejando las memorias dolorosas hasta alcanzar estabilidad, alegría, agradecimiento y amor para sí mismo”.
Más adelante en el documento del Minsal se señala que “el éxito de una terapia se evidencia cuando el consultante descubre y acepta sus limitaciones tanto como sus dones y se despierta el agradecimiento por la vida y su espíritu de servicio”. Y agrega que el “aumento progresivo de conciencia es un desafío humano, para alcanzar la más alta vibración del amor incondicional que le acercará a la felicidad, la salud y la abundancia integral”.
En síntesis, la documentación oficial del Ministerio de Salud citada en los párrafos anteriores vincula terminología científica con conceptos emocionales, mentales y espirituales no verificables. Es decir, la pluralidad a la que adhiere el Estado de Chile permite que dentro de un sistema de salud orientado a la ciencia, y que utiliza medicina basada en evidencia, se conviva con terapias complementarias que aún no están reguladas por la misma autoridad sanitaria.
Por otro lado, y como han mencionado autoridades a cargo de la política pública y lo expresan estadísticas nacionales, una de las intenciones que subyace al reconocimiento de las casi 30 terapias complementarias, es que el Estado regule la calidad y el acceso democrático a tratamientos que la misma sociedad civil solicita, ya que el ministerio reconoce que existen brechas económicas en su acceso.