EL FONDO TAMBIÉN ES ADMINISTRADO POR UN SOCIO DE VICTORIANO CERDA, VENDEDOR DEL EQUIPO ACERERO
Fondo administrado por Patricio Kiblisky en Estados Unidos prestó US$3,6 millones para financiar la compra del club Huachipato
31.12.2024
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EL FONDO TAMBIÉN ES ADMINISTRADO POR UN SOCIO DE VICTORIANO CERDA, VENDEDOR DEL EQUIPO ACERERO
31.12.2024
Huachipato fue adquirido recientemente por Hernán Rosemblum, quien pudo concretar la compra gracias a un préstamo de US$3,6 millones que le proporcionó un fondo constituido en Delaware. Ese fondo es administrado por Patricio Kiblisky y Jacques Gliksberg. Este último es socio de Victoriano Cerda, uno de los vendedores del club, en una compañía que opera en Miami. El traspaso de Huachipato se produjo casi al mismo tiempo en que se conocían las medidas de la Comisión para el Mercado Financiero que afectaron a Sartor y que gatillaron cambios en el control del club Universidad de Chile. Algunos de los involucrados en la venta del equipo acerero (como Cerda y Kiblisky) han tenido relaciones de negocios con protagonistas de la operación en la “U” (como Michael Clark y el grupo Sartor).
Cuando trascendió que Hernán Rosemblum sería el nuevo dueño de Huachipato, parte de la prensa deportiva manifestó sus sospechas de que otro empresario ligado al futbol estuviera relacionado con ese movimiento: Patricio Kiblisky. Ambos coincidieron en Ñublense años atrás, cuando Rosemblum era gerente general del club de Chillán y Kiblisky propietario del equipo. Además, uno de los controladores salientes de Huachipato, Victoriano Cerda, es amigo de Kiblisky y socio de sus hermanos en una compañía estadounidense.
Rosemblum enfrentó las dudas directamente. En entrevista con La Tercera, descartó los rumores: “A mí me hubiera encantado que Patrick me hubiera acompañado (…) pero es incompatible con sus actividades profesionales, de negocios. No hay nada. Leí que había una empresa gringa y nada. Tengo a mi familia atrás”. Pero, esa versión que entregó Rosemblum, sobre el rol que pudo haber jugado Kiblisky en la operación, tiene un matiz importante respecto de los sucesos que CIPER pudo acreditar.
Un fondo administrado por Patricio Kiblisky, constituido en Estados Unidos, financió la compra de las acciones del club a través de un préstamo de US$3,6 millones. El contrato del crédito y sus condiciones -documento que señala expresamente que el dinero se destinaría a tomar el control de Huachipato- fue suscrito el 25 de noviembre pasado. Lo firmaron una sociedad de Rosemblum y el fondo manejado por Kiblisky, denominado Sportscap Credit Fund LLC. En el documento se pactó que el monto debe estar reintegrado para diciembre de 2029. El mismo día, las partes sellaron un acuerdo de prestación de servicios que es confidencial.
Hasta ese momento, la propiedad de Huachipato estaba en manos de Marcelo Pesce, Marcelo Ambrosio y Victoriano Cerda. El dinero con el que Rosemblum adquirió el control del equipo proviene de un fondo de inversión constituido en Delaware, administrado por una sociedad creada en esa misma jurisdicción en la que Kiblisky comparte propiedad con Jacques Gliksberg, inversionista del grupo Nexus.
Tal como reveló CIPER en 2022, Cerda y Gliksberg participan en una sociedad llamada RVX, que opera en Miami y que gestiona inversiones en paraísos fiscales. Allí también figuran como socios dos hermanos y un primo de Patricio Kiblisky. En 2017, Cerda vendió la Isapre Masvida (hoy Nueva Masvida) a Gliskberg y al resto de los miembros del grupo Nexus (vea el reportaje “Dueños del fútbol: los negocios que vinculan a Victoriano Cerda, la familia Kiblisky y al presidente de Azul Azul”).
El traspaso de Huachipato ocurrió casi en simultáneo con el último episodio que sacudió al fútbol chileno: el cambio del controlador de Azul Azul, concesionaria que administra el club Universidad de Chile. Y varios de los personajes involucrados en la compraventa del equipo acerero tienen relaciones de negocios con algunos de los protagonistas de la operación que modificó la propiedad de la “U”.
Entre noviembre y diciembre de 2024, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) asestó duros golpes a la administradora de fondos Sartor. Esta última tenía el control de Azul Azul y, aunque lo ejercía a través de una sociedad distinta a la sancionada por la CMF, de todas maneras se salió de la concesionaria de la “U”. El pasado 13 de diciembre, el presidente de Azul Azul, Michael Clark, adquirió todas las cuotas que Sartor tenía en el fondo de inversión privado que controla a la concesionaria. Clark desembolsó US$ 5,7 millones para quedarse con la propiedad total del fondo y hacerse del control de equipo universitario. Hasta ahora no se sabe cómo Clark obtuvo los fondos para esa compra, la que ha sido fuertemente cuestionada por la CMF (vea el artículo de CIPER “Michael Clark decide no transparentar cómo financió la adquisición del Fondo de Inversión Privado que controla a Azul Azul”).
Algunos de los protagonistas de la compraventa de Huachipato también han hecho negocios en el pasado con Clark y Sartor. Por ejemplo, Clark asesoró al club Ñublense cuando era administrado por Kiblisky y a una empresa panameña del mismo empresario. El nuevo controlador de Azul Azul también ha asesorado al grupo Nexus. Y en un fondo de Sartor que fue congelado por la CMF figura como aportante Nexus Chile.
Para este reportaje, CIPER revisó registros comerciales chilenos y extranjeros, además de decenas de documentos notariales. Todos esos antecedentes permitieron seguir el rastro del dinero que el fondo administrado por Kiblisky prestó a Rosemblum para que este último pudiera desembarcar en Huachipato. Esa transacción involucró a sociedades en paraísos fiscales, cuya opacidad dificulta individualizar a sus beneficiarios finales. En Chile, en tanto, alguna de estas sociedades actuaron a través de abogados, lo que también obstaculiza identificar a los inversionistas involucrados.
CIPER se contactó con Hernán Rosemblum para que, entre otras cosas, explicara por qué no transparentó públicamente que un fondo administrado por Patricio Kiblisky financió su compra de Huachipato. “No tengo claridad si es él que lo administra. Yo entiendo que no”, contestó. Cuando se le mencionó que hay documentos que prueban que Kiblisky es uno de los administradores de Sportscap Credit Fund LLC, agregó: “Desconozco esos documentos, ese ya no es mi trabajo, yo trabajo con ejecutivos del SportsCap, una empresa constituida legalmente (…). Su trabajo es el periodismo investigativo, por lo que generalmente ustedes saben más que uno mismo”.
Patricio Kiblisky, por su parte, dijo que Sportscap fue creada “hace algún tiempo atrás para dar créditos relacionados con el fútbol, ya que, por una serie de motivos, esta es una industria poco bancarizada en la región. Llevamos operando seis meses y hemos hecho créditos en Chile y fuera del país, y estamos analizando otros también. Hernán (Rosemblum) se acercó y pidió este crédito para financiar (la compra de Huachipato) y eso es todo, no hay más. Los créditos que hemos extendido son relacionados al fútbol, pero son de toda índole. No están destinados solamente a comprar equipos. Este fue uno más”.
El primero que mencionó a Patricio Kiblisky como un presunto protagonista tras bambalinas de la adquisición de Huachipato fue el periodista Fernando Tapia. El 14 de noviembre pasado, dijo en Radio Pauta: “Se ha creado una empresa, una sociedad de inversión, este es el nombre: Sociedad Sport Capital, para inversiones en deporte. Sus dueños son Nexus Partners (…). Los que eventualmente van a estar detrás de esta empresa creada en Estados Unidos, en la compra de Huachipato, son nada menos que Patricio Kiblisky y Hernán Rosemblum”.
Según los documentos revisados por CIPER, esa información es correcta en varios sentidos. Lo primero, es que la empresa constituida en Estados Unidos se llama Sportscap LLC. Fue creada en Delaware el 5 de abril de 2024 y, de acuerdo con un reporte enviado a la Comisión de Bolsa y Valores de ese país, sus propietarios son Jacques Gliksberg y Patricio Kiblisky (vea ese documento). Gliksberg participa a través de la sociedad Nexus Partners I LLC, que fue creada en 1999. El segundo lo hace por medio de Kiblisky Consulting LLC, la que opera en Florida desde el 5 de marzo de 2024 (vea documento).
En ese reporte emitido a la fiscalizadora estadounidense, los dueños de Sportscap detallaron información clave. Por ejemplo, que manejan un fondo privado llamado Sportscap Credit Fund LLC, que los activos de ese fondo alcanzan los US$30,3 millones, que está totalmente administrado por personas no estadounidenses y que tiene al Banco Security como custodio.
CIPER tiró del hilo de esta información y encontró que esos movimientos tuvieron resonancia en Chile. El 15 de abril de 2024 se creó en nuestro país la sociedad Sportscap Asesores SpA, que luego se involucraría directamente en el negocio de la compraventa de Huachipato. En la escritura de constitución aparece como compareciente el abogado Hernán Rosenblut, del estudio Albagli Zaliasnik. El mismo documento señala que el administrador será Daniel Wurmann Kiblisky, director del club Ñublense cuando Patricio Kiblisky era su dueño y Hernán Rosemblum su gerente general.
Rosemblum apareció en el mapa el 7 de noviembre pasado, con la creación de Inverdep SpA, la sociedad que recibiría el préstamo del fondo administrado por Kiblisky. En el acta de constitución de Inverdep fueron nombrados como administradores Rosemblum y el abogado Rosenblut.
La línea de tiempo evidencia que el 15 de noviembre fue un día importante para el negocio. Primero, porque se celebró una junta extraordinaria de accionistas de Inverdep SpA, en la que se dejó solamente a Rosemblum como administrador, y porque ese día el empresario se presentó por primera vez como el nuevo dueño de Huachipato ante los medios.
El mismo 15 de noviembre, Rosenblut, Cerda y Pesce, celebraron una junta extraordinaria de Huachipato FC SADP. Esta sociedad nació en 2023 como una escisión de Huachipato SADP (Sociedad Anónima Deportiva Profesional). Según explicó Victoriano Cerda, la nueva compañía continuaría con la administración del club, mientras la antigua sería utilizada para canalizar las inversiones que buscan la adquisición del Estadio CAP, de Talcahuano, el que actualmente es arrendado por el equipo.
La reunión de Huachipato FC SADP tuvo por objetivo aumentar el plazo “para suscribir y pagar acciones pendientes” de esa sociedad. El documento revisado por CIPER indica que el capital declarado de esta firma es de $50 millones. Ese capital está dividido en 5.000 acciones nominativas, de las cuales 4.999 son Serie A. En el acto del 15 de noviembre, los accionistas se comprometieron a pagar $43,9 millones que se encuentran pendientes antes del 30 de junio de 2025.
La misma sociedad celebró una sesión extraordinaria de directorio cuatro días después, el 19 de noviembre. En esa cita, que fue telemática, hubo movimientos importantes que allanaron el traspaso de la propiedad. Rosemblum fue designado presidente del directorio, se le entregó un poder de administración con amplias facultades, incluyendo la opción de celebrar contratos, cesiones y compraventa de jugadores profesionales, y tres familiares suyos ingresaron al directorio.
La huella de Kiblisky en la compra de Huachipato quedó al descubierto en el Contrato de Crédito que firmaron el fondo de inversión estadounidense Sportscap Credit Fund LLC e Inverdep SpA el 25 de noviembre de 2024.
En representación del fondo internacional acudió Daniel Wurmann Kiblisky –el mismo representante de la filial chilena, Sportscap Asesoras SpA– y por Inverdep SpA se presentó su dueño, Hernán Rosemblum.
En 30 páginas, las partes acordaron que el fondo que manejan Kiblisky y Gliksberg prestaría US$3,6 millones a la sociedad de Rosemblum para adquirir el control de Huachipato.
La tercera cláusula del contrato aclaró el objetivo del préstamo: “Con esta fecha y en virtud del presente Contrato, el Acreedor (Sportscap Credit Fund LLC) entrega al Deudor (Inverdep SpA) un préstamo de dinero por la cantidad de Tres Millones Seiscientos Mil Dólares, por concepto de capital / en adelante “Préstamo” (…). Objeto: El Financiamiento tiene por objeto financiar el precio de adquisición por parte del Deudor, de las acciones y control del Garante”.
El “garante” es Huachipato FC SADP, de acuerdo con la definición establecida en la página 4 del contrato: “’Garante’ significa la sociedad Huachipato FC SADP, rol único tributario en trámite, que otorga y constituye las Garantías en favor del Acreedor, comprometiéndose a asegurar el cumplimiento de las obligaciones del Deudor”.
En el contrato se estableció que Rosemblum debe reintegrar el préstamo en dólares y que la primera cuota debe pagarla el próximo 10 de enero. En total, serán 60 pagos. Según la tabla que se anexó al contrato, el último desembolso debería hacerse el 10 de diciembre de 2029 (vea aquí el anexo de contrato que detalla la fecha y monto de los pagos).
Las partes también acordaron que, en caso de que el fondo administrado por Kiblisky lo estime pertinente, la sociedad de Rosemblum desembolsaría casi todo el crédito (US$3,5 millones) a una sociedad de Marcelo Pesce, uno de los tres controladores salientes de Huachipato, denominada Especta SpA. La misma cláusula autoriza al fondo internacional a transferir los US$100 mil restantes a Sportscap Asesores SpA, la sociedad creada en Chile que administra Daniel Wurmann Kiblisky.
El Contrato de Crédito contiene menciones a otro instrumento firmado ese día por Inverdep y el fondo extranjero. Se trata de un Contrato de Servicios que es confidencial y en el que la sociedad de Rosemblum contrató a Sportscap LLC para la prestación de servicios y asesorías que no están especificadas en el documento público.
Consultado por esto, Rosemblum dijo a CIPER que en dicho contrato se pactó una “asesoría en materia de estructuración del crédito, en materia financiera, presupuestaria y todo lo que se requiere como para obtener el financiamiento de una operación como la que se realizó. Durante todo el periodo del crédito se mantiene dicha asesoría financiera de requerirla por nuestra parte”.
El mismo 25 de noviembre, Huachipato FC SADP y Sportscap Credit Fund LLC firmaron un contrato de prenda sobre el crédito anterior. En nombre del club se presentó su nuevo propietario, Hernán Rosemblum, y por el fondo norteamericano Wurmann Kiblisky. Con este documento se buscó garantizar las obligaciones de Inverdep SpA. Para eso, Huachipato prendó uno de los bienes más preciados por los clubes del fútbol chileno: el dinero que recibe por los derechos de transmisión de los partidos. Esos fondos, que provienen de TNT Sports (antes Canal del Fútbol), los recibe la ANFP, quien los distribuye entre sus asociados.
“Producto de lo antes indicado, y sobre la base de la prorrata convenida entre todos los clubes asociados en la ANFP, el Deudor es titular de créditos en contra de la ANFP, derivados de los pagos antes referidos”, los que sumaban UF 7.600 ($290.106.288 al valor de la fecha en que se firmó el acuerdo en Huachipato y Sportscap), se lee en el documento.
El contrato de prenda estipuló que dicho monto es suficiente para que Sportscap Credit Fund LLC “pueda hacerse pago íntegro del capital e intereses adeudados” que se originaron a partir del crédito extendido a la sociedad de Rosemblum.
Un dato relevante, es que el mismo contrato obligó a Huachipato a notificar a la ANFP y a TNT Sports sobre la prenda. Para ello dio un plazo de diez días hábiles bancarios, que se cumplió el pasado 9 de diciembre: “El Constituyente (Huachipato FC SADP) se obliga por este acto a obtener la aceptación firmada, tanto de la ANFP como de la contraparte del Contrato TNT, mediando instrumento privado debidamente autorizado ante Notario Público, del otorgamiento de la Prenda sobre Créditos y de la Prohibición que se constituyen en virtud de esta escritura”.
El acuerdo estableció que, cumplido lo señalado en el párrafo anterior, el fondo administrado por Kiblisky “pasará a ejercer exclusivamente todos los derechos a percibir pagos que legalmente” le corresponderían al club por la transmisión de partidos. La décima cláusula del contrato, que profundizó en este aspecto, no solo evidenció que tanto la ANFP como TNT Sports debieron enterarse de la relación entre el fondo de Delaware y la nueva administración de Huachipato, al menos formalmente, sino también que los pagos deberán ser realizados directamente a Sportscap Credit Fund LLC o a quien se designe para ello:
“En consecuencia, la ANFP y la contraparte del Contrato TNT pagarán los Créditos Prendados al Acreedor, o a quien el Acreedor designe (…) le estará prohibido a la ANFP y a la contraparte del Contrato TNT pagar los Créditos Prendados en manos distintas del Acreedor”, dice el documento.
El mismo día de los contratos anteriores, Huachipato FC SADP mandató a la sociedad chilena Sportscap Asesores SpA para que, actuando en su nombre, “cobre, perciba y retenga los Pagos que provengan de la ANFP y/o de la contraparte del Contrato TNT”. Ese documento de 11 páginas está firmado por Rosemblum y dos familiares suyos en nombre de Huachipato, y por Wurmann Kiblisky en representación de la contraparte.
Finalmente, el 17 de diciembre pasado, Inverdep SpA, Huachipato FC SADP y Sportscap Credit Fund LLC, establecieron que la sociedad que maneja al equipo acerero asumiría todas las obligaciones contraídas por Inverdep SpA con el fondo administrado por Kiblisky en los contratos de créditos y servicios. Inverdep SpA, en tanto, cambió su nombre a Sport Value Chile SpA el 19 de diciembre.
El 15 de noviembre de 2024, mientras Rosemblum, Cerda y Pesce celebraban reuniones en sus respectivas sociedades para preparar el cambio de administración de Huachipato, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) instruía a Sartor AGF a suspender los aportes de los fondos que estaban bajo su administración. La fiscalizadora argumentó que había detectado un serio conflicto de interés, ya que “los fondos mutuos y de inversión públicos administrados por Sartor AGF financiaron créditos emitidos por personas vinculadas a los directores y accionistas mayoritarios de la sociedad”.
Ese fue el primer paso para luego congelar los rescates de 13 fondos de Sartor AGF y, finalmente, revocar su autorización de existencia y designar un liquidador.
Sartor, Clark, Cerda, Kiblisky y Nexus son nombres que se repiten desde hace tiempo en las crónicas deportivas y económicas. No solo por los intereses que algunos de ellos tuvieron o tienen en clubes como la “U”, Huachipato y Ñublense, sino también porque, con los años, se han ido documentado cada vez más vínculos comerciales entre ellos.
Entre 2017 y 2020, a través de la empresa de asesorías Redwood Capital, Clark prestó servicios a Cellcorp International, una compañía en cuya propiedad participa Patricio Kiblisky que se dedica a la externalización de servicios en empresas de tecnología y telecomunicaciones. En 2019, Redwood Capital asesoró a Ñublense, cuando ese equipo era controlado por la familia Kiblisky. Apenas se supo sobre la compraventa de las acciones de Azul Azul por parte de Sartor, los registros de estas asesorías de Redwood fueron borrados de su página web.
Redwood asesoró en 2018, 2019 y 2020 a Nexus Chile Health, propiedad de Jacques Gliksberg, que controla la isapre Nueva Más Vida. En 2021, Nexus compró Colmena a un grupo de accionistas, entre los que estaba Carlos Heller. Esa operación se selló casi al mismo tiempo que el empresario se desprendía de sus acciones en Azul Azul.
Victoriano Cerda también estuvo vinculado al negocio de la salud. En 2017, era uno de los controladores de la isapre Óptima, que ese año fue comprada por Nexus, la que también absorbió la cartera de la colapsada isapre Más Vida. Así nació la isapre Nueva Más Vida. Cerda fue indagado en la investigación judicial que se adentró en el derrumbe de Más Vida por haber sido asesor de esa compañía mientras desempeñaba el mismo rol en Nexus.
En 2022, CIPER descubrió que Cerda, Gliksberg y parte de la familia Kiblisky forman parte de la sociedad RVX Asset Management, constituida en Delaware y que funciona desde Miami gestionando inversiones en paraísos fiscales (vea aquí el reporte de 2024 de esa sociedad).
Sartor, por su parte, también ha tendido puentes con algunos de los protagonistas de la reciente compraventa de Huachipato.
Documentos notariales revisados por CIPER indican que, el 27 de febrero de 2019, el Fondo de Inversión Sartor Leasing otorgó un crédito a Ñublense por UF 50.805 (más de $1.3 mil millones a esa fecha) cuando ese club era controlado por Patricio Kiblisky. El crédito fue alzado en 2023, luego de que se diera “fiel, íntegro, oportuno y total cumplimiento” de las condiciones pactadas.
Además, el fondo Sartor Capital Efectivo, uno de los que fue congelado por la CMF, tuvo como aportante durante el segundo trimestre de 2023 a Nexus Chile Health SpA. Un año antes, en el Fondo de Inversión Sartor Táctico Internacional -otro instrumento intervenido por la fiscalizadora- figuró como aportante la sociedad Marinvest SpA, ligada Cerda y Marcelo Pesce.
Según los últimos registros comerciales, Marinvest SpA tiene como único accionista a una sociedad de Eduardo Sánchez Wrighton, vicepresidente de Isapre Nueva Masvida y director ejecutivo de Nexus Chile SpA. Marinvest también participa en Santa Ema de Huechuraba SpA, dos de cuyos accionistas son Marcelo Pesce y Victoriano Cerda, controladores salientes de Huachipato.
En lo deportivo, desde que Sartor tomó el control de la “U”, uno de las principales críticas y sospechas en torno a la relación entre los clubes tiene que ver con los jugadores que Huachipato ha traspasado a la Universidad de Chile y el monto que el club de Santiago ha pagado por ellos.
Por ejemplo, las memorias anuales de Huachipato SADP demuestran que, en 2022, la venta del mediocampista Israel Poblete le reportó ganancias por US$750 mil y la del defensor Ignacio Tapia por US$1 millón. En ambos casos, solo se desprendieron del 50% de los derechos económicos de los jugadores. Un año más tarde, el portero Gabriel Castellón fue traspasado por US$400 mil. En esa misma temporada llegó el director técnico Gustavo Álvarez, quien tenía una cláusula de salida de US$800mil.
En entrevista con ESPN, Cerda dijo a comienzos de este año que el club Universidad de Chile, “después de varios planteamientos de diversa índole, muy creativos, terminó ofreciendo algo que nos pareció razonable y aceptable, que era una cláusula de salida con un pago del orden del 25% de esa cifra, como un valor fijo, y sumas variables donde podría, eventualmente, llegarse a ese monto en el largo plazo”.