Michael Clark decide no transparentar cómo financió la adquisición del Fondo de Inversión Privado que controla a Azul Azul

Si bien la CMF publicó la respuesta de Michael Clark que indica la fecha en que adquirió la totalidad del FIP Tactical Sport y el monto de esa operación (US$ 5,7 millones), hasta ahora no se sabe cómo el presidente de Azul Azul financió esa operación que le permitió acceder al control de la concesionaria del club Universidad de Chile. CIPER se comunicó directamente con Clark para hacerle esa consulta, pero contestó que la comunicación debía hacerse a través de prensa de Azul Azul. Desde ahí respondieron que se trata de información privada, y que «en la operación se fijó un precio, se pagó y se finiquitó. No hay deudas». En conversación con La Segunda, Héctor Humeres, miembro del directorio de Azul Azul, dijo que le preguntó a Clark «si él puso el dinero, y respondió que sí».

El viernes 20 de diciembre, Azul Azul publicó un comunicado de prensa que pretendía alejar a la concesionaria que administra al club de fútbol Universidad de Chile del terremoto que, minutos antes, había causado la Comisión Para el Mercado Financiero (CMF) y su decisión de revocar la autorización de existencia de Sartor Administradora General de Fondos.

En tres puntos, la administradora de la U. de Chile explicó que la compañía sancionada no tiene relación con Azul Azul, que el controlador de las acciones del club es el Fondo de Inversión Privado (FIP) Tactical Sport y que las cuotas de este instrumento de inversión pertenecen en su totalidad a Michael Clark. De esta manera, se afirmó en el comunicado oficial, “no existe ningún accionista del grupo Sartor que forme parte de la propiedad de Azul Azul S.A., de manera directa o indirecta”.

Hasta ese momento, no se sabía que la totalidad de las cuotas del FIP Tactical Sport estaban en manos de Clark, quien además se desempeña como presidente de Azul Azul. La última información que se manejaba al respecto era que, desde que el grupo aterrizó en la U. de Chile y constituyó este fondo privado –que no está sujeto a la fiscalización de la CMF— existían dos aportantes: Asesorías e Inversiones Sartor S.A., cuyos beneficiarios finales son ocho personas naturales, quienes sostenían el 90% de las cuotas, e Inversiones Antumalal Limitada, propiedad de Clark y un familiar, que poseía el 10% restante.

El lunes 23 de diciembre, la CMF envió un oficio a Clark solicitando que contestara por qué no informó del cambio de propiedad del fondo y para que precisara “la fecha, monto, número de cuotas y % adquirido del Fondo de Inversión Privado Tactical Sport y cualquier otro antecedente para el mejor entendimiento de la eventual o eventuales operaciones”. La fiscalizadora dio hasta las 13:30 del día siguiente para que el presidente de Azul Azul le contestara.

Lo que la CMF no preguntó directamente a Clark es cómo obtuvo el dinero con el que adquirió la totalidad del FIP Tactical Sport, que tiene el control de la propiedad de Azul Azul. Este punto ha generado interrogantes incluso al interior del directorio de la concesionaria que administra el club universitario. Héctor Humeres, uno de los integrantes del directorio de Azul Azul, dijo a La Segunda que solicitó una reunión extraordinaria que se celebró el domingo 22 de diciembre por Zoom, en la que preguntó directamente a Clark si los fondos con los que adquirió la totalidad del FIP Tactical Sport eran de él: “Pregunté si era una inversión propia, si él puso el dinero, y respondió que sí”.

De acuerdo con la Oferta Pública de Adquisición que se conoció en 2021, cuando Sartor compró las acciones que entonces mantenía Carlos Heller, esa operación se avaluó en US$15 millones.

Este jueves 26 de diciembre, CIPER se comunicó con Azul Azul para preguntar formalmente a Michael Clark cómo financió la compra de las cuotas que antes estaban en manos de Asesorías e Inversiones Sartor S.A. Inicialmente, CIPER se contactó directamente con Clark, quien pidió que todas las comunicaciones se hicieran a través de los encargados de prensa de Azul Azul. Hecha la consulta por esa vía, la respuesta de la concesionaria es que se trata de información confidencial, por lo que no informó la fórmula usada por Clark para financiar la operación. En síntesis, Clark rehusó dar a conocer el origen del dinero. La concesionaria sí declaró que “en la operación se fijó un precio, se pagó y se finiquitó. No hay deudas».

CIPER ya había contactado a Azul Azul el mismo viernes 20 de diciembre en que se reveló que Clark había adquirido la totalidad del FIP Tactical Sport. En esa ocasión se le consultó si existía y podían compartir algún documento que certificara que la sociedad de Clark era la nueva controladora del fondo, y que explicitara cuándo y a cuánto adquirió las cuotas restantes. Horas más tardes, la empresa contestó que la información era confidencial y que la mantendría bajo reserva. Tres días después, la CMF hizo las mismas preguntas a Clark y le dio 24 horas para responder.

La respuesta enviada por el presidente de Azul Azul a la CMF fue publicada la tarde del jueves 26 de diciembre en la página de la fiscalizadora. En ella, Clark informó que las cuotas del fondo Tactical Sport las adquirió el viernes 13 de diciembre por cerca de US$ 5,7 millones. En total, compró 6.354.981 cuotas a un valor de US$0,90 cada una. No hubo menciones al origen del dinero.

Además, Clark argumentó por qué, a su juicio, no tenía obligación de informar la operación de compraventa a la CMF: “El Fondo de Inversión Privado Tactical Sport (el “Fondo”), es un fondo de inversión privado que, por definición, es un patrimonio independiente, integrado por aportes de personas naturales y/o jurídicas, que se invierte en activos con el objetivo de generar rendimientos para sus partícipes, pero que no posee personalidad jurídica propia y en consecuencia no puede ser identificado como una ‘persona’ capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones por sí mismo, ni de detentar control de una sociedad”.

Esa línea argumentativa sostiene que debe informarse a la CMF cuando cambia el controlador de una sociedad anónima abierta, como lo es Azul Azul. Pero, en este caso, Clark argumenta que no ha cambiado el controlador, porque el FIP Tactical Sport continúa siendo el accionista mayoritario de la concesionaria. Lo que se modificó es el controlador de dicho fondo privado.

Presidente de Azul Azul, Michael Clark, presente en el Centro Deportivo Azul (CDA) (Fuente: Facebook Club Universidad de Chile)

HISTORIAL DE DUDAS

Desde el minuto en que Sartor aterrizó en el club Universidad de Chile, surgieron dudas respecto de quiénes eran los verdaderos dueños del club. 

La mayoría de las sospechas apuntaban a Victoriano Cerda, exdueño de Huachipato –acaba de vender ese club a Hernán Rosemblum, exgerente de Ñublense, en una operación que tampoco se conoce en detalle– y amigo de Michael Clark.

En 2022, CIPER publicó un reportaje que reveló que Cerda, Patricio Kiblisky –exdueño de Ñublense– y miembros del grupo Nexus –quienes compraron la Isapre Más Vida a Cerda y luego Colmena a Heller–, participaban en la sociedad RVX de Miami. Datos recogidos en ese artículo también señalan que Clark ha prestado asesorías a negocios de la familia Kiblisky en Chile y en Panamá, y también al grupo Nexus (vea el reportaje “Dueños del fútbol: los negocios que vinculan a Victoriano Cerda, la familia Kiblisky y al presidente de Azul Azul”).

Se trata de negocios de empresarios vinculados al fútbol, pero que no se relacionan directamente con la actividad deportiva. 

Con Sartor ha ocurrido lo mismo. Antecedentes revisados por CIPER indican que, en febrero de 2019, el Fondo de Inversión Sartor Leasing otorgó un crédito a Ñublense por UF 50.800, cuando ese club era controlado por Patricio Kiblisky. El crédito fue alzado en 2023, luego de que se diera “fiel, íntegro, oportuno y total cumplimiento” de las condiciones pactadas entre las partes.

CIPER además detectó que Nexus Chile Health fue aportante del fondo Sartor Capital Efectivo durante el segundo trimestre de 2023. Y que la sociedad Marinvest SpA, ligada Cerda y Marcelo Pesce, fue aportante de Sartor Táctico Internacional el segundo trimestre de 2022.

Según los últimos registros comerciales, Marinvest SpA tiene como único accionista a una sociedad de Eduardo Sánchez Wrighton, vicepresidente de Isapre Nueva Masvida, de acuerdo con la última memoria anual de la compañía, y director ejecutivo de Nexus Chile SpA. Marinvest también participa en Santa Ema de Huechuraba SpA, cuyos accionistas son Marcelo Pesce, a través de Santa Cecilia de Chicureo, y Victoriano Cerda, por medio de Inversiones Don Luisa SpA, entre otros.