AUNQUE YA ESTABA DESCARTADO, LE DIO A ENTENDER A TOHÁ QUE PERDIÓ LA MEMORIA POR UNA RAZÓN DISTINTA AL CONSUMO DE ALCOHOL
Monsalve omitió ante Tohá que la PDI ya le había confirmado que no hubo terceros que amenazaran su seguridad
28.11.2024
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AUNQUE YA ESTABA DESCARTADO, LE DIO A ENTENDER A TOHÁ QUE PERDIÓ LA MEMORIA POR UNA RAZÓN DISTINTA AL CONSUMO DE ALCOHOL
28.11.2024
Cuando Manuel Monsalve relató a la ministra Tohá los hechos por los que fue denunciado, no le dijo que inteligencia de la PDI ya le había confirmado que no hubo participación de terceros que amenazaran su seguridad. El Ministerio del Interior lo corroboró a CIPER: “La ministra no ha recibido esa información desde ninguna fuente”. Por el contrario, Monsalve le dio a entender a Tohá -como lo declaró la propia ministra- que su supuesta pérdida de memoria se debía a un motivo distinto al consumo de alcohol, lo que apuntaría a que estuvo bajo riesgo. En la reciente audiencia ante la Corte de Apelaciones, la defensa de Monsalve, en contraste con la versión que el exsubsecretario dio a la ministra, sostuvo que la falla de memoria se debería a un “blackout por alcohol”.
Cuando el entonces subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, le entregó su versión a su jefa, Carolina Tohá, sobre la denuncia que enfrentaba por violación, omitió un dato clave: que el levantamiento de información que él mismo había ordenado a inteligencia de la PDI ya había descartado la participación de terceros que pudieron poner en riesgo su seguridad física o exponerlo a una amenaza de extorsión.
La versión original de Monsalve –que repitió ante el Presidente Gabriel Boric, la ministra Tohá y la entonces jefa de inteligencia de la PDI, Cristina Vilches– es que perdió la memoria en el restaurante Ají Seco Místico y que solo la recobró al día siguiente cuando despertó en la cama con la subalterna que lo acusa de agresión sexual. Según han declarado Boric, Tohá y Vilches, al exsubsecretario le preocupaba haber sido drogado o algo similar. Por eso mismo, había pedido a inteligencia de la PDI que reconstruyera sus pasos en las 12 horas que tenía “borradas”.
No obstante, el 14 de octubre pasado, la propia prefecta inspectora Cristina Vilches le informó a Monsalve que tras analizar las imágenes de las cámaras y revisar su celular habían concluido que no hubo participación de terceros. Nadie intervino el teléfono y no hubo personas ni vehículos que lo abordaran o siguieran esa noche con la intención de agredirlo u obtener información para extorsionarlo.
De acuerdo con la declaración que dio ante Fiscalía, publicada por Biobío, Vilches vio las imágenes y concluyó que “no se detectó nada sospechoso y mi impresión es que simplemente se trató de dos personas que fueron a comer, bebieron alcohol y luego se fueron al hotel. De todo esto le di cuenta definitiva al Sr. Monsalve el día 14, en su oficina de La Moneda. Le reporté que no había nada sospechoso”.
Pero, tras enterarse de que nunca estuvo en peligro, Monsalve omitió este antecedente en los dos contactos que tuvo esa semana con la ministra. No lo reveló el martes 15 en la primera vez que hablaron, en una breve conversación telefónica, cuando Tohá lo llamó para indicarle que debía dirigirse al Hotel Panamericano, donde lo esperaba el fiscal Xavier Armendáriz. Y tampoco lo mencionó el jueves 17 de octubre, cuando estaba con Tohá en el Congreso y conversaron minutos antes de que La Segunda revelara la denuncia por violación.
Por el contrario, la ministra Tohá declaró ante la fiscalía que, en el dialogo del jueves 17, su entonces subsecretario le dio a entender que perdió la memoria no por el consumo de alcohol, sino por otras razones. Esto, evidentemente, sugería la intervención de terceros y la amenaza a la seguridad.
El martes 15 por la tarde, Monsalve habló del tema con el Presidente Boric. Y, aunque un día antes se había enterado de que estaba descartado el riesgo a su seguridad, insistió ante el mandatario en esa tesis para explicar su conducta. Así lo describió el Presidente al declarar ante el Ministerio Público: “Monsalve me señaló también que estaba preocupado por si lo habían drogado o algo similar. Le consulté si le habían robado algo, y me dijo que no (…) me señaló que cuando despertó en el hotel con la denunciante ambos coincidían en que no se acordaban de nada”.
Para establecer esta cronología, CIPER revisó las declaraciones que han entregado las autoridades en el marco de la investigación y que se han publicado en medios de prensa. Pero, además, se contactó con el Ministerio del Interior y Presidencia para preguntar directamente si, cuando conversó con sus máximas autoridades, Monsalve comentó que el levantamiento de información que solicitó a la inteligencia policial había descartado la participación de terceros.
La respuesta del Ministerio del Interior fue tajante: “La ministra (Tohá) no ha recibido esa información desde ninguna fuente”.
Desde Presidencia indicaron que “toda la información con la que el Presidente de la República contaba fue objeto de su declaración voluntaria como testigo ante el fiscal Armendáriz”. Consultados por si la declaración que publicó The Clinic corresponde a la versión completa del documento, indicaron que no podían confirmarlo.
Independiente del motivo por el que Monsalve habría decidido no compartir esa información con sus superiores, lo cierto es que el entonces subsecretario estuvo al tanto de que se podía descartar la participación de terceros un día antes de que fuera denunciado formalmente y de que hablara con Boric, y tres días antes de que entregara su versión a Tohá.
De acuerdo con la tesis expuesta por el Ministerio Público en la audiencia de formalización, Monsalve habría ordenado la revisión de cámaras a la PDI para preparar una “coartada” ante la posibilidad de que fuera acusado por delitos sexuales. La cronología del caso aporta un antecedente clave en este sentido: durante la primera semana de octubre, la denunciante le dijo a Monsalve que lo que ocurrió la noche del 22 de septiembre no contaba con su consentimiento, por lo que el exsubsecretario sabía que estaba expuesto a una acusación formal.
Hasta ahora, los esfuerzos de la fiscalía están centrados en establecer qué ocurrió en esa ventana de tiempo de 12 horas en la que Monsalve y su denunciante aseguran que no recuerdan qué pasó, y en contrastar las versiones de ambos con la evidencia que pueda reunir (vea los artículos de CIPER “Video del caso Monsalve: denunciante se aprecia visiblemente desorientada y exsubsecretario con paso firme la conduce de vuelta al taxi” y “Caso Monsalve: conserje del hotel declaró que el exsubsecretario «venía mucho más consciente que ella»”).
El Ministerio Público, además, investiga una posible infracción a la Ley de Inteligencia y posibles delitos funcionarios. En esta última hebra resulta importante esclarecer cuántos funcionarios supieron de lo que ocurrió en el Hotel Panamericano, si se enteraron antes o después de la acusación formal, cómo tomaron conocimiento de la situación y qué hicieron con esa información (vea artículo de CIPER “Las llamadas de Monsalve y otros tres funcionarios de Interior a la denunciante antes que ella acudiera al Ministerio Público”).
Carolina Tohá declaró el 30 de octubre como testigo ante el fiscal Armendáriz. En su testimonio, publicado por T13, Tohá aseguró que fue el director de la PDI, Eduardo Cerna, quien le comentó por primera vez sobre la denuncia contra Monsalve, el 15 de octubre en la tarde. En esa misma conversación, dijo, se enteró de que existió un levantamiento de información ejecutado por inteligencia de la policía civil por instrucción de Monsalve, previo al ordenado por el Ministerio Público:
“En vista de la investigación por delitos sexuales, la PDI había ido a revisar las cámaras del hotel y se habían encontrado con que otros PDI ya habían ido previamente. Descubrieron que había habido una instrucción de inteligencia policial ordenada de una solicitud del subsecretario porque tenía 12 horas borradas en el día de los hechos que se investiga», dijo Tohá.
El jueves 17, la ministra habló con Monsalve antes de ingresar a una sesión en el Congreso. Según la versión que la secretaria de Estado compartió con la fiscalía, en esa oportunidad Monsalve le contó que tuvo acceso a imágenes que lo mostraban a él y a la denunciante como “dos personas que no se veían muy afectadas, o en un nivel de embriaguez que no les permitiera funcionar, sino que se observaba a dos personas bajándose frente al hotel, como dándome a entender que habría otro motivo que explicaría la razón por la cual no se acordaban de lo sucedido».
En la declaración que entregó el presidente Boric el 29 de octubre ante los fiscales Armendáriz y Francisco Jacir, el mandatario explicó que se enteró de esta denuncia cerca de las cuatro de la tarde del 15 de octubre, luego de que lo llamará Tohá. Según lo publicado por The Clinic, Boric dijo que la ministra también le informó “que existía una investigación de la PDI por el acceso de él (Monsalve) a cámaras de seguridad del hotel a propósito de ese hecho”.
“Respecto de las cámaras, me indicó la ministra que Monsalve le solicitó a la directora de inteligencia de la PDI ver las cámaras del hotel. Desconozco en qué momento y de qué forma se realizó tal gestión”, complementó Boric.
De estas declaraciones se desprende que, en ningún momento, Monsalve transparentó el resultado de ese levantamiento de información.
Quien sí lo mencionó en su testimonio fue la exjefa de inteligencia de la PDI, Cristina Vilches, quien prestó declaración el 18 de octubre, seis días antes de que fuera dada de baja por “imprudencias” en el uso de la Ley de Inteligencia, según esgrimió la policía civil en un comunicado público.
En su declaración, Vilches afirmó que fue citada por Monsalve el 10 de octubre a su oficina en La Moneda. En esa ocasión, aseguró Vilches, el entonces subsecretario le expresó “su preocupación por, probablemente, haber sido objeto de algún tipo de atentado o sustracción de información desde su celular” luego de que se juntara a comer con una subalterna el 22 de septiembre.
“La orden, entonces, era reconstruir que había pasado en esas 12 o 13 horas en que el Sr. Monsalve dijo no acordarse de nada”, agregó.
Para cumplir con su objetivo, Vilches dijo que su equipo revisó cámaras de seguridad, examinó el teléfono celular de Monsalve y ejecutó una operación para confirmar si la denunciante estaba en su casa, en la que simularon ser repartidores de un delivery e intentaron dejarle un sándwich y un bebestible.
Al margen de estas revelaciones, lo importante de la declaración de Vilches es que, de acuerdo con su versión, Monsalve sabía que las cámaras revisadas por la policía descartaban la participación de terceros:
“No se dejó registro escrito de nada de esto, en ninguna de las tres operaciones, por no hacer falta. No siempre se deja registro de todo. Además, no se detectó nada sospechoso y mi impresión es que simplemente se trató de dos personas que fueron a comer, bebieron alcohol y luego se fueron al hotel. De todo esto le di cuenta definitiva al Sr. Monsalve el día 14, en su oficina de la Moneda- le reporté que no había nada sospechoso, me dio las gracias y se sorprendió de lo que yo le daba cuenta. Él insistía que no se acordaba de nada luego de hotel”.
En la audiencia ante la Corte de Apelaciones de Santiago de este miércoles 27, en la que se determinó mantener a Monsalve en prisión preventiva, la defensa del exsubsecretario sostuvo que su pérdida de memoria se debía al consumo de alcohol, a diferencia de lo que el propio exsubsecretario dio a entender a Tohá: “Es evidente que ambos (Monsalve y la denunciante) entraron en una situación de blackout por alcohol, la razón es esa”, dijo el abogado Cristián Arias.
En los videos que se han difundido del trayecto que recorrió Monsalve con la denunciante en la noche del 22 de septiembre, el exsubsecretario, a diferencia de su subalterna, no se aprecia confundido, desorientado, errático o con perdida de consciencia. Ante la Corte de Apelaciones, el defensor Arias intentó explicar por qué su cliente se ve alerta y consciente, a pesar de que alega no recordar lo ocurrido. El abogado sostuvo que, producto de la ingesta de alcohol, el exsubsecretario habría experimentado una amnesia anterógrada, que afecta la capacidad de almacenar recuerdos recientes:
“Uno se puede conducir en la vida participando en interacciones humanas, y no significa que no tenga autonomía, sino que no recuerda. En esta amnesia anterógrada el sujeto puede interactuar con personas”, dijo Arias -citado por La Tercera– ante el tribunal.