LA CONVOCÓ EL 10 DE OCTUBRE, CASI TRES SEMANAS DESPUÉS DE LA CENA EN EL RESTAURANTE PERUANO
La citó a La Moneda y le dio instrucciones verbales: detalles de la reunión de Monsalve con la jefa de inteligencia de la PDI
24.10.2024
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LA CONVOCÓ EL 10 DE OCTUBRE, CASI TRES SEMANAS DESPUÉS DE LA CENA EN EL RESTAURANTE PERUANO
24.10.2024
El entonces subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, convocó a la jefa de Inteligencia policial, Cristina Vilches, al palacio de gobierno en la tarde del 10 de octubre, 18 días después de ocurridos los hechos por los que fue acusado de violación. Monsalve le manifestó que se sentía amenazado, porque no recordaba lo que había ocurrido entre la noche del 22 y la mañana del 23 de septiembre, y que podía estar en riesgo la seguridad pública, porque entonces él ostentaba el cargo de ministro del Interior (s). Ese encuentro desencadenó una serie de diligencias realizadas por la PDI que hoy son investigadas por la fiscalía por posible obstrucción a la investigación. CIPER las reconstruyó paso a paso.
El jueves 10 de octubre, el entonces subsecretario del Interior, Manuel Monsalve convocó a La Moneda, para una reunión de carácter urgente, a la jefa de Inteligencia de la PDI, prefecta inspectora Cristina Vilches. La reunión se concretó cerca de las 18:00 y en ella Monsalve le comunicó a la autoridad policial que no recordaba lo que había pasado cerca de tres semanas antes, entre la tarde del domingo 22 y la mañana del lunes 23 de septiembre, luego de haber ido a comer con una subalterna a un restaurante peruano en el centro de Santiago.
En ese encuentro en el palacio de gobierno, Monsalve manifestó que su pérdida de memoria se podría atribuir a la participación de terceros, que se sentía amenazado porque podría ser extorsionado y que, por lo tanto, necesitaba que se levantara información para chequear qué ocurrió en el restaurante y cómo llegó hasta el Hotel Panamericano, donde pernoctaba habitualmente mientras estaba en funciones en la subsecretaría.
La prefecta inspectora Vilches ya declaró ante la fiscalía que investiga el Caso Monsalve. Lo hizo el pasado viernes 18 de octubre en calidad de testigo. Personas que conocen detalles de la investigación señalaron a CIPER que el interrogatorio a Vilches estuvo orientado a conocer las labores que pidió Monsalve en la reunión del 10 de octubre y los resultados de esas gestiones.
El testimonio de la jefa policial lo recibió el Fiscal Regional Metropolitano Norte, Xavier Armendáriz, el mismo que en la audiencia de cautela de garantías efectuada este miércoles 23 fustigó la intervención, realizada a solicitud del acusado Monsalve, de la Inteligencia de la PDI. El fiscal sostuvo que esas diligencias “podrían significar pérdida de evidencias, de esconder evidencia, enmascarar”.
Lo que hablaron Monsalve y Vilches en La Moneda se suma a los episodios que hoy tienen al médico socialista bajo una investigación por obstrucción a la investigación y eventuales infracciones a la Ley de Inteligencia. El fiscal Armendáriz señaló en la mencionada audiencia que miembros de inteligencia de la PDI incluso se acercaron al departamento de la denunciante por orden de Monsalve y que, en el marco de estas tareas, un detective habría tomado contacto con ella.
Comparando todos los antecedentes del caso que se han conocido desde que La Segunda reveló la denuncia por violación contra Monsalve y lo que Cristina Vilches habría declarado ante la fiscalía, aparentemente el exsubsecretario ocultó u omitió información clave en su reunión con la jefa policial. En ese encuentro, Monsalve no entregó pistas que indicaran que él podría haber sido protagonista de un delito; tampoco que a tres semanas de ocurrido esos hechos enfrentaba un conflicto personal con una persona que podía denunciarlo por hechos graves.
Con los datos que Monsalve puso sobre la mesa, bajo la premisa de que el subsecretario del Interior manifestaba que podía estar en riesgo, la brigada de Inteligencia de la PDI se desplegó. Un día después de la reunión en La Moneda, efectivos de esa unidad policial concurrieron al Hotel Panamericano, donde hicieron copias de las imágenes de las cámaras que posee el establecimiento. No intervinieron ni incautaron esos equipos. Esas copias, según pudo recabar CIPER, ya fueron entregadas a la fiscalía.
De acuerdo con grabaciones difundidas por Mega, dos detectives de la policía civil fueron también al restaurante peruano “El Ají Seco Místico”, de calle Mac Iver, para solicitar registros audiovisuales de la cena entre Monsalve y la denunciante. CIPER pudo confirmar que ambos funcionarios pertenecen a la Brigada Investigaciones Policiales Especiales (Bipe). En ese local, según declaró a Chilevisión su administrador, José Avellaneda, “no hay registros de las cámaras de seguridad”.
A poco más de un mes del encuentro entre Monsalve y Vilches, CIPER reconstruyó las gestiones policiales generadas por esa reunión.
Un punto relevante para las pesquisas de la fiscalía es que las instrucciones de Monsalve no quedaron por escrito. Tampoco hay informes por escrito de las diligencias efectuadas por los efectivos de inteligencia ni de sus resultados.
Según información confirmada por CIPER, las imágenes que la policía de inteligencia de la PDI levantó del Hotel Panamericano, hoy se encuentran en manos del Ministerio Público. Según testigos de lo que ocurrió el día 11 de octubre en ese lugar, la PDI hizo copia de los registros que capturaron la llegada de Monsalve y la denunciante. No fue una incautación. La información se condice con lo señalado a CIPER por expertos en inteligencia policial, quienes precisan que usualmente las labores de inteligencia se limitan a revisar y levantar información, sin alterar evidencia.
En el ordenamiento jurídico chileno, además, para realizar una incautación, se debe poseer una orden judicial y en el caso de requerirlo algún organismo de inteligencia, esto debe hacerse con autorización de un ministro de la Corte de Apelaciones.
La sucesión de hechos posteriores a la noche de ese 22 de septiembre es una secuencia que hoy forma parte esencial de la investigación que lidera el fiscal regional, Javier Armendáriz. CIPER reconstruyó esa cronología, detectando situaciones desconocidas y que todavía carecen de explicación.
A las 6:15 de la mañana de ese lunes 23 de septiembre, los escoltas de Monsalve acuden al Hotel Panamericano para retomar la custodia de su protegido, quien los había liberado en las horas previas a su encuentro con la denunciante.
Según personas que han sido escoltadas por personal de la PDI, señalan que es común que en determinadas ocasiones estos sean liberados dado que no todo protegido resiste estar todos los días siendo vigilados por alguien. Sin embargo, de acuerdo a la normativa, que personal destinado a la Protección de Personas Importantes (PPI) abandone la custodia amerita un sumario.
Recién el 10 de octubre, es decir, 18 días después del encuentro entre Monsalve y la denunciante, el exsubsecretario convocó a Cristina Vilches para manifestar verbalmente que podría estar frente a una amenaza, relatándole hechos aparentemente parciales sobre lo ocurrido ese fin de semana de fiestas patrias.
Quienes conocen el tenor de la información que posee fiscalía sobre ese encuentro, explican que Monsalve le explicó a la jefa de inteligencia una versión concordante con lo que el entonces subsecretario le habría dicho al Presidente Gabriel Boric, según señaló La Tercera, el martes 15 de octubre, cuando en el gobierno se enteraron de la denuncia: que durante la noche de 22 de septiembre perdió de conciencia, que tuvo la presunción de que ella y la denunciante pudieron ser víctimas de un intento de robo o extorsión con algún fármaco.
En ese sentido, fuentes ligadas a La Moneda señalan que no había manera de presumir que el subsecretario pudiera estar mintiendo o actuando a conveniencia para encubrir un posible delito. Esto, porque la invocación de la Ley de Inteligencia de policías, según el artículo 22 de esta ley, señala que “comprende el procesamiento de la información relacionada con las actividades de personas, grupos y organizaciones que de cualquier manera afecten o puedan afectar las condiciones del orden público y de la seguridad pública interior”. En este caso, la seguridad pública podría haber estado afectada por la supuesta amenaza que Monsalve dijo haber sentido.
Al día siguiente, 11 de octubre, efectivos de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) acuden al hotel para hacer copia de las imágenes. Y, según información confirmada por CIPER, parte del personal del hotel mencionó un punto desconocido hasta ahora: que antes de los agentes de inteligencia de la PDI, habían ido también, al mismo lugar, efectivos de Carabineros. CIPER consultó a fuentes de Interior y de Inteligencia de Carabineros la razón de esta supuesta visita de la policía uniformada, pero no confirmaron esa diligencia.
En las horas posteriores, y según reveló el fiscal regional que investiga a Monsalve, Xavier Armendáriz, efectivos de inteligencia llegaron hasta el círculo íntimo de la denunciante: “Nosotros sabemos que ha habido gestiones previas sin que mediara ninguna denuncia ni ninguna comunicación oficial a autoridades superiores por parte del imputado. Ordenó llevar adelante diligencias con sigilo que no solo asistieron en estas intervenciones de cámaras, sino que además llegaron al círculo íntimo de la víctima”. Agregó que hubo un “primer detective que habló con la víctima”, gestiones encargadas por Monsalve, aseguró.
El fiscal también aseguró que Monsalve le pidió a inteligencia periciar uno de sus teléfonos. Según información publicada por La Segunda, esa instrucción se la habría dado a Vilches y que esta le pidió el chip para verificar si su teléfono pudo haber sido clonado.
Respecto de la aproximación de funcionarios de Inteligencia de la PDI a la denunciante, CIPER confirmó que esos policías abordaron al conserje del lugar donde ella vive. Este medio no pudo constatar que la denunciante haya sido contactada directamente por algún policía. La abogada de la presunta víctima, María Elena Santibáñez, señaló a Radio Duna que su defendida se sorprendió con los dichos de Armendáriz: “Se quedó helada y lo único que me dijo fue: ‘Creo saber de qué se trata, creo saber quiénes son’. Al parecer había tenido una situación con personas desconocidas. No me reveló el tenor de la conversación”.
El martes 15 de octubre, el director general de la PDI, Eduardo Cerna, tomó contacto con la ministra del Interior, Carolina Tohá para expresarle que Monsalve estaba siendo investigado. Testigos de esa reunión señalan que el impacto de Tohá fue evidente. La ministra ha recibido duras críticas por no haber sugerido la desvinculación inmediata de Monsalve y enfrenta el riesgo de ser acusada constitucionalmente.
El jueves 17 Monsalve renunció, después de haber viajado a la Región del Biobío, supuestamente para hablar con su familia, utilizando un avión de Carabineros. Estas facilidades, con cargo a fondos públicos, han sido criticadas y motivaron que la Contraloría emitiera oficios para conocer las razones que las justificarían.
El viernes 18 se supo que Monsalve había revisado las cámaras del hotel. Lo informó el Presidente Gabriel Boric en un extenso punto de prensa, desatando críticas en su contra por no haber denunciado lo que podría ser una obstrucción a la investigación.
Las labores que efectuó la inteligencia de la policía civil han sido duramente cuestionadas por el mundo político, de manera transversal, desde el Frente Amplio hasta el Partido Republicano.
Las críticas se extendieron hasta el Congreso, donde distintas diputadas manifestaron sus cuestionamientos a las acciones de la institución que dirige Cerna, según publicó La Tercera.
El jueves 23, la diputada Camila Musante (ind- bancada PPD) manifestó sus dudas sobre las tareas efectuadas por inteligencia de la PDI, luego de las revelaciones del fiscal Armendáriz: “¿Qué pasa con la Policía de Investigaciones que toma en contacto con la víctima antes de que ni siquiera exista una denuncia por parte de la misma? La PDI no sólo obedece a su superior jerárquico, sino que primeramente a lo que establece la Constitución y las leyes. Esto claramente puede haber sido constitutivo de presiones indebidas”.
En la misma línea, la diputada Ana María Gazmuri (AH) pidió que se inicie “un sumario administrativo para esclarecer si hubo colaboración de funcionarios públicos en los últimos hechos denunciados”.
Camila Flores (RN), emplazó directamente al director de la PDI, Eduardo Cerna para que “los funcionarios involucrados respondan y probablemente él también, como jefe superior de un servicio”. “Acá se trató de persuadir, de presionar, quizás hasta de intimidar a una víctima. ¿Por qué no podríamos creer eso? ¿Qué tenía que hacer la Policía de Investigaciones acercándose a la casa de la víctima que denuncia? Me parece realmente grave lo que hemos conocido”.
El nuevo subsecretario del Interior, Luis Cordero, defendió la legalidad de lo obrado por la PDI: “no hay ningún antecedente que dé cuenta que la PDI o sus funcionarios hubiesen infringido la ley”. Según confirmó CIPER, jefes policiales han dicho a autoridades de La Moneda, que las diligencias hechas por la PDI antes de la denuncia por violación se ajustan a las normas que rigen la inteligencia policial.
En todo caso, los movimientos que ejecutó la PDI son objeto de investigación por parte de la Contraloría General de la República. El organismo ofició a esta institución y a La Moneda, para que informen detalladamente las acciones que realizaron una vez que conocieron la denuncia contra Monsalve. También ofició a Carabineros por la aeronave utilizada por el entonces subsecretario.