La mansión de Lo Curro
05.09.2023
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05.09.2023
Revise el artículo original publicado por la revista Cauce el 17.01.1984
Estas loables declaraciones de principios éticos y políticos han sido reiteradamente contradichas por los hechos, pero probablemente nada puede desmentirlas de manera más categórica que esta nota que presentamos a continuación y que no escapará al criterio de los lectores representó un tesonero y valiente esfuerzo de documentación a través del fortificado tejido de mutismo, temor a entregar información, de sigilo y solicitudes de anonimato.
No es posible establecer con exactitud cuánto costaron al erario nacional la denominada “Casa de los Presidentes”, en Lo Curro, la casa que el General Pinochet ocupa algunos fines de semana en el Cajón del Maipo (San Alfonso), la casa que el gobernante arrendaba en Luis Thayer Ojeda y hoy ocupa uno de sus hijos como propietario, la casa de los Comandantes en Jefe del Ejército en la Avenida Presidente Errázuriz, los trabajos de remodelación de la casa de Bucalemu, sin contar con que todavía no nos hemos ocupado de la ostentosa casa del general Mendoza, en Diego de Almagro con Pedro de Valdivia, y si el Almirante Merino sigue viviendo en la misma “modesta casa vieja” que ocupaba en 1973.
Un cálculo conservador de los gastos incurridos en la casa del General Pinochet y familia en Lo Curro consume, según los datos obtenidos, sin contar con continuos cambios de parecer productos de actos de voluntad propios del poder omnímodo, una suma equivalente al 50% del presupuesto oficial de Obras Públicas para 1984.
La revista brasileña “Isto ‘E” escribe que el terreno de 80 mil metros cuadrados en Lo Curro costó un millón de dólares. Esa cantidad fue pagada por el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo directamente, sin pasar por el conducto regular de los estados de pagos del SERVIU. Todo lo que se hizo en forma posterior sí pasó por el SERVIU a título de “obras extraordinarias”. El promedio de pago bordeó los 5 millones de pesos semanales, pero ¿se incluirán en estas sumas los cambios de azulejos expresamente importados, los mármoles europeos, las costosas lámparas adquiridas a exclusivos anticuarios? ¿Se incluirán aquí las obras de acceso a Lo Curro destinadas específicamente a facilitar el paso hacia la Casa de los Presidentes? En este ítem deberá consignarse la construcción del Puente de Lo Curro, cuestionado técnicamente por destacados profesionales.
Muchas preguntas quedarán sin respuesta, pero en todo caso el prolijo trabajo de investigación que les entregamos es suficientemente clarificador. La pregunta que surge es más bien una exigencia: ¿dará el Gobierno una explicación sobre todo lo que aquí se informa? El país atraviesa por la más grave crisis económica de su historia, de modo que es indispensable que el Gobierno responda con claridad respecto a las ingentes sumas que se han usado en estas construcciones faraónicas.
A la luz de lo que narra esta crónica sería interesante saber si la ciudadanía comparte el juicio del General Pinochet de que existe democracia en Chile y que los chilenos están resguardados en su honor, en su propiedad y en su familia.
A la distancia (es más saludable observarla desde lejos), la casa del General Pinochet se parece bastante a una fortaleza construida en seis niveles, dos de los cuales son totalmente subterráneos. Para levantarlos fue necesario dinamitar el cerro Lo Curro desplazando 500 mil metros cúbicos de tierra (equivalente a las excavaciones necesarias para construir 150 mil viviendas mínimas).
El terreno, como está dicho, tiene una superficie de 80 mil metros cuadrados de los cuales 6 mil están construidos. El total del terreno está rodeado por rejas altas y controlado a través de un circuito cerrado de televisión cuyas cámaras auscultadoras están a la vista en una serie de casetas en altura pintadas de blanco.
De los 6 mil metros edificados 1.600 corresponden solamente a salones y oficinas y 1.200 a servicios, cocinas, bodegas, salas de guardia, equipos de calefacción y otros. Las cocinas están habilitadas para atender a 2 mil personas al mismo tiempo.
Los 62 mil metros cuadrados de parque y jardines adornados con azaleas, rododendros, plantas exóticas y árboles de las mejores familias, costaron 15 millones de pesos, incluyendo la instalación de 3 invernaderos de 40 metros cuadrados cada uno.
En caso de suspensión brusca del suministro o posibles atentados por envenenamiento, el abastecimiento de agua está asegurado por cuatro estanques subterráneos con capacidad para 2 mil 800 metros cúbicos. Lo propio sucede con el abastecimiento de luz conectado a una central eléctrica subterránea con 400 kilowatts de potencia.
La mansión cuenta con las más acabadas medidas de seguridad. En un sector secreto de los niveles subterráneos existe un refugio antiaéreo, cuya salida nadie conoce, y separado de la residencia y con una de las entradas camufladas, el recinto que ocupan las fuerzas especiales preparadas para defender en turnos de 24 horas la seguridad del General.
Las ventanas de los niveles habitacionales están dotadas con cristales importados de Bélgica. Cada hoja tiene 3 por 3 metros. Las puertas están confeccionadas con madera de lingue fino. Entre marcos y cristales se gastaron aproximadamente 120 mil dólares. Sólo los detalles como los revestimientos de piedra ascendieron a la cantidad de 150 mil dólares.
Los tres niveles superiores no tienen lo que se llama propiamente techo, sino están recubiertos por terrazas plantadas y con un área mínima pavimentada.
El primer nivel está definido como el de recepción oficial. Para llegar a él es previo cruzar por un hall de acceso con piso de mármol que originalmente fue verde y hoy es del mismo material, pero en tonos un poco extraños. La señora Pinochet hizo retirar el costoso mármol traído de Europa porque no le gustó una vez que estuvo instalado. Hubo de realizarse una nueva importación de mármol de Alcántara, España, del color deseado por la dueña de casa.
Siempre rumbo al amplísimo salón oficial recepciones, es menester ascender por una escalera de mármol de color… rojo. Esta tonalidad sí fue del agrado de la señora Pinochet. Mas no las alfombras de las dependencias privadas de la familia, que figuraban en el proyecto original. En el momento de dar su visto bueno, la señora Hiriart manifestó ante varios testigos: “Alfombras no. Cuando yo me muera, si el que viene aquí así lo decide entonces colocarán nuevamente las alfombras. Por ahora las sacaremos porque a mí me gusta el parquet…”.
Esta es sólo una anécdota dentro del cuadro total. Más graves fueron los problemas surgidos entre el personal especializado de TECSA, empresa seleccionada para realizar los trabajos (ver “SUCEDE”) y los efectivos de seguridad del gobernante.
Mientras los técnicos de la empresa privada realizaban su labor, los elementos de seguridad llevaban a cabo la suya (secreta y por ende, ajena a la incumbencia de TECSA), por lo cual transportaban extraños objetos, destruían parte de lo ya realizado y provocaban a los empleados de la empresa con su actitud autoritaria y amenazante.
El conflicto estalló y los funcionarios de TECSA se negaron a seguir trabajando cuando los funcionarios de seguridad rompieron las instalaciones del tendido de luz, el sistema de riego y otras instalaciones. El arquitecto Sergio Gómez, funcionario del Ministerio de la Vivienda, debió oficiar como mediador y logró con esfuerzo solucionar el problema.
Ya en el interior de la casa se distribuyen salones diversos, el comedor de recepciones, oficinas, baños, dependencias de cocinas, todo dentro de una superficie para estos efectos de 2 mil 800 metros cuadrados. Lo mencionado corresponde al nivel de recepción.
En el segundo nivel (hablamos de los tres niveles residenciales que están a la vista y que están diseñados en escalones), están las habitaciones reservadas a la familia, que fueron expresamente supervigiladas por la señora Hiriart. La suite presidencial comprende dos dormitorios completamente separados con sus respectivas salas de baño y habitaciones de vestuario y closets.
Los baños fueron el principal problema de la dueña de casa. Tanto los artefactos como los azulejos fueron cambiados en dos oportunidades porque no fueron del agrado de la señora Pinochet. En vista de que los decoradores no acertaban con el exclusivo gusto de esta cliente tan particular, la propia señora Pinochet decidió trasladarse a la lujosa tienda “Ática” para elegir lo que deseaba.
Tardó en decidirse, por lo que efectivos de seguridad acordonaron todo el sector durante algunas horas para que la señora Lucía pudiera elegir a su gusto. El resultado tal vez no figure en la antología de la decoración, pero sí corresponde a la elección de la primera dama: el baño del General Pinochet quedó revestido definitivamente en azulejos de color azul oscuro con visos tornasolados y metálicos. La tina, provista de un sistema de aguas vibratorias (propias para masajes) es de color azul oscuro, lo mismo que el resto de los artefactos. El motor que permite funcionar las aguas vibratorias quedó debajo de la tina, pero fue trasladado a mayor distancia por medidas de seguridad.
Otro problema se registró en el revestimiento de las paredes de las habitaciones interiores. Se importó raffia (material nuevo, caro, corrugado y elegante para algunos gustos), que los encargados de adosar a las murallas no supieran aplicar, y hubo de desecharse la idea y, desde luego, tirar el material importado a la basura.
El baño de la dueña de casa terminó con azulejos beige haciendo juego con los sanitarios. Un vanitorio (mueble integral francés para guardar toallas y cosméticos) ocupa todo el muro del baño con espejos hasta el techo. Frente al excusado los espejos van desde el suelo hasta el techo. Un elemento ajeno a todo este decorado es una finísima lámpara de lágrimas, valiosa pieza de anticuario, cuya presencia en el baño es de difícil explicación.
Cuando uno de los dos salones de la familia estuvo terminado, la señora Pinochet echó de menos algunos detalles. Con el propósito de solucionar estos olvidos, se llamó a Pavez Decoraciones Ltda., el más chic de la capital, a quien se le encargaron tres trabajos. El primero fue recubrir el cielo del salón con madera a fin de dejar vigas a la vista con algunas incrustaciones de gusto dudoso por no concordar con el estilo general de la casa. Una segunda labor fue elaborar una puerta de acuerdo con el techo enmaderado a la que se le aplicó un juego de vitreaux y la tercera fue la confección de una chimenea de piedra con campana metálica de bronce. Por todas estas exquisiteces de último minuto, Pavez cobró 11 millones de pesos. Habrá que agregar una cantidad adicional, pues la dueña de casa decidió finalmente hacer modificaciones posteriores a la instalación, cuya naturaleza se desconoce.
Las comunicaciones de la casa están aseguradas por una central telefónica automática alimentada por 30 líneas y una red de 120 anexos. Una clínica equipada con los últimos adelantos se instaló en la casa para hacer frente a casos de emergencia de sus moradores. No se pudo determinar su localización exacta.
Este verdadero tic de hacer varias veces las mismas cosas alcanzó también a la gran piscina de la residencia, que fue construida dos veces. No pudimos saber si el hecho se produjo por faltas de construcción, por filtraciones detectadas o por el difícil gusto de la señora Pinochet. La alberca, que cuenta con una zona de camarines con todas las comodidades del caso, es sólo una de las atracciones del parque.
Una verdadera curiosidad son las cuatro pérgolas sostenidas por troncos de pino oregón en bruto, debido a que se trata de una especie en extinción que no es posible encontrar hoy en ningún lugar del mundo. Nadie sabe cómo y dónde fueron conseguidos.
En el inmenso parque de unos 74 mil metros cuadrados hay música ambiental en cada uno de sus sectores. Los equipos comprados son Phillips. Hay también un gran asador con campana de bronce para manifestaciones campestres, además de una caseta para los jardineros de 90 metros cuadrados de construcción. Al parecer, todas estas instalaciones no registraron modificaciones posteriores.
No sucedió lo mismo con las dos canchas de tenis con que cuenta la fabulosa residencia, que también sufrieron alteraciones de la hora undécima, aunque quizá las razones fueron de orden deportivo. Primitivamente eran de asfalto (superficie rápida) y pertenecieron al Club de Tiro de Lo Curro, que funcionaba en esos terrenos. Más tarde llegó una contraorden: debían tener piso de ladrillo molido (superficie lenta) donde tradicionalmente los tenistas chilenos se desempeñan mejor. Ese parece ser también el caso de los dueños de casa y sus invitados. Las canchas cuentan con una excelente iluminación, así como las multicanchas, que ofician en las eventualidades como helipuerto. Cada una cuenta con 120 focos de 1.000 watts.
Otro de los cambios de esta singular competencia de gustos variables lo sufrieron los estacionamientos. Originalmente se construyeron 100 estacionamientos empotrados en el cerro. A la hora del visto bueno final, la orden varió, se deberían construir 100 estacionamientos adicionales, lo que represento demoler todo lo ya levantado, incluyendo la destrucción de terrazas, jardines y muros. Al final, se agregaron 150 estacionamientos más para hacer un total de 250. Hay sí seis estacionamientos especiales para la familia localizados en otro sector del parque.
Uno de los lugares más cerrados a la información es ciertamente el destinado a la seguridad. Hay una llamada Zona de Guardia, cuya entrada está por la Vía Roja. Un pequeño regimiento puede vivir cómodamente en el lugar, que cuenta con salas de juego, dormitorios, comedores y piezas de TV (con juegos de Atari, por cierto).
En algunos de los niveles que no están a la vista, existen otras comodidades propias de los emiratos árabes, como un gimnasio, una moderna sala de cine y diversos saunas.
La nota curiosa la constituye la enigmática Área de Contraataque, que está sostenida por gruesos muros de hormigón y techos de concreto en cuyo alto se han colocado bolones para que las balas (de haberlas) reboten. Está localizada de manera que no sea posible detectarla a simple vista. Cuenta con ventanas estrechas hacia el interior y que se van abriendo hacia afuera, tomando una forma de corneta, para mejorar el ángulo de tiro. Lo que no se sabe es por qué se llama Área de Contraataque.
Todas las barandas de la construcción de 6 mil metros cuadrados están pintadas con pintura especial de avión. El único representante en Chile de este tipo de elemento es un hermano del General Fernando Matthei.
Las enormes bodegas están repletas de armamento ligero y pesado y están proyectadas para defender el sitio por un tiempo prolongado. La pregunta que salta de inmediato es, ¿habrá alguna amenaza que requiera tal poder de fuego?
Es sólo una y no la más importante de las preguntas que pueden formularse sobre este palacio llamado Casa de los Presidentes.
LA CASA DE LOS JARDINES COLGANTES
Muy cerca del Restaurant “La Estancia”, en la comuna de Las Condes y casi al llegar a El Arrayán se encuentra la “Casa de los Generales”. Dos manzanas completas cerradas a la vista del público. A la entrada una “caseta” de 60 metros cuadrados. Allí un equipo de guardias vigila. ¿A quién?
Por el momento a nadie. La casa o mejor dicho las casas, no están todavía habitadas. Nos encontramos frente a la que será la residencia del Comandante en Jefe de la FACH. El proyecto de Calle San José de las Sierras N°79 fue encomendado al estudio de arquitectos Shenka y Bodenhofer. La superficie total del terreno alcanza los 15 mil metros cuadrados y su valor: secreto de estado.
Lo que sí podemos afirmar es que sus pagos fueron efectuados con fondos de la cuenta corriente N° 901541-8 de la oficina principal del Banco del Estado y figuran asignados al ITEM 53 bajo el rótulo: PROYECTO “AGUILA 1 y 2”.
La entrada está junto a una laguna artificial (especialmente lograda) sobre la que se construyó un pequeño puente colgante. Luego se pasa al patio de acceso bordeado de parques y jardines y en el medio una fuente de agua como elemento decorativo.
Una casa principal y cuatro casas iguales. Estas últimas, según establece el proyecto, están destinadas a cuatro generales cuyos nombres no fueron proporcionados.
La casa del general Matthei está hecha sobre 4 niveles (dos menos que Lo Curro). El ala de servicios y el garage ocupan el primer nivel. En el segundo se ubican los recibos de 72 metros cuadrados y el comedor con 50 metros cuadrados. En este mismo nivel se encuentra una pieza bar, escritorio, baños de visita y zona de cocina.
El tercer nivel fue reservado para las habitaciones de la familia Matthei. Cinco dormitorios, cada uno con su baño, salas de vestir, sauna equipado con tinas para sumergirse y duchas con chorros laterales, una sala de juegos y la suite de huéspedes. El cuarto nivel es subterráneo. La única información que pudimos obtener es que allí se encuentran las bodegas de vino y las calderas que abastecen de agua caliente y aseguran la adecuada calefacción de la casa.
Un pequeño detalle: la losa del primer nivel fue especialmente habilitada para los verdaderos “jardines colgantes”, principal elemento de decoración de la casa principal. Para su riego se importó un dispositivo francés que permite la vaporización permanente.
Cada una de las casas cuenta con piscina privada dotada de filtros diversos. Anexas están las zonas para camarines con modernas instalaciones que ocupan una superficie de 80 metros cuadrados. No pudimos confirmar si las pérgolas están provistas de asador. Sólo la cancha de tenis es común para las 5 casas (200 por 100 metros).
Al igual que Lo Curro cuenta con su propio generador de electricidad y con estanques de agua subterráneos. En caso de emergencia la presión de agua está regulada por un sistema de bombas (mecánicas). Un dispositivo de microaspersión permite el riego de parques y jardines a través de una neblina de agua.
Las cuatro casas para generales son idénticas, sólo cambia la orientación para el mejor aprovechamiento del sol. Esto último es muy importante ya que cada una tiene un solarium. En estas casas de generales el salón ocupa 52 metros cuadrados, comedor y sólo el dormitorio principal tiene su vestuario.
En el nivel superior hay más dormitorios, salas de juego, sauna y dependencias anexas. Cada casa de general tiene estacionamiento para tres autos. Algo importante: una de las habitaciones importantes cuenta con una chimenea.
REACCIONES:
La información que antecede obtenida en carácter de primicia con relación a las mansiones de Lo Curro ocupada por el General Pinochet y familia y la llamada Casa de los Generales en donde habita el Comandante en Jefe de la FACH, Fernando Matthei y otros cuatro generales de su Estado Mayor, fue recibida con sorpresa, cautela, indignación o incredulidad por los políticos o empresarios que entrevistamos.
Mario Sharpe, actual presidente de la Alianza Democrática y que ocupa la vicepresidencia del partido Social Demócrata reaccionó con su habitual serenidad pero dio a conocer su pensamiento con bastante claridad: “En este momento, no deseo sino formular un juicio moral con respecto a las cuantiosas sumas deducidas del Erario Nacional para la construcción de estas suntuosas residencias, ajenas a la tradicional sobriedad de nuestros gobernantes democráticos”.
“De todos conocida es la situación de extrema falencia de las arcas fiscales, impedidas siquiera de pagar los intereses de la deuda externa cercana a los 20 mil millones de dólares. También se sabe de la situación de apremio de nuestro pueblo, el abatimiento del sector industrial, comercial financiero y agrícola y del alto y penoso índice de desempleo que confronta el país. El espectáculo de un gobierno que destina para sí tan ingentes sumas en construirse viviendas magnificentes, cuyo costo no ha sido posible determinar, pero que en principio estaría cerca del 5 por ciento del presupuesto que regularmente se destina a obras públicas, es verdaderamente un agravio a la aflicción que arrastran los sectores más desprotegidos de la población”.
Germán Molina Morel. Presidente de la Cámara de la Construcción y director de la Escuela de Construcción Civil de la Universidad Católica, fue informado por nosotros de las revelaciones que incluye este reportaje. Al solicitarle su opinión respondió:
“No estoy en condiciones de dar opiniones. La Cámara siempre ha sido respetuosa con la autoridad, incluso durante el régimen de Allende guardamos respeto por el Presidente”.
Cauce: ¿Me quiere decir que los empresarios de la construcción no tienen información sobre estas construcciones?
“No. Nunca en la Cámara hemos discutido el tema. Tampoco tenía personalmente información. Si es así es lamentable, las FF.AA. chilenas han tenido siempre una tradición de honestidad y austeridad. Es muy lamentable”.
Cauce: ¿La Cámara tampoco se pronunció sobre la casa de Allende en Tomás Moro?
“Oiga, si quiere una opinión personal esa casa no tiene más que la de cualquier ciudadano que quiera en forma más cómoda cumplir funciones importantes”.
Jorge Lavandero: Cauce quiso conocer su opinión sobre los antecedentes que aquí entregamos. “A nadie le puede extrañar. Ofrecieron empleos, televisores, autos y nos entregaron un millón 200 mil cesantes. Ofrecieron casas y nos entregan casetas sanitarias. Pero aparte de esa mentira, está la mentira indigna, la mentira de los que quieren ocultar sus gastos personales”.
“El bunker debajo de la Moneda es un ejemplo. ¿Cuánto gastaron? Secreto de estado. Ahora parece que la obra gruesa de Lo Curro supera los 18 millones de dólares (1.250 millones de pesos)”.
«El General Pinochet se construyó además otro bunker para los Comandantes en Jefe en la calle Presidente Errázuriz. Allí por razones de seguridad se compraron además todas las casas vecinas”.
Patricio Hales, arquitecto, profesor de vivienda en la Academia de Humanismo Cristiano, Consejero del Centro de Estudios “VECTOR”:
“Según los datos que Uds. me entregan concluyo que esa obra es una provocación al pueblo que le faltan 800 mil viviendas. Con ese valor se podrían haber otorgado subsidios habitacionales para 3 mil familias. Si las deudas en Santiago por agua potable son mil millones de pesos todavía sobrarían 500 millones para construir casas”.
“Es inaceptable para cualquier país que UNA CASA ocupe el equivalente al 5% del presupuesto de Obras Públicas para todo el año 1984. El país tiene derecho a conocer los secretos de gastos que no corresponden al estilo modesto que ha caracterizado a nuestras FF.AA.”.