En 2017, en medio del proceso de licitación de casinos, Enjoy presentó a la superintendencia del sector a un nuevo socio: Advent International, gestora de fondos estadounidense. Tras la estructura societaria usada por Advent para entrar al negocio había conexiones con el paraíso fiscal de Islas Caimán y con otras jurisdicciones de baja tributación –como Luxemburgo y Delaware–, además de un centenar de aportantes al fondo de quienes se desconocía el origen de su dinero. A pesar de esos antecedentes, la superintendencia optó por no fiscalizar esos capitales que entraron a Enjoy. Argumentó que Advent era un inversionista reputado, pues ya estaba bajo regulación de la SEC de Estados Unidos.
Fue una reunión de una hora. Javier Martínez Seguí, entonces presidente de Enjoy, llegó acompañado de un abogado hasta las oficinas de la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) para reunirse con la superintendenta Vivien Villagrán. Así quedó registrado en la plataforma de lobby. Según ese mismo archivo, Martínez –miembro de la familia fundadora de la cadena de casinos–, quería informar una operación con un fondo extranjero que se venía gestando al menos desde 2016, pero que recién ese segundo semestre de 2017 se empezaba a materializar. Y así fue: ese viernes 25 de agosto Villagrán recibió información sobre la entrada de Advent International a la propiedad de Enjoy.
Unos días antes de esa reunión, las sociedades controladoras de Enjoy habían cerrado el acuerdo con Advent. En esta operación la gestora de fondos estadounidense –que administra miles de millones anualmente en múltiples países– terminó adquiriendo cerca de un tercio de la propiedad de la cadena de casinos. Su entrada al negocio la hizo a través de una sociedad que constituyó en Chile: Entretenciones Consolidadas SpA, la que recibió fondos provenientes de un entramado de sociedades, algunas de las cuales pasaban por paraísos fiscales o jurisdicciones de baja tributación. A pesar de ese antecedente, y aunque los casinos están bajo permanente control para evitar eventuales delitos de lavado de activos, la superintendencia no fiscalizó en detalle el origen de esos capitales.
Entretenciones Consolidadas SpA en ese entonces pertenecía en un 100% a la sociedad AI JFK (Cayman) Limited, domiciliada en el paraíso fiscal de Islas Caimán. Esta última, a su vez, estaba bajo el dominio de un fondo de inversión domiciliado en Delaware –una jurisdicción de baja tributación en Estados Unidos–, llamado American Private Equity Fund VI Limited Parnership (LAPEF VI). En el momento de la entrada a Enjoy, LAPEF VI tenía al menos 99 aportantes diferentes. La superintendencia tampoco revisó los antecedentes de cada uno de ellos y hasta hoy se desconoce quiénes eran y el origen de sus dineros.
A través de Entretenciones Consolidadas, Advent llegó a controlar cerca de un tercio de la propiedad de Enjoy entre 2017 y 2021, según se desprende de las memorias anuales de la cadena de casinos. Después, junto con los duros problemas financieros que atravesó Enjoy, la participación de Advent se fue diluyendo y hoy rondaría solo un 3% de la propiedad.
La regulación chilena ha dotado a la SCJ de distintas herramientas para fiscalizar el origen y suficiencia de los fondos de quienes invierten en este rubro, precisamente con el objetivo de prevenir delitos como el blanqueo de capitales. El organismo cuenta con herramientas casi exclusivas. De hecho, puede hasta solicitar las cartolas bancarias de los involucrados para analizar la trazabilidad de los recursos.
Pero, la SCJ no averiguó sobre los 99 aportantes que ingresaron a Enjoy en esa oportunidad. Así lo confirmó el organismo a CIPER, indicando que no fue necesario realizar este examen porque al nuevo accionista se le reconoció como “inversionista regulado”. El argumento para darle esta categoría fue que Advent era reconocido y regulado por la Security and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos.
En los hechos, que Advent estuviese bajo la regulación de la SEC fue considerado como una suerte de “certificado de fianza”. Pero, en la SEC de Estados Unidos no hay mucha información de LAPEF VI, el fondo que representaba a los 99 aportantes y que ingresó a Enjoy a comienzos de 2018. Y hay algo aún más espinoso: uno de los oficios de la superintendencia –que citaba a Enjoy– informó que “la SEC no entrega certificaciones sobre el registro y calidades de los inversionistas regulados”. Es decir, la propia SEC no entrega un certificado de fianza sobre las entidades bajo su control.
Una comisión investigadora de la Cámara de Diputadas y Diputados –que estudió distintos movimientos de Enjoy potencialmente relacionados con el expresidente Sebastián Piñera, entre otras cosas– indicó que la SCJ no tenía atribuciones para pasar por alto el examen detallado del origen y suficiencia de los fondos de los inversionistas. Por los mismo, envió los antecedentes a la Contraloría General de la República. No obstante, un abogado especialista en casinos indicó a CIPER que la gestión de la superintendencia sí estuvo dentro de la norma.
CASI CIEN DESCONOCIDOS
En agosto de 2017 Enjoy se encontraba postulando para participar en las concesiones de explotación de distintos casinos del país. Unos días antes de la reunión en la Superintendencia de Casinos de Juego, los accionistas mayoritarios del holding –en ese momento, dos sociedades integradas por los hermanos Martínez Seguí– aprobaron un aumento de capital. Con este acuerdo pavimentaron el camino a la entrada de Advent y se lo transmitieron a Vivien Villagrán de manera verbal en la reunión realizada en la SCJ.
Dos semanas después, el 4 de septiembre de 2017, Enjoy le envió una carta a la SCJ para presentar formalmente al fondo norteamericano. En ese documento describió que el ingreso de Advent se realizaría a través de una sociedad chilena llamada Entretenciones Consolidadas SpA. Esta última, informó, tenía una estructura de propiedad compuesta por una cascada de seis sociedades: cuatro domiciliadas en Delaware (Estados Unidos), una en Luxemburgo y otra en Islas Caimán (ver documento).
Delaware es un estado de Estados Unidos calificado por la prensa internacional como un “paraíso fiscal” por la baja tributación que ofrece a las empresas. Luxemburgo e Islas Caimán fueron descritas en el último informe de Tax Justice Network (la Red para la Justicia Fiscal) como jurisdicciones que facilitan la pérdida de ingresos fiscales de los gobiernos del mundo. En el ranking que elabora esa entidad, Islas Caimán aparece como uno de los lugares con mayor secreto financiero.
Advent escogió operar en Islas Caimán para ingresar a Enjoy. A través de la sociedad AI JFK (Cayman) Limited, figuraba como dueño del 100% de Entretenciones Consolidadas SpA al momento de la operación. Y si una sociedad ubicada en Islas Caimán ya podría haber motivado a la SCJ a hacer una fiscalización exhaustiva respecto del origen y suficiencia de los fondos, lo que se supo posteriormente tentaba con acrecentar esa voluntad.
Respecto de AI JFK (Cayman) Limited, en el primer documento enviado por Enjoy se informó que era controlada por un fondo domiciliado en Delaware, llamado American Private Equity Fund VI Limited Parnership (LAPEF VI). No aparecía nada relacionado a la cantidad de aportantes o personas involucradas en él.
En la SCJ no investigaron a los 99 aportantes de LAPEF VI. Así lo informaron a CIPER: “Advent fue reputado como inversionista regulado, aplicando el procedimiento establecido en la Metodología de Evaluación de Ofertas Técnicas de los procesos de otorgamiento de permisos de operación de casinos de juego, en el marco de las facultades de este organismo, herramienta que ha sido utilizado con otros operadores. En este contexto, no es parte de este procedimiento realizar una revisión de los aportantes a un fondo de inversión cuando su estructura de administración corresponde a la de un inversionista regulado”.
Casino Enjoy en Viña del Mar
La Superintendencia de Valores y Seguros (SVS, hoy Comisión para el Mercado Financiero, CMF) pidió más detalles sobre los aportantes. El estudio de abogados Claro y Compañía, que fue representante de Advent en esta transacción, respondió a la SVS el 29 de diciembre de 2017. En su comunicación, el bufete indicó que la propiedad de LAPEF VI se encontraba “altamente dispersa”:
“En efecto, LAPEF VI cuenta con 99 limited partners (aportantes), de los cuales sólo cuatro tienen más de un 5% de la propiedad de LAPEF VI. De esos cuatro limited partners que tienen más de un 5% de la propiedad, el limited partner con mayor participación en la propiedad de LAPEF VI alcanza un 9,52%” (ver documento).
En esta respuesta a la SVS no se incorporó la nómina de los aportantes. Menos se informaba acerca del origen de los fondos de cada uno de ellos. En el sitio web de la SEC (EE. UU.) tampoco es posible ver a los 99 participantes que había a esa fecha en LAPEF VI, mientras que en el registro de compañías en Delaware solo figura su constitución, donde se entregan unos pocos detalles.
CIPER le consultó a Enjoy y a Advent respecto de los antecedentes que había entregado a la SCJ sobre este casi centenar de inversionistas que de forma indirecta participaron en Enjoy, sin obtener una respuesta concreta. Desde Enjoy se limitaron a señalar que están “sujetos a las normativas contenidas en la Ley de Casinos y en la Ley de Mercado de Valores, entre otras; las que son aplicadas por sus Reguladores, y respecto de las cuales siempre ha existido un cumplimiento irrestricto por parte de la empresa”. En Advent tampoco contestaron específicamente esta consulta, e indicaron que como inversionistas están vigilados “por la Securities and Exchange Commission (SEC) en Estados Unidos” y que su ingreso a la cadena de casinos estuvo aprobado por la SCJ.
En relación con su cascada de compañías para llegar a Enjoy (constituidas en Luxemburgo, Delaware e Islas Caimán), en Advent afirmaron que es lo que usualmente “el Fondo estructura para hacer sus inversiones en los diferentes países del mundo, los cuales cumplen con los más altos estándares”.
Cuando el estudio Claro y Compañía envió a fines de 2017 a la SVS el dato sobre la cantidad de aportantes, la Superintendencia de Casinos de Juegos ya había dado el visto bueno a la transacción entre Advent y Enjoy, y la oferta pública de acciones en el mercado bursátil ya estaba andando desde el 11 de diciembre.
EL VEHÍCULO DE ENJOY PARA ENTRAR SIN FISCALIZACIÓN
Para Advent era nuevo esto de invertir en Chile. Así lo afirmó Mauricio Salgar, de Advent Colombia, el 22 de agosto de 2017 cuando dieron a conocer públicamente la operación. “Esta transacción será nuestra primera inversión directa en Chile y en la creciente industria de entretenimiento”, dijo, y agregó que creían “que Enjoy se encuentra bien posicionado para seguir capturando oportunidades de crecimiento a través de una variedad de iniciativas”.
Luego de este anuncio comenzó la correspondencia entre la Superintendencia de Casinos de Juego y Enjoy, que sucedió al menos entre el 4 de septiembre y el 23 de noviembre de 2017. Tuvo su inicio con la presentación de los antecedentes de Advent por parte de la compañía que entonces controlaba la familia Martínez, donde se informaba su estructura de propiedad, y terminó con la SCJ dando por cumplida la exigencia de origen de los dineros del nuevo inversionista, sin necesidad de una fiscalización exhaustiva.
En su primera carta a la SCJ, Enjoy incluyó el apartado de sus estatutos que podía eximir a Advent de una revisión profunda. Lo citó para que fuera considerado. Era su artículo sexto, en el que se afirmaba que cualquier adquisición en la propiedad de Enjoy que superara el 5% –como era el caso de Advent– debía ser informado a la superintendencia “para efectos de que ejerza sus facultades de fiscalización que le concede la legislación de casinos de juego”. Sin embargo, en el mismo se agregaba un párrafo donde se exceptuaba de este análisis a los “inversionistas institucionales”.
Este tipo de inversionistas están definidos por la CMF como organizaciones que gestionan “grandes volúmenes de activos” (bancos, compañías de seguro, administradoras de fondos, AFP y otras). Tener esta credencial entrega una supuesta certeza de que los recursos de un actor ya se encuentran vigilados. Pero en la ley de funcionamiento de casinos no se le faculta a la superintendencia para determinar si un nuevo accionista tiene o no esta condición, por lo que dentro del organismo público se empezaron a hacer las consultas respectivas.
El 22 de septiembre de 2017, el entonces jefe de la división de fiscalización señaló que no le correspondía a su departamento pronunciarse “en cuanto a la situación de excepción invocada por la empresa, dado que se trata de una interpretación de la norma, y es por tanto, estrictamente jurídico”.
El intercambio entre Enjoy y la superintendencia continuó, y finalmente el 23 de noviembre de ese año se le reconoció la calidad de “inversionista institucional” a Advent, dando por cumplido la necesidad de estudiar el origen y suficiencia de los fondos que iba a aportar. Así quedaron los 99 aportantes que participarían indirectamente en la cadena de casinos sin ser examinados.
Uno de los documentos más relevantes que acompañó Enjoy en el proceso con la SCJ fue para acreditar que Advent estaba incorporado en la Security and Exchange Commission (SEC), de Estados Unidos. “Se reputó como inversionista regulado, tras acompañar una serie de documentación que fue requerida por esta Superintendencia, la que da cuenta del origen de los fondos a disponer, ya acreditado por otros reguladores a nivel internacional. En particular, de la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos –SEC– (simil CMF en Chile)”, dijeron desde la SCJ a CIPER.
Pero la SEC no acredita la calidad de los inversionistas que regula, tal como se reconoció en medio de este mismo proceso entre 2017 y 2018. CIPER le consultó a la superintendencia de qué servía, entonces, el hecho de ser regulado ante la SEC como garantía, y respondieron que “si bien la Securities and Exchange Commission (SEC) no entrega certificaciones sobre el registro y calidad de los inversionistas regulados, sí es posible acreditar la calidad de inversionista regulado a través de la entrega de antecedentes y documentos que lo sustenten. Este es el caso de Advent quien además entregó un certificado apostillado de estatus de registro ante la SEC la que es posible visualizar desde el sitio web de ese organismo y que ha sido ratificado por un notario en Chile. Es decir, la Superintendencia tuvo constancia de la calidad de inversionista regulado ante la SEC”.
CIPER consultó también a la SCJ si el dinero que capitalizó Enjoy a inicios de 2018 había ingresado por medio de la sociedad domiciliada en Islas Caimán hacia la chilena Entretenciones Consolidadas SpA. “Esta Superintendencia no mantiene información al respecto, ya que no está en el ámbito de sus facultades, la que debería constar en los registros de ingreso de los capitales a través del mercado cambiario formal, registros del Banco Central de Chile y la CMF”, contestaron. Desde la CMF indicaron que no posee información “sobre los recursos que Entretenciones Consolidadas SpA habría aportado a Enjoy en la capitalización mencionada. No es información que la Comisión requiera verificar del proceso de aumento de capital”. Por último, desde el Banco Central aseguraron que no pueden referirse a operaciones específicas, pero que “a modo general, podemos indicar que la empresa Entretenciones Consolidadas SpA registra operaciones de cambios internacionales reportadas durante los años 2017 y 2018”.
DISCREPANCIAS EN LA CALIDAD DE “INVERSIONISTA INSTITUCIONAL”
La conclusión de la comisión investigadora de la Cámara de Diputadas y Diputados fue tajante: no estaba dentro de las atribuciones de la Superintendencia de Casinos de Juego eximir del proceso de fiscalización a Enjoy. En su informe final, indicaron que la norma “no especifica ninguna excepción, por lo que cabe concluir que la evaluación a Advent igualmente debió haber sido realizada, independiente si el regulador norteamericano realizó o no una evaluación similar”.
Un abogado especialista en regulación no está de acuerdo con esta conclusión, y afirmó a CIPER que “la legislación contempla facultades inspectoras para la SCJ, que, por su naturaleza, son discrecionales en su ejercicio. Aun así, que sean discrecionales no significa que sean fruto de arbitrariedad. De lo que se ha visto se observa que se habría, además, seguido una normativa interna de la SCJ, la que busca, precisamente, evitar arbitrariedades y tratar de igual manera a entidades fiscalizadas”.
Por último, la SCJ explicó a CIPER que ellos contaban con la facultad de considerar como “inversionista institucional” a Advent porque se consideró en las bases del concurso para la adjudicación de la concesión de los casinos realizado entre 2016 y 2018, y por lo mismo, “se consideraron los antecedentes que en dicha metodología se utilizan para reputar como inversionista regulado” (ver intercambio de preguntas y respuestas entre CIPER y la SCJ).
La comisión de la Cámara de todas formas envió este y otros antecedentes –que no se relacionan al ingreso de Advent a Enjoy– a la Contraloría General de la República. Desde esta última entidad confirmaron a CIPER que existe una auditoría en ejecución, cuyo objetivo es examinar “las actividades de control ejecutadas por la Superintendencia de Casino de Juegos para fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones de las entidades operadoras de casino, conforme a la normativa que rige la materia, para el período comprendido entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de marzo de 2021”.