Sesgos, falsedades y prejuicios ante el trabajo constituyente: así comentan las redes
22.04.2022
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
22.04.2022
La tendencia a compartir información falsa o equivocada sobre el proceso constituyente según sesgos personales es una de las principales conclusiones de una encuesta difundida este mes por la empresa Datavoz (y que, paradójicamente, se difundió en medios y redes a través de un titular desajustado de sus contenidos). Los autores del estudio comparten en columna para CIPER sus características y resultados, con algunas conclusiones elocuentes: «La autoclasificación política (en “izquierda” y “derecha”) o, en menor medida, el voto hecho en el plebiscito de entrada (“apruebo” o “rechazo”) terminan siendo variables importantes para explicar lo que la gente está considerando como “verdadero” o “falso” en la información que consume.»
A inicios de mes dimos a conocer una encuesta hecha en febrero sobre divulgación de noticias falsas en torno a la Convención Constitucional (CC). Paradójicamente, la información de la encuesta se expandió rápidamente debido a una noticia falsa sobre su contenido destacada en su titular por un medio web. A continuación, resumimos la historia verdadera y lo que entendemos está detrás de la historia falsa.
El debate constituyente al interior de la CC concluirá en la práctica el viernes 6 de mayo, pero la orientación del texto de su propuesta de nueva Constitución no variará sustantivamente hasta entonces. Por ello podemos afirmar que el proceso constitucional ya se encuentra de pleno en su etapa comunicacional; esto es, en la etapa en que defensores de las opciones de «Apruebo» y «Rechazo» en el plebiscito de salida despliegan su batería de argumentos para convencer a los indecisos de apoyar su postura. Es en este período en el que se intensifica la circulación de informaciones inexactas o definitivamente falsas sobre el proceso constitucional, el texto propuesto y los escenarios políticos que se abrirían si se impone una opción o la otra.
Anticipando que estos escenarios ocurrirían, en febrero pasado hicimos una encuesta [1] en la que les preguntamos a las personas de forma directa e indirecta si alguna vez habían compartido en general —sin especificar el medio— información sobre la CC que resultara ser falsa (por diseño, nuestra indagación no nos permitiría saber si se enteraron de tal falsedad antes o después de compartirla, por lo que la pregunta no puede servir para medir intenciones). Fue una consulta formulada tanto de manera directa («¿ha compartido usted información falsa…?») como indirecta, buscando así mayor precisión en las respuestas (pues por regla general a las personas no les gusta reconocer haber hecho algo indebido). En el segundo caso, se trató de un experimento de lista. Les pedimos a las personas que leyeran una lista de acciones y respondieran cuántas de ellas habían hecho. Pero a algunas les mostramos una lista de cinco acciones y a otras sólo de cuatro (el azar determinó quién recibía qué lista). La frase que hacía la diferencia era: «Difundió comentarios o noticias que resultaron ser falsas o erróneas».
El resultado fue elocuente. En la pregunta directa solo un 5% de los encuestados reconoció haber compartido noticias que resultaron ser falsas. En cambio en la versión indirecta, el resultado del experimento de lista subió el porcentaje a un 30%; es decir, tres de cada diez personas que hasta febrero pasado habían compartido información sobre la CC contribuyeron de algún modo a difundir datos inexactos sobre el proceso constituyente.
Estimamos que esa comunicación inexacta o falsa, y por lo tanto de confusión sobre el proceso constituyente, es una tendencia —intencional o no— ya instalada, que no hará más que aumentar en la etapa comunicacional previa al plebiscito de salida del 4 de septiembre.
Que una persona contribuya con sus acciones a que circulen noticias falsas es diferente de cómo las personas forman su opinión sobre el proceso constituyente. Para este segundo caso, en nuestra encuesta indagamos además sobre la exposición a noticias falsas y la reacción de los encuestados ante ellas.
Lo primero a destacar es que aun cuando un 30% de los encuestados reconoce haber divulgado noticias sobre la CC que resultaron ser falsas, un 58% de ello/as afirma haber conocido alguna información falsa sobre el mismo tema (un 48,6% de este total identificó a las redes sociales como el medio en que se enteró por primera vez de esa noticia; y un 21,9%, a la televisión).
Ahora bien, ¿Qué es lo que un encuestado considera como verdadero o falso? Presentamos un set de tres afirmaciones seleccionadas de manera aleatoria sobre un total de seis afirmaciones que presentaban información de manera tendenciosa, haciendo eco de noticias erróneas o equívocas que han circulado desde el inicio del proceso constituyente (del tipo «Los constituyentes eliminaron la libertad de enseñanza de la nueva Constitución»; o «Los grandes medios de comunicación desprestigian intencionalmente el trabajo de la Convención»). Para cada afirmación, los encuestados debían responder si la frase les parecía «Definitivamente falsa», «Probablemente falsa», «Probablemente verdadera» o «Definitivamente verdadera».
El resultado se resume en la Tabla 1, la cual da cuenta de «sesgos de confirmación» que hacen que la gente crea como verdaderas aquellas afirmaciones que más se parecen a sus preconcepciones. Como puede observarse, la autoclasificación política (en «izquierda» y «derecha») o, en menor medida, el voto hecho en el plebiscito de entrada («apruebo» o «rechazo») terminan siendo variables importantes para explicar lo que la gente está considerando como «verdadero» o «falso» en la información que consume.
El estudio recién descrito fue publicado por primera vez la primera semana de abril en el sitio La Neta, pero no fue sino hasta el día 10 de abril que la atención mediática se intensificó producto de una confusión. La razón de la atención mediática fue que un medio de prensa (El Mostrador) tituló del siguiente modo una nota sobre la encuesta:
«Encuesta revela que mitad de la información que circula en RRSS sobre la Convención es falsa».
Aunque El Mostrador corrigió el error durante la tarde (cambió su título a «Encuesta revela que más de la mitad de quienes se informan en RRSS sobre la CC ha recibido información falsa»), a esas alturas algunos constituyentes ya lo habían comentado en sus redes sociales y/o en programas de televisión de debate político. Otras figuras políticas, medios de prensa y público en general también divulgaron la noticia falsa. Aún pueden encontrarse algunos ejemplos en internet (por ejemplo, en Twitter persisten varios ejemplos de mensajes al respecto que no han sido borrados).
La idea errónea instalada durante un día en parte de la prensa y de la población de que la mitad de las noticias que circulan sobre la CC son falsas es algo que no sólo no dice la encuesta de Datavoz, sino que además estimamos que es imposible de medir mediante una encuesta de opinión. El contenido de la citada nota de El Mostrador tenía información correcta, pero en redes sociales las personas eligieron divulgar el titular erróneo motivadas por sus propios sesgos de confirmación; unos para denunciar campañas de desprestigio contra la CC, y otros para atacar al mensajero (nosotros).
Si en febrero pasado ya había un tercio de personas que compartían noticias falsas sobre la CC y si ello parecía estar motivado por sesgos de confirmación, cabe esperar que en una etapa de campañas por el voto en el plebiscito de salida todo lo anterior se intensifique. Si ello ocurre, estamos frente a un problema: el proceso constituyente puede entrar en un intenso y progresivo desorden informativo en el que las partes involucradas (votantes, medios de comunicación y autoridades) tendrán una cuota de responsabilidad. Evitarlo requiere acciones decididas por informarse bien y contenerse de reproducir información sin verificar las fuentes. Contener las pasiones, hacer una pausa frente a titulares llamativos, y tomar conciencia del daño que puede hacer el flujo de información falsa contribuirá a que la última etapa de este proceso hacia una nueva Constitución canalice en diálogos y acuerdos las diferencias políticas y sociales que hoy separan a los habitantes de Chile.
[1] Ficha técnica | Características del estudio: «Información y Proceso Constituyente» (a cargo de Datavoz y la ONG Derechos Digitales) (descargar resultados en .pdf aquí).
* La solicitud de mayores antecedentes respecto al estudio y sus resultados puede realizarse por correo a Joao Acharán (j.acharan@datavoz.cl).