CONOCE LO ÚLTIMO DE LA DISCUSIÓN CONSTITUCIONAL EN "LABOT CONSTITUYENTE":
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22.10.2021
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CONOCE LO ÚLTIMO DE LA DISCUSIÓN CONSTITUCIONAL EN "LABOT CONSTITUYENTE":
22.10.2021
Antes que todo, quería disculparme por no avisar que el viernes pasado no habría newsletter y agradecer a todas las personas que me echaron de menos. No escribí porque la semana anterior fue territorial, por lo tanto la Convención Constitucional (CC) no sesionó. Pero los convencionales ya están de vuelta y yo también.
A las 15:38 del lunes 18 de octubre, la presidenta Elisa Loncon hizo tañer las campanillas del hemiciclo y dio oficialmente inicio al debate constitucional. Era un día simbólico, pues se conmemoraba el segundo año del inicio del estallido social que gatilló el proceso constituyente.
La primera actividad de los constituyentes ese día fue reunirse para escuchar los discursos de los siete integrantes de la mesa ampliada de la Convención, que hablaron por turnos en el podio del hemiciclo. Hubo cambios de última hora, porque la idea original era que cada uno leyera un trozo de un mismo discurso. Sin embargo, el vicepresidente adjunto Rodrigo Álvarez (UDI) –el único representante de derecha en la mesa–, se opuso pues no estaba de acuerdo con el texto completo y no quiso leer su parte. Finalmente, ese mismo día se llegó a un acuerdo y se optó por discursos separados. Álvarez, a diferencia de sus colegas, subrayó que habría preferido que el debate constitucional no coincidiera con el 18 de octubre (puedes ver el video más abajo).
Avanzó por dos carriles distintos. El mismo lunes comenzaron a constituirse las siete comisiones permanentes que escribirán las normas constitucionales. Además, a partir del miércoles el pleno se reunió en las mañanas para que cada uno de los constituyentes hiciera su “discurso de apertura” en cinco minutos. Ese proceso sigue en curso, pues entre todos suman 770 minutos, casi trece horas.
A partir de ahora, la Convención tiene poco más de ocho meses para presentar una propuesta, que será plebiscitada para aprobar o rechazar el nuevo texto constitucional.
Todavía no. Estos días se dedicaron a organizarse. Debían elegir a sus coordinadores, además de sus representantes en la Comisión de Participación Popular y de Transversalización, que deberá identificar duplicaciones o divergencias, además de velar por que las normas tengan enfoque de derechos humanos, género, inclusión, plurinacionalidad, socioecológico y descentralización.
La elección de los coordinadores fue lo más sensible y todas las fuerzas políticas hicieron lo posible por tener representantes en esa instancia. El resultado no refleja los equilibrios políticos de la Convención. De partida, la derecha, pese a tener 37 representantes (es el comité más grande), contó con cero apoyos adicionales para elegir algún coordinador. Sin embargo, sus votos fueron clave para escoger a quienes consideran el “mal menor”, lo que tendió a moderar el resultado.
El Frente Amplio fue el gran ganador, pues consiguió que 5 de sus 16 convencionales asumieran una coordinación: Christian Viera, Beatriz Sánchez, Jennifer Mella, Ignacio Achurra y Damaris Abarca. Sin embargo, ese grupo también perdió a Fernando Atria, que para ellos era prioritario a la cabeza de la Comisión de Sistema Político. Los electos en esa comisión clave fueron Ricardo Montero (Colectivo Socialista) y Rosa Catrileo (Pueblo Mapuche). “Venimos a dialogar y salir de las trincheras”, dijo ella.
Los otros colectivos se reparten así en las coordinaciones: Pueblos Originarios, Colectivo Socialista y Movimientos Sociales obtuvieron dos cargos, mientras que el Partido Comunista, Pueblo Constituyente e Independientes No Neutrales se quedaron con una coordinación cada uno.
Al final de este texto puedes ver el mapa de las comisiones y sus coordinadores.
En general sí, aunque en la Comisión de Sistemas de Justicia me tocó ver uno de los enfrentamientos más duros desde el inicio de la Convención. Desde un comienzo la votación estuvo trabada y nadie conseguía los apoyos necesarios para resultar electo. Después de la quinta votación, el convencional Ruggero Cozzi (RN) pidió la palabra para “explicarle a la gente” lo que estaba pasando. Denunció que se estaban realizando funas y amenazas para determinar el voto, acusación que fue respaldada por Ruth Hurtado (ind., cercana al Partido Republicano).
“Me siento interpelada”, respondió Natividad Llanquileo (Pueblo Mapuche), quien relató lo que le había dicho a las convencionales Vanessa Hoppe y Manuela Royo (ambas de Movimientos Sociales). “Dicen ser defensoras del pueblo mapuche y en este momento están apoyando a una persona que se encuentra con una causa abierta por violaciones a los derechos humanos, siendo un ex fiscal y quien solicitaba más de 100 años de cárcel para personas del pueblo mapuche”. Tanto Hoppe como Royo reaccionaron enojadas, diciendo que ni siquiera habían votado por esa persona.
El aludido pero no nombrado era Andrés Cruz (Colectivo Socialista). Como fiscal, Cruz pidió 102 años de cárcel para el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, quien junto a otros 15 comuneros fue acusado de asociación ilícita terrorista, entre otros 10 delitos. Cruz consiguió una condena de 25 años para Llaitul en primera instancia, los que luego fueron rebajados a 14 años y a los que posteriormente se les descontaron otros 5. Por considerar que no se respetaron las normas del debido proceso, en 2012 los condenados recurrieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. A eso se refería Natividad Llanquileo cuando dijo que Cruz era investigado por violaciones a los DDHH. Llanquileo, quien es abogada, fue vocera de los presos de la CAM, por lo que conoce de primera mano el caso.
Volviendo a la Comisión de Sistemas de Justicia, lo que pasó después fue que en la siguiente votación Cruz comenzó a perder apoyo. Los coordinadores electos fueron Vanessa Hoppe (Mov. Soc.) y Christian Viera (FA).
Según el reglamento de la Convención, los discursos de apertura dan inicio al debate constitucional y en ellos los convencionales deben expresar “las diversas visiones sobre las ideas, principios y valores que, a su juicio, deberían inspirar a la Constitución Política”. Cada uno interpretó a su modo esta definición amplia.
Muchos convencionales se enfocaron en sus experiencias de vida y cómo éstas los habían llevado hasta la Convención. Por eso hubo discursos emotivos y varios convencionales se quebraron.
A mí me llamó la atención el de Giovanna Grandón, la famosa Tía Pikachú, quien mantiene un bajísimo perfil en la CC y rara vez habla. “Yo no soy de discursos, ustedes saben que soy de bailar y dar alegría”, comenzó la educadora de párvulos que solía manejar una liebre escolar. Habló de sus orígenes en la población de Lo Hermida, su rol en el estallido social, y abogó por la capacidad de ponerse de acuerdo para buscar el bien común, reconociendo las diferencias con empatía y respeto.
También emocionó el discurso de Tiare Aguilera, quien enumeró las veces que el pueblo Rapanui ha sido traicionado por los chilenos y relató la forma en que habían intentado arrebatarles su identidad. Otro discurso que me sorprendió fue el del mapuche Adolfo Millabur, quien creo que fue el único que no leyó y, como antiguo político, hizo gala de un gran talento de oratoria. “Aquí les traigo una carta”, comenzó, y relató la opresión histórica que ha vivido su pueblo y la forma en que les arrebataron las tierras. “Los pueblos originarios no somos la minoría”, exclamó, y ofreció la cosmovisión de su cultura sobre la naturaleza, por sobre la mirada eurocéntrica de los ecologistas. Al igual que el resto de los escaños reservados, abogó por una constitución plurinacional.
Los convencionales del grupo llamado ecoconstiuyente inventaron un eslogan que repitieron en todos sus discursos y que es probable que sea uno de los sellos del proceso: “La única solución es la ecoconstitución”.
No hubo tantas referencias como yo esperaba a propuestas específicas para la nueva Constitución. El vicepresidente Jaime Bassa fue una de las excepciones, al anunciar que trabajará por un sistema parlamentario unicameral con mecanismos de democracia directa. Otro que se inclinó por el fin del presidencialismo fue Mauricio Daza, pero se mostró abierto tanto a un sistema semi presidencial como parlamentario.
La derecha intentó posicionarse como la defensora de la libertad, pero los distintos sectores del bloque expresaron claras diferencias. Mientras Evópoli y Renovación Nacional se mostraron más conciliadores, promoviendo acuerdos con los ojos puestos en el éxito del proceso, otros fueron derechamente confrontacionales. Quizás la más dura fue Katherine Montealegre (UDI), quien repitió varias veces que “avanza una Convención tramposa” y acusó que los convencionales de izquierda construyeron un muro para dividir, en vez de la casa común que anunciaron.
Han hecho muchos esfuerzos por mostrarse unidos. Incluso grabaron un video todos juntos para dar una señal en ese sentido. La semana pasada también lograron ponerse de acuerdo para recurrir a la Corte Suprema por estimar que el reglamento aprobado no cumplía las normas constitucionales. Sin embargo, tal como te adelanté, no consiguieron las 39 firmas necesarias.
Mi primera lectura fue que esa era una mala jugada, porque quemaron el único cartucho que tenían, pero son varios los que creen que no fue un error. Lo que me explicaron es que los votantes de derecha esperaban que los convencionales del sector recurrieran a la Suprema y era necesario que quedara claro que lo intentaron y que no tienen el apoyo suficiente.
A propósito del aniversario del 18-O, en mi proyecto Documenta publiqué tres reportajes sobre violaciones a los derechos humanos que te pueden interesar. En mi historia robotizada te cuento de qué se tratan y te dejo los links para que los leas: