Guerrilla digital contra la Convención Constituyente
13.09.2021
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13.09.2021
Se presentan aquí los resultados de un estudio que analiza las menciones en redes sociales sobre la Convención Constituyente durante diez semanas (1 de julio al 8 de septiembre de 2021). La insistencia en palabras y fórmulas de ataque califica, según los autores, de una «guerrilla digital», que copa la agenda, desvirtúa la realidad online y puede llegar a tener grandes consecuencias sociales y políticas.
(*)TRANSPARENCIA: Los autores no trabajan, comparten ni reciben financiamiento de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo. Además, no deben transparentar ninguna militancia política ni afiliación relevante, más allá de su condición de académico/a o investigador/a.
Mientras en el ex Congreso los constituyentes debaten y enfrentan ideas para definir los mecanismos con los que se dará forma a una nueva Constitución para Chile, también en el mundo digital se despliega un enfrentamiento paralelo, el que cada vez más toma ribetes de guerrilla[1].
Si bien Twitter siempre se ha caracterizado por fomentar el debate digital respecto a diversos temas, desde hace un tiempo vienen formándose grupos que actúan de manera organizada para atacar a individuos o grupos determinados. Hoy en Chile, ese grupo bajo ataque es la Convención Constituyente (CC), tal y como da cuenta el investigador Pedro Santander en una columna reciente. Desde Fundación Interpreta venimos denunciando este fenómeno desde antes del plebiscito del Apruebo/Rechazo. En la columna «La red social Twitter y el proceso constituyente: El caso de las cuentas anómalas» dimos cuenta hace once meses de una acción coordinada para posicionar la postura del «Rechazo» como mayoritaria en redes sociales, a través del uso de cuentas anómalas y acciones organizadas de copamiento de la agenda. Pero eso fue solo el inicio.
Encontramos luego una actividad similar al analizar cuentas con hashtags que pedían la destitución de Elisa Loncón [ver] y Teresa Marinovic [ver].
En los últimos días, y con la revelación de que el constituyente Rodrigo Rojas Vade había construído toda su campaña política en base a un cáncer que jamás existió, los ataques en contra de la Convención Constituyente (CC) se incrementaron en más de 1.500 por ciento. Esto comenzó a escribir un nuevo capítulo de lo que a estas alturas ya es una verdadera guerrilla digital, transversal entre colores políticos. Analizamos a continuación las palabras, frases y hashtags que pueden ayudar a entender este fenómeno en profundidad:
En la lista se incluyen palabras como: ‘indigente’, ‘picante’, ‘flaite’, ‘rasca’, ‘cuma’, ‘flaitongo’, ‘torrante’, ‘simio’, ‘zurdo’, ‘facho’, ‘idiota’, ‘resentido’, ‘lacra’, ‘mugriento’, ‘hediondo’, ‘incompetente’ y ‘basura’; entre otras del mismo estilo, y solo dentro del universo de menciones a la CC. Además, se incluyen hashtags cuyo único fin es atacar a la Convención, tales como #circoconstituyente, #constituyentesflaites y #basuraconstituyente.
No se están capturando aquellas menciones que critican la labor de la Convención ni de los constituyentes sin utilizar este tipo de epítetos, garabatos y denostaciones, pues se entienden como críticas normales dentro de una democracia participativa y no como ataques. Algunos ejemplos de esto último aparecen a continuación:
Los momentos que generaron un peak largaron el 4 de julio, cuando se dio inicio al trabajo de la Convención Constituyente con una ceremonia oficial: ese mismo día ya se difundía el hashtag #circoconstituyente, aunque con ataques no superior al 6 por ciento del total de menciones, debido al alto volumen de publicaciones registradas.
Hubo un segundo peak el 7 de julio, con 18.521 menciones con el hashtag #constituyentesflaites. No había ocurrido ningún hecho particular al cual atribuírselo; más bien fue un movimiento coordinado en redes sociales para posicionarlo y atacar a la CC.
El 30 de julio llegó una nueva cumbre en las menciones de ataque, cuando los constituyentes Giovanna Grandón y Cristóbal Andrade llegaron disfrazados a las sesiones de la Convención. Trece días más tarde (12/8) se rechazó la reducción en las asignaciones de los consituyentes, de acuerdo a la Ley de Presupuesto, justo un día después de que CIPER publicase un reportaje con el conteo de veinticuatro boletas y facturas emitidas por familiares directos de candidatos a Constituyente por la Lista del Pueblo. Esto coincide con nuevos peaks de menciones de ataque.
Del período estudiado, el 7 de septiembre pasado muestra la última cumbre al respecto, cuando la mentira de Rojas Vade en torno a su cáncer seguía siendo noticia, dos días después de la entrevista que lo develó en La Tercera. El volumen de ataques en redes sociales a la CC durante esa jornada fue un 1.531 por ciento más alto que la media del periodo estudiado. Se registraron 35.024 menciones con el hashtag #alabasuralacc.
Se podría pensar que tales ataques y fórmulas de denostación a la Convención Constituyente son una parte más del debate. Pero al analizar las cifras totales, éstos componen un 12 por ciento del total de todas las menciones a la Convención, lo cual sí es significativo.
Se puede entender mejor hacia quiénes van dirigidos estos ataques si se analizan las menciones a los partidos políticos y a los pactos constituyentes con más apariciones. El resultado es que los partidos más aludidos son el Partido Comunista (47%) seguido por la UDI (10%) y la DC (9%). En el caso de los pactos constituyentes, el que se lleva la mayor parte de los ataques es Pueblo Constituyente/Lista del Pueblo (85%).
Al mirar los hashtags más difundidos, y confirmando lo constatado en los gráficos previos, encontramos que los cinco primeros están ligados y son difundidos principalmente por sectores de la extrema derecha, según detallaremos más adelante.
Extrajimos una lista con los autores que han difundido estos cinco hashtags, para así entender de quiénes se trata. La lista se compone de 15.052 usuarios activos que en el período analizado realizaron un total de 1.253.787 publicaciones con menciones a la CC. Si contrastamos con los totales generales en torno al mismo tema (229.276 autores y 3.087.985 menciones) podemos decir que un 6,6% de los autores, realiza un 40.6% del total de las menciones registradas hacia la CC. Podemos, por lo tanto, aseverar que existe un copamiento de la agenda por parte de un grupo que a todas luces es minoritario.
Pero, ¿quiénes son estos autores? Lo desciframos observando las palabras que más se repiten en sus biografías de Twitter. El tamaño de la tipografía indica cantidad de repeticiones:
Estas bio keywords nos hablan de un grupo de personas muy conservadoras, de derecha, que mayoritariamente votaron Rechazo en el plebiscito de octubre 2020, y que se definen como patriotas. Si a esto le sumamos que las personas que más los influencian —es decir a quiénes más les dan RT y «like»— son Jose Antonio Kast, Teresa Marinovic y Sergio Melnick, podemos confirmar que se trata principalmente de cercanos al partido Republicano. Los hashtags que más han difundido en las últimas semanas así lo confirman:
La guerrilla digital que se observa en contra de la Convención Constituyente se vale de estrategias como el copamiento de la agenda, cuando un número minoritario de autores ocupa la mayor parte del espectro digital, lo que representa serios peligros para el correcto desarrollo del debate público y para el normal funcionamiento de la CC.
Explica Tomás Lawrence, Director Ejecutivo de Fundación Interpreta:
«Queda en evidencia la necesidad de incidir en el debate público que tiene este sector minoritario de la población, y que se encuentra estrechamente relacionado con el Rechazo en el plebiscito de entrada. Son los mismos que insisten en generar percepciones negativas en torno al proceso constituyente, intentando desvirtuar y entorpecer el trabajo real que se ha generado. En este sentido, es que estas actividades de “guerrilla digital” logran posicionar una serie de hashtags con el fin de copar la agenda pública. El uso de hashtags y mensajes tendenciosos negativos sobre el trabajo de la CC, lo único que busca es desacreditar y quitarle legitimidad al proceso, sin siquiera generar una instancia de diálogo o procesos de análisis constructivos sobre el tema.»
Esta guerrilla digital genera también grandes consecuencias sociales y políticas. En primer lugar, produce una profunda desvirtuación de la realidad digital, al generar en determinadas jornadas la sensación de que un gran número de personas estaría «conversando» de manera agresiva y molesta sobre la Convención. Se produce así un estado de ánimo social o clima de opinión confrontacional y violento respecto al trabajo que se desarrolla en la Convención.
Los medios de comunicación de masas, cada vez más dependientes de las opiniones que emergen desde las redes, buscarán sumarse a cubrir estos fenómenos. Se invierte el agenda-setting, o enmarcamiento de los temas, y ahora son las conversaciones de las redes sociales, y no los medios de comunicación, quienes ponen los temas de conversación masivos. Así la guerrilla digital amplifica su impacto.
Esto tiene además una consecuencia política importante. Hemos visto que gran parte del activismo de los y las convencionales se da en torno a redes sociales, y particularmente Twitter. La guerrilla digital muchas veces permea sus conversaciones, y se convierte en un asunto que preocupa y que impacta también el clima del debate interno de la Convención. La guerrilla digital se transforma en un tema de la deliberación constituyente que agudiza las tensiones al interior de dicho cuerpo colegiado.
Existe, por lo demás, una línea muy fina entre estos ataques digitales que buscan denostar o ridiculizar el trabajo de la Convención y los discursos de odio. Estos últimos, son aquellas expresiones que incitan el desprecio o la violencia en contra de personas o grupos sobre la base de su raza, religión, ideología, género, orientación sexual u otra característica. Al fomentar la ridiculización y denostación contra ciertas personas se está dando un peligroso paso hacia la confrontación y discriminación, lo que sin duda es inquietante en una sociedad democrática.
Al margen de las definiciones regulatorias de este tipo de actividades, también como sociedad y como partícipes de las redes sociales, debiéramos estar alertas respecto de las implicancias que tiene la generación de estos climas de opinión negativos y desvirtuados. Generar culturas digitales tolerantes depende también de las actitudes que asumamos en el uso de este tipo de tecnologías.
[1]Utilizamos el concepto «guerrilla digital» debido a las estrategias poco convencionales de comunicación y difusión que se observan, tales como la utilización de identidades digitales falsas, el posicionamiento de hashtags de manera coordinada y planificada, la presencia de cuentas anómalas, etc.