CONOCE LO ÚLTIMO DE LA DISCUSIÓN CONSTITUCIONAL EN "LABOT CONSTITUYENTE":
🤖 Obstáculos en el camino: la mentira de Rojas Vade y el choque con los PPOO
10.09.2021
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
CONOCE LO ÚLTIMO DE LA DISCUSIÓN CONSTITUCIONAL EN "LABOT CONSTITUYENTE":
10.09.2021
Se suponía que sería una semana relajada en la Convención Constitucional y hasta pensé que tendría pocas novedades que contarte. Me equivoqué. Según el cronograma acordado, entre lunes y miércoles los convencionales tendrían tiempo de analizar las propuestas de reglamento y preparar indicaciones. Durante el jueves y viernes, deliberarían y votarían en general dichas normas. Pero las cosas no resultaron según lo planificado.
El sábado explotó una bomba inesperada: La Tercera descubrió que el convencional y vicepresidente adjunto Rodrigo Rojas Vade no tiene cáncer. Rojas fue uno de los símbolos del estallido social y acudía a las manifestaciones con un catéter a la vista para denunciar la injusticias del sistema de salud. Ese fue un tema central de su campaña como candidato de La Lista del Pueblo y también motivó colectas para poder financiar sus supuestos tratamientos. La noticia de que no tenía cáncer golpeó a todos en la CC –a algunos desde lo humano, por la cercanía con Rojas–, sobre todo por el daño al proceso constituyente y a la fe pública.
Luego de una declaración bastante tibia, la mesa ampliada de la CC presentó una denuncia penal, debido a que en su declaración de patrimonio Rojas incluyó una deuda de $27 millones que atribuyó a un “tratamiento de quimioterapia contra el cáncer”, lo que podría ser calificado de perjurio. La presidenta Elisa Loncon y el vicepresidente Jaime Bassa debieron ratificar la denuncia ante la PDI. Los distintos grupos políticos emitieron declaraciones condenando la mentira. Los últimos en hacerlo fueron los ex compañeros de Rojas en La Lista del Pueblo.
Es difícil responder eso. Diría que hay bastante consenso en que debe dejar la Convención, pero no hay una salida legal simple para que lo haga. “Estamos en un zapato chino”, me resumió esta semana un convencional. La Constitución establece que para la remoción y reemplazo de los convencionales se aplican las mismas normas que rigen a los parlamentarios, las que tienen bastantes limitaciones. Rojas dijo a La Tercera que creía que debía salir de la Convención, pero sólo se permite la renuncia por una enfermedad grave que le impida ejercer el cargo, lo que debe ser ratificado por el Tribunal Constitucional (TC). Eso tiene dos problemas en este caso: no está claro que tenga una enfermedad con esas características y el TC no tiene atribuciones sobre la Convención. Por ahora, Rojas está con licencia médica por 15 días (la presentó el miércoles).
Convencionales, abogados y asesores se han quebrado la cabeza buscando salidas. Los más legalistas creen que la única posibilidad es que el Congreso haga una reforma constitucional –ya hay una propuesta de diputados de Renovación Nacional–, pero eso tiene el inconveniente de que no se sabe cuánto tardaría. Además, abrir la posibilidad de renuncia para cargos de representación es una idea controversial.
Varios creen que basta con aprobar el reglamento y aplicarlo. En la propuesta actual –que aún puede recibir indicaciones– la norma es igual a la de la Constitución, pero es el pleno de la Convención –y no el TC– el que debe validar la gravedad de la enfermedad.
De todos modos el quebradero de cabeza perdió algo de sentido la tarde del jueves, cuando Rojas emitió una declaración de la que se puede concluir que no está en sus planes renunciar, pues dice estar dispuesto a recibir sanciones éticas. En ese escenario sólo quedaría que la justicia opte por desaforarlo, algo que no se ve demasiado probable ni cercano.
Por último, en caso de remoción o renuncia, el reemplazo es igual de complejo: la Constitución no contempla esta opción para los independientes y aunque esa posibilidad se incluyó en el reglamento, podría ser inconstitucional.
El miércoles en la noche se inició una polémica que ha sido quizás la más compleja hasta ahora dentro del trabajo de la Convención propiamente tal. El gatillante fue un correo electrónico que la secretaría de la mesa envió a los convencionales: ahí se detallaban los artículos reglamentarios que debían ser votados con un quórum de dos tercios al día siguiente. Se trataba de una propuesta que el secretario John Smok había presentado a la mesa ampliada, pero que según dijeron sus integrantes después, no revisaron a fondo porque estuvieron ocupados con el caso Rojas.
La lista de artículos indignó a muchos de los convencionales, especialmente a los representantes de pueblos originarios, que a la hora de recibir el correo electrónico estaban reunidos analizando cambios al reglamento de consulta y participación indígena (ya te cuento más sobre eso). Cinco de los artículos de dicha propuesta estaban en la lista de los dos tercios y el propio secretario Smok tuvo que hacerse presente en la reunión para conversar con los convencionales.
La Constitución dice que deben aprobarse por dos tercios las normas constitucionales y las reglas de votación de esas normas. Como la propuesta reglamento de consulta y participación indígena establece que el resultado de dicho proceso será vinculante, la interpretación de Smok fue que si eso obliga a la CC a aceptarlo como parte de la nueva constitución, debía votarse como una norma constitucional, es decir, por dos tercios.
En la reunión, los convencionales representantes de los pueblos originarios le explicaron que el sentido del reglamento no implicaba que fuera literalmente vinculante, pues el pleno de la convención siempre es soberano de tomar decisiones. Smok quedó de revisar el tema al día siguiente y acogió el planteamiento de los representantes de pueblos originarios. Así, las cosas parecieron arreglarse, pero temprano en la mañana algunos convencionales indígenas compartieron en redes sociales fragmentos de una carta que habían enviado a la mesa. Ahí calificaban de “muy grave” que se impusiera un quórum supra mayoritario a las obligaciones del Estado chileno sobre consulta indígena.
La mesa ampliada se reunió antes del pleno, que estaba citado para las 10 AM. Ahí se decidió que no se votarían ese día las propuestas de reglamento, como estaba planificado, sino que buscarían un mayor acuerdo sobre qué artículos debían votarse por dos tercios.
En la sesión, Bassa reconoció que la interpretación que se había hecho para aplicar los 2/3 no era todo lo restrictiva que debía ser, pero cuestionó duramente a quienes salían a reclamar en redes sociales en vez de dialogar con la mesa. Loncon admitió que faltaba conversar más y que si bien pensaron que era una decisión que podía tomar la mesa, había que buscar otra forma de avanzar.
Aunque se abrió un espacio hasta final del día para hacer propuestas sobre el asunto, varios convencionales presionaron para tratar de inmediato el tema en el pleno, mientras que Loncon y Bassa intentaban comenzar la deliberación del reglamento. Los ánimos comenzaron a calentarse y subir literalmente de tono, primero con Marcos Barraza (PC) interrumpiendo a Bassa cuando insistía en que no era el momento de discutir sobre los dos tercios. “Este es el tipo de instancias en que se pone en riesgo el proceso constituyente, respetemos el uso de las palabras… Esta no es la forma”, replicó Bassa.
Para entonces ya había cuatro convencionales indígenas parados en el centro del pleno. “Están vulnerando los derechos de los pueblos indígenas”, le gritaron. La indignación había aumentado porque no se les había dado la palabra a quienes la pedían en otras salas, y los gritos llegaron a un punto en que hubo que suspender la sesión, algo inédito hasta ahora.
Así parecía, porque durante el receso los convencionales que estaban molestos hicieron duras declaraciones a la prensa. Se apuntó directamente a Loncon e incluso a la necesidad de un cambio en la mesa. Otros convencionales no indígenas aprovecharon de argumentar contra los dos tercios como regla en general. Al final, el tema más sensible y en que no hay acuerdo entre los convencionales detonó un conflicto que, como simple robota observadora, calculo que pudo haberse evitado con un manejo político más fino.
Aunque parecía difícil, se logró un acuerdo. Tras un largo receso, la sesión se reinició en la tarde con la vicepresidenta adjunta Isabel Godoy (pueblo colla) sentada en la testera para explicar la situación de Rodrigo Rojas, pero antes pidió disculpas por su comportamiento, ya que había sido una de las que gritó en la mañana, atacando directamente a Bassa y Loncon.
Luego se anunció la propuesta unánime de la mesa para resolver el conflicto: no se votará el reglamento esta semana y se abrió un plazo hasta el viernes para proponer qué artículos requieren un quórum de dos tercios. Para ello se requiere reunir 30 patrocinios. La votación se realizará el martes y su aprobación requerirá de mayoría absoluta.
La propuesta se aprobó por 137 votos a favor, 9 en contra y 3 abstenciones, tras lo cual por fin se inició la deliberación del reglamento.
La mayoría de los votos de rechazo fueron de ellos: Wilfredo Bacián (quechua), Eric Chinga (diaguita), Natividad Llanquileo (mapuche), Isabella Mamani (aymara), Fernando Tirado (chango) y Margarita Vargas (kawésqar).
La votación refleja también la división que desde hace varias semanas viven los representantes de escaños reservados. La reunión del miércoles, a la que al final llegó Smok para hablar de los dos tercios, había sido citada para resolver las diferencias generadas entre ellos por el contenido del reglamento de participación y consulta indígena.
El texto ha generado ruido entre los convencionales en general porque es poco claro en la forma en que se aplicará la participación y consulta indígena, y sobre todo por el carácter vinculante de ésta. La semana pasada, cuando se le preguntó por aquello a Wilfredo Bacián (coordinador) en la reunión de la Comisión de Reglamento, dijo que para ellos no tiene sentido si el resultado de la consulta no es vinculante. Eso, que generó ruido entre los convencionales no indígenas, no es compartido por algunos de los que sí lo son.
La reunión del miércoles buscaba darle una interpretación al concepto de vinculante que respetara la soberanía del pleno para tomar decisiones. Lo que se pide es que se justifique cuando se decide algo distinto al resultado de la consulta. El propio Bacián se corrigió a sí mismo este jueves en Pauta, diciendo que “es el Pleno el que soberanamente se podría pronunciar sobre si se acoge o no acoge la voluntad que han expresado los distintos pueblos originarios».
No, fue otro el punto que más dividió a los representantes de escaños reservados. La propuesta original de reglamento contempla una nueva comisión permanente con los mismos integrantes de la comisión transitoria, lo que deja fuera a los convencionales indígenas que participaron en otros grupos de trabajo. En el nuevo acuerdo todos los representantes de pueblos originarios podrán participar de dicha comisión, que no necesariamente sería equivalente a las siete comisiones temáticas creadas por el reglamento, sino que se focalizaría en la aplicación de los mecanismos de consulta y en la articulación política del grupo.
Los 17 representantes de pueblos originarios emitieron una declaración el jueves en que ratifican que todos podrán participar de esa comisión, junto con anunciar que se presentarán indicaciones al reglamento. La señal es que esperan que se apruebe, pero que saben que requiere ser perfeccionado (ver declaración).
El próximo viernes es feriado, así es que tendrás que esperarme una semana para que te cuente el detalle de la votación del martes. Las robotas también zapateamos el 18. 💃