“La Convención Constitucional está bajo ataque”, ¿verdad o fake news?
25.08.2021
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25.08.2021
Que los convencionales son flojos, que su presidenta no está capacitada o que no se debe hablar mapuzungun en las sesiones. Desde su instauración, han proliferado las críticas a la Convención Constitucional a través de redes sociales. Por ello, un equipo interdisciplinario de la PUCV firmó un convenio con la presidencia del organismo para realizar “un monitoreo sistemático del discurso de odio en el contexto digital”. En esta columna de opinión, el director de ese grupo expone algunos de sus primeros hallazgos: en Twitter, por ejemplo, detectaron cerca de ocho mil cuentas que conforman una “tropa digital” dedicada a atacar “coordinadamente a la Convención y su presidenta”.
Suele entenderse militarmente el concepto de ataque como un acto que identifica una posición del adversario que será sometida a agresión para debilitarla, anularla o incluso ocuparla. Suele hablarse de “ataque completo” cuando dicho ataque ocurre en un mismo tiempo, y tanto por el frente como por los flancos de la plaza que se quiere debilitar.
Las agresiones para extenuar una posición contraria pueden ocurrir bajo diferentes modalidades, por ejemplo, con fuego real. Sin embargo, hay ocasiones en que la munición es de otro tipo, pero no por ello menos dañina: se puede desprestigiar una posición o instancia minando simbólicamente su legitimidad, o, en tiempos de redes sociales, esparciendo fake news, instalando tendencias agresivas o difuminando discurso de odio en el contexto digital.
A poco más de un mes de funcionamiento, actualmente existen diversas voces que denuncian que la Convención Constitucional está “bajo ataque”. De acuerdo con la observación que hemos hecho como equipo interdisciplinario de investigación de la PUCV podemos afirmar que, además, se trata de un “ataque completo”, es decir, en un mismo tiempo y por diversos flancos. Efectivamente, desde que se instaló la Convención esto se hizo notorio. A modalidades muy materiales para debilitarla, como los problemas técnicos inexcusables, las dificultades para sesionar en el mismo recinto, la recepción de un presupuesto escuálido y mutilado, la renuncia en poco más de un mes de los dos secretarios ejecutivos puestos por el gobierno, se han sumado ataques de otra naturaleza.
Nos referimos a las agresiones comunicacionales que en el marco del “ataque completo” se han verificado. Como era de esperar, el duopolio periodístico chileno (La Tercera y Emol) encabeza estratégicamente esta línea. Titulares de portada, entrevistados/as, columnas de opinión, editoriales, cartas al director, etc., todo el arsenal se ha puesto al servicio del debilitamiento mediante desprestigio de la Convención. La cuenta digital Ojo del Medio (tanto en Twitter como en Instagram) ha hecho un excelente y riguroso seguimiento que lo verifica. Como suele ocurrir en estas situaciones, se intentan instalar matrices de opinión que después se repiten con ligereza, a menudo aun sabiendo que son falsas. Es lo que acaba de hacer el ex Presidente Eduardo Frei, quien al concurrir a votar a la escuálida “consulta ciudadana” de Unidad Constituyente, señaló a la prensa que “la Convención ha trabajado poco”.
Esta es justamente una de las matrices discursivas centrales –no la única– que el ataque comunicacional a la Convención ha querido instalar: que los convencionales son un grupo de flojos. Es una matriz que en este contexto calza muy bien con otra que tiene densidad histórica en nuestro continente y, por supuesto también en Chile: la del indio flojo. Esa histórica distorsión y mentira, levantada por la racionalidad colonial durante siglos para justificar despojo y esclavitud, encuentra hoy terreno fértil en una parte del discurso y del imaginario nacional. Por lo mismo, gran parte de los ataques se han centrado en la figura de la presidenta de la CC, la lingüista, doctora y lamien Elisa Loncon. Lo resume bien el senador Franciso Huenchumilla cuando recuerda que «este es un país muy dividido en castas y muy racista: por eso los ataques a Elisa Loncon, sólo por pertenecer a un pueblo distinto«.
Es lo que se ha podido apreciar en estos casi dos meses, sobre todo, en el ámbito de las redes sociales. Ahí, por ejemplo, diversas cuentas preguntaron si Loncon – que habla cuatro idiomas y tiene dos doctorados– sabía leer o escribir; convencionales de derecha han manifestado su expresa molestia por el uso del mapuzungun en el hemiciclo, reclamo que ha sido viralizado por sus seguidores en diversas plataformas como Facebook, Twitter o YouTube, y de ahí ha llegado a los medios duopólicos y, de este modo, a la amplia audiencia nacional.
Los ataques a la CC en redes sociales son claramente coordinados, no son espontáneos y siguen una lógica de agresión sistemática. El sitio Contexto Factual, por ejemplo, ha demostrado parte de esa dinámica analizando el hashtag #DestitucionDeElisaLoncon que llegó a ser tendencia nacional el 27 de julio, ingresando de ese modo a la agenda comunicacional del país, aupada por el periodismo duopólico.
Nosotros como equipo de investigación interdisciplinario de la PUCV hemos confirmado empíricamente esa tendencia de ataques digitales a la CC que, además, muchas veces son personalizados contra la presidenta Elisa Loncon. Gracias al apoyo de la empresa Analitic, especializada en recolección y procesamiento de dato digital, hemos monitoreado y procesado las diez etiquetas que desde el 1 de agosto se han logrado instalar como tendencias y que representan ataques explícitos contra esta institución que está construyendo el nuevo Chile; por ejemplo: #ConstituyentesDesnutridos; #CircoConstituyente o #LonconPidePerdon’.
Ese procesamiento computacional nos ha permitido identificar poco más de ocho mil cuentas de usuarios únicos que, a su vez, fueron partidarios de la opción Rechazo en el plebiscito del año pasado, de acuerdo con sus explícitas expresiones dadas a conocer por ellos en redes sociales. Hoy esos partidarios del Rechazo forman parte activa de esta “tropa digital” que ataca coordinadamente a la Convención y a su presidenta. Además de coordinados, son ataques regulares: no son cosa de un solo día, por el contrario, no cesan y muestran una dinámica activa durante todo el mes en Twitter, con picos y valles, como muestra el gráfico de elaboración propia.
Fig. 1. Ataques a Convención Constitucional. Elaboración: Deep-PUCV.
Como señalábamos, se trata de ataques que se centran a menudo en una persona, la presidenta Elisa Loncon, basándose en prejuicios racistas y denostando sus rasgos culturales. Cuando eso ocurre podemos hablar de “discurso del odio” que, como sabemos, mediante el uso de palabras incita a la violencia real, motivo por el cual es sancionado por muchas legislaciones, pues entraña un peligro social evidente.
Además de tener que sortear un sinnúmero de obstáculos administrativos y financieros para funcionar y escribir una nueva Constitución, el discurso de odio es el nuevo desafío y la nueva traba que la Convención tiene que enfrentar en este histórico proceso, y tal vez sea el más peligroso de todos.
Por eso mismo hay legislación internacional que lo discute y sanciona. La canciller de Alemania, Angela Merkel, por ejemplo, dijo que la libertad de expresión finaliza donde comienza el discurso del odio. En la misma línea se pronunció la Convención Americana en relación con la “apología del odio” y en España el Ministerio del Interior publica anualmente en su Portal Estadístico de Criminalidad un “Informe Anual sobre los Delitos de Odio”.
Basados en esos antecedentes, el equipo Demoscopía Electrónica del Espacio Público de la PUCV, conformado por lingüistas, ingenieros y comunicadores, en coordinación con la presidencia de la Convención Constitucional y en el marco de un reciente convenio firmado por ambas partes, realizará un monitoreo sistemático del discurso de odio en el contexto digital, bajo la convicción de que denunciar este tipo de apología forma parte del deber y de la vocación pública del mundo académico preocupado por el destino del país.