SERVICIO DE SALUD METROPOLITANO NORTE INDAGARÁ “SI LOS HECHOS CONSTITUYEN INFRACCIÓN A LA NORMATIVA”
Hospital San José ha derivado pacientes por más de $4.700 millones a empresa de la esposa del director
20.08.2021
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SERVICIO DE SALUD METROPOLITANO NORTE INDAGARÁ “SI LOS HECHOS CONSTITUYEN INFRACCIÓN A LA NORMATIVA”
20.08.2021
La mayor parte de esas derivaciones se realizaron entre 2010 y 2017, cuando el ahora director del Hospital San José, Luis Escobar González, era el jefe de la Unidad de Nefrología y Diálisis del establecimiento. Su esposa posee el 25% de la propiedad de la empresa Nefrodiálisis, la que volvió a recibir pacientes derivados del hospital a partir de 2020, en medio de la pandemia del Covid-19. Desde Fonasa pusieron reparos a esas derivaciones porque no fueron visadas por ellos. El Servicio de Salud Metropolitano Norte señaló a CIPER que indagará los pagos para detectar si existen infracciones a la norma, mientras que el director del hospital aseguró que siempre se abstuvo a la hora de tomar decisiones que beneficiaran a la empresa de su esposa y en la que él mismo trabaja un par de horas a la semana.
Las derivaciones desde el Hospital San José a la empresa Unidad de Nefrología y Diálisis Limitada (o Nefrodiálisis) se dividen en dos periodos: de 2010 a 2017 cuando derivó pacientes por un costo de $4.740 millones a través de 167 órdenes de compra; y luego entre 2020 y 2021, cuando hizo otras derivaciones por otros $56 millones. En ambos periodos el actual director del hospital, Luis Escobar González, estuvo en cargos directivos, primero como jefe de la Unidad de Nefrología, y luego como director de todo el recinto.
La empresa Nefrodiálisis se dedica a dializar pacientes con insuficiencia renal avanzada. Lo que hacen las diálisis es separar las sustancias dañinas de la sangre, cuando los riñones no pueden cumplir esa función. Entre 2010 y 2021 Nefrodiálisis ha dializado a pacientes derivados por el Hospital San José, y ha percibido millonarias sumas por ese trabajo. La esposa del actual director posee el 25% de la propiedad de la empresa, la que también le paga al director por trabajar allí dos horas cada semana.
La inmensa mayoría de las órdenes de compra desde el sistema público a la empresa Nefrodiálisis registradas en la plataforma Mercado Público entre 2010 y 2017 son desde el Hospital San José: 167. De lejos le sigue el Hospital Barros Luco con 31 órdenes de compra emitidas a la empresa en ese periodo, y luego el Hospital Salvador con otras 21.
¿Existe conflicto de interés por parte de Luis Escobar? Desde la dirección del Hospital San José dicen que no, el Servicio de Salud Norte plantea que lo va a investigar, y expertos en transparencia aseguran que el conflicto es evidente.
Desde 2017 en adelante el encargado de realizar derivaciones desde los hospitales a centros privados para procedimientos como las diálisis es Fonasa, pero antes de esa fecha eran los mismos hospitales los que decidían a qué empresa derivaban, de entre las que estaban registradas en el sistema. Entre 2010 y 2017 en Mercado Público se registran 167 órdenes de compra del Hospital San José a Nefrodiálisis por un total de $4.740 millones. En ese periodo Luis Escobar González era el jefe de la unidad encargada de esos procedimientos.
Janet Rosa Figueroa Pérez, cónyuge desde 1988 del médico Luis Escobar González, entró a la propiedad de Nefrodiálisis en agosto de 2006. Desde esa fecha conserva el 25% de los derechos sociales de la empresa. Su ingreso se produjo 12 años después de la fundación de Nefrodiálisis por parte del doctor René Orozco Sepúlveda, quien fuera uno de los más visibles dirigentes del club de fútbol Universidad de Chile en el pasado. En la actualidad, la cónyuge de Orozco, Mónica Bass Pérez, posee el 50% de propiedad del centro. El último 25% lo tiene la enfermera Soledad Rojas Crisóstomo.
CIPER consultó al equipo de comunicaciones del Hospital San José por el rol del nefrólogo Luis Escobar en las derivaciones a la empresa Nefrodiálisis en el periodo 2010-2017 (cuando se desempeñaba como jefe de la Unidad de Nefrología). La respuesta fue escueta y libró al actual director hospitalario de toda responsabilidad:
–El Dr. Luis Escobar se abstuvo de las derivaciones, porque él no era parte de la Comisión Derivadora Hospitalaria. De acuerdo a las instrucciones emanadas por Fonasa, era el Hospital quien debía emitir las Órdenes de Compra (OC) antes del 2017.
El 7 de octubre de 2017 fue la última orden de compra desde el Hospital San José a la empresa en este periodo. Fue por el servicio de hemodiálisis a adultos durante el mes anterior, por un total de $36,2 millones (ver orden de compra).
En marzo de 2020, días después de que comenzara la pandemia desatada por el Covid-19, Unidad de Nefrología y Diálisis Limitada, conocida también como Nefrodiálisis, recibió una nueva orden de compra por parte del Hospital San José para que atendiera a pacientes que estaban siendo derivados a dializarse a ese sitio. La idea, según contaron desde el hospital, era privilegiar el uso de las camas para el tratamiento de los pacientes graves por coronavirus. Los días y meses que siguieron hubo más órdenes de compra, hasta mayo de 2021. Todas tuvieron el mismo objetivo, y las órdenes salieron por más de $56 millones en total hacia Nefrodiálisis.
La decisión del Hospital San José de derivar pacientes a distintos centros de diálisis a partir de la pandemia fue arbitraria. No estuvo autorizada por Fonasa, tal como se pudo comprobar en correos electrónicos a los que CIPER tuvo a la vista para este reportaje. La autorización era elemental, pues así es como se procede con este tipo de proveedores del Estado desde fines de 2017 en adelante, luego de que en Fonasa se decidiera que serían ellos los encargados de aprobar las derivaciones. Pero el Hospital San José lo hizo por su cuenta y derivó hacia varios centros de diálisis a inicios de la pandemia, entre ellos Nefrodiálisis.
Antes de 2017, eran los mismos hospitales los encargados de hacer las derivaciones entre los proveedores autorizados. Independientemente de esas reglas, Fonasa siempre fue el que cargaba con las cuentas para este tipo de prestaciones por fuera del sistema de salud público. Así lo es hasta el día de hoy.
El 24 de marzo de 2020, un memorándum firmado por Marta Hernández González, coordinadora del comité nefrológico del Hospital San José, salió dirigido hacia el departamento de gestión comercial de Fonasa.
“Junto con saludar, les informo que a partir del día miércoles 25 de marzo, en el contexto de pandemia COVID19 y por indicación del Director del Hospital Dr. Luis Escobar González, los pacientes crónicos ambulatorios de nuestra unidad de Diálisis serán trasladados a Centros de Diálisis Privados. (C.D.P) (…) De esta manera la Unidad de Diálisis quedará exclusivamente para pacientes hospitalizados del área norte, esto mientras dure el periodo de catástrofe”, indicaron de manera escueta.
La respuesta por parte de Fonasa llegó un día después, mediante un correo electrónico firmado por Rolando Leyton Torres, jefe del departamento de gestión comercial complementaria de la entidad. En ese correo Leyton Torres informó que se estaban infringiendo las normas de derivación. “Estos pacientes no quedarán incluidos dentro de los pagos normales de Fonasa y deben ser cubiertos y pagados por el hospital de origen. Esto lo comunicaremos a los centros de diálisis, dado que no se realizó la derivación en forma establecida en lo convenido con ellos”, escribió.
Lo que el Hospital San José había pasado por alto era, precisamente, lo que regía desde fines de 2017; es decir, que Fonasa era –y sigue siendo– el encargado de realizar las derivaciones y aceptarlas. La respuesta no le gustó nada a Luis Escobar González, quien expresó unas horas después que necesitaban “actuar con rapidez y evitando actuar tardíamente. Es por eso que, estando ya en conocimiento de los cupos disponibles y de los centros más cercanos al hospital se procedió a externalizar, tal como se ha hecho en oportunidades anteriores (octubre pasado, por ejemplo), sin que hubiera inconvenientes, en dichas oportunidades, en lo que se relaciona con el convenio marco y esta externalización”. El director del Hospital San José se refiere en ese mensaje a las derivaciones realizadas durante el estallido social de octubre de 2019.
Un día después Leyton Torres replicó que durante esa coyuntura la decisión de derivar pacientes fue conjunta entre el hospital y Fonasa, y no unilateral: “Deben entender que si tomamos medidas sin verlas en conjunto se generan problemas administrativos y no podemos pagar ni hacernos cargos de estos pacientes, generando confusión en centros y pacientes”.
CIPER se contactó con el equipo de comunicaciones del Hospital San José, que envió, entre otras cosas, los correos que se expusieron en las líneas precedentes. Ellos también explicaron por medio de correo electrónico que al inicio de la pandemia no hubo comunicación con Fonasa:
–Fue necesario externalizar los 22 pacientes ambulatorios de la Unidad Hospitalaria, informando a Fonasa dicha externalización y que ante la omisión de respuesta de dicha entidad y la necesidad imperiosa de disponer de los cupos se procedió, en espera de esta respuesta que hasta la fecha no llega –dijeron.
Desde el recinto público agregaron que estos 22 pacientes se dividieron entre distintos centros: siete fueron a parar a Nephocare Independencia, siete a Diálisis Norte, seis a Nefrodiálisis, uno a Nephocare Quilicura y otro a Diálisis Lampa. “La derivación realizada por la Unidad de Nefrología, se consideró dos aspectos de relevancia. La georreferencia del paciente y la Orden de Atención (OA), distribuyendo los cupos de acuerdo al domicilio de cada paciente, siguiendo los criterios de georreferencia establecidos por Fonasa”.
Respecto de si percibían un conflicto de interés sobre el haber recurrido a Nefrodiálisis, desde el equipo de comunicaciones del Hospital San José indicaron que no existe “porque se cumple con la Ley N°20.880, Declaración de Intereses y Patrimonio (DIP)”, así como tampoco “existe contrato entre el Hospital San José y centros de diálisis”. Lo que señala anteriormente no es incorrecto: el convenio del centro de diálisis es con Fonasa. Esta última entidad provee los recursos; pero las órdenes de compra fueron emitidas por el Hospital San José, recinto que también decidió a qué centros derivar sus pacientes.
Desde el Servicio de Salud Metropolitano Norte –superior jerárquico del Hospital San José– indicaron a CIPER que se iniciará “un procedimiento para verificar la veracidad de los antecedentes aportados por su medio y determinar si los hechos constituyen o no infracción a la normativa vigente”.
En opinión de Alberto Precht, director ejecutivo de Chile Transparente, “en este caso estamos en presencia de un evidente conflicto de interés (…) este es un mercado competitivo en la Región Metropolitana, por lo cual no podría darse la excusa de la necesidad de recurrir específicamente a este y no por ejemplo priorizar a otros donde no existan conflictos de interés. Es importante destacar y ver si efectivamente hubo un continuo de aumento o de privilegiar a este proveedor respecto de otro. El conflicto de interés sin duda existe, lo importante es cómo se maneje, y efectivamente en este caso al parecer no fue del todo bien manejado”.