“HEMOS ESTADO CONFINADAS EN NUESTROS HOGARES Y LA MUERTE NOS AMENAZA”
«Vemos un silencio lleno de miedo»: periodistas afganas piden ayuda
18.08.2021
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“HEMOS ESTADO CONFINADAS EN NUESTROS HOGARES Y LA MUERTE NOS AMENAZA”
18.08.2021
Las mujeres que trabajan en los medios de comunicación de Kabul cuentan cómo intentan destruir los rastros de su identidad mientras se preparan para la revancha de los talibanes. Con autorización de su autora, CIPER reproduce este artículo publicado por The Guardian, para alertar sobre los riesgos que corren las periodistas y comunicadoras afganas bajo el régimen talibán.
Vea la publicación original de este artículo en theguardian.com
Cuando el presidente Ashraf Ghani se fue de Afganistán sin previo aviso, se llevó consigo cualquier destello de esperanza que quedaba para las mujeres de la nación, especialmente aquellas que son profesionales y no tienen temor en expresar sus ideas.
Aaisha (*) es eso y más. Como destacada presentadora de noticias y de programas de entrevistas políticas, ha visto cómo los esfuerzos de su vida se desmoronan en lo que le parecieron segundos.
«Durante muchos años, trabajé como periodista para alzar la voz de los afganos, especialmente de las mujeres afganas, pero ahora nuestra identidad está siendo destruida y no hemos hecho nada para merecer esto», dijo Aaisha el pasado lunes.
“En las últimas 24 horas nuestras vidas han cambiado y hemos estado confinadas en nuestros hogares, y la muerte nos amenaza en todo momento. Vemos un silencio lleno de miedo por los talibanes que nos rodean», agregó la profesional.
Las periodistas afganas hablan de una Kabul (que alguna vez fue libre y bulliciosa) silenciosa y llena de miedo, mientras destruyen los rastros de su identidad y se esfuerzan por evitar todo contacto con los militantes talibanes.
Aaisha es una de las docenas de periodistas afganas que se han comunicado con The Guardian durante las últimas semanas, documentando la caída de su nación y para compartir esa devastación con el mundo. Ahora temen que informar sin miedo ni favoritismos sea, precisamente, lo que les cueste el futuro.
Las periodistas reciben constantemente amenazas de muerte de los talibanes y de otras personas que están de acuerdo con que las mujeres no deben ser tratadas como iguales a los hombres.
A través de una conexión telefónica con mucha interferencia, Fereyba (*) recordó el momento en que escuchó que los talibanes estaban entrando por las puertas de la ciudad de Kabul:
“Estaba fuera de casa y recibí una llamada de mi hermano que me decía ‘¿Dónde estás? Tienes que irte a casa ahora mismo’. Fue muy aterrador. No puedes imaginar la expresión de las personas, sus ojos, sus rostros”.
Con voz ahogada, dijo que las informaciones que circularon acerca de mujeres y niñas que fueron golpeadas, tomadas por la fuerza como esposas y violadas, le causaron pánico. Pensó que pronto podría ser ese su destino.
“Primero estoy preocupada por mí misma porque soy una mujer, pero además soy periodista. En algunas provincias se llevaron a algunas niñas y las usaron como esclavas”, dijo.
Zeyba (*) trabaja para una de las redes de medios más grandes de Afganistán, lo que significa que los talibanes no tendrán piedad con ella, ni con su esposo e hijos, supone.
Afirmó que ella y otros periodistas están tratando desesperadamente de enviar sus documentos de identidad y su trabajo a las embajadas antes de destruir cualquier rastro de su existencia, tanto física como digital.
La situación en Afganistán ha llevado al sindicato de periodistas australianos a pedir protección para sus colegas afganos. En un comunicado de prensa, Media Entertainment and Arts Alliance (MEAA) dijo que apoyaba a los periodistas en Afganistán que estaban siendo atacados debido a su trabajo.
La organización, además, Instó al gobierno australiano a incluir a los trabajadores de los medios de comunicación en cualquier oferta de visas humanitarias.
Karen Percy, vicepresidenta de la sección de medios de la MEAA, dijo que Australia tenía la responsabilidad de no alejarse de una misión militar «sin tener en cuenta las consecuencias».
«Los periodistas son blanco de represalias y la situación se está deteriorando rápidamente. Australia tiene la obligación de proporcionar refugio», agregó.
John Blaxland, profesor de seguridad e inteligencia internacional en la Universidad Nacional de Australia, dijo que no hay duda del riesgo de abusos de derechos humanos que enfrentan las mujeres en los medios afganos:
«Estas son personas que para los talibanes es importante neutralizar y sacar de la ecuación, física y metafóricamente».
«No sabemos cuánto tiempo les queda, y es terrible contemplar cómo se han quedado realmente abandonadas en estas terribles circunstancias”, agregó Blaxland.
(*) Todos los nombres han sido modificados