Frente a un electorado cada vez más crítico de la política tradicional, las tres principales cartas presidenciables enfrentan retos distintos. Sichel se impuso en la primaria con una imagen independiente de los partidos, pero tendrá que sortear las críticas que lo apuntan como el candidato de los empresarios. Boric necesita los votos del centro, pero su mensaje no debe provocar la deserción de los voluntarios de izquierda que fueron pieza clave de una campaña que, con pocos recursos, se basa en el despliegue territorial. Y Provoste carga con el lastre de contar con el respaldo de múltiples figuras asociadas a la “antigua política”, como sus dos principales colaboradores: Jorge Pizarro, investigado en el Caso SQM, y Aldo Cornejo, quien figuró en el caso Tragamonedas.
Los $230 millones que reunió la campaña de Sebastián Sichel son una campanada de alerta para Gabriel Boric. Los aportes que consiguió el abanderado de Apruebo Dignidad sumaron $87 millones. Las cifras indican que no fue el dinero el factor principal del éxito de Boric, quien cosechó más de un millón de votos, sino el despliegue de voluntarios. Y, a falta de recursos en la tesorería, será clave que siga contando con un contingente dispuesto a dejar los pies en la calle para neutralizar a Sichel y al resto de sus adversarios. Para conseguirlo, necesita a quienes integraron los 1.200 comandos de Daniel Jadue (Boric contó con 357). Los pasos que adopte ahora el diputado serán cruciales para mantener en alza una candidatura que depende más del factor humano que del dinero: necesita los votos de la centroizquierda, pero corre el riesgo de que cientos de personas que hicieron campaña en las primarias de Apruebo Dignidad, y que no están dispuestas a caminar con la ex Concertación, se resten del esfuerzo final.
En la vereda opuesta, Sebastián Sichel enfrenta su propia encrucijada. Se alzó en la primaria de su sector con un exitoso discurso que lo presenta como independiente de los partidos. Pero tendrá que batallar con quienes lo califican como un candidato del empresariado y, por lo mismo, estrechamente vinculado a los intereses de la elite que ha dirigido el país en las últimas décadas. Los datos del Servel acreditan que los $230 millones que alimentaron su campaña provinieron principalmente de empresarios, a quienes Sichel abiertamente les pidió financiamiento usando el método fundraising, con un significativo apoyo del clan familiar del Grupo Claro.
La carta DC, Yasna Provoste, que se lanzó finalmente al ruedo este viernes 23 desde Vallenar, carga con el lastre de contar con el respaldo de múltiples figuras asociadas a la “antigua política”, aquella que era financiada por SQM y que “cocinaba” los acuerdos. Ella misma se echó al hombro esa mochila al reclutar como principales escuderos a Jorge Pizarro y Aldo Cornejo, el primero investigado por las platas políticas ilegales de SQM y el segundo protagonista del lobby a favor de los dueños del negocio de los tragamonedas, un caso que también ha sido revisado por la justicia.
Las recientes elecciones han marcado una tendencia hostil de los votantes hacia los partidos tradicionales y la elite gobernante. El 70% de los constituyentes electos son independientes. En las municipales, se duplicó el número de alcaldes que no tienen partido. El éxito de Sichel en las primarias de la derecha también apunta en ese sentido.
En una reciente columna publicada en CIPER, el cientista político Claudio Fuentes analizó el resultado de las primarias y sostuvo que hay una “percepción muy masificada de que existe un grupo de privilegiados que ha usufructuado para su propio beneficio un modelo socio-político excluyente. No son solo los empresarios que abusan de los y las trabajadoras, sino también una élite política que ha obtenido beneficios personales a expensas de la ciudadanía. El sentimiento anti-partido se asocia con (…) una generación que fue olvidando su vocación de poder para la transformación social, y que fue amalgamándose con los intereses empresariales”.
En este contexto de electores que se distancian de los partidos y de la elite, los principales candidatos comienzan a mover sus piezas.
LA ENCRUCIJADA DE BORIC
La imagen de Gabriel Boric arriba de ese enorme árbol de Punta Arenas quería marcar el comienzo del “Nuevo Chile”, un concepto remarcado por el frenteamplismo, al igual que el de la “vieja política”, de la que intentaron separarse durante toda la campaña de primarias.
El desafío para el segundo tiempo de Boric es ampliar su base electoral hacia el centro sin que eso le genere una fuga hacia la izquierda. Debe rearmar el diseño territorial para lograr incluir los 1.200 comandos de Jadue. “Más independientes y menos control de los partidos”, destaca un ex miembro del comando del FA. Un nuevo diseño que debe hacer frente también a la posibilidad de que se levante una candidatura por la izquierda, desde La Lista del Pueblo, un sector que en la contienda por la Convención Constitucional superó el millón de votos.
La primera semana tras las primarias fue de ajustes y balances, con varias reuniones entre la mesa del Frente Amplio y el Partido Comunista. El equipo de campaña se reunió este miércoles en la casa del diputado Giorgio Jackson (RD) para hacer un balance y estudiar cambios en el diseño. El comando de Boric debe ampliarse, pero en el FA miran con cautela que la integración del PC no genere una sobre representación de ese partido, especialmente en la discusión del programa.
Hasta ahora, las principales definiciones las adoptó un círculo de estrechos colaboradores que cuentan con la confianza de Gabriel Boric, marcado por la influencia del diputado Jackson. La jefatura de campaña estuvo en manos de Javiera Cabello, feminista y militante de Convergencia Social (CS), el partido de Boric. A este primer anillo se sumaron una serie de ex militantes del PS que hoy integran Fuerza Común y UNIR en el Frente Amplio, entre ellos la ex directora del INDH, Lorena Fríes (UNIR), y la doctora en estudios de género, Valeska Naranjo (Fuerza Común). También se integró la jefa de gabinete del diputado Jackson, Javiera Martínez (RD), a cargo de las líneas programáticas. El jefe de comunicaciones es Felipe Heusser (RD) y la encargada territorial es la Consejera Regional, Nataly Campusano (CS).
Gabriel Boric.
Este equipo tomó las riendas con fuerza en las últimas cinco semanas de la campaña, después de que el candidato pidió un voto de confianza a los partidos del FA. Antes de eso, las decisiones navegaron a contrapelo de los deseos de Boric, quien no estuvo de acuerdo con la directiva de su propio partido que impuso la estrategia de conseguir las firmas para legalizar su candidatura. La presidenta de CS, Alondra Arellano, fue la que le cerró la puerta a la pretensión de Boric y de RD de incorporar al PS –que pretendía traer también al PPD– a las primarias de Apruebo Dignidad. “Necesitábamos construir una alianza que pudiera garantizar los cambios y eso no se lograba con las condiciones que ponían para participar el PS, como el PPD”, explica Arellano.
Nataly Campusano, jefa territorial del comando, explica algunos detalles de la exitosa campaña territorial de Boric: el trabajo se basó en la autogestión económica de los 357 comandos de todo el país, a los que sólo se enviaron dos tandas de mil afiches. El resto del material fue costeado por los comandos e ingresados como donativos. La mayor inversión se hizo en la producción de la franja de TV, que costó $40 millones, casi la mitad de todo lo recaudado. La realización, a cargo del guionista Pablo Paredes, también contó con una serie de voluntarios bajo la instrucción de las productoras Paola Cano (RD) y María José Concha.
La estrategia territorial, cuenta Campusano, fue apuntar a la regionalización, lanzando la campaña desde Magallanes, pero enfocando el despliegue en las comunas donde el Frente Amplio tiene concejales: “Analizamos los liderazgos de los distintos territorios, apuntar dónde están los votos del FA”. Felipe Cárcamo, encargado de las regiones de la Macrozonal Norte de la campaña, agrega que hubo hitos importantes como la visita a la zona de Caimanes en conflicto con la Minera Pelambres, que luego Boric mencionó en los debates.
La campaña de Boric necesita que los 1.200 comandos de Jadue se integren al esfuerzo. Por lo que debe planificar con extrema cautela sus mensajes al electorado progresista del centro político y sopesar con detención un posible acuerdo con el PS, para que no hagan ruido entre los voluntarios. El presidente de Comunes, Jorge Ramírez, habla al respecto en condicional todavía: “(Para diseñar) la lista parlamentaria debe haber acuerdos lo más amplios posibles con los movimientos y partidos que apoyan la candidatura. Si el PS toma la definición de apoyarlo (a Boric), puede haber conversaciones”.
Alondra Arellano, en tanto, destaca que el Frente Amplio y el pacto de Apruebo Dignidad lograron instalar una nueva izquierda. Desde esa identidad, dice, la campaña de Boric siempre le ha hablado al elector que tradicionalmente ha votado por el socialismo. Respecto de volver a evaluar una alianza con el PS, señala, “depende de cómo resuelvan su diseño ellos primero”.
Gabriel Boric tras la victoria en las primarias presidenciales del domingo 18 de julio.
LA MOCHILA DE PROVOSTE Y EL FACTOR NARVÁEZ
Lo primero que hizo la presidenta del Senado, Yasna Provoste (DC), cuando vio la posibilidad de entrar a la carrera presidencial, fue flanquearse de dos camaradas de su partido: Jorge Pizarro y Aldo Cornejo. La jugada causó ruido inmediato en el resto de la oposición, porque la ex ministra bacheletista eligió como escuderos a dos políticos mediáticamente tocados por causas de financiamiento irregular a la política y que poco tiempo atrás habían desfilado por investigaciones del Ministerio Público.
El senador Pizarro estuvo vinculado directamente con SQM a través de la empresa de sus hijos, Ventus Consulting. La sociedad recibió pagos de la minera controlada por Julio Ponce Lerou y la Fiscalía terminó estableciendo que esos recursos llegaron a las cuentas del senador. Fue formalizado y acusado, pero la Corte de Apelaciones dijo otra cosa y no dio el vamos a su desafuero.
Aldo Cornejo, en tanto, fue derrotado en la última parlamentaria de 2017 y apareció en las escuchas telefónicas del caso Tragamonedas. En ese entramado, Cornejo figuró haciendo gestiones legislativas a favor de los dueños de estos casinos no contemplados en la ley, para que fueran legalizados. Provoste fichó a Cornejo como asesor de la mesa del Senado.
Hasta este viernes 23 de julio –cuando Yasna Provoste finalmente anunció que entraba a la competencia– Jorge Pizarro era una especie de vocero de facto de una campaña que se mantenía tapada. Él envió mensajes al PS, como el que señaló en T13 este lunes 19 de julio, cuando dijo que la candidata socialista, Paula Narváez, debía ser tan generosa como lo fue la DC Soledad Alvear con Michelle Bachelet en 2005 y bajar de su aspiración presidencial.
Yasna Provoste
La senadora prepara su desembarco en una arena electoral donde será calificada por sus detractores como la candidata más identificada con la “vieja política” y los acuerdos cupulares de partidos tradicionales. En ese marco, junto con su destape de hoy en la Plaza de Armas de Vallenar (Atacama), también activó a parte de su nuevo equipo: dos funcionarias que la acompañaban en el trabajo territorial de su oficina parlamentaria, renunciaron al Senado y partieron a la campaña.
Provoste tendrá que enfrentar también el factor Narváez, la candidata del PS que no sube en las encuestas, pero que se resiste a abandonar la carrera sin una elección de por medio. Paula Narváez carga con su propia mochila, en particular representar a un partido liderado por Álvaro Elizalde, quien no ha erradicado de la colectividad las redes construidas por el ex alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, que está ad portas de ser formalizado por cohecho, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Aunque algunos dirigentes PPD ya le dieron la espalda a Narváez para apoyar a Provoste, el equipo de la candidata socialista sigue trabajando. Ahí hay representantes del bacheletismo duro, como María Eugenia Paris, además del senador Carlos Montes y los diputados Manuel Monsalve y Maya Fernández. Alessia Injoque, directora de la Fundación Iguales e integrante del Partido Liberal es la jefa de campaña y el diputado Pablo Vidal (ex RD), uno de sus voceros.
El Partido Socialista se ha preocupado de estudiar las posibilidades reales de su candidata. Entre las transferencias realizadas por el PS figuran, en junio de 2021, dos pagos por $8,5 millones a la empresa Go Research para realizar una investigación de opinión pública para el diseño político y estratégico comunicacional de elecciones primarias y presidenciales. Al estudio no han tenido acceso en el comando de Narváez, según informaron a CIPER.
Lanzamiento de la campaña de Yasna Provoste en Vallenar.
EL FUNDRAISING DE SICHEL
Sebastián Sichel no creció bajo los partidos de derecha. Sin embargo, el apego que mantiene con el mundo empresarial, es un sello que lo conecta directamente con una parte de la elite gobernante. Desde que salió del Banco Estado en enero pasado, junto a su equipo implementó un sistema de financiamiento que se desarrollaba así: Juan José Santa Cruz, empresario, ex DC y coordinador político de su campaña, organizaba encuentros, almuerzos, cenas, con aforos reducidos y a veces por zoom, donde él y Sebastián Sichel explicaban su proyecto presidencial. Al finalizar, solicitaban apoyo económico para la campaña.
En Estados Unidos, esta manera de recaudar fondos se denomina fundraising y se ocupa en forma transversal por distintos sectores políticos. Santa Cruz ya vivió un episodio traumático relacionado con esta fórmula, cuando colaboraba con el entonces candidato presidencial Andrés Velasco: el ex ministro de Hacienda sostuvo un reservado almuerzo con Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, controladores del Grupo Penta, por el que cobró $20 millones, emitiendo una boleta que después fue investigada como financiamiento irregular a la política.
Hoy es diferente, asegura Santa Cruz, porque los aportes se hacen “a cara descubierta” a través del Servel. Él explica que muchos de los que estuvieron en estas reuniones para la campaña de Sichel, aparecieron después con aportes públicos a la campaña de primarias, los que sumaron $230.694.696 en total.
“Hoy existe todo un procedimiento legal para conseguir aportes y nosotros recurrimos a mucha gente nueva, mucha gente distinta. Y hoy los aportes son a cara descubierta. Y el que quiera hacer aportes, que los haga a cara descubierta y si no, que no lo haga”, dice Santa Cruz. Y agrega: “Teníamos un proyecto atractivo que difundimos a través de miles de reuniones, vía Zoom, con toda clase de gente, con emprendedores, con empresarios, profesionales. Algunos los hicimos con sectores de emprendedores y empresarios, tal vez no los más grandes, donde contamos nuestro proyecto y pedimos ayuda. Y alguna gente nos ayudó”.
La ayuda de empresarios como Patricio Aitiagoitía, socio de la empresa Novis; Bruno Phillipi, ex presidente de CTC; Juan Claro, del grupo Prisa, quien además fue asesor de su campaña, y de Raimundo Valenzuela, presidente del directorio Primus Capital, fue clave en este mapa de aportes. Todos ellos pusieron la máxima cantidad que con publicidad permite el Servel: $14,5 millones.
Sebastián Sichel.
Desde el comando de Sichel admiten que es el favorito del mundo empresarial. Pero intentan matizar señalando que su figura es atractiva para una nueva generación, para los hijos de los empresarios tradicionales. Otra cosa que admiten, es que los partidos no son sus aliados. Al interior de Chile Vamos pegó fuerte el mensaje de que sin partidos hay mayor posibilidad de llegar a la segunda vuelta. Y para eso, el ex ministro de Desarrollo Social de Sebastián Piñera tiene la misión de demostrar que lo suyo no es solo una pose independiente, sino que realmente su candidatura no está limitada por las doctrinas de las militancias.
El día que Sichel ganó la primaría, el segundo llamado que recibió para felicitarlo -el primero fue el de un golpeado Joaquín Lavín- fue del Presidente Piñera. Pese al gesto, desde el comando del abanderado se apuran en remarcar que de La Moneda no hubo ayuda durante la campaña. Todo lo contrario, afirman, y enumeran: lo sacaron de Desarrollo Social cuando se encumbraba en las encuestas como el ministro mejor evaluado; luego la presión de RN lo obligó a salir de la presidencia de Banco Estado, pese a que él prefería quedarse hasta marzo y cuando María Victoria Paz, gerenta de Asuntos Públicos y Sostenibilidad del Banco Estado, apareció en el debate acompañando al abanderado, al día siguiente debió dejar su puesto. Esos agravios, explican, serán resaltados. Servirán para apartarse de la figura de Piñera y sacarse de encima el mote que Gabriel Boric ya destaca: Sichel es la continuidad del gobierno del que formó parte.
También se mantendrá la distancia con los partidos. Lavín (UDI) podría tener un rol más visible, operativo. Pero Ignacio Briones (Evópoli), con quien las relaciones quedaron rotas, no tendrá un rol de primera línea. Respecto de Mario Desbordes (RN), no hay definiciones.
Lo que sí está claro al interior del comando, es que se robustecerá la incorporación de voluntarios y políticos de segunda línea. En ese sentido, Santa Cruz advierte que tanto él como el coordinador de campaña, Pedro Browne (ex Amplitud y ex Evópoli), seguirán en sus cargos y se sumará una figura femenina.
Sebastián Sichel junto al ex candidato presidencial, Joaquín Lavín (UDI).
El trabajo territorial de Sichel fue prácticamente invisible durante la campaña de primarias, pero no por eso inexistente. Mientras el ex presidente de Banco Estado intentaba levantar su candidatura, sin apoyo de partidos, se le acercó una figura gremialista que en la UDI se conoce como el gran admirador de Pablo Longueira: Alfredo Galdames, histórico militante, experto en trabajo territorial, nacido y criado en Conchalí y pinochetista acérrimo. Galdames ofreció sus redes en las bases populares de la UDI y recorrió con Sichel comunas como Puente Alto, Pedro Aguirre Cerda y Cerro Navia, entre otras.
“Lo llevé a que se sacaran fotos con él, a que le grabaran videos. Fue desde febrero hasta las municipales”, dice Galdames. Y agrega: “Yo solo me sentía más atraído por Sichel que por lo que se estaba haciendo en la UDI”. Según cuentan en el círculo más estrecho del candidato, algo clave para la campaña fue que un cúmulo de militantes de partidos de Chile Vamos terminaron trabajando descolgados y a escondidas para ayudarlo con su candidatura.
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