SUS ESCAÑOS ASEGURAN QUE LA NUEVA CONSTITUCIÓN NO BLOQUEARÁ PROPUESTAS DE LA IZQUIERDA, COMO OCURRE AHORA
La mitad de la convención: 77 constituyentes electos provienen de listas que impulsan cambios radicales al sistema
17.05.2021
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SUS ESCAÑOS ASEGURAN QUE LA NUEVA CONSTITUCIÓN NO BLOQUEARÁ PROPUESTAS DE LA IZQUIERDA, COMO OCURRE AHORA
17.05.2021
El objetivo que la centroderecha no alcanzó –manejar un tercio de la convención constitucional– fue superado con holgura por las listas que encarnan propuestas de transformación del modelo. Estos grupos también sobrepasaron a la centroizquierda, dejando a la ex Concertación como cuarta fuerza en la convención. Al menos 77 de los constituyentes provienen del pacto del FA y el PC (28), de la Lista del Pueblo (27), de listas locales (7) y de pueblos originarios (15). Todos impulsan políticas para poner fin al rol subsidiario del Estado, superar la economía extractivista, instaurar la plurinacionalidad, profundizar derechos laborales y cambiar el sistema previsional, entre otras.
A fines de abril de 2016, el Tribunal Constitucional (TC) le cerró la puerta a la titularidad sindical que había sido aprobada durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet. A pesar de contar con mayorías en ambas cámaras del Poder Legislativo, el TC le puso un freno a este apartado de la reforma laboral que proclamaba a los sindicatos como actores principales a la hora de las negociaciones colectivas.
Fue así de simple: un miércoles cualquiera en el que la titularidad sindical se fue a foja cero. Y se dio vuelta la página. Bajo el marco constitucional actual, muchas de las ideas matrices de la izquierda (como profundizar derechos laborales y aplicar políticas redistributivas) durante décadas estuvieron destinadas a enfrentar el “disco pare” constitucional.
Pero la reciente elección de constituyentes puede cambiar drásticamente este panorama: al menos 77 integrantes de la Convención Constitucional (50% del total) son parte del tronco que pugna por aplicar ese tipo de políticas públicas. Al menos así lo señalan los programas y propuestas de sus listas. Y aunque por sí solas no reúnen la fuerza necesaria para plasmar su ideario en la nueva carta fundamental (requieren 2/3 de la convención), al menos contarán con mucho más de un tercio de los escaños, el mismo objetivo que la centroderecha no pudo alcanzar. Con ese piso, se asegurarán de que la Constitución no pondrá fuera del marco legal sus propuestas históricas, como ocurre ahora.
Este conjunto lo componen los 28 convencionales elegidos por la Lista Apruebo Dignidad (FA y PC), otros 27 que provienen de la Lista del Pueblo (integrada por dirigentes sociales y activistas), siete independientes de listas locales y al menos 15 que se eligieron por escaños reservados para los pueblos originarios. A ellos podrían sumarse eventualmente, al menos en algunos de los debates que se den en la convención, representantes que se eligieron en cupos del PS y PPD que se ubican en el polo más progresista de ese sector.
Los 77 pertenecen a grupos en los que se pueden identificar propuestas comunes, las que incluyen terminar con el rol subsidiario del Estado, superar la economía extractivista, recuperación de tierras para pueblos originarios, plurinacionalidad, recuperar derechos laborales, establecer la soberanía alimentaria, cambiar el sistema de pensiones y consagrar el derecho a la educación pública de calidad, entre otros temas. Todos además, critican fuertemente el rumbo que tomó la transición posterior a la dictadura con la política de los acuerdos con la centroderecha que impulsó durante décadas la ex Concertación.
Pero, más allá de definiciones comunes, no se trata de un bloque homogéneo. La Lista del Pueblo, por ejemplo, hace una crítica dura a los partidos y a los parlamentarios, incluyendo a los del FA y PC, porque considera que han abandonado las luchas sociales para asegurarse espacios y empleo en el aparato público.
Aun dentro de sus diferencias, en conjunto tienen la potencia suficiente para evitar que sectores de derecha, de centroderecha y de centroizquierda intenten instalar conceptos en la Constitución que bloqueen la posibilidad de legislar políticas públicas basadas en sus ideas.
El programa de la Lista del Pueblo, por ejemplo, propone “fortalecer a las juntas de vecinos, las cooperativas y otras organizaciones sociales no gubernamentales que puedan visibilizar las inquietudes de la ciudadanía e incrementar la participación. Por otra parte, la participación al interior de la empresa requiere el reconocimiento pleno del derecho de huelga, sindicalización y a la negociación colectiva”.
En cuanto a modelo de desarrollo, la propuesta de la Lista del Pueblo es “una visión ecologista del desarrollo económico y territorial que nos permita transitar a la superación del extractivismo, con una mirada de respeto hacia los seres vivos no humanos, teniendo como punto de inflexión el calentamiento global, que implica realizar los cambios profundos de cómo nos relacionamos con la madre tierra”.
A su vez, el convencional Adolfo Millabur, electo en un escaño reservado para el pueblo mapuche incluyó en su programa una propuesta de soberanía alimentaria, que promueve la protección del mercado doméstico:
“Soberanía alimentaria es la capacidad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica de la venta por debajo de los costos de producción”.
Wilfredo Bacián, convencional elegido por las comunidades quechua exige en su programa el reconocimiento constitucional de su pueblo, que le permita “gobernar” recursos naturales y servicios como salud y educación:
“Debe haber un reconocimiento expreso en la Constitución del deber del Estado de respetar la autodeterminación de los pueblos y el valor de las organizaciones territoriales como personas jurídicas de derecho público, para objeto de reconocer también expresamente autonomías territoriales, mediante las cuales los pueblos originarios gobiernen agua, tierras, patrimonio, biodiversidad, educación, salud y justicia comunitaria, entre otros elementos”.
Dentro del pacto del FA y el PC, la convencional Constanza Schonhaut, propone un sistema de salud público, gratuito financiado con la redistribución de cotizaciones previsionales e impuestos:
“El Estado debe asumir la organización de un sistema nacional público de salud, que sea universal y gratuito, financiado por cotizaciones previsionales de todos y todas y un aporte fiscal directo que surja de impuestos redistributivos”.
En materia de educación, la misma constituyente plantea que el Estado garantice educación gratuita y de calidad:
“Terminar del todo con el mercado de la educación y reconocerla como un derecho y no como un bien de consumo. El Estado debe asumir un rol preponderante en garantizar el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad”.
Acorde a expertos y constituyentes consultados por CIPER, las puertas se abrieron para que iniciativas de la matriz de la izquierda que alguna vez fueron frenadas por el TC “entren al juego”.
Claudia Heiss, doctora en Ciencia Política y militante de Revolución Democrática, dice que “en Chile se entendió que la protección constitucional era la protección del neoliberalismo. Que la defensa de la Constitución era la defensa de la empresa privada, básicamente, del interés privado. Y creo que hoy esa orientación se va a revertir como una defensa mucho más del interés público, del bien común. Ya no vamos a tener todas esas declaraciones de inconstitucionalidad que impedían hacer propuestas más redistributivas, como cuando el presidente Ricardo Lagos quiso incorporar en el AUGE un mecanismo redistributivo entre isapres y Fonasa y se declaró inconstitucional”.
Por lo mismo, dice que hay mucha más posibilidad de que propuestas como la desestimada titularidad sindical “tengan espacio en el sistema político”:
-Eso quizás no va a estar específicamente en la Constitución, pero sí probablemente va a haber una protección más robusta de los derechos laborales, sindicales, que se puede traducir después en ese tipo de normas.
Uno de los constituyentes electos que no está contabilizado en el grupo de los 77 registrado por CIPER, pero que apunta a dejar atrás el concepto de Estado subsidiario, es Mauricio Daza (Regionalismo Ciudadano Independiente). En entrevista con CIPER, analiza la correlación de fuerzas que quedó representada en la Convención Constitucional. Según dice, se siente contento porque “se ha generado una fuerza dentro de la convención que va a permitir avanzar, de manera decidida y real, para hacer cambios a la actual Carta Fundamental, la cual identifica los derechos sociales como espacios para que se puedan establecer mercados y negocios, más que para beneficiar a las personas”.
“Yo creo que la noción de Estado subsidiario va a desaparecer de la Constitución, concepto el cual se vincula con entender la acción del Estado solamente como algo que puede darse cuando los privados no quieren o no pueden intervenir en una determinada área”, añade.
Daza cree que, dada la composición de la Convención Constitucional, se puede garantizar que no existirá “cocina, entendiéndola como el espacio donde se negociaba el interés general de la gran mayoría de los ciudadanos, con el interés particular de los grandes grupos económicos, que en la práctica han gobernado Chile durante los últimos 40 años”.
Por último, el constituyente electo Fernando Atria (independiente en cupo de RD), analiza cómo quedó compuesta la convención y juzga que la nueva Constitución va a ser “de salida del neoliberalismo”:
-Yo no creo bajo ningún aspecto que en la convención vaya a haber dos tercios para poner en la nueva Constitución disposiciones neoliberales. El rechazo del pueblo chileno al neoliberalismo ha sido categórico y se manifestó en la composición con la cual quedó la convención (…). Con la actual composición creo que no hay ninguna posibilidad de que la Constitución contenga una limitación a la negociación colectiva por rama de actividad. Otra cosa es que la declare, pero que la impida me parece fantasioso pensarlo después del resultado de ayer. ¿Va a haber dos tercios para dificultar eso? No, ninguna posibilidad. Tampoco veo ninguna para que haya dos tercios para privatizar el agua.
Con 27 candidaturas electas, la Lista del Pueblo es uno de los bloques que asoma como protagonista en la redacción de la nueva Constitución. Su nómina de representantes está compuesta, principalmente, por liderazgos que brotaron al alero del estallido social de 2019, que no sintonizan con la política partidista y que lograron imponerse pese al escaso financiamiento que obtuvieron en comparación con sus contendores (vea reportaje de CIPER).
Los resultados de este fin de semana, ubicaron a la Lista del Pueblo como la tercera fuerza política con más representantes en las votaciones constituyentes, detrás de Vamos por Chile (centroderecha, 37 candidatos electos) y Apruebo Dignidad (PC y FA, 28). De hecho, la Lista del Pueblo superó a la nómina de la ex Concertación (25), lo que evidentemente es una muestra de la nueva configuración del mapa político nacional.
¿Pero qué rol jugará la Lista del Pueblo en la convención? ¿Cómo abordará los potenciales acuerdos que deberá establecer con el resto de los bloques?
En entrevista con La Tercera, Francisco Caamaño, el candidato que obtuvo la mayor cantidad de votos de este conglomerado (distrito 14), aseveró que hay que llegar a “mínimos comunes” en el nuevo proceso constitucional. Eso, dijo, puede abrir una puerta a negociaciones: “La Lista del Pueblo dijo que no iba a transar con la derecha, pero no sé qué tan cierto sea eso, porque por lo menos hay que llegar a mínimos comunes. No estoy hablando de que hay que ceder en todo. Pero hay mínimos comunes que se deben establecer, porque deben dar estabilidad en el país”.
Otra de las cartas ganadoras de la Lista del Pueblo, Giovanna Grandón (conocida como “tía Pikachu”, electa en el distrito 12), dice a CIPER que los convencionales de la Lista del Pueblo ejercerán un rol fiscalizador del comportamiento de los representantes de otros grupos de izquierda, como el FA y PC:
-Ellos se van a tener que alinear con el pueblo (…) porque para eso fueron elegidos. Y el pueblo ahora no va a perdonar que se den vuelta la chaqueta. La gente va a juzgar con fuerza. Estas no son las últimas elecciones y la gente va a elegir a los que trabajen por ellos. Ahora son los que tienen que levantar la voz y juzgar a los que no trabajen para lo que fueron elegidos.
En todo caso, Giovanna Grandón asegura que también están dispuestos a trabajar con quienes estuvieron por preservar la Constitución actual: “Ellos (la derecha) primero votaron Rechazo. Y perdieron. Ahora dicen que quieren arreglar la Constitución. Pero nosotros la queremos arreglar para todos, queremos más oportunidades para las personas que no las tienen. Y en eso tenemos que llegar a acuerdos”.
Puedes escuchar este reportaje aquí:
*Audio realizado por CarolinaPereira.de