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La insurrección en el Capitolio desafió la forma en que los medios de EE.UU. presentan los disturbios y dan forma a la opinión pública
11.01.2021
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11.01.2021
Los medios de EE.UU. suelen llamar “violentas” las manifestaciones vinculadas a los afroamericanos y “molestas” las de los grupos liberales, explica esta columna. Advierte que esas etiquetas han modelado la opinión pública pero reconoce que el asesinato de George Floyd y los hechos del Capitolio han hecho que las principales cadenas revisen sus coberturas. Salvo los medios de derecha, los cuales no han cambiado y “distorsionan las realidades de la insurrección”.
Traducción de Emilia Guzmán
Lo ocurrido el miércoles de la semana pasada en el Capitolio de Estados Unidos estuvo fuera de lo común. Lo mismo ocurrió con la cobertura de ese hecho.
Las imágenes transmitidas en vivo por los noticiarios y los videos y las fotos compartidas en redes sociales fueron impactantes. Una imagen mostraba a un hombre que había irrumpido en el edificio sentado en una silla, con los pies en el escritorio, en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Un videoclip mostraba a una multitud persiguiendo a un oficial de policía mientras éste corría escaleras arriba.
Como investigadora de los medios y de los movimientos sociales, quedé absorta viendo los eventos violentos que se desarrollaron. Mis investigaciones sobre las protestas muestran que la forma en que los medios presentan las manifestaciones – por ejemplo, como disturbios o actos de resistencia– ayudan a moldear la visión que tendrá el público sobre los objetivos de la protesta. Generalmente, la cobertura de noticias presta más atención a las estrategias disruptivas de los manifestantes que a sus objetivos, especialmente cuando se trata de protestas en contra del racismo que sufre la población afroamericana o acciones que desafían radicalmente el status quo.
Al enfocarse en los disturbios, sin informar sobre el contenido ni sobre las agendas y objetivos de la protesta, la cobertura contribuye a una “jerarquía de la lucha social” en la que las voces de algunos grupos de influencia se elevan sobre otras.
Sin embargo, los eventos del miércoles fueron diferentes. Las audiencias de noticias no están acostumbradas a ver violencia en las manifestaciones ciudadanas en apoyo a un presidente, y menos en la magnitud que presenciamos en el Capitolio. Esto se transformó en una novedosa prueba para los medios de comunicación respecto de cómo presentan las movilizaciones y los objetivos que las causan.
Los medios de comunicación tradicionales han sido objeto de fuertes críticas por su cobertura de las protestas por los derechos civiles, más recientemente después de la muerte de George Floyd. Un estudio sobre las manifestaciones entre 1967 y 2007 concluyó que las protestas a menudo se enmarcaban como molestias, en especial cuando los que protestaban eran ideológicamente liberales. Pero era menos probable que las protestas conservadoras se vieran como molestias. Mis investigaciones han mostrado que las protestas en contra del racismo tienden a ser etiquetadas como “disturbios” más que otras manifestaciones.
Sin embargo, gran parte de la cobertura de los eventos en el Capitolio eliminó etiquetas eufemísticas como “protestas”, “mítines” y “manifestaciones” al describir lo que estaba sucediendo.
En cambio, los medios de comunicación etiquetaron el evento como un “asedio” o “insurrección” llevada a cabo por una “multitud”
También es notable que, al menos una cadena importante, CNN, describió el evento como “terrorismo” – un término aún más común en las descripciones de musulmanes y personas de color que en los supremacistas blancos.
En mi trabajo, sugiero a los periodistas que equilibren la atención que ponen a las acciones de los manifestantes, con las razones y las quejas que llevaron al manifestante a la calle; y que eso lo reflejen en sus reportes. Este equilibrio generalmente se inclina hacia las acciones, especialmente cuando estas involucran violencia o daños a la propiedad o cuando hay enfrentamientos con la policía.
A pesar de la escalada de eventos desde protesta a insurrección, la cobertura inicial del miércoles pareció incluir los agravios de los participantes. La cobertura también se enfocó en el comportamiento policial, pero parecía más preocupada por la falta de vigilancia. La policía no se presentó con equipo antidisturbios o blandiendo bastones cuando los partidarios de Trump subieron los escalones del Capitolio. No había tanques ni rifles de gran calibre cuando llegaron los manifestantes.
Esto también fue diferente a otras protestas. Muchos han comentado en las redes sociales que, si esta hubiese sido una protesta del movimiento Black Lives Matter, el resultado habría sido diferente. La suposición es que las autoridades tratan de manera diferente las insurrecciones patrocinadas por Trump.
Algunos medios de comunicación, como USAToday, dejaron clara esta diferencia comparativa en sus reportes. Y esta no es una narrativa típica en la cobertura de noticias de protesta en los medios de corriente principal.
Incluso la cobertura de noticias inicial de Fox News parecía en gran medida en línea con el encuadre de otros canales de noticias, hasta la noche, cuando los comentarios del programa “Tucker Carlson Tonight” cambiaron la narrativa de la cadena.
El monólogo de Carlson el miércoles por la noche abordó a medias el asedio, pero pidió a la audiencia que considerara por qué personas como Ashli Babbitt, la mujer asesinada a tiros durante la toma del Capitolio, asistieron al mitin en primer lugar. Al detallar su trágica muerte, Tucker dijo: “no se parecía nada a los niños enojados que hemos visto destrozando nuestras ciudades en los últimos meses”. Carlson usó esta idea para dirigir su crítica a los líderes liberales y los resultados de las elecciones.
Algunos pueden descartar los comentarios de Carlson como irrelevantes y radicales. Sin embargo, la forma en como encuadra los hechos da una idea de cómo los medios de derecha han tratado de retratar ciertas protestas en los últimos años y las consecuencias de esa acción.
Mi colega de la Universidad Estatal de Michigan Rachel Mourão y yo hemos utilizado datos de encuestas de panel de 2015 y 2016 para explorar las actitudes de los medios sobre las protestas en general y las organizadas por Black Lives Matter específicamente. Los resultados muestran que el aumento del consumo de noticias de organizaciones de derecha como Fox y Breitbart no afectó realmente la opinión de la gente sobre las protestas en general. Pero sí se correlacionó fuertemente con opiniones negativas sobre algunas de las quejas y demandas centrales relacionadas con Black Lives Matter.
Más evidencia se encuentra en otros medios populares de derecha. Su enfoque de los hechos no destaca en absoluto las acciones violentas de los disturbios llevadas a cabo por la multitud enfurecida.
Menos de 24 horas después del asedio, la página de inicio del sitio web de derecha One America News Network (OAN) estaba desprovista de imágenes de protestas. Mientras tanto, Breitbart tenía una imagen de Mark Zuckerberg al frente y al centro. Ese artículo describía cómo Facebook había “incluido en la lista negra” a Trump después de los “eventos” en Capitol Hill.
Medios de comunicación de derecha no solo distorsionan las realidades de la insurrección, sino que socavan y borran el impacto de tales acciones antidemocráticas. Si no lo ves, no piensas en ello.
Muy distinto fue lo que se observó en los sitios web de medios de comunicación como ABC, NBC, CBS y CNN, así como en las portadas de los periódicos – tanto en línea como impresos – de todo el país.
En los últimos meses, algunas organizaciones de noticias se han comprometido a abordar las deficiencias en cobertura, incluida la forma en que los reporteros cubren las protestas. Si los disturbios que siguieron al asesinato de George Floyd desencadenaron un muy bienvenido cuestionamiento a los medios, entonces la insurrección en el Capitolio podría ser el evento que ayude a los medios a comprender mejor por qué el enfoque que se da a estas noticias es importante.
Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation. Lea aquí el original. CIPER lo difunde en el marco del acuerdo que ambos medios tienen para divulgar investigación académica en formato accesible para todo el público.