CIPER ACADÉMICO / INFORME
Encuesta Ipsos-Espacio Público: chilenos adhieren a expertos (en abstracto) y rechazan a políticos concretos
10.11.2020
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CIPER ACADÉMICO / INFORME
10.11.2020
¿Qué constituyentes quieren los chilenos? Mientras los partidos se afanan buscando nombres, la encuesta IPSO-Espacio Público, da algunas señales. Los chilenos y chilenas prefieren “profesionales destacados” y “expertos en temas constitucionales” antes que “políticos”, “empresarios” y “rostros de televisión”. Pero antes de que los expertos destapen champaña, los autores de esta columna advierten que una cosa es la preferencia abstracta por expertos y otra es que expertos específicos tengan respaldo. En particular porque aunque las personas no confían en los políticos, para el 61% de los encuestados la tendencia política de los candidatos importa.
(Diego Pardow es abogado de la Universidad de Chile. Magister y Doctor en Derecho por la Universidad de California, Berkeley. Es presidente ejecutivo de Espacio Público.
Manuel Arís es sociólogo y magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos de la Universidad Alberto Hurtado. Investigador de Espacio Público.)
Crédito foto de portada: Jorge Vargas / Migrar Photo
El proceso constituyente es un proceso político inédito en nuestra historia reciente y el interés ciudadano por su desarrollo parece reconocerlo así. Con el triunfo de la opción Apruebo en el reciente plebiscito de entrada se confirma un itinerario para la redacción de una nueva constitución, en el que se incluye la elección de las personas que serán responsables de llevar a cabo esta tarea.
Existen muchas interrogantes acerca de las características que la ciudadanía valora positiva y negativamente respecto de los potenciales candidatos a convencionales constituyentes. Aunque el proceso recién comienza, es posible apreciar ciertas tendencias en la opinión pública respecto de la composición de la convención. La encuesta de Ipsos y Espacio Público sobre el perfil de candidatos al proceso constituyente muestra una desafección con la política partidista que muchos investigadores habían documentado previamente, al tiempo que mitiga algunos de los riesgos que parecen haberse instalado en nuestro debate púbico.
En primer lugar, es interesante constatar que, a la hora de valorar posibles candidatos a la convención constituyente, los encuestados confían significativamente más en “profesionales destacados” y “expertos en temas constitucionales”. A su vez, desconfían de “políticos”, “empresarios” y “rostros de televisión”. Estas preferencias son consistentes entre los distintos segmentos en que pueden agruparse a los encuestados, tales como como el género, el nivel socioeconómico o la posición política.
A su vez, perfiles como “dirigentes sociales” o de “movimientos ciudadanos” aparecen con una valoración intermedia. Ello es consecuencia de la menor confianza relativa que inspiran estos candidatos entre posibles votantes de “derecha” o de quienes eligieron la opción “rechazo”. Consecuentemente, los perfiles políticos y de rostros son los que generan menor confianza en la población.
Una primera interpretación a estos datos podría señalar que en nuestro país la ciudadanía preferiría elegir para la convención a expertos en temas constitucionales, especialmente en comparación con políticos profesionales o rostros de personajes conocidos. Ello representa un desafío importante para los partidos políticos y organizaciones de independientes, quienes deberán proponerle a la ciudadanía candidatos y candidatas que atiendan a esta intención mayoritaria de la población. Pero hay que tener una precaución: la preferencia por este tipo de perfil en esta encuesta se realiza en abstracto, esto es, sin ningún nombre concreto sobre la mesa. Es probable que, al presentarse las candidaturas, los nombres que elijan los partidos políticos o movimientos de independientes sean personajes conocidos, que puedan generar cierta identificación emocional con la población. Ante las mismas preguntas planteadas en este estudio, pero en un contexto distinto, en el que el dilema por los perfiles sea realizado entre personas de carne y hueso, con historia, trayectorias de vida y eventuales vínculos emocionales con la ciudadanía, las preferencias perfectamente podrían cambiar.
Consideremos el siguiente ejemplo de hace algunos años, donde la valoración positiva concreta respecto de nuestro actual Presidente de la República pareciera haber afectado la manera de valorar en abstracto la relación entre corrupción y política. En la encuesta anual de Espacio Público e Ipsos, Chilenas y chilenos hoy: desafiando los prejuicios, complejizando la discusión, del año 2017, preguntamos qué tan probable era abstenerse de votar por un candidato a la presidencia viculado a situaciones de corrupción, siendo mucho más alta la “tolerancia a la corrupción” en las personas que se identificaban con la derecha. Durante el desarrollo de ese estudio se realizaba la campaña presidencial del 2017, en la cual el principal candidato de derecha era Sebastián Piñera. Distintos medios de comunicación vinculaban a este candidato con situaciones de corrupción, tales como las sanciones administrativas asociadas con la compra de acciones de LATAM o la investigación criminal relacionada con el Banco de Talca.
Dos años más tarde, sin candidaturas reales que implicaran un dilema concreto para la ciudadanía, la tolerancia a la corrupción entre los adherentes de la derecha disminuyó. Durante 2019, un 91% de las personas que se identificaron con la derecha señalaron que era muy probable o probable que se abstuvieran de votar por un candidato a la presidencia vinculado con casos de corrupción.
Otra conclusión relevante de la encuesta de constituyentes es que, de la serie de encuestas que hemos realizado con Ipsos estos años, esta es la primera vez que el clivaje izquierda-derecha muestra tanto poder explicativo. Ello contrasta, por ejemplo, con el estudio sobre las Movilizaciones que parecía explicarse a partir de diferencias etáreas, o el de Cuarentenas donde las diferencias respondían al nivel socioeconómico. En el capítulo sobre violencias de la encuesta Chilenas y Chilenos Hoy del año 2019 se percibe con mayor intensidad la «violencia institucional», como el alto precio de los medicamentos o el bajo monto de las pensiones, que los saqueos o barricadas. Ello es consecuencia de la mayor legitimación que tenían las protestas violentas entre los jóvenes. Por su parte, en la encuesta sobre Cuarentenas, se aprecia que el impacto de la crisis sanitaria y económica es más fuerte en los hogares socioeconómicos bajos.
Aunque el proceso constituyente aparece como el más “político” de los conflictos que hemos analizado con Ipsos Chile durante el último año, la población confía poco en que las personas con “trayectoria política» puedan contribuir a resolverlo. Paradójicamente, la tendencia política de los candidatos a la convención constituyente es un factor importante para el 61% de la población, siendo similares en la izquierda, el centro y la derecha. Estos datos ponen en tela de juicio la idea de una desafección política en nuestra sociedad: ¿valoramos negativamente y en abstracto la “politización” de determinadas discusiones, o más bien la intervencion de un conjunto concreto de dirigentes políticos?
Este artículo es parte del proyecto CIPER/Académico, una iniciativa de CIPER que busca ser un puente entre la academia y el debate público, cumpliendo con uno de los objetivos fundacionales que inspiran a nuestro medio.
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