Nueve vidas del Neoliberalismo
04.09.2020
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04.09.2020
Nines Lives of Neoliberalism examina la historia, las distintas vidas y manifestaciones del Neoliberalismo, un proyecto ideológico mucho más complejo que la reducida mirada económica con que suele definirse, sostienen los autores. “Es un libro estimulante que nos advierte que el proyecto neoliberal cuenta con un número importante de reservas para rearticularse y ajustarse incluso ante condiciones aparentemente adversas para su subsistencia”, escribe el autor de esta reseña.
El neoliberalismo se ha posicionado como una de las nociones clave del lenguaje político y académico de las últimas décadas. El término suele ser usado críticamente para señalar la vereda que no queremos transitar, el estado de cosas que queremos superar. Su uso inflacionario ha servido para cubrir todo el espectro de lo políticamente indeseable, funcionando, así, como especie de semántica de denuncia que busca remover los límites de la imaginación política construídos sobre la base de la economía como fuente de normatividad y conducción de la vida social.
Una de las críticas más comunes a este empleo difuso del término hace alusión al bajo rendimiento explicativo que tendría[1]. El neoliberalismo, argumentan sus críticos, es algo que puede ser todo y nada al mismo tiempo (Venugopal, 2015). Estas descripciones afirman que el neoliberalismo es una categoría desprovista de rigor conceptual y, por lo tanto, inadecuada para examinar la complejidad de los procesos políticos contemporáneos (Bonefeld, 2017; Dunn, 2017). En una dirección similar se encuentra la crítica militante, operación directamente política que busca borrar todo rasgo de este proyecto ideológico. A diferencia del tratamiento esencialista movilizado en la crítica académica, esta última versión aboga directamente por la inexistencia del sujeto y la política neoliberal. Ni Friedman, Ni Hayek se definieron a si mismos como neoliberales, afirman quienes apuestan por la invisibilización de esta forma discursiva. En algunas ocasiones esta narrativa toma incluso la forma del olvido: si alguna vez he visto un neoliberal, la verdad es que no me acuerdo[2]. Es como si de un momento a otro hubiesen desaparecido de las aulas universitarias y la alta administración pública todos los agentes que han ayudado y servido a lo que alguna vez pudo ser denominado neoliberal.
Si miramos con algo de distancia estas controversias sobre el concepto, resulta evidente que el neoliberalismo no es un hombre de paja, ni mucho menos un cuerpo ideológico altamente coherente, sino más bien un proyecto social cuya trayectoria debe ser rastreada históricamente. Dieter Plehwe, Quinn Slobodian, y Philip Mirowski han dedicado gran parte de su trabajo a examinar las características y vida operativa de este colectivo de pensamiento como parte de una red de actores, instituciones e ideas. Su reciente libro colectivo, Nine Lives of Neoliberalism (Verso, 2000), resitúa la pregunta acerca de los atributos que le han brindado longevidad al neoliberalismo. En lugar de abandonar el uso de esta categoría por su carácter movedizo, las contribuciones presentes en este libro nos invitan a examinar las claves para comprender la sobrevida política de este proyecto justamente en la elasticidad de sus normas y principios. Qué es el neoliberalismo y cómo se articula en nuestra vida social, por tanto, son preguntas altamente relevantes para el contexto actual, sobre todo en un momento en el que nos acercamos hacia un proceso deliberativo en el cual discutiremos democráticamente los principios normativos que adoptaremos para organizar nuestro ordenamiento político-institucional.
Nines Lives of Neoliberalism es un libro estimulante que nos advierte que el proyecto neoliberal cuenta con un número importante de reservas para rearticularse y ajustarse incluso ante condiciones aparentemente adversas para su subsistencia.
¿Qué es lo que explica la habilidad del neoliberalismo para salir con vida incluso ante situaciones de alto riesgo? El libro Nine Lives of Neoliberalism, aborda esta pregunta examinando las diversas formas en las que se ha articulado y movilizado este heterogéneo cuerpo de pensamiento y prácticas. Una de las principales tesis de este libro es que este proyecto presenta una flexibilidad y adaptabilidad asombrosa, tanto en la forma en que articula sus postulados y premisas epistemológicas, como en las estrategias de difusión impulsadas por diferentes agentes e instituciones sociales a nivel transnacional. Flexibilidad y adaptabilidad, dos atributos que le han permitido responder con cierto éxito a las cambiantes condiciones que ha enfrentado el neoliberalismo en las últimas décadas, y que conformarían el núcleo de la resistencia neoliberal.
Uno de los grandes aciertos de este libro es evitar el tratamiento estático y monolítico de este concepto. En este sentido, los autores están plenamente conscientes de que la plasticidad de las normas y principios neoliberales no nos debería llevar a abandonar apresuradamente cualquier intento por comprender las causas de su resiliencia político-social. Abandonar el uso de un concepto por su naturaleza dinámica y contradictoria – sostienen los editores – equivale a una especie de negacionismo autodestructivo que pasa por alto que tanto marxismo como liberalismo han experimentado fragmentaciones y recombinaciones similares a lo largo de las décadas, por lo que no habría por qué esperar algo distinto de este controvertido proyecto social (Plehwe, Slobodian y Mirowski, 2020: 3).
Mientras que para muchos el neoliberalismo sigue siendo visto como sinónimo de desregulación, privatización, Chicago Boys, Hayek, Friedman y Pinochet, Nine Lives of Neoliberalism invita a examinar la vida operativa de este proyecto en espacios y movimientos intelectuales comúnmente desconocidos. Sabemos, por ejemplo, que, a diferencia del liberalismo tradicional, el proyecto neoliberal reconoce la necesidad de un marco institucional fuerte para imponer el tipo de sociedad de mercado que considera necesaria (Biebricher, 2019; Dawes, y Lenormand, 2020). Como ya lo había notado Foucault (2007), el neoliberalismo se distancia de la doctrina liberal del laissez-faire, precisamente al reconocer que los “mercados buenos” no surgen naturalmente, sino que es preciso intervenir políticamente para garantizar las condiciones institucionales de su existencia. Es ahí el prefijo “neo”. Ahora bien, la forma en que este proyecto ideológico piensa la acción estatal se encuentra lejos de ser unívoca. Lograr aislar al mercado de la planificación y la democracia requiere de un esfuerzo multidimensional en el que interactúan diversas concepciones valóricas, científicas e institucionales, las cuales se articulan a través procesos granulares de ingeniería política que permiten adaptar el credo neoliberal a los diversos contextos sociopolíticos en los que busca operar. (Püringer, 2020: 286).
El libro se estructura en cuatro partes. En cada una de ellas, los autores buscan distanciarse de los lugares comunes que han caracterizado la discusión sobre “lo neoliberal”. En la primera de ellas, por ejemplo, las contribuciones de Martin Beddeleem, Edward Nik-Khah y Quinn Slobodian examinan la relación variable entre ciencia y neoliberalismo, desmitificando las nociones que asocian mecánicamente neoliberalismo con fundamentalismo de mercado. El trabajo de Martin Beddeleem es particularmente ilustrativo al respecto. Si bien Beddeleem comparte la tesis que explica la vitalidad del neoliberalismo por su posición hegemónica entre las elites económicas, sugiere que la desconcertante continuidad de este proyecto ideológico puede ser mejor explicada cuando se observa su dinamismo epistemológico. Para Beddeleem, los neoliberales tienen una asombrosa capacidad para abandonar teorías y modelos obsoletos con el fin de producir respuestas aparentemente nuevas a las reiteradas crisis que han enfrentado. Bajo esta lógica, el neoliberalismo “hizo de la búsqueda del conocimiento y la verdad una cuestión política, y dio a la cuestión del orden social una respuesta epistemológica: lo que podemos hacer depende en última instancia de lo que podamos saber” (Beddeleem: 23).
La segunda parte del libro reúne tres trabajos que ponen en cuestión el supuesto fundamentalismo del pensamiento neoliberal en lo que respecta a la configuración economicista y atomista de las subjetividades. Estos trabajos muestran que este proyecto no puede ser fácilmente reducido a la versión cliché del homo economicus, autointeresado y obsesionado con la búsqueda de la maximización individual. Como demuestra Melinda Cooper[1] en su interesante análisis sobre la confluencia entre los valores conservadores y el pensamiento neoliberal, la historia del neoliberalismo está marcada por alianzas estratégicas aparentemente improbables. En el caso norteamericano, por ejemplo, Cooper muestra que los pensadores neoliberales promovieron diferentes formas de intervenciones jurídicas en la esfera privada de la familia con el objetivo de liberar al Estado de sus responsabilidades relativas a la seguridad social. El objetivo de esta práctica, sostiene Cooper, fue promover el desplazamiento de la solidaridad económica estatal hacia formas de solidaridad centradas en la responsabilidad familiar y los lazos de parentesco, lo cual implicó transformaciones sustantivas en el ámbito del derecho de familia (2020:96).
La tercera parte, compuesta por los trabajos de Hagen Schulz-Forberg, Matthias Schmelzer y Philip Mirowski, examina la vocación internacionalista del proyecto neoliberal a la luz de las experiencias históricas marcadas por el fin del sistema Bretton Woods y el orden monetario internacional. Las contribuciones de esta sección abordan las controversias internas de la Sociedad Mont Pèlerin (el colectivo creado por Hayek en la década de 1940) respecto al tipo de cambio que debía prevalecer en el plano internacional, y los intentos de purificación doctrinaria que algunos de sus miembros desplegaron con el fin de ganar influencia sobre esta materia. En términos generales, una de las lecturas que se pueden extraer de esta sección es que los neoliberales fueron exitosos en la colonización de diferentes instituciones internacionales puesto que, a pesar de sus divergencias internas, lucharon externamente en base a una movilización altamente unificada. Diferentes aspectos dan cuenta de esta adaptabilidad. Aunque comúnmente se suele indicar el coloquio de Walter Lippmann (1938) como el lugar de nacimiento de esta doctrina, Schulz-Forberg (2020:169) da cuenta del papel que jugaron los neoliberales en las redes vinculadas a la Sociedad de Naciones, la que en efecto auspició la organización del Coloquio de Lippmmann. En este aspecto, los neoliberales fueron tempranamente conscientes de la necesidad de movilizar sus conceptos centrales tanto en el plano nacional como internacional. Ello torna necesario estudiar el despliegue de este cuerpo de ideas, y especialmente la circulación de sus conceptos fundamentales, como parte de una historia global y un campo de pensamiento dinámico y en permanente disputa.
Este enfoque es profundizado por Matthias Schmelzer, quien examina las estrategias que emplearon los neoliberales con el fin de superar sus divergencias internas respecto a la discusión sobre el tipo de cambio que debía predominar en el plano internacional. La controversia implicaba dos posiciones principales: los proponentes del estándar oro, lideradas por Ludwig von Mises, Wilhelm Röpke y Friedrich Hayek, versus los defensores de un tipo de cambio flexible, entre los cuales se encontraban Milton Friedman, Fritz Machlup y Gottfried Heberler. Frente a este panorama, Schmelzer destaca la importancia de desentrañar los debates internos para desmitificar la imagen de coherencia interna que se le atribuye al pensamiento neoliberal. Parte de la eficacia de la estrategia neoliberal debe verse en un permanente ejercicio de flexibilidad que se materializa en dos niveles: al interior de la Sociedad Mont Pèlerin, a través de sus debates internos, y fuera de dicha organización, a partir de una movilización externa unificada.
La parte final del libro está dedicada a examinar las diferentes modalidades y prácticas de difusión del credo neoliberal. El título de esta sección es sugerente: “Influencia neoliberal más allá de Reagan, Thatcher y Pinochet”. Aquí, el énfasis fundamentalmente conceptual de las secciones previas entra en diálogo directo con el estudio de la vida material de los conceptos, esto es, su dimensión operativa y también espacial. El trabajo de Marie-Laure Djelic y Reza Mousavi (2020: 257) examinan el rol que jugado por la fundación Atlas, think tank fundado en 1981 por Anthony Fisher, en la difusión del pensamiento neoliberal[2]. Las ideas importan, “pero necesitan instituciones para viajar”. La forma en que viajan y circulan las ideas nos informa sobre la materialidad de los espacios conceptuales que dan forma a este ideario. En el caso de la fundación Atlas, es posible comprender no sólo cómo se globalizó el modelo de think tank neoliberal, sino también las condiciones estructurales, materiales y organizacionales que han ayudado a su difusión, influencia y performatividad. Para Djelic y Mousavi, Atlas cumple el rol de “difusor y conector” de una amplia y densa red que da forma a la arquitectura transnacional del ideario neoliberal (281). En términos tácticos, en lugar de fomentar un discurso anti academicista, la fundación buscó legitimarse a través de la cooptación de académicos y escritores que simpatizaban con la causa neoliberal[3].
En suma, Nines Lives of Neoliberalism ofrece una visión mucho más compleja y enriquecida sobre el proyecto neoliberal y su vida operativa. Si bien se trata de un libro de historia intelectual, las explicaciones ensayadas en este trabajo no se limitan al “poder de las ideas” para explicar la vida social del neoliberalismo, sino que recurren a un marco más general, en el que participan instituciones y alianzas políticas que permiten su cristalización en el espacio social. Un aspecto que llama la atención de este trabajo, sin embargo, es el segundo plano al que queda relegada la intrincada relación entre neoliberalismo y formas jurídicas. Este aspecto resulta tanto o más inquietante conociendo el lugar central que jugó el derecho en el ejercicio de reprogramación conceptual consolidado en la carta constitucional de 1980 (Cordero, 2019; Cordero, Lobos, Valenzuela, 2020). Probablemente esto podría haber sido subsanado dedicando una parte completa al análisis de la relación entre neoliberalismo y derecho. Por otro lado, si bien los editores de este libro reconocen que enfocarse en la historia intelectual no implica descuidar los aspectos materiales que explican la durabilidad del fenómeno, lo cierto es que se nota la ausencia de una visión de conjunto que permita establecer conexiones claras entre las diferentes variables que ayudan a mantener con buena salud el credo neoliberal. En este sentido son iluminadores los esfuerzos desarrollados por Aldo Madariaga (2020), quién recientemente ha propuesto un marco interpretativo tripartito que relaciona ideas, intereses e instituciones en la explicación de la resiliencia del neoliberalismo. En la misma dirección, también resulta interesante el trabajo de José Ossandon y Sebastián Ureta (2919), quienes han hecho contribuciones importantes orientadas a comprender la forma de gobierno que ha permitido al neoliberalismo un mayor poder de adaptabilidad.
Con todo, Nines Lives of Neoliberalism es un libro estimulante que nos advierte que el proyecto neoliberal cuenta con un número importante de reservas para rearticularse y ajustarse incluso ante condiciones aparentemente adversas para su subsistencia. En este contexto, resulta necesario dejar atrás las definiciones engañosamente parsimoniosas con el fin de capturar la amplia gama de posiciones y políticas que perfectamente puede ser compatibles con el cosmos neoliberal. Considerando estas observaciones, resulta bastante plausible sostener que lo que algunos analistas han identificado como el fin del modelo, no sea sino un obituario más sobre la “ya no” extraña resistencia del proyecto neoliberal.
Dawes, S., y Lenormand, M. (2020). Neoliberalism in Context: Governance, Subjectivity and Knowledge. Switzerland: Palgrave Macmillan .
Bonefeld, W. (2017). The Strong State and the Free Economy. London: Rowman & Littlefield.
Dunn, B. (2017). Against Neoliberalism as a Concept. Capital & Class.
Madariaga, A. (2020). The three pillars of neoliberalism: Chile’s economic policy trajectory in comparative perspective. Contemporary Politics.
constitucional?, ¿. r. (2020). CIPER. Obtenido de https://ciperchile.cl/2020/07/23/se-rompe-el-hechizo-constitucional/
Ossandón , J., y Ureta, S. (2019). Economy and Society. Problematizing markets: market failures and the government of collective concerns.
Cordero, R., Lobos, R., y Valenzuela, R. (2020). ¿Se rompe el hechizo constitucional? CIPER.
Cordero, R. (2019). Giving society a form: Constituent moments and the force of concepts. Constellations.
Biebricher, T. (2019). The Political Theory of Neoliberalism. Stanford University Press.
Foucault, M. (2007). Nacimiento de la Biopolítica. Curso en el Collège de France. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
[1] Para más información al respecto, véase el siguiente enlace.
[2] En palabras del escritor peruano Mario Vargas Llosa: “Me considero liberal y conozco a muchas personas que lo son y a otras muchísimas más que no lo son. Pero, a lo largo de una trayectoria que comienza a ser larga, no he conocido todavía a un solo neo-liberal”. Disponible aquí.
[3] Sobre el trabajo de Melinda Cooper relativo a la relación entre los valores familiares y la reproducción del neoliberalismo, véase “Family Values: Between Neoliberalism and the New Social Conservatism”, publicado el 2017.
[4] Parte de la estrategia de la fundación Atlas para lograr este objetivo de difusión ideológica ha sido reforzar la presencia mediática de ciertas personalidades promotoras del discurso neoliberal, tales como el abogado Axel Kaiser, miembro de la Sociedad Mont Pèlerin y presidente del directorio de la Fundación para el Progreso (FPP), think tank asociado a la fundación Atlas, o la politóloga y presentadora de televisión guatemalteca Gloria Álvarez, activista y colaboradora en diferentes fundaciones neoliberales del continente. Para más información sobre la fundación Atlas y su influencia en latinoamerica, véase el trabajo desarrollado Karin Fischer y Dieter Plehwe, “Redes de think tanks e intelectuales de derecha en América Latina” (2013). Disponible aquí.
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