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César Rodríguez Urzúa | 15.08.2020
La Thalidomide, cuyo compuesto químico principal derivada de N-phthalovlglutamide o amida de ácido italiglutámico, que fue sacado al mercado por la industria farmacéutica alemana Chemie Grünenthal GmB, en la entonces República Federal Alemana, sustancia desarrollada durante un programa de drogas antihistamínicas para el tratamiento de las alergias, pero al encontrarse que no era muy efectiva en este campo, se determinó que tenía un efecto hipnótico y sedante. Esto según lo informa oficialmente la compañía, que hasta antes de la segunda guerra mundial era una pequeña industria familiar de Stolberg-Les-Aquisgrán que empezó fabricando antibióticos para otras compañías. La Talidomida, fue sacada al mercado por Chemie Grünenthal GmB bajo el nombre de Contergan y se recetaba para las mujeres como antiemético para luchar contra la “enfermedad de la mañana” o “para las náuseas matutinas” que presentaban en sus primeros meses de embarazo, fue considerada como “La píldora milagrosa” y en efecto, eso era lo que parecía: procuraba un sueño reparador, no era adictiva y, aún en dosis excesivas, no mataba como sí lo hacían los barbitúricos. Presentaba tan pocos riesgos que en algunas partes se vendía sin receta médica. En 1961, “La píldora durmiente del siglo” había vendido ya 1,5 millones de marcos de la época; los alemanes consumían un promedio de 15 millones de píldoras al año. En un artículo titulado en inglés “March 3, 1999: Pharmacological Hades”, (3 de Marzo de 1999: Infierno Farmacológico) uno de los científicos de Chemie-Grünenthal que protagonizaron el lanzamiento “oficial” de esta droga al mercado, no ocultaba su desazón cuando escribe: Contergan contenía más ventajas que otras píldoras para dormir de entonces (…)La no-toxicidad fue probada en un hombre de 21 años que ingirió 144 píldoras de Contergan Forte, 15 gramos completos de talidomida y sobrevivió sin presentar efectos secundarios visibles”. Era tal la confianza de los fabricantes en la inocuidad de la píldora, que el medicamento se vendía con el rótulo: “Especialmente conveniente para el embarazo”, pero la verdad era muy distinta a la que presentaban los fabricantes, pues luego se descubriría que el Contergan, que fue distribuido en más de 50 países con al menos 80 nombres distintos, y que luego se descubriría los verdaderos efectos que causaba la droga, que en verdad causaba daños graves e irreparables en los recién nacidos, se dice que esta droga dañó a una generación entera. Algunos de los otros nombres de Contergan que se vendió en otros países incluyendo Chile: Algosediv, Asmadion, Asmaval, Bonbrrin, Calmorex, Coronarobetin, Distaval, Ectirulan, Enterosediv, Gastrime, Grippex, Imidan, Imidene, Imidene Ipnotico, Isomin, Kevadon, Lulamin, Neo Nibrol, Neosydyn, Neurosedyn, Nevrodyn, Noctosediv, Noxodyn, Peracon Expectorans, Poly-Giron, Poligripan, Prendi-Sediv, Psycholiquid, Psychotablets, Quetimid, Quietoplex, Sanodormin, Sedalis, Sedimida, Sedin, Sediserpil, Sedoval K 17, Slip, Softenil, Softenon, Talarfan, Talimol, Tensival, Thalinette, Theophilcholine, Ulcerfen, Valgis y Valgraine. Según el Instituto de Genética Humana de Münster (Alemania 1981) emite un listado de países en donde se comercializó la droga y el número de casos “oficialmente reconocidos” de bebés nacidos con malformaciones, en ella se puede apreciar que sólo dan cuenta de 18 países en donde estuvo presente la droga: Irlanda con 32 casos, Bélgica con 28 casos, Brasil con 23 casos, Holanda con 14 casos, Finlandia con 10 casos, Suiza con 10 casos, Portugal con 8 casos, Siria con 5 casos, Austria con 4 casos, España con 4 casos, México con 2 casos, Perú con 2 casos, Ghana con 1 caso, Sudán con 1 caso, Chipre con 1 caso, Pakistán con 1 caso, Nicaragua con 1 caso, Mozambique con 1 caso. Lo que deja una verdadera sombra de duda ante “lo oficial”, pues no se nombra a Alemania, Reino Unido, Francia, Japón, Suecia, Venezuela, Noruega, Canadá, Colombia, Argentina, Ecuador, Costa Rica, Dinamarca y Chile. En este último país se ha logrado establecer que efectivamente la Talidomida fue fabricada, vendida y distribuida bajo los nombres de Softenon Supositorios, Softenon Tabletas, Softenon Jarabe, Thalidomida Tabletas, Betasedán Tabletas y se autoriza a los Laboratorios Recalcine (bajo licencia alemana), Instituto Bioquímico Beta y Farmoquímica del Pacífico S.A., cuestión que será probada más adelante. La Talidomida dejó una cifra no oficial de más de 20.000 bebés nacidos en el mundo con malformaciones y se calcula que otros 100.000 nunca llegaron a nacer o dejados abandonados a su suerte en los hospitales o derechamente asesinados luego del parto. La tragedia de la Talidomida, marca un antes y un después en los futuros estándares de investigación y procedimientos que adoptaron los países antes de aprobar la salida al mercado de los medicamentos.
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