DETALLES DEL PLAN LOCAL QUE MANTIENE A RAYA EL COVID EN LA CIUDAD CON MÁS CONTAGIOS
La receta de Punta Arenas: dos veces ha estado al borde del colapso y su red de salud respondió
26.04.2020
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DETALLES DEL PLAN LOCAL QUE MANTIENE A RAYA EL COVID EN LA CIUDAD CON MÁS CONTAGIOS
26.04.2020
Adaptaron el hospital para la atención privilegiada de casos Covid-19, aumentaron sus camas UCI para adultos de seis a 24 en un mes, reorganizaron turnos y reemplazos, cuentan con 28 ventiladores, montaron un laboratorio para procesar exámenes de detección y mantienen en alerta el sistema de evacuación aérea de pacientes. El jueves 9 y el domingo 19 de abril Punta Arenas estuvo al límite de su capacidad para atender casos críticos, pero salió adelante. Aunque la respuesta local ha sido eficiente, la ciudad que tiene el mayor nivel de contagio en el país ya está al límite. Ahora depende de que las autoridades centrales envíen más ventiladores y personal de reemplazo.
El miércoles 22 de abril marcó un pequeño hito, pero significativo, en la pelea que está dando el personal del hospital de Punta Arenas para mantener a raya el Covid-19 en la ciudad con la más alta tasa de casos positivos: cinco veces más que el promedio del país. Ese día desconectaron de un ventilador mecánico a una de las funcionarias del mismo centro asistencial que se había contagiado. Después de varias jornadas de incertidumbre, el personal médico volvió a sonreír: habían salvado a una de las suyas.
Dos veces son las que Punta Arenas ha estado al límite de su capacidad para asistir a enfermos graves que requieren un ventilador mecánico. La primera ocurrió el jueves 9 de abril. La segunda el domingo 19 de este mismo mes. En ambas, se ocuparon los recursos humanos y materiales a su máxima capacidad, con una prolija coordinación para alcanzar a evacuar algunos enfermos hacia el norte y recibir, prácticamente al mismo tiempo, nuevas unidades de ventiladores enviadas por el Ministerio de Salud (Minsal).
El sistema sanitario de Punta Arenas ha debido funcionar como un reloj en estas horas de incertidumbre. Nada ha quedado al azar. Se capacitó y organizó el personal médico para cumplir nuevos turnos de cuidados intensivos –y para reemplazar a los funcionarios que cayeran en cuarentena–, las camas críticas aumentaron de seis a 24 en un mes, cuentan con 28 ventiladores, se mantiene en alerta el servicio de evacuación área de pacientes que funciona permanentemente en la región y el hospital se organizó como un centro asistencial dedicado casi exclusivamente a atender casos de Covid-19. Los pacientes con otras patologías fueron derivados a clínicas y otras unidades médicas de la zona.
La gestión local de los recursos de salud ha sido altamente eficiente, al punto que en su reciente visita a la ciudad el ministro Jaime Mañalich y el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, la mencionaron como un ejemplo a seguir.
Pero Punta Arenas aún camina por la cornisa. Los casos positivos siguen aumentado, a pesar de la cuarentena que cumple tres semanas, y tanto los médicos como autoridades de la ciudad señalan que ya no dependen únicamente de la buena gestión de los recursos locales humanos y materiales. En este punto, requieren que la autoridad central cumpla con la parte del plan que no está en manos magallánicas: enviar más ventiladores y personal médico de reemplazo. Si eso no ocurre, es altamente probable que Punta Arenas vuelva a vivir un tercer cara a cara con la posibilidad de que su sistema de salud se desborde.
El ministro Mañalich viajó a Punta Arenas este fin de semana. Llevó dos ventiladores mecánicos para el hospital local (con lo que suman 28 unidades). Entregó las estadísticas diarias del país desde la ciudad austral y no se cansó de elogiar el manejo de la pandemia que ha hecho el sistema de salud regional. La autoridad evaluaba levantar o extender, este lunes 27, la cuarentena que se decretó para Punta Arenas a inicios de abril.
Para los médicos de la zona, consultados por CIPER, es crucial que la cuarentena se mantenga, porque de lo contrario las cifras se podrían disparar. De hecho, mientras todo el país le ha tomado el peso a la delicada situación que vive la ciudad, gran parte de sus propios habitantes incumplen el aislamiento. El pasado sábado 25 se pidieron 16.767 permisos y 362 salvoconductos, números demasiado altos para una región que tiene 178 mil habitantes, según indicó el intendente José Fernández.
El 1 de abril, para cuando se decidió iniciar la cuarentena en Punta Arenas, había 102 personas contagiadas de Covid-19 en la comuna y 114 en la Región de Magallanes. El informe epidemiológico del Minsal emitido el 20 de abril, mostraba que a tres semanas de adoptada esa medida el número había crecido a 470 en la comuna y 501 en la región. Fue en esas mismas tres semanas que el Hospital Clínico de Magallanes -donde se tratan los pacientes de coronavirus en esa región- estuvo a punto de colapsar dos veces.
Primero fue el 9 de abril. Los contagios superaban los 200 y, de las 21 camas críticas del hospital, 19 estaban ocupadas por pacientes que necesitaban ayuda de un respirador mecánico. Ya esa semana habían convertido camas críticas cardiológicas y de tratamiento intensivo (UTI), para dar abasto a la necesidad creciente con la expansión del virus en la región. Con solo dos disponibles, si esa noche llegaban más pacientes críticos o si algunos de los hospitalizados agravaban su estado y necesitaban un respirador artificial, no daría abasto.
A través de la unidad centralizada de camas, desde Punta Arenas se contactaron con los hospitales en Santiago para gestionar el traslado de tres pacientes a la capital. El hospital también consiguió el préstamo de tres ventiladores del Hospital Naval y de la Clínica Magallanes. Con eso, quedaron con siete camas despejadas en caso que en la noche recrudeciera el brote.
El domingo 19 de abril la situación volvió a ser crítica. Días antes habían llegado dos ventiladores desde el gobierno central pero, de nuevo, estuvieron a pocos pacientes del colapso. Funcionarios del hospital señalan que siguen trabajando casi al límite: el martes 21 tenían un 90% de sus camas críticas ocupadas. El miembro de la Mesa Social Covid-19 que asesora al gobierno y ex presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, insistió en esa alerta en T13 Radio.
Ricardo Contreras, director del Hospital Clínico de Magallanes y ex general de Salud de Carabineros, explicó por escrito a CIPER que la respuesta oportuna del sistema se debe a que ellos comenzaron su preparación para la pandemia en enero:
“En el Hospital sabíamos de los casos que se reportaban en China y Europa desde diciembre, por las primeras alertas que se generaron desde la Organización Mundial de la Salud. Nos comenzamos a preparar en enero, a partir de las instrucciones que fueron emanadas desde el nivel central, las cuales inicialmente generaron instrucciones respecto a Vigilancia Epidemiológica, aspectos relacionados a Laboratorio Clínico y Prevención y control de infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS)”.
Así, continúa la explicación de Contreras, el equipo médico del establecimiento definió un Plan de Contingencia: “Comenzando el hospital con un trabajo muy rápido para implementar camas, readecuar espacios, reforzar personal, adquirir elementos de protección personal, coordinar donaciones, informar al personal entre otros. Cronológicamente, durante marzo implementamos antes de la llegada del primer paciente los protocolos para la Fase I, luego a fines de ese mes la Fase II y rápidamente la Fase III y IV. El día 19 (de marzo, un día después de la declaración de estado de catástrofe) ya contábamos con un plan de acción para la Fase IV”.
La autoridad sanitaria ha dicho que es probable que el fuerte brote que vive la ciudad se deba a que recibieron cruceros con pasajeros contagiados. Eso habría ocasionado la rápida propagación del virus. A diferencia del resto del país, Punta Arenas no tuvo un colchón de tiempo para detectar los primeros casos y trazar sus contactos para aislarlos. Su situación se parece más a la que se vivió en países como Italia y España, que recibieron múltiples contagiados en poco tiempo.
Lo positivo es que para el primer caso detectado en la ciudad, el 16 de marzo, el sistema sanitario local ya estaba en alerta y sus funcionarios sabían lo que debían hacer. También han sido útiles mecanismos que usan normalmente. El director Contreras indicó a CIPER que, al ser el único recinto de alta complejidad de la región, cuentan con convenios para trasladar pacientes. “El Servicio de Salud y el hospital cuentan con protocolos, personal entrenado y servicios licitados para traslado de pacientes. Esto se activa cada vez que es necesario. Durante marzo y abril hemos trasladado 15 pacientes, de los cuales 10 son por neumonía grave asociada a Covid-19”, precisó.
Según detallaron a CIPER funcionarios del hospital, gracias a esos convenios los pacientes trasladados a Santiago van en aviones ambulancia de Carabineros, la FACH y una empresa privada. El problema es que los vuelos se autorizan y parten desde Santiago y duran tres horas, lo que hace que tengan que calcular seis horas de espera. Eso, si el clima es favorable. Si el viento sopla muy fuerte, si no hay visibilidad por la nieve, no hay posibilidad.
Según un reporte diario que entrega la intendencia, a este domingo 26 la región tenía 668 casos acumulados. De ellos, la mayoría en Punta Arenas: 632. Hace algunas semanas, el alcalde Claudio Radonich informaba que su ciudad tenía tres veces más contagios que el resto del país. Hoy, según los datos del informe del Minsal, en la comuna son casi siete veces más que a nivel nacional. Cada día, en promedio, se diagnostican unos veinte nuevos positivos. Y ya han muerto nueve personas.
Los funcionarios del hospital temen que ya no pueden ampliar más su capacidad. Si los contagios siguen creciendo al mismo ritmo, si no se “aplana la curva”, van a depender de que en el resto del país haya camas críticas libres, si es que pueden trasladar pacientes. Si no, es posible que aumenten las muertes.
Además de los ventiladores mecánicos que han llegado, la unidad de recuperación post operatoria también se convirtió en un espacio para el cuidado de los casos críticos. Seis máquinas de anestesia ahora están convertidas en respiradores artificiales y listas para ser usadas en caso de ser necesario. Ya están trabajando todos los funcionarios que pueden hacerlo: “Hemos aumentado (el personal) en los casos necesarios y hemos reorganizado los recursos (humanos) internos de otras áreas que han disminuido su actividad producto de la contingencia. No ha sido fácil”, dice el director del hospital. Entrega también algunos detalles de cómo se ha hecho esa reorganización:
“Los turnos se han modificado dependiendo de las áreas. A modo de ejemplo, los cuartos turnos se cambiaron para realizar turnos de 24 días y descansar 3 para enfermeras. Otros equipos están rotando semanalmente, como en Farmacia y Laboratorio. En caso de otras especialidades, como oncología, los funcionarios realizan las prestaciones y luego hacen labores de teletrabajo. En caso del personal administrativo, para aquellos que ha sido posible, dada la naturaleza de sus funciones, realizar teletrabajo con conexión VPN o similar, se ha implementado. Depende muchísimo de cada realidad para cada equipo en particular”.
Aún así, según indicaron a CIPER trabajadores del hospital, faltan especialistas médicos, enfermeros y técnicos. Ese reclamo histórico hoy se hace más urgente, porque no han podido contratar nuevo personal para asegurar los reemplazos, debido a que muchos profesionales de la salud que viven en la región temen contagiarse.
Al respecto, el director del hospital explicó a CIPER que el máximo de funcionarios que tuvieron que estar en cuarentena preventiva por haber, por ejemplo, trabajado en un mismo turno con alguien que dio positivo, fueron 69. Al 22 de abril ese número había bajado a 29. “Contagiados confirmados tenemos 72, seis se han recuperado. Lamentablemente tenemos cuatro hospitalizados. Gracias a los esfuerzos de nuestros equipos clínicos hoy (22 de abril) una funcionaria que estuvo en ventilación mecánica sale de la UCI a una cama de cuidados medios”, detalló Contreras.
Uno de los puntos críticos es que la infraestructura del hospital resiste hasta cierto número de ventiladores conectados sin saturar los ductos de oxígeno que recorren el edificio. En el Hospital Clínico de Magallanes, que ha ido convirtiéndose por completo en un “hospital Covid” ya está casi al tope.
Así las cosas, la opción que queda es que se mantengan las cuarentenas y que los vecinos de Magallanes sean capaces de respetarlas. Funcionarios de la salud y municipales confirmaron a CIPER que, día a día, se emiten permisos temporales que superan el 10% de la población: “Hay un segmento que no entiende aún que esto puede ser muy complicado”. En especial porque, según confirmaron funcionarios de la salud primaria a CIPER, los niños aún no están vacunados contra la influenza, por lo que el regreso a clases y la aparición de las enfermedades respiratorias que cada invierno saturan las salas de espera podrían hacer más crítica la situación.
La campaña de invierno en la Región de Magallanes tiene algunas particularidades, según explicaron a CIPER el presidente del Colegio Médico de la región, Gonzalo Sáez, y el director del Hospital Clínico. Empieza antes y dura más que en el resto del país. Las condiciones climáticas “hacen que la campaña de invierno sea más intensa y prolongada”, dijo el director Contreras. El doctor Sáez agrega que es importante que el resto del país mire la región por eso mismo: cómo se comporte el contagio en la zona y cómo reaccione el sistema de salud local puede servir para evaluar las medidas que se tomen en otros puntos del territorio nacional.
Contreras, explicó que en cada invierno “reforzamos nuestros equipos con apoyo médico, de enfermería y de kinesiología adicional para cada campaña. Durante los últimos dos años hubo un incremento en los casos de virus respiratorio sincicial en niños e influenza, con el peak adelantado respecto a zona central y norte del país”. El problema, según los funcionarios de la salud primaria consultados por CIPER, es que este año no se ha vacunado a todos los niños y aún no se sabe cuándo se hará, por lo que, esta vez, el escenario sí podría ser crítico si se suma al avance del Covid-19.
Los funcionarios de la salud consultados por CIPER no tienen acceso a los datos de los contagiados que les permitan identificar la trazabilidad de los casos. La Seremi, que recoge y sistematiza esa información, no les ha entregado los informes, aunque según les dijeron deberían hacerlo pronto. También les informaron desde la Seremi que la mayoría de los casos son trazables. De todas maneras, podría haber problemas con los casos que se identificaron antes de que se instalara en la región el primer laboratorio de análisis de tests PCR (para detectar el coronavirus), a principios de abril. Hasta ese momento, los exámenes se enviaban al Instituto de Salud Pública, en Santiago, para su estudio. Los resultados demoraban hasta una semana en llegar.
Hoy los exámenes se analizan en un laboratorio aledaño al hospital que se instaló contra el tiempo en dependencias del Centro Asistencial Docente y de Investigación (CADI) de la Universidad de Magallanes. En ese laboratorio trabajan funcionarios del hospital, de la universidad y de la PDI. Según detalló a CIPER el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, analizan 50 exámenes diarios, al tope de su capacidad, pero esperan ir aumentándola. El director del hospital resaltó que la habilitación del hospital es otra muestra de trabajo conjunto bajo presión que comprometió esfuerzos de distintas entidades:
“Pese a nuestra lejanía geográfica hemos sido capaces de generar esfuerzos conjuntos y colaborar para un objetivo común que fue no tener que enviar muestras a Santiago. Respecto a los reactivos, para nadie es un secreto que estos comienzan a escasear a nivel internacional sobre todo para las líneas de extracción automatizada. No obstante, nosotros podemos procesarlas manualmente sin problemas”.
Las muestras se toman en el mismo hospital. Desde los consultorios, funcionarios reclamaron a CIPER que ellos no pueden tomar tests porque no tienen los insumos. La falta de exámenes y, a partir de ellos, la pesquisa de posibles contagios fue clave, según el alcalde Radonich, para la pérdida de la trazabilidad de los primeros casos:
-Testeábamos mandando las muestras a Santiago, al ISP. Nos demorábamos entre siete y ocho días. Estábamos con acumulaciones que eran de 400, 300, 500 tests. Entonces, se dio el caso que con esta demora los casos uno y dos dieron vueltas por muchas partes.
Al 22 de abril, según informó el director del hospital a CIPER, ese centro asistencial tenía 45 pacientes confirmados con Covid-19. De ellos, 17 se encontraban en la UCI y 28 en aislamiento en camas de cuidados medios. Además, había 16 pacientes categorizados como graves, de los cuales 14 estaban conectados a un ventilador mecánico.
El presidente de la Fenprus del Hospital Clínico de Magallanes, el kinesiólogo Damián Hurtado, señala que si bien hoy las cosas se ven estables, nada asegura que mañana todo pueda empeorar: “Cada día es muy movido, muy dinámico. El cuadro de la enfermedad es así, violento. Por eso no tenemos claridad sobre cuáles (pacientes) pueden evolucionar a ser más graves, porque por ejemplo hay casos como el del joven de 26 años que falleció en O’Higgins y que no tenía ninguna patología base. Es muy relativo y por eso los cuidados tienen que ser extremos”.
Según indicó el director del hospital, son muchos los factores que pueden gatillar un escenario aún más crítico: “Es claro que enfrentaremos distintas situaciones: el agotamiento y efectos de la presión en nuestros equipos profesionales y técnicos; seguramente la menor disponibilidad de reactivos y elementos de protección personal (EPPs) como ha sido la tónica para nuestro país que es eminentemente importador de estos elementos”.
Pero tiene confianza en que la respuesta del personal de salud estará a la altura: “Hemos actuado con una anticipación y decisión que hoy otros países lamentan no haber tenido. En lo local, aumentar de seis camas UCI Adulto a 24 en menos de un mes con posibilidades de pronto contar con 30 es un esfuerzo de gestión, recursos y médico gigante. El sector público de salud ha sido el escudo para la región y el país completo”.
Los funcionarios de la salud consultados por CIPER concuerdan con el director Contreras en que a nivel del hospital se han organizado rápida y eficientemente. Pero sostienen que aún hace falta un plan claro que determine cuándo se consideraría que le región está en una situación crítica y que especifique las medidas se tomarían para aliviarla. Especialmente, que señale cómo va a intervenir el Minsal para descongestionar el servicio.
– Nosotros tenemos un plan en el hospital, pero que desde el Ministerio de Salud nos digan “esto es lo que vamos a hacer cuando ustedes alcancen esta cifra”, no hemos tenido nada de eso. Y por qué, porque la información ha sido en general manejada con sigilo, una reserva que no permite hacer proyecciones a nadie. No sabemos qué va a hacer el Minsal si de nuevo llegamos a una crisis, no tenemos idea-, dice el presidente del Colegio Médico de Magallanes, Gonzalo Sáez.
En el hospital, de manera interna, han determinado que cuando los 28 ventiladores estén ocupados y deban empezar a usar las máquinas de anestesia como respiradores, esa será la alerta roja.