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Comentarios (7)

Mauricio Corco Reyes | 22.02.2020
¿un cuasi TC?, ¿ algo así como una autoridad moral, más que cohersitiva? Algo así, como mire señir, la constitución dice que no se lucra con la educación, usted verá, si recurre a otros métodos como, no lucrar directamente con la entrega de conocimiento, pero si puede decidir cobrar por el arriendo de las instalaciones, usted verá si eso es moralmente aceptable o no, señor, pero la constitución dice claramente que no se lucra con la Educación. En Chile la justicia es pura farza.
veritas lex grupo jurídico | 21.02.2020
Hice un comentario y no aparece publicado. ¿Será que lo de los comentarios es solo para los que le sean agradables al autor o a CIPER?
veritas lex grupo jurídico | 20.02.2020
Interesante disertación, pedagógica y didáctica; buena sintaxis. Sobre el fondo, me permito disentir. Me parece más un deseo que una posibilidad práctica que se pueda concretar en la realidad y que además de concretarse sea de utilidad jurídica y política para el accionar cotidiano de los tribunales y el legislativo. En Chile está vigente el término "Cuasi Delito", implantado en su legislación por el ilustre jurista venezolano Don Andrés Bello en los albores de la República. El prefijo "cuasi" nos indica que algo es en parte una cosa y en parte otra, que algo es casi una cosa y por tanto casi no es esa cosa, lo cual contradice el principio filosófico de la identidad. Parménides, antes que Aristóteles, ya había postulado :" lo que es, es y lo que no es, no es". Abg. Rafael Medina Villalonga
Alberto | 20.02.2020
Estimado, muchas gracias por compartir esta columna. Me pareció lucida y clara (apta para bobos como uno). Respecto a la existencia y rol del TC, me gusta la idea de un organismo político que ilumine el debate público y funcione como guía para jueces y legisladores (función epistémica). En teoría suena bien, en la práctica quizás no tanto. En países deshonestos como el nuestro donde las convicciones dependen de lo que está en juego, cualquier sugerencia del TC para la revolución de conflictos terminaría también en tribunales. Si somos expertos en algo es en encontrar la pirueta legal para conseguir lo buscado. Además, las sugerencias que TC epistémico pueda emitir respecto al comportamiento de las personas y organizaciones no serían tomadas en cuenta. El poder sin poder no es poder. Por otro lado, un TC con poder de acción practico (función adjudicativa) no me parece adecuado por dos razones. Primero, entiendo que el organismo en general falla respecto a realidades cotidianas desde una posición muy teórica y rígida. Segundo, el TC suele invalidar procesos legislativos en los cuales se ha invertido mucho tiempo (y dinero, considerando los salarios de nuestro honorables legisladores). Al menos en la forma como opera hoy, me parece increíblemente ineficiente. Personalmente, me parece más sensato remover tal institución y dar poder de resguardo de la constitución a los tribunales y jueces ordinarios. Después de todo los jueces son un punto intermedio entre la teoría y la realidad de la sociedad, lo que le daría un carácter más plástico a la constitución y así adaptable a diferentes realidades. En la misma linea, me parece que la constitución debe reformarce para ser un documento que establezca lineamientos, una "guía fundamental para nuestra acción política" que fije un camino y un cómo se debería transitar por este. La combinación de un documento guía y jueces con potestad constitucional podrían dotar a Chile de gran adaptabilidad, cualidad necesaria para tiempos cambiantes. En teoría suena bien, en la practica quizás no tanto.
Fresia | 20.02.2020
Pienso que el TC debe ser modificado, tanto en el sistema de nombramiento de sus integrantes, como en el valor que se le asigna a sus pronunciamientos. Debería ser un ente Jurídico más que político. En sus pronunciamientos, se podría pensar que es un guardián de las ideas de cierto sector de la sociedad chilena, más que un ente jurídico imparcial.
Fresia | 20.02.2020
En mi opinión, el TC debería ser modificado en el sistema de nombramiento de sus integrantes. Ha demostrado, por sus pronunciamientos, ser un ente político, más que un ente jurídico serio. Además, concuerdo con lo expresado en el análisis, sus pronunciamientos sólo deberían ser consideraciones a tener en cuenta, entre otras, sin tener un carácter resolutivo como en la actualidad, actuando como un supra poder, por sobre el poder Legislativo y el Judicial.
Carolina | 19.02.2020
Yo creo que el TC debe seguir como esta para corregir las injusticias que cometen los politicos
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