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Comentarios (73)

Miguel | 11.09.2021
Digno de estudio como es que a gente le escandalice, le cause escozor que personas se levanten a defender lo suyo , a evitar el saqueo , la destrucción , el vandalismo de sus pertenencias , " usan lumas" , jaja incluso se lee comico lo alarmante del uso de lumas cuando en la otra vereda tienes encapuchados con molotovs, fierros y una mentalidad totalmente destructiva y anda de empática ,mientras se normaliza turbas de personas cuyo diccionario es escaso , cuya racionalidad es más que cuestionable y respeto a la ley , moral y principios de convivencia básicos son reiteradamente quebrantados , esto es un eufemismo claramente, podríamos definir de otra forma todo este comportamiento. La nota habla de desprecio , de insultos hacia "la clase inferior" divertido , sinico , pues la unica ideologia que plantea COMBATE , la unica ideologia que plantea una "lucha" , es la extrema izquierda y su comunismo. "Los ricos son malos, los pobres son buenos"
Armengol | 18.07.2020
"Ya van a ver, las balas (imaginarias) van a volver."
Ilse Gonzales | 18.07.2020
El gusto de ver la paja en el ojo ajeno. El autor no puede ser mas hipocrita.
Malu | 18.12.2019
Buen comentario, pero lamentable que se muestren imágenes que puedan ayudar a quienes no queremos .....
Daisy Merchant | 17.12.2019
La violencia que alega haber encontrado al interior de los chalecos amarillos, no se ve muy distinta ni mayor que las de cualquier otro grupo... eso de denigrar a los contrarios, verbal, sexual, socialmente, en todas las formas posibles, es bastante similar, e incluso los que apoyan las manifestaciones tienden a ser mucho mas agudos y directos, identificando a sus objetivos a descalificar y atacar, ademas de expresar abiertamente sus intenciones de mutilar a las fuerzas de orden o determinadas personas... lo que hace este tipo es construir, armar una visión, que podría ser montada a la inversa sin ningún problema e incluso seria mucho mas violenta
Carolina Beckdorf | 16.12.2019
Interesante artículo. Es importante destacar que dentro de la denominada clase alta también están los llamados “siúticos” que serían aquellos grupos de clase media que prosperan e intentan imitar sus costumbres, así como, los derechamente llamados “nuevos ricos” con menor nivel de sofisticación que los primeros en términos de su evolución hacia siúticos. Los dos grupos mencionados pudimos observarlos en el Mall de la Dehesa “roteando” y denigrando a manifestantes que bien pueden haber sido sus pares en forma previa a su movilidad social y en definitiva son los más violentos e intransigentes y podrían denominarse a mi juicio en la "primera línea de fuego" de clase alta. Esto último, lo digo por experiencia propia, pues estudie en una universidad pública; un espacio en donde efectivamente puede lograse la movilidad social. Lamentablemente pude constatar a través de los años, que muchos de mis pares universitarios de orígenes pobres (en recursos) o vinculados al PC, grupos anarquistas o ultra izquierda, hoy en día se sienten parte de una “elite de clase media” . Muchos de ellos con cargos gerenciales o puestos bien remunerados presentan un alto clasismo, en el sentido de querer diferenciarse respecto a los que están abajo y acercarse lo más posible a los que están arriba. En tal sentido, lo cuestionable no es solamente que discriminen los grupos poderosos sino los menos poderosos como la emergente clase media acomodada, la cual dicho sea de paso comparte un origen similar al de la clase media baja o derechamente pobre, lo cual es un rasgo bien distinto de nuestro país, en donde aquellos que creen pertenecer a una “elite” suelen olvidarse de sus orígenes y antepasados, sean estos familiares o amigos, lo cual no es un fenómeno que se observe en países desarrollados. Creo que ese fenómeno debería ser analizado de mejor manera, pues me parece muy probable que muchos de los jóvenes que vemos marchando con tanto ímpetu en las protestas, criticando a la supuesta “elite” chilena quieran precisamente parecerse a ella en el futuro, lo que es sin duda un efecto negativo del sistema neoliberal y de la segregación existente. También seria necesario analizar el clasismo y discriminación que se produce desde las clases medias bajas o pobres hacia personas que consideran "cuicas" por el simple hecho de tener un apellido extranjero, haber estudiado en un colegio privado o tener fenotipo europeo, aun cuando muchas de estas personas a las cuales se les discrimina a la inversa compartan la necesidad de sentar las bases para una social democracia en nuestro país, si aquello fuese posible desde luego. Al autor primeramente, le recomiendo leer el libro el siútico (Oscar Contardo), que presenta el fenómeno del clasismo desde todos los puntos de vista (los de arriba y los de abajo, como fantástica serie inglesa); en segundo lugar le sugiero indagar en aquellos espacios en los cuales un grupo alto de la población que el columnista clasifica como "clase alta" o "media alta" (inmigrantes vascos, alemanes, ingleses, italianos, entre otros, que llegaron a Chile empobrecidos en busca de oportunidades o sea no "aristócratas" ) esta a favor de las demandas sociales y aboga por un país más justo e igualitario, ello con el objeto de no caer en "caricaturizaciones" y conclusiones generalistas; en tercer lugar le recomiendo indagar cual es la percepción que tiene la "primera línea" de las protestas, "estudiantes secundarios" y "grupos violentistas" sobre la supuesta "clase alta chilena" incluida la que participa en las manifestaciones y comparte sus demandas; y finalmente le recomiendo al autor que en su próxima hazaña, su investigación se centre en las poblaciones más desprotegidas del país, en donde a diario ocurren saqueos, incendios y balaceras que a diario afectan los grupos más vulnerables de Chile, las cuales pierden a diario sus fuentes de ingreso y el de sus familias, indagando con ellos, su percepción de los narcotraficantes, anarquistas y delincuentes que amenazan a diario sus derechos humanos fundamentales (el que ocupen chaquetas amarillos no los vuelve ni de derecha ni de izquierda). En fin, coincido plenamente con un columnista nacional que destaca "los chilenos son cobardes y oportunistas", a lo cual agrego "irresponsables" al contribuir sus propios periodistas a la generación de un odio de clases o de "razas" como lo denomina el autor que en nada contribuyen a resolver la crisis social que afecta y afectará de peor manera a nuestro país en los próximos meses producto de la polarización existente. Gracias, Gracias,
Isabel | 12.12.2019
El que es distinto genera distancia, desconfianza, temor. Parece difícil sentirnos semejantes con las distancias educativas, culturales, y geográficas, que antes se disminuían en el encuentro en los colegios públicos,. La verdad que la gente de clase alta no se siente cómoda cerca de otros distintos, yo que soy de clase media, tampoco disfruto en una ambiente demasiado pirulo, tengo el prejuicio que son superficiales y vacíos que lo de gente linda es solo apariencia, pues toda la educación que muestran desaparecen al tratar a alguien distinto. En resumen el prejuicio es de todos lados. Colegios y barrios integrados, algo de ello hay en Peñalolén, Lo Hermida, Comunidad Ecológica, pueblos originarios, Inmigrantes , Barrios y casas de alto valor, donde viven profesionales y gente con mas recursos. Esto me parece que puede ayudar para mirar al otro sin temor ni odio. La familia y los amigos son finalmente los que nos acompañan pero la comunidad mas amplia genera sensación de pertenencia.
Jorge | 12.12.2019
Harto debilucho el artículo. Se espera más de CIPER...Solamente confirma lo que se respira en las calles de todo Chile, que hay división y cero empatía. Pero el autor coloca en una balanza a quienes son promotores y gestores directos de destrucción (encapuchados) y a quienes quieren defender su trabajo a toda costa (porque si no trabajo, no como). En síntesis, se dio muchas vueltas en wikipedia para llegar a lo mismo que todos sabemos. Saludos!!
Javier | 11.12.2019
Me llama la atención que el mismo autor dice que los "chalecos amarillos" son disciplinados, se contienen entre ellos, etc., mientras que los "otros" van a gritarles insultos y los desafían entre otras cosas, pero concluye que los "chalecos amarillos" son lunáticos violentos. Señala que los "chalecos amarillos" saludan a los carabineros y les dan señales de respeto, se mantienen calmados sin hacer escándalo, etc., pero luego concluye que la única explicación para que carabineros no les tire agua es que haya una situación de "complicidad"... No vengo a abogar por uno u otro lado en términos políticos, sólo quiero señalar la poca objetividad de este artículo.
Paolo | 11.12.2019
Primero, Gracias al autor por compartir su estudio. Segundo, Creo que los chalecos amarillos criollos surgieron desde el miedo, del temor que hordas fuera a saquear y quemar sus casas. Desde esa perspectiva creo resulta lícito defender lo tuyo (bienes y familia). Yo también lo haría, si fuera necesario. Tercero. Dentro del movimiento de chalecos amarillos hay gente “loca”, muy exaltada, con Tanta o más violencia que aquellos que saquean. Lo digo pues lo vi desde adentro: vecinos con machetes esperando se cruce un “roto”. Espero y quiero creer que son los menos, excepciones. Tal como aquellos que creen que “robándole al rico y saqueando al empresario ladron hay justicia”, como un Robin Hood contemporáneo
Arturo | 11.12.2019
Se escuchan ese tipo de comentarios, muy propio de grupos que se perciben a si mismos como....grupo. Pero al revés, he escuchado una cantidad de prejuicios y caricaturizaciones enorme sobre toda la elite. En todos los matinales, en cualquier medio publico, de hecho en este mismo reportaje, se busca agrupar y denostar, algo que para otros segmentos sería inconcebible, dado el buenismo social. Lo curioso es que se crea que esto puede ser terminado por leyes o violencia contra las elites, cuando eso lo que hace es robustecerlas y alinearlas
don chopi | 11.12.2019
Corto, impreciso, mal redactado, falto de ideas, repetitivo académicamente. Un alumno de pregrado de segundo año podría hacerlo mejor. Esperaba más de este "artículo"
Lorenzo | 11.12.2019
Ahí nomás la columna. Poco rigurosa, muy sesgada, el tal “infiltrado” salta a las conclusiones con demasiada rapidez. Además, aunque sea una columna de opinión, me parece irresponsable que se generalice tanto a los distintos “bandos” y aún más irresponsable incitar al odio y a la extrema polarización. Afortunadamente, la realidad no es esta caricatura que ha dibujado el autor, pero luego desafortunadamente hay muchos que toman estos “testimonios” como una excusa más para seguir odiando.
Jorge | 09.12.2019
Excelente poner el tema en la palestra, ya que este tema se vive hace décadas en todos los estratos sociales, me atrevería a decir que tod@s han tenido su momento de racismo en algún momento de la vida. Esto se ve en las poblaciones donde el que tiene un mejor pasar ya se siente superior al vecino de toda la vida, y cría a sus hijos con ese sentimiento de superioridad. Siempre se critica el racismo hacia arriba, pero cuesta darse cuenta que tb se ejerce hacia abajo. Claramente el racismo que tiene la clase política y dominante económicamente del país, muchas veces es sin ningún cuidado, es algo que brota de manera natural de las personas, tal como fue visto por tod@s en la Dehesa. Me encantó el reportaje ??????
Samuel | 09.12.2019
Me parece que es una caricatura que generaliza, que demoniza a la gente que quiere defender un espacio, defender lo logrado. Mucha música, mucho canto de sirena de un "estudioso" del comportamiento humano. Tomar la parte por un todo, no da como resultado: una verdad absoluta. Bastaría saber la tendencia política de quien realiza dicho estudio (el de Ciper , ya lo sabemos, tiene domicilio politico). El estudio, una muestra ideologizada, carece de objetividad; es algo así como, el Paco (actor) que renunció... Nada hace referencia al otro bando, a lo que el llama no-raza, de los comentarios, memes, y un sin fin de odiosidades, tanto o más graves que las del grupo estudiado.
Marcela | 09.12.2019
Muy bien explicada la mentalidad "subnormal" de quienes se sienten normales. Mi primer pensamiento al ir leyendo, fue ¿por qué ocultan nombres? Y luego me respondí sola, desde mi lado más "simio", bueno, para proteger a las familias, que culpa tienen ellos de la "des"integridad de estos "pseudo" humanos. No pude dejar de recordar la serie "Handmaid's tales" -Cuentos de la Criada- me descompone el solo pensar en un sociedad así. Solo espero que la consciencia siga creciendo, para que aflore realmente la humanidad. Pd.: los Simios tenemos más HUMANIDAD que estos pseudo humanos.
Paulina López | 09.12.2019
Sale a la luz en este reportaje el avance de la deshumanización de la clase económica más enriquecida y a la vez con una pobreza ética que horroriza. Antes eran "la gente linda" ahora son personas embrutecidas por el odio hacia los más pobres. Una nueva constitución política debería considerar con urgencia el respeto a la persona humana cualquiera sea su condición. Muchas instancias del derecho fallaron en Chile para haber llegado a este odio entre clases socioeconómicas.
Claudio | 08.12.2019
Esto es la polarización del país, nada nuevo bajo el sol. Antes eran los momios y los upelientos. Hoy los simios y los fachos, cada cual defendiendo lo suyo el mismo egoísmo unos con resentimiento odiando con envidia lo que tiene el otro, el. Otro grupo defendiendo lo suyo y tratando de que no hayan cambios. Este grupo como siempre despreciando al de otra condición social. En resumen el reportaje solo recoge más de lo mismo y nada nuevo bajo el sol.
Emile Vigeant | 08.12.2019
Es impactante darse cuenta que las personas de ese status puedan llegar a despreciar de tal manera a “los otros”, ciertamente la empatía escasea, y ellos como personas que viven de forma diferente, no pueden imaginarse siquiera la denigración que sufrirían viviendo de la forma en que nosotros vivimos la clase media o baja, y sin embargo, se concentran en denigrar a los demás por la forma en que viven. El mundo es bastante cruel, Chile no es una excepción, uno no puede elegir donde nacer, y lamentablemente nos ha tocado lidiar con un sector que prácticamente roza el nazismo, o al menos las ideologías más extremas que puedan haber en cuanto a la diferencia de clases y de razas.
Jorge Mires | 08.12.2019
Muy buen artículo, si me lo permiten me gustaría contribuir en algo. El chiste de los.minjstros (el compre flores o levantese mas temprano) tiene las consecuencias que tiene porqué se basa en la visión del mundo antes descrita. Por un lado los racionalistas capaces de usar las oportunidades del sistema, por el otro los simios incapaces de maximizar su utilidad. Y es eso lo que le recuerda a los jóvenes generaciones de humillaciones y clasismo que ellos salen a vengar. Esta crisis, es el paraíso de un cuentista social, es como una operación a tajo abierto que nos permite ver el interior de un organismo.
Rosita Navartete | 08.12.2019
Un buen artículo de opinión y como maestra lo he venido observando desde hace muchas décadas (los que leyeron Palomita Blanca recordarán atisbos de esta discriminación racial) en Machuca, otro ejemplo. Me entristece mucho la involución que se ha producido en nuestros país, tal y como dice el artículo es un tema de educación y del experimento en que nos vimos sumergidos con el sistema neoliberal. Se generó un culto al infinito individualismo y al consumismo, sin tomar en cuenta el espíritu del ser humano, el valor de la naturaleza, la veneración de la tierra y todo ser viviente... valores que no han perdido nuestros pueblos originarios, somos los mestizos quienes no tenemos identidad ni amor por lo que se nos ha dado gratuitamente. La tierra, los árboles, la lluvia, el agua, el aire, un amanecer, un atardecer, el canto de los pájaros, el perfume de las flores. Nos quitaron el sentirnos uno con la naturaleza. Tanto los "simios", como los "cuicos" somos lo mismo. Padecemos el mismo cáncer, contaminamos todo lo que miramos, tocamos y verbalizamos. Es un tema global y destruimos con ello la vida, lamentablemente. Y la naturaleza como es tan sabía, o Dios, o el universo, o en quien creamos nos pasará la cuenta y todos terminaremos de la misma forma. Hay sabiduría en la obra natural de creación de vida o de muerte, todos somos uno, somos polvo de estrellas, ricos y pobres, negros, amarillos, blancos, caucásicos, albinos, africanos, europeos, latinos, todos tenemos la misma sangre, mezclada quiéralo o no. La estirpe es la misma. Solo cambiaron el lugar geográfico, la religión, la cultura, la repartición de la riqueza, la falta de valores y lo que hay simios y los otros somos producto de una sociedad enferma. Aquí no hay alienígenas.
Ivan | 08.12.2019
Aunque comparto (y lamento) que esos pensamientos estén por todas partes y entre gran parte de la población, para la investigación, hubiera sido muy interesante saber también cómo piensan y funcionan los que hacen saqueos y destrozos, si es que hubiera alguna forma de mezclarse con ellos por supuesto
sebastian | 08.12.2019
Quisiera agregar, que cada vez que se ha generado algo similar a través de la historia (lucha de clases y demandas) los resultados han sido similares, con una mano mas dura claro. por parte del Estado. Hoy, la situación es distinta, existen mas actores observando, todo es mas visible y las redes lo hacen mas complejo ante el juicio público. Las operaciones de información hacen su trabajo, la TV y políticos también. Se genera la llamada "niebla", que no nos permite ser objetivos finalmente. Solo quisiera destacar, que se debe diferenciar las demandas iniciales, con los resultados catastróficos visibles en muchas ciudades, sin ellos no existiría, a mi juicio, la necesidad de contraparte que accione dado que el estado no lo hace de manera eficiente. La separación de clases no es algo nuevo. Buen reportaje, pero es mas crudo desde la otra vereda.
Jorge Herrera | 08.12.2019
Leído. Las situaciones en global no son muy diferentes. Y mirando un poco de lejos, vemos que la civilización americana es incipiente y se conoce a sí misma como producto "reciente" de la conquista y posterior reorganización hasta lo que somos hoy. Sorprende en todo caso, lo rápido que esta organización se replantea a si misma exponencialmente cada siglo/década/año ... Y que más que los postulados de como re organizarnos, las preguntas siguen siendo las mismas desde hace siglos y eso me parece bien.
Maria Angelica Illanes | 08.12.2019
Excelente y cruda columna de opinion sobre el racismo, el odio de clase/raza y el enclaustramiento de una "casta" en Chile que solo concibe la sociedad y el gobierno para-si. Solo me molesta que se hable de "elite" ya que ese concepto toende a reforzar su percepcion de clase/raza selecta y privilegiada. Debemos dejar de usar ese concepto al referirnos a la clase actualmente gobernante.
Isabel | 08.12.2019
Los chalecos amarillos son franceses pobres, no son la elite de Francia, por tanto, este grupo de chilenos uso' este modelo por la categoria de europeos, y no deben saber que ellos, los franceses hicieron lo mismo que los "simios", protestar por mejoras en su condicio'n de vida.Probablemente ignoren que Macro'n bajo' los impuestos a las familias mas ricas y subio' la gasolina perjudicando a los trabajadores y gente de zona rural que se mueve so'lo en autos o camionetas.La oligarquia chilena, aparte de ser muy ignorante , clasista , racista es torpe y esta' siendo arrinconada por todo un pueblo y sus dias esta'n a contra reloj... porque excedieron el abuso, este es muy gigantesco a tal extremo que se torno' invivible, es la supervivencia de los llamados simios! Bie'n por CIPER!
Verónica Munita | 08.12.2019
Leí con detención el artículo y claramente no es un estudio. Es una manera de ver a los grupos sociales completamente alejada de la realidad, desde un punto de vista de lucha de clases ideológica.
Jorge Mires | 08.12.2019
Estoi escribiendo un corto artículo sobre el proceso que lleva al estallido, dónde sostengo la tesis que es el chiste de los ministros el que recierde generaciones de humillaciones y racismo que luego salen a vengar los jóvenes. La experiencia liberadora emocional del chiste a basa en este caso en el supuesto que estamos en una meritocracia en la cual el maximizador de utilidad , el ser racional que puede utilizar las oportunidades son ellos, mientras el resto son unos simios irracionales. Una mala mezcla de razas. Ahora no nos equivoquemos, la protesta no reconstituye el tejido social, no produce una identificación del individuo con su comunidad en el sentido hegeliano, sino solo la creación de un nosotros que se define como la encarnación de la bondad en oposición a el tirano (Piñera) sus lacayos (la policía) y a quien defienden (los cuicos). Resumiendo, mientras sigamos dividos.en un sistema.casi aparthied, jamás alcanzaremos el desarrollo.
Francisco Núñez | 08.12.2019
Muera el roto quezada!!!
Felipe | 08.12.2019
Alguno se pone a pensar en todo nivel de vandalismo y destrozos, ademas de gritar consignas sin siquiera pasarlas por un filtro de analisis antes de repetirlas?. Esa conducta tan primitiva y falta de raciocinio definitivamente es comparado a seres involucionados. Somos humanos, tenemos la capacidad de dialogar, no ir como energumenos a destruir todo pensando que "sera mejor".
Ivonne Coronado | 07.12.2019
Estoy de acuerdo con lo expuesto , existe demasiada segregación , actualmente vivo en una de las regiones mas pobres de Chile, casualmente son todos de extrema derecha, viven en un mundo pararelo , del cual me siento totalmente excluida , lamentablemente mi opinión representa algo así como el 0000,33333
Leandro D’Angelo | 07.12.2019
Se habla de los monos ... es lamentable, pero hay grupos de la sociedad se comportan como ellos donde el mensaje político nubla la razón y los límites. ¿Como podríamos definir y referirnos a estos grupos, que atacan en manadas, contra lo que se les cruce en frente??? Dañando todo lo que puedan....??? ¿El investigador trató de entablar conversación con los vándalos, que las marchas legítimas esconden??? Seguro que se encontraría en una situación donde la razón y el buen juicio no existen y de ahí aparece la definición de los monos, personas que actúan sin razón, sin límites.
Eduardo Mendez | 07.12.2019
Ya casi 52 años fuera de Chile y el fantasma de las marcadas diferencias sociales han salido a flotar en un mar de intolerancia que por varias décadas yacía sumergido en ese profundo mar que intranquilo nos ha bañado. Chile Creció económicamente con dineros prestados de oportunistas NEOLIBERALES que amasaron riquezas nunca antes vista en nuestro pais subdesarrollado, transformando al ciudadano común en CONSUMIDOR sin dinero pero con tarjetas de créditos para pagar casa y comida, vestuarios, remedios, transporte y letras a largo plazo en teléfonos celulares, diversiones, vacaciones y vorazmente consumir dulces, manjares, parrilladas dieciocheras y entradas al estadio pa' ver a Colo-Colo. El factor de mutuo desprecio reventó porque tenía que reventar y Chile hoy no está solo. El mundo con Chile también se despertó.
M Fernanda Porras | 07.12.2019
Es muy complicado hacer un comentario o reportaje sin que la tendencia personal sea evidente como en este. Se pierde objetividad y credibilidad, pasa a ser un comentario propagandista. En lo personal, y a través de mi trabajo de educadora podría asegurar que los chilenos son clasistas, los de clase baja sienten un resentimiento y clasismo hacia la clase media y ni hablar del clasismo hacia la clase alta, y vice versa, desgraciadamente esto pasa en todo nivel de clase. El problema principal de los chilenos es que no hemos aprendido que querer que los ricos desaparezcan es un error, lo que tiene que desaparecer es la pobreza .
Daniela | 07.12.2019
Un aplauso para la persona que hizo este trabajo. Debería haber más cientistas sociales investigando a las clases altas, especialmente aquellos que vienen de esos grupos y tienen redes allí, aunque no compartan sus posturas políticas. Es medio inaccesible para quienes venimos de más abajo.
Jose Luis | 07.12.2019
En esta crisis hemos podido ver lo peor de nuestros compatriotas. Gente destrozando, personas discriminando, roteando, difusión de información falsa, intentos de presionar para imponer puntos de vista sin considerar la opinión del resto y un largo etcétera de malas prácticas.
FELIPE | 07.12.2019
Texto enredado y análisis sociológico poco novedoso. A estas alturas, ya todos sabemos cómo piensan los de la élite chilena, cómo se reproducen, y cuáles son sus prioridades. En este estallido social han expuesto su real calaña y microcultura con la que se perpetúan a si mismos.
Gabriela | 07.12.2019
Primera columna que leo completa, solo puedo decir que no creia que existiera tanta diferencia en mi pais, tanto descriterio en tratar a otra persona, debo decir que derrame algunas lagrimas...
Pablo | 07.12.2019
Muy poca cosa la columna, tenemos muchas personas que solo escriben pero no encuentras un profundo estudio e estos casos. Lo que necesita Chile seria un estudioso capaz de explicar y dar soluciones al problema. Pero lo entiendo es más fácil publicar lo que no ayuda, tiene más venta. Lo que está vacío de conocimiento y que muchas veces se pierde la ética e incluso se llega a traicionar para llevarlo a cabo. Solo una columna más.
Paulina | 07.12.2019
Para quienes hablan de “rotos”, “simios” o “mujeres inculiables”… Desde mi experiencia clínica con adolescentes, todos de colegios privados y una parte importante de colegios de elite, me encuentro a diario con una experiencia dolorosa: Adolescentes atiborrados de objetos materiales, con múltiples gratificaciones de viajes y aventuras oscilan entre el placer de la gratificación y la frustración de caer en un abismo sin sentido, en la soledad de la creación de un círculo cerrado y competitivo de amigos, en el enorme vacío de la apariencia y lo “zorrón” a la cruda realidad de una intolerable angustia que a veces deviene en ideaciones o intentos suicidas. Los “rotos” y “los simios” estamos juntos, pertenecemos a un colectivo, luchamos por derechos para todos. Los que somos un poco más privilegiados queremos que todos tengan una vida digna y justa, nuestro sentido en la vida no es solo trabajar para acumular, ni menos para aparentar, es para compartir con los nuestros lo que es producido gracias a las manos de todos. Y como no hablar del dolor silenciado y que queda como una huella perenme en tu hija adolescente que dadas las probabilidades tendrá al menos una experiencia de abuso sexual o acoso en su vida (si no es violación) que callará y lo primero que hará es culparse a sí misma al recordar tu lenguaje misógeno y antifeminista, donde nuevamente la estrategia será realizar conductas autodestructivas. Es verdad, hoy quizás quieres eliminar a todos los “simios”, callar a todas las mujeres “inculiables”, pero ten en mente que con esta mentalidad horrorosamente clasista y misógena de pasada también estas eliminando y callando a tu propia descendencia.
Isabel | 07.12.2019
Pienso que esta columna cae en la irresponsabilidad, pues da a entender que es toda una clase social en contra de otra y eso no es verdad, por mi profesión yo me muevo en todas las clases sociales, puedo estar con un embajador y otro día con la gente más desfavorecida del sistema, y puedo decir dos cosas. Sí, hay mucho fanatismo en algunas personas de clases privilegiadas, pero también hay muchas personas responsables que sueñan y trabajan por una sociedad mejor. Y lo otro es que esta dinámica también se da entre gente más de la periferia, mirar en menos al más pobre, sobre estimar ser rubio o de ojos claros. O al indígena. Un ejemplo, una vez tuvimos a una asesora del hogar tremendamente racista, tuvimos que hacer un tremendo trabajo en familia para que aceptara a los indígenas y negros como iguales, amaba todo lo blanquito y odiaba todo lo negro. Por eso es peligroso presentar esto como una guerra de clases, porque no lo es. Hay grupos extremistas, absolutamente condenables, pero hay que identificarlos como individuos particulares a los que esta situación ha reunido. Prueba de esto es la tremenda división que está sucediendo en los núcleos familiares. Hay que profundizar más.
Claudia Monreal | 07.12.2019
Entiendo que es una Columna de opinión pero la posición de CIPER en el colectivo inconsciente pondrá a nivel de reporte o reportaje este texto que no sitúa en ningún lugar a la inmensa mayoría que esta en sus casas compartiendo en fondo de estas demandas y siendo victimizados nuevamente en la invisibilidad.. en los juicios livianos y en esta postura donde hay un bueno y un malo. un bien y un mal. Todo lo que dice es cierto, pero no es representativo del País donde yo vivo. Chile es mas que esto. Es mas que las extremas clases o como quieran llamarlas que se extienden al extremismo en ambos sentidos. Y los invisibles somos mayoría
Carmen Arevalo Ojeda | 07.12.2019
Vivi muchos años fuera de Chile y al regresar lo mas chocante fue percibir este fenómeno de "las clases sociales y el racismo" . Todo segregado: barrios, colegios, supermercadis, molles, parques, etc etc. Nunca lo pude aceptar ni menos comprender. Y hasta hoy me pregunto: la clase alta tienen algo sobre qué enorgullecerse ? aparte de dinero que - como sabemos- no ha sido obtenido de la mejor forma.
Emilio | 07.12.2019
Parece una buena aproximación al fenómeno más externo del conflicto, que entiendo el autor pretende desarrollar en este artículo. Se rescata el trabajo de campo. No obstante, ya el punto de entrada al estudio muestra un sesgo irremontable en el desarrollo de todo el artículo y que el mismo autor acusa - La romantisacion del manifestante que sube de estación central, ríe y salta despreocupadamente, sintiendo que cambiará el mundo (aunque una parte de ellos este convencido que eso se logra saqueando y quemando) versus el chaleco amarillo, personaje violento y clasista, que pareciera no actúa por miedo y por un cierto instinto de supervivencia (natural al ser humano) si no solo por el placer de la agresión de ese otro diferente e inferior . Si bien es innegable que el fenómeno segregacionista chileno obedece a un concepto de estrato económico con un fuerte componente de auto reconocimiento social y fantasía racial, no se puede desconocer que las frases lápidantes transcritas en el artículo, contra aquellos considerados como los otros, están vertidas en un contexto de exacerbación de sensaciones como el miedo y el enojo, que les podrían quitar parte de su dimensión objetiva. (cuántas veces proferimos frases hirientes en circunstancias particulares de las cuales luego nos arrepentimos incluso contra aquellos que queremos en momentos de rabia). Estas frases se vierten en un contexto cerrado y en circunstancias en que día a día se reciben noticias de incendios, saqueos, ataques a cuarteles y pésimas noticias económicas y eso se atribuye, con razón o sin ella a quienes ejercen la violencia, que es ese "otro" diferente. Por cierto todo lo anterior matiza las conclusiones, que por supuesto no son nada novedoso en una sociedad como la chilena, evidentemente segregadora y clasista. También padece un sesgo irremontable el autor, en los temas que deslizan discriminación de género, en particular cuando pareciera describir como casi exclusivo de este grupo, de la sociedad más pudiente, las frases que clasifican entre mujeres más y menos deseables, como si en aquellos sectores de clase media y baja, ello no ocurriera (baste ver los videos de regetoneros o raperos a quienes rinden culto en muchas poblaciones, y que resaltan el culto al físico y a la ostentación material) evidenciar un fenómeno recogido en frases como definitivo y definitorio de un grupo social, parece a la luz de los hechos más un deseo de confirmar los supuestos de inicio del artículo que una recogida sería de aspectos concluyentes de ese grupo.
Lourdes | 07.12.2019
Que lamentable a lo que hemos llegado en Chile! Es de una ignorancia supina y de una mediocridad profunda como estas personas se expresan de sus propios compatriotas! Es un manera miserable y sin ninguna humanidad referirse de dicho modo a nuestros semejantes! Es de una tristeza profunda y dolorosa darse cuenta que hemos perdido los valores mas importantes para la convivnecia humana! Qué horror!
Elvira Ríos | 07.12.2019
Gracias por esta excelente investigación y mostrar exactamente lo que vengo sintiendo por años de esa élite chilena en la que nací y a la cual nunca me pude adaptar, justamente, por todo lo que describes y ese modo de creerse superiores y, al mismo tiempo, con una violencia interna que a ratos brota a borbotones desde la el pensar, hablar y actuar. Estos son momentos en que se están viendo las raíces de la división social y lo señalado en este artículo es quizá una de las más profundas y aferradas a la insistencia de una sociedad desigual. La esperanza está en que ahora tb son tiempos de sanar y la clave es la educación de las nuevas generaciones.
Gonzalo | 07.12.2019
Cuando la ignorancia y pobreza extrema de alma se hacen patentes, comienzas a delirar como esos sujetos, se creen "superiores" y lo único que sustentan en mayor cantidad que los demás son bienes materiales, recursos consumibles y vacíos de virtud; su inhumanidad es la carga que llevan y que tarde o temprano les cobrara la cuenta. Me podrían dar lastima pero no alcanza, ya que deciden conscientemente ser unas basuras, si por ellos fuera ya hubieran reemplazado su cuerpo por algo mecánico. Se creen versados y educados pero sus conocimientos sólo están al servicio de acumular dinero y poder, por eso cuando los cuestionas sobre cosas, digamos, más trascendentales, sólo pueden mostrar su superficialidad y enojo al ser descubiertos. Mi repudio hacia ellos será casi imperecedero y agradezco mi crianza, ya que gracias a esos valores y principios inculcados y fortalecidos por mis experiencias de vida he logrado identificar y limpiar de mi vida la toxicidad que llevan allá a donde van. Gracias Ciper y su equipo independiente por este tipo de verdades comprobadas, ya que imagino el sacrificio de aquel "infiltrado" que tuvo que callar, tragarse y registrar el nivel bajísimo de intelecto y sandeces que estos engendros vitorean con "orgullo", son lo peor de la humanidad y gracias a ellos el planeta, además, esta al borde del abismo.
Jorge Gómez | 07.12.2019
Aflora también entre personas que reniegan del movimiento social el concepto de "flojera" como causa de la pobreza, desconociendo los esfuerzos sobre humanos de las parsonas con menos recursos económicos para subsistir.
pedro | 07.12.2019
lo que acá se relata no es nuevo, la psicología moral, la antropología y la sociología lo exponen y explican hace tiempo. Y es vital entender que no se puede analizar por separado al sujeto (psicología) y por otro lado a la sociedad (que no es otra cosa que sujetos agrupados) como entes independientes. Para entender procesos sociales complejos como éstos hay que integrar ambas visiones. El "tribalismo" actual es el mismo que operó en la polarizacion de los 70s, el mismo que hace que los carabineros se pongan a cantar su himno en la calle por éstos días, el mismo que nos llevó a romantizar a la "1era linea" , la que sólo hace unos mese atrás eran simples encapuchados. El mismo tribalismo que llevó a los cabros de la U de chile a expulsar y agredir a una compañera por ser "del otro bando", el mismo que hace unos meses generó los "espacios seguros" que vimos en los movimientos feministas (herencia indirecta de la "interseccionalidad") , el mismo que llevó a tantas personas a atacar y a burlarse de Gretta hace algunas semanas, poniendo en evidencia los mecanismos del bullying ("es que ella actúa raro, por eso me dan ganas de odiarla") Las razones que hay detrás de las frases "vuelvan a sus poblaciones, rotos de mierda", o "lesbiana inculiable", "yuta inculiable", "facho inculiable" (todos rayados, memes o frases que se han podido ver/escuchar por estos días) tienen el mismo origen: la necesidad de integración en el grupo (los que piensan, actúan o creen lo mismo que yo) y el rechazo por "los otros", esos que atentan - o pueden atentar- contra los valores e ideas de mi grupo. Ahi surge la respuesta de lucha desde la camaradería, desde mi trinchera, apoyando y siendo apoyado por pares. Eso está en nuestros genes, y lo reforzamos constantemente con nuestras formas de relacionarnos socialmente (la participacion en las juntas de vecinos, en la ong mediambientalista, en la liga futbolera con los amigos, en las iglesias, en cualquier agrupacion que nos permita conectar y establecer pequelos entramados sociales con otras personas "como yo".) . Entonces, como salir de ésta atomizacion de pequeños grupos que se cierran sobre sí mismos, que se separan y enfrentan a los "otros"? de la segmentación barrial?de la red de contactos e influencias del cole y la U privada? de la iglesia del barrio? Para eso hay que potenciar fuerzas centrípetas, que tiendan a unir a todas estas "tribus" más pequeñas, y dejar de acrecentar las fuerzas centrifugas, que tienden a la dispersión y atomización de energías. Y la forma de hacer eso es centrarse en las similitudes, en las cosas en comun que tenemos con el resto, en trazar circulos de confianza cada vez más amplios, que integren en vez de segregar. Si sólo nos concentramos en las diferencias -como pasa en el tribalismo, ("éste es distinto a mí, por tanto lo excluyo", "Si piensa distinto a mí, no es confiable"), terminamos atomizados, polarizados, trazando circulos de confianza y cooperacioon cada vez más pequeños, limitando la capacidad de construir. . Seguramente cuando los niños de Vitacura vayan a los mismos colegios que los niños de Pudahuel, cuando los "vecinos" de las Condes vayan a las mismas iglesias que los "pobladores" de Peñalolén, cuando los universitarios de la Usach carreteen junto a los de la U de Los Andes, en medio del convivir diario encuentren similitudes entre ellos, hagan amistades, y puedan, desde circulos de confianza y cooperación cada vez más amplios, construir nuevos paradigmas de sociedad. .
Cristian Oyarzo | 06.12.2019
Se debe recordar que el ex ministro de Cultura y actual congresista Luciano Cruz-Coke usó, públicamente, la expresión "primate" para referirse a una profesora que se atrevió a encarar a la ministra de Educación. Mi punto es que las representaciones comentadas en esta columna no solo son observables en el discurso privado de personas anónimas que adhieren a la derecha más extrema. También esta presente el quienes se definen como moderados y liberales, con expresiones que, incluso, han aparecido en su discurso público.
Jorge | 06.12.2019
Tengo un buen trabajo, buen sueldo, soy casado y vivo en el mejor barrio de Providencia. No soy comunista, pero como católico, practicante y como chileno siento que las demandas sociales no pueden ser otra cosa más que justicia. Somos un país mezquino, una sociedad enferma, ensimismada, incapaz de ver al otro. En este último mes renuncié al movimiento católico al que pertenecía, dejé varios grupos de whatsapp, me he alejado de amigos y familiares, nada en mala onda, pero es increíble como uno va entendiendo que se relaciona cotidianamente con gente con la que no tienes nada en común. Ahora leí este reportaje y no puedo creer que haya gente a la que el olor de la plata pueda moverle más el piso, que las penurias ajenas. Son una real mierda esos chalecos amarillos. Siento asco, siento pena. Si tu empresa quiebra por un mes de paro, venías mal de antes. Eres un pobre hombre, víctima del sistema que defiendes. Te mató la deuda, te mató la banca y estás dispuesto a pegarle con un palo a la gente que quiere que cambie esta situación de mierda.
VSE | 06.12.2019
Nuestra oligarquía endogámica es tan ignorante que nunca comprendió que el planeta de los simios es nuestro planeta tierra? Básicamente nos envían al futuro, reconociendo sin querer que son ellos los que están en el pasado
Don Chuma | 06.12.2019
Reprochables reacciones de integrantes de esos grupos , tan deleznables como las convocatorias provocadoras de " invadir Reñaca", que culminó con balazos y turbas incendiarias. Me temo que esa brecha histórica social y económica entre estos dos Chile no desaparecerá como todos quisiéramos.
Francisco Muñoz | 06.12.2019
Excelente!!. Pero den nombres. El animador y alto ejecutivo tienen nombre y apellido. Publíquelo.
Patricia | 06.12.2019
No me sorprende para nada está publicación ,pertenecemos al típico WhatsApp de seguridad del sector privilegiado que vivo y cada cosa que se dice es horrorosa sigo sólo para saber en qué están pero cada día me angustia saber que vivo junto a puros sicópatas
José Escobar | 06.12.2019
Solo para hacer una aclaración sobre el tema de la raza, no es en el sentido biológico en que se trata la cuestión de la raza, sino más en el sentido que lo usa Foucault en "Defender la sociedad", en específico la clase del 17 de marzo de 1976, donde en resumidas cuentas las clases socioeconómicas se vuelven razas, (algo que además se encuentra dicho en la columna de opinión) y para que una raza pueda vivir otra debe morir, esa es la lógica que se encuentra de tras de la cuestión de la raza. Solo para contribuir con con un libro que puede ser interesante en relación de cómo la élite va generando guetos y cómo los controla, "El gobierno de la excedencia" de Alessandro de Giorgi.
Marcelo | 06.12.2019
La columna de opinión es interesante, pero tiende a generalizar patrones de conducta, valores y formas de las personas de las clases sociales altas. Y es la generalización el problema. No todas las personas de clase alta son así, muchas de ellas apoyan el fondo del movimiento social y desean construir un país mas justo, equitativo y donde se respeten los derechos humanos. No obstante y lamentablemente existe un sector extremo de derecha, el cual describe la columna de opinión,, del cual no se tiene una investigación claro de la cantidad personas que lo componen. En beneficio de una unidad social debiese destacarse también la clase alta que apoya las demandas sociales y desea evolucionar hacia un país mas digno, con mayor seguridad social y dignidad.
Sebastián Díaz Pasten | 06.12.2019
Es curioso ver cómo los chalecos amarillos criollos se apropiaron de un símbolo que no les pertenece ni representa a su "nivel" social. Los verdaderos Gilets Jaunes en Francia deben su símbolo a un movimiento de protesta no estructurado. que incluye a la clase trabajadora y encolerizada con las élites que detentan el poder. Estos seguidores locales no han tenido la capacidad de interpretar correctamente ese símbolo y lo desvirtuaron. Creo que estos "ciudadanos normales" son muy ignorantes y representan solo una población privilegiada con dinero, nada más. Son tan territoriales como un gato o un perro por lo que conceptualizarlos como animales les calza bien. Me gustó el artículo, y concuerdo con otro comentario de más arriba en que ya no se habla de razas sino que de culturas que comparten variadas características.
James Hunt | 06.12.2019
Ciper parecía ser un portal objetivo y entregado a la exposición de la verdad. Se ha vuelto un panfleto que puede llegar a llamar simios a una parte de la población. Le hacen un flaco favor a la democracia y son gasolina para el resentimiento y la justificación del hampa.
Andrés Bastias | 06.12.2019
Esta situación era esperable, tarde o temprano se transfirmaria en una lucha de clases, es claro que la clase alta no quiere perder sus privilegios y creo que es lamentable que quienes tienes el poder o tienen cargos de responsabilidad en la sociedad contribuyen a que esto se haga aún más patente, basta ver los casos de corrupción donde nadie está preso, el mismo actuar de los carabineros en la marcha de los chalecos amarillos que relata el periodista, es una lastima que mi país se esté partiendo en dos.
Juan Pedro | 06.12.2019
Interesante columna. Pero honestamente, el mismo tipo dencomentarios se hacen en chats y publicaciones (y grafitis y rayados por toda la ciudad), esto es, las ganas de acabar con el "otro". Demanera que la opinión está incompleta, dejando la sensación de que solo unos piensan o escriben así, mientras que la otra parte busca repartir flores, paz y amor. Eso es mentira, y hay efectivamente una lucha entre quienes saben que les van a subir sus impuestos para engordar una burocracia corrupta, y quienes esperan les toque algo de esa subida de impuestos.
Lilit | 06.12.2019
Respondiendo el comentario de más arriba: ¿cuál antropología abandonó la categoría de raza? Al menos, desde los estudios decoloniales/anticoloniales, es una categoría fundante... Y sobre la columna, gracias y gracias. Siempre me hizo ruido ver el estallido solamente como lucha de clases. Dado que aquí tenemos la herida muy latente, de la colonización que se sigue replicando en instituciones y en la vida misma.
Seba | 06.12.2019
Lamentable la forma de pensar de esa clase. Me da una tremenda pena. Al final, en esencia, todos somos humanos, las diferencias son psicologicas. Falta mucho por cambiar como pais...
Luis Arias | 06.12.2019
Me parece que el autor vive en una burbuja. Esta es la lógica consecuencia de enarbolar la bandera de la lucha de clases. Si te dicen "te vamos a quitar privilegios ,matar si es necesario y tenemos a la justicia de nuestro lado" la respuesta es la Autodedensa. El resto es música.
Paz Ibarra | 06.12.2019
Espeluznante la realidad que devela el texto. Pero se ha dicho mil veces: el poder absoluto corrompe absolutamente. El desprecio q denotan los comentarios, además de xenófobo y sexista, sólo se compara con aquel expresado en otros círculos de poder: la élite de las FF.AA. y el narco. Sólo me cabe la esperanza concreta de que se saben en minoría y con los días contados a nivel mundial.
ALEJANDRO | 06.12.2019
Este artículo tiene estrecha relación con la nota hecha por TheClinic a los carabineros sub-oficiales que se encuentran ya aburridos de sus altos mandos. Dentro de esa nota también se menciona que los Oficiales de Carabineros son los únicos que tienen la facultad de usar las Escopetas antidisturbios que han dejado a tanta gente mutilada de sus ojos. Si los oficiales dispararon sin remordimiento a la gente más humilde de nuestro país es porque su CLASISMO y RACISMO los hace ODIAR a la población y además porque no tienen ningún vínculo con ellos que los haga reflexionar antes de disparar.
Rodolfo | 06.12.2019
Buenisimo, me ha servido para entender muchas cosas, tristemente que nunca se van a entender, ambas posiciones, tambien porque esa diferencia de carabineros, tambien se siente menos preciados, y su actuar es querer ser respatado por esa clase.gracias.
Javier | 06.12.2019
Leo varias referencias al fenómeno de los chalecos amarillos de Vitacura y Las Condes, que sin duda han sido los referentes en cuanto a ejemplificar el descriterio y hasta lo ridículo de cierta elite, amparada bajo el concepto de "autodefensa" ante una amenaza real o imaginaria (Posiblemente Reñaca sea otro ejemplo en la misma línea). Sin embargo, me queda la duda de si el autor estudió también el fenómeno análogo en comunas como Maipú o Huechuraba, o el mismo fenómeno de autodefensas constituido por los comerciantes de Valparaíso o del Persa Biobío. Sospecho que, especialmente en el caso de la autodefensa de los pequeños comerciantes, hay algo bastante más serio de lo que hacerse cargo, y que desafortunadamente tiende a ser ignorado por el ridículo de los señores disfrazados de Vitacura.
manuel luis aguilera gonzalez | 06.12.2019
comparto la veracidad de los comentarios recogidos por el investigador, me asusta la existencia de compatriotas con concepciones tan racistas y clasistas, con poder e influencia que no son atajados por desidia politica de quienes somos mayoria. Por mi trabajo, formación, gustos y forma de ser me tropiezo frecuentemente con algunos a los que por ética debo responder en contrario a sus ideas.
Alejandro Diaz | 06.12.2019 | Socio/a 5 años
Es complicado hablar de raza, cuando la antropologia ya abandono este termino hace un tiempo, mas bien seria adecuado hablar de un campo cultural que se autoconstruye en una malla de relaciones de poder, con particulares sentido de distinción "racista" que en en el caso de Chile y Latinoamamericana se constituye a partir de la clásica disputa entre entre Jines de Sepulveda y el Padre Las Casas. Evidentemente la cuestión del racismo remite a esa primera imposición, la del hombre blando europeo sobre el indio y el negro y sus variantes, el mulato y todos los que provenimos de la mezcla del español campesino andaluz , mozarabe y la mujer mapuche o quecha o Aymara (caso de Piñera) En todos los casos desde la oligarquia hacendal hasta la mezcla con los aventureros ingleses, muestran su pelo rubio como enseña de clase y la sedimentan en el lugar territorial que se impone mediante guerras totales a los campesinos del biobio maulino o a los mapuches. Desde ahí, hasta hoy, una linea de racismo clasista cimenta el poder de la actual oligarquia neoliberal. El curso probable de ese racismo es la muerte abrupta o lenta. Y dependerá del curso de las actuales correlaciones de fuerza. Con todo, los simios y rotos somos más en este pais y en America Latina. Y ahora hemos accedido al conocimiento y al celular, el celular de Castell.La oligarquia tiene sus dias contados.
CIPER | 06.12.2019 | Socio/a 13 años y 10 meses
Estimado WSG: Este no es un reportaje, sino una columna de opinión. Al final de la misma hay una nota del autor que explica por qué se mantienen bajo reserva las identidades de los involucrados
WSG | 06.12.2019
Buen reportaje, pero creo que sería mejor si hubiesen nombres. Quiero saber quién es ese "animador de televisión" o el "representante en Chile de una gran minera internacional".
Raúl | 06.12.2019
Creo que todos hemos visto que la intolerancia y falta de respeto está repartida de manera parecida en la población
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