BAJO LA LUPA FUSIÓN DE CATEDRAL EVANGÉLICA CON IGLESIA DE EE.UU.
Tenso Te Deum evangélico: pugna valórica con el gobierno y alerta por lavado de activos del obispo Durán
13.09.2018
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BAJO LA LUPA FUSIÓN DE CATEDRAL EVANGÉLICA CON IGLESIA DE EE.UU.
13.09.2018
En febrero de este año la Catedral Evangélica se fusionó con una de las más grandes organizaciones pentecostales del mundo (IPHC). Meses antes, millonarios movimientos en cuentas relacionadas al obispo Eduardo Durán generaron una alerta internacional por presunto lavado de activos. El patrimonio del líder de la catedral, anfitrión del Te Deum y aliado histórico de Piñera, ya era investigado por la Fiscalía y el SII. A solo horas del nuevo acto litúrgico, la amenaza que se cierne sobre el obispo agrega otro foco de tensión a la relación del mundo evangélico conservador con el gobierno de Piñera, ya dañada por el apoyo de La Moneda a la ley de identidad de género.
El Presidente Sebastián Piñera volverá este domingo 16 de septiembre al escenario de uno de los episodios más controversiales de la última campaña presidencial: el Te Deum en la Catedral Evangélica. Allí, el “aplausómetro” de la feligresía se volcó a su favor el año pasado, mientras la entonces presidenta Michelle Bachelet fue blanco de abucheos por su “agenda valórica”. Esta nueva versión del acto litúrgico no estará exenta de tensión. Al enojo del mundo evangélico conservador por el apoyo que el gobierno de Piñera le dio al proyecto de ley de identidad de género, se agrega la amenaza que se cierne sobre el anfitrión de la ceremonia: el obispo Eduardo Durán Castro enfrenta dos investigaciones y una alerta internacional por presunto lavado de activos.
La investigación de CIPER logró identificar al menos una de las hebras más importantes –y hasta ahora desconocida–que hizo que el principal aliado de Piñera en el mundo protestante esté hoy bajo la lupa del Ministerio Público y de Impuestos Internos (SII). Se trata de la emisión de una alerta internacional por lavado de activos que involucra, precisamente, a la iglesia que lidera Durán Castro.
El origen de esa alerta fue la fusión entre la congregación propietaria de la Catedral Evangélica y la International Pentecostal Holiness Church (IPHC), una poderosa organización religiosa estadounidense que ya se ha visto involucrada en investigaciones por lavado de activos en Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil. La IPHC tiene su sede central en Oklahoma y presencia en 100 países, con más de dos millones de fieles.
El 4 de febrero pasado, en Santiago, se firmó un acuerdo de fusión entre la IPHC y la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, que lidera el obispo Eduardo Durán Castro. Fue suscrito por Douglas Beacham, superintendente general de la IPHC y el obispo Durán. La información fue difundida por la propia iglesia estadounidense en su página web. Con esta “fusión por incorporación”, IPHC sumó los aproximadamente 100 mil fieles de la entidad chilena, los que pasaron a formar parte del mayor conglomerado pentecostal del mundo.
Meses antes de que se suscribiera la fusión, una entidad financiera chilena emitió una alerta tras advertir movimientos de dinero excepcionales, desde y hacia Estados Unidos, en cuentas relacionadas con Durán. A eso se sumaron diversos viajes del obispo a ese país, algunos de los cuales hizo con su actual pareja, Alexia Fredes Núñez.
La relación entre la iglesia de Durán y la IPHC es antigua. Partió en 1967, tras un acuerdo de cooperación que firmó el obispo Javier Vásquez, quien estuvo al frente de la Catedral Evangélica hasta su muerte en 2003. Fue Vásquez quien, debido a su amistad con Augusto Pinochet y para contrarrestar las críticas de la Iglesia Católica a la dictadura, estableció el Te Deum evangélico en 1975.
En marzo de 2017, Eduardo Durán Castro inició las conversaciones para la fusión. Las tratativas finalizaron a principios de 2018, cuando el Comité Ejecutivo de la Primera Iglesia Pentecostal Metodista de Chile y su Consejo de Obispos, aprobaron la operación. De esta forma, los millonarios movimientos en las cuentas que generaron la alerta por posible lavado de activos se registraron precisamente cuando se desarrollaban las conversaciones entre ambas iglesias. Fuentes de la misma congregación de Durán, informaron a CIPER que los documentos con el detalle de los acuerdos para la fusión entre ambas iglesias, los mantiene en su poder el obispo, sin acceso a ellos de otras autoridades de la iglesia.
La Financial Crimes Enforcement Network (Fincen), la autoridad estadounidense que emite las alertas oficiales por lavado de activos, ha publicado los nombres de algunos pastores asociados a la IPHC como sospechosos de operaciones ilegales. En Brasil, en tanto, donde la IPHC opera bajo el nombre de Igreja Metodista Wesleyana, también se han registrado reportes de eventuales ilícitos cometidos por pastores de esa entidad, sobre todo en la ciudad de Petrópolis.
El caso de lavado de dinero más reciente que se ha detectado, ocurrió en Sudáfrica, donde un pastor vinculado a la IPHC está siendo investigado tras ser acusado de haberse apropiado de US$2 millones de su iglesia en Soweto.
Ahora, el obispo Durán Castro está empeñado en conseguir exenciones tributarias para la IPHC en Chile, por lo que ha desarrollado un intenso lobby ante las mismas autoridades que este domingo tendrá de visita en la Catedral Evangélica. En agosto del año pasado, la Contraloría General de la República desestimó aprobar una solicitud, presentada por la iglesia de Durán, para declarar a la IPHC “agencia voluntaria de socorro y rehabilitación”. Esa certificación le permitiría acceder a exenciones tributarias para la internación de diversos bienes, desde alimentos hasta vehículos y maquinarias (ver documento). Un beneficio que, con la fusión, también iba a ser aprovechado por la iglesia que lidera Durán si los bienes internados quedan a su disposición.
El 9 de marzo de este año, en la notaría de Félix Jara Cadot, se protocolizó un documento que deja en evidencia la importancia que la iglesia de Durán asigna a su relación con la IPHC. Ese documento da cuenta del primer acuerdo generado tras la fusión: la realización en Santiago de la VI Asamblea Mundial de la Confraternidad de la IPHC, que se desarrollará entre el 20 y el 22 de febrero de 2019.
El 29 de junio pasado, Durán Castro volvió al ataque: realizó gestiones ante el Ministerio de Relaciones Exteriores para conseguir que el Estado chileno reconsidere la decisión de la Contraloría y conceda el régimen de exención tributaria a la IPHC. Los registros de la plataforma de lobby indican que Durán se reunió ese día a las 15:00 con el subsecretario de la Cancillería, Óscar Silva. La autoridad, indica el resumen de la reunión publicado en la plataforma, sugirió al obispo que presente de nuevo los documentos requeridos.
En el documento notarial al cual tuvo acceso CIPER, también se mencionan las visitas que Durán Castro ha hecho a las oficinas de la Cadena SBN en Estados Unidos, la red multimedia del telepredicador Jimmy Swaggart. Uno de los hijos de Swaggart intervino en el polémico Te Deum de 2017, donde pidió a los evangélicos chilenos que participaran en el proceso electoral en curso. “La Biblia nos manda a participar en todo el proceso político y electoral”, dijo Donnie Swaggart ese día, lo que fue interpretado como un llamado a los evangélicos a votar en bloque en contra de los candidatos de la Nueva Mayoría y el Frente Amplio, que promovían la agenda valórica de Bachelet.
CIPER se comunicó con la Catedral Evangélica para pedir una entrevista con el obispo Durán, a fin de consultarle por la fusión con la IPHC, las investigaciones sobre su patrimonio personal y la organización del Te Deum. El Departamento de Relaciones Públicas de la iglesia respondió que el obispo no recibiría a medios de comunicación porque estaba ocupado en la preparación de la ceremonia litúrgica del domingo 16 de septiembre.
Además de los términos y de los dineros involucrados en la fusión de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal con la IPHC, la investigación que enfrenta el obispo Eduardo Durán tiene un potente foco centrado en su patrimonio. Y ello, porque hasta ahora Durán Castro (76 años) no ha podido justificar los ingresos que le permitieron consolidar el explosivo crecimiento de su patrimonio. Al investigar sus propiedades, sociedades y empresas, lo primero que llama la atención es la nebulosa que existe entre los bienes de la iglesia y los que están a nombre suyo y de sus hijos.
En junio pasado, La Tercera informó que la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente investiga el origen de los múltiples bienes del obispo para esclarecer la eventual existencia de lavado de dinero.
Cuando los fiscalizadores del SII pusieron la mira sobre Durán Castro a fines del año pasado, el patrimonio del pastor se componía de 12 propiedades cuyo avaluó fiscal sumaba $1.152 millones. No obstante, una fuente de la misma iglesia aseguró a CIPER que el obispo inició la venta de gran parte de esos bienes raíces y que su plan es conservar solo dos de ellos: un departamento en calle Gertrudis Echeñique (Las Condes), avaluado en $175,5 millones; y una parcela en Isla de Maipo, cuya tasación fiscal es de $54,5 millones.
El obispo es propietario de ocho vehículos, entre los que ya no figura un Mercedes Benz S500, del que era dueño hasta el año pasado y cuyo valor comercial alcanza los $80 millones. Otros dos autos de colección marca Ford de los años 20 figuran a su nombre. No todo reluce. Su informe comercial muestra que el 2 de agosto pasado el Banco BBVA le protestó un cheque por $100 millones.
Durán Castro integra la sociedad comercial Innovaciones Descontaminantes Indesc Limitada, dedicada a la comercialización de productos para la minería y en la que posee un 25% (su capital es de $60 millones). También participó, hasta 2016, en la sociedad Transportes Jotabeche 40.
La ruta de los dineros que se recaudan con las múltiples actividades que realiza la iglesia del obispo Durán en la parcela de Isla de Maipo, y que figura inscrita a su nombre, es otra línea investigativa que lo afecta. Lo mismo ocurre con el origen de los recursos con que sus hijos han iniciado rentables negocios en los últimos años. Una de esas empresas es Southern Waters, propiedad del hijo del obispo, el diputado Eduardo Alfredo Durán Salinas y de su hermana, Carolina Durán Salinas.
El crecimiento del patrimonio del obispo Durán Castro se ha producido en los últimos 20 años, coincidiendo con su escalada al interior de su iglesia. El ahora obispo fue por años empleado de la Sociedad Bíblica. A comienzos de los ‘90 asumió la dirección de las comunicaciones de la corporación Iglesia Metodista Pentecostal y se transformó en un asesor cercano del obispo Vásquez, de quien llegó a ser su secretario personal. A la muerte de Vásquez, en 2003, heredó el puesto de “pastor gobernante” del templo Catedral Evangélica. Después de arduas disputas con otros pastores, consiguió encaramarse hasta la cúspide y se convirtió en obispo.
Entre los bienes más rentables del obispo está su parcela de Isla de Maipo. Allí se desarrollan eventos masivos y camping destinados al público evangélico. A la entrada del predio un letrero indica que esa propiedad pertenece a la Primera Iglesia Metodista Pentecostal. Una información errónea, pues el inmueble figura inscrito a nombre del obispo. Las tarifas que se cobraban hasta el verano pasado oscilaban entre $27 mil y $29 mil por persona.
En 2009 pidió derechos para aprovechamiento de aguas subterráneas en su parcela de Isla de Maipo. De esos pozos, dicen feligreses de su iglesia, se extrae el agua que embotella la sociedad de sus hijos: Southern Waters. La firma produce varias marcas de agua, pero su producto estrella es “Agua Divina” que se comercializa principalmente entre los fieles evangélicos.
El patrimonio del hijo del obispo y diputado Eduardo Alfredo Durán Salinas, también ha sido objeto de reportes periodísticos. Tras la polémica del Te Deum pasado, donde el ahora parlamentario de RN ocupó el púlpito para fustigar a Michelle Bachelet, La Tercera informó que el avalúo fiscal de sus bienes raíces supera los $815 millones. Es socio con su hermana Carolina en cinco empresas: la Constructora Alfa Omega, la Minera Alfa Omega, Producciones Jotabeche, Southern Waters y Transportes Transfast.
Otros dos hijos del obispo, Eduardo Bladimir y Ana Luz, participan de la sociedad Agrícola Fruto Gourmet (exportación de cerezas). Su hija Carolina también es socia de Manufacturas Durán y Mainat (confección de ropa) y de Servicios Gastronómicos Durán y Mainat.
Las sospechas que provoca el incremento del patrimonio de la nueva pareja del obispo, Alexia Fredes Núñez, se acrecientan entre los fieles de esa iglesia dado el poder que ella hoy ostenta en el círculo íntimo del pastor Durán. La investigación del SII podría arrojar luces sobre los pagos que ha recibido Alexia Fredes de la iglesia. CIPER tuvo acceso al menos a un rubro por el cual ella recibe dineros: una boleta por $3 millones, fechada el 30 de octubre de 2017 y emitida a nombre de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal (vea ese documento).
El servicio que registra la boleta es “asesorías en relaciones internacionales y traducción”, pero fieles de la congregación consultados por CIPER dijeron desconocer cuáles son los trabajos que Alexia Fredes habría hecho para la iglesia. De lo que sí hay registro es de los viajes que ella hizo con el obispo a Estados Unidos en más de una ocasión en 2017, cuando se discutía la fusión con IPHC. Al menos hay un registro fotográfico, el que fue publicado en la página de Facebook del IPHC.
La fuente de ingresos conocida de Alexia Fredes es un pequeño bazar ubicado en calle Exposición (Estación Central). Será el SII y la Fiscalía Oriente los que diluciden si con esos ingresos pudo disponer de las UF 4.172 ($113 millones) para adquirir en 2007 un departamento situado en avenida Pocuro (Providencia), en el que hoy vive.
Eduardo Durán Castro es líder de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, propietaria del templo conocido como Catedral Evangélica, que se emplaza en la esquina de Alameda y Jotabeche. En abril de este año, La Moneda lo reconoció como “alto representante protocolar” del mundo evangélico ante el gobierno, una nominación que es fruto de su relación privilegiada con Sebastián Piñera. Esa alianza, le permitió a Durán Castro consolidar la primera bancada parlamentaria evangélica en las elecciones del año pasado, compuesta por tres diputados, uno de los cuales es su hijo: Eduardo Alfredo Durán Salinas (vea el reportaje de CIPER “Las pugnas y negociaciones para instalar en Chile el poder político evangélico”).
Las relaciones políticas con el poder han sido cultivadas por el obispo Durán Castro y no solo con los partidos políticos que apoyaron a Piñera en su campaña presidencial de 2017. Una prueba de ello es que la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, dos corporaciones sin fines de lucro creadas por ésta y una fundación de los hijos del obispo Durán, han recibido aportes públicos en los últimos diez años cuya suma supera los $272 millones.
La Corporación Evangélica para el Desarrollo, que preside el obispo Durán, dedicada a actividades de ayuda social y educacional, recibió $30 millones de la Subsecretaría de Hacienda en 2012 y otros $4 millones de la Municipalidad de Providencia en 2014. Entre 2008 y 2015, la Corporación Sendas, que busca relevar y rescatar el patrimonio cultural evangélico, recibió $65,7 millones del Gobierno Regional Metropolitano.
Además, la propia iglesia de Durán ha percibido directamente otros $132,8 millones provenientes de Hacienda y de los municipios de Cauquenes y Renca. Y a fines de 2017, la Subsecretaría de Transportes y Telecomunicaciones le entregó a la congregación de Durán una concesión para operar una radio en La Unión (Región de Los Ríos).
A ello hay que agregar los inmuebles que eran de propiedad del Estado y que le han sido entregados a través del Ministerio de Bienes Nacionales. CIPER logró identificar al menos 12 de esas propiedades. Una de ellas, ubicada en la comuna de Estación Central, le fue entregada por Bienes Nacionales a la Corporación Evangélica para el Desarrollo en diciembre de 2013. De la docena de inmuebles, cuatro están ocupados irregularmente.
Como receptora de otra partida de fondos públicos figura la Fundación Causa Común, presidida por el diputado Eduardo Durán Salinas hasta marzo de este año. En su directorio participan su esposa, Marjorie Vásquez, y su hermana Carolina Durán. La organización recibió $40 millones de la Subsecretaría de Prevención del Delito en 2015 (gobierno de Bachelet). En esta fundación también aparece como director el militante de RN y ex candidato a diputado, Cristián Nieto, uno de los principales impulsores de la estrategia para establecer una bancada evangélica. Actualmente, Nieto está contratado a honorarios en el Instituto de Previsión Social (IPS), dependiente del Ministerio del Trabajo, con un ingreso de $3,3 millones mensuales.
En medio de la controversia que se generó tras el último Te Deum, se conoció que el gobierno de Bachelet tenía previsto entregar casi $6 mil millones a la congregación del obispo Durán Castro para la remodelación de la Catedral Evangélica. Esos fondos, que debían provenir de un aporte tripartito de Obras Públicas, Gobierno Regional y Subdere, nunca fueron entregados. En contraste, unos meses más tarde, a fines de 2017, el SII inició su ofensiva sobre el patrimonio del obispo Durán.
Ya en el primer gobierno de Sebastián Piñera, cuando el SII estaba bajo la dirección de Julio Pereira, el crecimiento patrimonial de algunas iglesias evangélicas y de sus pastores encendió la alerta del organismo fiscalizador. Entre ellas estaba la congregación de Durán que administra la Catedral Evangélica.
Aunque las entidades dedicadas al culto están exentas de tributación, algunas iglesias protestantes han iniciado negocios (ventas de artículos religiosos, medios de comunicación y producción de eventos masivos) que generan importantes ingresos y que, a juicio de la autoridad tributaria, debiesen pagar impuestos.
Otro elemento que contribuye a la opacidad del destino de los dineros que manejan las iglesias evangélicas, es que en su mayoría no cuentan con registros contables claros que permitan determinar los dineros que transfieren a sus pastores para solventar su subsistencia y la de sus familias. Los pastores no reciben liquidación de sueldo ni hacen boletas de honorarios, y la Dirección del Trabajo tampoco reconoce el vínculo entre ellos y sus fieles como una relación laboral. Todo esto hace muy difícil fiscalizar el origen de sus patrimonios.
Esto último no es tan problemático en el caso de las iglesias pequeñas, pero en los grandes cultos las entradas por concepto de “diezmo” (la donación del 10% de los ingresos mensuales de cada feligrés) y de “ofrenda “(el aporte voluntario que hacen los fieles en los actos litúrgicos) pueden sumar varias decenas de millones de pesos. Cálculos de pastores de otras congregaciones indicaron a CIPER que en el caso de la Catedral Evangélica, esos aportes pueden ir desde $35 millones a $50 millones mensuales.
Para regularizar la situación, el SII emitió en octubre de 2017 una circular para que las organizaciones sin fines de lucro –como las iglesias– que tengan ingresos anuales superiores a 12 mil UF (más de $327 millones), presenten una declaración jurada detallando ingresos, gastos y registros de contabilidad.
Entre los antecedentes que se tuvieron a la vista para establecer esta resolución, el SII analizó la situación de varias “mega iglesias” evangélicas, entre ellas la congregación de la catedral de Jotabeche. Fruto de ese trabajo, un grupo de pastores quedó bajo la lupa de Impuestos Internos y en dos casos se inició formalmente la recopilación de sus antecedentes patrimoniales. Uno de ellos es el obispo Eduardo Durán.
Lo que ha quedado en evidencia para los funcionarios del SII es la necesidad de que las iglesias adopten un registro contable que permita establecer de manera fehaciente los ingresos que reciben sus líderes. Esto, no solo por la evidencia internacional de que algunas congregaciones se han prestado para lavar activos, como ocurre en México y Colombia, sino porque ya hay casos en que eso ha ocurrido en Chile. En 2011, por ejemplo, fue condenada la banda narcotraficante “Los Guatones” que estaba relacionada con el pastor Patricio Araya, del Centro de Formación Cristiana Renacer en Cristo, quien actuó como testaferro y recibió millonarios “narco-diezmos” para lavar el dinero de la organización criminal.
Tradicionalmente, el Te Deum de la catedral de Jotabeche es organizado por la congregación que administra ese templo en coordinación con las más importantes agrupaciones del mundo evangélico. Pero este año no será así. El quiebre que se produjo en el Te Deum del año pasado y cuyas heridas aún no sanan, provocó que un importante grupo quede fuera de la ceremonia. Paradójicamente, el mundo evangélico llega quebrado a este oficio de acción de gracias.
Tres son las principales entidades que agrupan a los evangélicos chilenos: el Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas (Coniev, liderado por el obispo Eduardo Durán), la Mesa Ampliada (encabezada por el obispo Emiliano Soto) y el Consejo Nacional (que dirige Jorge Méndez). El año pasado todas ellas se coordinaron para organizar el Te Deum, como ha ocurrido históricamente, pero el Coniev (anfitrión de la catedral) introdujo cambios en el programa de la ceremonia a última hora sin avisar a las demás agrupaciones. La modificación más sorpresiva fue introducir al hijo del obispo Durán como orador, a pesar de que no es pastor y que era candidato a diputado en las elecciones que se celebraron dos meses después.
El ahora diputado Eduardo Durán Salinas reprochó duramente a la presidenta Bachelet -sentada en la primera fila del templo- por los proyectos sobre aborto, identidad de género y matrimonio igualitario, generando un clima muy tenso al alterar el propósito de unidad de la ceremonia. Los representantes de la Mesa Ampliada, que siempre han tenido cercanía con la centroizquierda, lo consideraron un agravio inaceptable a la institución de la Presidencia de la República. Ese quiebre perdura hasta hoy: los dignatarios de la Mesa Ampliada no fueron invitados al nuevo acto litúrgico.
La relación del sector evangélico que lidera el obispo Durán Castro con el gobierno de Sebastián Piñera se desarrollaba en plena armonía, hasta que La Moneda decidió hacer suyo el proyecto de ley de identidad de género y enviarlo al Congreso con trámite de urgencia. En la sesión de la Cámara de Diputados del 12 de septiembre, en la que ese proyecto se aprobó, el diputado Eduardo Durán, hijo del obispo, hizo explícita su indignación:
-Se aprobaría el matrimonio homosexual por secretaría, ya sin haber mediado una discusión legislativa sobre esa temática. Parejas homosexuales podrían casarse, para lo cual bastaría con que uno de ellos se cambie de sexo. En términos de pensiones, los hombres podrían decidir ser mujeres para jubilarse con anticipación…
Durán también le mandó un mensaje a La Moneda: “Siento un dolor porque el gobierno ha tomado banderas que no le corresponden. La inmensa mayoría que en segunda vuelta le dio apoyo a nuestro gobierno, hoy se siente traicionada”.