Arbolillo: hacia un segundo Freirina en la Región del Maule
10.07.2018
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10.07.2018
A fines de 2015, los habitantes de la comunidad del Arbolillo en la comuna de San Javier (Región del Maule), se enteraron de manera fortuita de un proyecto en ciernes. En 2008, la entonces autoridad ambiental regional (COREMA), le otorgó una Resolución de Calificación Ambiental favorable al proyecto “Plantel de cerdos de 10.000 madres, fundo el Arbolito”, ubicado entre la ruta Los Conquistadores (kilómetro 25) y la ruta El Arbolillo. El titular del proyecto es Agrícola Coexca –de capitales daneses (45%) y maulinos–, dedicada a la exportación de carne de cerdo, con una facturación anual que supera los $50 mil millones.
El proyecto –que entró en funcionamiento en noviembre pasado–, involucra una planta para la crianza y engorda de cerca de 144 mil cerdos para abastecer su faena ubicada en la comuna de Maule. De acuerdo a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que presentó la empresa, el proyecto no contempla un tratamiento efectivo de los purines –orina, fecas y agua de lavado de cerdos– y solo considera el paso de los desechos por membranas que separarán los sólidos de los líquidos. Estos últimos serán transportados hacia piscinas anaeróbicas que descargan en un embalse de acumulación de 77 hectáreas. Allí permanecerán durante seis meses (otoño e invierno), para luego ser extraídos en la época estival y utilizados en el riego de plantaciones forestales de pino ubicadas en las zonas altas cercanas al predio de la planta.
Los desechos sólidos, en tanto, serán llevados a canchas para ser secados de forma natural con adhesiones de cal. Una vez seco, serán utilizados como abono para las mismas plantaciones forestales.
Durante el proceso de evaluación de este intervinieron varios organismos del Estado, los que participaron activamente introduciendo observaciones que quedaron plasmadas en distintos oficios y en el Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones (ICSARA).
La Municipalidad de San Javier, pese a tener competencia territorial y administrativa para pronunciarse sobre el proyecto, no dio respuesta al llamado realizado por la institucionalidad ambiental, por lo que quedó al margen del proceso de evaluación. En 2009, sin embargo, participó de la primera visita de inspección al proyecto. Tras ella, el entonces alcalde, Pedro Fernández, emitió un oficio ordinario (N°224), en el que manifestó que el municipio no tenía observaciones al respecto.
Al menos curioso resulta el hecho de que la hija del ahora ex alcalde Fernández estuviera casada con un integrante de la familia Parot, quienes fueron los que en 2007 vendieron un terreno de 700 hectáreas a la Agrícola Coexca en el Arbolillo. El alcalde, en sus dos siguientes periodos al mando del municipio, guardó estricto silencio sobre el proyecto. Durante la evaluación, teniendo las atribuciones para interpelar el proyecto, decidió mantenerse al margen y rechazar todo llamado a hacerse parte del proceso.
La agrupación Maule Sur por la Vida, conformada por vecinos, juntas de vecinos, gremios y profesionales, solicitó vía Ley de Transparencia los antecedentes que confirman la entrega al municipio del informe de proyecto y del documento por el cual se invitó a esa administración a participar de su evaluación.
El proyecto de Agrícola Coexca considera el transporte mensual desde distintos sectores de 22 mil cerdos, para ser faenados en su planta ubicada en la comuna de Maule, lo que se traducirá en 500 viajes de camiones aproximadamente cada 30 días.
El agua para bebida de los animales, la que se utilizará para el proceso productivo y lavado, será extraída de tres pozos con una profundidad de entre 180 y 190 metros. Se requerirá de un máximo de 5 millones de litros de agua fresca por día, equivalentes al consumo diario de 50 mil personas.
Coexca ha ejecutado diferentes actos que la ley no permite. Sin embargo, las autoridades que deben fiscalizar les han dado flexibilidad para aquello, perjudicando al medio ambiente de nuestra zona y a nuestra gente. Entre esos actos podemos destacar el uso de multirut para la solicitud de diferentes permisos; la operación de sus procesos sin contar con los permisos necesarios y cambios de uso de suelo.
Mediante asesoría de expertos, la comunidad logró informarse de las implicancias técnicas y ambientales del proyecto, manteniendo su firme rechazo y manifestando dicha posición a las autoridades comunales e incluso ministeriales. Sin embargo, no hemos sido escuchados.
Inaugurado en noviembre de 2017, el proyecto ya cuenta con cerca de 10 mil cerdos, degradando la calidad de vida de las personas con malos olores y el aumento de vectores como moscas, zancudos y ratas.
Los impactos del proyecto “Plantel de cerdos de 10.000 madres sector El Arbolito” de Coexca no se reducen sólo a contaminación. Además, generan una cadena de sucesos que aumenta la afectación del territorio. Al analizar por componente ambiental, podemos indicar los siguientes impactos:
Agrícola Coexca presentó una modificación al proyecto original, incorporando un sistema de tratamiento de purines. Esa tecnología utilizará un biodigestor que almacena los desechos y mediante bacterias descompone la materia orgánica. Ello da como resultado la emisión de gases, como el metano, y residuos líquidos y sólidos que, como se dijo, serán utilizados para riego y abono, respectivamente.
Dicha modificación fue aprobada en una sesión de la Comisión de Evaluación Ambiental del Maule recién el 31 de mayo pasado. Sin embargo, la empresa comenzó la construcción del sistema de tratamiento en 2017, cuando la modificación al proyecto aún estaba en evaluación.
De acuerdo a la Ley 19.300 –y su modificación incluida en la Ley 20.417–, la construcción de un proyecto sin Resolución de Calificación Ambiental que genere impactos en el entorno, constituye una falta gravísima. Esta irregularidad fue denunciada a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) y fundamentada a partir de una serie de evidencias. Entre ellas podemos citar:
Llama profundamente la atención que las autoridades protejan a la empresa y hagan vista gorda a sus labores de fiscalización, permitiendo que actos reñidos con la normativa perjudiquen la calidad de vida de las personas y al medioambiente. A lo anterior se suma la declaración del director del Servicio de Evaluación Ambiental del Maule, René Christen Fernández, quien el 31 de mayo señaló frente a autoridades locales, la prensa y la comunidad, que a mediados de ese mes había visitado la planta y que había verificado que el biodigestor ya estaba construido (ver aquí). Pese al incumplimiento flagrante de la normativa, constatada por la propia autoridad ambiental, no se realizó la denuncia correspondiente.
Todos los antecedentes aquí expuestos, nos hacen pensar razonablemente que en Arbolillo caminamos hacia una segunda Freirina.