EL ROL DE CAVAL, ROBERTO STANDEN Y VICTORINO ARREPOL EN EL “COMPLOT”
El club de asesores que ganó millones alimentando los miedos del empresario Gonzalo Vial Concha
27.03.2018
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EL ROL DE CAVAL, ROBERTO STANDEN Y VICTORINO ARREPOL EN EL “COMPLOT”
27.03.2018
El miércoles 21 de marzo Sebastián Dávalos pidió “sentidas disculpas” por haber calificado al Ministerio Público de “corrupto”. Dávalos habló cuando la Corte Suprema revisaba el sobreseimiento que lo favoreció y que dictó la Corte de Apelaciones de Rancagua el 2 de enero sobre su rol en el negocio inmobiliario en Machalí que dio origen al “Caso CAVAL”. Es probable que el máximo tribunal confirme el sobreseimiento del hijo de la ex presidenta Michelle Bachelet, pero el 28 de marzo tendrá lugar una audiencia en Rancagua que le abre a él y a su esposa, Natalia Compagnon, un complejo escenario.
Ese día, los dueños de CAVAL, Compagnon y Mauricio Valero, además de Dávalos, enfrentarán una nueva audiencia de formalización tras la querella por estafa presentada en junio de 2016 por el empresario rancagüino Gonzalo Vial Concha.
La figura de Vial Concha, dueño del holding Graneles del Sur, está estrechamente atada a CAVAL. Desde su creación en febrero de 2012, Vial fue prácticamente el único cliente de esa empresa, con pagos solo ese año de más de $1.200 millones por asesorías mineras, portuarias e inmobiliarias (ver reportaje de CIPER). Con el correr de los meses, Natalia Compagnon se ganó su confianza y a las asesorías ya mencionadas, se sumaron otras en seguridad informática.
La seguridad, en su más amplio espectro, ha sido la gran obsesión de Gonzalo Vial Concha en la última década y, a la vez, su talón de Aquiles. CIPER indagó en esa cara poco explorada del empresario rancagüino y tiró de un hilo que lleva a lo menos a 2008, cuando el dueño de Graneles del Sur comenzó a pagar altas sumas de dinero para hacer frente a supuestas amenazas de secuestro, fraudes y feroces conspiraciones en contra suya, de su familia y de sus negocios.
Acicateado por alertas que le anunciaban el posible rapto de uno de sus hijos, en 2010 Vial Concha tomó la decisión de dejar Rancagua y trasladarse junto a su familia a vivir a Santiago. En 2012 dio por verídicos los informes que le proporcionó un asesor sobre el supuesto complot que altos ejecutivos de Agrosuper –la empresa de su progenitor, Gonzalo Vial Vial–, maquinaban para enemistarlo con su padre. El episodio terminó por quebrar la compleja relación entre ambos.
Casi en paralelo, Vial Concha se convenció de la existencia de un mega fraude al interior de Agrosuper –donde él y sus hermanas también tienen participación– el que amenazaba con extenderse a su holding Graneles del Sur. Fue entonces que le dio luz verde a CAVAL para que con expertos informáticos llevaran a cabo una exhaustiva auditoría para identificar a los responsables.
En su querella por estafa, Vial Concha acusó a Natalia Compagnon de haberle entregado más de 300 correos electrónicos con información que apuntaba a esa estafa. En los correos –que fueron revisados por CIPER- aparecen supuestas comunicaciones entre ejecutivos de Agrosuper en las que se habla de millonarios desvíos de dinero hacia cuentas en el paraíso fiscal de Panamá; adulteraciones de balances y estados financieros, y hasta se sugieren líos amorosos entre trabajadores. En ese “complot” también se incluye a un ex alto ejecutivo de Graneles del Sur.
Hoy el empresario rancagüino afirma que esos emails fueron manipulados e incluso “falsos”. Pero en 2012 esa información incendió sus miedos e inseguridades llevándolas al paroxismo. Y si el fuego prendió rápido fue porque Vial Concha venía lidiando desde hace años con la sombra de intrigas en su contra.
En esa trama febril aparece un personaje que hasta ahora ha pasado inadvertido: Roberto Standen Pérez, empresario penquista experto en seguridad, amigo de Vial, y su asesor desde 2008. Reconocido por su estilo “militar” al interior de Graneles del Sur, poco después de que Vial Concha lo instalara en la cúpula gerencial de su holding, Standen se transformó en un poder omnipresente.
Fueron sus alertas las que hicieron que el empresario de los granos abandonara Rancagua. Y bajo su influencia Graneles del Sur sufrió una completa reestructuración que incluyó –además de guardias y cámaras– la creación de un departamento para indagar fraudes con auditorías confidenciales y también el cambio de ejecutivos.
Con carta blanca para operar, Standen llevó a la compañía de Vial Concha a un informático responsable del área de sistemas. Lo que el dueño de Graneles del Sur probablemente no supo, fue que la persona que su asesor en seguridad introdujo en su compañía había sido condenada poco antes por estafa cibernética.
No contento con eso, a mediados de 2012 Vial Concha le pidió a CAVAL ejecutar una completa auditoría en seguridad informática en su compañía. “La empresa se encuentra altamente expuesta y completamente vulnerable”, se lee en las conclusiones de ese informe que, según el rastreo de CIPER, fue revisado por Sebastián Dávalos, quien era entonces gerente de Proyectos de CAVAL.
El intento de Vial Concha por quitarse de encima la sombra de la traición le ha costado caro. A Standen le pagó varios millones y aunque el empresario reconoció que la empresa de Compagnon y Valero no le cobró por los reportes de asesoría informática (la auditoría y los más de 300 emails), sí dijo que estuvo dispuesto a desembolsar “cifras importantes por los otros trabajos realizados por CAVAL (…) solo en función de esos informes que me hacían llegar de manera reservada”.
Cuando en marzo de 2013 cortó relaciones comerciales con CAVAL, Vial Concha siguió obsesionado con obtener información de inteligencia para enfrentar supuestas maquinaciones en el corazón de sus negocios.
Así, a comienzos de 2015, contrató directamente a Victorino Arrepol Garrido, quien había sido hasta pocos meses antes asesor de CAVAL y uno de los responsables de los más de 300 correos electrónicos adulterados que Vial asegura le entregó Natalia Compagnon. El contrato firmado por Arrepol y Vial fijó un pago de $122 millones anuales (UF 5.000), cifra que llevada a 12 meses es similar al sueldo de una alta autoridad de la República.
En esas labores y con la venia de Vial Concha, Arrepol realizó espionaje informático a ejecutivos de su holding. Una carpeta con cientos de correos electrónicos del gerente general de Graneles del Sur, Juan Pablo Correa, y que habrían sido interceptados durante varios meses por Arrepol cuando ya trabajaba directamente para Vial, evidencia que las desconfianzas del empresario rancagüino habían llegado a un punto de no retorno.
En su declaración de enero pasado, Natalia Compagnon reveló detalles desconocidos de la vida de Gonzalo Vial. Relató que el empresario acostumbraba a portar en la guantera de su camioneta Mercedes Benz una pistola “para su seguridad”.
El dato entregado por la socia de CAVAL resulta verosímil a la luz de antecedentes recabados para esta investigación. Todos los testimonios recogidos por CIPER apuntan a que, desde al menos 2008, el dueño de Graneles del Sur había sido advertido por su asesor de seguridad, Roberto Standen, de fraudes, complots e intrigas en su contra. Esas alertas no solo lo llevaron a creer que su patrimonio estaba en riesgo, también la seguridad de su familia.
Dos fuentes consultadas por CIPER indicaron que Roberto Standen le advirtió al empresario que ejecutivos de Agrosuper lo “querían cagar”. También que algunos sindicalistas de la empresa de su padre habrían estado planeando el rapto de uno de sus cinco hijos.
Esas amenazas que Vial Concha creyó como ciertas, lo hicieron tomar la decisión de emigrar en 2010 junto a su familia desde su casa en la apacible comuna de Doñihue a un departamento en Santiago, en Santa María de Manquehue. La tesis del secuestro levantada por Standen también lo llevó a pensar que la seguridad de su padre, Gonzalo Vial Vial, estaba en riesgo. Fue así como, para la celebración de uno de los campeonatos nacionales de rodeo en Rancagua (Champion), puso a un guardia a seguirle los pasos sin que su progenitor lo supiera.
Fue precisamente la afición por el rodeo la que juntó a Vial y Standen. Ambos son dueños de criaderos de caballos. En 2008, Vial Concha asumió como presidente de la nueva Federación Chilena de Rodeo y Pruebas Ecuestres y Standen como vicepresidente. Esa organización se creó como entidad paralela a la Federación del Rodeo Chileno, fundada en 1961 y con su padre, Gonzalo Vial Vial, como presidente honorario. Un tercer nombre se sumó a esa lista como tesorero: el del empresario agrícola Pedro Santa María Torrealba, también amigo de Vial Concha, y cuyo nombre –como se verá– reflota misteriosamente en el contexto de la millonaria asesoría de Arrepol al dueño de Graneles del Sur en 2015.
A través de su empresa de seguridad Conmax, integrada por ex carabineros y militares en retiro, cuya sede está en Concepción, Roberto Standen le presta servicios de vigilancia a empresas forestales, entre ellas a Arauco, propiedad del Grupo Angelini. Comuneros mapuche con tierras en litigio con esa forestal han denunciado constantes hostigamientos por parte de los guardias de la empresa de Standen para desalojarlos. “Se pasean por fuera de nuestra rucas sacando fotos… nos disparan cuando pasamos por caminos interiores del fundo”, acusó uno de los afectados (ver aquí).
Quienes lo conocen confirman que una de las prácticas comunes de Standen es hacer seguimiento fotográfico a las personas que tiene bajo su lupa. Hay quienes incluso aseguran que esa información la utiliza para “juegos peligrosos”. “En su teléfono anda con una especie de catálogo de mujeres que le gusta exhibir sin que nadie se lo pida”, dice alguien que compartió reuniones con el empresario de la seguridad privada.
Roberto Standense transformó con el tiempo en el asesor más próximo de Vial Concha y terminó blindando a Graneles del Sur con guardias, cámaras y una serie de protocolos de seguridad. También con guardaespaldas para su resguardo y el de su familia.
“Vial le pagó muchísima plata a Standen”, contó a CIPER un ex trabajador de la compañía que asegura que la influencia que tuvo sobre Vial llegó a tal punto que incluso trajo a profesionales de su confianza –la mayoría de Concepción– para que ocuparan puestos claves en Graneles del Sur.
A esas alturas, Standen, quien de acuerdo a la indagación de CIPER comenzó a facturarle a Vial Concha por sus trabajos de seguridad en 2008, aparcaba su vehículo de turno (principalmente un Porsche) en uno de los tres estacionamientos reservados para la plana mayor del holding (junto a Vial y al gerente general Juan Pablo Correa).
Julio Escobar Hornung, quien trabajaba con Roberto Standen desde 2004, fue uno de los profesionales que el asesor en seguridad incorporó a la compañía de Vial a mediados de 2012. Llegó a Graneles del Sur como auditor interno de Tecnologías de la Información con la misión de adaptar, revisar y supervisar “el comportamiento de las políticas de seguridad de la información que rigen a nivel de holding”.
Escobar Hornung –quien entre agosto de 2014 y febrero de 2015 asumió como jefe de Sistemas y Tecnologías de la Información– no se presentaba en Graneles con sus papeles limpios. Un expediente judicial revisado por CIPER muestra que poco antes, en abril de 2011, Escobar había sido condenado como autor de delitos informáticos por un tribunal de Concepción. Diseñó una página web ficticia del Banco Santander para robar el dinero de clientes que ingresaban sus datos personales y bancarios creyendo que era el sitio oficial de la entidad financiera.
Otro de los profesionales que Standen incorporó en 2012 a Graneles del Sur fue el contador auditor Pablo Cabello Medina, quien estuvo en esa compañía hasta julio de 2014. Lo llevó para liderar la nueva área de contraloría financiera corporativa, responsable de elaborar reportes de detección de fraudes al interior de Graneles del Sur.
CIPER revisó parte de esos reportes, todos marcados con un timbre “confidencial”. En uno de ellos se cuestiona los bonos de desempeño autorizados por el gerente general, Juan Pablo Correa, a un jefe zonal de la compañía. “Se solicitó a través de correo electrónico explicación de estos pagos al gerente general del holding (…) a la fecha de este reporte nuestra área no ha tenido respuesta alguna”, dice el informe.
En otro documento interno del holding de Vial y que tiene fecha de creación el 16 de junio de 2012, se da cuenta de los problemas organizacionales provocados por la “metodología militar”, la “agenda propia” y el “concurso de despidos” de Standen. “[Standen] provoca temor en la gente, eso está bien en términos de controles, pero no en la administración del día a día (…) al estar bajo la espada de Damócles se nos puede ir gente que no queremos que se vaya”, se lee en ese archivo que habría sido elaborado por Juan Pablo Correa en el contexto de una reunión con Vial Concha y otros gerentes.
La tensión creada por el rol de Standen al interior de Graneles del Sur llegó a su climax en septiembre de 2014, cuando el gerente general Juan Pablo Correa puso su cargo a disposición ante Vial Concha. Su renuncia no se hizo efectiva y Correa continuó en su cargo, aunque probablemente sin saber que para entonces su correo institucional estaba siendo intervenido y manipulado por terceros.
El empresario de seguridad privada Roberto Standen ya no trabaja para Vial. La información recogida por CIPER indica que se mantiene cierta cercanía entre ambos, pese a que la familia de Vial Concha “no puede ver” al empresario penquista.
–Es demasiada la información que maneja Standen sobre él y sus empresas como para que Gonzalo (Vial Concha) rompa ese vínculo de un día para otro –acota un cercano al empresario.
Al menos en 2012, las asesorías de seguridad informática de Standen y CAVAL para el holding de Gonzalo Vial se traslapan, sin que CIPER haya podido establecer un vínculo explícito entre ambos actores. En la declaración que prestó en Fiscalía el 16 de enero pasado, Natalia Compagnon dejó huella de que al menos conocía a Standen: solicitó que se periciaran las cuentas de correo electrónico de varias personas, standen@maxcon.cl fue una de las que listó.
Con información bajo el brazo levantada por sus asesores en seguridad, la que le informaba de una supuesta cofradía de ejecutivos de Agrosuper que quería estafarlo y además enemistarlo con su padre, el empresario rancagüino visitó en 2012 a su progenitor Gonzalo Vial Vial. Allí le expuso los antecedentes: la reunión, lejos de lo que esperaba Vial hijo, dinamitó la relación entre ambos a tal punto que se dejaron de hablar.
Hay quienes ven en el origen de las inseguridades de Vial Concha –el menor y único hombre de cuatro hermanos– la tensa relación que arrastra desde hace mucho con su progenitor del mismo nombre y creador de unos de los imperios alimenticios más grandes y exitosos de Chile: Agrosuper. Una figura paterna omnipresente contra la que también tuvo que lidiar en el entorno de otra de sus pasiones: el rodeo. Así lo evidencia la decisión de Vial Concha de retirarse en 2008 de la principal organización de ese deporte en Chile, de la cual es presidente honorario su padre, para crear una nueva federación.
La indagación de CIPER arrojó que en paralelo a la llegada a Graneles del Sur de Julio Escobar, el informático de confianza de su asesor Roberto Standen, Gonzalo Vial Concha le entregó a CAVAL la tarea de ejecutar una auditoría al sistema informático de su compañía.
“La infraestructura estudiada posee muchas falencias que podrían interrumpir las operaciones de la empresa”, es la principal conclusión del informe que le entregó CAVAL a Vial una vez hecho su análisis. Allí identificó ocho puntos con riesgo “alto” que alertaban sobre la completa vulnerabilidad de su sistema contable y de gestión, y está firmado por el jefe de Sistemas de la empresa de Compagnon y Valero, Humberto López (dueño también de la empresa Advantec).
El documento –que lleva el nombre Informe Graneles de Chile v2– figura adjunto en un correo electrónico enviado el 16 de octubre de 2012por el esposo de Compagnon, Sebastián Dávalos,a la encargada de Proyectos Tecnológicos de CAVAL, Sol Herreros.
Los temores de Vial Concha sobre el supuesto complot en su contra y estafa a su padre que fueron alimentados por su asesor Roberto Standen, cobraron mayor fuerza con las auditorías informáticas de CAVAL. Y es allí donde irrumpe otro personaje importante de esta trama: Victorino Arrepol Garrido. El asesor de CAVAL y oriundo de Concepción, es sindicado como el responsable de realizar barridos informáticos a correos de ejecutivos de Agropesur para obtener información que, una vez manipulada, captara el interés de Gonzalo Vial Concha y reforzara su convicción de que era víctima de una conspiración.
“Natalia Compagnon me pedía que nos juntáramos porque me tenía un ‘dulcecito’ y me entregaba un conjunto de papeles (…) me fui armando la idea de que efectivamente había un fraude al interior de mi empresa”, acusó Vial Concha en su declaración de diciembre ante los fiscales.
Agregó también que varias de las reuniones entre él y Compagnon tenían lugar en un café de la comuna de la Reina, en el restaurant peruano Barandarián en Manuel Montt (Providencia) y en el Hotel Hyatt (Las Condes).
Quienes supieron de esas reuniones señalan que Vial solía utilizar apodos para referirse a esos lugares, bajo la sospecha de que su teléfono estaba intervenido. Al Barandarián le llamaba “el pulpo”, en alusión a uno de las preparaciones estrella de ese restorán –y aparentemente uno de los platillos más solicitados por el dueño de Graneles– y al Hyatt lo solía denominar “el redondo”, por la forma característica de ese hotel.
Tenía motivos para cuidar sus pasos. En los emails manipuladosque CAVAL le habría entregado –así como en la información que periódicamente le proporcionaba Standen– figuran múltiples conspiraciones en contra de sus negocios y los de su padre.
En la mayoría de los más de 300 correos electrónicos (impresiones de pantalla de supuestos emails) que Gonzalo Vial depositó en la Fiscalía afirmando que le fueron entregados por CAVAL, no aparecen nombres. Sus interlocutores figuran con chapas: 00, JG, F1, F3, F6, F7, F11, son algunas.
Solo en un puñado de ellos sus autores aparecen identificados así como las fechas en que fueron enviados. El más antiguo data del 12 de enero de 2012 y dice: “Supe que quieren revisar los informes (…) no creo que sea para algo bueno. Hay que maquillar ahora mismo y salir de esta pronto”. Pocos días después aparece otro en el que se lee: “Debemos esperar que las cosas se calmen para meter mano. En otro del mismo día se habla de “cubrir lo faltante” y luego de que se habían “inflado” los valores porque se debía “generar capital a como dé lugar”.
En esos correos electrónicos adulterados figura como autor José Guzmán, gerente general de Agrosuper; y como destinatario Felipe del Solar, director de Relaciones Políticas y Administrativas de Extend, empresa de comunicación estratégica que tiene a la compañía de Gonzalo Vial padre como cliente.
Los correos electrónicos que Vial dice que Compagnon le entregó y que le informaban sobre la “estafa” del que era víctima la empresa de su padre, cobraron ese año 2012 más fuerza frente a la difícil situación financiera que atravesaba su propia compañía, Graneles del Sur. De hecho, en 2014 Gonzalo Vial Concha tuvo que renegociar los pasivos de sus empresas (cerca de US$200 millones) con la banca, proceso en el que fue asistido por Herman Chadwick Larraín, el mismo síndico que tuvo a cargo la venta de los terrenos de Machalí que dieron origen al “Caso CAVAL”.
Dos años antes de que el empresario llegara a ese descalabro financiero, el temor de que el supuesto complot de los ejecutivos de la empresa de su padre (Agrosuper) penetrara también en su holding, creció.
En los correos electrónicos, además de los ya mencionados José Guzmán y Felipe Del Solar, se involucra también como destinatarios a Luis Felipe Fuenzalida, gerente de Administración y Finanzas de Agrosuper y a Rodrigo Errázuriz, ex miembro del consejo directivo de esa compañía y hasta 2011 gerente general de Graneles del Sur (actual director ejecutivo de Copesa).
“Les dije, el cacho [Vial Concha] es tan relajado y pienza (sic) que todos lo están cagando… su defecto fortaleza pa (sic) nosotros…”; “cachorro [Vial Concha] cae como piedra”; “se espera un viaje de Vial y ese debe ser el momento para hacer los movimientos bancarios y así no se den cuenta”; “los traspasos hay que hacerlos de 200 en 200, más que eso generaría alerta”, dicen correos electrónicos fechados en marzo y abril de 2012.
El guión trazado en los correos electrónicos que Vial Concha asegura recibió de CAVAL, sugiere que en agosto de 2012 los supuestos conjurados de Agrosuper comenzaron a sospechar que sus comunicaciones estaban siendo intervenidas. “Borra todo lo que tengas en tu correo, posible robo de información”; “hay un hacker…ojo”; “se están filtrando cosas. Ni una palabra más”, son parte de los intercambios plasmados en los últimos emails que figuran con nombre y fecha.
Tras esas alertas y de acuerdo a la trama plasmada en los correos, los ejecutivos que protagonizaban el fraude ficticio dejaron de utilizar sus correos institucionales y crearon un grupo de mensajería electrónica identificado como “201271”. Las nuevas instrucciones fueron: no utilizar nombres y escribir con faltas de ortografía, para protegerse en caso de ser descubiertos.
En esta nueva serie de emails encriptada artesanalmente se detallan los circuitos por los que transitaría el botín robado. Se hace referencia a la apertura de una cuenta bancaria en Panamá –en el Global Bank– y a la necesidad de seguir una “estrategia de pirámide bancaria” para mover los fondos.
“Global Capital Investment Corporation nos presta asesoría y nos acepta facturas de empresas de terceros sin informar a USA; Global Valores opera un puesto en la bolsa de Panamá, esto nos ayudará mucho cuando viela (Gonzalo Vial padre) ingrese a la bolsa en Chile… llegar y ganar; Global Bank Overseas nos recibirá los documentos sin pedir informe alguno y los colocarán de tal forma que no se pueda hacer seguimiento”, se lee en uno de esos correos.
Los emails también dan cuenta de supuestas maniobras de ese grupo para azuzar el conflicto que en esos momentos tenía Agrosuper con su planta de cerdos en la comuna de Freirina (Región de Atacama). La idea era mantener ocupados a los Vial (padre e hijo) para continuar sin trabas con el desfalco: “Freirina… dio resultados… la prensa nuevamente se enfocó al tema… se estaba enfriando… los mandamos a Copiapó a levantar un poco de humo… mientras seguimos con el plan original”.
La telenovela digital que consumió Vial Concha a través de esos correos es parte de la trama de la querella por estafa presentada por Vial Concha en junio de 2016. El empresario además de hacer mención a esos correos electrónicos, los que califica de falsos, se refiere a ocho informes mineros que le fueron entregados por CAVAL. Vial Concha asegura que los más de mil millones de pesos que aparecen en la contabilidad de CAVAL como pagados por él, corresponden principalmente a esos informes. Y acusa a la empresa de Compagnon y Valero de haberlos plagiado de Internet, de trabajos de Cochilco.
Sobre esa supuesta estafa ya existe un informe policial. En junio de 2016 el Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) concluyó que no se puede establecer la ocurrencia de ese delito, porque no existe evidencia de que Vial Concha haya pagado por los “informes mineros” que hizo CAVAL. Los pagos “corresponden a otros estudios y asesorías”, concluye Labocar.
Y es en este punto donde surge una gran interrogante: si los $1.200 millones que efectivamente pagó Vial Concha a CAVAL en 2012, incluyeron también las asesorías de seguridad informática que le pidió a Natalia Compagnon.
Lo que sí ha logrado comprobar la Fiscalía de Rancagua es que esos $1.200 millones no son los únicos dineros que el empresario le pagó a la socia de CAVAL. El dueño de Graneles de Chile aseguró en su declaración que le entregó “de su bolsillo y en efectivo” otros $400 millones a Natalia Compagnon para “arreglar el tema que tenía Agrosuper en Freirina”. Mencionó además otros $70 millones que le habría proporcionado como préstamo para que solucionara un problema pendiente con Impuestos Internos.
Personas que tuvieron acceso a las cuentas personales de Vial Concha aseguraron a CIPER que el monto en efectivo entregado por el empresario rancagüino a Compagnon fue mucho más y bordearía los $700 millones. Y que una pericia policial a sus cuentas puede corroborarlo.
Sobre los más de 300 correos electrónicos adulterados que alimentaron el complot y que Vial asegura le fueron entregados por CAVAL, no hay certeza hasta hoy de quién es su autor material e intelectual. Natalia Compagnon y Mauricio Valero han apuntado a Victorino Arrepol. Una aseveración que Arrepol refuta. En sus declaraciones, aseguró que los correos fueron manipulados, pero afirmó que él solo se limitaba a recopilar la información desde la red y que era Compagnon quien “la preparaba para entregársela a Gonzalo Vial”. Y agregó que, antes de entregársela a Vial, “le ponían y le sacaban cosas”.
“El tema es un poco complicado… gonzalo vial siempre ha pedido información a caval… ahora la persona q provehia de esta informacion era yo… nesesitamos llegar a el… esta complicado y me nesesita… pero caval le cobra muy caro!!! (sic)”.
Ese fue el correo que le mandó el miércoles 9 de julio de 2014, Victorino Arrepol a Sergio Bustos (otro de los asesores de CAVAL en la compraventa de los terrenos de Machalí y quien destapó el escándalo). En ese correo (verídico) Arrepol le propuso a su viejo amigo y socio saltarse a la empresa de Compagnon y Valero y continuar con los barridos informáticos, pero ahora entregándoselos directamente al dueño de Graneles del Sur.
Arrepol Garrido saldaba así un plan añorado por meses: apropiarse sin intermediarios del botín que Vial Concha estaba dispuesto a pagar para aplacar sus temores. En otro correo electrónico del mismo día enviado también a Bustos, Arrepol le insiste que si llegan a Vial de “manera directa”, ganarían “unas buenas lukas”.
Arrepol consiguió lo que quería. Porque el propio Vial Concha reconoció haberle pagado en 2014 al menos $5 millones por algunos trabajos y haber puesto a su disposición un vehículo.
2014 es el año en el que las dudas del empresario sobre la lealtad de sus ejecutivos fueron llevadas a niveles alarmantes por los informes “confidenciales” que le reportaba la nueva área de detección de fraudes montada por Roberto Standen.
Como parte del trabajo inicial que le encargó Vial Concha, esta vez directamente a Victorino Arrepol, hay cientos de emails de 2014 (fotos con impresiones de pantalla) que éste capturó desde la cuenta de correo electrónico institucional del gerente general de Graneles del Sur, Juan Pablo Correa.
Esos emails –que incluyen hasta información de las cartolas bancarias personales del ejecutivo– no dan cuenta de ninguna irregularidad, más bien evidencian la gestión propia de un gerente general.
La confianza que llegó a depositar Vial Concha en Arrepol llegó al punto de que su nuevo asesor no tuvo empacho a fines de 2014 en solicitarle una préstamo de $20 millones para cubrir deudas personales generadas, según él, en dineros que CAVAL le adeudaba. “Ojalá me pueda ayudar, ya que este tema me superó y no me deja concentrarme en lo que estoy haciendo”, se lee en un documento del 5 de diciembre de 2014.
El gran salto de Victorino Arrepol vino a fines de enero de 2015, solo días antes de que el 6 de febrero estallara el “Caso CAVAL” en revista Qué Pasa. El 27 de ese mes, Arrepol firmó un contrato con Gonzalo Vial Concha por UF 5.000 anuales ($122 millones) para “la búsqueda de información dentro del ámbito de internet”. Según Arrepol, Vial Concha quería “antecedentes que le permitieran saber con meridiana exactitud todo lo que pasaba en sus empresas” (ver contrato).
En ese contrato se estipula que Arrepol también recopilara información “del empresario Gonzalo Vial Vial” y de su empresa Agrosuper.
Del contrato no solo sorprenden los montos. También que a la firma de ese acuerdo Vial Concha haya concurrido como representante de una empresa que no le pertenece: la sociedad frutícola La Purísima Limitada, cuyo dueño es su amigo –y ex socio en Puerto Panul, otra de las empresas de Vial– Pedro Santa María Torrealba, tesorero de la federación de rodeo que Vial creó junto a Roberto Standen en 2008.
El 28 de enero de 2015, Arrepol emitió una boleta de honorarios por $41 millones brutos a La Purísima con la glosa “Asesoría y recopilación de información”. Vial Concha le entregó el dinero en efectivo (ver boleta).
Según la versión de Victorino Arrepol, tres meses más tarde, en marzo de 2015, Vial Concha le ordenó anular esa boleta ya que había “un error contable”. Pero como la factura ya había sido emitida, la huella quedó.
Es probable que la decisión de Vial Concha haya sido provocada por el estallido del “Caso CAVAL” que por esos días copaba los titulares. Arrepol anuló la boleta y el pago que le hizo Gonzalo Vial quedó sin respaldo contable, al igual que los $470 millones que el empresario dice haberle entregado a Natalia Compagnon.
Las tareas de seguridad informática que cumplió Victorino Arrepol para Gonzalo Vial Concha, incluyeron desplazamientos fuera del país. De hecho, apenas se hizo público el negocio inmobiliario de CAVAL, el asesor informático tuvo que regresar de emergencia desde Colombia donde se encontraba cotizando –“por instrucciones de Vial Concha”, dijo– un “software de seguimiento para clonar y poder entrar a cualquier red”.
Las esquirlas del escándalo político provocado por el negocio inmobiliario de CAVAL, también golpearon a Arrepol, cuando surgió su nombre entre los protagonistas de esa trama. El último capítulo de la peculiar relación entre el empresario rancagüino y el “asesor informático” ocurrió el 3 de noviembre de 2015. Ese día, Arrepol demandó a Vial Concha por incumplimiento de contrato, acusándolo de no pagarle el saldo restante de las UF 5.000 que estipulaba el contrato. Y aseguró en su demanda que el trabajo que le pidió Vial Concha se hizo. Y entregó pruebas de ello.
CIPER intentó conversar con Victorino Arrepol. Su abogado en esta causa, Marcelo Valenzuela, comunicó a través de su secretaria que ni él ni su cliente hablarían con la prensa. A través del estudio jurídico del abogado Luis Hermosilla, que defiende a Vial Concha, también se solicitó entrevista con el empresario. No hubo respuesta.
CIPER también intentó comunicarse con el empresario penquista Roberto Standen por teléfono y correo electrónico. Fue inútil. No tuvimos respuesta.
El día que presentó la demanda, Arrepol decidió dejar un pendrive con todo el material que recopiló en un sobre bajo custodia judicial. Parte de la información supuestamente obtenida por el asesor informático mientras trabajó exclusivamente para Vial Concha, permanece en secreto. También la cifra exacta de los cientos de millones que el dueño de Graneles ha desembolsado en los últimos diez años para intentar conciliar el sueño.