U. ARCIS: La carta de ex accionista de Inversiones Salvador y la respuesta de CIPER
02.09.2014
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02.09.2014
Sra. Mónica Gonzalez:
Estimada directora, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 16, 17, 18, 19, 20 y 21 del Capítulo IV de la Ley 19.733 “Sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo”, vengo en ejercer el derecho de aclaración, en relación con el Reportaje de Investigación ” Crisis en la Universidad ARCIS: Cómo entró y salió el Partido Comunista del negocio de la Educación Superior”, escrito por don Juan Pablo Figueroa, y publicado el día 12 de agosto de 2014, en su página web.
En el citado artículo, el cual felicito por la profundidad de la investigación, se me menciona como inversionista a través de la sociedad Salvador, descripción que si bien en lo formal es correcta, quisiera aclarar que los integrantes de dicha sociedad éramos trabajadores remunerados de la universidad (mas de 40, entre directivos docentes, docentes, y administrativos) que nos vimos en la necesidad de intervenir en esta condición que usted llama inversionistas, como único medio de evitar el control total de la universidad por parte de “los socios estratégicos”, los que a poco de instalarse evidenciaron su intenciones de apropiarse de la universidad, cuestión que en definitiva lograron en el 2008, una vez que los últimos miembros de la sociedad Salvador que ocupaban cargos directivos fueron despedidos como epílogo de una purga que había comenzado con la obligada renuncia de Tomás Moulian, al cargo de rector, en el año 2004; la brutal exoneración de su cargo del secretario general de la universidad, el abogado Roberto Celedón; la renuncia obligada del Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar; la exoneración del vicerrector Académico, don Carlos Gutiérrez y así, un sigue y suma que terminó por privar a la universidad del tejido académico y administrativo que la sostenía.
Lamento hacer ejercicio de este derecho ante una publicación que admiro y respeto, pero la verdad es que de inversionistas no teníamos nada y, en este único sentido, el reportaje no es fiel con los hechos, ya que como ya se ha explicado, nuestra única motivación para conformar la sociedad Salvador, fue hacer un contrapeso a los socios que se incorporaban, en defensa del proyecto universitario, el cual veíamos amenazado por la irrupción de una lógica de poder basada exclusivamente en el aporte económico, algo completamente impensado para nosotros atendido los pergaminos de las personas que se incorporaban.
Atentamente
Adil Brkovic Almonte, abogado (Rut. 8.389.617-5).
Estimado señor Adil Brkovic: Agradecemos su aclaración, pero es necesario para nosotros también hacer algunas puntualizaciones:
Poco después de que en octubre de 2004 se constituyera Inmobiliaria Libertad S.A. con un capital de $1.600 millones (de los cuales el 99.5% correspondía a inmuebles traspasados desde la Corporación Universidad ARCIS), la propiedad de dicha sociedad comercial se dividió entre cinco entidades:
1) Ediciones ICAL Ltda., vinculada al Partido Comunista, que quedó como titular de un 25,5% de las acciones;
2) Marambio y Rodríguez S.A. y Comercial Cañaveral S.A., ambas controladas por el empresario Max Marambio, que juntas controlaban otro 25,5%;
3) La Corporación Universidad ARCIS, que suscribió otro 25,5% para mantener una cuota de dominio sobre el patrimonio que había otorgado a la inmobiliaria; y
4) Inversiones Salvador S.A., que con una inversión de $376 millones adquirió el 23,5% de las acciones restantes de la inmobiliaria.
Tal como señala el reportaje de CIPER, esta última sociedad fue constituida por un grupo de académicos y funcionarios de la universidad con el único objeto de ser parte en la propiedad de Inmobiliaria Libertad S.A. Fue creada el 21 de marzo de 2005 por Jorge Arrate, entonces presidente de la corporación educacional, y el abogado Roberto Celedón, quien en esa época era secretario general de la universidad. Su capital inicial fue de $408 millones que se dividieron en 408 acciones. En ese acto Celedón suscribió el 36,8% de las acciones y Arrate pagó $8.000.000 para quedar como titular del 2% de la nueva sociedad. Quedaban 250 acciones disponibles para ser suscritas por otros socios.
Tanto Celedón como Arrate explicaron a CIPER que poco después la mayor parte de las acciones de Inversiones Salvador S.A. fueron adquiridas por dos accionistas: José María Bulnes, que con $150 millones se hizo del 36,8% de las acciones; y por el abogado Adil Brkovic, 44 acciones. Así consta también en otros documentos públicos revisados por CIPER en el transcurso de esta investigación.
El abogado Brkovic indica en su carta que él y sus socios en Inversiones Salvador S.A. “de inversionistas no teníamos nada, y en este único sentido, el reportaje no es fiel con los hechos, ya que como ya se ha explicado, nuestra única motivación, para conformar la sociedad Salvador, fue hacer un contrapeso a los socios que se incorporaban, en defensa del proyecto universitario”.
Al respecto quisiéramos puntualizar que independiente de cuál haya sido la motivación o la intencionalidad de los socios al momento de crear la sociedad Inversiones Salvador S.A., lo cierto es que todos invirtieron una cantidad de dinero que los convirtió en accionistas de Inmobiliaria Libertad S.A. y en co-propietarios de los inmuebles que antes eran propiedad exclusiva de la Universidad ARCIS.
De hecho, Celedón, Bulnes y Brkovic seguían siendo los socios mayoritarios de Inversiones Salvador S.A. cuando el 10 de julio de 2006 se reunió el directorio de la sociedad inmobiliaria y acordó la primera repartición de un dividendo provisorio por un total de $60 millones. En la decisión, según consta en el acta de esa sesión, participaron Brkovic y Bulnes, quienes formaban parte de ese directorio. La empresa de los académicos recibió en esa oportunidad utilidades por $14,1 millones.
La participación de aquellos tres socios mayoritarios en la sociedad de inversiones llegó a su fin el 1 de febrero de 2008. De eso dan cuenta tres escrituras distintas que CIPER revisó en el Archivo Judicial, en las que Nazareno S.A. –otra sociedad de Max Marambio– compró a Celedón, Brkovic y Bulnes el total de sus acciones en Inversiones Salvador S.A. y a cada uno le pagó el monto exacto de su inversión inicial.