Dos editores, tres subeditores y un reportero
Días de furia en el CDF: Así se gestó la salida de los periodistas que enfadaron a Carlos Heller
14.08.2014
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Dos editores, tres subeditores y un reportero
14.08.2014
Dos minutos después de que se emitió el reportaje sobre el anunciado estadio de la “U” por las pantallas del Canal del Fútbol (CDF), el jueves 31 de julio, sonó el teléfono de su editor periodístico, Patricio Torres. Lo alertaban de que la dirigencia de Azul Azul, la sociedad anónima que administra el club, estaba indignada por la nota. El director ejecutivo del canal, Martín Awad, recibió un llamado similar en momentos en que participaba del directorio del CDF, al que asistían representantes de los clubes, entre ellos de la “U”. A partir de entonces se desataría un episodio que golpeó duramente al equipo del canal y que –al contrario de lo que buscaban los dirigentes del club– puso en el centro de las miradas al anunciado estadio de Azul Azul, la gran promesa con que Carlos Heller asumió la presidencia de la sociedad anónima en abril de 2014.
La controversia terminó con dos despidos y cuatro renuncias de periodistas. Las salidas se concretaron pocos días antes de que la voz emblemática del relator Claudio Palma dejara el Canal del Fútbol para seguir emocionando a las hinchadas desde los micrófonos del canal Fox Sports Chile. Así, se cerró la semana más negra que ha vivido hasta ahora el CDF, la estación que se ha convertido en el negocio multimillonario de los dirigentes del fútbol (ver reportaje).
La molestia que provocó el reportaje, según explicó a CIPER un alto dirigente del equipo azul, fue por lo que en la sociedad anónima se califica como “evidente sesgo”. La nota, dijo, “presentó este proyecto (el estadio) como algo incierto, dudoso, que no tiene probabilidades de tener éxito y generar, de ese modo, una enorme incertidumbre en nuestros seguidores”.
Más allá de los calificativos que emanan de Azul Azul sobre ese trabajo del periodista Roberto Gálvez, lo cierto es que su reportaje acreditó que aún no se ha presentado el anteproyecto del estadio al municipio de Pudahuel (trámite esencial para que sea aprobada su construcción), porque aún no se firma con el rector de la Universidad de Chile el contrato de arriendo que le permita a la “U” construir su estadio en los terrenos de laguna Carén que pertenecen a esa casa de estudios. Incluso, el periodista consignó las declaraciones de uno de los integrantes de la “comisión estadio” de la “U”, Andrés Weintraub, quien confirmó todo lo anterior.
Así presentado, el tema resultó altamente sensible para la sociedad anónima que preside Carlos Heller, un empresario que además es presidente del canal de televisión Mega y encabeza el grupo Bethia. Azul Azul cotiza en bolsa y, por lo tanto, cualquier información que sugiera un retraso en la principal inversión que proyectan sus controladores puede tener un impacto negativo en el valor de su acción. Y ese, no es un dato menor para la dirigencia.
Tras los reclamos airados de esa noche, las huellas del reportaje desaparecieron rápidamente. Sólo se emitió una vez, no se subió al sitio de internet del CDF e incluso fue levantada la repetición habitual del noticiero a la medianoche y en su reemplazo se programó otro espacio.
Temprano al día siguiente, 1 de agosto, llegó una carta dirigida al vicepresidente del directorio y administrador del CDF, Jorge Claro. Estaba firmada por Carlos Heller y Sergio Weinstein, director del club y responsable de la “comisión estadio”. La carta -a cuyo contenido tuvo acceso CIPER- plantea en duros términos su “profunda indignación” por el contenido del reportaje, sentenciando que “tiene claramente una intención malintencionada y tendenciosa”, lo que buscaría generar conflicto al interior del club, con sus hinchas y con la comunidad de Pudahuel (donde se levantaría el estadio). “Nada es casual y voluntario”, continúa el texto, especialmente el que se hiciera aparecer a los presidentes anteriores y al actual como dirigentes que “han prometido y luego desdicho o postergado” este proyecto.
Aunque en el reportaje aparece Andrés Weintraub, miembro de la “comisión estadio” de la “U”, ratificando que no se ha presentado el anteproyecto ante la municipalidad, porque aún no se firma el contrato con la rectoría, un dirigente de Azul Azul dijo a CIPER que “debieron entrevistar al presidente de la comisión o a quien realmente ha estado en todas las negociaciones y conoce el detalle de los avances, y esa no parece ser la persona entrevistada”.
Un alto directivo del CDF va un paso más allá y sostiene que tiene “sospechas fundadas” de que en el origen de este reportaje “hubo manos moras”, personas que habrían “influido” sobre los periodistas para que se hiciera el tema, interesados en que se pusiera en duda la iniciativa que podría catapultar a Carlos Heller como el hombre que concretó la obra más esperada y anhelada por los hinchas azules.
Los periodistas involucrados en la realización y revisión del reportaje han rechazado las acusaciones de falta de rigor e intenciones tendenciosas. “Sólo pretendimos responder a una inquietud periodística legítima frente a un tema de enorme interés para los hinchas de la “U”, que está en el tapete desde que se anunció el estadio y que interesa al público que sigue el CDF. Tomamos todas las versiones, incluida la de la “U” y cumplimos con los estándares editoriales y periodísticos”, asegura uno de los profesionales que salieron del canal.
La carta que envió Carlos Heller a Jorge Claro entrega un antecedente hasta ahora desconocido en la trama sobre la construcción del estadio. En el texto, el dirigente reclama que no se les haya pedido información en forma oficial y, tras recordarle a Claro que la “U” es socia del CDF, le señaló que “estamos a días de cerrar un contrato de arrendamiento por 45 años con la Universidad”. La carta agrega que trabajan hace meses en el anteproyecto que van a presentar al municipio, además de reunirse periódicamente con los vecinos de la comuna, para perfeccionar la iniciativa en beneficio de la comunidad:
“Hemos estado trabajando en forma intensa, sigilosa y consistente en lograr avanzar en este tan importante proyecto de nuestro club. Sin embargo, lo realizado por ustedes, nuestro socio, solo nos genera problemas con nuestros accionistas, hinchada y abonados, además de reclamos y muchos dolores de cabeza”, dice la carta, a la que tuvo acceso CIPER.
Esta versión fue contrastada con la rectoría de la Universidad de Chile. La respuesta entregada en la casa central moderó las expectativas en torno a la rapidez con que podría firmarse el contrato de arrendamiento. Efectivamente, el 15 de julio (quince días antes que se emitiera el reportaje), hubo una reunión protocolar entre el directorio de Azul Azul y el nuevo rector de la universidad, Ennio Vivaldi. En esa oportunidad, Carlos Heller le planteó el tema pendiente sobre el estadio, entre otras materias que abordaron.
En la cita, el rector informó que el abogado externo Mauricio Tapia sería la contraparte del club en la negociación. A partir de este punto, las interpretaciones difieren. Según representantes de Azul Azul, en ese encuentro el nuevo rector dio luz verde para seguir adelante con la redacción del contrato de arrendamiento. “El rector dijo que no va a deshacer el acuerdo que firmamos con el anterior rector, Víctor Pérez, y que ahora tiene que pasar por los abogados para ratificar ese preacuerdo y redactar el contrato”, asegura uno de los participantes, en representación del club, en esa reunión.
La versión de la rectoría difiere. Según explicaron a CIPER, el rector Vivaldi contrató a un equipo de abogados externos para que elaboren un informe técnico sobre los alcances del llamado Memorandum de Entendimiento, que firmaron Carlos Heller y el ex rector Víctor Pérez el 12 de junio. En síntesis, el preacuerdo fija las bases sobre las que se redactará el contrato de arrendamiento entre las partes. El plazo que dispuso el rector para determinar si sigue adelante con el acuerdo es mediados de septiembre.
Según explicaron en la rectoría, hay dos caminos posibles. El primero es la vía corta: que Vivaldi reciba el informe de los abogados externos y tome la decisión solo con la asesoría de los vicerrectores. El segundo es el camino largo: someter el informe técnico a la consulta del Consejo Universitario y posteriormente al Senado Universitario, lo que dilataría los plazos que Carlos Heller intenta apurar a toda máquina.
Aún cuando el rector autorice avanzar en la redacción y firma del contrato de arrendamiento, dijeron en la rectoría, el documento final debe ser visado, sí o sí, por las dos instancias colegiadas de la universidad.
Los plazos están corriendo. Desde que se firmó el preacuerdo, hay 90 días para suscribir el contrato definitivo de arrendamiento de los terrenos, los que se cumplirían el 12 de septiembre, según explicó a CIPER el gerente general de Azul Azul, Cristián Auberth. Esto coincide con el plazo que se ha fijado el rector Vivaldi para decidir sobre el contrato con la “U”.
Según la información enviada por la sociedad anónima a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) el pasado 12 de junio, una vez que se firme el convenio, que se extendería por 45 años, la “U” se compromete a construir un club de campo para la Universidad de Chile por un monto no superior a 210 mil UF ($4.830 millones), además de financiar la mantención de un parque público ubicado en cerro Amapolas por un monto máximo anual de 1.800 UF ($41,4 millones) (Vea el “hecho esencial” enviado por Azul Azul a la SVS).
El terreno donde se emplazaría el recinto deportivo, ubicado en la laguna Carén, fue cedido por el Estado a la casa de estudios para construir algo muy distinto a un estadio de fútbol: un gran polo tecnológico y de investigación (ver reportaje CIPER).
La carta enviada por Carlos Heller y Sergio Weinstein a Jorge Claro no se quedó sólo en el reclamo por el contenido del reportaje. En uno de los pasajes más drásticos, los dirigentes indican que situaciones como ésta no pueden volver a suceder: “Requerimos que el CDF tome medidas duras y ejemplarizadoras, que incorpore filtros y/o reportes necesarios que deben existir para evitar que este tipo de graves situaciones se vuelvan a repetir”.
Ese lunes 4 de agosto, el empresario Jorge Claro, vicepresidente del directorio del CDF, respondió la carta de Azul Azul. Claro afirmó que la línea editorial del canal es “apoyar y potenciar” el fútbol chileno y todos sus clubes, por lo que estaban haciendo “todos los esfuerzos necesarios” para determinar qué sucedió y evitar que en el futuro “nuestros socios se sientan afectados por reportajes del CDF, para lo cual se adoptarán todas las medidas necesarias”.
La decisión estaba tomada. El martes 5, el director ejecutivo del Canal, Martín Awad, les comunicó a los dos editores, Cristian Urbina y Patricio Torres, que el episodio “remeció los cimientos del canal”, por lo que habría una restructuración en Prensa donde ellos no estaban contemplados. La medida provocó impacto e indignación entre los periodistas y, acto seguido, renunciaron el autor de la nota, Roberto Gálvez, y los tres subeditores de las noticias: Claudio Lara, Pablo Sepúlveda y José Manuel García.
Los periodistas cuentan que en este desenlace fue gravitante la opinión de Juan Luis Alcalde, quien ejerce como director subrogante de Jorge Claro, de quien es su brazo derecho. Aunque no tiene cargo formal en la plana ejecutiva del CDF, la opinión de Alcalde pesa al momento de tomar decisiones relevantes como ésta.
Alcalde y Claro no fueron los únicos que participaron en la decisión. CIPER supo que, ese mismo día, el presidente del directorio del CDF, Alberto Eguiguren, envió un correo electrónico al gerente general de Azul Azul, Cristián Auberth, asegurando que las personas involucradas serían marginadas.
En el directorio del canal dijeron a CIPER que “la medida se adoptó porque no podemos aceptar que se usen nuestras pantallas para fines malintencionados. Acá no hubo un error o una torpeza simplemente”. La pregunta es si el CDF hubiese tomado la misma medida drástica si no hubiese existido la carta de la “U”.
A pesar de la elocuencia de la carta, ejecutivos cercanos a Carlos Heller insisten en que “él nunca tuvo la intención de que se despidiera a los periodistas, su carta sólo era un reclamo, porque se sintieron maltratados”.
No es la primera vez que se produce un conflicto entre el CDF y los dirigentes de uno de los clubes del fútbol profesional, todos dueños del canal a través de la ANFP, entidad que controla el 80% de la propiedad de la estación de TV. Hubo un episodio reciente que involucró al club O’Higgins, pero que no tuvo la misma consecuencia que el reportaje sobre la “U”, a pesar de haber desatado la ira del presidente de la ANFP, Sergio Jadue.
Hace dos meses hubo un encontrón fuerte de los directivos del CDF con Jadue fruto de la transmisión en vivo de la inauguración del Monasterio Celeste, campo de entrenamiento de O’Higgins. Cuentan los testigos que el discurso de Ricardo Abumohor -presidente del club y reconocido crítico de la gestión de Jadue- molestó al presidente de la ANFP. En su discurso, Abumohor deslizó cuestionamientos a gestionar el fútbol profesional sólo con objetivos de rentabilidad económica, olvidando el sentido social que tradicionalmente ha tenido la actividad. Jadue y sus cercanos consideraron que era una crítica soterrada a la gestión de la actual directiva de la ANFP.
Las protestas no tardaron en llegar a la sede del canal. Pero el tema se zanjó rápidamente, cuando se supo que había sido el gerente de producción quien había solicitado que se transmitiera en vivo el evento. Esa vez no rodaron cabezas. Pero sí se estableció un protocolo a futuro para que los informativos “extra” siempre tengan el visto bueno de Martín Awad o de quien lo reemplace.
El rayado de cancha editorial para los periodistas del CDF está bastante definido después del bullado caso de las elecciones en la ANFP, cuando se produjo la salida de Harold Mayne-Nicholls y la renuncia de Marcelo Bielsa, a fines de 2010. El entonces vicepresidente Jorge Segovia, dirigente de Unión Española y dueño de la Universidad SEK, contrató al periodista Cristián Urbina para que ejerciera el control editorial del CDF, cargo que no existía hasta entonces. El mandato fue claro, según recuerda el propio Urbina: a partir de ahora, el CDF es un canal centrado en potenciar el espectáculo en la cancha, sólo en lo deportivo, sin generar polémicas. De los dirigentes no se habla.