Universidad B. O’Higgins: La alianza con CEMA que le permitió crecer de $10 millones a más de $ 6 mil millones.
22.06.2012
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22.06.2012
La Universidad Bernardo O’Higgins cuyo patrimonio supera hoy los $ 6 mil millones de pesos y que educa a más de 4 mil jóvenes, debe gran parte de su prosperidad actual a CEMA Chile, fundación sin fines de lucro comandada por Lucía Hiriart, esposa del general Pinochet y que recibió en forma gratuita más de un centenar de terrenos fiscales entre 1974 y 1990.
Aunque ya existían antecedente sobre estos traspasos, CIPER ha logrado demostrar las fuertes vinculaciones que existen entre el patrimonio de la UBO y otras universidades y la fortuna oculta de la familia Pinochet que se investiga en la justicia. Lo anterior se deriva del hecho de que más de un centenar de terrenos recibidos en forma gratuita para el uso exclusivo y sin fines de lucro de CEMA, fueron vendidos por esa fundación a empresas e instituciones privadas del mercado educacional, cuyos controladores los compraron en gruesas sumas o le pagan arriendo a Lucía Hiriart.
Es exactamente la situación de la Universidad Bernardo O’Higgins, entidad que recibió el terreno de 1,83 hectáreas de Avenida Viel, en el que actualmente funciona su sede central, a través de una transacción hecha en 1994, la que luego fue refrendada por una operación de venta en agosto de 2002, en virtud de la cual Cema recibió más de $700 millones por la venta del inmueble que le fue donado gratuitamente por el Estado. La cifra, no obstante, es también curiosa pues no corresponde al valor de mercado que tenía en esa época el terreno.
Al interior del Parque O’Higgins, a un costado de la Autopista Central, se encuentra la actual casa central de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO). Desde marzo de 1990, la institución de educación superior es parte del paisaje de uno de los pulmones verdes más grandes de Santiago. Un inmueble que tiene su historia.
El edificio fue construido en 1939, durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, con el objeto de albergar a la “Institución Nacional de Defensa de la Raza y Aprovechamiento de las Horas Libres”. El fuerte terremoto que sacudió a Chile ese año, trastocó los planes. Frente a la emergencia, el gobierno decidió utilizar el edificio como hogar para niños huérfanos.
Durante varias décadas ese fue su destino, hasta que en enero de 1979, el Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU) traspasó el terreno al Fisco. Fue precisamente en ese momento que Cema se instaló en la propiedad. Poco después, el Decreto Supremo Nº 117 del 17 de abril de 1980 del Ministerio de Tierras y Colonización (antecesor del Ministerio de Bienes Nacionales), dispuso “la transferencia gratuita” de la propiedad a Fundación Cema Chile, la cual desde entonces s convirtió en la legítima propietaria de un terreno que estaba avaluado en $500 millones.
El ministro de entonces era el general de Carabineros René Peri Fagerstrom, quien a su retiro (1987) fue enviado por Pinochet como embajador en Honduras. El extenso terreno lo recibió el entonces director administrativo de Cema, Álvaro Romero, oficial de Ejército en retiro. Cinco años transcurrieron antes de que Cema inscribiera la propiedad en el Conservador de Bienes Raíces, el 11 de marzo de 1985.
El traspaso del enorme inmueble a Cema no involucró ningún gasto para la entidad que dirigía Lucía Hiriart. De hecho, estaba exenta del pago de contribuciones. Un solo requisito se estipuló: prohibición de vender el terreno antes de cinco años, la norma que rige para este tipo de donaciones. Cema respetó el plazo. Lo vendió 14 años más tarde.
Durante los años 80 Cema hizo funcionar allí un jardín infantil y luego un centro de capacitación para madres con cursos de tejido y repostería. En 1990, con el retorno a la democracia, la cantidad de mujeres que llegaban hasta el enorme inmueble del Parque O’Higgins disminuyó notoriamente, pero nada cambió en relación a su uso y propiedad.
En el intertanto, en 1990, se creó la Universidad Bernardo O’Higgins. Entre sus fundadores figuran varios uniformados del círculo íntimo de Pinochet: el general Jorge Lucar Figueroa, miembro de la Junta Militar (1989- 1990) y vicecomandante en jefe del Ejército hasta 1993; general Guillermo Garín Aguirre, ex vicecomandante en Jefe del Ejército y uno de los procesados por el caso Riggs; general Jorge Ballerino Sandford, ex jefe de la Casa Militar y ex ministro secretario general de la Presidencia de Pinochet; general Fernando Torres Silva, ex fiscal militar y auditor general del Ejército; general Fernando Paredes Pizarro, director de la PDI entre 1980 y 1990 y Luis Mesa Mesa, ex coronel de Ejército.
Todos ellos integraron la primera junta directiva de la UBO, instancia de la que también formaban parte el general Sergio Urrutia Francke, comandante en jefe de la III División del Ejército entre 1988 y 1989 y el general Ricardo Izurieta Caffarena, quien sucedió a Pinochet en la comandancia en jefe del Ejército en 1998.
Fue ese directorio el que fijó los estatutos de la UBO, donde se estipula que dicha universidad “promueve un ambiente de disciplina, respeto y tolerancia (…) prohibiendo las actividades político partidistas contingentes” en sus recintos. Dicha cláusula no fue obstáculo para que esa casa de estudios adoptara el eslogan de “La universidad abierta”.
El patrimonio inicial con que se constituyó la Universidad Bernardo O’Higgins fue de $10 millones.
Cuatro años más tarde, en abril de 1994, Cema Chile ingresó a la sociedad controladora de la Universidad Bernardo O’Higgins. Fue el momento en que ambas entidades constituyeron la sociedad “Capacitación y Estudios para el Desarrollo Limitada” (UBOCEMA Ltda.). Según el Registro de Comercio, su finalidad fue hacer capacitaciones, asesorías profesionales de educación y perfeccionamiento.
El cambio de mando en la sociedad controladora provocó una importante modificación en el consejo directivo de la UBO, el que pasó a estar conformado por: Lucía Hiriart de Pinochet; Julio Véjar Zamorano, actual representante legal de Cema Chile y ex oficial de Intendencia del Ejército; el general Julio Canessa Robert, integrante de la Junta Militar de Gobierno (1985 y 1986) y senador designado hasta 2006; el fallecido general Alejandro Medina Lois, ex ministro de Salud de Pinochet y ex rector designado de la Universidad de Chile, procesado como autor del secuestros y homicidio de siete ex comandos paracaidistas en 1973 y también ex rector de la UBO; Mario Correa Bascuñan, abogado UC, ex rector en la UBO entre 1990 y 1994 y actual secretario general de la Universidad Católica; y la abogada Julia Hormazábal Espinoza, representante legal de Cema Chile y estrecha colaboradora de Lucía Hiriart. ( Ver escritura)
El nombre de esta última volvió a hacer noticia en abril de este año, cuando a petición del Consejo de Defensa del Estado se abrió el testamento de Pinochet de 2005, que modificó al que ya había estipulado en el año 2000. Allí sólo se consigna el cambio del albacea de sus bienes: Oscar Aitken fue borrado y en su lugar apareció la abogada Julia Hormazábal. El cambio lo ejecutó Pinochet en su testamento dos días después de que Impuestos Internos agregara a la querella que inició contra Pinochet y miembros de su familia por fraude al Fisco, a Oscar Aitken. El ex asesor legal de Famae y también de Pinochet, fue el cerebro y administrador de las sociedades secretas que el ex dictador abrió en paraísos fiscales (Belview International Inc., Cornwall Overseas, Eastview Finance, Abanda Finance Limited, GLP Limited, Tasker Investment Limited, entre otras)
De los $10 millones iniciales de 1990, el capital con el que comenzó a operar la nueva empresa UBO fue de $810 millones, de los cuales Cema se quedó con el 62% de la propiedad. Su aporte no fue en dinero efectivo, sino $500 millones, que corresponden al valor que le fue asignado al traspaso del dominio del bien raíz de Avenida Viel Nº 1497. El resto, los $310 millones, fueron aportados por la Universidad Bernardo O’Higgins con $100 millones que tampoco fueron ingresados en caja. Según la escritura, esa cantidad se enterará con el pago de 20 cuotas de $5 millones y los $210 restantes en un plazo de 20 años sin que se registre periodicidad ni monto de cuotas.
La propiedad de la sociedad controladora de la UBO se mantuvo igual hasta 2002, año en que la sociedad “Capacitación y Estudios para el Desarrollo Limitada” se disolvió y todas sus acciones y derechos pasaron a manos de la Universidad Bernardo O´Higgins. En ese momento Cema se retiró de la sociedad, un acto por el cual las autoridades de la UBO decidieron pagarle a Cema Chile $760 millones de pesos por el traspaso de su sede.
El acuerdo de la cesión de derechos quedó consignado en una escritura fechada el 23 de agosto de 2002, por el cual la UBO entrega $410 millones en efectivo a la Fundación Cema, en tanto que el resto, la suma de $350 millones, serán pagados en cuatro años, con un interés de 5% anual. La última cuota venció el 31 de agosto de 2007. Para garantizar el pago de la deuda se constituyó una hipoteca a favor de Fundación Cema.
Esa fue la transacción por la que finalmente los controladores de la UBO se convirtieron en dueños de su sede, en la que se instalan ese mismo año. Y la Fundación Cema Chile, para entonces casi inexistente, obtuvo $760 millones por una propiedad que le fue entregada por el Estado en forma gratuita.
La universidad tiene en la actualidad una nueva sede, en Avenida General Gana, cercana a su casa central. Abrir esta nueva sede fue una de las sugerencias que le hizo en diciembre de 2007 el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) cuando la acreditó por primera vez y por tan solo dos años. En ese momento, la CNA estaba presidida por Emilio Rodríguez y la UBO obtuvo un informe crítico por incumplimiento de metas: falta de cuerpo docente, altas tasas de deserción y baja matrícula.
Cuando en noviembre de 2009, la UBO se presentó nuevamente ante sus evaluadores de la CNA, siendo su presidente el mismo Emilio Rodríguez, sus integrantes estimaron que había superado gran parte de sus debilidades y la acreditó por tres años (hasta el 25 de noviembre de 2012), a pesar de sus deficiencias en investigación y dotación académica. El informe señala: “Si bien la diversificación de ingresos es una meta institucional, aún son incipientes los esfuerzos para lograr el crecimiento requerido”.
A partir de ese momento, gracias a su acreditación y a sus bajos aranceles -en comparación con otras universidades privadas-, la Universidad Bernardo O’Higgins ha tenido un alza persistente en su matrícula pasando de cerca de 2.500 alumnos a 4.455 en 2011, distribuidos en 17 carreras. Sus aranceles anuales van desde $1.307.000 para Pedagogía en Historia y Geografía, hasta $2.079.000 para Kinesiología. A ello también ha contribuido su campaña comunicacional destinada a darle una nueva imagen de universidad pluralista.
Junto a su eslogan de “La Universidad abierta”, la UBO continúa fuertemente ligada al mundo castrense. Entre sus actuales directores aún se mantiene el general Fernando Paredes, ex director de la PDI, al que acompañan el general Roberto Soto Mackenney, ex rector designado de la Universidad de Chile entre 1982 y 1987; el coronel (r) Manuel Concha Martínez, ex subsecretario de Hacienda y ex presidente del Banco Central durante el régimen militar; Joaquín González Errázuriz y Enrique Menchaca Olivares, director de Banco Security.
Su lazo con instituciones castrenses se manifiesta a través de convenios y rebajas en aranceles con diferentes instituciones de las Fuerzas Armadas (siendo el Ejército la más beneficiada, con un 20% de descuento), y un convenio especial para capacitación y docencia con la Escuela de los Servicios y Educación Física del Ejército.
Respecto de las becas entregadas al Ejército, el rector de la UBO Claudio Ruff declinó entregar información a CIPER. A lo que sí se refirió fue a las becas estudiantiles que la UBO le otorgó a socias de Cema Chile: 90 alumnos entre 1992 y 2004.
En la polémica por las acreditaciones deficientes e incluso irregulares que fueron otorgadas por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y el rol que tuvo su presidente Eugenio Díaz en ello, CIPER logró determinar que la Universidad Bernardo O’Higgins fue una de las universidades privadas que promovió y apoyó la elección de Eugenio Díaz en la CNA. Su rol lo ejerció desde la Corporación de Universidades Privadas (CUP), instancia que integra la UBO, Universidad del Mar, Universidad Las Américas, Universidad Autónoma, Universidad Pedro de Valdivia y Universidad Gabriela Mistral, entre otras (ver reportaje: “Eugenio Díaz renunció a la CNA”).
Tras la publicación del artículo de CIPER, Eugenio Díaz debió renunciar a la asesoría que en esos mismos momentos realizaba para la Universidad Bernardo O’Higgins, a pesar de ser consejero de la CNA. El rector de esta universidad, Claudio Ruff Escobar, señaló a CIPER:
-Eugenio Díaz estaba trabajando con nosotros en el proyecto de vinculación con el medio. Ingreso en agosto del año pasado (2011). Yo le pedí que me ayudara en este tema. Yo estaba de vacaciones y me llamó en la primera semana de febrero, después de la aparición del artículo de CIPER, y me dijo que ponía su cargo a disposición. Me dijo que necesitaba concentrarse en demostrar su inocencia. Nosotros leímos el artículo de CIPER y entendimos que es una situación delicada. Eugenio tiene que concentrarse en defenderse ante quien corresponda. Nos dejó en libertad de acción y nosotros tomamos esa libertad de acción y le acepté la renuncia.
Transcurridos 22 años desde su creación, la UBO quiere dejar atrás su historia y también los $10 millones iniciales con que se constituyó. Su patrimonio actual supera los $6 mil millones. Un incremento al que contribuyó la acreditación de la CNA ya que a partir de 2008 sus alumnos pudieron postular al Crédito con Aval del Estado (CAE). En estos cuatro últimos años, según las cifras oficiales, 1.550 de sus estudiantes se beneficiaron con CAE lo que le significó un ingreso seguro de $2.322.049.271 a su caja. Según su balance 2010, la universidad es fiadora de los alumnos que se han endeudado con el CAE (Crédito con Aval del Estado) por 28.153,37 UF ($618 millones, con la UF a $21.980).
A fines de este año, la UBO deberá someterse nuevamente al proceso de acreditación. Para entonces, se espera que el proceso haya sido sometido a una cirugía mayor que garantice una evaluación rigurosa. Es posible que los resultados de la UBO en la prueba Inicia 2011 sean examinados con otra mirada. En Pedagogía Básica, en el ítem de conocimientos pedagógicos, el 70% de los alumnos de la UBO evaluados quedó en el nivel «insuficiente», rango que significa que el alumno «no demuestra conocimientos y habilidades necesarios para iniciar el ejercicio de la profesión docente». (ver página 9 del documento)
En conocimientos disciplinarios, fue peor: el 91% de los alumnos de la UBO evaluados quedó en el nivel “insuficiente”. (ver página 14 del documento)