Tras fuerte presión del ministro Beyer:
Eugenio Díaz renunció a la CNA
30.03.2012
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Tras fuerte presión del ministro Beyer:
30.03.2012
Eugenio Díaz Corvalán, el consejero de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) investigado por la Contraloría por un contrato de honorarios que firmó con la Universidad del Mar para su acreditación siendo presidente en ejercicio de ese organismo, renunció a la CNA. La decisión que se conoció hoy, la tomó el miércoles pasado tras las declaraciones efectuadas por el ministro Harald Beyer, quien ante la gravedad de los hechos en que se ha visto involucrado Díaz, afirmó: “La opinión oficial del ministerio es que nos gustaría que Eugenio Díaz renunciara a la CNA”.
Según publicó CIPER ayer, Eugenio Díaz había decidido sólo suspender su asistencia a las reuniones. Así lo confirmó el actual presidente de ese organismo Iñigo Díaz.
Pero la presión sobre el consejero no cedió. Una muestra fueron las declaraciones del rector de la UDP, Carlos Peña quien dijo a CIPER que las universidades privadas que lo eligieron debían pedirle la renuncia “por haberse puesto en una posición objetivamente incompatible con el cargo público para el que fue electo”.
Las duras declaraciones en contra de Díaz se deben al contrato que este consejero firmó en 2011 con la Universidad del Mar para acreditarla. CIPER dio a conocer este documento y su efecto directo en la credibilidad de ésta y otras acreditaciones otorgadas por la CNA -avaladas por la firma de Eugenio Díaz- en dos reportajes publicados en enero pasado (“Sistema de acreditación universitaria bajo sospecha” Parte I y Parte II). En ellos se mostraba que Díaz, siendo presidente de la CNA, participó en la acreditación de la Universidad del Mar 2010 y, semanas después, firmó un contrato de asesoría con esa institución para lograr que esa universidad volviera a acreditarse.
Según el contrato, si esa meta se conseguía, Díaz recibiría $ 60 millones. Una particularidad del acuerdo -que ha escandalizado a rectores y académicos consultados por CIPER- es la existencia de una bonificación por cada año de acreditación que Díaz lograra conseguir. Si la Universidad del Mar resultaba acreditada por dos años, él recibiría $15 millones extra; si lograba tres años, le pagarían $25 millones; si lograba cuatro años, $45 millones. El documento especifica que el pago sólo se efectuará “luego de que la resolución que concede la acreditación institucional a la universidad haya quedado firme o ejecutoriada, sin que pueda ser alterada”. (Ver contrato).
La revelación de lo que aparece como un mercado paralelo de acreditación universitaria sorprendió al ministerio en plena reformulación del sistema de acreditación de la educación superior en virtud de los severos y fundamentados cuestionamientos a la calidad de la educación que imparten decenas de universidades privadas así como institutos profesionales y centros de formación técnica. El cúmulo de irregularidades y operatoria del lucro en esa área le imponen hoy al ministro Beyer la tarea de establecer tanto normativas como altas exigencias en los instrumentos de fiscalización de la CNA y las universidades que el organismo acredita.
En ese cuadro, la permanencia de Eugenio Díaz en la CNA se estaba convirtiendo en un problema que podría afectar al conjunto de los consejeros y a las universidades que lo llevaron hasta esa importante posición. Basta recordar que en 2010, Eugenio Díaz condujo y participó en un proceso que terminó con la acreditación de TODAS las universidades e institutos profesionales que postularon al codiciado certificado que les abre el acceso al Crédito con Aval del Estado (CAE) para sus estudiantes. Hablamos de 16 universidades, 5 Centros de Formación Técnica y 10 Institutos Profesionales que recibieron el visto bueno de la CNA, una situación inédita y calificada de irregular por académicos consultados por CIPER.
La renuncia de Eugenio Díaz está lejos de cerrar el capítulo que abrió su contrato con la Universidad del Mar. Son varios los actores principales del sistema universitario que piensan que la desidia de la propia CNA está en la primera línea de responsabilidad en la existencia de los conflictos de interés que hoy están sobre la mesa.
Para el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, la responsabilidad de la CNA estriba en que “a pesar de la evidencia y las reiteradas solicitudes e informes (el último de los cuales fue emitido por el Consejo Asesor Presidencial que creó el gobierno de Bachelet), la Comisión nunca ha regulado con claridad los conflictos de interés en que pudieren incurrir sus miembros, al extremo que hoy Eugenio Díaz puede decir, casi sin errar, que no ha transgredido regla alguna. El escándalo consiste entonces en que una función tan importante como la de esa Comisión se efectúa sin reglas o con reglas inexplicablemente laxas. ¿Qué puede explicar que un órgano encargado de supervisar la tarea universitaria sea, sin embargo, descuidado a la hora de formular reglas para si mismo?”.
Carlos Peña también critica el actuar de las autoridades del Ministerio de Educación de los distintos gobiernos, “entidad que nunca ha previsto –para la elección de representantes de las universidades privadas- un procedimiento que suponga previa deliberación y examen de los candidatos. La nominación de representantes está entregada a la más completa informalidad; sin plazos para la presentación de candidaturas y el previo examen de sus antecedentes”.
Las propias universidades privadas tienen una cuota de responsabilidad en esta situación, agrega Peña, pues “no han sabido generar un órgano de representación en el que, más allá de los simples intereses de las instituciones, se delibere acerca del interés general comprometido en la educación superior”.
“Es necesario que la CNA a la brevedad posible formule reglas relativas a los conflictos de interés de sus miembros y el Ministerio de Educación un procedimiento para que las universidades privadas adopten decisiones que sea compatible con los deberes públicos que la ley les confiere”, insiste el rector.
Según fuentes consultadas por CIPER Eugenio Díaz llegó a la CNA promovido por Alicia Romo, rectora de la Universidad Gabriela Mistral.
Así lo recuerdan quienes asistieron a la votación efectuada en diciembre de 2010 y donde las universidades privadas autónomas eligieron también al consejero Adolfo Arata. Las mismas fuentes agregan que dado que las universidades autónomas no tienen una orgánica establecida, las decisiones las terminan tomando un pequeño círculo, agrupado en la Corporación de Universidades Privadas, CUP. La entidad reúne a 14 casas de estudio entre las que destacan la Del Mar, las Américas, Autónoma, Pedro de Valdivia y Universidad Bernardo O`Higgins (UBO).
La voz cantante en la CUP la lleva la rectora de la Universidad Gabriela Mistral, Alicia Romo, quien pese a ser la dueña de una universidades que no es parte de ese círculo, es la rectora habitualmente consultada por la autoridad como representante de las autónomas por ser la universidad privada más antigua.
Una prueba del poder que ostenta Romo entre las universidades privadas se evidenció la semana pasada cuando ella y la CUP lograron recientemente imponer a sus candidatos en el directorio de la Comisión Ingresa: como consejero, Italo Giraudo, vicerrector de Administración y Finanzas de la Universidad del Pacífico; como suplente, Inés Aravena, secretaria general de la UBO. Ingresa es un organismo clave para el funcionamiento del negocio de la educación superior pues es la institución encargada de administrar el Crédito con Aval del Estado (CAE) que en 2010 entregó a las universidades privadas más de $60 mil 400 millones.
Un profesional que trabajó en la CNA durante más de un año y que asistió a las reuniones del consejo de ese organismo durante la presidencia de Eugenio Díaz, dice que éste tenía un fuerte vínculo con la Universidad Gabriela Mistral. Así relata uno de los tantos episodios que le tocó presenciar:
-Cuando la Universidad Gabriela Mistral habían iniciado su proceso de acreditación en la CNA, la rectora Alicia Romo invitó a los consejeros a tres almuerzos en su universidad. En una sesión del consejo, se les recordó a los integrantes que había un acuerdo de evitar contactos con instituciones en proceso de acreditación porque se podía teñir el proceso. Fue entonces que Eugenio Díaz dijo ante todos: “yo no voy a cumplir ese acuerdo, porque una de las funciones de promoción del presidente es acompañar a las instituciones”. Hubo un intenso debate entre los consejeros pero finalmente Díaz impuso su criterio y fue a los tres almuerzos. Lo mismo ocurrió con la Universidad del Mar con otra invitación. También hubo un fuerte debate que incluso subió de tono. Y terminó en lo mismo: Eugenio Díaz, indignado, hizo primar su autoridad y fue al convite”.
Los debates por los almuerzos con universidades en proceso de acreditación fueron confirmados por CIPER con otros consejeros. Gonzalo Zapata, ex secretario ejecutivo de la CNA, puntualizó a CIPER que ese fue un tema debatido entre los consejeros pues se estimaban que “las agencias deben mantener máxima independencia respecto de las universidades bajo su evaluación”. Y argumentó que lo que se buscaba para evitar los conflictos de interés era que el juicio de acreditación “se basara en la opinión de los pares evaluadores y de especialistas que han recogido y analizado los antecedentes con un protocolo conocido, y así impedir que influyan los prejuicios y las apreciaciones personales sobre las instituciones”. (Ver entrevista a Gonzalo Zapata)
CIPER intentó infructuosamente hablar con la rectora y dueña de la Universidad Gabriela Mistral para recoger su versión sobre su relación con Eugenio Díaz y su opinión sobre su renuncia a la CNA. Lo mismo ocurrió con la llamada que le hicimos a Eugenio Díaz, quien ayer nos cortó la comunicación.
“Jamás la dirección de la universidad del Mar debió haber hecho un contrato de esta naturaleza… es absolutamente impresentable”
Por Gregorio Riquelme.
Raúl Urrutia, ex presidente del Consejo de la Transparencia, es desde este año secretario general de la Universidad del Mar. Telefónicamente accedió a contestar a CIPER algunas preguntas sobre la salida de Eugenio Díaz y sobre el contrato que éste firmó con la universidad de la cual Urrutia ahora es parte.
El ministro Harald Beyer dijo que es impresentable el contrato de Eugenio Díaz con la universidad del Mar. ¿Qué piensa de eso?
– Que efectivamente, es absolutamente impresentable. Jamás la dirección de la universidad debió haber hecho un contrato de esta naturaleza y con una persona en definitiva que tiene que tomar una decisión. La nueva administración, que está partiendo, tiene claro que jamás va a hacer un contrato que alguien que tenga que tomar una decisión en la cual esté involucrada la universidad. Por muy experta que sea en temas de acreditación. Por eso se han producido estos cambios en la universidad, en estos días.
La acreditación que la universidad consiguió en diciembre de 2010 está puesta en tela de juicio…
-No le podría responder porque no sé exactamente cuál es la situación.
Cuando le preguntamos por este tema a Sergio Vera Muñoz el ex presidente de la junta directiva de esta universidad, Vera le dio un apoyo total al comisionado Díaz.
– Yo no conozco al señor Díaz. A lo mejor tiene una gran capacidad y grandes conocimientos de estos temas. Pero no se puede celebrar un contrato cuando tengo que tomar una decisión en relación a quien me está contratando porque en algún momento voy a tener que tomar esa decisión. Por eso le digo que es impresentable.
¿Que opina de la renuncia de Eugenio Díaz a la CNA?
-Me acaban de contar. No puedo opinar nada pues hasta ahora no tenía idea de quién era él.