Carlos Peña afirma que universidades le deben pedir la renuncia
Eugenio Díaz “suspende” su participación en la CNA tras fuerte presión de ministro Beyer
29.03.2012
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Carlos Peña afirma que universidades le deben pedir la renuncia
29.03.2012
Eugenio Díaz Corvalán, el consejero de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) investigado por la Contraloría por un contrato de honorarios que firmó con la Universidad del Mar para su acreditación siendo presidente en ejercicio de ese organismo, anunció que dejará de asistir a las sesiones de la CNA. La decisión la tomó el mismo día (viernes 23 de marzo) en que el ministro Harald Beyer, ante la gravedad de los hechos en que se ha visto involucrado Díaz y que CIPER reveló, afirmara: “La opinión oficial del ministerio es que nos gustaría que Eugenio Díaz renunciara a la CNA”.
El actual presidente de la CNA, Iñigo Díaz, confirmó a CIPER que Eugenio Díaz le escribió un email anunciándole que suspendía su participación en la sesiones de la CNA. Consultado sobre las implicancias de esta “auto- suspensión”, Iñigo Díaz precisó que no se trataba de una renuncia sino la decisión de no acudir a las sesiones. “Yo me quedo con esa declaración”, señaló.
La dura declaración de Beyer en contra de Eugenio Díaz se debe al contrato que este consejero firmó en 2011 con la Universidad del Mar para acreditarla. CIPER dio a conocer este documento y su efecto directo en la credibilidad de ésta y otras acreditaciones otorgadas por la CNA -avaladas por la firma de Eugenio Díaz- en dos reportajes publicados en enero pasado (“Sistema de acreditación universitaria bajo sospecha” Parte I y Parte II). En ellos se mostraba que Díaz, siendo presidente de la CNA, participó en la acreditación de la Universidad del Mar 2010 y, semanas después, firmó un contrato de asesoría con esa institución para lograr que esa universidad volviera a acreditarse.
Según el contrato, si esa meta se conseguía, Díaz recibiría $ 60 millones. Una particularidad del acuerdo -que ha escandalizado a rectores y académicos consultados por CIPER- es la existencia de una bonificación por cada año de acreditación que Díaz lograra conseguir. Si la Universidad del Mar resultaba acreditada por dos años, él recibiría $15 millones extra; si lograba tres años, le pagarían $25 millones; si lograba cuatro años, $45 millones. El documento especifica que el pago sólo se efectuará “luego de que la resolución que concede la acreditación institucional a la universidad haya quedado firme o ejecutoriada, sin que pueda ser alterada”. (Ver contrato).
La revelación de lo que aparece como un mercado paralelo de acreditación universitaria sorprende al ministerio en plena reformulación del sistema de acreditación de la educación superior en virtud de los severos y fundamentados cuestionamientos a la calidad de la educación que imparten decenas de universidades privadas así como institutos profesionales y centros de formación técnica. El cúmulo de irregularidades y operatoria del lucro en esa área le imponen al ministro Beyer la tarea de establecer tanto normativas como altas exigencias en los instrumentos de fiscalización de la CNA y las universidades que el organismo acredita.
En ese cuadro, la permanencia de Eugenio Díaz en la CNA se estaba convirtiendo en un problema que podría afectar al conjunto de los consejeros y a las universidades que lo llevaron hasta esa importante posición. Basta recordar que en 2010, Eugenio Díaz condujo y participó en un proceso que terminó con la acreditación de TODAS las universidades e institutos profesionales que postularon al codiciado certificado que les abre el acceso al Crédito con Aval del Estado (CAE) para sus estudiantes. Hablamos de 16 universidades, 5 Centros de Formación Técnica y 10 Institutos Profesionales que recibieron el visto bueno de la CNA, una situación inédita y calificada de irregular por académicos consultados por CIPER.
Frente a la decisión de Eugenio Díaz de “congelar” su rol en la CNA -y no renunciar-, son varios los actores principales del sistema universitario que piensan que en la desidia de la propia CNA está la primera línea de responsabilidad en la generación y control de los distintos problemas de conflictos de interés que hoy están sobre la mesa y que arrojan una sombra de duda sobre la idoneidad de todo el sistema de acreditación universitaria.
Para el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, la responsabilidad de la CNA estriba en que “a pesar de la evidencia y las reiteradas solicitudes e informes (el último de los cuales fue emitido por el Consejo Asesor Presidencial que creó el gobierno de Bachelet), la Comisión nunca ha regulado con claridad los conflictos de interés en que pudieren incurrir sus miembros, al extremo que hoy Eugenio Díaz puede decir, casi sin errar, que no ha transgredido regla alguna. El escándalo consiste entonces en que una función tan importante como la de esa Comisión se efectúa sin reglas o con reglas inexplicablemente laxas. ¿Qué puede explicar que un órgano encargado de supervisar la tarea universitaria sea, sin embargo, descuidado a la hora de formular reglas para si mismo?”.
Carlos Peña también critica el actuar de las autoridades del Ministerio de Educación de los distintos gobiernos, “entidad que nunca ha previsto –para la elección de representantes de las universidades privadas- un procedimiento que suponga previa deliberación y examen de los candidatos. La nominación de representantes está entregada a la más completa informalidad; sin plazos para la presentación de candidaturas y el previo examen de sus antecedentes”.
Las propias universidades privadas tienen una cuota de responsabilidad en esta situación, agrega Peña, pues “no han sabido generar un órgano de representación en el que, más allá de los simples intereses de las instituciones, se delibere acerca del interés general comprometido en la educación superior”
Lo que corresponde hoy, afirma el rector de la Universidad Diego Portales, “es que las universidades soliciten la renuncia a Eugenio Díaz por haberse él puesto en una posición objetivamente incompatible con el cargo público para el que fue electo. Y, por supuesto, es necesario que la CNA a la brevedad posible formule reglas relativas a los conflictos de interés de sus miembros y el Ministerio de Educación un procedimiento para que las universidades privadas adopten decisiones que sea compatible con los deberes públicos que la ley les confiere”.
El contrato para asegurar la acreditación de la Universidad del Mar que firmó Eugenio Díaz, provocó que la Contraloría abriera una investigación sobre la venta y compra de acreditaciones universitarias, la que se encuentra bien avanzada al punto que los antecedentes reunidos por ese organismo fueron entregados a la Fiscalía Oriente donde hoy también se investiga el caso y los posibles delitos cometidos.
No obstante estar en conocimiento de ambas investigaciones, Eugenio Díaz continuó asistiendo a las reuniones de la CNA y participando activamente en las acreditaciones de universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales. Sin embargo, las declaraciones formuladas por el ministro Beyer el pasado 23 de marzo, ejercieron demasiada presión sobre la CNA y Eugenio Díaz y le hicieron insostenible continuar en su cargo. De hecho, las irregularidades que se le imputan ha servido de ejemplo en el ministerio para la reforma que se le quiere hacer a todo el sistema de acreditación superior y donde la CNA con sus consejeros juegan un rol clave.
“Estamos preparando un proyecto de ley para corregir las deficiencias que hay en el sistema de aseguramiento de la calidad y esperamos que, una vez que se apruebe el proyecto de ley, estas cosas no vuelvan a ocurrir”, dijo Beyer a CIPER (Ver nota Ministro Beyer: “Nos gustaría que Eugenio Díaz renunciara”)
El ministro de Educación ratificó su emplazamiento en entrevista con Cadena Nacional de VIA X el lunes 26 de marzo. Allí, además, planteó la inexistencia de herramientas en su ministerio para sanear situaciones irregulares como la protagonizada por Eugenio Díaz y la urgencia de modificar el sistema de fiscalización a la calidad de la educación.
La extraña situación de que ni el ministro ni las universidades le puedan pedir a Eugenio Díaz la renuncia a la CNA, es una de las pruebas de la ausencia de normas para regular los conflictos de interés en las instituciones de educación superior, vacío que se hace urgente subsanar.
Esa es la opinión del ministro Harald Beyer, quien dijo a CIPER: “No tenemos ninguna posibilidad de pedirle la renuncia. No están los instrumentos. Esta persona fue nombrada por un conjunto de instituciones y se hubiera esperado que este conjunto de instituciones le hubieran pedido la renuncia y hubieran nombrado un reemplazante”.
Pero el mecanismo al que apela el ministro tampoco existe. No hay norma para elegir a los consejeros. Al menos, no está escrita. Eugenio Díaz y Adolfo Arata fueron elegidos como consejeros de la CNA por las universidades privadas autónomas. Lo increíble es que a pesar de la exhaustiva búsqueda de CIPER, no hay acta de esa elección que informe qué universidades le entregaron sus votos.
Según fuentes consultadas por CIPER lo único claro respecto de esa elección es que la candidatura de Eugenio Díaz la promovió Alicia Romo, rectora de la Universidad Gabriela Mistral.
Así lo recuerdan quienes asistieron a esa votación y que describen que dado que las universidades autónomas no tienen una orgánica establecida, las decisiones las terminan tomando un pequeño círculo, agrupado en la Corporación de Universidades Privadas, CUP. La entidad reúne a 14 casas de estudio entre las que destacan la Del Mar, las Americas, Autónoma, Pedro de Valdivia y Universidad Bernardo O`Higgins (UBO).
La voz cantante en la CUP la lleva la rectora de la Universidad Gabriela Mistral, Alicia Romo, quien pese a ser la dueña de una universidades que no es parte de ese círculo, es la rectora habitualmente consultada por la autoridad como representante de las autónomas por ser la universidad privada más antigua.
Una prueba del poder que ostenta Romo entre las universidades privadas se evidenció la semana pasada cuando ella y la CUP lograron recientemente imponer a sus candidatos en el directorio de la Comisión Ingresa: como consejero, Italo Giraudo, vicerrector de Administración y Finanzas de la Universidad del Pacífico; como suplente, Inés Aravena, secretaria general de la UBO. Ingresa es un organismo clave para el funcionamiento del negocio de la educación superior pues es la institución encargada de administrar el Crédito con Aval del Estado (CAE) que en 2010 entregó a las universidades privadas más de $60 mil 400 millones.
Un profesional que trabajó en la CNA durante más de un año y que asistió a las reuniones del consejo de ese organismo durante la presidencia de Eugenio Díaz, dice que éste tenía un fuerte vínculo con la Universidad Gabriela Mistral. Así relata uno de los tantos episodios que le tocó presenciar:
-Cuando la Universidad Gabriela Mistral habían iniciado su proceso de acreditación en la CNA, la rectora Alicia Romo invitó a los consejeros a tres almuerzos en su universidad. En una sesión del consejo, se les recordó a los integrantes que había un acuerdo de evitar contactos con instituciones en proceso de acreditación porque se podía teñir el proceso. Fue entonces que Eugenio Díaz dijo ante todos: “yo no voy a cumplir ese acuerdo, porque una de las funciones de promoción del presidente es acompañar a las instituciones”. Hubo un intenso debate entre los consejeros pero finalmente Díaz impuso su criterio y fue a los tres almuerzos. Lo mismo ocurrió con la Universidad del Mar con otra invitación. También hubo un fuerte debate que incluso subió de tono. Y terminó en lo mismo: Eugenio Díaz, indignado, hizo primar su autoridad y fue al convite”.
Los debates por los almuerzos con universidades en proceso de acreditación fueron confirmados por CIPER con otros consejeros. Gonzalo Zapata, ex secretario ejecutivo de la CNA, puntualizó a CIPER que ese fue un tema debatido entre los consejeros pues se estimaban que “las agencias deben mantener máxima independencia respecto de las universidades bajo su evaluación”. Y argumentó que lo que se buscaba para evitar los conflictos de interés era que el juicio de acreditación “se basara en la opinión de los pares evaluadores y de especialistas que han recogido y analizado los antecedentes con un protocolo conocido, y así impedir que influyan los prejuicios y las apreciaciones personales sobre las instituciones”. (Ver entrevista a Gonzalo Zapata)
CIPER intentó infructuosamente hablar con la rectora y dueña de la Universidad Gabriela Mistral para recoger su versión sobre su relación con Eugenio Díaz y su opinión sobre la carta en que anuncia su “autosuspensión” de la CNA. Lo mismo ocurrió con la llamada que le hicimos a Eugenio Díaz, quien nos cortó la comunicación.