Querellantes de Karadima apelan al sobreseimiento
27.12.2010
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27.12.2010
Habían anunciado que no apelarían, que ya habían hecho lo que tenían que hacer y que ahora le tocaba a la sociedad chilena hacerse cardo de sus denuncias. Sin embargo, el 20 de diciembre pasado los acusadores de Fernando Karadima decidieron apelar al fallo del juez Leonardo Valdivieso, quien sobreseyó definitivamente la causa alegando la prescripción de las acusaciones de abuso sexual. Entre las aristas que de acuerdo a los querellantes falta investigar están los viajes que año tras año realizaba el sacerdote a Europa y de los cuales se sabía poco, hasta ahora.
El domingo 19 de diciembre las paredes exteriores de la parroquia El Bosque amanecieron rayadas con la palabra “pedófilo”. Eran media docena de pintadas que ya durante la madrugada funcionarios de la iglesia comenzaron a borrar con premura para que los insultos no recibieran a los fieles de las primeras misas del día. Durante la tarde al equipo de limpieza se sumaron jóvenes feligreses de El Bosque, pues se niegan a creer tanto esas acusaciones anónimas garrapateadas, como las que han dicho, con nombre y a rostro descubierto, los cuatro principales denunciantes de Karadima: que abusó de ellos y de otros jóvenes y los torturó sicológicamente.
Esa decena de fieles lavando las manchas de su parroquia da cuenta da la gran fractura que existe hoy en la parroquia en la que fue párroco por 23 años Fernando Karadima. Es por esa fractura que aún en estos días en que la atención pública está puesta en las fiestas de fin de año, el caso no ha parado de moverse.
El 20 de diciembre los querellantes James Hamilton y Fernando Batlle decidieron apelar a la resolución del juez del 10º Juzgado del Crimen, Leonardo Valdivieso, quien había sobreseído definitivamente la causa en contra del ex párroco de El Bosque.
Cuando el 19 de noviembre el juez cerró su investigación sin procesar al ex párroco, los denunciantes anunciaron que no apelarían, argumentando que ya habían hecho todo lo que tenían que hacer y que ahora le tocaba a las instituciones y a la sociedad hacerse cargo. Uno de los denunciantes, José Murillo dijo entonces a CIPER: “Hemos estado abiertos y dispuestos a careos y exámenes psicológicos. Pero esto ya no nos pertenece. Las autoridades, las familias, los colegios tendrán que hacerse cargo de lo que han visto. Hay más de 20 testimonios de personas que no se han puesto de acuerdo y han conocido de cerca a Karadima por más de 15 años (entre ellos una sobrina suya), que confirman un patrón abusivo en la manera de ejercer el sacerdocio. Esto no depende de nosotros. Se trata de un traspaso ético a la sociedad cuando la justicia muestra que llega a su tope.” (Ver: Las razones de los acusadores de Karadima para no apelar a cierre del sumario)
Pese al giro, el abogado querellante Juan Pablo Hermosilla aseguró a CIPER que en la actual decisión de apelar no hay una contradicción con lo sostenido hace unas semanas.
“Cuando el juez cerró el sumario, es decir, determinó que no iba a investigar más, decidimos no apelar a la espera de ver cuál sería su resolución. Finalmente optó por sobreseer en forma definitiva por prescripción. Hemos apelado a esa decisión porque estimamos que no se dan los presupuestos para decir que los delitos están prescritos. Por el contrario, hay antecedentes suficientes para establecer que Karadima sigue un patrón de conducta que tiene posibilidades ciertas de haber continuado hasta hoy”, explica el abogado.
Esta apelación se verá las primera semanas de enero, en una sala de la Corte que se debe designar por sorteo. Allí los magistrados pueden confirmar el sobreseimiento dictado por el juez, y también pueden, como esperan los querellantes, ordenarle investigar delitos que aún estando prescritos, comprometen valores sociales tan importantes que se debe dilucidar si ocurrieron y sobre todo, si siguen ocurriendo.
Para las primeras semanas de enero se espera también el fallo de la investigación que se envió al Vaticano. Aunque son investigaciones que van por carriles distintos, pues persiguen fines distintos, todos tienen claro que la resolución de una puede influir en el desenlace de la otra. Por eso la defensa de Karadima insiste en que el juicio penal se sobresea definitivamente y por eso los querellantes están haciendo este esfuerzo por mantenerlo abierto.
Detrás de la decisión de apelar hay una convicción central de parte de los denunciantes y es esta: hay muchas aristas del caso Karadima que no se han investigado.
Una de ellas tiene que ver con los viajes al extranjero que realizaba el ex párroco de El Bosque, pues ellos podrían arrojar luz sobre cómo el sacerdote actuaba. Los denunciantes afirman que viajaba al menos una vez al año a Europa, siempre en primera clase y acompañado de un séquito en el cual figuraban Diego Ossa (actual vicario de El Bosque), Francisco Prochaska (ingeniero, ex secretario personal de Karadima), Hans Kast (canciller del Arzobispado de Santiago), Guillermo Tagle (socio y director ejecutivo de IM Trust) o Gonzalo Tocornal (empresario y por años presidente de la Acción Católica) y los denunciantes Juan Carlos Cruz, José Murillo y James Hamilton.
Para el sacerdote Eliseo Escudero, que fue el primero en investigar las acusaciones en contra de Karadima estos viajes despertaban inquietud. ¿Cómo se financiaban? ¿Para que los usaba el párroco de El Bosque? Escudero pensaba que esas dudas debía dilucidarlas una investigación eclesiástica, la que sin embargo no prosperó hasta 2009 (ver: Habla primer investigador eclesiástico de Karadima: “El caso me daba asco”)
Consultado por CIPER, Escudero afirmó: “Me di cuenta que se estaba frente a un caso en el que a los abusos sexuales se agregaba mucho desorden de platas, en cuyo uso estaban involucrados víctimas y victimarios. Me refiero a que eran platas que se usaban, por ejemplo, para viajes a Estados Unidos, Europa, donde los propios acusadores habían sido beneficiados, invitados a estos viajes que ellos no podían pagarse. Por esta razón yo recomendé (al cardenal Errázuriz): “En caso que se decida sacar al sacerdote involucrado en estos hechos, se debe hacer una auditoría muy seria del uso de las platas de la parroquia y el uso que se dio a estas en favor de estos hechos”.
Fue justamente el denunciante James Hamilton quien viajó a Estados Unidos, más precisamente a Nueva York, invitado por Karadima. En ese tiempo no tenía cómo pagar un viaje así. Para varios asuntos recibía dinero del sacerdote. Así lo declara la ex esposa de Hamilton, María Verónica Miranda, en el proceso de nulidad eclesiástico: “El P. Fernando le pasaba plata a Jimmy, le pagaba hasta las fotocopias de la universidad. La dependencia de Jimmy era muy profunda”.
Respecto del viaje a Estados Unidos, Hamilton dice en el expediente que la presión para complacer la voluntad de Karadima era muy fuerte. “Fue mi prostitución”, declaró.
Juan Carlos Cruz viajó con Karadima entre 1983 y 1984. La comitiva la conformaban Hans Kast, Francisco Prochaska, Guillermo Tagle y Gonzalo Tocornal. “Fuimos tres meses a Europa, pasamos por Alemania, Dinamarca, España”, explica. Agrega que cada uno se pagó su pasaje, pero Karadima “nos invitaba a los restoranes caros a los que les gustaba ir”.
-¿Cómo pagaba esos gastos?
-Con las donaciones que le hacían sus seguidores- dice Cruz. Añade que para cualquier joven de El Bosque ser invitado por Karadima a viajar “era el máximo honor al que se podía aspirar”. Y no tiene dudas de que el cura usaba esos viajes para seducir a quienes invitaba. Allá dice Cruz, “seguía con sus toqueteos todo el tiempo”.
-No le gustaba ir a museos ni recorrer las ciudades. Se quedaba en los hoteles o en los monasterios donde alojábamos, rodeado de los jóvenes de su séquito.
Recuerda que sólo le gustaba salir para ir a comprar:
-Lo obsesionaban los relojes pulsera, los de pared y era fanático de comprar lapiceras. Todo eso terminaba en su pieza y en la casa de su mamá.
De regreso, dice Cruz, a las personas que le habían hecho donaciones les traía unas finísimas figuras religiosas de la marca ANRI: crucifijos, angelotes y vírgenes tallados en madera y cuidadosamente pintados.
José Murillo, entretanto, fue invitado a la beatificación del Padre Hurtado a Roma. Para entonces, cuenta, Karadima, ya lo había toqueteado en lo genitales: “Era muy molesto e invasivo. De pronto, sin que te dieras cuenta, te hacía esa maniobra y todos lo que lo veían, reían”. Durante el viaje, Murillo le daba vueltas a la idea de ser sacerdote. Se preguntaba si tenía vocación, no quería equivocar el camino. Dice que durante el viaje el acoso de Karadima no cesó. “Yo ya estaba muy angustiado y deprimido…El viaje fue un desastre, a veces ocurría ese golpeteo desagradable”
Francisco Prochaska, uno de los laicos más cercanos a Karadima por largos años, dijo a CIPER que la mayoría de estos viajes se organizaban a través de Turavión y eran cancelados con donativos que recibía personalmente el sacerdote.
En los antecedentes que recabó el juez Valdivieso está la lista de viajes que realizó Karadima desde 2005 hasta la fecha. Sin embargo los solicitó no para indagar sobre el modus operandi de Karadima que alegan sus acusadores, sino para calcular si el tiempo pasado afuera influía o no a la hora de determinar la prescripción de los delitos.
Según Investigaciones, Karadima realizó los siguientes viajes (ver informe):
2005. Dos viajes, ambos con destino a España. El primero fue del 3 al 24 de enero, el segundo del 17 al 30 de septiembre, los que completan 34 días en la madre patria. En 2005 también hay una breve estadía en Argentina: del 22 al 25 de febrero.
2006. Un solo viaje en el que Karadima parte hacia España y vuelve desde Francia, desde el 16 de Enero al 22 de febrero. (37 días).
2007. Un solo viaje en el que llega a Inglaterra el 9 de enero y vuelve desde España el 15 de febrero. (36 días).
2008. Dos viajes. Primero a Francia desde el14 de septiembre al 1 de octubre (15 días); Luego a España, del 29 de diciembre al 2 de febrero de 2009 (35 días)
2009. Un viaje, el último registrado: del 16 de septiembre a 1 de octubre. 15 días en Francia.