El día después del rescate: Los cambios en la seguridad laboral que estudia el gobierno
13.10.2010
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13.10.2010
A sólo horas de haber sido rescatado, Mario Sepúlveda, el minero que emocionó al país con la energía que derrochó tras salir de la mina San José habló ante las cámaras y su mensaje fue tan claro como contundente: “Es el momento de hacer cambios. El país tiene que entender de una vez por todas que podemos hacer cambios en el mundo laboral”. La comisión que formó el Presidente Piñera para abordar reformas en las normas de seguridad laboral tras la tragedia minera termina este viernes su ronda de consultas y entregará sus conclusiones el 22 de noviembre. El encargado de ese grupo, el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias, dijo a CIPER que las sugerencias van por la vía de profundizar la prevención más que aumentar la fiscalización.
Todos los años la minería chilena debe lamentar la muerte de más de 30 trabajadores. En 2010 –hasta septiembre- ya se habían contabilizado 31 muertos y si no hubiéramos vivido el milagro de la mina San José, el actual sería el año más negro en décadas en esta área productiva. A esa realidad apuntó en la madrugada del miércoles 13 Mario Sepúlveda, el segundo trabajador rescatado y el primero que decidió hablar con la prensa.
-Este es el momento de hacer cambios, este país tiene que entender de una vez por todas que podemos hacer cambios en el mundo laboral. No podemos quedarnos en esto- dijo ante las cámaras, junto a su familia, a sólo horas de haber salido a la superficie.
Este trozo de su mensaje fue poco difundido por los medios que han puesto el énfasis en los aspectos emotivos del rescate. Pero, como dijo Juan Somavía, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la felicidad del reencuentro no puede borrar el motivo por el cual Sepúlveda y sus 32 compañeros pasaron 69 días enterrados:
-El comienzo de esta dramática historia es que los mineros quedan atrapados porque las medidas de seguridad eran insuficientes. No nos podemos olvidar de eso -dijo el funcionario internacional.
Precisamente esa es la petición que han estado formulando al gobierno trabajadores de distintos sectores productivos, según relata el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias. El funcionario es vocero de la Comisión de Seguridad del Trabajo que se formó luego del accidente de la mina San José y que tiene como tarea entregarle al Presidente Sebastián Piñera recomendaciones para reformar la legislación laboral en materia de seguridad.
Al crear esta comisión Piñera sostuvo que el grupo debía revisar “nuestras leyes, nuestros reglamentos, nuestros estándares y nuestras normas de seguridad” y también los mecanismos “y montos de las sanciones» para “crear en Chile una cultura del trabajo digno, sano y seguro».
Para realizar eso la comisión ha convocado 24 audiencias públicas (diez en Santiago y 14 en regiones) en las que han participado sindicatos, expertos y empresarios. La última audiencia será este viernes en Puerto Montt y a partir de ese momento se dedicarán a extraer las propuestas para presentárselas al Mandatario el 22 de noviembre.
A estas alturas, sin embargo, ya están claros algunos problemas que cruzan a todos los sectores. Uno de los más recurrentes tiene que ver con la fiscalización:
-Ese sistema de fiscalización tiene que ser mejorado en cuanto a la capacitación de los funcionarios, pues aparecen problemas relacionados con falta de conocimientos en seguridad -dice el subsecretario Iglesias.
Por cierto, también faltan fiscalizadores, tal como se criticó en el caso de la mina San José, luego de que se denunciara que Sernageomin de Copiapó carecía de los funcionarios necesarios para supervisar los miles de yacimientos en operaciones en esa zona.
-Eso es cierto pero también tiene un límite. En Chile hay más de 800 mil empresas y es imposible tener los fiscalizadores para cubrirlas todas. En ese sentido, es muy interesante otro tema que ha aparecido en estas audiencias y que es entender el rol clave que tiene la prevención –sostiene Iglesias.
El subsecretario dice que “por una parte, es necesario que el empleador esté consciente de sus responsabilidades y provea al trabajador de la información y de los elementos de seguridad”. Y, en segundo término, señala, “necesitamos también que el trabajador adopte hábitos de trabajo seguro porque una buena cantidad de accidentes se produce incluso cuando el medio de trabajo no es inseguro”.
El funcionario es claro al indicar que las recomendaciones no irán por el lado de aumentar la fiscalización, sino de profundizar las medidas de prevención:
-Es importante entender que este no es un problema que se resuelva principalmente con regulaciones, sino con una actitud hacia el trabajo y hacia los riesgos –dice.
Más allá de esas líneas comunes, la comisión ha recogido críticas y sugerencias variadísimas y contradictorias. “Aquí no hay un cuento que refleje bien la realidad de todos los sectores. El tema es complejo y la comisión va a tener que hacer un buen esfuerzo para sintetizar normas en propuesta útiles”, asegura Iglesias.
-¿Cómo se va a llegar a normas que permitan aprender de lo ocurrido en San José y decir “con esta legislación esto no habría ocurrido”?
-Ese tipo de conclusión general, que haría fácil la vida de la comisión y de los legisladores, no emerge. El tema es más complejo.
-Pero la comisión surge a partir del accidente de San José. Tendría que proponer cosas que cambien algo la situación de seguridad…
-Sí, pero accidentes van a haber siempre. Porque una parte importante de los accidentes ocurre por conducta humana que ocurren en un minuto específico y eso está fuera del alcance de cualquier ley.
-También ocurren por negligencia, por normas que nos se cumplen para ahorrar recursos…
-El problema de San José es que esa empresa no estaba cumpliendo con nada, prácticamente. Tenía un grado altísimo de incumplimiento y eso, claro, con un buen sistema de fiscalización podría minimizarse. Pero es importante tener claro que no vas a poder evitar todos los accidentes. Y aquí hay un tema de fondo: piense en el piloto de aviones de acrobacia. Él sabe el riesgo al que se somete cuando hace cada pirueta, sin embargo, decide hacerlas. La diferencia entre ese piloto y una persona que en otra actividad decide tomar un riesgo concientemente es bien sutil y da para mucha discusión. Lo que si está claro es que en ambos casos por lo menos, las condiciones de riesgo deberían estar claras para el que las asume.
-¿Por qué para usted el caso de un piloto aéreo es valido para entender la situación de un minero que lo que quiere es volver a su casa sin salir lesionado? No entiendo la comparación.
-Porque hay riesgo en todas las profesiones. Los periodistas tienen riesgos. Los carabineros… Ahora, por ejemplo, se reclama que se está aumentado la intensidad de la fiscalización en la pequeña y mediana minería, eso está siendo criticado con el legítimo argumento de que cierra puestos de trabajo…. Esto ilustra que en su naturaleza el tema es bien complejo.
-Las empresas enfocadas a la exportación y que deben cumplir estándares internacionales tienen menos accidentes que las empresas dedicadas el mercado interno. Eso indica que, más que el riesgo propio de la actividad, lo que influye son las exigencias que se ponen a las empresas.
-Tiene que ver con eso, pero también con el tamaño de la empresa. Es más riesgoso trabajar en una Pyme que en una transnacional ¿Por qué? A lo mejor es por el financiamiento, es por la urgencia de la producción. Son hipótesis.
(*) En este trabajo colaboró Javiera Pacull.