Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior: “Nuestro objetivo es tener una lista de los desaparecidos reales”
16.03.2010
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16.03.2010
-¿Cuál fue la información respecto del recuento de muertos y desaparecidos a consecuencias del terremoto y posterior tsunami que recibió al asumir la subsecretaría del Interior?
Primero fue la Onemi la que entregaba cifras sobre muertos y desaparecidos, y eso ocurrió hasta exactamente unos cuatro días antes de que yo asumiera. A partir de ese momento hubo un cambio y la propia subsecretaría empezó a entregar nóminas. Esto se produce como consecuencia de una diferencia significativa de fallecidos en la Región del Maule en que la Onemi definía que los fallecidos eran poco más de 700 y en un momento se bajó esa cifra en más de 200 casos, todos concentrados en la Región del Maule. Ese fue para mí un indicador relevante de que algo extraño había. Lo primero que hice fue pedir datos sobre fallecidos, y en una revisión sencilla, encontré algunos nombres que no coincidían. Y eso me preocupó, porque si yo hubiera seguido con la rutina de entregar las nóminas (de fallecidos), debiera haber reportado dos o tres casos donde no había certeza.
-¿Qué fue lo que no coincidía?
Al recibir los primeros informes nos dimos cuenta de que los fallecidos que estaban en listas de la Policía de Investigaciones (PDI) no necesariamente estaban en la nómina del Servicio Médico Legal (SML). Eso ratificó mi preocupación de que aquí había un problema.
-¿Por qué habrían ocurrido esas inconsistencias?
La gente de la Onemi me informó que el sistema histórico que ellos tenían diseñado era que a través de oficinas comunales y regionales se iban haciendo las denuncias de personas desaparecidas. Y estas oficinas eran las que después iniciaban los procesos de recolección de información. Ahora, dada la magnitud del terremoto y a la cantidad de regiones y comunas involucradas, el sistema colapsó. Y esta reducción en la cifra de fallecidos se debió a que algunas comunas informaron personas fallecidas que después de la revisión realmente no lo estaban. Esa es la explicación que me dieron y de ahí la decisión de concentrar y centralizar todo en esta subsecretaría. Pero eso no ataca el problema de fondo.
-¿Cuál es a su juicio el problema de fondo?
En primer lugar -y en eso estoy trabajando ahora-, el nuevo director de la Onemi, con los jefes de plaza, tiene la obligación de determinar la lista de personas que están registradas como desaparecidas. Luego se procederá a chequear esa nómina con las listas que tenemos en el SML y en los hospitales.
-O sea, se está haciendo el trabajo desde cero…
-Vamos recorrer el proceso completo. Recabar completamente la información. Pero no quiero ser injusto. Puede ser que haya comunas que han hecho bien su trabajo. De hecho, en la única región que se bajó el número de personas informadas como muertas fue en la Región del Maule. Podríamos suponer que en las otras comunas se hizo bien el trabajo. Entonces, la primera reunión que tengo con el director de la Onemi es para ayudarnos a ordenar no sólo la información, sino que una vez que tengamos chequeados los datos, poder nosotros tomar decisiones respecto de la diferencia de personas desaparecidas. Porque cada nombre registrado alguna persona lo informó responsablemente. Y lo que debemos determinar es cuántos son y dónde estaban al momento de desaparecer, y a partir de eso tomar decisiones. El Presidente lo dijo ayer: vamos a buscar hasta el final los cuerpos de las personas desaparecidas. Además, hay un tema legal: hay un momento en que la ley y la justicia establecen que el que está desaparecido por efecto de una catástrofe pasa a estar muerto.
-¿Cuál es la metodología que se está siguiendo?
Lo primero que facilita las cosas es que en las tres principales regiones afectadas tenemos un jefe de plaza. Una de las fortalezas que tiene el sistema es que ese jefe de plaza está por sobre todas las autoridades civiles. Dada la jerarquía que le entrega la ley, le es fácil recabar información de las comisarías, las municipalidades y otros. Ese primer esfuerzo ya se está haciendo y lo que quiero es que la Onemi ayude en ese proceso. Una vez definido el levantamiento de las denuncias haremos la verificación con los informes del SML y otros organismos para constatar si esas personas figuran en la nómina de fallecidos. Ese es el segundo chequeo. Y el tercero es el proceso de búsqueda específica. Nuestro objetivo es tener una lista de los desaparecidos reales.
-No parece fácil corroborar los casos de desaparecidos, considerando que hay denuncias formales e informales. Habrá que rastrear todos esos casos…
Ese es el trabajo. Yo quiero pedirle al director de la Onemi que lo empiece para tener certeza de que las cifras y los nombres son los que corresponden. Las denuncias son todas formales: si hay una denuncia, hay un responsable. Tenemos una lista, ¿pero está completa?
-Dado lo complejo y sensible del tema, ¿qué plazos se han planteado?
Llevamos 48 horas a cargo. Tenemos que armar, verificar, ver, y una vez que la cosa esté clara, tomar decisiones. La instrucción general que el Presidente dio fue Señores, ordenemos, ordenemos en la distribución de alimentos, la entrega de ayuda de techos, casas y también respecto de estadísticas como las que estamos viendo…
-¿Volver a iniciar el conteo significa poner en duda el trabajo que hizo al respecto el gobierno saliente?
Yo no estoy poniendo en duda nada. Fueron ellos, al cambiar la cifra de muertos de 700 y tantos a 500, y al concentrar en la subsecretaría del Interior los informes, los que reconocieron una falencia. Lo que yo observo es que todavía ahí hay información que no calza. Por eso no daremos información al respecto hasta que no tengamos claridad.
-Quería consultarle acerca del futuro del programa de Derechos Humanos, dependiente del Ministerio del Interior, y cuya directora ejecutiva (María Luisa Sepúlveda) renunció.
En este ministerio casi todas las direcciones presentaron su denuncia. Yo he tenido conversaciones con casi todos los directores. A algunos les vamos a pedir que se queden, a otros les vamos a aceptar la renuncia. Son cargos de confianza. Pero una cosa es la persona que está a cargo, y otra es la continuidad del programa. Y ese programa se funda en una ley, que concentró una serie de iniciativas orientadas a compensar a familias y víctimas de Derechos Humanos. La política es continuar con lo que está planteado en la ley, más aún, trabajar realmente en ayudar a que estos temas se resuelvan. Hay una cifra importante de casos que están en proceso y el ánimo es que realmente se avance. La idea, tal cual como la ley lo dice, es buscar la verdad.
-¿Se va a seguir con la política bajo la cual estaba orientado el programa?
¿Cuál es esa política?
-Incentivar los juicios por violaciones a los derechos humanos.
La idea es avanzar profundamente, con decisión, en busca de la justicia. El Presidente va a hacer anuncios, no es el momento, pero sí hay interés de continuar en esta línea.
-¿El Presidente hará un anuncio específico sobre este tema?
No, se sabe que este ministerio es un refundido de muchas cosas, está el programa de exonerados, el Conace, y lo que se les ha pedido a ministerios y subsecretarías es que tenemos que tener propuestas agilizadoras y modernizadoras de las distintas unidades. No para actuar inhibiéndose, al contrario…
-Qué ocurrirá con la directora del Programa de DDHH, ¿se le aceptó la renuncia?
Todavía no se conversa con ella… Lo que yo quiero transmitir es que se va a seguir con decisión en ese ámbito, porque hay mucha gente que todavía tiene causas y la idea es llegar a buen puerto. Ahora no voy a entrar en pormenores, no es el momento. Además, estamos tocando temas que son súper sensibles. Los familiares de las víctimas no pueden sentir que aquí hay un ánimo de frenar, al contrario. Pueden estar absolutamente tranquilos. Lo primero es conocer el estado de las causas, cuánto tiempo llevan… Hay procesos que llevan mucho tiempo, otros poco, entonces es un trabajo que hay que abordar seriamente. Una de las cosas en las que puedo hacer una contribución es en aportar a que ciertas heridas que están por muchos años, se sanen. De alguna forma es llegar a la verdad.
-¿Y cómo se va a actuar respecto de las condenas a militares involucrados en casos de Derechos Humanos?
Estamos entrando en una materia de fondo. En el momento en que la cosa esté armadita, y no va a pasar mucho tiempo, encantado de volver a conversar… Uno podría preguntarse por qué después de 20 años todavía hay tantas causas abiertas. Esa es otra forma de mirar ese tema.