La guerra fratricida que se libra en la Quinta Región Cordillera
03.11.2009
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03.11.2009
Unos se echaron la culpa a otros. Los de la UDI dijeron que fueron agredidos por los de RN. Los de RN apuntaron a los de la UDI. Como haya sido, lo ocurrido a fines de agosto en La Calera, al comienzo de la gira de tres días que Sebastián Piñera realizó por las 26 comunas de la circunscripción Quinta Cordillera, fue bochornoso. Mientras esperaban la llegada del candidato a Presidente, quien cerraría la primera jornada con un acto público en la Plaza de Armas de la ciudad, los activistas de los postulantes al Senado de ambos partidos de derecha se enfrentaron con golpes y escupitajos tras el escenario. De un lado estaban los adeptos a Marcelo Forni (UDI). Del otro los de Lily Pérez (RN). Todos compañeros de lista de la Alianza por Chile.
Pudo tratarse de una situación aislada, puntual, más aún considerando que en medio de la trifulca estaba la concejala UDI de La Calera, Margarita Osorio, una mujer de armas tomar: un año atrás, para la ceremonia de juramento de las nuevas autoridades municipales, llegó vestida con boina negra y traje de camuflaje. Pero esa pelea de barrio entre brigadistas fue en serio y representaba la animadversión que venía incubándose entre los aliados.
El hecho aún genera coletazos y grafica la dura disputa que se está librando en la zona entre los candidatos a senadores de la derecha y, en menor medida, entre los representantes de la Concertación, Ignacio Walker (DC) y Nelson Ávila (PRSD), y el actual senador ex socialista y candidato al mismo sillón, Carlos Ominami, quien esta vez compite en la lista que levantó junto a su hijo Marco Enríquez-Ominami. La guerra a muerte –o guerra fría o de guerrillas, según el caso– también se replica en los candidatos a diputados de los tres distritos de la zona, que libran su propia batalla diaria.
Acá se vive lo de siempre en una campaña política. Compañeros de lista que ni se saludan, razzia de afiches y escaramuzas nocturnas entre brigadistas. Se ve eso pero también algunas cosas inéditas, extrañas o dignas de atención. Un candidato que se presenta como el afiche-humano y que en su campaña radial se jacta de no pegar “ni una estampilla en la pared”. Un café-concert animado por un candidato. Circos que se presentan gratuitamente con dos y hasta tres funciones diarias promocionando candidatos.
Acá la lista Nueva Mayoría de Enríquez-Ominami postula a un actor-humorista que aspira a ser tomado en serio (Cristián García-Huidobro) y a un ex futbolista de la Selección Chilena (Leonardo Véliz). La UDI lleva a una animadora de televisión cesante (Andrea Molina), quien se suma a no pocos descolgados de los partidos tradicionales. En esta circunscripción también está el único candidato independiente al Senado. Un independiente de verdad, Lautaro Velásquez Carrasco, un ex funcionario de Carabineros con escasísimas posibilidades de salir electo.
En estas 26 comunas la lista levantada por Marco Enríquez-Ominami y su padre ha apostado sus principales fichas, amenazando a los candidatos de la Concertación. No es casualidad que la esposa del presidenciable, la conductora de televisión Karen Doggenweiler, haya visitado esta zona más que ninguna otra.
Y acá por último se libra la más feroz competencia entre dos postulantes al Senado de la Alianza por Chile. Tan feroz que Lily Pérez volvió a pedir protección policial argumentando haber sido objeto de amenazas. Así están las cosas en la circunscripción Quinta Cordillera.
Es la noche del viernes 23 de octubre en Rinconada, en las cercanías de San Felipe, y el Circo Ominami recibe al público de la función para adultos. A diferencia de la función para niños, que se realiza de día, la de adultos tiene números de doble sentido protagonizados por payasos e imitadores que serán celebrados a rabiar por cerca de quinientas personas. Quinientos potenciales votos, pasando por alto a los no inscritos que se encuentran presentes y a los niños que asisten aunque la función sea para mayores.
De cualquier modo, lo más atrevido de la función está a la entrada del circo, donde dos travestis uniformados con chaquetas rojas dan la bienvenida y regalan calendarios y folletos del candidato a senador. Forman parte de su comando y de día están asignados al trabajo de puerta a puerta.
–Fíjate que nunca había participado en política, no me había llamado la atención –comenta uno de ellos poco antes del inicio del show–. Pero ahora siento que la cosa es diferente con un candidato como Marco, es distinto, nada que ver a los políticos tradicionales. Seguro, seguro será nuestro próximo Presidente.
Ese mismo día en San Felipe, a doce kilómetros de Rinconada, uno de esos políticos tradicionales a los que alude el activista ha cumplido con una intensa jornada de campaña. Nelson Ávila hizo puerta a puerta, recorrió radios y lanzó el libro Habla Ávila: Manifestaciones en la tribuna ante no más de 30 personas reunidas en uno de los salones de la municipalidad. La presentación estuvo a cargo del diputado Marco Antonio Núñez (PPD), a quien todos pronostican una cómoda reelección en el distrito 11, y el periodista, concejal RN por San Felipe y ex marido de Karen Doggenweiler, Eugenio Cornejo.
Ávila está empeñado en lanzar su libro en las 26 comunas de la circunscripción. También está empeñado en ser reelecto senador sin instalar un solo afiche en la calle. Eso sí, su campaña en radio es persistente y en ella remarca tanto su independencia de los grupos económicos como el intento de manipulación que otros candidatos hacen por medio del apoyo de figuras del espectáculo.
Sobre este último punto, en uno de sus avisos radiales se le escucha decir con su voz taciturna: “Las estrellas de la farándula que se te acercan hoy, no estarán junto a ti mañana. Detrás de ese pelotón de rostros no hay más que un crudo interés electoral. Nelson Ávila, quien les habla, no trafica con los sentimientos de la gente”.
Cuatro años atrás, la ahora ex animadora del programa Pelotón, Karen Doggenweiler, resultó una figura decisiva para la elección de Marco Enríquez-Ominami como diputado por Quillota, La Calera, La Ligua y otras siete comunas del distrito 10. Participó activamente en la campaña de su esposo, quien obtuvo la primera mayoría gracias a una votación transversal que superó con creces el tradicional apoyo a la Concertación en la zona. Hoy Doggenweilwer está haciendo lo propio con su suegro. Se aparece semanalmente y su presencia se hace sentir.
En el comando de Ominami recuerdan que hacia la segunda semana de agosto tuvieron una dura tarea para realizar un puerta a puerta por la Villa Minera Andina de Los Andes. No los tomaban en cuenta. Todo cambió a la semana siguiente con la llegada de Karen a la misma villa.
“La gente salió a la calle y nos recibió feliz”, dice uno de los encargados de la campaña de Ominami, quien admite que el interés hacia la animadora no apunta precisamente a temas políticos: “Señora Karen, le dicen, dígale a la hija de la Geisha que no sea tonta, que como se le ocurre irse a meter con el Schilling”.
De cualquier forma, Carlos Ominami no la tiene fácil. Si en 2001 se impuso por poco más de dos mil votos a su compañero de lista, el ex canciller DC Ignacio Walker, esta vez debe enfrentarse al mismo candidato que va en alianza con Nelson Ávila. Dos pesos pesados.
Ávila disputa directamente con Ominami el voto progresista. Walker en cambio tiene un espacio más amplio para conquistar el voto moderado y de centro. Su presencia en la calle supera a la de sus dos más cercanos oponentes y en terreno suele hacer campaña junto a su esposa, la cantante Cecilia Echenique.
Es probable que Ominami obtenga más votos que cada uno de estos oponentes, pero aún así, para salir electo su lista deberá sumar más que la Concertación en conjunto. Eso último resulta complicado considerando que su compañero de lista es el actor Cristián García-Huidobro, que marca bajísimo en las encuestas internas de los comandos y es percibido como un candidato anecdótico.
A Ominami no sólo lo afecta correr por fuera de la Concertación. También llega debilitado por las condenas por fraude al fisco que afectaron a dos de sus principales hombres de confianza en el caso de los Planes de Generación de Empleos, PGE. Uno de ellos, Edgardo Lepe, fue su jefe de gabinete y secretario regional del PS, además de generalísimo de la campaña a diputado de Enríquez-Ominami. El otro, Ricardo León, fue secretario político del senador y ex concejal por Rinconada de Los Andes. Ambos fueron condenados por pagar activistas con dineros destinados a los PGE.
“Ominami perdió a dos grandes operadores, gente con la que trabajaba muy bien el despliegue territorial”, dicen desde el comando de uno de sus competidores.
Ahora, el ex hombre de mayor confianza de Ricardo Lagos depende casi únicamente del capital político construido en ocho años de ejercicio como senador, del impulso que le dará su hijo Marco, presidenciable emergente, y de su nuera Karen, cuyo apoyo opera en cuerpo presente o por medio de invocaciones a su nombre.
Al comienzo de la función nocturna del Circo Ominami en su paso por Rinconada, en las cercanías de San Felipe, el candidato a diputado de la lista Nueva Mayoría, Leonardo “Pollo” Véliz, oficia de presentador. El ex futbolista parte por transmitir un saludo del candidato a senador de su lista, quien no se encuentra presente. Luego advierte que si bien se escucharán algunos garabatos, se trata de un humor sano y popular. Y finalmente, tras apelar a una renovación de la política, llama a apoyar a Marcos Enríquez-Ominami argumentando, entre otras razones, lo formidable que sería tener a Karen Doggenweiler de primera dama.
Entonces el público, que se ha mantenido expectante, en un respetuoso silencio, estalla en un jubiloso aplauso.
La fila del otro circo que recorre la Quinta Cordillera es larga y avanza lento, bajo el sol, pero esta tarde de sábado en Quillota nadie se queja. Nadie tampoco se niega a posar para la foto con Marcelo Forni y Andrea Molina, candidatos de la UDI al Senado y la Cámara de Diputados respectivamente. Ambos reciben a los cientos de invitados al circo en una antesala de la carpa y su manejo de la imagen es admirable. Están resfriados y hace semanas que vienen haciendo campaña, pero así y todo, porque tienen una carrera complicada, porque capean el calor y el resfrío con agua mineral y bebidas energéticas, y sobre todo porque se manejan en el oficio, se muestran de buen ánimo y con la mejor sonrisa para salir en la foto con sus potenciales electores.
Él es diputado por Los Andes y San Felipe y quiere saltar al Senado. Ella es una conductora de programas de televisión dirigido a dueñas de casa que estaba fuera de pantalla cuando le ofrecieron debutar en política. De momento, su trabajo es el mismo de antes: sonreír, caerle en gracia a la gente, escuchar sus problemas. Andrea Molina tiene llegada al electorado, de un modo similar a Karen Doggenweiler, y eso tiene nervioso a varios en el distrito 10.
Ahora que perdieron a Marco Enríquez-Ominami, en la Concertación temen un doblaje de la derecha en este distrito. El diputado RN Alfonso Vargas va a la reelección como compañero de Andrea Molina y cuenta con un fuerte apoyo. En cambio, a Eduardo Cerda, ex diputado DC que quiere volver a la Cámara, le juega en contra tener más de 70 años y el estar enemistado con el alcalde de Quillota, de su mismo partido. Y el PS Arturo Barrios, cuya candidatura estuvo en riesgo por los cuestionamientos que le hizo la Contraloría a sus gastos como subsecretario de Cultura, es un desconocido en la zona y su campaña cuenta con escasos apoyos y recursos.
El otro factor de incertidumbre es la dispersión de los votos entre los ochos candidatos del distrito, que incluyen un militante del PRI en la lista Chile Limpio Vote Feliz, Juan Díaz; al candidato independiente Tomás Díaz y al mediático ex presidente de la Confederación de Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), Esteban Maturana, quien va acompañado del independiente Fernando Orellana en la lista de Enríquez-Ominami.
Aunque en el comando del diputado RN dicen estar confiados en la reelección de Vargas, entre otras cosas porque la animadora de televisión “acá no significa nada y en cambio él es de la zona”, igualmente se mantienen alertas. Conocieron el “efecto Karen” de hace cuatro años y no dejan de sorprenderse con los “escandalosos gastos y recursos” que ha desplegado la UDI. Entre esos recursos se cuenta el circo con que Forni apoya a Molina en sus actividades de campaña.
El circo de Marcelo Forni es de primer nivel. Ni comparado con el de Ominami. Tiene trapecistas, números coreográficos y llamaradas de fuego. Su capacidad es para dos mil personas y suele estar a tope, especialmente en las tres funciones que ofrece los fines de semana.
En dos meses será visitado por cerca de cien mil personas que se llevarán una foto junto a los candidatos. Y no sólo eso: después de subir al escenario junto a Andrea Molina y apelar a la necesidad de realizar un cambio de rostros en el Parlamento, idea que al menos en Quillota es recibida con entusiastas aplausos por parte del público, Forni se sumará a un número con payasos que sacará risas entre el público y, probablemente, votos.
“Lily Pérez pensó que a estas alturas de la campaña poco menos que estaría descansando”, dicen bajo cuerda en el comando del candidato de la UDI. “Ella se relajó, se confió, pensó que era carrera ganada y ahora está nerviosa”.
A la hora en que comienza la primera función del circo de Forni en Quillota, Lily Pérez concluye una larga visita a una feria del sector San Rafael de Los Andes. Ha permanecido ahí desde la mañana, posando para cientos de fotos Polaroid, y se dispone a emprender un puerta a puerta por la comuna de Calle Larga, vecina a Los Andes. La visita tiene un significado especial, pues la acompaña el ex alcalde de esa comuna, el UDI Francisco Vial.
En clave política, más aún en tiempos de campaña, se trata de una provocación a sus aliados, además de un nuevo motivo de enemistad.
La disputa entre Lily Pérez y la UDI ya es histórica. Sin embargo, más recientemente se reactivó una vez que ella fue designada diputada por su partido en reemplazo del fallecido Pedro Álvarez-Salamanca, y dijo: “Aquí está la próxima senadora del Maule”. El sillón estaba ocupado por el senador Juan Antonio Coloma, el presidente de la UDI. Después desechó esa opción y optó por tomar la vacante dejada por Sergio Romero (RN) y con ello amenazó seriamente las posibilidades de Marcelo Forni, quien hace un par de años venía trabajando en la circunscripción. La guerra quedó declarada.
Pero las cosas pasaron a mayores cuando el comando de Lily Pérez realizó un trabajo para sumar apoyos de la UDI en la zona. Uno de ellos es el ex alcalde de Calle Larga. La otra es la concejala por La Calera Margarita Osorio, la misma que juró vestida de comando y protagonizó la pelea a golpes y escupos en el acto de Piñera. Osorio es uno de los siete concejales UDI de la circunscripción que están trabajando activamente por la candidata RN.
Desde el comando de Forni acusan “arrogancia, deslealtad y prepotencia” por parte de Lily Pérez. Desde el comando de ésta última responden: “(él) usa un lenguaje muy violento donde siempre busca atacarla y se refiere en forma muy despectiva a ella”.
La disputa ha trascendido al espacio público. A mediados de octubre, cuando ella anunció que renunciaba a su dieta parlamentaria, él retrucó: “Debería haber renunciado a su dieta desde el momento en que dejó botado el distrito del Maule el 17 de marzo. Fue entonces cuando dejó de hacer su pega”.
Una semana antes, en un debate organizado por El Mercurio de Valparaíso, Forni advirtió que “los problemas se están dando al interior de las coaliciones” y sacó a relucir actos de violencia protagonizados por RN en la campaña de 2001, donde murió un brigadista. De vuelta, Pérez replicó: “A mí me rompen mucha propaganda y también he sido víctima de agresiones, pero no ando lloriqueando porque ese no es mi estilo”.
Lo de andar “lloriqueando” obedecía a la queja formulada por el jefe de campaña de Forni ante lo que consideró un trato injusto y desleal por parte del comando de Piñera en la gira que éste realizó en agosto. El problema no había sido sólo la pelea a golpes en la plaza de La Calera. Tampoco los empujones y codazos para que uno u otro candidato no apareciera en las fotos con Piñera. A entender de la UDI, el comando del presidenciable hizo todo lo posible para favorecer a la candidata al senado de RN.
Pero en su descargo ella no sólo acusó a su compañero de lista de andar “lloriqueando”. En el mismo debate organizado por El Mercurio de Valparaíso, Lily Pérez le comunicó a Marcelo Forni: “Lo hemos conversado con Sebastián Piñera y los perdedores no van a tener espacio en nuestro equipo; no hay premios de consuelo”.
Al mediodía del sábado 24 de agosto, bajo un sol asfixiante, Nelson Ávila recorre la feria El Belloto de Quilpué. Su presencia no ha despertado gran interés ni alboroto. Acompañado por un puñado de adherentes con aspecto de estudiantes de preuniversitario y una concejala local de su partido, quien lo presenta ante algunos de los locatarios, es saludado con respeto y cortesía, tal vez con algo de curiosidad. Una foto por aquí, una sincera muestra de apoyo por allá. Ávila es figura nacional pero en esta plaza muestra una adhesión que debiera ser motivo de inquietud.
Quilpué pertenece al distrito que definirá la elección en la circunscripción Quinta Cordillera. En conjunto con Villa Alemana, Limache y Olmué, representa más del cincuenta por ciento del total de los votos en disputa. En los comandos coinciden en que quien se imponga en este distrito tiene asegurada la elección al Senado.
Por eso, a tres semanas de iniciarse el plazo legal para el inicio de la campaña, en estas cuatro comunas del distrito 12 casi no hay poste que no exhiba la sonrisa de algún candidato. De allí que Marcelo Forni, que en las encuestas internas figura bajo su compañera de lista, decidiera privilegiar el trabajo en esta zona en lo que resta de campaña. Y por lo mismo, al día siguiente que Ávila se pasee por la feria de El Belloto, Ignacio Walker -acompañado por el candidato a diputado del PS Marcelo Schilling- llegará a Limache para hacer puerta a puerta y aparecerse por la feria municipal Andrés Bello.
Pero el distrito 12 tiene otro elemento distintivo. Es el único de la circunscripción donde la lista Nueva Mayoría tiene posibilidades reales de obtener un diputado. Su representante es el antiguo intendente de Santiago y ex democratacristiano Marcelo Trivelli, quien trabaja duramente y a tiempo completo para imponerse al candidato del Partido Socialista, su más directo competidor.
Marcelo Schilling fue designado por el PS para asumir el puesto dejado por el fallecido diputado Juan Bustos. No le ha sido fácil heredar el fuerte arrastre de su antecesor. El partido quedó dividido tras la frustrada candidatura de César Barra, ex secretario político regional, y su despliegue publicitario hasta ahora es reducido en comparación a otros candidatos. Su campaña está basada en el eslogan “comunidad inteligente” y la mayoría de sus afiches, en vez privilegiar su rostro, tienen de emblema a una hormiga acarreando una hoja.
En cambio, el contendor de Schilling explota su rostro en primer plano y un eslogan que no da lugar a dobles lecturas: “Hola, Trivelli!!”. Aprovechando la ausencia de un candidato DC, el ex intendente de Santiago ha copado este espacio con un discurso centrado en la defensa de los valores cristianos y el combate a la delincuencia. Es frecuente que en terreno se haga acompañar por su esposa, la ex secretaria ejecutiva del Fondo Nacional de la Discapacidad, Andrea Zondek, y que saque a relucir su paso por el servicio militar.
En la derecha el panorama parece estar definido a favor de Amelia Herrera. La diputada RN cuenta con una amplia popularidad y no parece haber sido afectada por el juicio por estafa y cohecho que la mantuvo alejada del Congreso durante gran parte del mandato. En primera instancia resultó condenada, pero luego la Corte Suprema anuló la sentencia y en un segundo juicio fue declarada inocente. Al respecto, en su periódico de campaña se lee lo siguiente: “La confabulación en contra de ella fue horrorosa, conoció la miseria humana que no tiene que ver sólo con el dinero, sino con la pobreza espiritual, la política sucia de quienes sólo quieren el poder por el poder”.
La apreciación es compartida por decenas de simpatizantes que se acercan a saludarla en el recorrido que hace por la feria El Belloto de Quilpue, en paralelo a Nelson Ávila. Le manifiestan su solidaridad y apoyo por “la injusticia” vivida. La animan a seguir luchando, la felicitan. Amelia Herrera fue alcaldesa de Quilpue y es madre de Arturo Longton, estrella de realities, lo que contribuye a incrementar su popularidad: no sólo se le acercan los adherentes con aspecto de estudiantes de preuniversitario que acompañan a Nelson Ávila, con quienes se fotografía, sino también un ciego que de alguna forma la ha reconocido a la distancia.
Tras observar esta última escena, uno de los asesores de Amelia Herrera señala que la campaña de la diputada RN recién empieza y que en los próximos días comenzarán a desplegar la totalidad de la publicidad callejera. Lo que han instalado ha sido destruido por la UDI, se queja.