Las cuentas pendientes del nuevo rostro estrella de TV Senado
08.01.2009
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08.01.2009
En 1990, a propósito del desastre financiero que arrastraba TVN, una comisión especial investigadora de la Cámara de Diputados determinó que César Antonio Santis recibió de TVN una suma que en la actualidad equivale a 1.100 millones por su trabajo de animador y un conjunto de asesorías brujas. Además, a partir de antecedentes de Contraloría, quedó al descubierto que su programa estelar Porque hoy es Sábado resultó un desastre de sintonía y dejó pérdidas que en cifras de hoy corresponden a más de 2.200 millones. Pero al igual que lo ocurrido con otros casos en que se detectaron irregularidades económicas, el nuevo gobierno democrático habría optado por negociar o hacer la vista gorda. Ahora, tras ocho años fuera de pantalla, Santis reaparece en un rol protagónico del nuevo canal de los senadores.
El nuevo canal de TV Senado, que debutó el primer día hábil de 2009, tiene cosas de qué sorprenderse. Una de ellas dice relación con el retorno a la televisión de César Antonio Santis tras ocho años fuera de pantalla. Como en los viejos tiempos en que leía noticias y animaba estelares, el conductor es figura protagónica de una señal que nació con polémica. Es la voz institucional, prepara programas propios y cada tanto su figura aparece en pantalla para decir “Qué tal amigos” y comunicar que la nueva programación tiene un “alto énfasis en la información, la cultura y la educación cívica”.
Pero lo sorprendente no es que haya retornado a la televisión. Ya se sabe: los ’80 están de vuelta. Lo que llama la atención es que Santis sea el principal rostro del Senado, en circunstancias que un informe de la Cámara de Diputados lo señaló como uno de los responsables de las irregularidades que derivaron en millonarias pérdidas para Televisión Nacional de Chile, TVN.
El nombre de Santis surgió en el contexto de una serie de anomalías ocurridas desde mediados de los ‘80 en TVN y que salieron a flote en la década siguiente. Frente a la crítica situación financiera de la estación pública, cuya deuda superaba los 7.500 millones de pesos de la época, en abril de 1990 la Cámara de Diputados aprobó la creación de una comisión especial investigadora sobre el conjunto de irregularidades que habría provocado el déficit.
Fue la primera comisión investigadora de la Cámara Baja que se constituyó tras el retorno a la democracia. Por lo mismo provocó mucha atención y expectativas, además de generar tensión con los militares, que mantenían al general Pinochet de comandante en jefe del Ejército. Fue entonces una comisión histórica. Entre sus integrantes hubo varios diputados que hoy son senadores: Baldo Prokurica, José García Ruminot, Pablo Longueira, Víctor Pérez y Hosain Sabag.
La comisión trabajó durante seis meses y sesionó en 16 oportunidades. Además de constituirse dos veces en TVN, recibió informes de Contraloría y testimonios de funcionarios y ex ejecutivos del canal. En ese contexto, al analizar las razones de la crisis financiera, patrimonial y de credibilidad del mismo, los diputados de gobierno y oposición se detuvieron en la responsabilidad particular que le cupo a César Antonio Santis Torrente.
En enero de 1988, tras una larga permanencia en Canal 13, Santis fue contratado por TVN para que se hiciera cargo de la conducción del noticiero central y de un estelar llamado Porque hoy es sábado. Animado junto a Cecilia Bolocco, que el año anterior había sido coronada Miss Universo, el programa contó con una inversión millonaria y pretendía destronar a Mario Kreutzberger y su Sábado Gigante. El plan estaba digitado por La Moneda y apuntaba a reforzar la audiencia del canal oficialista en el año del Plebiscito que decidió la continuidad de Pinochet en el gobierno. La orden era no escatimar esfuerzos para lograr el objetivo.
Por eso se contrató a Santis y a la Bolocco. Por eso entregó premios millonarios. Y por eso también la producción de Porque hoy es sábado no tuvo escrúpulos en reclutar a don Manuel, un veterano y popular personaje de Sábado Gigante que durante años había aparecido destacado entre el público del programa de Don Francisco. Fue una guerra declarada y TVN perdió por paliza.
El estelar resultó un completo fracaso de sintonía y dejó pérdidas por $471.844.000. Hoy esa cifra equivale a más de 2.200 millones de pesos. Además Santis y Bolocco terminaron odiándose y don Manuel volvió a Sábado Gigante con la cola entre las piernas. De culto es el capítulo en que Don Francisco reta a don Manuel por haberlo traicionado. El único que ganó en esta batalla de trascendencia política fue César Antonio Santis.
Por las tareas de conductor del noticiero y animador, que realizó hasta marzo de 1989 y por un total de 14 meses, recibió honorarios por $26.814.000 y $40.221.108, respectivamente. Al día de hoy la suma de ambos sueldos corresponde a $326 millones. Pero no fue ni por el lejos el único ingreso que en esos días recibió de TVN.
En paralelo, a través de la empresa Alati Comunicaciones Ltda., el animador acordó un contrato de asesorías para sus propios programas. De acuerdo con la Contraloría General de la República, en valores de hoy se trata de más de 1.100 millones que cobró a cambio de servicios que nunca fueron respaldados o justificados. El informe de la comisión investigadora, en tanto, calcula una cifra similar, aunque incorporando los pagos correspondiente al sueldo.
Las asesorías brujas fueron señaladas en un examen a las cuentas de TVN realizado en 1990. En lo que respecta a Santis, el informe final de Contraloría dice lo siguiente:
“No existe evidencia de la forma como la firma aludida prestó las asesorías contratadas. Por el contrario (…), todo el personal que trabajó en dichos programas pertenecían a la dotación estable de la empresa, o bien, fue contratado sobre la base de honorarios”.
Entre otros aspectos anómalos, el mismo informe de Contraloría destaca que si bien Santis comprometió la asesoría de una empresa en la que no tiene participación legal, quienes aparecen cobrando los cheques son el propio animador y dos personas identificadas como Flavio y Gustavo Santis.
Citando los antecedentes proporcionados por Contraloría, el informe de la comisión especial investigadora de la Cámara de Diputados señala lo siguiente sobre el caso Santis:
“El director de Televisión Nacional de esa época (general Carlos Krumm, procesado actualmente por el asesinato del coronel Gerardo Huber) no sometió los controles al trámite de toma de razón ni dictó las resoluciones exigidas por las normas que el organismo contralor ha dispuesto”.
Alati Comunicaciones Ltda., la empresa de asesorías que contrató TVN por intermedio del animador, figuraba entonces a nombre del matrimonio conformado por Juan Guillermo Hurtado y Verónica Escudero Ramos. Esos nombres volverán a cobrar figuración pública unos años después.
A mediados de los ‘90, cuando Hurtado era fiscal y subdirector de la Dirección General del Crédito Prendario, DICREP, apareció vinculado al otorgamiento irregular de millonarios créditos en la también llamada ‘Tía Rica’. Entonces ese organismo público estaba bajo la dirección del abogado Guillermo Arenas, quien actualmente es investigado por las irregularidades detectadas en una licitación en que se favoreció a la empresa india Tata, mientras aquél encabezó el Registro Civil.
Consultado por CIPER acerca de las acusaciones contenidas en el informe de la comisión investigadora que indagó la situación de TVN, Santis declinó a referirse al tema.
En noviembre de 1990, a siete meses de que se constituyera la comisión investigadora sobre TVN, el Parlamento aprobó por amplia mayoría el informe de la misma. Con tres excepciones, diputados de gobierno y oposición concurrieron con su voto para respaldar una investigación que pintaba una situación indignante.
Consigna el informe que el canal público fue objeto no sólo de malas decisiones programáticas y financieras. Además sugiere malversaciones de dineros y cuestiona el modo en que se enajenó su patrimonio y su permanente utilización política.
Sobre este último punto, aparte de cuestionar la parcialidad y afán comercial de noticieros y programas proselitistas como “Gracias Presidente”, “Misión cumplida”, “Testimonios de una nación” y “Por Chile todo”, se destacó el acuerdo alcanzado entre TVN y la Fundación Nacional de la Cultura, a cargo de la hija mayor del general Pinochet.
El acuerdo, que se tradujo en que los funcionarios de TVN podían hacer uso de salas y talleres de la mencionada fundación de gobierno a cambio de avisos publicitarios, generó pérdidas para el canal por $888.700.766 de la época.
Pero los cuestionamientos más serios apuntan a la probable malversación de dineros. Uno de los casos sugeridos corresponde al de César Antonio Santis. Otro dice relación con desproporcionadas rebajas publicitarias y venta de avisos a través de intermediarios, que luego eran revendidos a precios notoriamente superiores. En el primer caso, se consignó que “cerca de doce importantes avisadores contrataron la suma de $5.384.000.000, pero sólo se pagaron $638.000.000, con un promedio de 88.46 por ciento de descuento”.
Frente al cuadro descrito, la comisión puso de relieve dos puntos. El primero indicaba que TVN estaba prácticamente en la quiebra. El segundo apuntaba a la necesidad de que la justicia tomara cartas en el asunto. Al respecto se lee que “existen numerosas situaciones irregulares que, en toda circunstancia, dan margen para iniciar acciones legales tendientes a establecer la responsabilidad de quienes han sido causantes de los graves daños patrimoniales ocasionados a la empresa”.
Sin embargo, pese a que los antecedentes sobraban, las acciones legales no prosperaron a la manera en que lo requirió el Parlamento.
Jorge Donoso, futuro presidente de TVN y entonces asesor del ministerio Secretaría General de Gobierno, recuerda que en ese entonces se optó por establecer acuerdos que privilegiaran la recuperación de parte de los montos defraudados por parte de directivos y gerentes que aparecían más comprometidos. En esta decisión, Donoso sostiene que “no me cabe duda que tiene que haber influido la decisión precaria de la transición”.
En esos días, en paralelo a las indagatorias sobre TVN, una segunda comisión especial investigadora de la Cámara Baja trabajaba en torno al caso conocido como Pinocheques. Éste involucraba de manera directa a Augusto Pinochet Hiriart, el hijo mayor del todavía comandante en jefe del Ejército, en una malversación por un millón de dólares de fondos fiscales.
Pero a fines de diciembre, a casi tres semanas de conocerse el informe sobre TVN, el Ejército protagonizó el llamado “ejercicio de enlace”, tendiente a inhibir la investigación que afectaba al hijo del general Pinochet. La maniobra del Ejército logró su cometido y pareció extenderse a otros ámbitos.
Pese a las evidencias, las acciones legales emprendidas por TVN fueron restringidas. Como lo señala el informe de la Cámara, dos de los procesos judiciales comenzaron en medio del trabajo de la comisión investigadora y en uno de ellos se llegó a acuerdo antes de que ésta concluyera.
Se trata de la acción presentada contra el ex gerente comercial Jorge Serrano Beza. Éste fue acusado de operar a través de un intermediario para cobrar la comisión por la venta de avisos. Tras el pago de 28 millones y medio de pesos, Serrano logró un acuerdo para cerrar del proceso en su contra.
No existen más antecedentes sobre acciones judiciales. La prensa sólo dio cuenta de la recomendación al respecto de los diputados y hoy el director ejecutivo de TVN, Daniel Fernández Koprich, al ser requerido para entregar información sobre querellas y actas del directorio de la época, señala que “los antecedentes requeridos, por el tiempo transcurrido, no se encuentran en nuestros archivos”.
La impunidad a los responsables del colapso financiero de TVN, especialmente aquellos que aparecían vinculados a la malversación de fondos públicos, pudo haber estado influido por otro factor político.
En los días en que fue a dado a conocer el informe, la situación financiera en TVN era insostenible. Su continuidad dependía de un millonario fondo público que la oposición se negaba a conceder. La discusión también iba aparejada con el proyecto para cambiar los estatutos legales del canal. En esto tampoco había acuerdo. La oposición quería privatizar la empresa y el oficialismo se negaba terminantemente. Sin embargo, el “ejercicio de enlace” coincidió con un giro drástico en las voluntades políticas.
Dos días después de que Pinochet alistara sus tropas, y a veinte de que se conociera el informe sobre TVN, sorpresivamente los senadores de oposición votaban a favor de un salvavidas por 2.500 millones de pesos para la estación pública.
Pese a las coincidencias, Jorge Donoso descarta que se haya negociado la impunidad para los responsables de irregularidades económicos a cambio de esos dineros. “No tuvo nada que ver una cosa con la otra. Lo que tratábamos en el Congreso eran los aspectos legales de TVN”, asegura el abogado DC, quien tomó parte activa de las mismas como asesor jurídico del ministerio Secretaría General de Gobierno, a cargo de Enrique Correa.
La transición chilena siguió su curso. TVN salvó su situación financiera y cambió estatutos legales, sin que se volviera a hablar de las razones de su crisis financiera. Como si no hubiese existido. Tan así fue que en 1994, a cuatro años del informe de la cámara, César Antonio Santis volvió a las pantallas de TVN y realizó cinco programas en el resto de esa década. El último de ellos se transmitió en 2000 con el nombre de Esos locos bajitos. Entonces desapareció del mapa televisivo y ahora, ocho después de su última experiencia, vuelve a decir “Qué tal amigos” por el canal del Senado.
César Antonio Santis es una de varias figuras contenidas en la propuesta que se adjudicó la licitación sobre el canal del Senado. En la nómina aparecen nombres como Juan Guillermo Vivados, José Luis Reppeling, Libardo Buitrago, Raúl Sohr, Sergio Campos y Sebastián Jiménez, alias “Lindorfo”. Pero el punto de conflicto no estuvo precisamente en los nombres.
La última semana de noviembre, una vez que se publicó la propuestas ganadora, el diario electrónico El Mostrador dio a conocer la disputa suscitada entre las dos empresas que actualmente administran TV Senado y que se presentaron, indistintamente, de manera separada y conjunta a la licitación.
Mediante una solicitud de revisión, Evans y Thiel Producciones acusó a Herman De Rodt y Cia Ltda. de haberse adjudicado el negocio mediante una propuesta económica que “no nos parece seria ni coherente”.
Esta última empresa pertenece al experto en comunicaciones del mismo nombre. Y a través de Atel Cine Limitada, también de su propiedad, ha trabajado en varias de las campañas electorales de la UDI, incluida la candidatura presidencial de Joaquín Lavín. Hasta diciembre último prestó servicios en TV Senado, en alianza con la productora de Enrique Evans. Su propuesta para el periodo 2009-2012 consideró ampliar de 46 a 88 horas de transmisión, de las que 58 se reservan a las actividades del Senado propiamente tal. La oferta consideró un monto de $58.800.000 mensuales, la más baja de las propuestas.
La adjudicación a la empresa de Herman De Rodt también generó inquietud entre algunos senadores oficialistas, quienes cuestionaron que el proceso haya sido visto únicamente por un comité de cuatro honorables y solicitaron una comisión especial para tratar el tema.
La suerte, sin embargo, ya está echada. La Comisión de Régimen Interno ratificó el proyecto de De Rodt. A ello se suma otro conflicto menor vinculado al mismo tema. Como informó El Mostrador en el citado artículo, Hernán Precht, ex conductor de TV Senado, acusó haber recibido malos tratos por parte de Hernán Iturriaga Neumann, ex gerente de TVN en tiempos de Pinochet y actual coordinador entre el Senado y la producción del canal televisivo.
El incidente, que dio pie a la apertura de un sumario, se haría generado cuando el primero quiso saber detalles sobre el resultado de la licitación. A través de una carta, Precht y el también conductor de TV Senado Guillermo Holzman, vinculados contractualmente a la productora de Enrique Evans, se quejaron por haber sido incluidos sin su consentimiento en la oferta de rostros de la productora que se adjudicó el negocio.
Herman De Rodt, en tanto, no atendió los llamados de CIPER para conocer su versión.