DIRECTORIO DE CHILE TRANSPARENTE LE PIDIÓ QUE RENUNCIARA A LA PRESIDENCIA
Los reportes de Mossack Fonseca que develan su relación con Gonzalo Delaveau
05.04.2016
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DIRECTORIO DE CHILE TRANSPARENTE LE PIDIÓ QUE RENUNCIARA A LA PRESIDENCIA
05.04.2016
“Nos tomamos estas acusaciones muy seriamente y pueden esperar que se tomen acciones hacia el final del día”. Esa era la respuesta que Transparencia Internacional (TI) daba el lunes 4 de abril a los chilenos que, a través de las redes sociales, pedían explicaciones luego de que CIPER revelara esa mañana que el abogado Gonzalo Delaveau, presidente del capítulo local de esa ONG, Chile Transparente, aparecía entre los chilenos vinculados a sociedades en paraísos fiscales gestionadas por el bufete panameño Mossack Fonseca (ver reportaje de CIPER).
Antes del final del día el abogado Delaveau había renunciado a su cargo, el que de todos modos le correspondía dejar próximamente. En entrevistas radiales, el abogado Delaveau insistió en que no había nada opaco ni oculto en su actuar. Y fue en la tarde del mismo lunes, en entrevista con radio Cooperativa, que el abogado afirmó haber presentado él mismo su renuncia ese mediodía. Sin embargo, uno de los directores de Chile Transparente aseguró a CIPER que en realidad fue el directorio el que en su reunión de las 17:30 le pidió que renunciara. Y se entiende, se adelantaron así a consecuencias más graves que ponían en riesgo el capítulo chileno de Transparencia Internacional.
La secuencia de hechos indica que casi simultáneamente a que el directorio de Chile Transparente le pidiera la renuncia a Gonzalo Delaveau, en la sede del organismo se recibió el correo electrónico que les envió el presidente de Transparencia Internacional, el peruano José Ugaz, preguntando si ya se había solucionado el problema de Delaveau, pues de lo contrario entendería que el capítulo chileno no estaba en condiciones de representar a TI.
El martes 5 de abril, en un comunicado firmado por el mismo Ugaz, Transparencia Internacional informó que había alcanzado a iniciar el proceso de suspensión de Chile Transparente, el que fue paralizado con la renuncia de Gonzalo Delaveau. En ese comunicado, Ugaz explicó: “Aunque Delaveau no está acusado de actividades ilegales y puede ser capaz de explicar sus actividades, para nosotros ese no es el punto. No todas las compañías secretas son ilegales, pero muchas son usadas para esconder flujos de dinero y para apoyar actos de corrupción”.
Transparencia Internacional fue una de las primeras organizaciones en reaccionar a “The Panama Papers”, la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) lanzada este 3 de abril con la participación de más de 370 periodistas de todo el mundo –entre ellos CIPER– que tuvieron acceso a documentos de una de las empresas más grandes en la creación de sociedades en paraísos fiscales, Mossack Fonseca.
“La investigación The Panama Papers desenmascara el lado oscuro del sistema financiero global donde bancos, abogados y profesionales de las finanzas crean compañías secretas para esconder dineros ilícitos. Esto debe terminar. Los líderes mundiales deben unirse y prohibir estas compañías secretas que alimentan la gran corrupción y permiten al corrupto beneficiarse de riquezas obtenidas de mala manera”, dijo José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional. Y agregó que quienes ayudan a las empresas a mantenerse ocultas deben ser sancionados.
El abogado Delaveau es director de la minera canadiense Andes Copper, dueña en Chile del proyecto Vizcachitas. La empresa está vinculada a al menos cinco sociedades domiciliadas en el paraíso fiscal de Bahamas, en las que Mossack Fonseca es agente y que en Chile están representadas por Delaveau: Turnbrook Corporation, DK Corporation, Heatlhey International Inc., Turnbrook Mining Ltd. y Vizcachitas Ltd.
“Estas estructuras pueden no gustar, pero son perfectamente legales”, dijo el abogado en radio Duna antes de dejar su cargo, argumentando que se habían utilizado paraísos fiscales para evitar la doble tributación, algo que ya no era necesario. Manifestó sorpresa por los vínculos que se han revelado de Mossack Fonseca con personajes y hechos corruptos, pues siempre la consideró una empresa seria. “Puedo parecer inocente, pero me sorprende muchísimo, uno trabajaba con ellos porque eran responsables, hacían los due dilligences, etc”, afirmó.
Lo cierto es que no siempre fue así. Por ejemplo, Turnbrook Corporation fue creada en 2006 y recién tres años más tarde Mossack Fonseca comenzó a pedirle a Delaveau los documentos relativos a la sociedad domiciliada en Bahamas. De acuerdo a los registros del bufete a los que tuvo acceso CIPER, el 4 de mayo de 2009 el departamento de Compliance de Mossack Fonseca le escribió informando que no tenían documentación relativa a Turnbrook ni a Cape Horn Group Limited, y que las nuevas normas de lavado de activos les exigían tener los documentos de due dilligence (debida diligencia) de todos sus clientes.
Ambas sociedades eran administradas por Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz, estudio jurídico del que en ese año 2009 era socio Delaveau. Los socios principales del estudio eran en ese momento los abogados Roberto Guerrero, Carlos Olivos, el entonces senador Jovino Novoa (se desvinculó en medio del caso Penta-SQM, por el que fue luego condenado) y el ex canciller de Pinochet, Hernán Felipe Errázuriz. Mossack Fonseca les pedía enviar copia del pasaporte de los socios de la empresa, carta de referencia bancaria, carta de referencia profesional, además de firmar un contrato. Como Delaveau no respondía, le insistieron dos semanas más tarde, a lo que el abogado replicó:
“La verdad es que aunque entendemos sus requerimientos, no estamos acostumbrados a entregar el tipo de información solicitado por cuanto somos un reconocido estudio de abogados. Es por ello que hemos solicitado la información requerida a los dueños de las respectivas sociedades”.
Pero los verdaderos dueños de las sociedades tardaron en responder y los ejecutivos de Mossack Fonseca le insistieron a Delaveau una y otra vez por email y por teléfono que necesitaban tener los papeles de los clientes. En agosto, tres meses después del requerimiento original, el abogado chileno respondió que los socios se estaban reorganizando, y en noviembre, que en una semana resolverían el tema de las participaciones accionarias. En mayo, cuando ya había pasado un año de la solicitud de Mossack Fonseca, Delaveau se excusó diciendo que aún no recibía los documentos de los clientes. Hasta ese momento, para Mossack Fonseca el cliente era Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz y desconocía quiénes era los verdaderos dueños de las sociedades.
Recién el 9 de julio Delaveau contestó algo concreto. Describió la ingeniería societaria que pensaban hacer sus clientes en los paraísos fiscales: la dueña de Turnbrook era Gemma Properties Group Ltd., una sociedad de las Islas Vírgenes Británicas (BVI), que a su vez era propiedad de los clientes de Delaveau. Harían un canje de acciones para que Turnbrook fuera dueña del 100% de las acciones de Gemma y los actuales accionistas de Gemma quedaran como propietarios de Turnbrook. “Los nuevos accionistas de Turnbrook serán, esencialmente, varias sociedades de BVI (Islas Vírgenes Británicas) las cuales, a su vez, son controladas por inversionistas chilenos”, describe Delaveau en un correo electrónico.
Luego la fórmula cambió, pero con el mismo objetivo. Una minuta de la junta de accionista de Turnbrook, firmada por los directores Eduardo Covarrubias Noé, Pedro Covarrubias Noé, Roberto Palumbo Ossa (abogado tributarista, ex dirigente RN) y el secretario Francisco Covarrubias Noé, da cuenta del cambio societario en que la firma de Bahamas tomó el control de Gemma, de las Islas Vírgenes. Los misteriosos accionistas eran: Devon Bay Group Ltd, Conrad Developers Inc, Genline Consulting Group Corp., Tomás Alberto Goldenberg Montt, Juan Pablo Goldenberg Montt y Eugenia Goldenberg Montt.
El reporte con que Mossack Fonseca registra los contactos con sus clientes fija la primera reunión con Roberto Guerrero –de Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz-, en marzo de 2003. En los registros filtrados se menciona que, en ese momento, el bufete chileno ya manejaba entre 10 y 20 sociedades domiciliadas mayoritariamente en Uruguay, Panamá e Islas Caymán. Sobre la reunión que sostuvo con Guerrero en Chile, la ejecutiva de Mossack Fonseca Betty Motta relató:
“Roberto Guerrero es muy cordial, de muy buena presencia, ama los libros antiguos, la buena comida y restoranes… Se le entregó la carta de apertura. Uruguay, Panamá y Caimán son las jurisdicciones que más utilizan. Actualmente mantienen entre 10 y 20 compañías activas. Se le explicó nuestra política de due dilligence. Se le presentaron todas nuestras jurisdicciones, fundaciones privadas; pagos on line y servicios de investigación de casos. También se le presentaron los servicios Athenaeun (administración y apertura de cuenta bancaria). Se comprometió a presentar los servicios de nuestra firma a sus socios. Estimo que tenemos cien por ciento de probabilidades de hacer negocios con esta firma, conocen el negocio y nuestros precios parecen muy atractivos. Comentario personal: el señor Guerrero recomienda excelentes lugares para encontrar libros antiguos y varios restoranes en Santiago. Tiene un departamento en Buenos Aires y le gustan sus restoranes”.
En 2008 figura el primer encuentro de un representante del bufete panameño con Gonzalo Delaveau. A esa reunión, Delaveau asiste acompañado de Jimena Bronfman, la abogada que sería jefa jurídica del Ministerio de Minería durante la administración de Sebastián Piñera y que hoy está formalizada por falsificación de instrumento público en la fallida licitación del litio. Según el reporte panameño, las principales preguntas que los chilenos mencionaron recibir de sus clientes estaban referidas a estructuras tributarias. El representante de Mossack Fonseca, Amauri Batista, escribió:
“Conversamos sobre planificación tributaria debido a que la señora Bronfman es una especialista y preguntaron si podíamos ayudar en casos que requieran complementar con planificación tributaria offshore… Conversamos brevemente sobre nuestros nuevos servicios, otras jurisdicciones como Nevada y el Reino Unido, y trust y fundaciones. Le dejamos nuestra brochure y un lápiz HK para ellos”.
En 2011, en una nueva reunión de Gonzalo Delaveau con dos representantes de Mossack Fonseca, Carmen García (chilena) y María Luján Gonzales, el problema de los due dilligence volvió a emerger:
“(Delaveau) dijo que el servicio había sido bueno, pero que tuvo muchísimos problemas para completar el due diligence, tanto así, que finalmente se inscribió él mismo como cliente, ya que los otros abogados de la oficina, especialmente el Sr. Guerrero, se habían negado a recolectar todos los papeles que pedían de Panamá”, señala el reporte.
En 2012, cuando Delaveau dejó el estudio Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz, se “llevó” a su nuevo estudio -Aninat Schwencke & Cia.- a los cinco clientes de los cuales Mossack Fonseca era agente. El traspaso generó desorden en los pagos y con la excepción de Vizcachitas, las otras cuatro sociedades estaban morosas y figuraban como “struck off” (dadas de baja). Desde Panamá se contactaron con su representante en Chile, Juan Cristóbal Recart, quien quedó en hablar con Delaveau, “un viejo amigo”. Tras conversar con él, en mayo de 2013, Recart respondió que todas las sociedades estaban vigentes y con “activos de mucho valor en Chile”, que se habían pagado los honorarios y que era necesario revertir el status y activarlas.
Pero las empresas de Mossack Fonseca no son las únicas sociedades en paraísos fiscales con las que ha trabajado Delaveau. En julio del año pasado, CIPER publicó un reportaje sobre los negocios de Cecilia Bolocco, los que incluyen una sociedad en las Islas Vírgenes llamada Development & Investment Ltd. Ésta era representada en las juntas de accionistas por Delaveau, aunque él dijo no recordarla (ver reportaje).
En la base de datos del Diario Oficial hay también otros registros de negocios de Delaveau como abogado con sociedades en paraísos fiscales en distintos periodos. En 1996, por ejemplo, era socio de Regional Mining International Inc(BVI) en Inversiones Mineras Regional Mining Chile Limitada; en 1998 era socio de Western Pacific Carrizal Alto Corp (BVI) en Minera Western Pacific Carrizal Alto Limitada; en 2001 representaba a Amtec.net(Islas Caymán);en 2008 representaba a Mecapat International LLC (Delaware) y a Hodge Financial Inc (BVI); y en 2009 era socio de Varney Finance Corp (BVI) en Varney Finance Chile Limitada, por mencionar algunas.
Pocas horas después de que CIPER publicara el primer reportaje con la arista chilena de los clientes de Mossack Fonseca, el Servicio de Impuestos Internos (SII) emitió un comunicado anunciando que profundizará un seguimiento exhaustivo de los chilenos con sociedades offshore “para verificar el correcto y cabal cumplimiento de las obligaciones que les correspondan en materia de tributación internacional”. El comunicado se explaya largamente en todas las acciones que ha emprendido el SII para fiscalizar la evasión tributaria y estar al día con la normativa internacional en la materia.
Lo que el SII no dice es que en 2014 obtuvo del organismo tributario francés una copia de la llamada “Lista Falsciani”, con la nómina de los chilenos que tenían cuentas bancarias en la sucursal del Banco HSBC en Suiza. CIPER publicó parte de esa nómina en febrero de 2015, como socios de otro proyecto de ICIJ llamado Swissleaks (ver reportaje). En esa ocasión, la reacción del SII también fue anunciar una fiscalización exhaustiva, de la cual nunca se conocieron resultados.
Al contrario, el SII promovió el uso de una indicación de última hora a la reforma tributaria que permitía a todos quienes tuvieran fondos en el extranjero no declarados en Chile regularizar su situación pagando sólo una tasa de 8%. Un blanqueo que el gobierno celebró, pues le significó recaudar US$1.500 millones. Una pequeña porción de lo que esos fondos hubieran tenido que pagar si hubieran cumplido las normas tributarias o si el SII hubiera fiscalizado, cobrando multas e intereses.
Más aún: según un reportaje de revista Qué Pasa, el SII recomendó explícitamente a los clientes del HSBC en Suiza acogerse al beneficio de la repatriación de capitales (ver reportaje).