LA OTRA CANCHA DONDE SE JUEGA EL FÚTBOL: PARAÍSOS FISCALES
“The Panama Papers”: secretos de la FIFA, Messi y los pagos ocultos de la Real Sociedad
03.04.2016
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LA OTRA CANCHA DONDE SE JUEGA EL FÚTBOL: PARAÍSOS FISCALES
03.04.2016
Entre los más de 11 millones de documentos secretos del bufete de abogados panameño Mossack Fonseca, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y los medios asociados en esta investigación, descubrieron múltiples registros de sociedades offshore que involucran a jugadores, dueños de equipos y dirigentes del fútbol internacional.
Los documentos de Mossack Fonseca, una firma que se especializa en asesorías para la creación de sociedades asentadas en países de baja o nula tributación, incluyen los nombres de cerca de 20 futbolistas de alto perfil y de representantes de algunos de los más famosos clubes de fútbol del mundo, entre ellos el Barcelona, Manchester United y Real Madrid.
Los papeles panameños revelan además las relaciones comerciales entre un miembro del Comité Independiente de Ética de la FIFA, Juan Pedro Damiani, con tres acusados en el escándalo de corrupción que el 2015 remeció al fútbol mundial: el ex vicepresidente de la FIFA Eugenio Figueredo y los empresarios argentinos Hugo y Mariano Jinkis.
Los registros que fueron filtrados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos por el ICIJ con medios de comunicación de 76 países, revelan que la sociedad de Juan Pedro Damiani trabajó para al menos siete compañías offshore vinculadas al uruguayo Eugenio Figueredo. El ex vicepresidente de la FIFA está acusado por autoridades de Estados Unidos por fraude y lavado de dinero en la conspiración de sobornos que se está investigando.
Los archivos del bufete panameño muestran que la sociedad de Damiani servía como intermediaria para una compañía constituida en Nevada (EE.UU.), vinculada a los empresarios argentinos Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo, acusados de pagar decenas de millones de dólares en sobornos para adjudicarse los derechos de transmisión de campeonatos de la FIFA en Latinoamérica.
Si bien esos documentos no muestran que Damiani o su firma hayan incurrido en comportamientos ilegales, sí plantean nuevas preguntas para el miembro del Consejo Independiente de Ética de la FIFA y para el propio organismo rector del fútbol mundial, en un momento en que el nexo entre el secretismo offshore y la corrupción se ha vuelto un serio problema en el deporte más popular del mundo.
Damiani, presidente de Peñarol de Uruguay, uno de los clubes más importantes de Latinoamérica, dijo que su firma no mantiene “ninguna relación profesional” con personas de la FIFA acusadas por la investigación en EE.UU. Pero no respondió sobre sus relaciones profesionales previas con gente acusada en ese juicio.
Un vocero del Comité Independiente de Ética de la FIFA confirmó, sin embargo, que Damiani les informó el 18 de marzo que tenía lazos financieros con Figueredo. Esto fue un día después de que ICIJ y sus reporteros asociados le enviaran a Damiani preguntas detalladas sobre el trabajo de su firma de abogados para compañías ligadas al ex vicepresidente de la FIFA.
El vínculo de Damiani con Mossack Fonseca no se limita solo al ámbito de la FIFA. Los registros dan cuenta de que la firma de Damiani –J.P. Damiani y Asociados– ha actuado como intermediaria de cientos de sociedades registradas en el portafolio del bufete panameño.
Los archivos filtrados dejan en evidencia que lo que a menudo es llamado “el juego hermoso”, también podría ser denominado el juego de las corporaciones de fachada y los paraísos fiscales. Los documentos develan entidades offshore utilizadas por varios futbolistas, dueños de equipos, directivos de ligas, agentes deportivos y clubes de fútbol para mover dinero offshore.
Estos hallazgos son el resultado de una investigación de un año realizada por el ICIJ, el diario alemán Süddeutsche Zeitung y otros medios asociados (entre ellos CIPER). Los periodistas que indagaron en los más de 11 millones de registros de los archivos internos de Mossack Fonseca se encontraron con nombres tan importantes como el del mejor jugador del mundo: el rosarino Lionel Messi.
La estrella del Barcelona, cinco veces premiado como jugador del año, y su padre, Jorge Horacio Messi, están acusados en España por haber utilizado compañías offshore en Bélice y Uruguay que les permitieron no pagar millones de dólares en impuestos.
Además de las compañías que las autoridades españolas ya les habían detectado en Bélice y Uruguay, los registros del bufete Mossack Fonseca revelan que Messi y su padre eran propietarios de otra compañía más en Panamá: Mega Star Enterprises.
La primera referencia a esta nueva compañía aparece en los archivos de Mossack Fonseca el 13 de junio de 2013, un día después de que los fiscales españoles establecieron cargos de fraude tributario contra los Messi. En un correo electrónico se indica que la responsabilidad de manejar esta compañía estaba siendo transferida a Mossack Fonseca desde otro agente offshore.
Menos de dos semanas después, el 23 de junio de 2013, en los registros aparece la primera mención a los Messi como dueños de Mega Star. A través de su padre, Lionel Messi rechazó hacer comentarios para esta investigación.
La información contenida en los archivos de los abogados panameños también incluye sociedades offshore de ex dueños de al menos 20 grandes clubes de fútbol, entre ellos el Inter de Milán y Boca Juniors de Argentina.
Aunque los futbolistas y los dirigentes de clubes son por lejos los nombres del mundo del deporte que más se repiten en los documentos filtrados, estos también incluyen a atletas actuales y en retiro de otras disciplinas.
“A través de los años, hemos visto una penetración cada vez mayor de las finanzas offshore en los deportes, lo que creemos va en detrimento del juego”, dijo George Turner de la Tax Justice Network, un grupo con base en Londres que aboga por la justicia en los impuestos. Y acotó: “Si la competencia deportiva la estamos alejando de la habilidad y el talento de los jugadores, y la estamos llevando al talento y a la habilidad de contadores, abogados, banqueros y ejecutivos, pronto el deporte se convertirá en algo sin interés”.
El escándalo de corrupción de la FIFA estalló en 2015 cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó que empresarios habrían sobornado a dirigentes del fútbol para obtener términos favorables en los derechos de transmisión de torneos del organismo mundial de ese deporte.
Cuatro de los 16 directivos de la FIFA acusados en Estados Unidos utilizaron compañías offshore creadas por Mossack Fonseca, al igual que cuatro empresarios vinculados al mismo caso de corrupción en el fútbol, según muestran los registros filtrados.
Dos de los empresarios acusados en Estados Unidos de fraude y lavado de dinero en este escándalo –Hugo y Mariano Jinkis-, aparecen vinculados en estos registros a la compañía Cross Trading S.A., originalmente constituida en la pequeña isla de Niue, en el Pacífico, en 1998. Ocho años más tarde, en 2006, se cambió a Nevada como Cross Trading LLC. En los registros filtrados Hugo Jinkis aparece como “beneficiario” de la compañía cuando ya se instaló en Nevada.
Esos mismos archivos muestran que la firma de Juan Pedro Damiani trabajó para Cross Trading tanto en Niue como en Nevada, manejando la correspondencia de esta sociedad offshore y asesorándola sobre si tendría que pagar impuestos en Nevada. Luego de que la compañía se mudara a Nevada, los registros identifican a Damiani como “beneficiario principal” de Cross Trading, pero no está claro lo que eso significa. Es posible que haya sido designado en esa posición temporalmente, mientras la nueva estructura de la compañía estaba siendo organizada.
Los vínculos de Damiani con Cross Trading no eran inusuales. De acuerdo a los documentos filtrados, Damiani y su firma –J.P. Damiani y Asociados– actuaron como intermediarios para cientos de compañías registradas con Mossack Fonseca.
Entre ellas hay cinco compañías offshore propiedad del uruguayo Eugenio Figueredo, el ex vicepresidente de FIFA arrestado en Zurich en mayo de 2015. La firma de Damiani también actuó como intermediaria para una compañía sobre la que Figueredo tenía autoridad como abogado y otra para la cual el mismo dirigente y miembros de su familia servían como directivos y directores.
Figueredo ha sido acusado de formar parte de un complot de sobornos en el que ejecutivos de medios de comunicación y marketing debían pagar más de US$100 millones a cambio de los derechos de la Copa Libertadores, la Copa América y la Copa Sudamericana.
En otro juicio que se abrió en Uruguay, Figueredo ya se declaró culpable de fraude y lavado de dinero.
Una de las más grandes figuras del fútbol mundial que aparece en los documentos del bufete panameño, es Michel Platini, quien fuera estrella de la selección de fútbol de Francia y uno de los dirigentes clave en el escándalo de la FIFA en 2015. Platini recurrió a Mossack Fonseca para que lo ayudaran a administrar una compañía offshore creada en Panamá en 2007, el mismo año en que fue nombrado presidente de la Asociación Europea de Fútbol (UEFA). Platini tenía autoridad total para controlar la sociedad Balney Enterprises Corp., que seguía activa en marzo de 2016, según el registro comercial de Panamá.
Platini, miembro de larga data del Comité Ejecutivo de la FIFA, ya ha sido castigado con una suspensión de seis años para ocupar cargos directivos, debido a un sospechoso pago de US$2 millones que recibió de la FIFA en 2011.
Un abogado de Platini dijo que su cliente es ciudadano suizo y destacó que sus “cuentas bancarias, inversiones y bienes son conocidos por las autoridades suizas”.
Jérôme Valcke, secretario general de la FIFA desde 2007 hasta que fue suspendido por acusaciones de corrupción en septiembre de 2015, también aparece en los documentos filtrados. Valcke figura como dueño de una compañía de las Islas Vírgenes Británicas: Umbelina S.A., creada en julio de 2013.
“Publiquen lo que quieran”, escribió Valcke en un correo electrónico en el que respondió a las preguntas para este artículo. “La compañía ya no existe y nunca tuvo fondos propios, nunca tuvo una cuenta bancaria y nunca tuvo actividad comercial alguna”.
Los archivos de Mossack Fonseca también proveen detalles sobre los contratos de transmisión de torneos por televisión suscritos por los dirigentes de la Conmebol, la confederación de fútbol de Sudamérica, con compañías acusadas por las autoridades de Estados Unidos de pagar sobornos. Los hombres que firmaron estos contratos por la Conmebol –su ex presidente Nicolás Leoz y su ex secretario general Eduardo Deluca– fueron acusados por la justicia de EE.UU. en noviembre.
Los jugadores de fútbol que aparecen en los archivos de Mossack Fonseca son de Brasil, Uruguay, Reino Unido, Turquía, Serbia, Holanda y Suecia, entre otros países. La mayoría habría usado los servicios de la firma para crear sociedades offshore destinadas a guardar el dinero que ganaban vendiendo sus derechos de imagen a compañías de ropa deportiva y otras empresas publicitarias.
Lionel Messi y su padre, quien ejercía de representante de su hijo, irán a juicio a partir del 31 de mayo por cargos de fraude tributario. Messi ya pagó impuestos atrasados al gobierno español correspondientes a los años 2007–2009. Y está acusado de no haber pagado casi US$6,5 millones en impuestos al escudar en una red offshore el dinero que percibió por sus derechos de imagen. Messi niega haber intentado engañar en forma deliberada a las autoridades fiscales.
Mega Star Enterprises, la compañía offshore que al menos desde 2013 está en manos de Messi y su padre, no ha sido mencionada en las acusaciones del gobierno español por los tributos adeudados en 2014 y 2015. Los registros filtrados de Mossack Fonseca muestran que Messi firmó un documento que refleja su estatus de dueño de Mega Star, pero que su padre, Jorge Messi, se convirtió en el único propietario de la compañía en diciembre de 2015. La sociedad está activa en el registro oficial de Panamá.
Messi no es el único futbolista connotado que ha utilizado los refugios offshore. Entre los otros nombrados en los archivos secretos figura también el chileno Iván Zamorano, que aunque ya está retirado fue incorporado por la FIFA en la nómina de los 100 mejores jugadores históricos aún vivos.
Los derechos de imagen de Iván Zamorano eran administrados por la sociedad offshore Fut Bam International Ltd. cuando era un jugador estrella del Real Madrid en la década del ‘90. Fut Bam fue constituida en 1992 en las Islas Vírgenes Británicas, que tiene una tarifa efectiva de impuestos cero. En los registros filtrados Zamorano figura como su dueño. La sociedad está inactiva desde 2005.
Fut Bam otorgó custodia temporal de sus derechos de imagen al Real Madrid a cambio de un pago total de 195 millones de pesetas (aproximadamente US$1,3 millón). El club debía pagar a Fut Bam 45 millones de pesetas en 1993 y otras 50 millones de pesetas (US$330 mil) entre 1994 y 1996.
Otro jugador que aparece en los registros de Mossack Fonseca esel argentino Gabriel Iván Heinze, ex zaguero del Manchester United y del Real Madrid, entre otros equipos.
En 2005, cuando estaba fichado en el Manchester United, Heinze creó Galena Mills Corp., también en las Islas Vírgenes Británicas. Ese mismo año firmó un contrato con Puma AG, empresa que le garantizó pagos por al menos US$1 millón durante cinco años. Los pagos de Puma fueron canalizados a través de esa compañía offshore. En los registros la madre de Heinze figuraba como dueña de la sociedad.
El trato con Puma terminó en 2008, pocos meses después de que Heinze se uniera al Real Madrid. Los archivos de Mossack Fonseca también muestran que el ex futbolista tenía una cuenta en el banco suizo UBS.
Un portavoz de Heinze dijo que “el establecimiento de Galena Mills fue parte de una estrategia de sucesión (herencia), solo en caso de que algo malo le pase a Heinze”. Y agregó que esa sociedad “pagó todos los impuestos necesarios” en los países donde debía tributar.
Los documentos secretos también dejan al descubierto cómo el club Real Sociedad de España pagó a sus jugadores con una fórmula que al parecer permitía que tanto esa institución como los futbolistas redujeran sus impuestos.
El club Real Sociedad pagó millones de dólares cada año a los jugadores extranjeros de su plantel, pero los futbolistas reportaron solo una fracción de esos ingresos al gobierno español. Así, como lo indican los archivos del bufete panameño, siete de los jugadores extranjeros del club español cobraron entre 2000 y 2008 a través de compañías y bancos en Nuie, Panamá, Islas Vírgenes Británicas, Holanda, Suiza y Jersey en las Islas Channel.
A las autoridades españolas se les dijo que Darko Kovacevic, un conocido futbolista serbio, ganaba alrededor de US$2.000 al mes en la Real Sociedad durante la temporada 2006-2007. Así lo informó el diario electrónico ExtraConfidential.com, que en diciembre publicó parte del reporte de la investigación de un fiscal español. En cambio, los archivos de Mossack Fonseca revelan que el equipo pagó a Kovacevic alrededor de US$1,4 millón esa misma temporada, a través de la sociedad IMFC Licensing en Holanda.
El gerente general de la Real Sociedad, Iñaki Otegi, rehusó responder preguntas para esta investigación. Pero el encargado de prensa del club dijo: “(Otegi)me pidió que le llame a usted y le diga que este tipo de práctica, de usar compañías en el extranjero para remunerar a los jugadores extranjeros, fue y es una práctica común en todos los clubes de fútbol españoles”.
* Bastian Obermayer contribuyó en el reporteo de este reportaje y el Diario ABC Color de Paraguay en la traducción al español.