LA INVESTIGACIÓN APUNTA AL CORAZON DEL GRUPO Y ES SU MAYOR DOLOR DE CABEZA
Radiografía a las denuncias de Hugo Bravo sobre fraude tributario en las empresas PCR de Penta
17.10.2014
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LA INVESTIGACIÓN APUNTA AL CORAZON DEL GRUPO Y ES SU MAYOR DOLOR DE CABEZA
17.10.2014
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Tres años antes de que el ex director del Banco Penta y ex gerente general de Empresas Penta, Hugo Bravo López, involucrara a los dueños del Grupo Penta –Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín- en una investigación por fraude tributario, el Servicio de Impuestos Internos (SII) recibió una denuncia formal acerca de que una de las empresas del holding habría evadido el pago de tributos. La acusación la formuló en 2011 el empresario Jorge Charbín Lautaris, socio minoritario de Penta en la empresa PH Glass, dedicada a la elaboración de productos de vidrio. Aunque la fórmula de evasión tributaria que denunció Charbín se circunscribe sólo a PH Glass, se trata del mismo mecanismo que ahora ha descrito Hugo Bravo y que, según su versión, se habría utilizado en varias empresas del Grupo Penta, lo que supuestamente ha provocado una multimillonaria pérdida al Fisco.
El abogado Giorgio Marino, representante de Jorge Charbín, aseguró a CIPER que la investigación por la denuncia presentada en 2011 no avanzó ni un milímetro en el SII. Eso fue así hasta que el fallecido ex martillero Jorge Valdivia cayó en la investigación que sigue la fiscalía por fraude al Fondo de Utilidades Tributarias (FUT). Valdivia, coludido con funcionarios del SII, reclutaba contribuyentes dispuestos a recibir devoluciones de impuestos indebidas. Poco antes de morir, en julio de este año, entregó al Ministerio Público un disco duro con información de las operaciones en las que había participado. Varias de ellas estaban relacionadas con personas y sociedades del entorno del Grupo Penta. Así aterrizó el nombre de Hugo Bravo en la carpeta de la fiscalía: fue acusado de obtener devoluciones de impuestos fraudulentas por $260 millones de sus empresas personales.
Hasta ahora las denuncias de Hugo Bravo que vinculan a Penta con el financiamiento de campañas políticas han acaparado la atención de la prensa. Pero el ingeniero comercial de la UC y ex director del Banco Penta, quien gozó de la confianza de los dueños de holding durante 35 años, ha dicho también que específicamente en la unidad de empresas productivas Penta Capital de Riesgo (PCR) se habrían desarrollado ilícitos tributarios de mayor gravedad. De comprobarse la veracidad de estas imputaciones, las eventuales sanciones y multas a que se expone el holding serían más severas que aquellas que arriesga por el financiamiento de campañas por vías paralelas a las del Servicio Electoral (Servel).
Fue The Clinic el que publicó un primer y potente indicio de que el principal problema para los dueños de Penta vendría por la vereda del posible fraude tributario más que por su generosidad con el mundo político. “Presentan querella contra Penta por presunta estafa en más de $2.000 millones” se tituló el artículo difundido por The Clinic el martes 14 de octubre (vea esa nota). En el texto se detalla la acusación de Jorge Charbín que involucra principalmente a Penta Capital de Riesgo (PCR) en el presunto abultamiento de gastos de la sociedad PH Glass y en la declaración de pérdidas anómalas, lo que habría permitido rebajar impuestos.
Aunque los negocios de Penta se desarrollan de manera preferente en el rubro de los servicios financieros y de salud privada, el holding también incluye un puñado de empresas productivas. Una de ellas es la vidriera PH Glass (vea su presentación en la web de Penta). La mayoría de estas sociedades son controladas a través de PCR, un brazo del grupo Penta que -según ha dicho Hugo Bravo- fue confiado por Délano y Lavín a otro histórico de su círculo de hierro: Horacio Peña Novoa.
Hugo Bravo sitúa en los primeros años de la década pasada el momento en que los controladores del grupo le dieron luz verde al proyecto de Horacio Peña y crearon Penta Capital de Riesgo (PCR). La idea de Peña, ha dicho Bravo, era comprar empresas productivas en peligro de quiebra, darles apoyo financiero, sanearlas y venderlas. El manejo de estas empresas se hizo a través de PCR y la sociedad Penta INF. CIPER solicitó una entrevista con Horacio Peña, a objeto de que se refiriera a la gestión de PCR y de las empresas productivas del grupo, pero en su oficina respondieron que no haría declaraciones mientras esté en curso la investigación reservada de la fiscalía.
Ex marino, ingeniero naval mecánico y magíster en Economía con mención en Finanzas de la Universidad de Chile, Horacio Peña (56 años) no es sólo un alto ejecutivo de Penta, sino más bien un socio estratégico de Délano y Lavín. Con ellos participa en el negocio inmobiliario. Por ejemplo, es propietario de una parte de la sociedad Inmobiliaria Miramar, que construyó y explota el Hotel Sheraton Miramar. También es propietario del 30% de la Administradora de Fondos Penta Las Américas, empresa que él creó y desarrolló y que integra el área Financiera del grupo, uno de los siete sectores en que está dividido el holding (los otros son Previsión, Seguros, Salud, Inmobiliario, Desarrollo y Tecnología).
Penta Capital de Riesgo depende del área de Desarrollo del grupo (vea la estructura del grupo), y funciona con la lógica de captar inversionistas. Es presentada en la web del holding como “una compañía orientada a la administración de fondos privados, cuyo objetivo es administrar compañías de manera de obtener altos retornos para los inversionistas”. Pero, según la versión de Hugo Bravo y la denuncia de Jorge Charbín, varias de estas empresas han estado lejos de conseguir “altos retornos” y sólo han arrojado millonarias pérdidas.
La misma web de Penta informa que dependen de PCR las empresas productivas Agrícola Gildemeister, Soldaduras Soltec, PH Glass y Plásticos Burgos. Un colaborador de Penta que fue consultado por CIPER indicó que esa información está desfasada porque, por ejemplo, la empresa Agrícola Gildemeister ya no se encuentra operando. En cambio, agregó, a esa lista habría que sumar dos empresas productivas que no figuran en la información oficial del grupo como dependientes de PCR: Arrimaq (dedicada al arriendo y venta de maquinaria para mover carga en bodegas) y Pet Packing (que produce envases de poliuretano).
La versión del ex gerente general de Empresas Penta, Hugo Bravo, señala que, desde mediados de la década pasada y hasta 2013, cuatro de las empresas PCR del Grupo Penta –PH Glass, Plásticos Burgos, Arrimaq y Pet Packing– recibieron aumentos de capital en operaciones financieras que hoy están en la mira de la fiscalía. La plana ejecutiva del grupo, sostiene Bravo, decidió aportar dinero a estas empresas bajo la figura de créditos. Una parte de esos dineros se usaba para contratar servicios de otras compañías de Penta. Como las cuatro empresas PCR presentaban pérdidas y balances deficitarios, finalmente esos créditos quedaban impagos y Penta los convertía en un incremento de su participación en la propiedad de las mismas empresas. Es decir, se pagaba de la deuda aumentando su participación y esto se presentaba como un aumento de capital. Al menos en el caso de PH Glass, este mecanismo además habría provocado la jibarización del socio minoritario.
Esta fórmula, ha explicado Bravo, permitía a las distintas empresas de Penta que participaban en la cadena acceder a beneficios tributarios. Unas aumentaban sus gastos y, de esa forma, rebajaban su base impositiva. Otras acumulaban pérdidas que luego se usaban para obtener devoluciones o rebajas de impuestos.
CIPER revisó registros oficiales relacionados con el desarrollo de las empresas PCR del holding, particularmente los referidos a aumentos de capital. Esos registros indican que estos incrementos de capital se podían concretar en efectivo o “mediante la compensación de créditos” otorgados a las empresas. Es decir, precisamente la fórmula que han descrito Charbín y Bravo a través de la cual Penta habría cambiado deudas por una mayor participación en la propiedad.
A juicio del ex director del Banco Penta, las pérdidas acumuladas por el conjunto de estas sociedades llegaron a sumar unos $80 mil millones y permitieron al Grupo Penta acceder a beneficios tributarios por un total que se aproximaría a $20 mil millones.
Un colaborador del Grupo Penta, que pidió la reserva de su nombre, rechazó tajantemente que las empresas PCR hayan sido creadas para evadir impuestos. Y destacó que de ninguna forma el total de las pérdidas que suman las empresas productivas del holding son recuperables con beneficios tributarios. Sólo en PH Glass, puntualizó, se han inyectado hasta ahora $16 mil millones y acusó a Bravo y Charbín de “hacer leña del árbol caído”.
Penta Capital de Riesgo fue constituida por los abogados Alfredo Alcaíno de Esteve y Daniel Cox Donoso en noviembre de 2003. Alfredo Alcaíno integra el círculo de colaboradores de extrema confianza de los dueños de Penta y dirige el estudio jurídico Alcaíno Abogados, que lleva todos los asuntos legales del holding. Daniel Cox es socio del mismo estudio. En la junta de accionistas de Penta Las Américas Administradora de Fondos de Inversión, que tuvo lugar el pasado 24 de junio, Daniel Cox aparece firmando el acta en representación de Empresas Penta y de Asesorías e Inversiones Alpairo (sociedad de Horacio Peña Novoa).
La versión de Hugo Bravo indica que Deloitte participó en la búsqueda y selección de empresas productivas que estuvieran en problemas financieros y necesitaran una inyección de recursos. Lo corrobora el abogado Giorgio Marino, quien cuenta que Deloitte se acercó inicialmente a Jorge Charbín para manifestarle el interés de Penta en el negocio de la vidriería. Después, las conversaciones las llevó directamente Horacio Peña, quien señaló a Charbín que para concretar el negocio Penta haría una selección de los activos que le interesaban. Con esos activos, en julio de 2006, nació PH Glass, empresa que se presenta como sucesora de Vidriería Argentina (vea su página web). En la nueva compañía quedó como socio minoritario Vidriería La Argentina S.A., de propiedad de Jorge Charbín, con un representante en el directorio. El Grupo Penta ingresó a la propiedad a través de Inversiones y Rentas PCR Glass (sociedad controlada por Penta INF), con cuatro miembros en el directorio.
En octubre de 2009, dos años antes de que presentara su acusación ante Impuestos Internos, Jorge Charbín demandó a Penta en un juicio arbitral. El empresario alegó que su participación en PH Glass cayó de 30% a 16% fruto de un millonario aumento de capital improcedente acordado por el socio mayoritario (Penta), acción que se habría ejecutado mediante una estrategia que incluyó el aumento de gastos innecesarios para generar pérdidas anómalas.
El juez arbitral Sergio Urrejola, presidente del Consejo de Defensa del Estado hasta marzo de este año, sancionó a Penta con 6.500 UF (unos $157 millones), dándole la razón a Charbín. En su fallo, dictado el 6 de junio de este año, Urrejola dio crédito al testimonio clave del auditor Carlos Muñoz Uribe, quien pulverizó los argumentos de los abogados de Penta.
«Que el testigo diga cómo sabe todo lo que ha declarado». La exhortación del abogado de Penta iba dirigida a Carlos Muñoz, auditor de Vidriería Argentinadesde 1996. De acuerdo con lo expuesto en las 182 páginas de la sentencia dictada por Sergio Urrejola, los abogados de Inversiones y Rentas PCR Glass -la sociedad de Penta que participaba en PH Glass- sostuvieron hasta el final que los aumentos de capital fueron indispensables para mantener a flote la fábrica, la que tras la crisis de 2008 vio caer sus ventas, aumentar la morosidad de sus clientes y habría dejado de ser atractiva para los créditos bancarios.
Un colaborador del grupo dijo a CIPER que Penta no sólo salvó la fábrica de la quiebra, sino que evitó que Charbín perdiera su casa en Lo Curro, que le pagaron $400 millones por el 70% de la empresa y que inicialmente pusieron $1.200 millones de capital.
El abogado de Charbín, Giorgio Marino, recuerda que en 2009 interpuso la denuncia ante Urrejola después que el directorio de PH Glass aprobó un aumento de capital de $4.200 millones, diluyendo la participación de su cliente. El alegato de Marino se basó en que el artículo 4º del «pacto de accionistas» establecía que Penta no podía acordar aumentos de capital que tuviesen como objeto diluir al socio minoritario. Pero el mismo artículo también se abría a la posibilidad de un aumento si existía «imposibilidad absoluta» de desarrollar el negocio por no existir acceso al crédito.
-Penta designaba a cuatro de los cinco directores y comenzaron a aumentar los gastos por medio de vender a PH Glass asesorías financieras innecesarias por $15 millones al mes y el arriendo de oficinas a Inmobiliaria Penta por $10 millones mensuales, en circunstancias que la empresa siempre ha tenido su planta en el mismo lugar y no se necesitaba arrendar más oficinas, por lo que se trataba de un gasto inexistente –afirmó Marino a CIPER.
Según la versión del abogado, «la empresa fue exprimida de sus utilidades con esta fórmula que significaba $25 millones al mes, vale decir $1.200 millones en cuatro años. Adicionalmente, se generaba un gasto para Penta, con el que podían ‘matar’ utilidades o aumentar pérdidas para recuperarlas tributariamente».
Un asesor de Penta aseguró a CIPER que el precio del arriendo se ajustó al mercado, porque se alquilaron 250 metros cuadrados amoblados en el barrio El Golf, debido a que la fábrica no tenía oficinas adecuadas para las gerencias. Agregó que se contrataron asesorías financieras porque se requerían especialistas en reestructuración de pasivos y financiamiento para levantar la empresa y luego venderla.
Pero las pruebas de Penta (balances y testigos) no convencieron al árbitro Sergio Urrejola, quien en su fallo expresó que las declaraciones del auditor Muñoz Uribe «revelaban un conocimiento a fondo de la cuestión controvertida».
¿Qué respondió el auditor Muñoz Uribe ante el juez-árbitro Sergio Urrejola? Reveló que “no existían condiciones para el aumento de capital en atención a que los estados financieros reflejaban un nivel de solvencia financiera suficiente».
-(Tribunal): ¿Tenía endeudamiento bancario la sociedad?, ¿tenía capacidad crediticia? ¿Sabe si la empresa solicitó créditos y si fueron negados?
-(Muñoz): La empresa poseía deudas bancarias, de la misma forma poseía activos circulantes suficientes para enfrentar la falta de capital de trabajo (…) existían líneas de crédito, líneas de factoring (…) Entiendo que no existían negativas de un banco para otorgar (créditos).
-(Tribunal): ¿En los informes figura en qué se usó el aumento de capital?
-(Muñoz): «Conforme al informe al directorio de octubre 2009, se utilizó para pagar deudas con una empresa relacionada. PH Glass adeudaba $3.200 millones que disminuyeron a $200 millones».
En el juicio arbitral, el abogado Marino expuso que «el aumento de capital no tuvo como finalidad pagar deudas con bancos o proveedores para mejorar la posición de la sociedad, sino pagar los dineros prestados por Penta a PH Glass. Una estrategia para sacar los préstamos, diluir al minoritario y seguir con el mismo nivel de endeudamiento».
Aunque la sentencia del 6 de junio pasado fue adversa para Penta, un asesor del grupo dijo a CIPER que Charbín no consiguió las 20 mil UF que exigía inicialmente y que el caso será elevado a la Corte de Apelaciones.
Mientras la demanda arbitral estaba en desarrollo, Jorge Charbín presentó una segunda denuncia contra Penta, esta vez ante el Servicio de Impuestos Internos. El escrito se entregó el 14 de enero de 2011. El abogado Marino dijo a CIPER que denunciaron «los manejos de gastos para rebajar la base imponible (tributaria) por $ 2.000 millones», pero se sorprendieron ante la inacción del SII. El organismo tributario sólo se sacudió la modorra tres años después, con la aparición en escena de las denuncias del martillero Jorge Valdivia y del ex director del Banco Penta, Hugo Bravo.
Los registros del Diario Oficial referidos a PH Glass son coincidentes con la versión de Hugo Bravo y las denuncias de Jorge Charbín. En 2009 la junta de accionistas de PH Glass aprobó un aumento de capital que incluía la emisión de acciones por un total de $4.200 millones, las que podían ser pagadas “en dinero efectivo o mediante compensación de créditos que accionista suscriptor mantenga con la sociedad”. Es decir, el directorio dominado por Penta permitía que el accionista que había entregado préstamos a la compañía transformara la deuda en una mayor participación en la propiedad de la empresa.
La misma operación se repitió en 2011, cuando se acordó un aumento de capital que contemplaba la emisión de acciones por $4.934 millones, las que también se podían pagar con la compensación de créditos. La fórmula fue ocupada por tercera y última vez en 2012, para el pago de una emisión de acciones que totalizaron $7.503 millones.
Si bien la suma que arroja los tres incrementos de capital registrados por PH Glass en el Diario Oficial (más de $16 mil millones), coincide con el monto total que según un colaborador de Penta le inyectó el grupo a la empresa, la versión de Hugo Bravo difiere. El ingeniero comercial ha señalado que las pérdidas acumuladas por PH Glass en un momento alcanzaron los $19 mil millones. Avala sus dichos en el hecho de que él conoció detalles de estas operaciones ya que firmaba los cheques con los aportes destinados a la empresa, aunque asegura que lo hizo sobre la base de los acuerdos del directorio y las instrucciones de Horacio Peña.
En paralelo, Inversiones y Rentas PCR Glass -la sociedad a través de la cual Penta participaba en PH Glass- también fue aumentando su capital mediante la compensación de créditos que había recibido de parte de Penta INF. Así ocurrió en febrero de 2011, cuando Inversiones y Rentas PCR Glass acordó un incremento de su capital que incluía $6.850 millones correspondientes a la compensación de créditos que le había aportado Penta INF. En febrero de 2013 se aprobó otro aumento que contemplaba $7.119 millones como compensación de créditos que también le había entregado Penta INF. Ambas cifras suman casi $14 mil millones.
En la denuncia que presentó en 2011 ante la Dirección Regional Santiago Oriente del SII (vea ese documento), Jorge Charbín sostuvo que en 2009 se retiró del directorio de PH Glass, porque debido a los persistentes resultados deficitarios, pidió una revisión de los estados financieros y detectó millonarios gastos por arriendos de oficinas que pertenecían a Penta y asesorías financieras que se encargaban a entidades del mismo grupo:
“Una empresa (PH Glass) que tiene pérdidas por los montos antes indicados no puede sobrecargar sus estructura de gastos, menos aún favoreciendo al accionista principal a través de sus empresas relacionadas. Resulta del todo impresentable que, a través de afectar a una empresa con gastos de empresas relacionadas, se vulnere la ley convirtiendo retiros en gastos, dejando de manifiesto el obrar que pretende burlar a dos entidades como son el socio minoritario y el mismo Fisco a través de una tributación disfrazada”, señala la denuncia suscrita por Charbín.
Desde 2011, agrega el abogado Giorgio Marino, su representado no ha recibido ni un peso por su participación en PH Glass. Un asesor de Penta dijo a CIPER que en la actualidad, y fruto de los aumentos de capital que se hicieron, Charbín no controla más del 5% de la compañía.
La fórmula de ampliar su participación a través de la compensación de créditos fue utilizada por Penta en otras empresas productivas. Así habría ocurrido, a lo menos, en Plásticos Burgos y Arrimaq, de acuerdo con los registros del Diario Oficial. En ambas, y al igual que en PH Glass, Penta creó dos sociedades para ingresar a su propiedad: Inversiones y Rentas PCR Burgos e Inversiones y Rentas PCR Arrimaq.
Plásticos Burgos o Burgoplast es una compañía que fabrica envases y piezas de plástico (vea su página web). La versión de Hugo Bravo indica que Penta ingresó como accionista mayoritario en 2006 y que en esta empresa el grupo perdió dinero de manera permanente. Hasta fines de 2013, según ha dicho el ex director del Banco Penta, se le habrían inyectado cerca de $9 mil millones. También ha señalado que ante la plana mayor de los ejecutivos del grupo nunca se dio una explicación para tales pérdidas y que los aportes para sostener a la empresa se hacían por instrucciones de Horacio Peña.
En el Diario Oficial aparece que Plásticos Burgos en enero de 2009 aumentó su capital incluyendo la emisión de acciones por un total de $1.767 millones, las que se podían pagar “en dinero o mediante compensación de créditos que accionista suscriptor mantenga como acreedor de la sociedad”. En diciembre del mismo año, se aprobó otro incremento de capital que consideró la emisión de nuevas acciones por $3.617 millones, las que también se podían cancelar por “compensación de créditos”. Finalmente, bajo la misma fórmula de pago, en diciembre de 2010 la junta acordó un aumento de capital con una emisión de acciones por $600 millones. Los tres aumentos de capital suman $5.984 millones.
La sociedad a través de la cual Penta participaba en la propiedad de Plásticos Burgos era Inversiones y Rentas PCR Burgos (controlada por Penta INF), la que registra en paralelo aumentos de capital significativos. Según el Diario Oficial, el 23 de diciembre de 2010 se acordó un incremento que incluyó $5.647 millones en compensación de un crédito que le había aportado Penta INF. Lo mismo ocurrió el 19 de diciembre de 2013, cuando se aprobó un aumento por $5.925 millones, en compensación de otro crédito de Penta INF. En total: $11,572 millones.
En la indagación hecha por CIPER un colaborador de Penta dijo que Plásticos Burgos ha recuperado en sus balances “los números azules” y que está en un “agresivo plan de modernización”.
La tercera empresa PCR de Penta que recibió créditos que hoy están bajo investigación judicial, es Arrimaq. El grupo ingresó a su propiedad en 2007. Hugo Bravo ha señalado que Penta le entregó créditos con la supuesta intención de que adquiriera grúas horquilla para que luego fuesen vendidas a grandes distribuidores. Actualmente su local de ventas funciona en un parque industrial de San Bernardo (vea su página web), y según un colaborador del grupo la empresa “se ha recuperado, muestra números azules y un buen desempeño”.
En el Diario Oficial no hay registros de aumentos de capital de Arrimaq por la vía de compensar créditos aportados por Penta. Donde sí se hiciero esos aumentos de capital es en la sociedad a través de la cual el grupo ingresó a la propiedad de Arrimaq: Inversiones y Rentas PCR Arrimaq. En diciembre de 2012 tuvo un incremento de $4.255 millones por la compensación de un crédito facilitado por Penta INF, la misma sociedad del grupo por cuya vía se inyectaba dineros a las otras empresas PCR.
En la participación de Penta en Pet Packing se observan diferencias respecto de la fórmula utilizada en las anteriores empresas PCR. La empresa fue comprada en 2007 y se constituyó como Envases Pet Packing en marzo de ese año. Sus socios: Penta Capital de Riesgo y Penta INF, con un capital de $3.447 millones. Aquí no se hizo sociedad con un dueño anterior o con un tercero.
El ex director del Banco Penta, Hugo Bravo, sostiene que el grupo adquirió la empresa por unos $2.500 millones y que nunca arrojó utilidades. Según sus cálculos, la pérdida total bordearía los $5 mil millones. Los registros oficiales indican que en marzo de 2012 Envases Pet Packing aumentó su capital y $2.250 millones de ese incremento correspondieron a la compensación de un crédito de Penta INF.
Hugo Bravo señala que Penta ha ido vendiendo Pet Packing por partes. Sin embargo, un colaborador de Penta afirmó a CIPER que la compañía sigue funcionando, y que si bien se retiró del mercado de botellas para bebidas, ahora apoya diversas operaciones de Plásticos Burgos.
En octubre de 2013, en plena investigación del fraude al Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), Penta disolvió tres de las sociedades a través de las cuales el grupo participaba en las empresas PCR. Sus derechos siguieron en manos del grupo: fueron traspasados a Penta INF. El 21 de octubre de 2013 el Diario Oficial informó la disolución de Inversiones y Rentas PCR Burgos, Inversiones y Rentas PCR Arrimaq e Inversiones y Rentas PCR Glass.
Como en una cascada, la sociedad Penta INF, que controla las empresas productivas del grupo, también registró un aumento de capital que incluyó la modalidad de compensación de créditos. En el Diario Oficial del 19 de diciembre de 2012 consta que la junta de accionistas de Penta INF acordó, con fecha 23 de octubre, un aumento de capital de $60 mil millones mediante la emisión de acciones que podían ser pagadas “en dinero efectivo o mediante la compensación de créditos que accionista suscriptor mantenga con la sociedad”.
Hugo Bravo ha señalado que los aumentos de capital que se registraron entre 2012 y 2013 tanto en las empresas productivas como en Penta INF, tenían por objeto regularizar los millonarios aportes hechos por Penta a estas empresas en calidad de créditos. También aseguró que después el grupo vendió Penta INF, sociedad que según sus cálculos acumulaba pérdidas por unos $55 mil millones. El comprador habría sido otra empresa del holding. En esa venta, ha dicho Bravo, las pérdidas se valorizaron en $20 mil millones. El ex ejecutivo de confianza de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín aseguró que ese mismo monto habría sido utilizado para obtener rebajas tributarias.
Será el Ministerio Público y la investigación de Impuestos Internos los que deberán dilucidar si las graves acusaciones formuladas por el ex gerente general de Empresas Penta son veraces. La justicia cuenta para ello con la documentación contable y los correos electrónicos que Bravo mantenía en sus oficinas del Grupo Penta y que fueron incautados por la fiscalía. Otro actor que podría entrar en este proceso es el Consejop de Defensa del Estado (CDE), si se comprueba el perjuicio al Fisco.