La nueva industria secreta que opera en más de 25 países
El último golpe de Wikileaks: mapa identifica a las empresas que tienen al mundo bajo vigilancia
02.12.2011
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La nueva industria secreta que opera en más de 25 países
02.12.2011
Vea el mapa elaborado por Wikileak «Un mundo bajo vigilancia»
Podría decirse que es una mala película, pero los sistemas de interceptaciones masivas fabricados por empresas occidentales y utilizados, entre otros objetivos, contra opositores políticos, son hoy una realidad. El 1 de diciembre Wikileaks comenzó la publicación de una base de datos con centenares de documentos provenientes de cerca de 160 empresas de inteligencia de la industria de la vigilancia de ciudadanos.
En colaboración con Budget Planet et Privacy International, así como con medios de comunicación de seis países –L’ARD en Alemania, Le Bureau of Investigative Journalism en Gran Bretaña, The Hindu en India, L’Espresso en Italia, OWMI en Francia y Washington Post en Estados Unidos– Wikileaks saca a la luz esta industria secreta cuyo crecimiento hizo explosión después del 11 de septiembre del 2001 y que representa miles de millones de dólares cada año.
Wikileaks ha publicado 287 documentos esta vez, pero el proyecto “Un Mundo Bajo Vigilancia” está lanzado y nuevas informaciones serán publicadas esta semana y el año que viene.
Las empresas internacionales de vigilancia están ubicadas en los países que disponen de las más sofisticadas tecnologías. Ellas venden su tecnología en todos los países del mundo. Esta industria está, en la práctica, no regulada. Las agencias de inteligencia, las fuerzas militares y las autoridades policiales son capaces de interceptar masivamente, sin ser detectadas y en el mayor de los secretos, los llamados telefónicos, tomar el control de los computadores, incluso sin que los proveedores de las redes de acceso se den cuenta o sin que ellos hagan algo para impedirlo. La ubicación de los usuarios puede ser seguida paso a paso si utilizan un teléfono celular, incluso si está apagado.
Los dossiers de “Un Mundo Bajo Vigilancia” de Wikileasks van más allá de la simplificación de “buenos países occidentales” exportando sus tecnologías a “malos países en vías de desarrollo”. Las sociedades occidentales venden también un vasto catálogo de equipamiento de vigilancia a las agencias de inteligencia occidentales.
En las historias clásicas de espionaje, las agencias de inteligencia -como la DGSE o el MI5- ponen bajo escucha los teléfonos de una o dos personas de su interés. Durante los últimos 10 años la vigilancia masiva se ha convertido en una norma. Sociedades de inteligencia, como VASTech, han vendido en secreto equipos que graban de manera permanente los llamados telefónicos de países enteros. Otros graban la posición de todos los teléfonos celulares de una ciudad, con una precisión de 50 metros. Sistemas capaces de afectar la integridad de personas de una población civil que utiliza Facebook o que posee un smartphone están en venta en este mercado de inteligencia.
Durante la primavera árabe, cuando los ciudadanos hicieron caer a los dictadores en Egipto y en Libia, ellos mismos descubrieron las cámaras de escuchas donde, con equipos británicos de Gamma, los franceses de Amesys, los sudafricanos de VASTech o los chinos de ZTE, seguían sus más mínimos movimientos en línea y por teléfono.
Empresas de inteligencia tales como SS8 de Estados Unidos, Hacking Team de Italia y Vupen en Francia, fabrican virus (troyanos) que piratean los computadores y los teléfonos (incluso los iPhones, Blackberry y Android), tomando su control y grabando todos sus usos, movimientos e incluso las imágenes y sonidos provenientes de la pieza donde sus usuarios se encuentran. Otras sociedades, como Phoenexia en República Checa, colaboran con los militares para crear herramientas de análisis de la voz. Ellos identifican a los individuos y determinan su género, edad y nivel de estrés y así los siguen a través de sus “huellas vocales”. Blue Coat en Estados Unidos e Ipoque en Alemania, venden sus herramientas a los gobiernos de países como China e Irán para impedir que sus disidentes se organicen por Internet.
Trovicor una filial de Nokia Siemens Networks proveyó al gobierno de Bahrein de tecnologías de escucha que le permitieron seguir la pista del defensor de derechos humanos Abdul Ghani Al Khanjar. Detalles de conversaciones desde su teléfono celular personal, que datan de antes que fuera interrogado y golpeado durante el invierno del 2010 y 2011, le fueron mostrados.
En junio de 2011, la N.S.A. inauguró un sitio en el desierto de Utah destinado a almacenar para siempre terabytes de las bases de datos tanto americanas como extranjeras, a fin de poder analizarlas en años futuros. Toda la operación tuvo un costro de US$ 1,5 millones.
Las empresas de telecomunicaciones están dispuestas a revelar sus bases de datos sobre sus clientes a las autoridades del país que sea. Los principales titulares durante los estallidos de agosto en Gran Bretaña mostraron como el Research In Motion (RIM), que comercializa las Blackberry, propuso al gobierno identificar a sus clientes. RIM ha participado en negociaciones similares con los gobiernos de India, Líbano, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, proponiéndoles compartir sus bases de datos sacadas del sistema de mensaje de las Blackberry.
Existen múltiples empresas que comercializan actualmente software de análisis de bases de datos, transformándolos en poderosas herramientas utilizables por los militares y agencias de inteligencia. Por ejemplo, en bases militares de Estados Unidos, pilotos de la Fuerza Aérea utilizan un joystick y una señal de video para pilotear aviones no tripulados “Predator” durante las misiones de vigilancia en el medio oriente y en Asia Central. Estas bases de datos son accesibles a los miembros de la CIA que se sirven de ellas para lanzar misiles “Hellfire” sobre sus blancos.
Los representantes de la CIA han comprado software que le permiten correlacionar instantáneamente las señales telefónicas y las huellas vocales para determinar la identidad y la ubicación de un individuo. La empresa Inteligence Integration Systems Inc. (IISI) cuya base está en el Estado de Massachusetts (EE UU), comercializa con ese objetivo un software “de análisis basado sobre la posición” llamado “Geospatial Toolkit”. Otra sociedad, Netezza, también de Massachusetts y que ha comprado este mismo software pretendiendo analizar su funcionamiento, le vendió una versión modificada a la CIA, destinada a equipar a los aviones pilotados a distancia.
IISI, que indica que su software tiene un margen de error de más de 12 metros, se querelló contra Netezza para impedir la utilización de este software. El creador de la sociedad IISI, Rich Zimmerman, declaró ante un tribunal que estaba “estupefacto y aturdido por el hecho de que la CIA planificara matar a personas con mi software que no funciona”.
En todo el mundo los proveedores de herramientas de vigilancia masiva ayudan a las agencias de inteligencia a espiar a los ciudadanos y a “grupos de interés” a gran escala.
El proyecto “Un Mundo Bajo Vigilancia” de Wikileaks revela hasta en sus detalles qué sociedades son las que hacen miles de millones vendiendo sofisticados sistemas de vigilancias a los gobiernos, pasando por encima de las normas de exportación e ignorando en forma soberbia que los regímenes a los cuales ellos les venden sus productos son dictaduras que no respetan los derechos humanos.
Para buscar en estos documentos haga un clic sobre el lugar escogido en el mapa a la izquierda de la página para obtener la lista por tipo, compañía, fecha o palabra clave.
Para visualizar estas sociedades sobre el mapa mundial, utilice la herramienta siguiente ubicada en OWMI.