DECANO DE DERECHO DE LA U. DE CHILE HABLA DEL CASO CARLOS CARMONA
Davor Harasic: “Si tuviera que hacer hoy varias cosas de las que hice, las haría distinto”
25.05.2018
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DECANO DE DERECHO DE LA U. DE CHILE HABLA DEL CASO CARLOS CARMONA
25.05.2018
El decano de Derecho de la Universidad de Chile, Davor Harasic, reconoce que en el sumario aplicado al profesor Carlos Carmona, por acoso sexual, hubo “falencias”. En esta entrevista con CIPER, el decano también admitió que fue un error de su parte haber ratificado a Carmona como presidente de la Comisión de Evaluación Docente de la facultad cuando ya era investigado. Dejarlo en ese cargo pudo desincentivar que otros profesores testificaran, porque Carmona tenía en sus manos los ascensos en la carrera académica. Harasic también planteó críticas a la preparación de los fiscales que asumen estos casos y se mostró abierto a capacitar en el tema a los académicos de la escuela.
-¿En qué momento conoció usted la denuncia contra el profesor Carlos Carmona? ¿Solo cuando fue presentada?
Claro, yo tengo que conocer la denuncia para designar al fiscal.
-¿Y no le pareció lo suficientemente grave como para haber tomado alguna medida inmediata?
El inicio de una denuncia es súper complejo: uno no tiene mucha claridad acerca de lo que se trata. Por eso, le pedí a Sofía Salvo (entonces coordinadora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles) que le preguntara a la víctima si quería alguna medida de protección. Según lo que me informó Sofía, básicamente conversaron sobre la posibilidad de un tratamiento psicológico, pero me dijo que la víctima prefería hacerlo por su cuenta. La verdad es que otras medidas en ese momento no se me ocurrieron, porque ella ya no era alumna de Carmona. Lo que uno hace es que, cuando se trata de la alumna de un profesor, se le permite a ella cambiarse de curso.
-Pero el profesor Carlos Carmona –aparte de su cátedra- mantenía una posición muy influyente en la facultad: es ni más ni menos que el presidente de la Comisión de Evaluación Docente.
Sí, y eso qué.
-Con Carmona presidiendo la comisión de la que depende la evaluación de los docentes, ¿había libertad para que los académicos declararan en el sumario sin miedo? Porque no se puede declarar bajo el anonimato…
Pero yo no veo qué…
-Usted no ve ninguna incompatibilidad en que la persona que evalúa a los docentes esté siendo al mismo tiempo…
Es uno de los que evalúan a los docentes.
-El presidente de la comisión.
Bueno…
-¿Cuáles son las atribuciones que tiene esa comisión?
No sé, habría que revisarlas en el reglamento. No me lo sé de memoria.
-¿Y desde cuándo el profesor Carmona está en ese cargo?
Entiendo que está en su segundo período. Acá en la facultad lo normal es que los cargos se sirven por dos periodos.
-En enero de este año, Carlos Carmona fue ratificado como presidente de esa comisión y fue usted quien lo propuso.
Bueno, vencía el periodo y yo lo ratifiqué.
-Y no le pareció en ese momento que lo más correcto era…
No, la verdad es que no me pareció.
-¿No consideró suficientemente grave lo que la alumna había denunciado?
Yo no me puedo pronunciar sobre la gravedad de lo que había pasado. Mirado en perspectiva, hoy me parece que no fue prudente designarlo en ese cargo. Pero en ese minuto nadie lo cuestionó. Nadie. Ni los estudiantes ni los profesores.
-Pero este año, antes de que se iniciara la toma de la escuela, las estudiantes le pidieron que el profesor fuera removido de ese cargo.
No.
-Eso es lo que ellas afirman: que tuvieron una reunión con usted y le pidieron que tomara medidas, como que el profesor Carmona dejara su cátedra y que lo sacara del cargo de evaluación docente. Y que su respuesta fue: «Ya va a salir la resolución, así que no».
Exactamente. Y salió la resolución.
-Entonces, era un tema de plazos. Lo que está diciendo es que, como ya estaban cerca de la resolución…
No, no, no, a ver…, perdone. Este es un sumario que tiene una graduación de penas. El primero que propone una pena es el fiscal; el segundo soy yo. Las estudiantes me exigieron que yo expulsara a Carmona. Yo les dije que iba a estudiar los antecedentes, y si daba mérito para expulsarlo, lo iba a expulsar. Estudiados los antecedentes, me pareció que la medida justa, en virtud de los hechos que sucedieron, era la suspensión por tres meses. Una tremenda medida. Usted no la mire en menos.
-No se trata de lo que a mí me parezca. Me he encontrado con otros casos en que la resolución sí ha sido la destitución.
Sí, en el caso de Fernando Ramírez, en el que yo defendí a las estudiantes. Pero no me va a comparar un caso con el otro. O sea, fueron cuatro alumnas en el otro caso, con situaciones muchísimo más complejas.
-¿Qué es lo que usted califica como más complejo?
¡Yo le estoy dando mi posición, no me siga discutiendo! Porque la verdad es que esto no es una discusión, usted me está preguntando mi opinión y yo se la estoy dando.
-Perfecto y estamos conversando, no estamos discutiendo.
Correcto, pero es que usted me insiste y yo ya le he dicho lo que pienso. Me tomé una semana completa para estudiar a conciencia el expediente del profesor Carmona y ver cuál era la sanción correspondiente, y apliqué esa sanción.
-¿Y qué pasará una vez que él regrese de los tres meses? Porque entiendo que ya se zanjó la sanción…
No me quiero pronunciar en lo que va a pasar ahí.
– En la víspera de la toma, Carlos Carmona participaba como invitado en un foro, organizado para ese viernes en que se tomaron la facultad. Finalmente, a él lo sacan del foro, pero lo que cuestionan las estudiantes es que él haya seguido participando en foros y seminarios como una figura relevante de la facultad. ¿Tampoco consideró relevante ese hecho?
No lo sé… Es que no hay ningún foro ni ningún seminario en que haya participado Carmona desde que a mí me llegó la vista del fiscal. El único en el que iba a participar era el foro de ese viernes y no participó.
-La pregunta es por qué se le invitó.
No tengo idea, pregúntele al Departamento de Derecho Público que lo organizó. Acá los departamentos son autónomos. El decano no es el que realiza todo.
-Pero, frente a la acusación que se investigaba, podría haber habido una decisión del decano: «a este profesor no lo vamos a invitar mientras no se resuelva este tema».
Le vuelvo a repetir. Se le preguntó a Sofía Salvo si la estudiante quería medidas de protección y ella dijo que no. Esa es una medida de protección.
-Y ahora que evalúan en la facultad el protocolo que se aplica en estos casos, ¿no creen que el decano debería tener atribuciones para tomar una decisión sin que la víctima lo pida?
Yo creo que las tiene.
– Entonces, usted no quiso hacer uso de esas atribuciones.
Es que no se me representó la necesidad de tomarlas. Le insisto: ella ya no era alumna de Carmona, no coincidían los horarios, ella no aceptó el tratamiento psicológico. No se me representó tomarlas.
-¿Tiene su facultad un catastro que muestre cómo se han resuelto otras denuncias de este tipo? Entiendo que hay varias otras, no solo contra académicos, sino que contra ayudantes y entre estudiantes.
Sí.
-¿Y podrían compartirlo con CIPER para darlo a conocer?
Los casos que están pendientes, no. Los que están terminados, sí. Se lo vamos a enviar (al día siguiente de esta entrevista nos informaron que por efectos de la toma de la facultad no era posible enviarnos ese catastro).
– ¿Usted recuerda cuántas denuncias incluye ese catastro?
Nada. Son pocas.
-En la facultad crearon un protocolo para estas denuncias en 2016. ¿Cuáles son las conclusiones sobre cómo ha funcionado? ¿En qué momento identifican que existe un problema por el no acceso de la víctima al expediente?
Eso yo lo identifiqué hace mucho tiempo. Cuando me tocó defender hace muchos años a un profesor sumariado -y no por este tipo de cosas-, y no pude tener acceso al sumario. Pero ese es un tema legal. Al Estatuto Administrativo hay que hacerle una modificación de ley para que cambie la circunstancia.
-Y al percatarse de esa falencia, ¿hicieron alguna gestión para solucionar el problema del acceso?
Yo me di cuenta de ello cuando defendí a un profesor, pero yo no soy quién para pedir que se cambie el Estatuto Administrativo. Eso rige para todos los funcionarios.
-Sí, claro, pero en el contexto universitario, siendo usted el decano que dirige una facultad que está recibiendo denuncias y donde están ocurriendo este tipo de abusos, y sabiendo que el delito no está tipificado…
No me lo representé. En primer lugar, el acoso sexual no es delito. En segundo lugar, ahora sí está tipificado.
-Sí, con la nueva Ley de Universidades del Estado.
Exacto y, por lo tanto, se sancionaba por probidad administrativa. Eso es una falla del sistema, no es una falla nuestra. No es de la Universidad de Chile.
-Por lo mismo, sabiendo de esa falla o falencia que de por sí es reprochable, ¿cómo no toman alguna medida?
La verdad es que nunca se había presentado como reprochable. Yo sentí la incomodidad cuando me tocó defender a ese profesor, pero nadie cuestionaba el tema. Hoy día… Cuando se lanzó el protocolo acá en la facultad, teníamos un acto en el Aula Magna y pensamos que se iba a llenar. Tuvimos que cambiarlo a la sala de profesores porque no hubo estudiantes interesados. Hoy día es tema. Hay que mirarlo en la perspectiva de la época en que suceden las cosas.
-¿Y a qué atribuye el hecho de que no hayan llegado los alumnos al lanzamiento del protocolo?
A que no era tema.
-Pero entiendo que ya distintas organizaciones que participan en la facultad lo venían trabajando…
Está bien, pero a los estudiantes no les interesaba. Entonces, el acto lo tuvimos que hacer en la sala de profesores.
-Otras personas me han dado una opinión distinta: no es que no hubiera interés en el protocolo, sino una cierta reticencia a lo que viniera desde la institucionalidad.
Ah, bueno. Eso no lo puedo pelear. Que se lo digan las personas que tenían reticencia. Cómo puedo saber yo quién tiene reticencia a la autoridad.
-¿Pero no existía diálogo al respecto? Ese protocolo fue construido triestamentalmente.
Sí, claro.
-¿Y en ese diálogo nunca se hicieron patentes las razones de por qué el alumnado decidió restarse de ese espacio?
Nunca.
-Se habla mucho de un cambio cultural, de que los problemas no se solucionan con un simple cambio de normativa. ¿Cómo esperan ustedes abordar eso en la facultad? Por ejemplo, cuando se trabajó en un reglamento que normara la relación ayudantes-estudiantes debido a los problemas que habían surgido, las estudiantes cuentan que en esa reunión plantearon la necesidad de que los profesores tuvieran una capacitación.
¿En qué reunión?
-En la preparación del reglamento que normaba la relación con los ayudantes. Estudiantes presentes en esa reunión dicen que la respuesta a la necesidad de capacitar a los profesores fue que eso no se les podía pedir, era demasiado violento para ellos.
Es la primera noticia que tengo. Eso es falso. A mí no me lo plantearon nunca. Es más, el protocolo sobre ayudantes quedó pendiente de discusión por la toma. Y Sesegen (Secretaría de Sexualidad y Género) se demoró mucho tiempo en contestarnos y nosotros las tuvimos que citar.
-¿Pero es la Sesegen la que tiene que citar a eso?
La Sesegen quedó con el borrador en su poder para hacernos observaciones. Y no las hizo nunca.
-Las estudiantes dicen que ese es uno de los temas pendientes, pero que en vista de lo que ha ocurrido, con mayor razón habría que considerar este tipo de capacitaciones para los profesores.
Pero no hemos conversado nunca ese tema. Nadie me ha planteado una capacitación para los profesores. Nadie.
-¿Y qué le parece la idea?
Cuando yo estudié el sumario del profesor Carmona, pedí una audiencia con Carmen Andrade (directora de Igualdad de Género de la U. de Chile) para hacerle presente las falencias que había visto en la tramitación de ese sumario. Esa reunión no se pudo llevar a cabo por la toma, y después hemos estado muchas veces con Carmen Andrade y le he hecho presente todas esas falencias. O sea, el tema tiene muchas falencias y hay un grupo de seis decanos que estamos trabajando en ello.
Yo no estoy como el ministro Gerardo Varela entre humillaciones pequeñas o grandes, pero hay distintas conductas».
-¿Quiénes integran esa instancia?
Se formó este comité de género y está integrado por María Eugenia Góngora (Facultad de Filosofía y Humanidades), María Olivia Monckeberg (Directora Instituto de la Comunicación e Imagen), Roberto Aceituno (Facultad de Ciencias Sociales), Roberto Neira (Facultad de Ciencias Agronómicas) y Carmen Luz de la Maza (Ciencias Forestales).
-¿Y qué trabaja específicamente ese comité?
Una amplia gama de cosas. Estamos en reunión permanente viendo aspectos vinculados con estos temas para proponérselos al Consejo Universitario del cual formamos parte. Modificaciones legales, capacitaciones, etc.
-Entonces, si hoy las estudiantes le plantearan la necesidad de capacitaciones a los profesores, ¿usted accedería?
A ver (ríe)…, yo soy el primero en estar de acuerdo con lo que están pidiendo las estudiantes. Acá no tenemos ningún desacuerdo. Nosotros fuimos los primeros en entregar un protocolo, esta facultad tenía salas solo con nombres de profesores. Una de las primeras cosas que yo hice fue ponerle a tres salas nombres de mujeres. El equipo mío es absolutamente paritario: seis hombres y seis mujeres. He estado siempre disponible para defender a cualquier estudiante que haya sido acosada, entonces, cómo no voy a estar en condiciones de hacerlo.
-Es que los hechos dicen otra cosa: cómo se han tramitado las denuncias, las sanciones para ese tipo de abusos es lo que hace ruido.
Es que a usted le puede parecer baja la pena, pero a mí no. Perdone, pero una suspensión de tres meses es una tremenda pena. Y entonces, qué pasará cuando otro profesor tenga actitudes de acoso más graves que esta. ¿Qué voy a hacer? Hay un tema de graduación de pena y eso existe en todo el ordenamiento jurídico. Las penas no son automáticas.
-No se trata, le insisto, de mi opinión personal. Lo que le planteo es a partir de lo que se lee en documentos de Contraloría o lo que dice el Estatuto Administrativo: que dentro de las penas graves considera el tema del acoso sexual y se dice explícitamente.
¿Dentro de los temas graves?
-Que ameritan la destitución.
Pero perdón, hay distintos tipos de acoso. O sea, yo no estoy como el ministro Gerardo Varela entre humillaciones pequeñas o grandes, pero hay distintas conductas. Y hay conductas que pueden ir desde una censura -de hecho, el fiscal en este caso propuso la censura-, a una suspensión hasta por tres meses más una multa sobre el sueldo, hasta la expulsión. Hay una graduación. Uno no puede ir automáticamente: hay acoso, ok, entonces expulsión. Acá hay otro profesor que se lo sancionó y censuró y nadie reclamó.
-¿No hay profesores destituidos por este tipo de abusos?
En esta facultad, no. Me ha tocado defender la destitución de Fernando Ramírez en Filosofía.
-¿Y eso es porque no han sido lo suficientemente graves las denuncias?
Así es.
-Las estudiantes mencionan el caso de un profesor de italiano, no alcanzaron a presentar denuncias formales…
Se le terminó el contrato. Se optó por lo simple: él estaba a honorarios, se le terminó el contrato y se fue.
-¿Por qué en ese caso se decide esa sanción? Porque, además, entiendo que lo que se alegaba…
Porque ya se le había terminado el contrato y si se termina el contrato no puede ser funcionario público y no le renovamos el contrato.
-Entonces, es distinto: no se lo destituyó, sino que en vista de los antecedentes que entregaron las alumnas, se decidió no renovar su contrato.
Cuando se le termina el contrato él deja de ser funcionario público. No se le renovó.
-Es una manera de destituirlo.
Sí. Eso estaba, además, en un conjunto de otras medidas que se tomaron con los idiomas. No tenía ningún sentido estar enseñando italiano acá en la facultad.
-Entonces, no es que se haya tomado la decisión de no renovarlo por las denuncias, sino que fue una decisión académica…
Se tomó por eso y se aprovechó de hacerlo, sí. ¿Cuál es la razón por la que usted le busca las cinco patas al gato? Si el tema es súper simple: el acoso es gravísimo, pero tiene distintas sanciones. No tiene una sanción unívoca. Y eso en una Escuela de Derecho es en la que más hay que tenerlo claro. El homicidio es una cosa gravísima, pero no tiene una pena única. Hay graduaciones de pena y, por lo tanto, dependiendo de la entidad del acoso viene la graduación de la pena. Eso fue lo que yo hice. Me pareció que en el caso del profesor Carmona la censura que le había propuesto el fiscal era muy poco, pero también me pareció que la expulsión no procedía. Y ese es un razonamiento jurídico.
-Y es totalmente válido. El que yo insista en ciertos puntos es porque estoy tratando de representar las inquietudes de las personas a las que les interesa cómo se procede en estos casos. Y quiero que las cosas queden claras.
Lo que pasa es que las inquietudes de las personas en este tema están bastante disparadas. ¿Usted considera normal que estemos ante una toma en que estamos de acuerdo con los objetivos fundamentales y que las personas que están en la toma se nieguen a hablar con la autoridad para ponerse a trabajar en lo que hay que hacer para enfrentar el acoso? ¿Eso lo considera normal?
-La respuesta deberían darla las estudiantes y no creo que sea una actitud antojadiza.
Pero me imagino que lo ha conversado con ellas, porque ha conversado con muchas de ellas. Deme una razón para eso.
-Tendría que preguntárselo a ellas. No tengo la respuesta para eso. Además, esto ya excede a lo que ocurre en la Facultad de Derecho.
Absolutamente, y por eso que los seis decanos de esta universidad estamos trabajando en ese tema.
-Usted me dijo que le había pedido una reunión a Carmen Andrade para comentarle las falencias que había identificado en este sumario. ¿Cuáles son esas falencias?
La demora excesiva. La falta de capacitación de los fiscales. Y el que la víctima no pueda participar en ello.
-¿En qué notó la falta de capacitación de los fiscales? Porque entiendo que ellos tuvieron una capacitación.
No, por favor, para responderle tendría que entrar a hablar del fiscal concreto de este caso y no lo voy a hacer.
-¿Por qué eligió a Jesús Redondo como fiscal para este caso?
Porque estaba en la lista de la universidad y además era una persona que había tenido muchos estudios sobre género. No le voy a hablar del sumario, no lo puedo hacer. Cuando la Contraloría tome razón del sumario, yo le explico las falencias que encontré en la preparación de los fiscales, pero en este momento no lo puedo hacer, porque el expediente aún es secreto.
-Perfecto. ¿Cuáles son los plazos para la toma de razón de la Contraloría?
Uf, Contraloría demora entre dos y seis meses.
-¿Y mientras la Contraloría no se manifieste el profesor no puede volver a la facultad?
No.
-Entonces, en rigor, el profesor Carmona va a tener más meses de suspensión que los tres originales…
Hay que ver qué dice Contraloría.
-Y ahora, más allá del caso del profesor Carmona, ¿cómo va a avanzar en el cambio cultural en esta facultad, uno que no se soluciona con el cambio en la normativa?
Ese es un tremendo desafío para todos nosotros. Creo que vamos a tener que hacer un trabajo triestamental y analizar qué cosas son las que impiden un cambio cultural, porque esto no es algo que surja de la universidad: el acoso, el machismo y la diferencia de género están presentes en los hogares, en los trabajos, en la calle. Usted es mujer, camina por la calle, tiene que saber de lo que hablo. Cuando yo camino con mi señora, digo «pero en qué estamos», francamente. Entonces, esto lo vamos a tener que enfrentar en conjunto todos los estamentos y va a tener que ser un trabajo muy, muy fuerte. Por eso lo de estos seis decanos. Nunca se había formado un comité del Consejo Universitario que estuviera en trabajo permanente. Porque tenemos que afrontarlo, porque esto se hizo patente y fantástico que se haya hecho patente, maravilloso. Entre el momento en que lanzamos el protocolo y no hubo interés de ir al Aula Magna, a hoy… Si hoy lanzáramos un nuevo protocolo, la sala se llenaría. Ese es el cambio y tenemos que enfrentarlo con la mente abierta a nivel legal, reglamentario, educacional, formativo, en todos los niveles.
-¿Qué impide empezar a trabajar en este momento?
Lo paradojal es que somos varios los que coincidimos absolutamente en las ideas, pero en este momento trabajamos por nuestra cuenta, porque quienes están en las distintas tomas se cerraron. Hay algunas estudiantes que han dialogado. Ingeniería ha dialogado. Pero las otras se cerraron. Yo sé que ellas están elaborando cosas, habrá que darles tiempo de que se abran y pondremos en conjunto lo que hemos elaborado. Y ahí aboguemos por un cambio cultural. No se soluciona nada diciendo que el sumario no va a ser secreto y la víctima va a tener acceso. Si usted tiene un fiscal que no entiende cuál es su rol, no le sirve de nada. Esa es una modificación legal que yo podría redactar en dos minutos y que, en este momento, además, prendería más de algún parlamentario y la agarraría. Pero es un tema mucho más profundo: es respeto por la diversidad.
-Sobre los fiscales, según su criterio, ¿la capacitación estaría orientada al tema de género o a cómo llevar un proceso de sumario?
Las dos cosas. Absolutamente, que tengan clarísimo lo que es el tema de género y lo que es el acoso. Yo tuve una juez mujer en la causa de Fernando Ramírez que condenó a una de las chiquillas por injurias y calumnias, porque ella mandó un Twitter. ¡Qué es eso!, dígame.
-Pero si el machismo aplica para hombres y mujeres.
¡Pero era una juez mujer! Y pensar que yo dije «juez mujer», aquí esto es «coser y cantar» y me encuentro con una sentencia condenatoria que tuve que ir a la Corte Suprema para revocarla. Tenemos un tema cultural demasiado grande. Y créame que en el equipo de esta facultad y en el equipo del Consejo Universitario el tema nos es muy querido. No somos los dueños de la verdad, no lo podemos trabajar solos, tenemos que hacerlo en conjunto entre todos los estamentos, pero es un trabajo largo. Acá hay medidas inmediatas, a mediano y largo plazo, y mientras tanto nos encontramos con un señor que nos habla de humillaciones chicas y humillaciones grandes, cuando él debería tener un rol preponderante en las cosas que se tienen que cambiar. ¿Me explico? No es un tema de la estructura de la facultad, esta estructura es consecuencia de lo que es la sociedad.
-Esta pregunta se la hago por su condición de abogado penalista: ¿qué ocurre con estos abusos en las universidades privadas que ni siquiera tienen el Estatuto Administrativo para proceder? ¿Dependen solo de lo que digan sus reglamentos internos?
Sí, sus reglamentos de disciplina. Yo tuve un caso contra la Universidad de Los Andes que expulsó a una alumna por quedar embarazada. Y me afirmaban que eso lo hicieron, porque el que una alumna quedara embarazada siendo soltera vulneraba el reglamento de disciplina. Lo tuve que alegar en la corte con un recurso de protección.
-¿Cuándo fue eso?
Quince años atrás. Y fue súper difícil. Me acuerdo que llegué el día del alegato con toda la formalidad de esta cosa, y en la sala yo veía que los ministros no me pescaban. Desarrollé el primer argumento, no me pescaron. Segundo argumento, tampoco; tercero, cuarto, lo mismo. Y se me ocurrió: les dije, perdón, ¿qué hace la Universidad de Los Andes si un estudiante soltero deja a una mujer embarazada? Y ese argumento lo pescaron. Porque hay una disparidad. Y lo ganamos. La Universidad de Los Andes tuvo el buen tino de no ir a la Corte Suprema para no hacer el loco.
–Sí, ese es un caso bien extremo y de hace 15 años. Muy distinto al contexto de la movilización actual…
Es que en el acoso hay mucho de esta diferencia de género. Este no es un tema en el que uno se deba limitar a la acusación: tiene que trascender la acusación.
-Para terminar y me disculpo por volver al punto de las garantías en esta facultad para un sumario como el del profesor Carmona, que presidía la Comisión de Evaluación Docente. Si me pongo en el lugar de una profesora o profesor que quiere dar un testimonio que podría perjudicarlo, sabiendo que él va a tener acceso a toda la investigación…
Sí, sí, ok. Te encuentro toda la razón. Si yo tuviera hoy día que hacer varias cosas de las que hice, las haría distinto, pero las cosas tienen un momento y un lugar. Sí, te lo reconozco, creo que fue un error. Sí, fue un error. Los seres humanos cometemos errores. Sí, evidentemente, si estaba sumariado por acoso, no deberíamos haberlo renovado en ese nombramiento. Absolutamente de acuerdo. Pero estoy de acuerdo hoy. En ese minuto, siendo yo muy afín al tema, no me lo representé. Es un error mío. Ahora, afortunadamente no tuvo ninguna consecuencia, porque la comisión de evaluación no tuvo problemas, no hubo testigos que se negaran a declarar por eso.
-O sí hubo problemas pero no los conocemos, porque el sumario sigue siendo secreto. Puede que haya habido un profesor o profesora que en otras circunstancias sí hubiera dado un testimonio que hubiera perjudicado al profesor Carmona.
Ya se habría sabido. Porque se ha sabido todo. Así que yo creo que no. Pero eso no le quita que fue un error.