ENTRE 2010 Y 2018 RECIBIERON 137 PROPIEDADES FISCALES
El cuantioso aporte inmobiliario de Bachelet y Piñera a la expansión evangélica
13.11.2018
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
ENTRE 2010 Y 2018 RECIBIERON 137 PROPIEDADES FISCALES
13.11.2018
La entrega de inmuebles benefició a iglesias evangélicas de Arica a Punta Arenas. Lo sorprendente es que buena parte de ellas se hizo en el gobierno de Michelle Bachelet, entre 2015 y 2016, mientras Víctor Osorio era ministro de Bienes Nacionales. Uno de los asesores del ministro era a su vez pastor de una de las iglesias más beneficiada: la del obispo Eduardo Durán Castro, histórico aliado de la derecha. Otro dato que llama la atención: fue la Región del Biobío la que concentró los aportes inmobiliarios y, a la vez, la región donde José Antonio Kast registró su mejor resultado electoral en las presidenciales de 2017.
Lota fue históricamente un bastión de la izquierda. La comuna enclavada en la costa de la Región del Biobío lleva la marca de los combativos mineros del carbón que exigieron mejores condiciones laborales durante todo el siglo XX. Pero eso ya es pasado. En la elección presidencial de 2017, el candidato ultraconservador José Antonio Kast obtuvo allí su mejor resultado nacional: 20,25% de los votos. La santa alianza de la derecha dura con los evangélicos que ya rinde frutos en Centroamérica y Brasil -con la elección de Jair Bolsonaro- tuvo en Chile su primer hito en Lota.
Ya en 2002 el 56,98% de los habitantes de Lota se declaraba evangélico. Eso podría explicar el abultado aporte estatal que han recibido las iglesias protestantes con presencia en esa comuna durante los últimos años. CIPER buceó en las bases de datos del Ministerio de Bienes Nacionales y constató que tan solo en tres años (2015-2017) el Estado les entregó 16 propiedades fiscales. En total, los terrenos suman 3.566 mt2.
Ese poder religioso se expresa año a año durante la celebración del Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes. El 27 de octubre de 2017 se conmemoró en Lota con un masivo desfile marcial.
El paralelo entre el crecimiento de la población evangélica en Lota y la votación de un candidato como José Antonio Kast no es una rareza comunal. En toda la Región del Biobío los evangélicos se han inclinado políticamente hacia la derecha. De allí provienen dos de los integrantes de la bancada evangélica del Congreso: Leonidas Romero (el mismo diputado que acaba de interpelar groseramente al comandante en jefe del Ejército en la Cámara) y Francesca Muñoz, ambos de Renovación Nacional.
Otras dos comunas del Biobío donde el Ministerio de Bienes Nacionales ha entregado propiedades a las iglesias evangélicas, son Curanilahue (siete propiedades) y Los Álamos (cinco). Al igual que en Lota, todas fueron cedidas entre 2015 y 2017. La correlación política fue la misma. En las presidenciales de 2017, José Antonio Kast obtuvo en Curanilahue el 16,22% de los votos y el 14,37% en Los Álamos. Resultados sorprendentes si consideramos que a nivel nacional, Kast llegó a 7,93%.
Ese fenómeno se repite en Mariquina, donde el Fisco ha entregado nueve propiedades a iglesias evangélicas también entre 2015 y 2017. Allí José Antonio Kast superó su porcentaje nacional: el 9,26% de los votos.
Aunque el aporte inmobiliario del Estado a los evangélicos en el Biobío llama la atención, no es una política regional. CIPER sistematizó las resoluciones y los decretos de Bienes Nacionales entre 2010 y 2018. La búsqueda arroja que, en ese periodo, se firmaron 152 documentos que oficializan entregas de propiedades de Arica a Punta Arenas.
En el primer lugar de la nómina de las iglesias más beneficiadas por aporte estatal, aparece la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, dirigida por el obispo Eduardo Durán Castro, quien está siendo investigado por lavado de activos (ver reportaje de CIPER). Esa iglesia también la integra su hijo, el diputado Eduardo Durán Salinas (RN). Solo entre 2014 y 2018 ha recibido ocho propiedades fiscales en comodato. Un pastor de la iglesia de Durán fue asesor del ministro de Bienes Nacionales mientras esa repartición la beneficiaba con la entrega de inmuebles estatales.
Al ordenar la información de las propiedades fiscales entregadas a los evangélicos, es notorio el incremento durante el último gobierno de Michelle Bachelet, especialmente durante la gestión de Víctor Osorio como ministro de Bienes Nacionales. Osorio era dirigente de la Izquierda Ciudadana (IC), un pequeño partido (ex Izquierda Cristiana) que formó parte de la coalición que respaldó el segundo gobierno de Bachelet y estuvo al mando de ese ministerio entre marzo de 2014 y octubre de 2016.
Un asesor clave del ministro Osorio en esa cartera fue Darío Salas Verdejo, quien además era secretario general y tesorero de la Izquierda Ciudadana (IC). Durante su paso por el Ministerio de Bienes Nacionales, Salas Verdejo instaló una mesa evangélica para centralizar las solicitudes de terrenos fiscales de los pastores. También coordinaba el gabinete del ministro Osorio y su sueldo era de $3,8 millones.
En paralelo a ese puesto clave para los intereses de los evangélicos, Salas Verdejo fue nombrado pastor de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal. En Angol se inició la entrega de las ocho propiedades que recibió la iglesia que dirige el obispo Eduardo Durán Castro. El 10 de julio de 2014 se le entregó en comodato por cinco años un inmueble de 978 mt2 cuyo avalúo fiscal es de $414 millones.
Luego recibieron terrenos y construcciones fiscales en Coltauco, Yungay, San Carlos, San Fernando, La Serena y Panguipulli (ver detalles de inmuebles entregados a la iglesia de Durán). A esos inmuebles fiscales entregados a la Primera Iglesia Metodista Pentecostal hay que sumar un galpón en Santiago traspasado en comodato a una corporación controlada por Durán Castro.
El comodato de un terreno entregado en Panguipulli se revocó. El 3 de mayo de 2018 el nuevo ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, le puso término a la concesión luego de que se descubriera que allí funcionaba un local de juegos electrónicos (ver decreto). En el Ministerio de Bienes Nacionales informaron a CIPER que otras dos concesiones fueron anuladas por ser utilizadas para fines distintos a los de las iglesias.
Mientras Darío Salas oficiaba como pastor de la iglesia de Durán, gestionaba las solicitudes de esa misma iglesia ante el ministro Osorio. El conflicto de interés era evidente. Lo que al interior del mundo evangélico no se termina de entender es qué hace un militante de izquierda como pastor de la iglesia de Durán, uno de los líderes más conservadores y cercano a la derecha entre los dirigentes evangélicos.
Ex dirigentes de la IC (partido que desapareció luego del desastre electoral de las parlamentarias de 2017) aseguraron a CIPER que Salas Verdejo intentó acercar el mundo evangélico a la izquierda. Incluso, prometió aportar con firmas de fieles que ayudaran a legalizar el partido. Y acotan que esa ayuda nunca se concretó. Lo que sí llegó a puerto fue la entrega de propiedades y la presencia del ministro Osorio en ceremonias encabezadas por el obispo Durán Castro.
El 7 de mayo de 2014 el ministro Osorio llegó a un galpón en la calle Maquinista Escobar en Estación Central. Allí se reunió con el obispo Durán Castro y anunció la entrega de ese galpón de 1.440 mt2 a la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, para que administrara un taller de capacitación para ex presos. Consultado al respecto, el Ministerio de Bienes Nacionales aclaró a CIPER que el inmueble fue entregado en concesión de uso gratuito por cinco años a favor de la Corporación Evangélica para el Desarrollo (cuyo representante legal ha sido el obispo Eduardo Durán). «El plazo vence el 6 de diciembre de 2018 y hasta la fecha no se ha recibido petición para que esta sea extendida», informó el ministerio.
En la ocasión, el obispo Durán tuvo solo palabras de buena crianza para el entonces ministro:
“Agradecemos profundamente a la presidenta Michelle Bachelet y al ministro Víctor Osorio por haber puesto a disposición este espacio, que nos permitirá avanzar en forma muy significativa en el crecimiento de la obra que realizamos en las cárceles”.
El 3 de septiembre de 2014 volvieron a juntarse: asistieron a la ex Penitenciaría donde Osorio destacó la labor de la iglesia evangélica en la reinserción social de reclusos. El 12 de marzo de 2015 una vez más se reunieron cuando le dieron el vamos a la construcción del taller de capacitación que administraría la Primera Iglesia Metodista Pentecostal en Estación Central. Justo antes que Osorio fuera sacado del Ministerio de Bienes Nacionales (octubre de 2016), el obispo Durán Castro salió en su defensa:
“Como Iglesia Evangélica nos sentimos muy gratos con el trabajo que ha llevado adelante el Ministerio de Bienes Nacionales, en especial con la labor del ministro Osorio que ha sido siempre muy cercana y acogedora, procurando siempre encontrar los acuerdos necesarios para resolver nuestras inquietudes, respetando a todas las iglesias y valorando el trabajo que realizan. Este trabajo se ha enfocado principalmente en la regularización de propiedades y en la disposición de terrenos para las distintas entidades y denominaciones evangélicas, donde existen templos y dependencias que son utilizadas en labores de tipo social”.
Ya con Osorio fuera de Bienes Nacionales, el obispo Durán Castro soltó la artillería pesada en contra del gobierno de Bachelet. Durante el Te Deum ecuménico de septiembre de 2017 la entonces presidenta Bachelet fue abucheada por los asistentes. Fue una jugada comunicacional estratégica con miras a las elecciones parlamentarias y presidenciales.
En un hecho inédito, el hijo del obispo y entonces candidato a diputado (Eduardo Durán Salinas) ocupó el púlpito sin ser pastor ni obispo, y saltándose la programación consensuada con los organizadores del evento, se lanzó en contra de la agenda valórica impulsada por el gobierno. “Basta de esos servidores que visitan nuestros templos y que luego promueven leyes que van en contra de todo lo que profesamos”, acusó, refiriéndose a los proyectos de aborto en tres causales y de matrimonio igualitario (vea el reportaje “Las pugnas y negociaciones para instalar en Chile el poder político evangélico”).
En contraste a las pifias que recibió Bachelet, el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera fue ovacionado.
“La iglesia en general, católicos y evangélicos, van a apoyar a aquellas personas que están por la vida y que lo dicen valientemente. Si alguien va contra nuestros principios, no podemos votar por él. Así que este apoyo surgió espontáneo”, aseguró a la prensa el obispo Durán Castro sobre los aplausos recibidos por Piñera.
No fue una sorpresa. Ya en 2009 Durán Castro había respaldado la candidatura de Piñera. Ese apoyo tuvo frutos: en ese primer mandato, su hijo (actual diputado) ejerció como gobernador de la provincia del Ñuble.
La iglesia evangélica que lidera el ranking de propiedades traspasadas por el Ministerio de Bienes Nacionales (junto a la de Eduardo Durán), es la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, dirigida por el obispo Bernardo Cartes. Ocho propiedades fiscales le fueron entregadas entre 2011 y 2018.
La primera la recibió el 30 de agosto de 2011: 284 mt2 en Arica. Luego, en 2013, recibió otro terreno en Alto Hospicio, a lo que siguieron inmuebles en las comunas de Pica, Collipulli, Guaitecas, Coyhaique, Mariquina y Puerto Montt.
En el tercer lugar de aportes estatales figura la Iglesia Unida Metodista Pentecostal, del obispo Juan Ormeño Lagos. Entre 2011 y 2016 ha recibido seis propiedades estatales en las comunas de San Carlos, Pozo Almonte, Til Til, Copiapó, Juan Fernández y Diego de Almagro.
El ranking sigue con la Misión de la Iglesia del Señor (cinco inmuebles); Iglesia Evangélica Pentecostal (cinco); Misión Evangélica Wesleyana (cuatro); Iglesia Evangélica Misionera Nuevo Pacto (tres); Iglesia Pentecostal de Chile (tres); y la Corporación Evangélica Cristiana Apostólica (tres).
Llama la atención que los terrenos fiscales entregados en las comunas de Lota y Curanilahue se concentraron entre 2015 y 2017. Incluso varias resoluciones se firmaron el mismo día. Por ejemplo, el 10 de diciembre de 2015 se entregaron cuatro propiedades en Lota. El 29 de julio del mismo año se entregaron dos terrenos, y lo mismo ocurrió el 1 de octubre y el 23 de noviembre (ver detalle de las propiedades fiscales entregadas a iglesias evangélicas en Lota).
Aunque la mayoría de los inmuebles fueron entregados bajo la modalidad de concesiones de uso gratuito de corto plazo (que pueden tener una duración de 3, 5 o 10 años), hay casos en que Bienes Nacionales les traspasó a iglesias evangélicas bienes fiscales a perpetuidad.
Con esa fórmula, la Agrupación Intercomunal de Pastores de Chile (Agripach) recibió el 25 de julio de 2016 un inmueble en la calle Fray Camilo Henríquez (Santiago) con un avalúo fiscal de $148 millones. Lo mismo ocurrió con la Iglesia Evangélica Pentecostal, que el 13 de enero de 2011 obtuvo gratis y para siempre una propiedad avaluada en $4,7 millones en Tierra Amarilla. A perpetuidad también recibió la Iglesia Evangélica Nacional de Cristo en 2013 otra propiedad en Hualaihué; al igual que la Agrupación Misionera de Iglesias Pentecostales que en 2015 se benefició con un inmueble en Porvenir. Ese mismo año la Iglesia del Señor obtuvo una propiedad de 322 mt2 a perpetuidad en Mariquina.
El Fisco también ha entregado concesiones de uso gratuito a largo plazo. Así ocurrió con el edificio de 979 mt2 de calle Dieciocho (Santiago Centro), donde funciona el Consejo de Unidades Pastorales (Cuprem), entidad dirigida por Emiliano Soto, el líder evangélico históricamente cercano a los gobiernos de centroizquierda. El 4 de febrero de 2016 se les entregó ese inmueble por 30 años.
El mundo protestante chileno se divide en más de 3.500 denominaciones legalizadas: iglesias pentecostales, luteranas, anglicanas, bautistas, entre otras. En este mundo, el sector pentecostal es el mayoritario, pero lo cierto es que entre los casi 3,5 millones de fieles que se declaran evangélicos en nuestro país, no existe una sola postura y mucho menos una sola vocería.
La llamada Catedral Evangélica, donde se realiza cada año el Te Deum de este sector religioso, se ha erigido como el centro neurálgico de la influencia evangélica en Chile. Pero esa figuración pública no la transforma en la más masiva. La investigación de CIPER logró identificar otras grandes iglesias evangélicas que se extienden por el territorio nacional y que acumulan un capital inmobiliario – que no solo proviene de donaciones estatales- muy superior al de la iglesia liderada por Durán Castro.
La primera en esa nómina es la Iglesia Evangélica Pentecostal, presente en todo Chile y que cuenta con 863 propiedades, cuyo avalúo fiscal supera los $32.200 millones. Su autoridad máxima es el superintendente Daniel Sepúlveda González.
La sigue la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, entidad que registra 354 propiedades avaluadas por el Fisco en más de $6.640 millones. Con presencia en todas las regiones del país, su líder es el obispo Bernardo Cartes Venegas.
En tercer lugar está la Iglesia Unida Metodista Pentecostal, con 302 propiedades avaluadas en más de $ 8.150 millones. Está liderada por el obispo Juan Ormeño Lagos. En el cuarto lugar se ubica la Iglesia Pentecostal de Chile, con 102 propiedades avaluadas en poco más de $1.600 millones. Su autoridad máxima es el obispo general Ulises Muñoz Moraga.
Revise el crecimiento inmobiliario de las cuatro iglesias evangélicas más grandes detectadas por CIPER en la siguiente galería:
En comparación con las anteriores, la iglesia que lidera el obispo Eduardo Durán (con sus distintos RUT) registra solo 16 propiedades, cuyo avalúo fiscal alcanza los $390 millones. Estos no son los únicos bienes inmuebles que posee esta iglesia. En el sitio web de la Catedral Evangélica, controlada por Durán, aparece un listado de 77 propiedades que estarían diseminadas en “las comunas de la Región Metropolitana”.
El origen del poder alcanzado por Eduardo Durán en el mundo evangélico, está en la cercanía que supo tejer el obispo histórico de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, Javier Vásquez, con Augusto Pinochet. El peak de esa relación lo marcó Vásquez como gestor del primer Te Deum de esa iglesia que se instaló en la Catedral Evangélica cuando la Iglesia Católica se enfrentaba a la dictadura.
Tras la muerte de Vásquez en 2003, se desató la pugna por su sucesión. Su herencia no era solo el liderazgo espiritual de la iglesia, sino también el control de un cuantioso capital, alimentado por diezmos, ofrendas y un largo listado de bienes raíces. Había cuatro nombres para solo dos cargos: la presidencia de la Iglesia Evangélica Metodista Pentecostal y la jefatura local del templo de Jotabeche 40 (Catedral Evangélica).
Protagonistas de esa batalla fueron el obispo Bernardo Cartes, quien quedó en la presidencia de la iglesia; Eduardo Durán, quien heredó el puesto de pastor gobernante del templo de Estación Central; Roberto López, quien asumió como segundo de Cartes y Jorge Vásquez, el hijo del fallecido pastor, quien aspiraba a ser el administrador de la Catedral.
Como secretario privado del obispo histórico Javier Vásquez, Durán sabía que éste había creado en 2001 una corporación de derecho público paralela a la corporación de derecho privado que ya existía. También sabía que Cartes había quedado de presidente solo de la corporación pública y que la mayoría de los bienes estaban a nombre de la entidad privada.
La disputa por el poder que dejó la sucesión de Vásquez se hizo más ruda. Durán logró que el pastor Roberto López se hiciera de la presidencia de la corporación privada, que estaba acéfala y que era propietaria de la mayoría de los bienes. Fue así como López reunió bajo su mando a los pastores disidentes del obispo Bernardo Cartes. Pero la estrategia de Durán apuntaba más alto. Y movió sus piezas.
En enero de 2011, Durán inscribió una nueva iglesia: Catedral Evangélica de Chile Jotabeche 40 Metodista Pentecostal, y fijó su domicilio en el templo de Estación Central. En medio de la férrea disputa por el control del bastión de la iglesia evangélica, trascendió una información que el círculo del fallecido pastor Vásquez conocía -y muy bien- desde hacía años: el pastor Roberto López había sido agente de la CNI. Los días de López estaban contados.
Fue así cómo Eduardo Durán Castro despejó el camino y se transformó en el amo y señor de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, cuya sede es la Catedral Evangélica. Pero Durán debió asumir que debería convivir con las otras dos iglesias resultantes de la pugna: la Iglesia Metodista Pentecostal (de derecho público), encabezada por Bernardo Cartes y la Iglesia Metodista Pentecostal (de derecho privado), ahora a cargo del pastor Mario Salfate.
A fines de 2017, con Durán ya instalado en la Catedral, las voces evangélicas irrumpieron en el escenario político chileno buscando emular lo ocurrido en Brasil, donde ya controlaban la administración política de Río de Janeiro. Por primera vez un grupo de evangélicos se postuló a la Cámara de Diputados, obteniendo tres sillones: Francesca Muñoz y Leonidas Romero por la Región del Biobío; y Eduardo Durán Salinas por el Distrito 13 de Santiago.
La elección de Jair Bolsonaro como Presidente de Brasil, teniendo como sustento su alianza con el mundo evangélico ultraconservador, ha funcionado como un motor de última generación para las aspiraciones políticas de ese sector religioso en Chile. El diputado Eduardo Durán Salinas ya anuncia próxima gira a Estados Unidos, México, Argentina, Perú y Brasil para avanzar en la constitución de una alianza político valórica continental que tiene como meta incrementar poder político en varios países.
En paralelo a esa ofensiva internacional del hijo del obispo Durán Castro, la lucha por la sucesión del poder que maneja la Catedral Evangélica y sus bienes vuelve a encender motores. En un periodo electoral tan decisivo como el que se aproxima en Chile, nadie quiere estar cerca de un obispo formalizado por lavado de activos y fraude al Fisco. Y esa investigación que tiene a Durán Castro en la mira está en pleno desarrollo.